Partida Rol por web

Los 4 masters entran a la zona comercial tras una caminata de 20 minutos. No estaba demasiado lejos del refugio, y pensasteis que por si acaso mejor no llamar demasiado la atención con las luces del coche que tenéis aparcado en el refugio a estas horas. De momento no tenéis prisa, ningún enemigo os conoce, o al menos eso creéis.

La zona comercial consiste en un distrito amplio donde se concentran las tiendas y algún negocio de la ciudad. Por el día está lleno de gente, pero por la noche no debería haber nadie, por lo que sabéis, Fuyuki no es conocida precisamente por sus fiestas a altas horas de la noche.

Unos grandes almacenes componen el núcleo de la zona, donde la gente suele pasar las tardes de compras, o en alguna de sus salas de cine. En el lado opuesto, en un polígono industrial se agrupan unas cuantas empresas. Sospecháis que sus empleados serán totalmente ajenos a la guerra que se libra en su ciudad, ajenos al peligro que corren en esta ciudad, y pensando que su mayor preocupación es entregar los informes trimestrales a tiempo.

No sabéis exactamente que es lo que habéis venido a buscar aquí, pero ya que estáis, ¿Porqué no echar un ojo a la zona? Habéis entrado por la zona de los grandes almacenes.

Con alguna que otra laguna en el plan y sin un objetivo claro, los inexpertos exploradores se adentraron en la noche con el firme propósito de no morir tan pronto. 

Tras recorrer unos dos kilómetros, las sombras comenzaron a tomar forma ante sus ojos, el distrito comercial les esperaba con sed de sangre. 

Por algún motivo, la oscuridad de la noche siempre había tenido un efecto tranquilizador sobre Rincewind y su acidez estomacal. Tan solo un pequeño claro los separaba de su destino, se detuvieron en seco por miedo a exponerse sin necesidad, y tras evaluar sus opciones, el rechoncho panadero tomo y la iniciativa. 

Como no haga algo pronto me va a explotar la vejiga. Lo cierto es que el jóven mago llevaba horas aguantado las ganas de vaciar el tanque, pero no dijo nada para no mostrarse débil ante sus semejantes. No me puedo creer lo que voy a decir. Solo tenía una posibilidad de salir airoso manteniendo sus calzones secos en aquella situación. 

Voy a adelantarme a echar un vistazo, solo para asegurarme de que el camino está despejado. Esperad a mi señal, si no he vuelto en cinco minutos... esperad un poco más, que no hay prisa. 

Continuó unos metros y cuando se aseguró de que nadie escuchaba dio salida al motivo de su inquietud. 

Ahora no me queda más remedio que cumplir mi palabra. Dammit.

Después de haber terminado con sus asuntos más urgentes, Rincewind se dedicó a quedarse quiero un rato para ver si podía cumplir con lo que había dicho.

No tuvo que escuchar durante mucho rato para escuchar unas risas y voces y unos ruidos de cristales rotos en los grandes almacenes.

¿Disturbios quizá? - Pensó Rincewind. Al parecer, los macarras de la zona se iban a aprovechar de la confusión de estos días con las explosiones de gases en la zona residencial para saquear la comercial.

Cuando iba a contarles a sus compañeros lo que había oído, una brisa de viento procedente de la zona del polígono industrial le trajo a Rincewind un olor peculiar. Un olor a algo pudriéndose.

Rincewind corrió a contarlo a sus compañeros

Por las barbas de Merlín que esto es lo más asqueroso que he olido desde que trabajé en aquel vertedero, una de dos, o estamos en las puertas del mismísimo infierno, o aquí ha habido una carnicería.

Volvió con sus compañeros y les explicó lo que había visto, escuchado y, para su desgracia, olido.

[...] Más nos vale ir con cuidado, por el olor yo diría que ahí cerca hay más de un cadaver... y no es reciente. ¿Queréis continuar?

La señora Gume, pensativa y sin decir palabra todavía, abre los ojos como platos y examina su alrededor. Mira a Rincewind, al resto de sus compañeros y, finalmente, le echa un vistazo rápido la venda improvisada de su mano.

Espero no tener que llamar a Rider a este plano tan pronto... Pero para eso, voy a necesitar un arma.

Con estos inquietos pensamientos, la señora Gume sigue buscando algo a su alrededor.

La señora Gume se puso a rebuscar a su alrededor a ver si encontraba algo que pudiese servirle como arma. Estaban al lado de un centro comercial, debería ser fácil ¿no?

Lamentablemente mientras buscaba al lado de un contenedor de basura, una serie de cajas apiladas, que convenientemente tenían una serie de pequeños objetos metálicos dentro, se cayeron, haciendo un estruendo terrible.

Casi al instante, los ruidos que se podían oir proviniendo de los grandes almacenes se dejan de escuchar

Una pandilla de 6 macarras entra en vuestro campo de visión, a la vez que os señala.

He oído el ruido que viene por aquí. ¡Maldita sea! como nos hayan pillado estamos en lios, no puedo volver a la cárcel, otra vez no troncos.

El resto de macarras asiente, sabiendo que su experiencia anterior fue muy traumática, y esta vez caerán unos cuantos años.

Los macarras empiezan a buscaros con avidez

Mierda, la señora Gume está ya mayor para estos trotes. A ver que leches hacemos con los tipos estos, tienen mala pinta. Erzo coge algunos de los pequeños elementos metálicos y calcula su peso, parece que se pueden usar como proyectiles para distraer.

Ey, podemos utilizar estos trocitos para distraer a esos tipos mientras nos acercamos y les "neutralizamos". Ricenwind, ¿verdad? ¿Ves si alguno de esos tipos tiene pinta de no ser... digamos un humano corriente?

Ois la voz de Rider

A simple vista no parecen masters ninguno de ellos, no tienen las marcas. Me voy a adelantar un poco por si acaso

Si no participan en esta guerra - Comenta Lancer, (negrita)es mejor no luchar contra ellos, no estarán a la altura de un combate contra servants aunque sean magos.(/negrita)

Opino como Lancer - Se le oye a Berserker - No parecen muy fuertes, y odio aplastar chusma, prefiero que otros lo hagan por mi, eso si, si queréis aplastarlos como entrenamiento no me parecería mala idea.

Rincewind quería poner a prueba sus capacidades, pero sobretodo tenía interés en ver las habilidades del resto. Aplastar a la chusma podría ser un buen entrenamiento, pero tal vez los servants tengan razón, puede que sea muy pronto para entrar en trifulcas. Se volvió hacia el resto y mirando a Erzo dijo:

Por una parte estoy de acuerdo con Erzo y los servants, buscar problemas nada mas llegar podría llamar la atención de enemigos más poderosos, pero algo me dice que deberíamos acabar con ellos aquí y ahora.

No tenemos mucho tiempo, ¿lo echamos a suertes?

Rincewind sacó una moneda de plástico con la palabra "Eroski" grabada en una de las caras y miró al resto para qué les parecía la idea.

Burdock levanta la mirada para ver que realmente son 6 macárras y no más - La verdad es que no parecen unos rivales muy fuertes, podríamos ganar sin ningún problema. Pero por ahora no me interesa tener en contra a mi servant.

No estoy de acuerdo - dice mientras mira fijamente a Rincewind - no estamos aquí para llamar la atención, simplemente deberíamos escondernos hasta que dejen de buscarnos. Tenemos un largo camino por delante, ya habrá tiempo para batallas.

Parece que va a estar difícil convencerles de que no luchemos, a todos nos apetece esta pequeña batalla.

Al oír las palabras de los servants en el plano espiritual, la señora Gume asiente y murmura lo que parecen un par de frases procurando que sea ininteligible para los presentes.

Seguidamente, respira hondo y con voz calmada, explica a sus compañeros su plan. Una vez más, el gran estratega Sun Tzu parece tener la respuesta. Cualquiera diría que tras 2.500 años sus enseñanzas seguirían valiendo.

"La naturaleza del terreno es el factor más importante para que un ejército obtenga una victoria segura".

Escuchadme, empieza, aclarándose la garganta, al ver que le sale un fino hilo de voz. Llevaba sin hablar en alto desde antes de salir del refugio. Esto es lo que vamos a hacer: vais a esconderos tras esas esquinas, columnas..., enumera la señora Gume, antes de suspirar con condescendencia. Yo que sé niños, hay muchos sitios para esconderse aquí, sed un poco creativos, a ver si espabilamos.

Calla unos segundos pensando en cómo volver al tema inicial tras el reproche, echando un vistazo a las caras de sus tres obligados compañeros.

Bueno, como iba diciendo, llamaré su atención. Si se marchan, perfecto, declara con una sonrisa aparentemente amable que no acompaña a la mirada de sus ojos. Los músculos de su cara están en tensión, igual que los de su cuerpo, aunque poco deja entrever su kimono. Si no se van, será su decisión.

Mira ahora a Erzo y a los metales de sus manos.

Si la cosa se pone fea, genera una distracción con esa chatarra que has cogido, les pillaremos de espaldas, ordena asintiendo para sus adentros. ¿Qué puede salir mal?

Sin esperar a que sus compañeros accedan al plan, la señora Gume se adelanta lentamente, haciendo resonar intencionadamente sus tradicionales sandalias de madera sobre el suelo. Sabía como andar con sigilo, pero no tenía cabida en su plan. Está lo suficientemente cerca de sus compañeros como para que sigan oyendo su conversación.

Disculpen, jóvenes, reclama a los macarras. Creo que deberían acostarse, debe ser tarde. ¿No tienen que trabajar mañana?. Manteniendo la falsa sonrisa en su rostro, continúa. ¡Es martes, no estamos ni a mitad de semana! Esta chavalada... ¿Pueden acompañerme a casa, por lo menos? A estas horas, una ya no sabe si va a encontrarse con algún delincuente por ahí que le vaya a hacer algo, se lamenta.

La señora Gume susurra, esperando que Rider la escuche:

Winnie, voy a interceder. Estate atenta, si la cosa se pone fea, cogemos al chico y nos vamos.

Vamos! Ahora es buen momento de esconderse. Yo me esconderé detrás del cubo cerca de la chatarra, por si las moscas.El sigilo no es mi especialidad, si intento ir a las columnas posiblemente la estrategia se vaya al garete.Saber y demás servants, por lo pronto nos encargamos nosotros de esto. Así podemos ir calentando motores.

Erzo sigue los pasos de su institutriz y sin esperar respuesta alguna se coloca en guardia tras el contenedor, listo para asistir a la señora Gume en caso de problemas.

Luego le preguntaré a Rincewind por esa moneda, si he leído la inscripción correctamente tenemos mucho de que hablar