Partida Rol por web

La batalla por el Santo Grial va a comenzar, En todas las familias de magos corre el mismo rumor Vencia sera el escenario de esta guerra, aunque nadie sabe exactamente el por que de ello, pero el ambiente esta claro y la iglesia lo confirma los primeros Master ya han aparecido y todo esta por comenzar.

La marca aparece en tu mano y sientes que el poder te llama, eres uno de los 7 escogidos para la guerra y ahora no puedes renunciar, es tu gran ocasión pronto podras cumplir tu sueño solo tienes que ganar la guerra y para eso solo necesitas un servant.

Él me ha conseguido todo un edificio vacío para este momento. Realmente me sienta mal tener que necesitarle tanto, pero ahora mismo él es mi única familia. Al llegar al lugar puedo observar que se trata, en verdad, de un viejo almacén pero es lo suficientemente amplio para mis propósitos. Reviso todo el lugar y desde las ventanas superiores se puede ver las cúpulas de la basílica de San Pedro y sonrío, santiguándome e hincando mi rodilla en el suelo para besar mi vieja cruz de plata. TRas ello miro a mi alrededor.

Que Dios me perdone por lo que voy a hacer...

He leído y estudiado mucho al respecto, más de una docena de rituales demoníacos y religiosos, paganos, profanos, divinos, todos ellos servían para comunicar con tu propósito, y ahora mismo en mi mente sólo hay uno: el Cáliz. Y para ello, otro: un Servant. Pero no me sirve cualquier Servant, tiene que cumplir mis requisitos, no sólo en poder, si no en objetivos, o no podré cumplir mi deseo. Y para ello debía de canalizar mi poder y mi alma... Y por desgracia ello podría ofender no sólo a los que hay por encima de nosotros, si no también a aquellos que nos arrastran a las profundidades.

Comienzo trazando un enorme círculo con sal marina escamada completamente natural, una delicadeza culinaria que también serviría para mi propósito. En el interior del círculo dibujo una estrella de David, también con sal igual que el caso anterior, pero esta vez me centro en los vértices, todo ha de ser exacto, la división milimétrica, con el vértice menor apuntando hacia la basílica, allí de debe de hallar el menor de los canalizadores: un frasco de lágrimas de doncella pura. Asciendo a los dos vértices del triángulo menor, siendo estos la materia del cuerpo que debo de formar: carne a la izquierda, aún sangrante, palpitante gracias a un hechizo nada agradable, y en el otro astillas de un cadáver que nunca recibió sagrada sepultura. Me dirijo entonces hacia los vértices externos del triángulo mayor, debiendo de ser estos los pilares que sostengan el catalizador mayor y, en particular, el alma de quien invocaré. A la izquierda, contraria a los huesos que mantienen la estructura, polvo de plata para el espíritu, a la derecha, paralelo a la carne palpitante y como pilar contrapuesto un pergamino manuscrito por un viejo sacerdote de la órden de los templarios. El último vértice es la parte final del ritual, de modo que lo pospongo. En el centro del lugar dos maderas de roble perfectamente talladas y sin tratar haciendo una cruz, no como las que conocemos, si no de las que en verdad se crucificaban por aquel entonces. Varias velas e incienso por todo el lugar se entremezclan con trozos de huesos de animal formando una extraña mezcolanza, aunque peculiarmente armónica. Está todo preparado, sólo queda esperar al anochecer, el momento en el cual el ojo de Dios deja de vigilarnos. El momento en el que yo, a su espalda, le traiconaría para buscar su sagrado tesoro.

Y así sucede, cae la noche, me dirijo al mayor de los vértices, el que aún no está ocupado, sonrío al ver cómo todo comienza a adquirir un extraño brillo azul verdoso, casi aguamarina, y con una enorme daga dibjo una cruz en mi mano derecha, y un pentagrama en mi mano derecha. La emoción que me embarga es casi indescriptible, más allá del dolor puedo sentir placer, el placer de estar un paso más cerca de mi objetivo aunque, quizá, también el temor al saber que mi alma estaba siendo condenada al infierno. Pero una paz interior al saber, a ciencia cierta, que este es el camino correcto.

Mientras mis manos se colocan en la esquina y siento el escozor de la sal comienzo a pronunciar una salmodía en latín, idioma que me resuta realmente sencillo, y es una salmodía que he memorizado una y otra vez hasta ser capaz de recitarla dormido. La salmodía resuena en el lugar, la sangre tiñe pronto la enorme estrella de David y el círculo protector, las energías abandonan mi cuerpo lentamente y las velan toman distintos tonos. Los cristales se rompen y los huesos vibran provocando una siniestra melodía capaz de apaciguar cualquier alma. Sigo repitiendo mi ensalmo, una y otra vez, la cara de ella aparece por mi mente mientras una lágrima resbala por mi rostro. Esta vez no voy a dejarla escapar, no dejaré que él vuelva a ser mi amo... Esta vez yo seré.. El Máster.

Una fuerza te arrastra hacia algun lugar, una luz aparece ante ti y tu mente se llena de conocimientos que antes no tenias, la historia de la guerra por el santo grial, miles de conocimientos de mauqinas y cosas que no conoces, tu mente se pone al dia y ahora cooces todo sobre la epoca a la que has llegado y sobre todo, conoces sobre tu objetivo, el santo grial.

Director yo es que no se si la escena con el chico de las gafitas es la mia >.< Como los destinatarios estan ocultos -.-

Una fuerza extraña succiona al hombre desde su laboratorio y lo fuerza a seguirla. En su cabeza,a presión miles,millones,infinidad de conocimientos entran poniéndolo al tanto de lo que ocurre y cual es su misión aquí en el mundo moderno. Forzándolo a ser un espíritu heroico.

Mientras aquellas imágenes entraban en su cabeza se mezclaban con otras que rememoraba creando una mezcolanza de recuerdos curiosa,pronto tuvo toda su biografía: pasado,presente y futuro alternativo a la orden de su mente consciente.
Una nueva realidad,una nueva linea temporal se abrieron ante aquel ser llamado y atado por alguien. El circulo de invocación comenzó a escupir un humo blanquecino del que surgió una figura.
Era un hombre,rubio de ojos color verde turquesa. Iba ataviado con una sencilla ropa holgada y fresca tapada por un manto de color rojo y bordados en dorado,a su cuello un sencillo colgante en forma de lagrima. En sus manos había un libro también rojo y dorado con la figura de un dragón enroscado casi mordiéndose la cola.
Dime chico pregunto mirando al chaval de las gafas con una sonrisa y mirada desafiantes ¿Eres tu el que ha invocado?

Al fin mi macabra invocación tiene éxito. No sé qué, o quién, responderá a mi llamado, sin embargo aguardo, recitando los ensalmos aún pese a que la figura ya comienza a formarse.

La mayoría de los Servants según mis libros son grandes y fuertes, pero quien responde ante mí parece más escuálido y débil, de aspecto sencillo y con una preciosa lágrima colgando en su cuello. Ajusto mis gafas que a punto han estado de caer hacia el suelo para fijarme, con la nube de humo terminando de desaparecer, en su libro, precioso, lo único de valor junto a la lágrima, con unos bordados que hacen que la idea de un libro de conjuros surque mi mente, sin embargo jamás he leído sobre tal cosa. Por unos segundo pienso en que el dragón se mueva y surja para morderme. Mientras me mira desafiante una ligera sonrisa de confianza total hace aparición en mi rostro, apartándome un par de cabellos de mi mirada.

Yo soy. Sabes para qué te he invocado pero antes de que aceptes o niegues tengo que darte tres normas que son vitales para ambos. -alzo el índice de mi mano derecha- Primero: Debes de confiar ciegamente en mí, así como yo confiaré ciegamente en tí. -alzo entonces el corazón de la misma mano- Debes tener capacidad de decisión. Mi Servant será un compañero, un sirviente, no un muñeco que manejar a mi antojo y tercero -alzo el anular de la misma mano- No tendrás miedo, no a la muerte, si no a mí mismo.

Dejo unos segundos para que asimile mis palabras, quizá un tanto duras, pero no deseo malos entendidos o arrepentimientos ni por su parte ni por la mía. Abro entonces mi mano, mostrando mis cuatro sellos de control sin miedo alguno, ni ser amenazante, sencillamente para volverlo consciente de la situación.

No soy un mago particularmente poderoso, de hecho, posiblemente seré el más débil de la competición. Sin embargo necesito el deseo del Grial. Y no me importa el qué con tal de conseguirlo.

Pese a las durezas de mis palabras, esta vez conmigo mismo, mostrando de nuevo la extraña dualidad que habita en mí, mi voz adquiere un matiz de sinceridad realmente extrema, hasta el punto de ser prácticamente dañino.

Caster escucha como su "Master" le habla de cosas raras,es escuálido y delgaducho. De veras ¿es un mago?. Cuando le dice las condiciones un silencio absoluto se apodera del lugar.
El Servant abrió su libro y este brillo con un resplandor carmesí mientras apuntaba a su Maestro. Tras unas palabras de puro poder ,que retumbaron en el edificio, una bola escarlata sale de su mano abierta directa hacia el chico de las gafas.
Tras el impacto una pequeña nube de humo se levanto,al disiparse podía ver como el chico estaba envuelto por una mesa de madera llena de manjares: bandejas doradas fruta,asados que giraban solos en estructuras de plata,bebidas de todos los colores en copas también doradas engarzadas con gemas,empanadas en recipientes que emitían una tenue sensación de calor y decenas de óvalos de verduras y de patatas asadas.
Sin dirigirle una palabra caminó hacia una de las copas,con un liquido anaranjado e hizo aparecer una silla. Cruzo las piernas y dio un sorbo.
Come. Deberías de crecer mas,niño. Fue lo único que le dijo en respuesta. Tras eso dejo la copa y guardo el libro dentro de su manto.

Sonrío muy ligeramente mientras llevo mis manos hacia mis cabellos para colocármelos bien, mi sonrisa tiene pese a todo un ligero matiz irónico. Definitivamente no estaba sorprendido por la comida aparecida de la nada, aunque sí agradecido por ello, pues el tiempo que me ha llevado hacer el ritual me ha dejado exhausto y hambriento. Hay que reconocer que su poder es sencillamente peculiar. De hecho, he atraído al más atípico de los Servants con total probabilidad, pues no he leído de ningún Servant como él. Veo un extraño poder en él, invisible posiblemente para cualquiera que no acostumbre a ver más allá. Pese a todo evalúo su respuesta y finalmente asiento.

Excelente respuesta.

En verdad lo era, la confianza hace inútil tener que responder, decide permanecer aquí y tiene el valor de tratarme como un niño, lo cual provoca que mi ligera sonrisa no se borre aún del rostro. El aspecto de todo es, sencillamente, maravilloso, casi diría que divino. Tomo una de las copas con un color azulado, sin saber qué es, y mi sonrisa se desvanece al hablar.

No eres el primero que me lo dice... Pero eso es algo que te contaré después. ¿Cuál es tu nombre?

Mi pregunta es precisa, tras lo cual me llevo la copa a los labios para humedecerlos y seleccionar qué vianda será mi primera víctima. Al parecer las almas extrañas tienen afinidad entre sí, lo cual es digno de aparecer en un libro que, quizá en algún otro momento, podría escribir. Por ahora, aguardo su respuesta.

Tomo varios sorbos de aquel anaranjado brebaje mientras ,con media sonrisa,escuchaba lo que su maestro le comentaba.Sin levantarse ni quitar aquella postura tan cómoda bajo un poco la cabeza y dijo. Gracias,mi Master.
Este chico realmente estaba disfrutando con la comida hasta que,al tomar una copa,le pregunto algo que el Servant decidió responder.
Quien podría ser. Quizás puedo ser aquel ser de vida eterna, Flamel, o puedo ser ese afamado mago ¿como se llama? Cooperfield?
Sin quitar la sonrisa jugo un poco con el liquido de su copa,agitandolo. Cuéntame algo y te contestare lo que quieras. Como te llamas,Master? Cuentame un poco de tu historia y... Puso la copa en la mesa y lo miro fijamente incorporándose y apoyando los codos en la mesa ¿Que quieres hacer con el grial?

Tras haber decidido mi primera víctima dejo la copa en la mesa, sencillamente el espectáculo no tiene comparación, y tomo una pieza de fruta que llevo a mi boca y muerdo con sencillez. Niego con la cabeza ante su agradecimiento, quitándole importancia y escucho sus palabras, observo sus gestos y me ofrece una especie de trato. No puedo evitar mirar mi mano y sentir un ligero deseo de forzarle a responder, sin embargo rápidamente deshecho la idea en pos de algo un tanto más cordial para ambos. Asiento esta vez, tras propinarle un segundo bocado a la indefensa fruta. Mastico, sin responder aún y tras tragar abro la boca.

Marcus Dupré Quatronne -mi voz es ligeramente seca- , aunque puedes llamarme sencillamente Marcus. ¿Sobre mi historia? Mi familia no es de magos. Éramos gente normal, aunque relacionada con el Vaticano. Mi melliza desarrolló los poderes de la luz y el bien mientras que yo, frustrado, desarrollé los poderes de la oscuridad y el mal. Terminé con ella y con mi padre que intentó protegerla, tomé su poder. -el dolor en mis palabras se hace evidente, aunque ningún otro gesto delata mi estado emocional aparentemente tranquilo e impasible- Me adiestraron desde ese entonces. Mi poder está ligado a mis emociones, con lo cual es bastante débil generalmente. ¿El grial? El don de la vida.

Respondo, como si esa mera descripción de mi deseo fuese más que suficiente. Un pensamiento acerca de su verdadera identidad recorre mi mente, fugaz y probablemente imposible: Merlín. He leído sobre él y se dice que también tenía algo que ver con los dragones. Aunque también se dice que era más viejo. Me dispongo a terminar con mi vianda a espera de su respuesta a preguntas que, considero, no necesito formular.

Excelente dijo aquel hombre mientras tomaba la copa de nuevo dándole un toquecito con el dedo,el liquido comenzó a cambiar hacia tonalidad esmeralda.
Pues bien chico de la oscuridad, mi trabajo es protegerte y hacer que ganes aquello que ansias.
Querías saber mi nombre, verdad? Sonrió sin disimulo y dijo Soy el consejero de los Pendragon,mi nombre se fue diluyendo en el tiempo pero puedes llamarme como los Ingleses lo hicieron en su dia,Merlín. Dijo simplemente como si no tuviera importancia Tu nombre suena mejor, chico Marcus.

Tras haber liquidado a mi primera víctima dejo los restos en un lado y alzo mi mirada hacia él y mis pupilas se dilatan cuando me desvela su identidad que con celo ha guardado hasta saber al menos quién soy yo. Me fuerzo a tomar entre mis dedos la copa celeste y tomar un trago considerablemente largo. Con mis nervios más calmados, dejo reposar la copa y ajusto mis gafas desplazadas apenas medio centímetro respecto de su posición correcta.

Merlín suena bien. -mi voz es neutra- Los libros te tildan de anciano decrépito o adulto moreno, algo comprensible siendo un picto según algunos libros, habrá que corregirlos.

Cerro los ojos en un gesto pensativo, aquí nos encontramos el mago más poderoso de todos los tiempos y un novato, mientras que nuestros enemigos tendrán grandes guerreros y son grandes magos. Será complicado. Al menos es definitivo que es el Servant más atípico de todos. Me decido a hablar finalmente.

También uso la luz. -matizo- Es tarde y deberíamos de descansar, aunque antes necesitas otras ropas para no llamar tanto la atención, así nos evitaremos problemas. Si hay algo que desees saber de mí o de mi magia, pregúntame. Quizá puedas instruirme.

Aunque en mi interior lo dudo, pues nunca leí que la luz y la oscuridad fuesen el dominio de sus poderes no deja de ser pese a todo el más famoso de los magos conocidos, al menos conocer nuestras habilidades mutuas nos hará compenetrarnos mejor en el campo de batalla cuando llegue el momento.

Merlín sonrió un poco y cogió,con sus dedos finos y hábiles,unas cuantas uvas verdes de una bandeja,comindolas poco a poco.
Su ropa fue cambiando,poco a poco,a una camisa vaquera,un pantalón oscuro con correa y una chaqueta larga de color crema.
Cuentame todo sobre ti Marcus el de la Oscuridad Luminosa Se metió otra uva en la boca y dijo No te dejes un detalle

Caray... Qué útil.

Comento sorprendido ante el sencillo truco de cambiar de ropa, realmente no me he parado a evaluar que si ha sido capaz de crear todo esto sin esfuerzo, cambiar sus ropas debería de ser algo sencillo para él. En cualquier caso, así nos ahorraremos muchos problemas mientras pensamos en nuestro siguiente paso. Habíamos venido aquí a luchar, pero hay que saber luchar con cabeza o uno se condena a sí mismo. Marcus el de la Oscuridad Luminosa, me llama, y me gusta cómo suena. Imitando su gesto cazo unas uvas como próxima vianda y, sólo tras terminar con la primera de ellas, abro mi boca para hablar con la voz comedida.

Mi madre murió al darnos a mi hermana y a mí a luz. Mi padre siempre nos acusó en silencio, aunque nunca lo reprochó y nos trató correctamente. A los ocho años ella vino a mí mostrándome cómo era capaz de crear una esfera luminosa y yo traté de imitarla, sin resultado alguno, dado que era mi melliza y ambos debíamos de ir juntos sentí como si se alejase y comencé a sentirme frustrado y celoso por que ella podía unirse a los poderes de Dios y yo... No. Pronuncié una silenciosa maldición mientras finalmente la oscuridad nació en mí y mi padre apareció intentando detenerme y muriendo, al igual que ella. Sin embargo, antes de morir, llena de misericordia, ella me entregó su don mientras me pedía disculpas. -pese a la crueldad de mis palabras, nada salvo el leve encogimiento de mis pupilas desvela hasta qué punto llega a afectarme- La luz palió la oscuridad y mi cuerpo se debilitó casi consumido. Mi tío se hizo cargo de mí y me enseñó sobre la magia, pero no a ser más fuerte o a usarla, si no a controlar mis sentimientos debido a que se encuentra profundamente ligada a mis emociones y no puedo sacar su máximo partido salvo en situaciones muy puntuales, amén de que las emociones más fuertes pueden llegar a consumirme por completo. -termino entonces con la segunda de las uvas en una breve pausa antes de hablar- No confío en mi tío, oculta algo. Me cuesta relacionarme con las personas, sencillamente. Poseo una mente privilegiada y un control casi absoluto sobre mis sentimientos y emociones.

Concluyo, finalmente, mi explicación sobre mí mismo. Con todo ello no es necesario explicar el por qué de mi don, o realizar pregunta alguna más que algún dato necesario. Termino con una tercera uva. Siento mi corazón acelerado bajo mi fachada y eso puede terminar mal, recordar el pasado siempre me ha puesto al límite, pero ha formado parte de mi entrenamiento, de modo que respiro pausadamente hasta que éste se calma lentamente. Mis ojos se fijan en los suyos mientras aguardo ahora su turno, pensando que no es necesario en absoluto preguntar por mi parte, salvo que pretenda plantearme previamente sus dudas antes de hablar. Una pequeña parte en mi interior aún le cuesta de creer que quien tengo frente a mí sea Merlín.

Merlín escucho pacientemente mientras devoraba la ultima uva y cogía un trozo de asado en un plato plateado. Marcus termino casi a la vez que Caster su comida.
Le sonrió,era algo muy interesante y,quizás,de gran potencial. Cuando fue a hablar un chispazo recorrió toda su médula espinal. alguien estaba desatando un gran poder,de fácil localización.Cogió un recipiente bastante hondo,volcó en el uno de los líquidos,en este caso era amarillento y murmuro unas palabras.
El fluido se torno turbulento y una serie de figuras salieron de el formando una escena.
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Master uso la habilidad clasea de Caster para intentar un hechizo de visualización (en plan bola de cristal,como hacen los Tohsaka),si no puedo ignora el rol
 

Veis esa criatura devorando a una persona

Veo la escena extraña que monta, como salida de la nada, donde un dragón devora a una persona. Me quito las gafas y saco un pequeño paño para limpiarlas, más en un gesto rutinario que por que realmente estén sucias y hasta que no me las vuelvo a poner no hablo, creando un momentáneo silencio.

Pobre alma desgraciada.

Digo, pese a la crueldad del acto donde un dragón devora la vida de un inocente como si se tratase de un sencillo juguete o, peor aún, un caramelo sin desenvolver. Me pongo en pie y sacudo el polvo resultante principalmente del esfuerzo por la convocación.

Los del Vaticano recogerán esto. Vamos a detener a ese dragón, ¿no?

Más que una pregunta es una idea, casi retórica incluso, mientras le miro a través de mis anteojos intentado discernir algo en su rostro, algo que me diga si ese es el verdadero propósito de la visión. Por mi parte, sencilla indiferencia ante enfrentarme o no a una criatura mitológica tan fuerte como esa. Prácticamente la misma indiferencia que la persona que ha muerto.

Será bueno conocernos en una batalla real.

Dicho esto, aguardo a que ubique a la criatura vil.

El Servant miraba atento la escena que se dibujaba en aquel fluido ambarino. Era la de un ser que le resultaba familiar: un dragón devorando a una persona.
Pasando por la mano dejo al liquido descansar. Cuando las figuras se deshicieron formaron remolinos que tintaron al naranja de morado.
Veras querido Master,eso es un Servant tipo Beast. Quizás nunca lo hayas escuchado,es normal,pues no suelen darse. Te hablo desde la experiencia,Marcus de la Oscuridad Luminosa. Si no quieres problemas no te metas con un tipo Beast,deja que otros mas tontos como Berseker o Rider se ocupen de él.
Quedo pensativo,recostándose en su cómoda silla y llevándose una mano al mentón. Entre sus cabalas dijo,mas para él,que para Marcus
No se que clase de loco habrá podido invocar un tipo Beast...

Entonces las imagenes empiezan a mostrar mucho mas, alguien se presenta para luchar con el dragon un tipo grande que lleva una lanza y una mascara de hierro, ademas luce una capa roja.

El nuevo servant pare luchar contra el dragon presentando batalla, aunque no logra demasiado.

despues una flecha salta de entre los aboles para impactar en el dragon que sigue luchando contra el hombre de la mascra de hierro.

Segundos despues aparece otra persona mas, Es grande mas incluso que el primero, sobrepasa perfectamente los 2 metros, no va armado pero si porta una armadura que lo hace parecer imponente, ni siquiera se une a la batalla solo mira con desprecio a sus oponentes y espera.

Despues una nueva lluvia de flechas dirigida por igual a los 3 oponentes entra en acción.

4 servant estan ya en batalla.