Partida Rol por web

La batalla por el Santo Grial va a comenzar, En todas las familias de magos corre el mismo rumor Vencia sera el escenario de esta guerra, aunque nadie sabe exactamente el por que de ello, pero el ambiente esta claro y la iglesia lo confirma los primeros Master ya han aparecido y todo esta por comenzar.

La marca en tu espalda a empezado a brillar y sientes que el poder te llama, eres una de los 7 escogidos para la guerra y ahora no puedes renunciar, es tu gran ocasión pronto podras cumplir tu sueño, ahora solo te falta conseguir un Servant y partir hacia Venecia y sabes que tienes que hacerlo cuanto antes.

Se acerca la noche, y la espalda me escuece un poco más cada día. Hoy la he visto brillar en el espejo. La hora está cerca. Ya se sabe donde será la batalla, la pequeña Venecia... curioso lugar para una batalla. Como algo, aun sin tener hambre, tengo los nervios en el estomago. Anoche tuve un sueño extraño... aparecía mi madre, no me hablaba, no movía los labios pero sin hacerlo me decía algo que no llegué a comprender del todo. Solo llegué a entender algo sobre la noche, la reliquia, mi servant.

No será un Servant cualquiera, lo sé. Estoy convencida de ello. Será mi servant, único para mi, seremos uno. Doy unos pequeños pasos hacia la ventana. La luna brilla espléndida en el cielo. Casi puedo distinguir los animales corriendo por el bosque cercano a casa. Mi casa... tan grande y tan vacía. Kira, la sirvienta, se fué a sus habitaciones después de traerme la cena. Ahora mismo debe estar dormida.

Salgo de la habitación despacio y me dirijo a la de mi madre. Nunca entro allí. Todo sigue en su sitio, igual que todos estos años atrás. Nadie tiene derecho a entrar ni a tocar nada aquí. Miro con tristeza las fotos en la mesita. Me acerco al armario. Dentro hay algo que necesito, o eso creo. Abro una pequeña caja metálica que lleva más años de los que puedo recordar guardada en un cajón, y allí está. Es una pequeña pulsera. Me la pongo y me dirijo hacia el jardín.

Fuera, el aire es fresco y huele a humedad. Se oyen pequeños insectos en la noche. Cierro los ojos y empiezo a recitar las frases que cada noche mi madre me cantaba como si hubiera sido ayer mismo cuando la escuché. Las recuerdo perfectamente. Por aquel entonces no sabía lo que significaban ni lo importantes que iban a ser para mi. Con la primera frase un circulo se dibuja a mis pies.

- Tú, que eres quien me guía, quien vigila mis noches, tú que eres la espada de mi destino, tú que deseas el Santo Grial, que conmigo serás uno, tú que me amarás y me protegerás, tú a quien juraré proteger y respetar, si obedecerás mi ordenes contesta a mi llamada...mi juramento está realizado...

Una estraña voz suena en tus odios y sientes como te llaman, como eres arrastrada a un lugar que desconoces, una fuerte luz aparee ante ti y te muestra un mundo diferente al tuyo lleno de cosas que no conocias, ahora eres capaz de cosa sque jamas hubieras pensado antes, manejar objetos que ni siquiera antes sabian que existian y podrias hablar lenguas que desconocias.

Y lo mas importante ahora sabes que estas en la guerra por el grial, sabes que tendras que luchar a las ordenes de alguien y que ese alguien sera tu master, y si conseguis ganas se cumplira vuestro mayor deseo.

Una luz aparece frente Akane que se eleva casi hasta el cielo de esa luz sale una persona.

Deslumbrada por la luz que aparece me echo la mano a los ojos unos segundos hasta que me acostumbro a la nueva claridad. Veo salir una silueta de allí, que al principio no distingo muy bien...

Un fulgor invadió mis ojos por un momento. Pensaba que podría ser alguna aparición divina, pero esa luz solo me envolvía a mí. De repente, siento el viento golpear en mi rostro. Algo fuerte, como cuando uno está a más altura.
No estaba errada. Me encontraba flotando en el aire, iluminada ahora por la Luna y rodeada de un gran cielo azul oscuro. Repentinamente, empiezo a caer, por lo que dando un giro vertical sobre mi eje hago que la caída se amortigue. Caigo arrodillada, mirando al piso, con un brazo sobre mi pierna flexionada y la otra sobre el húmedo césped, lleno de rocío.
Siento la presencia de una persona. Percibo un poder mágico. Pero no sé todavía su fuerza. En ese momento, caigo en consciencia de que puede ser mi master. Levanto la cabeza y veo a una joven, de pelo verde y tierna apariencia.
-"Dios me ha encomendado una misión aparentemente. Eres tú mi master?". digo, parándome, viendo fijamente a la chica y dejando ver mi delicado atuendo. Un vestido azul oscuro con una camisa blanca por debajo de puños largos, junto a un jabot del mismo color de la camisa, zapatos negros y medias también blancas era lo que llevaba puesto en ese momento.

Me quedo mirando atónita la aparición ante mis ojos.

- Una mujer... no me lo esperaba, pero me encanta la idea. - Digo sonriendo a la chica. - Yo soy tu master. Si me lo permites.

Miro detenidamente la silueta de mi servant. Los que menos lo parecen son luego los más fuertes. Sus ojos despiden un brillo especial, me gusta su energía. Doy un pequeño paso al frente, y otro más. Hasta ponerme delante de ella. La miro de arriba abajo y enseguida me doy la vuelta en dirección a la casa.

- ¿quieres conocer tu nuevo hogar? - le digo mientras ya estoy caminando.

La
casa se ve imponente. No me alcanzan los ojos para ver tanta mansión.
Lo bueno es que esta niña no parece ser alguien malo, como la mayoría de
los adinerados de mi época. Seguramente, esta pequeña fue bendecida por
el Señor, por su forma de ser.
-"Le permito ser mi master, señorita, y con gusto conocería mi nuevo
hogar. Pero como mi ama, me gustaría saber a quién obedezco y qué lo
rodea, si no le molesta. Parece tener un alma noble, digna de ser
protegida por Dios."- digo mientras camino hacia el hall de la casa,
viendo a mi master detenidamente, ya que su vestimenta me es algo
exraña.
-"Sólo le diré que mi clase es Saber. Quizás no se haya dado cuenta
por mi vestimenta.- acoto alzando un poco mi falda ,señalando mi
atuendo- Tendremos más tiempo de conocernos, madmoiselle.
Espero que esta chica tenga la bendición de conseguir el Santo Grial,
trabajando en equipo conmigo.

Estoy encantada por la educación y las formas de mi servant. Mientras ando miro de reojo hacia atrás, observando sus gestos y movimientos.

- Te puedo asegurar que soy digna de conseguir el giral, lo sabrás conociendome, y juntas capaces de hacerlo, seguro. Mi nombre es Akane. No me llames ama, por favor, los tiempos de los exclavos ya pasaron. - le sonrio, mi alegría es palpable, la emoción me embarga y aunque intento evitarlo, de vez en cuadno se escapa - Vivo sola en esta casa, que perteneció a mi made y antes de a ella, a mis abuelos. LLevamos generaciones viviendo aquí. Puedes andar a tus anchas por el lugar. Ahora te enseñaré todo...

Noto que mi Master está alegre por mi aparición. Su sonrisa le da una apariencia mucho más angelical de la que ya tiene. Siento como si estuviese en presencia de alguien como una hermana menor, a la que tengo que cuidar de que nada le pase. En cierta forma, quizás deba hacerlo, ya que está sola.
También, escucho lo que dice y creo que estoy en presencia de alguien bastante poderoso, ya que se tiene tanta confianza. Puede que al estar sin compañia, haya tenido que desarrollar su habilidades mágicas para protegerse de amenazas. Si es así, quizás podamos conseguir el Grial sin problemas y cumplir nuestros deseos.
La casa me parece cada vez más importante. Hay delicadeza en cada rincón y, sobre todo, pulcredad. El piso refleja mi integridad y la de todo el lugar. La escaleras demuestran un blanco impecable y sus barandas un enorme trabajo de herrería, además de una fina madera, que no muestra señales de huellas.
-"Está bien, madmoiselle, no la trataré más de esa forma. Así que vive sola? Se puede saber por qué? Mantiene todo esto por su cuenta?"- digo, extrañada del estilo de vida de la joven. Camino, hasta parar entre las dos escaleras, esperando la respuesta y alguna indicación de Akane, la cual obedeceré.

Noto como se sorprende al ver la casa y el nivel de vida. Y empieza a hacer preguntas.

- Me encanta la gente curiosa... Si, la mantengo sola, no me subestimes "hermana". Llevo mucho tiempo sola ya y me he acostumbrado. Pero tranquila, tendremos tiempo de conocernos. Ahora, ¿me harías una demostración de como luchas? No necesariamente ahora mismo. - sonrio a la chica mientras empiezo a subir las escaleras. - Te enseñaré las habitaciones...

Esta chica parece cada vez más misteriosa. No solo ha dicho que se mantiene sola, sino que lo hace sola desde hace mucho. Cuántos años tendrá? Parece una adolescente o, incluso, menor.
Sin embargo, se nota que se las ha arreglado bastante bien. Es una chica muy educada y parece ser bastante culta para su aparente edad.
Voy siguiendo a Akane para conocer las habitaciones. Voy subiendo las escaleras, tomando con una mano su delicada baranda y con otra mi larga falda, para no pisarla y caer por las escaleras. Al hacerlo, dejo ver mis zapatos de charol negro, que casi ni se apreciaban.
-La acompaño, madmoiselle. Respecto a mostrarle mis habilidades, lo haré. Pero sólo algunas cosas. Si las uso en vano, mi Señor puede enojarse. Sólo las deboo usar cuando el mal corrompe la paz. El poder que él me otorga no es algo insignificante y, por lo tanto, hay un tiempo para mostrar mi fuerza.- digo, sin perder vista en los escalones.

Me siento feliz mientras voy enseñando las habitaciones una a una a mi servant. La chica es dulce, y me da la sensación de que tiene que luchar ferozmente. No puedo evitar tener la sensación de que el destino nos ha unido. Las ultimas habitaciones que le enseño son la suya y la mia. Están al lado una de otra, asi cuaquier cosa que necesite,sólo tendrá que pedirlo.

- Esta es tu habitación. - le digo mientra abro la puerta a una sala toda en blancos y verde claro, con una cama enorme, un escritorio, una mesitq pequeña, un gran armario y con unas ventanas enormes al jardín y a las feuntes. Tiene baño propio y mucha luz. - si necesitaas cualquier cosa, ese botón de ahí, al lado de la cama, es para llamar a Kira, la chica que me ayuda con la casa y la comida. Ella te ayudará en lo que necesites.

Luego nos acercamos a mi habitación y se la enseño también. Es algo más grande y con una cama mayor y algún mueble más, pero de los mismos colores que la de ella.

- Bueno, cuentame algo sobre ti. - le dije sonriéndola.

Observo las habitaciones maravillada. Tanto lujo semeja la casa de un rey. Cuando termino de ver mi habitación, hago un gesto de agradecimiento a Akane. sigo caminando con ella hasta su pieza, me la deja apreciar y luego me dice que le cuente algo más sobre mi.
Será el momento para revelar mi identidad? Puede que sea mejor dejarlo para nuestra primer pelea, aunque le cuestionaré si le parece correcto. Podría contarle otras cosas màs simples, como mis creencias por ejemplo. Que sepa quien soy puede llegar a ser algo sorprendente para ella.
-Como escuchaste, soy muy creyente. A tal punto que se me ve como una loca por decir que escucho a Dios o a angeles hablarme. Soy muy habilidosa con la espada y trato de hacer justicia con ella. Hasta hace poco llevaba una vida de campesina común, pero por diferentes motivos me vi luchando por mi pais. El Señor me lo pidió. Te parece correcto que siga contándome sobre mí? O prefieres saberlo en un momento más indicado?- digo con algo miedo por que se sepa quien soy.

De repente una extraña energía se filtra por todos lados, está claro de donde procede, es tan grande la sensación que es dificil no saberlo. No escucho muy bien las últimas palabras porque estoy distraída con al sensación que embarga el espacio. Vuelvo en mi unos segundos después.

- ¿has sentido eso? ¿que era esa energía? Debe ser... si, es un servant, ¿pero quien es? - le pregunto curiosa y emocionada. - perdona, me estabas hablando. Claro que quiero saber más cosas de ti, cuando tú lo creas conveniente.

No demuestro miedo ni nervios, sólo emoción. Disfruto viendo lo fuertes que son y imaginándome como de increibles serán las luchas.

- Por cierto, no me has dicho tu nombre ¿no? - sonrío a la chica mientras pido algo de comer para las dos.