Partida Rol por web

La noche era fría y volvía a llegar tarde a casa, pero lo prefería así, con suerte y si lograba llegar lo suficientemente tarde mi padre estaba durmiendo y eso hacia que tuviera un rato tranquila, no era demasiado solo unas pocas horas antes de que se despertara y se acercara a mi o a mi madre con su horrible aliento a cerveza y su aspecto repugnante.

Si mi hermano estuviera allí tal vez el le plantaría cara, antes lo hacia cada vez que se me lanzaba borracho el le impedía que me tocara, pero ahora ya no estaba con nosotros, se había ido hace mucho y solo nos teníamos mi madre y yo, hacíamos todo lo que podíamos luchábamos por sobrevivir, ella trabajaba mucho y yo también trataba de traer a casa todo el dinero que podía conseguir, hacia todo lo que podía, pero aun así el siempre lo consumía todo.

Si encontraba dinero fuera cual fuera la cantidad se apoderaba de el y se lo gastaba todo en bebidas, mi vida era un asco, si no fuera por mi madre ya habría intentado escapar de allí como fuera pero no podía dejarla tirada, ella era buena a pesar de tener que cargar con semejante criatura monstruosa, aun venían a mi mente las escenas cuando llegaba a casa y me la encontraba tirada en el suelo con marcas por todo el cuerpo, por culpa de las palizas que le daba o cuando entraba en mi habitación queriendo violarme estando borracho como una cuba, la ultima vez casi lo había conseguido.

Abrí la puerta de casa con mucho cuidado rezando para que estuviera durmiendo, pero no tuve suerte, allí estaba tirado en el sofá con cara de puerco inmundo mirándome, olía que apestaba desde la puerta casi me hacia vomitar, no quería ni pensar lo repugnante que seria acercarse a el.

- Que horas son estas de llegar- me grita desde el sofa o al menos creo que dice eso, no logro entenderle algunas veces y creo que ya sencillamente me imagino lo que dice.

- Estaba trabajando y e salido algo tarde- trato de justificarme pero se que a el eso le dará igual si tiene ganas de golpear a alguien yo seré su objetivo solo espero que se canse rápido y me eje tranquila.

- Entonces abras traído dinero –

Eso era lo único que le importaba si tenia dinero para dársela y que se lo fundiera en Alcohol – No aun no me han pagado estamos a mita de mes- como si el supiera siquiera en que día vive, de seguro aun cree que tengo 10 años o algo parecido, ni siquiera creo que sea capaz de recordar mi nombre.

- Mira niña a mi háblame con mas respeto- se levanta del sofá aunque no sin esfuerzo le veo arrastrarse hacia mi, se lo que va suceder ahora no es la primera vez, pero entonces mi madre baja por las escaleras a toda prisa tiene una marca colorada sobre la mejilla síntoma de que ella ya se a llevado su parte de golpes del día.

- ¿Qué pasa?- pregunta la pobre asustada aunque se de sobra que lo sabe, su gordo y repugnante marido al que se de sobra que desearía muerto vuelve a estar completamente borracho y no se a quedado satisfecho con los golpes que le a dado a ella también quiere golpearme a mi.

- Tu cállate- le dice arrojándole una lata bacía de cerveza a mi madre mientras sigue arrastrándose hacia mi, levantando la mano ya casi siento el golpe ni siquiera voy a tratar de defenderme se que eso lo empeoraría todo, así puede calmarse con 4 o 5 golpes.

Pero entonces es mi madre la que salta le sujeta y el la empuja hacia que se caiga y se golpe contra el suelo – Como te atreves – grita el como un poseso mientras le veo dar torpemente una patada al cuerpo de mi madre, entonces ya ni puedo hacer otra cosa trato de sujetarle, se que no podré hacerlo no tengo ni la fuerza necesaria para hacerlo ni nada pero no quiero que la golpee a ella, me da un fuerte golpe en el costado, noto un fuerte dolor, después siento algo que me golpea en la cara ni siquiera se lo que es y caigo al suelo, una seré de patadas me golpea ni siquiera se si parara antes de matarme, pero puedo que eso sea lo que merezco morir por no tener el valor de matarlo.

Entonces una luz ilumina la sala y veo como el retrocede no se de donde sale la luz, parece que esta cerca de donde yo esto, veo mis manos, y me retuerzo, la luz sale de mi cuerpo soy yo la que brilla, me asusto pensando que tal vez me haya prendido fuego pero no siento ningún dolor, mas bien siento alivio.

Otra gran luz aparece delante de mi algo extraño parece dibujarse en el suelo, el cae cerca de mi madre que apenas si se mueve todos parecemos asustados.

Lentamente el cegador brillo deja paso a una habitación oscura, con muebles modernos, televisión y paredes forradas de papel pintado. Entro en la habitación aun algo desorientado. Nunca me ha gustado como hacen las cosas los de arriba, pero por mucho que me queje no van a hacer nada salvo molestarme aún más.

Mientras me desentumezco y hago crujir las vértebras del cuello la puerta en forma de elipse se cierra y desaparece. Tan solo unas débiles manchas negras han quedado impresas en la pared donde se abrió y un extraño olor a quemado que comienza a impregnar la habitación son las únicas pruebas de que algo sobrenatural sucedió hace unos minutos.

Desorientado y alerta miro en derredor, primero a la niña acurrucada en una esquina. Las marcas comienzan a aparecer en su mano. El máster. Y al otro lado sus padres, todos ellos mirándome, incrédulos y aterrorizados.

Una vez bien me dirijo inmediatamente a donde se encuentra el padre. Le cojo del cuello y lo levanto hasta que es capaz de mirarme a los ojos, aunque lo único que ve es el rictus impasible de una máscara metálica. Valiente proyecto de hombre eres, capaz de levantar la mano contra una mujer, y aun peor, contra los de tu propia sangre... - mi voz resuena grave y metálica a través de la máscara. Acto seguido le rajo las tripas con el cuchillo que sostengo en la otra mano - Me das asco. Mereces una muerte lenta y dolorosa sin la compañía de amigos o familiares, sólo. Le suelto y cae a plomo, aturdido aun acierta a colocar sus temblorosas manos para que no se le salgan las tripas mientras mira a uno y otro lado y luego a mí barbotando sangre.

Deberían haberte puesto en vereda hace tiempo, ahora serías mejor persona y seguramente no estarías destripado. - Me agacho un momento para que escuche mis últimas palabras y luego me levanto, le cojo de un pie y lo llevo arrastrando hasta una de las habitaciones. Cierro la puerta y destrozo el picaporte con un golpe seco.

La mujer ha corrido hacia su hija, teme por su vida y la abraza mientras llora y ambas se mantienen en el rincón más alejado. Me presento ante ellas, limpiando el cuchillo con un trapo que he encontrado - Aún tardará unas horas en morir. Afirmo y la mujer vuelve a soltar un grito de horror. La niña no parece entender nada y tan solo se aferra a su madre.

Debemos irnos de aquí, niña, este lugar no es seguro. - explico mientras le tiendo mi mano. No necesito que mi hoja se ensucie con sangre inocente, así que espero que por el bien de su madre venga conmigo sin rechistar.

No entiendo nada de lo que sucede en los siguientes minutos, un extraño hombre aparece de lo que antes era nuestra pared saliendo de aquella luz extraña que apareció de la nada, siento miedo mucho miedo, no parece humano ni siquiera parece un monstruo sencillamente es alguien cuya simple visión me hace temblar.

Sigo tumbada en el suelo temblando horrorizada quiero gritar, pedir ayuda pero no soy capaz de hacerlo ni siquiera soy capaz de dejar escapar un leve susurro, mi cuerpo esta completamente paralizado ante ese ser, mi madre grita lo se puedo escucharla grita de autentico terror el mismo que me invade a mi, también creo escuchar algo saliendo de la boca de mi padre pero ni siquiera se si eso es real.

Entonces veo como aquel ser lo levanta del suelo, se lo que va hacer se que lo va matar y por primera vez en toda mi vida, en ese preciso instante siento lastima de aquel hombre, aquel ser a quien siempre e conocido como mi padre, el hombre que me a golpeado tantas veces, esa persona de la que e deseado su muerte tantas veces, siento una gran lastima por el, entonces veo como algo desgarra su carne haciendo que la sangre gotee por el suelo, algunas gotas caen sobre mi, siento su humedad en mi cuerpo, aunque ahora mismo todo puede no ser mas que mi imaginación ni siquiera se si e muerto y esto no es mas que el infierno.

El extraño ser pronuncia una palabras que no logro escuchar, le dice algo al cuerpo que antes fue mi padre, no se que es exactamente pero puedo ver su cara tiene miedo sabe que esta muerto y que nada le salvara, es curioso pero su rostro es idéntico al que pone mi madre cuando el la golpeaba, el mismo rostro que creo haber puesto yo otra veces, es el rostro de la rendición, el rostro de una persona que sabe que su final a llegado y que no puede luchar de ninguna forma.

Aquel hombre arrastra su cuerpo hasta el cuarto contiguo veo el rastro de sangre en el suelo y a mi madre que me agarra chillando algo, ya ni siquiera puedo entenderla a ella, mi mente esta completamente embotada no logro comprender nada solo me quedo allí sin reaccionar de ninguna manera.

Noto como todo mi cuerpo empieza a brillar otra vez, esta vez lo se seguro es mi cuerpo y no otra cosa estoy brillando completamente y algo comienza a marcarse por todas partes, en ese preciso instante aquel ser aparece y se acerca a mi, e dice que tenemos que irnos, yo quiero reaccionar decirle que no, pero solo puedo estar allí entre los brazos de mi madre mirándolo sin saber por que en mi rostro se marca una sonrisa y sin poder decirle nada.

La niña no me hace caso, puede que esté en shock por lo que acaba de acontecer. No la culpo, pero si va a tener que luchar en la guerra para la que la acaban de elegir no podemos esperar a que se sobreponga.

Aparto a la mujer arrojándola hacia un lado y me dispongo a coger a la niña, pero su madre es tenaz y fruto de la desesperación arremete contra mí lanzando puñetazos contra la coraza gritando que deje en paz a su pequeña. Empieza a molestarme pero no tenemos tiempo que perder, los demás llegarán pronto, ávidos de empuñar sus armas contra mí: En otra situación los esperaría aquí, pero me importa la seguridad de mi máster. Si está a salvo podré ocuparme de cada siervo y maestro rival sin preocupaciones.

Recojo entre mis brazos a la niña. Percatada de que no puede hacerme nada con las manos vacías la mujer corre hasta la cocina mientras grita y repite que no me la llevaré.

No temas, nada te pasará. - le susurro, apresada entre mis brazos. 

Para cuando vuelve nos encontramos en el balcón, lleva un cuchillo de cocina y me grita que suelte a su hija. La ignoro, mi mascara le devuelve la mirada y algo la aterroriza, carga contra mí, pero ya es tarde: salto del balcón sin mediar palabra. Una docena de metros abajo aterrizo sin mayores problemas y comienzo mi carrera arropado por la oscuridad de la noche y la mortecina luz de las farolas.

La chica no se mueve ni hace absolutamente nada, solo te mira y tiene esa extraña sonrisa en su rostro, algo extraño que no puedes lograr a comprender.

Mientras caminas notas una gran fuente de energia que de seguro puede notarse por toda la ciudad, esta lejos de ti pero esta claro lo que es, un servant esta luchando o puede que algo peor, por que esa energia es sin duda temible.

Me detengo un momento al sentir tan abrumadora energía pero continuo inmediatamente camino hasta los alrededores del hotel PalazzinaG situado en el centro histórico de Venecia, junto al canal Grande.

Allí me detengo. Dejo a la niña en el suelo y observo el acceso al hotel buscando una presa. Al cabo de unos minutos la encuentro, se trata de un jovenzuelo adinerado que va acompañado de dos lindas jovencitas, todos ellos salen de una limusina tambaleándose por la borrachera que llevan encima. Incluso desde mi posición soy capaz de escuchar sus risas.

Espera aquí, niña. Vuelvo en un momento.

Al momento me encuentro detrás de él. Subo con ellos en el ascensor hasta el último piso y durante ese tiempo tengo que hacer un verdadero esfuerzo para no matarlos allí mismo. Una de las chicas me vomita casi encima y los otros dos se ríen y mofan de mi atuendo.

El mocoso tiene todo el piso para él. Salen del ascensor y yo me quedo allí, las puertas se cierran y ellos no dejan de hacer burlas gritándome algo sobre el dinero que tiene y lo mierda que soy.

Las puertas vuelven a abrirse y salgo del ascensor. Agarro a ambas chicas por el cuello y les rompo la tráquea en un suspiro, el chaval se mea de miedo al escuchar los crujidos, ambas chicas caen al suelo desmadejadas y el chico no es capaz ni de moverse del sitio, clavado como una estaca.

Puedo entender que te rías, muchacho, has venido a divertirte... pero no que te burles de los demás. Es más, cuando alguien me ofende, me enfado y cuando me enfado... la gente muere. - le explico y acerco mi rostro enmascarado al suyo.

Cojo su cabeza entre las manos y le retuerzo el cuello. Algo rápido.

Saqueo su cadáver: llaves, cartera, móvil... Abro una de las habitaciones y llevo los cadáveres hasta uno de los dormitorios. Cierro la habitación y vuelvo a por la niña.

No se muy bien que esta pasando pero estoy con aquel hombre, es raro pero me siento comoda entre sus brazos no parece alguien tan horrible, su mascara de miedo y el parece no sentir emocion alguna por como se mueve pero estoy tan comoda entre sus brazos ni tan siquiera puedo entender por que.

Sigo queriendo gritar, llevo luchando por ello desde el mismo momento en el que aparecio pero no puedo mover ni un solo musculo de mi cuerpo, es como si todo mi cuerpo hubiera dejado de ser mio, ya ni tan siquiera soy capaz de sentir las extremidades de mi cuerpo.

El me deja en el suelo en medio de la calle, supongo que por que ya es hora de morir, espero a que saque algun cochillo o que sencillamente me golpee hasta la muerte, pero no lo hace y la forma tan cuidadosa con la que me deja en el suelo es muy extraña, no logro entender por que hace todo eso, si me esta secuestrando o sencillamente quiere burlarse de mi hasta la hora de mi muerte.

Tampoco tiene ningun sentido secuestrarme no tengo nada, mi familia no tiene nada somos pobres y ahora ademas tengo a mi padre muerto, no lo echare de menos nada en absoluto pero aun siento lastima por el por la forma en la que murio, se lo merecia sin duda pero no creo que mi madre o yo misma merecieramos contemplar como lo mataba.

Mi madre, la hecho de menos aunque solo hace unos minutos que la e visto es tan extraño es como si ya me diera por muerta como si todo hubiera terminado para mi, el hombre se marcha y yo creo ver una esperanza, tal vez alguien me encuentre en medio de la calle y me ayude, pero nuevamente me equivoco el regresa y me vuelve a coger en brazos, lo hace con cuidado y podria jurar que hasta hay ternura en su forma de sujetarme pero sencillamente creo que e perdido la razon igual que ya no puedo ni tan siquiera moverme.

Llevo a la niña hasta la enorme y lujosa suite, la suelto sobre una amplia cama con sábanas de terciopelo. Éste va a ser tu hogar por el tiempo que estemos juntos, mañana iremos a comprar algo de ropa que te siente bien y si tienes hambre no dudes en pedir al hotel lo que desees, tienen cocina las venticuatro horas.

Y con esto dicho voy al dormitorio donde están los cadáveres. Los desnudo por completo, le destrozo el rostro al muchacho, los envuelvo entre las sábanas, arrancando los bordados que las identifican como propiedad del hotel y los llevo hasta el balcón. La vista del gran canal es espléndida.

Me quedo un buen rato observando el canal a fin de cerciorarme de que no pasa ni un barco, ni una góndola y cuando estoy preparado arrojo uno de los cuerpos, de una chica, lo más lejos que puedo. Pasado otro rato hago lo mismo con el otro cuerpo.

Finalmente agarro una cortina, eliminando cualquier identificación y me la ato al cuerpo, cojo el cadáver del chico y junto con él me zambullo en el agua del canal. A pesar del peso adicional, puedo nadar bien, apenas hay corriente en los canales así que me muevo sin prisa hasta encontrar un buen lugar: uno de los postes que sirven de cimientos de uno de los paseos de la otra orilla, uso la cortina para dejar atado el cadáver al poste.

Vuelvo al hotel. Escurro el agua lo mejor posible y afortunadamente parece que nadie se fija en ello. También es habitual que haya zonas mojadas en el recibidor pues los viajes en góndola de noche son los favoritos de los románticos.

El hombre me tumba en una cama y me habla de que ese es mi nuevo hogar mientras este con el, sus palabras suenan a que estare con el hasta que decida matarme, me dice de comprarme ropa y de que pida comida eso si que ya no tiene ningun sentido, no entiendo para que quiere darle de comer y vestir a la persona que va matar, aun asi que puedo hacer, estoy completamente paralizada y no puedo ni hablar.

Se va de la habitación y yo noto como las lagrimas resbalan por mi cara mientras permanezco tumbada sobre la cama sin poder hacer absolutamente nada.

Ya de nuevo en la habitación cierro la puerta para que no nos molesten, me quito la capa, la coraza y el resto de protecciones salvo la máscara que está fija sobre mi rostro. Me preocupa que la niña no haya dicho una sola palabra, puede que haya sido demasiado para ella.

La encuentro donde la dejé. Me siento a su lado y reviso su estado. Aparentemente está bien pero siguen sin reaccionar, como si no... qué tonto he sido por no darme cuenta antes de ello: no está únicamente cansada, sus reservas de energía están agotadas por haberme traído aquí.

Me quito los guantes y coloco las manos, una sobre su frente y otra en su abdomen. Espero que esto funcione. A continuación me concentro intentando enviar algo de maná para rellenar sus reservas, a fin de cuentas a mi me sobra, cada vez que mato a alguien mi energía aumenta.

El hombre se quita su extraña vestimenta y me mira, desconozco que me ara a continuación pero esa mascara me da tanto miedo que no puedo hacer mas que mirarle mientras las lagrimas siguen resbalando por mis ojos, me gustaria decir que tengo miedo pero no es miedo lo que siento, no le tengo miedo a el ni a nada en realidad, solo me siento impotente y furiosa, furiosa con migo por no haber sido capaz de evitar esto por no estar junto a mi madre, por lo menos esta sola y ese apestoso no volvera a tocarla ni a ella ni a nadie.

Observo como pone sus manos sobre mi cuerpo y dice algo de que espera que funcione, no se a que se refiere pero supongo que tengo que esperarme lo peor, entonces noto como una calida sensación recorre mi cuerpo, empiezo a sentir mis cuerpo no demasiado pero al menos se que esta alli.

- Gracias- digo casi en un susurro sin estar segura de por que se lo agradezco.

Cena algo y descansa, mañana te contaré lo que sucede. - Me levanto de la cama y salgo de la habitación - Por cierto, he dicho en el hotel que incomuniquen el piso... así que no pierdas el tiempo intentando hablar con tu madre o con las autoridades.

Atraerías demasiado la atención y mañana aún tienes que pasar desapercibida si queremos ir de compras.

Vuelvo a colocarme la capa y salgo del hotel. Más tarde encuentro el hogar de la niña invadido por agentes, la madre se encuentra arropada por los sanitarios de urgencias, mientras los agentes buscan evidencias y se disponen a levantar el cadáver. Venecia es una ciudad eminentemente turística y han sido rápidos en llegar, cuanto antes lo solucionen mejor.

Lo mismo opino yo. No quiero matar a la madre, pero me ha visto y no puedo desembarazarme de la máscara que oculta mi rostro, y tampoco puedo dejar que nadie que haya hablado con ella viva para contarlo. Me reprocho no haberla matado antes, cuántas vidas se habrían salvado de manchar mis hojas, pero no quería que la niña me odiase - tendría que darme cuenta que nunca ocurre nada como yo quiero, estoy destinado a que todos se aparten de mi lado.

Con esa frase mil veces repetida en mi cabeza me dispongo a hacer lo único que parece que se me da bien realmente. Matar.

Agentes, sanitarios, bomberos... el forense y un par de ayudantes del departamento de pruebas. Todos muertos, ninguno estaba alerta, ninguno hizo caso de las advertencias de la madre sobre mí, ninguno fue capaz siquiera de dar un grito de alarma o coger un arma. Para cuando me presento delante de la madre ella ya se ha dado cuenta del silencio que reina en el lugar, y de la oscuridad que parece envolver cada vehículo.

Sólo hay una forma de mantener a salvo a tu hija. - Le digo y preparo mi cuchillo. Entonces ella hace algo inaudito, rezar. Y no un rezo simple, no una plegaria escogida al azar del cual solo conoce un par de fragmentos. Recita el santo rosario.

La mano me tiembla y recuerdos que permanecían olvidados vuelven a mi memoria. - Has salvado tu alma y también tu vida.- Retiro el cuchillo.- Si quieres salvar también la de tu hija enciérrate en un convento, acoge el voto de silencio y en unos meses volverá a ti, te doy mi palabra, puedes creerla como que Dios existe. No dejaré que nadie le haga daño.

Ella asiente, aun llorando y me jura una y otra vez que hará lo que sea para que su niña no muera. La llevo hasta una calle donde pasan taxis y le pido a uno que la lleve al convento más alejado, el conductor se queja pero le doy todo el dinero que las chicas llevaban encima y se da por conforme.

Si no me haces caso, morirás, pero no antes de saber que ella lo hizo antes que tú. - la amenazo antes de que el coche se marche.

Henchido con las energías de las muertes que he provocado vuelvo al hotel, una vez más, esta vez para descansar de mis andanzas y tropelías.

Aun no me siento con muchas energias pero en cuanto se marcha me levanto casi arratrandome me coloco frente al espejo de la habitación, estoy horrible, completamente horrible me quito la ropa y me meto en la ducha, se que tengo moratones por todo el cuerpo, especialmente en la cara, me e visto y tengo ojeras marcadas como si no hubiera dormido durante dias, no me reconozco a mi misma.

El agua caliente que cae de la ducha me reconforta un poco, no logra aliviar el cansancio que siento pero al menos hace que mis musculos se sientan mejor, pienso que tal vez tendria que comer como me a ordenado, pero se perfectamente que no lograria dar ni un solo bocado, mi estomago esta cerrado y yo dentro de poco tambien dudaba que pudiera mantenerme despierta por mucho que lo intentara.

Sali de la ducha y me pare frente al espejo completamente desnuda y entonces vi aquellas marcas sobre mi piel, como una especie de tatuaje que no recordaba haberme hecho nunca, pasaban por todo mi cuerpo, desde el pecho hasta los pies siempre en lineas extrañas, la toque con las manos sin entender que sucedia alli, cuando me habia hecho eso aquel hombre.

Cerre los ojos deseando que volviera que estuviera frente a mi y respondiera a todas mis preguntas, que no fuera capaz de negarse a responderme pasara lo que pasara, entonces una de las marcas de mi cuerpo comenzo a brillar y segundos despues habia desaparecido y el estaba frente a mi.

Un momento estaba en la calle y al siguiente me encontraba en la habitación, frente a la niña. Unas bandas luminosas que me rodearon fueron el único indicio de lo que sucedía. En apenas unos segundos las mismas bandas que me habían transportado se enroscaron y pude sentir la orden que el máster había dado.

Has llamado y aquí estoy. Quieres respuestas y te las voy a dar. - afirmé rotundo.

Las bandas eran invisibles para todos salvo el propio servant. Podía luchar contra ellas pero lo único que se conseguía era recibir un dolor insoportable hasta que te rendías. Ésta no era la primera vez que era llamado a filas...

Has sido elegida como "master" por el Santo Grial para luchar en la Guerra que tendrá lugar aquí. Normalmente los "master" son magos que tienen amplios conocimientos sobre la Guerra del Grial y se preparan para ello, buscando reliquias para convocar a siervos poderosos y mejorando sus habilidades.

Cada "master" tiene a su servicio un siervo o "servant", éstos suelen ser espíritus heróicos o personajes famosos que han trascendido el imaginario colectivo, normalmente comparten los objetivos de su "master" y son los que combaten contra el resto usando sus habilidades y terribles poderes. Existen 7 clases normales: Archer, Saber, Assasin, Lancer, Magus, Rider, Berserker y varias clases apócrifas: Avenger entre ellas. Yo soy de esta última.

La victoria en este macabro juego divino conlleva la realización del deseo que formule la pareja ganadora.
La derrota conlleva, la desaparición del servant de esta realidad y normalmente la muerte del master...

Esto era lo peor de estar involucrado en la guerra de Grial. Por mi condición nunca podría aspirar a ser master, pero aun así el Grial podía obligarme a aceptar los votos que los demás servants tenían. Puede que algunas cosas estuvieran bien, pero obedecer órdenes nunca me había gustado. Y menos cuando yo no podría conseguir lo que deseaba.

A estas alturas te habrás dado cuenta que posees numerosos tatuajes por el cuerpo - en este momento hago una pasada por el cuerpo desnudo de la niña y sonrío tras la máscara - lo normal es que aparezcan solo en una parte del mismo. Se les llama Reijus, o comandos de batalla.
Te proporcionan la posibilidad de intercambiar energía mágica conmigo necesaria para lanzar conjuros e invocar el contrato con un servant, puedes usarlo para transportarme a tu lado o para comunicarte conmigo y para hacer que te obedezca, si me niego a cumplir tu orden, uno de tus tatuajes se borrará, como ha sucedido ahora, para obligarme a cumplirla. Cuando te quedes sin tatuajes dejarás de ser mi master y no podrás optar a la victoria en la Guerra... y unicamente un master puede coger el Grial, por lo que estamos destinados a llevarnos bien.

Hago un ademán, señalando la ciudad que se ve por la ventana. Éste es el campo de batalla.

Me vuelvo hacia ella. Por último pero no menos importante, siempre existe un "árbitro" que se ocupa de que la Guerra se lleve a buen término en las condiciones exigidas por el Santo Grial así como de informar a los participantes acerca de cualquier novedad o incluso de aleccionar a los nuevos masters, ya que a veces, como ha sucedido contigo son elegidos masters sin formación ni conocimientos. Este árbitro se encontrará en un lugar sagrado, zona donde los Servants tienen prohibido luchar.

Querrás visitarlo, pero no vestida como ibas... por eso quería ir de compras.

Casi caigo al suelo cuando el aparecio retrocediendo asustada completamente horrorizada de ver que volvia a salir de la nada, apenas si logre mantenerme en pie y mirarlo pero esta vez sin miedo ni desafio ni nada, simplemente mirando como el que mira una pared que esta alli inevitablemente.

Empieza hablar y me cuenta cosas sobre una guerra por el Santo Grial, no soy creyente asique no entiendo muy bien de que me habla ni que es eso, pero menciona a magos y a algo llamado servant, quiere que luche a su lado para conseguir ese objeto que se supone concede deseos.

Todo es muy extraño pero por lo menos llego a comprender lo de las marcas aquellos extraños tatuajes que recorren todo mi cuerpo, no se del todo que son pero si que con ellos puedo ordenarle que aga cualquier cosa que yo quiera y no podra negarse a obedecerme, aunque todo lo demas no lograse entenderlo nunca con eso seria suficiente, si podia evitar que siguiera matando  para mi seria todo lo necesario.

- Yo me llamo Iria- dije teniendole una temblorosa mano, no por culpa del miedosi no por que apenas si tenia fuerzas para menterneme en pie - Yo no se si podre ayudarte en esa guerra pero si me prometsr que no mataras nunca mas a gente inocente are lo que me digas-

Las bandas desaparecieron y volví a ser dueño de mí. Encantado. - y le hice una reverencia. Puedo prometerte que no mataré indiscriminadamente, y que únicamente mataré inocentes si no hay otra opción.

Volví a levantarme y le puse la capa para cubrir su cuerpo. Cuando veas al árbitro, él podrá aleccionarte sobre lo que puedes o no hacer para ayudarme.

La acompañé hasta la cama. Por el momento descansa. Mañana será un día muy duro.

No digo nada mas, dejo que me acompañe hasta la cama y me meto en ella, ni tan siquiera me molesto en vestirme, estoy demasiado agotada para darme cuenta de que solo su capa cubre mi cuerpo, teniamos que ir a ver a ese tal juez, que si lo que decia era cierto me ayudaria a entender lo que sucedia, pero todo podria ser un engaño absurdo para simplemente venderme. 

No me da tiempo a pensarlo caigo dormida casi en el acto.

La chica duerme pero el servant que esta lanzando esa energia sigue aciendolo y no parece que nadie aga nada por remediarlo.