Partida Rol por web

Es una mañana soleada y brillante. El aire está lleno de la alegre risa de los estudiantes de la preparatoria. Hoy hay mas actividad de lo usual en la reja delantera del instituto, ya que una multitud de estudiantes están siendo llamados de a uno. Preguntándose que sucede, trata de ir colándote al centro de la reja ve a su amigo y presidente del consejo estudiantil, Issei Ryuudou. Naturalmente, este también se fija en él nada mas te acercas.

-Buenos días. ¿Que buen clima estamos teniendo hoy, eh? -le miró con curiosidad- ¿Porque estás tan sorprendido? Se anunció en la asamblea pasada que el Consejo Estudiantil endurecería las reglas de la escuela. Me encargaron la tarea de ejecutar inspecciones para asegurarme de que los estudiantes estén cumpliendo las normas. Y ya que estás aquí, deberé decir que incluso los viejos amigos están obligados a someterse a ello.

Sin decir mas, se puso a chequearle de arriba a abajo.

-¡Calcetines...chequeados! -había mirado que estuvieran presentes- ¡Uniforme...chequeado! Dobladillos correspondientes...chequeados!

Era un tanto cómico ver que Issei tomara tan en serio esa clase de cosas, pero reírse seguro provocaría su enfado.

-Lo próximo...contenido de tu maletín. Libros de texto, cuadernos de apuntes, caja de lápices...ni un ápice de contrabando. Incluso tus uñas están bien cortadas y tu corte de pelo resulta sensible y ordenado. -asintió, satisfecho- De verdad, destacable. ¡Eres un estudiante modelo de la academia Homurahara! Alguien como tu debería considerar un futuro en el gobierno estudiantil, te ves perfecto para ello.

Puso las manos en la cintura.

-¡Ahora, al aula de clases! Disfruta tu día. -dijo, y antes de que pudieras responder el señor Presidente Diligente del Consejo Estudiantil paso a chequear a otro estudiante cercano. Naturalmente, los estudiantes chismorrean sobre el tema de la inspección. Las cosas normalmente son así de bulliciosamente agradables por las mañanas. Otro pacífico comienzo de otro pacífico de día.

Entrando a la academia, todo está como siempre. Pasillos amplios con multitud de puertas corredizas para ir a clases y chicos y chicas de acá para allá yendo a sus aulas. Él también debería ir a la suya pronto, si no era su deseo incitar la ira del Tigre. Como siempre, una de las primeras puertas cerca de la entrada era el Almacén de suministros. La puerta estaba firmemente cerrada desde que recordaba, y los estudiantes tienen prohibido terminantemente entrar ahí.

Apenas ingresa a su aula de clases, ve a Matou con un montón de chicas a su alrededor. El porqué es tan popular le resulta un misterio. Si, es atractivo, pero...

En ese momento, este repara en él.

-Hey, ¿cuando apareciste? Eres tan callado y aburrido que ni siquiera te había notado. Incluso siendo amigos desde... -se quedó un momento, pensativo- ¿Desde nuestra infancia, no? Como sea, el punto es que eres aburrido como tierra. No es como si pudieras remediarlo de todas formas. Todos se ven aburridos y estúpidos a mi lado, después de todo.

Es un poco temprano para tanto abuso, pero en Shinji Matou esto es normal. Su arrogancia es casi tangible, y hace que las chicas a su alrededor chillen de alegría. Mas que misteriosa, su popularidad resulta antinatural.

-Estaba haciendo un tutorial de matemáticas, para alguien como yo es demasiado sencillo.

Una de las chicas miró el problema que acababa de resolver Shinji en su cuaderno, contenta. Luego de unos momentos sin embargo, su mirada era de duda.

-Espera un momento, Shinji...¿no está mal este resultado lo mires por donde lo mires?

-¿Q-que? Yo resolví eso, no hay forma de que esté mal.

-Pero...¿desde cuando 14 + 46 es igual a 79?

-¡Yo no cometí semejante error, es tu culpa! ¡Ustedes son las idiotas aquí, no yo!

Al alzar Shinji su voz, el grupo de estudiantes vuelve a sus asientos, en pánico. El chico de cabello azul suspiró, fastidiado.

-Odio relacionarme con el proletariado. Especialmente cuando piensan que son mis iguales. Es realmente patético que esos gusanos no entiendan su lugar. -le miró, sonriendo afablemente- Por eso me gustas tanto. Incluso siendo tan aburrido, sabes no tratar de robar mi trueno. ¡Eres el Ayudante Supremo!

Aún y con todo, Hakuno no tiende a tomar esa clase de comentarios como una ofensa. Para él, es simplemente natural. Por algún extraño giro del destino, él y Shinji son amigos. Realmente no recuerda cuando sucedió eso...tratando de rememorar, la campana suena interrumpiendo sus pensamientos.

Y como siempre, el Tigre pasa la puerta volando para llegar a tiempo.

-Phew... -respira agitada, recobrando aire y mascullando cosas para si- Lo hice...Buen d...

¡Pum! La profesora Fujimura tropieza con sus propios pies, yendo a parar al suelo dolorosamente. Al caer, su cabeza se golpea en el borde del escritorio. La clase se vuelve silenciosa, todos los estudiantes prestan atención al suceso, cuchicheando cosas.

-Hombre...¿como hace para caer siempre en el mismo lugar? -dijo un estudiante masculino, con algo de gracia.

-¡Hey! ¡Este no es momento para burlarse! -reprendió una voz femenina.

-Tienes razón...¿no se está moviendo, se habrá desmayado?

Unos pocos valientes se acercaron a formar un circulo alrededor de la aún comatosa Fujimura.

-¡Hey! ¡Señorita Fujimura!

-Sensei...¿estás bien?

La profesora se removió un poco en su sitio.

-¿Ugh...que? -como si nada, la profesora se pone de pie- ¿Que sucede? La clase está a punto de comenzar. ¡Vuelvan a sus asientos todos, fast!

Realmente, Fujimura Taiga era alguien dura. Como si sus memorias sobre su violento viaje al suelo acabaran de ser borradas, mira a todos con severidad para comenzar a impartir clase. Esto pasa todo el tiempo, así que nadie le da demasiada importancia a lo extraño que es esto cada día. Los asientos son ocupados, y la clase comienza con normalidad. El tiempo pasa entre ejercicios y problemas a resolver. Nada parece cambiar en este día a día, una escena que se repite una y otra vez. Las mismas lecciones. El mismo tema. El mismo contenido.

-Hm...hoy vamos a estudiar la biografía del Dr. Pierceman, un talentoso físico quien...

El Tigre conduce las lecciones de forma usual.

-...quizá no lo sepan, pero cuando era mas joven un agente patógeno causó una seria epidemia. Los brotes eran muy comunes en ese entonces. ¡Y pensar que hoy en día casi cualquier enfermedad puede curarse con nano-cosas! Y, para su información, sigo siendo joven. Eso estará en el examen, así que no lo olviden.

Y la campana suena.

-Muy bien, eso es todo por hoy. ¡Estudien mucho esta noche!

-Mira quien está aquí...¡el as del periódico escolar! ¿Tienes alguna nueva? -frunció el ceño- ¿Que? ¿Lo olvidaste? ¡Tienes que escribir un articulo sobre misterios sin resolver de Homurahara! Te lo dije ayer...vamos, apresúrate, o no llegaremos a tiempo. Mira, siendo buena te diré que investigué un poco por mi cuenta...dicen que últimamente hay alumnos que están desapareciendo sin dejar rastro debido a que hay un portal a otra dimensión en algún sitio. ¿No es aterr...digo, ridículo? Como sea, ve a desenterrar la verdad! Y no dejes piedra sin voltear. Los lugares sospechosos son el techo, el Dojo de Arquería, y el pasillo del primer piso. 

Primero dio unas vueltas por el pasillo del primer piso, sintiéndose ridículo. No había nada ahí, y estaba lleno de gente además. Quizá sería mejor ir al Dojo a echar un vistazo por pistas. Pero, al pasar junto al almacén de suministros para salir al exterior, sintió una ligera sensación de mareo y su visión se tornó momentáneamente borrosa. Estaba seguro de que escuchó algo moviéndose tras la puerta. Como regla, sabe que ningún estudiante tiene permitido entrar ahí, debe ser una rata o algo. Pero por alguna razón, sus ojos no pueden dejar de mirar la puerta, cuando...esta se abre hacia atrás, violentamente.

-¿Que crees que estás haciendo? -sin aviso, un hombre aparece de las sombras del umbral. Con una expresión severa y vestido en negro, este individuo en si se ve bastante intimidante. Sus cabellos lisos y ojos son negros también y su mirada se ve un tanto...vacía, por describirla de alguna forma. Pero la intimidación es reemplazada rápidamente por una sensación de disconformidad e intranquilidad.

De repente, una abrumadora sensación de peligro pone la piel de todo su cuerpo como de gallina. Su fría mirada le da escalofríos, como si estuviera marcándole para morir. Por alguna razón le parece como si estuviera decidiendo en aquel mismo momento si quebrárle el cuello o despellejarle vivo.

-...-guardó un largo momento de silencio- Extraño. Tu nombre no aparece en la lista, pero sería mejor si me asegurara...-murmuro alguna cosa mas de forma ininteligible para él mientras extiende una de sus manos. Nauseas y vértigo le recorren, la sensación es como la de ser un conejo observando a un lobo acercarse. Sin embargo, antes de llegar a estar en su rango, se detiene.

-Ni siquiera estás tratando de luchar. Mis sentidos deben estar pesados...será mejor que descanse. -con una nota de disgusto, baja su mano. La sensación de tener los pies pegados al suelo desaparece con esto, producto de la bajada de la tensión ambiental. El hombre continúa dándole esa mirada severa con esos ojos muertos que tiene.

-Los estudiantes tienen prohibido entrar al Almacén de Suministros. Harías bien en recordar eso. El campus estña por cerrar, así que te recomiendo irte a casa. -giró hacia la puerta de la que acababa de salir- ...Mi nombre es Kuzuki. Estaré enseñando aquí a partir de mañana.

Dicho esto, entró de nuevo en el Almacén de Suministros cerrando la puerta tras de si. Todo a su alrededor seguía normal, como si nada hubiese pasado. Los estudiantes que estaban por allí viendo tu encuentro con Kuzuki no parecieron interesados al respecto ni parecían extrañados. Nada fuera de lo ordinario...pero para él, que sentía el sudor en su cuerpo, aquello era demasiado real como para ignorar.

Genial, ahora la escuela tiene un profesor que daba claros sentimientos de intenciones homicidas.

Otro día. En el aula, hoy Shinji no tiene el grupo de estudiantes femeninas usual a su alrededor, lo cual indica que está de mal humor como para mantenerlas distanciadas. Naturalmente, se acerca a preguntar que sucede.

-¿Que? ¡Como si te fuera a decir si pasara algo! Que no pasa, por supuesto. Nada ha sucedido. Hey, conoces a esa reina de hielo, Rin Tohsaka? Parece creerse que es mejor que todos los demás. Primero pensé que sería la única en entender lo solitario que es estar en la cima. Traté de hablarle ayer, pero la conversación no fue a ninguna parte. Quizá le intimidó mi presencia o algo. Quizá perdí un par de puntos por ponerme violento, pero las chicas que me contestan merecen una bofetada como correctivo. -resopló con desprecio- Nunca me atraería semejante perra agresiva como ella, sin importar lo buena que esté. Que desperdicio...sería perfecta si pudiera mantener su boca cerrada. ¿Estás de acuerdo, verdad?

Aparentemente ha habido algo de tensión entre Shinji y esta tal Rin Tohsaka. Conociendo a Shinji, seguro intentó conquistarla y fue rechazado. Usualmente su acercamiento agresivo funciona con las chicas, pero parece que este no fue el caso. Naturalmente debe ser esta la causa de su molestia. La vida es mas interesante cuando da pequeñas sacudidas como estas.

La puerta se abre, y como todas las mañanas...

-Phew... -respira agitada, recobrando aire y mascullando cosas para si- Lo hice...Buen d...

Y la escena se repite. Fujimura Taiga cae al suelo golpeándose la cabeza. Y el día comienza nuevamente.

-Aunque la Gran Guerra terminó, muchos conflictos regionales persisten. Las batallas han continuado desde hace 30 años...

Dando la lección, se encuentra Kuzuki Sensei. Se supone que enseña matemática, pero se ha ido un poco de curso.

-Ahora, en lugar de por ejércitos, los ataques se han multiplicado en escala y número, y vienen de manos de terroristas. Y en un intento por suprimir a los grupos terroristas...

La campana marca el fin de la clase. La tensión del aula de clases cae de forma drástica con esto.

-Bien, terminamos aquí hoy. Hay un anuncio que debo hacerles de parte del Consejo Estudiantil: Está habiendo casos de gente atacada a cortes y gente desaparecida en un número alarmante, se les recomienda a todos no distraerse y volver a casa de inmediato.

Era un gran aviso, pero él aún debía hacerse cargo del club. No tenía nada aún sobre el tema del Club de Periodismo. Yendo rumbo a esto, escuchaba rumores de otros estudiantes, sobre todo de las femeninas.

-Viste a esa espectacular chica subiendo las escaleras?

-Debes estar hablando de Rin Tohsaka de la clase B.

-Nunca oí de ella.

-¿Nunca? Atlética, hermosa, académica, con clase...o una engreída Señorita Perfección que todos los chicos adoran. No sería irrealista decir que es la chica mas popular de aquí.

-Pero...no está usando el uniforme escolar, está de rojo. ¿Como explicas eso?

-¿Hm? No lo he notado.

-¿Quizá esté recordando mal...?

-Como sea, vamos al Club pronto...

-Ah, si...

Las tres chicas se dispersaron, y del otro lado del pasillo vio a su jefa de edición esperando por él. De hecho, se acercó, impaciente.

-Olvida de momento el otro artículo. Hay rumores de una misteriosa Caperucita Roja del Techo rondando, una estudiante que no usa el uniforme escolar. ¿Favoritismo de los profesores? ¡Ve y encuentra la verdad al respecto, pronto! -con su atropellamiento normal, la jefa cerró los puños, animándote. Aparentemente esperaba que salieras corriendo por ello.

Por regla general, está prohibido venir al techo. Pero aún así, tras girar el picaporte, lo primero que observó es la elongada sombra de alguien. Bajo el cielo rojizo, una simple chica en ropa roja mira hacia abajo, al resto de la ciudad que se expande en la distancia. Como si estuviera retratada por el efecto de los rayos de sol sobre ella, su ropa roja tiene un brillo naranjizo por el sol poniente.

-Que hermoso atardecer...debe ser una gran vista para la gente que vive aquí. Es una hermosa escena. Una pena que realmente no exista. Este mundo se ve pacífico...es una lástima que deba terminar. Una imitación pobre del mundo real, y de mal gusto...¿habrá algo que ver aquí que valga la pena recordar?

No esta seguro de si la voz carga disgusto o desprecio. Una sonrisa calma cruza los labios de la chica al verle. Su mirada firme le hace pensar que viera cosas que otros no, y esta brilla rivalizando el fiero rojo del cielo.

-¿Que? ¿Es alguna notificación del sistema? Gracias por traerla hasta aquí.

Esperó unos momentos, en los cuales él solo le miró sin entender.

-¿Hm? ¿No es eso? Entonces debes ser uno de los genéricos N...estudiantes. -suspiró, hablando por lo bajo como si no pudieras oírla- Si un NPC puede subir hasta aquí, debería buscar otro sitio para estar.

Se acercó a ti, mascullando otras cosas.

-Bueno, al menos es una buena oportunidad para ver a uno de los tuyos de cerca. Quédate quieto. -de forma inesperada, uno de los suaves dedos toca su mejilla...y su visión se vuelve estática unos momentos.

-¿¡Que es esto!? Un aviso del sistema...ya veo, el contacto directo rompe las reglas, después de todo. -y tras un momento de menos de un segundo de interferencia estática, la chica desapareció. No había rastro de que hubiera estado allí nunca. Pero, él recordabas su figura. Tenía aún vibrando el toque de su mano en la mejilla. Definitivamente esa chica había estado ahí hacía nada mas un instante.

El presidente de clase, casualmente, llegó al techo inmediatamente.

-Oye, ¿que haces aquí? Las clases ya han terminado, ¡a casa! -la voz de Issei Ryuudou en la entrada de la terraza le trae de vuelta a la realidad. Seguro solo está cansado, mañana aclararás sus ideas y hablara con la editora jefe.

Entró a clase, era un nuevo día. Como era usual, Shinji parecía tener la mesa llena de admiradoras. Tomó asiento en el pupitre a un lado, su lugar usual.

-"Te lo digo, no tienes talento. Mejor ríndete antes de que parezcas un retardado". ¿Y saben que fue lo que respondió? -parecía que Matou contaba una historia con bastante deleite a su público.

-¿Que? ¿Que dijo? -preguntó una de las chicas, impaciente.

-¡Queremos saber!

-Pues, se puso todo "boo-hoo" y dice..."Seguiré practicando hasta ser mejor. Al menos puedo ser mejor que tu, que te saltas las prácticas, -rió un poco- Lo siento, pero necesito reír. Todos saben que nadie puede "practicar" para ser un genio. ¡Si quiere practicar algo, que practique como no sonar como una herramienta! El tipo no es del todo un gusano, pero sigue siendo basura que necesita encontrar la papelera. Jajajaja...tarado. La gente no es creada igual. Incluso la gente que nace un poco por encima de la media no puede llegar al nivel de quienes somos naturalmente talentosos.

-Debes ser muuuuy talentoso como para no necesitar practicar, Shinji -dijo una voz admirada, femenina- Me siento mal por ese chico.

-La basura no puede evitar ser basura. Debería tratar de dejar de soñar con ser algo mejor.

La campana suena. En respuesta a esta, las chicas y sus risitas vuelven a sus asientos. Mientras esto, Hakuno había quedado prendido de algo de lo dicho. Fuera Shinji talentoso o no, estaba claro que él mismo era un don nadie. Incluso cuando trataba de pensar en el futuro, se sentía abrumado. No tenía metas, pero esperaba que si seguía pululando por ahí como siempre llegaría a un futuro estándar, lo cual era algo que le alegraba. Eso es lo que todos hacen, ¿no? ¿Había alguna forma de romper el patrón? ¿Cómo? No tenía idea. Para él, era otro día habitual. Y en ese momento.

Su visión se fue un segundo solamente, pero le había parecido ver estática.

-¡Buen día!

Fujimura entró al salón tranquilamente y se acomodó en su pupitre. Y eso hizo que sus sentidos explotaran. No era una reacción a la profesora, pero su corazón latía de prisa. Su cuerpo estaba en alerta total. Parpadeó varias veces, pero en el rabillo del ojo ahora quedaba algo de estática que cubría con un velo extraño su visión normal.

-Bien chicos. Es un poco fuera de ambiente, pero debo presentarles a un nuevo alumno.

El chico que estaba a su lado...con su confusión, no lo había notado ahí. Parecía un poco joven para estar en la clase, si todos tenían 16 promedialmente, él tendría unos 14. Tenía sedoso cabello dorado y ojos verdes y amables. Su uniforme era un tanto extraño, pero nadie parecía notarlo. Realmente ni siquiera parecía un uniforme.

Era él. Ese chico estaba causando que su cuerpo se encontrara en ese estado de nervio.

-Adelante, Leo. Presentate.

El chico le miró con curiosidad.

-¿Con que propósito? -preguntó con suavidad.

-¿Uh? -Fujimura se vio confundida por una pregunta extraña como esa- Bueno, como estas yendo a clases con esta gente, estoy segura de que querrán saber quien eres.

-Ah...ya veo. Esta buena gente no conoce mi nombre aún -dio un paso al frente, alzando la voz para que pudiera escucharlo el salón- Todos, mi nombre es Leonardo Bistario Harway. A su tiempo, será un nombre conocido en todo el mundo, pero por ahora es el nombre de su compañero de clase. Estoy encantado de conocerlos, espero que disfrutemos nuestro tiempo juntos.

...
...
...

La clase quedó en silencio. No hay burlas sobre sus maneras excéntricas o cuchicheos sobre lo hermoso que es. En cambio, la clase parece estar cautivada por su porte real. Casi en trance, de hecho. Las palabras de Shinji vienen a su mente nuevamente. A esto se refería con estar a otro nivel. Ninguno de ellos, los plebeyos, podía aspirar a llegar al nivel en el que vivía ese chico rubio. No sería exagerado decir que su existencia es trascendental. Como ciervos encandilados, todos estamos inmóviles ante una presencia mas brillante que la de ninguno. Su lugar natural es arriba, mirándonos a nosotros desde abajo como un Rey. ¿Como terminó alguien como él aquí? Debe ser un error.

-Uhmm... -Fujimura rompió el hielo- Como sea, todos. Por favor hagan que Leo se sienta bienvenido. Entonces, Leo, si quisieras tomar asiento...por allí, en la fila de la derecha, hay uno. ¿Está bien para ti?

-¿Leo...? Ah, se está dirigiendo a mi. No me molesta que me diga Leo, solo suena un poco extraño proviniendo de usted. Si tiene una oportunidad, me encantaría que una encantadora mujer como usted visitara mi país algún día.

-¿Q-que? -un suceso extraño tomaba lugar ahora: Fujimura sonrojada- ¡Dios! ¡No bromees con tu profesora! No te golpearé porque fue halagador que dijeras eso, sabes...

-Por supuesto. Aprecio su diplomacia, señorita Fujimura.

Entonces, el chico toma una sonrisa sencilla que solo los niños pueden dar, y toma asiento. Ese simple gesto lava la tensión del aula y la gente comienza a sonreír igualmente. No se le antojaba un rey ahora, sino mas bien un príncipe. Estaban por debajo de él, pero su carisma natural acortaba distancias.

-No me gusta. ¿Coqueteando con la profesora ya? Pequeño bobalicón arrogante...

Por supuesto, quien se queja es Shinji, que está a tu lado. No se ve nada feliz respecto a la situación. El Tigre volvió a hablar.

-Si necesitas algo solo dilo, no tienes porque ser tímido.

-Si, entiendo -respondió con amabilidad Leo- Estoy muy complacido de concurrir a una escuela tan buena.

La escuela terminó sin ninguna otra cosa de interés en el día. Pero, ese Leo...no puede quitarse la intranquilidad que tiene desde que entró a clases. Es como si en su cabeza se hubiesen desalineado engranajes. No, debe estar entusiasmado porque de nuevo, había sucedido algo distinto. Pero por ahora, debería reportar lo de ayer a la editora del periódico. Como siempre, al salir del aura la encontró tras andar un poco con el pasillo, aguardándole.

-¡Ah, nuestro as del club! Encontraste algo ayer? Hmm...

No perdió tiempo en contarle sobre el evento extraño del techo, esperanzado.

-¿Que? ¿La "Caperucita Roja del Techo" desapareció delante de tus ojos? Oh bueno, si desapareció no hay nada que podamos hacer.

Parpadeó. "¿No hay nada que podamos hacer?" ¿Esa es la reacción de la editora jefe? Estaba seguro de que diría algo como "¡Hey, no me asustes con esas cosas!" Aunque, la parte problemática claro, es la poca diferencia que le causa que una persona haya desaparecido.

-Tu siguiente historia sera...¡Misterio en el Patio de la Iglesia!

Ella sigue hablando como si nada sucediera. Ya está pensando en lo próximo a hacer. Debería decirle algo...

-Hey -la chica llamó su atención- ¿Sabías que hay una Iglesia en el campus aunque no seamos un Instituto Misionero o algo así? Dicen que ha estado aquí antes que la escuela, y se rumorea que se practican ritos y está embrujada.¡A investigar!

Con ese gesto, le despachó. El blanco inicialmente, decidió hacer la estupidez encomendada, mientras trataba desesperadamente de entender que estaba pasando. Saliendo por donde debería normalmente haber un patio interior, se encontraba un patio con una Iglesia enorme y una fuente, rodeados de flores. Y cuerpos de estudiantes tirados por ahí. Y en medio de ellos...

Saliendo por donde debería normalmente haber un patio interior, se encontraba un patio con una Iglesia enorme y una fuente, rodeados de flores. Y cuerpos de estudiantes tirados por ahí. Su instinto fue correr hacia ellos para auxiliarles, pero al aproximarse se desvanecieron como si fuesen polvo. Un polvo que se elevaba, formando partículas cuadradas. Y en medio de ellos...el hombre estaba de pie. Su negrura tanto de ropas como de cabello manchaba el colorido escenario. El nuevo profesor, Mr. Kuzuki. Pero el hombre no estaba actuando como un profesor ni por asomo. La enferma malignidad de su arrogante agresión llena el aire.

-¿Porque viniste aquí? Estoy seguro de que cerré la puerta. Supongo que deberé probarte.

Un golpe lo llevó a la negrura momentáneamente. ¿Aún podía mover sus brazos? Acababa de ser golpeado por una fuerza invisible. Kuzuki no se había movido en absoluto. Nadie mas está cerca.

¿Quien?

¿Cómo?

¿Porqué?

Sus pensamientos se arremolinan.

Su corazón late con fuerza.

-Ya veo lo que eres... -su mano se alza hacia Hakuno...

Cuando se dio cuenta, estaba colapsado en el suelo. No había rastro ni de cuerpos ni de Mr. Kuzuki. No tenía herida alguna, aunque el cuerpo dolía por estar en el suelo. El sudor frío que recordaba tampoco estaba...solo un dolor perforante de cabeza.

Quizá solo fue un mal sueño...

Tomó aire y se levantó. Y le pareció que el suelo se estaba moviendo bajo sus pies. Por supuesto, estaba alucinando. Por hoy, solo quería ir a casa...

Al entrar a clases, encontró algo un tanto diferente. El pupitre de Leo estaba rodeado de cierto séquito de chicas que conocía bastante bien.

-Woooow...¿entonces, como resuelvo este problema, Leo? -una voz femenina que estaba acostumbrado a oír desde el pupitre de al lado, preguntaba.

-En ese caso, sustituyes esto por esto, y divides todo entre X. Es la misma ecuación simple que usaste en el anterior.

-¡Whoa, tienes razón! ¡Gracias Leo!

Al contrario que otra persona, Leo ayuda a sus compañeras de clase sin un gramo de condescendencia. Y ese alguien tiene su ceño fruncido mirando al chico nuevo desde su pupitre, con una mirada odiosa.

-Ese grupo de ruidosas idiotas se la chupan a cualquiera que tenga un cerebro mas grande que los suyos que son del tamaño de un frijol. Como sea, la gente que es fea por dentro, es fea por fuera también.

Por una vez, la irritación de Shinji era entendible, sus admiradoras habían migrado hacia Leo.

-Hay que darle crédito al mocoso ese por ser tan caritativo, poniendo encanto a los que siembran...Está desesperado por parecer mas listo que yo, pero el único listo aquí soy yo. Ese pequeño tonto...

Reaccionando a la voz de Shinji, Leo gira en su dirección quitando la vista de los libros. Su expresión es inescrutable, pero no hostil.

-Ah...err... -Shinji se vio sorprendido con la guardia baja. Le tomó un par de momentos hablar en alto- ¿Que quieres?

Leo se levanto de su asiento casualmente. El retroceso de Shinji se tornó en acobardamiento, al cual Leo responde con una sonrisa amable. Al contrario de Shinji, sus gestos están llenos de dignidad.

-Si te he dado alguna razón sin querer para que seas malicioso, me gustaría disculparme profundamente. ¿Shinji Matou, no? Tendré cuidado de no molestarte en el futuro. -con su mensaje firmemente expresado, el chico retorna a su asiento. Su voz suave no trae hostilidad o rencor. Era difícil de creer, pero aparentemente Leo no estaba molesto.

-H-hmpf...parece que sabe inclinarse ante la autoridad de verdad. Como soy un buen tipo, aceptaré su disculpa. No es como si me hubiese molestado o algo. -luego de comprobar que Leo está nuevamente en sus cosas, Shinji habla por lo bajo y se reclina.

Y de nuevo, suena la campana. Fujimura entra a prisas, cae, y se levanta, como siempre. Todo el mundo está insensibilizado al respecto, sabemos que se levantará en unos instantes. Es evidente que Shinji está de mal humor aún. No podía discernir si solo era cínico o si realmente estaba enojado. Pero realmente no le gustaba nada Leo. De todas formas, era lo mismo. Como la entrada dramática de la profesora. Lo mismo, siempre lo mismo.

-De acuerdo gente, retomemos donde dejamos. De acuerdo a la biografía del Doctor Pieceman...

Aparte de alguna pequeña sonrisa de Leo, nada mas sucedió en el día. Solo otro día aburrido de otro montón de días aburridos...

-¿Quien aquí sabe lo que es la amnesia? Pues... ¡Es una condición terrorífica donde un individuo pierde todas sus memorias! Usualmente es causada por traumas severos, infecciones en la mucosa cerebral...la cura para eso fue descubierta por el Doctor Pieceman. ¡Lo que quiere decir, que usar la amnesia como excusa para no hacer la tarea no les ayudará! Cuando era joven muchos se hacían los listos con eso...y sigo siendo joven, eh? ¡¡¡Estoy poniendo esa puntualización en el examen!!!

Y de nuevo, la clase del Tigre se desvirtúa. Justo cuando la resignación general de "¿de nuevo?" comienza a asentarse...

Leo se levanta. Y el manto de estática vuelve a mis ojos.

-Señorita Fujimura. -sin tener permiso de la profesora, habla tras ponerse de pie. La tensión de la clase se dispara mientras todos se enfocan en el chico rubio. Este estudia la clase, dando cuenta de todas las miradas extrañadas y sorprendidas con una sonrisa- Ah, y por supuesto mis compañeros estudiantes. Es tiempo para mi de marcharme. Probablemente no nos volvamos a ver nunca, pero les deseo a todos que estén bien.

La estática ciega sus ojos un momento. Su cabeza...el dolor...

-Ah, y señorita Fujimura, creo que sigue siendo joven, aún ahora. Es una persona notable, solo verle me hace acordar a la belleza de la juventud. -Y luego de una cortés inclinación, desaparece de la habitación en un momento en el que la estática le impide ver.

-Hm... -Taiga parece dudar unos momentos- Bueno, ahora, en la página 86...

Y con el sonido de páginas pasando, la clase continúa como si nada.

-Mira que hacer esas exhibiciones para salirse de clase...¿no era un aristócrata o algo así? Que maleducado. -Shinji aprovecha a quejarse.

Por supuesto, lo que acaba de pasar es imposible. Alguien acaba de desaparecer en medio de todos y nadie parece sentir algo al respecto. Nadie dice nada sobre el suceso extraño y la clase continúa. La misma escena del día anterior, y el otro...esto no puede ser natural. Las clases continúan el resto del día siguiendo un guión, sin que la ausencia de Leo pese o se note en absoluto.

Extraño.

También el sentía extraño, como si el mundo mismo estuviese perdiendo su sentido de presencia.

Su cabeza...dolía. Le estaba haciendo difícil recordar siquiera quien era él.

Un momento...ahora que lo pienso...¿quien soy yo? ¿Cual es mi nombre? ¿Cuantos años tengo? ¿Donde vivo? No recordaba nada. Su memoria estaba por completo en blanco. ¿¡Cuando...y como, sucedió esto!? Corrió. Preguntó a la gente en los pasillos. Preguntó a la editora. Nadie le contestaba mas que con rodeos. La gente solo atinaba a quejarse de dolor de cabeza y veían borroso.

Eso debe ayudar.

Corrió a la biblioteca. Las listas de estudiantes estaban ahí, así que apresuró paso para colocarse delante de ellas...

-¡Sakura! -cruzó a Shinji en el pasillo, y este estaba "hablando" con su hermana de curso inferior, Sakura- Escuché que te saltaste las prácticas del Dojo de Arquería de nuevo. ¿¡Que diablos está mal contigo!?

-Perdón, hermano, pero yo...

-¡Me avergonzaste de nuevo! ¿Cuantas veces tengo que repetirlo, Sakura? ¿¡Eres estúpida!? ¿Porque sigues escuchando a otros en lugar de a mi? Espera...espera, espera, espera, espera, espera...

Shinji de repente se quedó congelado, casi pálido.

-¿Te acabo de llamar hermana? Yo...no tengo una hermana menor. Es decir, siempre quise una, pero...ugh, las cosas han estado algo escamosas últimamente.

Se sujetó la cabeza, y él lo entendía a la perfección porque también sentía ese dolor punzante.

-Gahh...¿que es este sentimiento extraño?

-Ah, hermano, parece que estás teniendo fatiga. Insertando texto de disculpa. Error detectado. Por favor, mantén la calma. Hermano, por favor, relájate. Insertando texto de reafirmación. Error detectado.

? Sakura seguía hablando.

-¿Que pasa, Shinji? Cualquiera que sea el problema, hermano. Seleccione la personalidad de hermana deseada. Las cosas se pondrán peor si no decides...pero cualquier elección que hagas estará mal...P-p-p-p...¿Así que, porque no lo olvidas del todo? Cálmate, cálmate, cálmate, he-he-hermano...

Shinji a ese punto, gritó y salió corriendo.

-¡EL MUNDO ESTÁ LOCO!

-¡Hermano, espera! ¡Cesa tu avance, relación constructo masculino...her-her...ma...no.!

El hablar de Sakura Matou empieza a repetirse y saltar, como si fuese un disco que funciona mal. Es como si leyera de un guión el lugar de tener una charla normal. Pero al menos, él entendía que esto no le estaba sucediendo solo a él. Continuó su avance, ignorando a Sakura, que ahora mismo continuaba hablando sola repitiéndose.

Lo encontró. El registro de la Academia. El libro era grueso como es natural, pero lo cargó a la mesa con un ímpetu antinatural. Aquí estaba su respuesta. Una vez leyera, volvería a recordar quien era. Abrió ansiosamente en una página cualquiera para comenzar a buscar, pero...

Blanco.

Blanco.

Blanco.

Todas las páginas estaban en blanco.

¿Que está pasando?

¿¿Quien soy yo??

¿¿Y...que es este lugar??