Partida Rol por web

Anari estaba en otro sitio. Veía el atisbo de un atardecer. Una vista robada de donde no debería. Calor. No era el sol. La colina estaba cubierta de espadas, no necesitaba verlas en detalle para tener el conocimiento de que ninguna era igual entre sí. El día estaba muriendo, al igual que la vida en la colina y mas allá. El cielo arde. Construcciones caen en la ruina. Soldados con armas perecen. Familias que intentaban mantenerse juntas perecen. El cachorro perdido que trataba de permanecer junto al cadáver de su dueño perece. Amigos, extraños, todos desaparecen sin un pensamiento. ¿Porque este mundo había sido tornado en un infierno en la tierra?

Las llamas danzan.
En esa mano está el acero.

La tierra se parte.
En esa mano hay veneno.

El mar se seca.
En esa mano hay un calor de cientos de miles de joules.

...

Viste un sueño manchado de sangre.

Mucha gente está herida.

Veías un sueño que consumía todo.

Muchos hombres sabios se rinden.

Veías un sueño sin un sueño.

Muchos de ellos se cansan del futuro.

Lamentos...

¿Por qué propósito?

Pero, aún había alguien de pie. Sabías que el mero hecho de no estar en el suelo con el resto era doloroso. La carne estaba atravesada, una, cinco, diez, decenas de veces. Algunos aceros aún estaban enterrados en la carne. No, ¿eran parte de ella? Viste rojo ondeante, pero no era sangre.

Él nunca descansaba. Su cuerpo, atravesado por incontables armas y desangrado hasta la última gota. Carente de energía y de vida, se sostenía en pie, irónicamente, por causa de aquél frío metal como si fuera una marioneta viva, y seguramente así se sentía él mismo. Una gentil lluvia comienza a caer. Todas las cosas que una vez vivían se desvanecen, dejando solo a uno. Y en medio de esta catástrofe, los sentimientos de su alma son de ira y remordimiento.

Parece que viste alguna clase de sueño distorsionado. Con esto, despiertas en una enfermería acogedora, debiste haber sido traída aquí luego de haber colapsado. ¿Entonces, ese mundo, la efigie y ese Servant un sueño también? Te quedas unos momentos en blanco, mirando hacia arriba. No, esta enfermería es bastante distinta a la que conocías como estudiante...aquella careta falsa de estudiante que te había sido asignada. Tus memorias están comenzando a volver, llenando el vacío desesperado que habías experimentado. La tranquilidad de volver a ser tu...

-Cielos, te tomó mucho tiempo despertarte. Lo estás tomando con bastante calma, por lo que veo. -una voz un tanto áspera habló.

Se muestra a tu lado, mirándote. La materialización fue en un segundo, comenzando desde los pies y subiendo. Un hombre joven vestido en ropas carmesí aparece de repente a un costado de la cama donde yaces. Piel broncínea, cabellos blancos, y un cuerpo musculoso y fuerte en general, con una mirada del color y firmeza del acero. El hombre que había dejado una impresión imborrable en ti...así que, él es lo que se conoce como Servant.

-Así que, ¿está todo bien contigo? Dime si sientes dolor en algún sitio. Dado que la Guerra del Santo Grial ha comenzado, monitorear la condición de mi Master es una necesidad ahora. -te miró objetivamente- Antes de nada, ¿entraste a esto sabiendo donde te metías, verdad? ¿Sabes lo que es un Servant?

Anari no contestó al principio. Se llevó una mano al pecho, dónde recordaba la herida. El dolor aún no se había esfumado por completo, pero el corte parecía haber sanado lo suficiente. La chica se incorporó lentamente en la cama. Su cabeza daba vueltas, conforme sus recuerdos regresaban a ella como un torbellino de imágenes, sonidos y aromas. Tocó su ojo izquierdo para comprobar que el parche siguiera en su lugar, y al bajar la mano se detuvo un momento para observar el dorso. Los tres Hechizos de Comando estaban firmemente grabados en su piel.

-"Aún duele un poco, pero estaré bien pronto..."- dijo con suavidad. Recorrió de manera ausente las lineas de los Comandos con los dedos mientras intentaba ordenar sus pensamientos, y luego bajó las manos al tiempo que se volteaba para mirar al joven a su lado.

-"Mis recuerdos aún son confusos, pero estoy segura de que pronto todo volverá a estar claro para mí"- Buscó en su aún incompleta memoria fragmentos que respondieran a la pregunta de su Servant, y se alegró de encontrarlo sin mucho esfuerzo. -"Dime, ¿eres de la clase Saber?"- preguntó, siendo ésa la conclusión más obvia dada la elección de arma y estilo de batalla que el espíritu había usado.

Mientras Archer hablaba, Anari se levantó con cuidado de la cama y caminó hacia la ventana. Aunque su mirada parecía ausente, no perdía palabra de cuanto su Servant decía. A pesar de que él pudiera pensar que ella estaba decepcionada, en realidad no era así.

-"De nada sirve la fuerza de un Servant si no es compatible con su Master"- dijo con voz tranquila mientras observaba el paisaje exterior, aunque sin realmente contemplarlo. Pensó que además era preferible que no se tratase de un Saber, pues esperaba que fuera el señorito Leo quien se viera favorecido con esa clase, aunque creyó conveniente no decirle eso a Archer en ese momento. En su lugar, se llevó una mano al mentón, pensativa. -"La debilidad de la clase Archer suele estar en el combate cuerpo a cuerpo"- dijo, como reflexionando en voz alta -"Sin embargo, es obvio que posees una gran habilidad en esa área."- Dicho ésto, se volteó para por fin mirar a su Servant a los ojos, y sonrió -"Me siento afortunada de ser tu Master"

Manteniendo una amable sonrisa, caminó hacia Archer, y le tendió la mano a modo de saludo.

-"Mi nombre es Anari Harway. Dime, ¿cuál es tu nombre?"

-Dicen que tanto Master como Servant son compatibles, si. En tal caso, me siento honrado de que aprecies esto, pero sospecho que lamentarás el no tener otro Servant en el futuro. -respondió con calma.

-¿Mi nombre? No lo recuerdo. -la media sonrisa se hizo un poco mayor, como si te estuvieras perdiendo de algún chiste interno- Lo siento, no pude resistirme. No todas las Almas Legendarias son legendarias, probablemente no sabrías incluso si te lo dijera. Para los tiempos que comienzan, mis habilidades son bastante mas importantes que mi nombre verdadero. Adicionalmente, es normal que los Master llamen a sus Servant por sus clases, así que solo dime Archer.

Y con eso, desaparece en partículas de polvo y datos. Sin embargo, puedes sentir su presencia muy cerca. Debe estar fuera de vista, ya que incluso por apariencia un enemigo podría comenzar a sacar datos sobre la identidad de un Servant, tu lo sabías mejor que nadie.

La puerta de la enfermería se abrió, dejando pasar a una bonita joven de cabello y ojos púrpura que ya conocías...mas o menos.

-Ah, Anari, ya despertaste. Estoy muy aliviada. Tu estatus físico ha sido restaurado de cualquier daño en las preliminares, así que siéntete libre de marcharte cuando desees. Además, todas tus memorias han sido restauradas por SE.RA.PH, así que no te preocupes. Todo mago que busca el Grial ve su memoria suprimida y comienza con una falsa. Solo los magos que encuentren la forma de recobrarlas están permitidos de participar en el torneo principal. Ahora que tus memorias están completas, revísalas con cuidado para comprobar que no falte nada. Ah, soy Sakura Matou. Una AI que custodia este sitio y se encarga de sus funciones.

Naturalmente, esta chica era un NPC programada, encargada de la enfermería.

-Ah, antes de que me olvide...debería darte esto. -te entrega una laptop bastante neutra- Además de como herramienta para la mayoría de los magos, también te dará acceso a tu sala privada. Es un espacio cerrado donde solo tu y tu Servant podrán ingresar. También recibirás mensajes del sistema con ella, y demás funciones que le des.

Anari contempló las pequeñas partículas que Archer dejó atrás al desvanecerse, mientras reflexionaba sobre lo que él acababa de decirle. '¿Por qué crees que lo lamentaré?'

La llegada de Sakura la sacó de su ensimismamiento. Prestó atención a las palabras de la joven, asintiendo de vez en cuando para denotar que comprendía lo que se le explicaba, y tomó la laptop que ésta le ofreció. Una vez la NPC terminó su diálogo, Anari encendió la laptop apenas el tiempo suficiente para consultar la ubicación de su sala privada. Tras apagarla, le agradeció a Sakura por su atención, y abandonó la habitación.

Al llegar al final del corredor subió las escaleras hasta el segundo piso, en busca del salón de la Clase 2B. En el camino observó a algunos de los demás participantes, que aún rondaban por el lugar.

'Me pregunto cuántos habrán muerto ya'- pensó tristemente mientras avanzaba.

No soy como el resto. Aparentemente Archer y tu tenían un link mental que podían compartir también.

El cielo por la ventana que observabas era amplio y hermoso, aunque irregular en cuanto a textura. Un montón de ceros y unos se vislumbraban en la distancia, formando un entramado a la jaula celeste bastante curioso. Este también se divisaba por los ventanales del pasillo.

El ambiente aquí era bastante animado, y los comentarios flotaban naturalmente sin mucho secretismo, al menos los relajados, casi todos los otros participantes estaban con el uniforme de Homurahara, algunos otros vigilantes en puntos específicos vestían el mismo uniforme pero en negro, y unas pocas figuras vestían de formas variadas. Destacaban, naturalmente, Tohsaka Rin a la que a pesar de no conocer directamente, si le conocías su fama como estudiante hermosa, popular y brillante, además de un altercado escandaloso sobre Shinji teniéndole celos. También, había una chica de aire exótico aunque rostro amable, y otra mas mirando por la ventana, con cierta reminiscencia con Sakura Matou en el hospital, pero atributos...bueno, bastante mas grandes. Esta última te estaba observando discretamente.

-Al fin se terminó y la Guerra ha comenzado. ¡Me sorprende que haya llegado con mis memorias suprimidas!

-¿Así que esto es lo real? La vibra es totalmente otra.

-Mira, esa debe ser la participante que hizo malfuncionar al NPC de la enfermería. Lo hackeó para meterse a la guerra, aunque vaya mejoras le hizo a ese avatar ehhh...

-¿Quieres aliarte conmigo?

-Ni de broma, primero ponte al nivel de Shinji.

-¡Pero si es un idiota! Además seguro te apuñalará por la espalda.

-¿Viste a ese tipo, Kotomine? Creo que es un NPC, un sacerdote en este ambiente escolar desentona mucho, y mas la capilla en el patio secundario.

-Eres Master también, somos enemigos, No te acerques.

-No jodas, ¿Tohsaka Rin y los Harway están participando? Puta vida...

-Ok, entonces, los estudiantes que están de negro son parte del Consejo Estudiantil...y son todos NPC. Debería preguntar sobre mi sala privada…

A este punto tenías varias opciones, quizá fuese bueno entablar diálogo con algún participante, echar un vistazo por el NPC irregular que intuías había sido tu guía, o tratar de ubicar a tus "familiares".

'Ser diferente no siempre es malo, Archer...'

Anari continuó su caminata sin prisa. Después de las violentas preliminares, honestamente esperaba encontrar un ambiente algo más... tenso. Pero parecía que casi todo el mundo se lo tomaba a la ligera. Entre las conversaciones recogió algunos rumores interesantes que supuso valdría la pena investigar más tarde. Pero primero tenía algunos asuntos que arreglar.

Encontró el salón 2B sin problemas, pero pasó de largo sin detenerse. Antes de ponerse a trabajar sentía la urgencia de recorrer la escuela, ver con sus propios ojos (bueno, ojo) quiénes habían sobrevivido a la primera etapa. Ya más tarde buscaría nombres, números, estadísticas y porcentajes, pero por el momento quería apreciar el factor humano de la situación.

Aunque pasaba la vista por todos los rostros, buscaba entre ellos algunos en particular, sobre todo a los demás Harway, y también a algunos de los nombres más mencionados entre los rumores, como el de Toshaka.

Resolviendo comenzar a reconocer los terrenos de la escuela, decidiste comenzar desde arriba hacia abajo. Naturalmente el techo fue tu primera parada, imaginabas que veloz porque estaba desierto...o bueno, casi. Había una figura de rojo hablando con nadie, aparentemente, bajo el cielo binario.

-Ya he revisado esta escuela hasta el fondo, no tiene nada de especial -palpaba los muros mientras esto. Definitivamente, era Rin Tohsaka, con su aire seguro, aunque estaba un tanto distinta, pero apenas. Sus ropas parecían mas modernas, llevaba botas altas con tacones gruesos, y una liga en una de las medias, intuyéndose algo sujeto bajo la falda. Durante las preliminares fue muy popular por su agradable rostro y figura, e incluso fuera de aquí era muy conocida...como terrorista, y enemiga declarada de la plutocracia. Mas bien, una maga freelancer, que no respondía a la Asociación ni a nadie mas que a ella misma a pesar de tener un linaje tan noble. Las cosas eran diferentes ahora. La escuela era un campo de batalla, y todos eran predadores ahora. Era matar o ser matado.

-¿Oh? Hey tu.

Se giró hacia ti, sorprendida, con mirada suave.

-Si, tu. Hm...no he chequeado a los NPC aún. Aha, conozco una forma simple. No te muevas.- Se acercó con pasos tranquilos, y uno de sus dedos finos y delicados alcanzó tu mejilla a muy poca distancia de ti. Te hizo pensar sobre como contrastaba la mirada fiera y voluntariosa con un enmarque tan delicado.

-Vaya, incluso está tibio, no debería. -continuó su examen, palmeando suavemente los hombros y el estómago- Están mejor construidos de lo esperado, se sienten reales. Incluso mas que lo real mismo.

En eso, te dio la espalda con la atención en la nada.

-¿Y tu de que te ríes? Es beneficioso tomar ventaja de todo, incluyendo de los NPC. -probablemente, su Servant estuviese en el sitio vacío- ¿Eh? ¿Que es una Master también? No puede ser, una Master sería mas...

Retrocede dos pasos, totalmente roja, mirándote impactada.

-¡Kyaa! ¿¡Entonces lo que he tocado recién era su cuerpo realmente!? Ugh...que vergonzoso... -vuelve a girar, molesta- ¡Cállate! Yo también cometo errores, ¿sabías? ¡No me llames pervertida!

Aparentemente, su Servant está divirtiéndose bastante al respecto. Tohsaka volvió a girarse a ti.

-¡Bueno, es tu culpa por ser tan confusa y tener esa expresión tan neutra! Tus preliminares habrán sido muy aburridas como para esa cara. Como sea, seguro no durarás muchas rondas.

Y con esto, se gira apartándose de ti. No parece ser nada personal (aparentemente ni te reconoció como Harway) pero probablemente considere a todo el mundo un enemigo, como es normal. Sentiste la presencia y voz de Archer tras de ti, aún en su forma inmaterial.

-Duras palabras, aunque actualmente me traen algo de nostalgia escuchar justo esas...supongo que soy un imán para problemas de chicas, aunque aún no conozco tu trasfondo, Master, intuyo que no es tranquilo.

Anari intentó abrir la boca al menos tres veces para advertir a la señorita Tohsaka sobre su confusión, pero ésta se encontraba en semejante estado de hiperactividad que ni siquiera lo notó. Al final, Anari se rindió y esperó pacientemente a que ella sacara la conclusión por sí misma. Cuando por fin lo hizo, la pequeña escena que montó con su Servant le pareció divertida, al punto que incluso le sacó una pequeña sonrisa.

Una vez sola en la azotea, Anari se sentó en el piso y encendió la laptop una vez más.

-"Archer, por favor vigila si alguien se acerca"- dijo suavemente, mientras sus dedos se movían a toda prisa entre las teclas. -"Si quieres, más tarde te contaré mi historia... pero primero debo asegurarme de que está completa. Desde que mis recuerdos regresaron esta mañana, he tenido la extraña sensación que de aún hay algo que olvido"

Pensó en los sentimientos que había experimentado durante la batalla final de las preliminares. Entonces había actuado por puro instinto, obedeciendo a una memoria tan primitiva que era imposible de borrar o substituir. 'Alguien a quien debo proteger... pero, ¿quién?' Era un sentimiento demasiado fuerte y profundo para que se tratara de Leo, por quien apenas si sentía un sencillo respeto. Intuía que la respuesta estaba almacenada en su memoria perdida, recuerdos que con toda seguridad habían desaparecido antes incluso del comienzo de la Guerra, pero que no había notado en falta hasta el crucial momento en que vio a la muerte cara a cara.

-Bien -de forma eficiente, Archer respondió con brevedad indicando que había comenzado con la función encargada. El uso de la terminal iba mas allá del tecleo, sentías que podías deslizar tu magia entre los dedos y dejar a fluir, ejecutando acciones con mucha mas velocidad y de forma intuitiva. Era irónico, conectarse así con un ordenador dentro de un mundo virtual. El bullicio del primero, segundo y tercer piso no llegaban hasta aquí, realmente era un sitio confortable para estar, y el tiempo pasaba de forma perceptible en cuanto al sol se refería, muy lentamente iba haciendo su recorrido habitual.

Entrar a su banco de memoria fue una tarea sencilla; después de todo, su vida completa estaba registrada dentro de Angelica Cage. Efectivamente descubrió parches donde los datos habían sido alterados. Sin embargo, al intentar desbloquearlos, chocó contra una pared. La información parecía haber sido removida por completo, sin dejar rastro. Al indagar aún más profundo, todo lo que pudo encontrar fue una serie de números y letras: 41 24 12.2 N 2 10 26.5 E

-"Coordenadas"- dijo sencillamente, con voz calma. Luego, volviéndose hacia Archer, agregó: -"Debemos irnos"

-Master, alguien sube -informó con tranquilidad la voz de tu Servant. No era de preocupar, siendo que tus asuntos ahí habían terminado, y te disponías a marcharte cuando efectivamente la puerta se abrió, dando paso a un hombre maduro. Alto, de mirada café sin brillo y cabello castaño y poco cuidado. Vestía ropas de sacerdote, y portaba una cruz pulcra en el cuello, resaltando entre el negro del resto de su figura.

-Hm. Buscaba a la señorita Tohsaka, pero veo que se ha marchado. -se fijó en ti de forma más concreta. Definitivamente, era la voz que había estado guiándote por las preliminares- Oh, eres la última Master en entrar. Felicitaciones por ser digna de entrar en la Guerra del Santo Grial. Puedes llamarme Padre Kotomine. Soy el NPC asignado a supervisar la Guerra del Santo Grial. Si necesitas indicaciones, puedes hablar conmigo. De momento, puedo aprovechar a darte el mensaje a ti también.

Para ser un NPC en si, mostraba iniciativa y una AI mayor en general. Y su voz sonaba igual de irritante que en ese entonces.

-A partir de hoy, tu y tus congéneres magos han sido otorgados con el honor de luchar en la Arena. El campeonato se rige por Batallas de Eliminación, cuyo premio es el Grial para la última persona que quede. En resumen, se matarán unos a otros hasta que solo quede uno. Muy sencillo, ¿no? Incluso un tonto comprendería este fundamento. Los Master tienen 6 días como período de preparación antes de la Batalla de Eliminación, que se da en el día séptimo. Te aconsejo que uses este tiempo para encontrar las maneras más eficientes de masacrar a tu oponente. En la Batalla, tu y tu oponente se enfrentan, el ganador vive, el perdedor...es borrado. Si deseas hacer preguntas, es el momento ideal. El derecho de hablar se les da a todos.

Anari aprovechó la oportunidad para aclarar algunas dudas, aunque intentó ser breve. Había algo en el Padre Kotomine que simplemente... le inquietaba. Intentó racionalizar la situación deduciendo que probablemente el sentimiento se originara en la conexión que su cerebro formaba entre la voz de Kotomine y la traumatica experiencia de las preliminares, aunque eso no terminó de aplacar su incomodidad.

Finalizadas sus preguntas, Anari se despidió del NPC con una leve inclinación, y se dirigió a la escalera. Recorrió el camino de regreso al segundo piso pensando en las respuestas del sacerdote

"Cada día puede ser mortal," -le había dicho- "esto es una guerra después de todo"

'Si quiero sobrevivir, tengo que encontrarlo...'

Con ese enigmático pensamiento en mente, entró en el salón 2B.

Dejando atrás al sacerdote, bajaste las escaleras hasta el segundo piso. La actividad era relativamente poca aunque se veía movimiento en los pasillos. La puerta del 2B parecía corriente, pero sin embargo sabías que ocultaba un espacio aislado. Probablemente cada sala de la academia excepto algunas concretas, fuese el espacio privado de un Master y su Servant. Como fuera, Kotomine te mencionó que todo lo que necesitabas hacer para entrar en tu espacio era sostener el terminal  frente al picaporte. Y así lo haces. Del dispositivo, escuchas en voz baja y neutra un cántico corto de alguna clase...y la puerta se abre.

Como es de esperar, la puerta se cierra tras de ti. Archer se materializa en medio de la sala, mirándola: una sala de clases muy desorganizada. Casi todos los pupitres estaban apilados en un extremo, unos sobre otros, formando una montaña. Las cortinas rojas del lugar estaban arrancadas y echadas de forma poco uniforme entre la montaña de asientos de estudiantes. Los ventanales dejaban ver el cielo digitalizado y el patio, pero estabas segura de que aún y con todo nadie vería hacia adentro aunque se asomaran por esa ventana. Después de todo, no por nada era una sala privada, un espacio impenetrable de seguridad para un Master y su Servant. Tu compañero suspiró, y sentiste cierta nostalgia cargada en ese gesto, y se acercó a lo de los asientos en la pila de pupitres, justo por el medio de esta, y se sentó adoptando una postura cómoda.

-Como es obvio, tu sala privada guarda un parecido increíble con una sala de clase. No tiene ninguna comodidad, seguramente para que los Master la decoren a su antojo. En este mundo, parece que eso es relativamente sencillo. -hablaba en tono relajado- Bueno, como sea. No es importante como se vea, sino que podamos hablar de estrategia aquí. No es como si estuviera en posición de quejarme.

Anari recorrió el salón con la vista sin prestarle demasiada atención. No era la gran cosa, pero ella no necesitaba mucho más. Archer también se veía conforme, así que supuso que el acondicionamiento de la sala era una tarea que a ninguno de los dos le molestaba posponer.

-"Supongo que puedo agregar algunos sillones..."- dijo la chica sin darle mucha importancia, mientras se acomodaba en uno de los pupitres y encendía la laptop. Observó la pequeña terminal un instante con el ceño fruncido, y luego comenzó a escribir con rapidez. Tras finalizar el ingreso del comando, el pequeño ordenador se deshizo en cientos de pequeños fragmentos de un tono azul neón, cual si se trataran de fichas de Tetris. Éstos rápidamente se reorganizaron, primero formando un aro compacto, y finalmente tomando la forma de lo que parecía ser un sencillo reloj digital de muñeca. Anari se lo colocó en el brazo derecho, y de inmediato se escuchó un suave "click". Acto seguido, tocó la diminuta pantalla del aparato: éste se encendió, y alrededor de la joven aparecieron media docena de pantallas holográficas semi-transparentes. En cada una de ellas se podían apreciar diferentes procesos activos. Anari observó el nuevo display, satisfecha -"Mucho mejor"

Durante varios minutos contempló las pantallas pensativa. Tenía una idea que ya llevaba algunas horas contemplando, y ahora pensaba en la mejor manera de ejecutarla. Meterse en la base de datos de SE.RA.PH no sería tarea sencilla; de hecho, estaba consciente de que podría ser muy peligroso si algo salía mal. Sin embargo, suponía que los potenciales beneficios bien valían la pena. ¿Cuánta información podría realmente extraer? Los datos simples como nombres, edades y demás, seguro serían de más fácil acceso, pero con toda probabilidad SE.RA.PH guardaría información más útil sobre los combatientes de la Guerra Santa. Si pudiera averiguar más sobre ellos, sobre sus habilidades, algo que le ayudara a determinar sus fortalezas y debilidades, poseería armas de incalculable valor que sin duda le serían de gran ayuda para vencer a sus oponentes. Saber quienes son los más fuertes, y por lo tanto los más peligrosos, era también algo importante. El conocimiento es poder, y conocer a tu enemigo es una de las reglas más importantes en la guerra.

-"Muy bien... intentémoslo."

El cielo ya había oscurecido por completo cuando Anari finalizó los preparativos. En caso de que sucediera lo peor y SE.RA.PH la reconociera como intrusa, poseía una ruta de escape rápido y al menos tres Mirrors para desviar la atención del sistema de seguridad. Con algo de suerte, podría salir del sistema antes de ser atrapada.

'Es hora'

Tras un suspiro para calmar sus nervios, Anari se quitó el parche, y abrió su ojo izquierdo.

-"Código 422g6, activar secuencia 6699-G, usuario [Seraph], contraseña..."

A la vez que ingresaba comandos verbales, sus manos se movían a toda velocidad sobre el teclado proyectado en una de las pantallas. El Seraph's Eye registraba cada dato que aparecía en las pantallas, y Anari reaccionaba a ellos a máxima velocidad. Escribía complejos códigos y algoritmos casi sin pensarlo, dejando que su ojo la guiara a través del complejo sistema de SE.RA.PH. Esperaba visualizar los códigos de acceso invisibles a todos aquellos ajenos al sistema, de modo que no la identificara como un intruso, sino como parte del software. En sí, estaba usando el Seraph's Eye como un caballo de Troya.