Partida Rol por web

Y así fue como comenzó el viaje de los tres valerosos huérfanos. En busca de respuestas, de terminar de cerrar una etapa de su vida pero la pregunta será ¿a qué precio?

Tras un viaje ininterrumpido, Charls, Shedy y Tomi llegaron a los alrededores de la antigua ciudad de Refugio Estelar. Todo lo que allí había eran ruinas y más ruinas, viviendas, estatuas, edificios de toda clase de tamaños. Las palabras de la directora eran certeras cuando os comentó que aquella ciudad había sido atacada en el pasado, ahora se había convertido en un pueblo fantasma donde tan solo los restos decoraban el paisaje ennegrecido.

Todos os sentíais como si conocierais el lugar a la perfección, pero realmente nunca habéis estado allí. Visteis un edificio destrozado a lo lejos y algo os decía que aquella era la biblioteca. Si os mirabais los unos a los otros sentíais como si supierais lo que pasaba por vuestra mente "¿cómo puede ser que conozca todo esto sin tener recuerdos reales?"

Sabíais que el lugar no era seguro con lo cual tocaba inspeccionar el lugar de la manera más efectiva posible, pero también de la más rápida. Os dividisteis para ampliar las oportunidades de éxito, pero siempre vigilantes de cualquier amenaza.

De entre los chocobos, uno pareció recogerle a él, no necesitó elegir uno, casi como si súplica que le sacarán a correr. Un chocobo así siempre tiene un vigor formidable, por lo que tras ayudar a su amigo verde a subir, se montó él de un salto.

El viaje fue bastante tenso, se podía notar el nerviosismo de todos, pero igual no era momento de hablar, trotaron hasta que las posaderas de Tomi no aguantaban más, no estaba acostumbrado a ello y bajó del chocobo encantado de poder estirar las piernas, aunque eso no le impidió agradecer al ave el haber cargado con ellos todo el trayecto.

Su tomberí parecía un poco mareado, sin duda no le gustaba demasiado la velocidad, por lo que se sentó a descansar en el suelo mientras los tres hermanos parecían compartir una especie de deja vu. La decisión de separarte no tardó en cuajar, el lugar era grande, y aunque de algún modo reconocían algún edificio, Tomi sentía euforia y tristeza entremezcladas, le dolía ver aquello tan destrozado, pero a la vez sentía ansias por explorarlo mejor. Tomó una pala que llevaba atada a su mochila y seguido por Reb tomaron una dirección aleatoria, mientras se procuraban fijar en cada detalle, Tomi hacía estiramientos por si llegaba el momento de utilizar su pala.

El viaje hacia Refugio Estelar fue pacífico, aunque en absoluto fue tan divertido como el camino que había recorrido hacia Hagand. Cierto, ahora iba con sus amigos, con los que se había reencontrado, y eso le llenaba de alegría en lo más profundo. Sin embargo, no podía evitar tener una mala sensación con respecto a la ciudad que tenían delante de sus ojos en aquel momento. Una ciudad fantasma en toda regla, que a pesar de no haber visitado nunca, tenía la sensación de que para él era importante.

«¿Qué habrá pasado aquí para que acabe toda la ciudad de esta forma?» Charls escrutó el entorno anonadado, tratando de imaginarse cómo habría podido ocurrir todo aquello, pero ni siquiera su imaginación alcanzaba a entender cómo algo había causado tanto caos y destrucción. Tuvo un pequeño escalofrío, sintiendo casi como si algo los observara, aunque tal vez fuera solo algo de paranoia. «No nos alejemos demasiado unos de otros... Este sitio no me da buena espina.»

Cuando llegaron y vio todo aquello, no pudo evitar acordarse de Alastor, él decía siempre :"¡¡tenemos que destacar, somos magos!!" como le gustaría no destacar ahora, pero con su cabello rojo y su vestimenta igual, era difícil no destacar en un sitio tan oscuro, tan ausente de color.

Recorrió el sito con la mirada un par de veces, estaba segura de conocerlo, pero..... estaba segura de no haber estado nunca allí, por lo menos que recordase, sin duda ese lugar había tenido mejores tiempos. No estaba segura de que separarse fuese lo mejor, pero ya era tarde, sus amigos se habían dispersado por el lugar -vamos Shedy... tienes tu magia, siempre has confiado en ella- se susurro para si misma, para tranquilizarse, y así comenzar, como los demás, a inspeccionar el lugar.

Mientras inspeccionabais los alrededores Shedy descubrió que en uno de aquellos lugares destrozados estaba un acceso subterráneo.

Los huérfanos comenzaron a descender en conjunto a través de unas escaleras que permanecían ocultas a simple vista, pero que con una intuición sobrenatural detectasteis como si siempre hubiera estado allí.

Según avanzabais el territorio estaba más oscuro por la profundidad pero llegó un momento por el cual unas pequeñas esferas brillantes "flotaban" por los estrechos pasillos de esas ruinas subterráneas ¿era magia?¿o serían criaturas que jamás habíais conocido?

Si intentabais coger alguna con las manos siempre ascendían hasta llegar a alguna altura que no pudierais alcanzar. Por el suelo podíais reconocer restos de infinidad de estanterías rotas y mohosas por el paso de los años, sin embargo lo curioso es que no había ningún libro por allí ¿los habrían robado en el pasado?.

El camino continuaba, ahora iluminados por esas criaturas que actuaban como antorchas dinámicas...

En poco más de un minuto descendisteis por otro pasadizo que os llevó a un lugar pestilente para todos los sentidos. Era una especie de cloaca...

En un abrir y cerrar de ojos, mientras avanzabais por los túneles, un ruido de un aletear os alertó, instantes después una gigantesca criatura a la que las leyendas llamaban Plaga surgió del final del pasillo, cortándoos el paso, con su feroz presencia aterradora.

Poco a poco fue acercándose más a vosotros de manera hostil, agitando sus alas ¿cuál sería su origen?

Un monstruo, y su mirada era casi más afilada que sus garras,... Se podría decir que Tomi y Reb se encontraban como en casa, y no, no por que ese lugar fuera tan familiar, si no porque esa cloaca parecía en mucho una de las mazmorras que ambos registraban a diario. Casi como si fuera un acto reflejo, el dúo de arqueólogos ya estaban atacando.

El tomberí desapareció un instante, reapareciendo sobre el monstruo, a tiempo para clavar su cuchillo en un ala, cayendo sobre Tomi, que le amortiguó la caída rotando al lado del murciélago para asestar un agresivo palazo... Pero como venía siendo habitual, cuando el pequeño Reb se apresuraba a atacar, no calculaba demasiado bien la distancia de la caída, y le dio en su deslizamiento hasta el suelo un buen golpe en la cabeza con su farolillo, no fue doloroso, pero le distrajo lo suficiente como para no ver a tiempo el acercamiento de las garras del monstruo... Si bien apenas le llegaron a rozar, el corte parecía bastante doloroso.

Aquella bajada inspiraba a Charls de todo menos confianza, pero no parecía haber mucho más que hacer por allí, y era lo primero que habían encontrado después de un rato buscando. Ver todos aquellos restos mohosos de libros y librerías le perturbó un poco, cavilando sobre el origen de estos, y el por qué estaban en un lugar como aquel, pero pronto despejó su mente de esos pensamientos fútiles, centrándose en la tarea de exploración.

Poco más adelante, Charls contuvo las ganas de vomitar, sabiendo exactamente dónde se encontraban, en unas cloacas. Que aquella entrada secreta desembocara luego en unas cloacas era aún más sospechoso, pero como no conocía nada de aquel entorno, no podía saber a dónde estaban yendo. 

Cuando notó el aleteo del monstruo, su primer instinto fue desenfundar su espada y empuñar su escudo. Sin embargo, Tomi se lanzó sin pensarlo dos veces, lo cual hizo que el monstruo recibiera una somanta de golpes por parte del dúo dinámico. Con un gesto de sorpresa bastante cómico, Charls se puso al lado de Tomi, ante lo cual el bicho se lanzó a por él. Trató de defenderse con el escudo, tal y como Sir Rob le había enseñado a hacer para defenderse de los ataques, pero no contaba con la ventaja táctica de su rival: que tenía alas. 

Sin muchos problemas, la Plaga sobrevoló la guarda de su escudo, enterrando sus afiladas garras en la armadura de Charls, traspasándola. Con un gesto de dolor, sin embargo, se las arregló para lanzar una estocada con su espada, enterrándola en el cuerpo de la mala bestia, intentando defender a sus compañeros.

A pesar de ser la primera vez que luchabais juntos como un equipo, existía una armonía en vuestros movimientos que se pudo definir como pura sinergia.

La Plaga cayó hasta que tan solo quedó polvo en el campo de batalla. Celebrasteis vuestra victoria con la satisfacción de que aquella escaramuza os había hecho "calentar".

Una vez superado el imprevisto tocaba continuar el camino, a través de aquella estrecha cloaca subterránea que poco a poco se iba estrechando, no es fácil saber a dónde os llevaría aquel recorrido pero estabais más que concienciados en seguir avanzando.

De repente mientras andabais, uno de vuestros pies tras pisar una baldosa generó un "click" bastante extraño. No sabíais que estaba pasando hasta que en un instante observasteis como varios metros por delante y  por detrás vuestra los caminos se bloquearon con una gruesa pared de piedra ¿habíais caído en alguna especie de trampa? pero lo peor no había hecho más que comenzar, como si procediera del exterior, un sonido de engranajes mecánicos comenzó a mostrar indicios de funcionamiento ¿qué clase de brujería era esa?....

¡¡¡Las paredes se estaban estrechando lentamente!!!

Si no hacíais algo al respecto era probable que murierais aplastados de una manera bastante desagradable. Contabais que tendríais aproximadamente un minuto antes de que las paredes alcanzasen vuestra posición.

Una trampa, tendría que habérselo imaginado, tan pronto se camina pensando que se está a salvo tras acabar con lo que parece un peligro potencial aparece el auténtico peligro... Si ya lo dicen los cazatesoros "quien con levita no vuela, corre con su cuerda..." Aunque en este caso una cuerda tampoco nos aydaría, el concepto de la frase estaba claro.

Empezó a pensar en que hacer, y si era buena idea o mala cada cual, también el pequeño tomberí parecía agitado, eran sus mejores opciones... Su pala para frenar el avance de los muros, o el transporte de ubicación de su compañero cerca de los engranajes para encallarlos... "Si estuviera solo" pensó, pues trampas las había enfrentado muchas veces, pero no era lo mismo cavar un hoyo para 1 y contorsionarse en el que cavar para 3...

Charls envainó la espada y el escudo de nuevo, observando cómo el monstruo había caído ante ellos de una forma relativamente sencilla. ¿Tan fuertes se habían vuelto en todos estos años, o era solo un golpe de suerte? En cualquier caso, todos juntos continuaron el camino, sintiéndose bastante más despreocupado que cuando habían entrado inicialmente en el pasaje. Y quizás, precisamente por esa despreocupación, fue que había bajado la guardia. 

Al oír el click de la baldosa, se maldijo internamente por su insensatez. ¿Acaso no le había enseñado Sir Rob que nunca se debía bajar la guardia en territorio desconocido? Aunque Rob se refiriera al combate, también le había dejado claro que eso mismo debía aplicarlo en todo momento, y ahora le había fallado.

«¡Busquemos algo con lo que parar el mecanismo!» Charls comenzó a revisar las paredes frenéticamente. Tuberías, palos, hierros... lo que sea que hubiera para poder atascar el mecanismo, o algún tipo de botón. ¡Cualquier cosa! Dudaba de que hubiera algún tipo de dispositivo de detención en una trampa mortal, pero era mejor buscar por si acaso algo con lo que detenerlo, que esperar esa horrible muerte aplastado entre las dos paredes.

«¡Venga chicos, no podemos acabar nuestros días así después de todo!»

Sonrió ya aplaudió a los chicos por acabar tan pronto con ese bicho, que sin duda, no conocía, nunca había visto uno de esa clase. Ella se quedo en un segundo plano por si sus amigos necesitaban de su magia, para curarlos o para apoyarlos, pero al parecer no hizo falta., mejor su magia había que reservarla.

Cuando escucho aquel "click" se sobresalto un poco -¿pero que...?- tardo unos minutos en comprender lo que estaba pasando, palpo las paredes al igual que sus compañeros, pero nada había por allí, igual la magia.... -chicos igual si uso mi magia.... para hacer un bloque de hielo y escalar por él para subir o... intentar frenar las paredes con hielo....- no estaba para nada segura de poder hacer un bloque tan grande, pero quedarse allí no era un opción y tenían que probar todas las posibilidades que se les ocurriesen ahora.

A pesar del estrés que generaba escuchar las paredes deslizarse a ritmo lento pero permanente, Shedy consiguió discernir que desde que se activó aquel misterioso mecanismo, tres losas se habían desprendido de la pared.

Esas losas tenían un color diferente al resto. Tanteasteis el empujarlas para comprobar ipso facto que si se empujaban de forma aislada se bloqueaba el avance. Sin embargo, si se empujaban todas a la vez parecía que eran capaces de hundirse en la pared.

¿Qué problema existía? no era tan fácil empujarlas como parecía. Había que ejercer una presión constante y firme a la par que sincronizada... debido al tiempo que os quedaba era la única opción, empujar a la vez y con la suficiente presión... ¿seríais capaces?

Una vez bajado el método, la desactivación era sencilla, e incluso su tomberí sexsubió a su hombro para presionar al unísono con los demás. Usando su pala como soporte cogió y soltó aire - 3... 2... 1...

Charls chasqueó la lengua al ver que el hielo de Shedy no funcionaría. Había sido una buena idea, pero esas paredes parecían demasiado recias y pesadas como para ser detenidas por un hielo que en comparación resultaría frágil. Sin embargo, no todo estaba perdido, y cuando vieron aquellas baldosas, volvió a tener esperanza.

«¡Venga, empujemos estas cosas! No quiero convertirme en una tortilla...»