Partida Rol por web

El grupo de reacción y los custodios de los prisioneros se ubican en un punto alto desde el cual pueden observar el.campamento enemigo sin ser descubiertos.

Desde allí ven al equipo de negociación acercarse al acceso principal del campamento con un pañuelo en blanco.

Sus compañeras se detienen a unos pasos y tras intercambiar palabras con un centinela, son conducidas a una de las tiendas individuales.

- Era de esperar. - Se quejó, con un fuerte resoplido. - Han entrado en una de las tiendas. Así no sabremos que esta pasando. - refunfuñó por lo bajo, mientras pensaba que hacer. Actuar sería ponerlas a ellas en peligro, y no hacer nada, posiblemente también. Esperó, mientras entraban en la tienda a alguna seña por parte de Aura. Mientras, seguía dándole vueltas a como enterarse de lo que estaba ocurriendo.

Y miró de reojo a Dayka.

        - Camaradas al parecer nos hemos quedado sin poder visualizarlos.      ¿Si les parece bien podemos mandar a un espía humano  disfrazado con el uniforme de uno de los guardias para que se acerque a la tienda de campaña para saber que pasa en el interior?     ¿Alguno de ustedes tiene una mejor idea? -    Propuso la joven exploradora semi-aven al par de chicos tras ver lo mismo que ellos desde las alturas cuando pudo bajar hacia donde estaban

Me moví rápido evitando los árboles en mi camino hasta alcanzar a la chica y estire el brazo para alcanzar su hombro.

- Euphemia... -sin saber porque me detuve ahí mirándola sin ser capaz de decir nada mas mientras poco a poco me iba poniendo cada vez mas rojo, so sabía que pasaba solo sentía que todo lo demás perdía importancia, que las voces cada vez se escuchaban mas lejanas, que todo ocurría mas lento e incluso se paraba a mi alrededor y lo mas importante todo lo que no fuera ella parecía perder toda mi atención

Tras unos pocos segundos que se me hicieron eternos acabe retirando mi mano con mucha lentitud, mirándola fijamente con la boca abierto y siendo incapaz de hacer nada hasta que un pensamiento fugaz fue capaz de romper ese estado. "Renall ¿que haces? Vas a parecer imbécil."

- Te acompañare en la vigilancia no deberíamos estar solos cuando estamos en territorio enemigo -sonaba totalmente como una excusa pero me daba igual de hecho en ese momento no me di cuenta

Había tomado una posición algo alejada del grupo, para poder vigilar si alguien se acercaba y acecharlo por la retaguardia, mientras el resto se dividía entre los que iban a hacer las negociaciones y los que se quedaba, vigilarían a los rehenes. Los miró con una oscura expresión hasta que la voz de Renall la hizo volver de ese pasado que arrastraba. Su mano apretó el hombro de Euphemia la que se giró rápidamente y por unos segundos había movido hacia él su guadaña, pero al darse cuenta de quien era, ese movimiento sólo quedó en un sutil amago, mientras él se quedaba en silencio y con la boca abierta.

— ¿qué haces aquí?... Renall — le habla en un susurro, ella se había apartado de él justamente para no sentirse extraña junto a él, pero ahora ella estaba sonrojada nuevamente y eso era desagradable para la chica, así que se giró hacia otro lado con un gesto de enfurruñada — si algo le pasa a las chicas, esos de ahí saldrán a ayudarlas y los rehenes quedaran sin protección, debes volver — señaló a los demás compañeros del grupo. 

— debes volver, pffff si no lo haces, deberé volver contigo, no sé porque haces esto, antes parecías tener claro qué es lo que había que hacer, pero ahora... — rodó los ojos y le indicó la dirección para que se devolviera, pero sin dejar de estar roja, la forma en que la maridaba ese humano la hacía sentir así. 

No reaccione ante el amago que hizo con su guadaña, de hecho ni siquiera me di cuenta de el. Escuche sus palabras y mire por encima de mi hombro a los rehenes. Obviamente debíamos mantenerlos vigilados pero...

- Hay mas gente cubriéndolos y hay otra cosa mas importante que debo hacer y es no dejar que estés sola en un sitio plagado de enemigos. No puedo dejarte dar vueltas a solas antes de poder pensar en otra cosa mi cuerpo me pide que te acompañe, antes de poder pensar en una estrategia ya estaba actuando para ir detrás tuya. Además si nos mantenemos a esta distancia no debería haber problemas, los rehenes se pueden ver desde aquí.

Entonces a través de sus gestos para que me fuera pude ver que no era el único sonrojado. Lo cual me hizo sentir una extraña felicidad, se sentía como yo aunque trataba de ocultarlo como siempre.

Renall no iba a dejarla sola, pero no solo eso, se preocupaba por ella, Euphemia, quien seguía sonrojada porque se había quedado mirando sus ojos rojos mientras hablaban, ahora bajó sus ojos, para no seguir sintiéndose incómoda junto a él. Carraspeó un poco, ahora dudando si lo había enviado su abuelo o no, pero no correría riesgos. Se llenó de rabia y movió su guadaña tan rápido y sin aviso para ponerla contra el cuello del chico. No podía perder el juicio, no podía permitirse sumergirse en emociones tontas como las que él le hacía sentir.

— ¿te mandó mi abuelo?... ¿eres uno de esos bastardos que me vigilarán?... no me engaña tu interés en protegerme, a nadie le importo, así que deja de fingir y confiesa, hazlo ahora Gallard — no sabía como Thadeus había logrado corromper al hijo de un paladín tan famoso como el padre de Renall, pero quizás hasta eran amigos, aliados, Euphemia creía que todos podían estar en las garras de su abuelo.

— no me interesa que me cuiden... — nadie podía hacerlo después de todo, pensó mientras presionaba más su guadaña en la garganta de su compañero, Renall comprendería que como cadete, su compañera tenía sus propios ideales y código de ética, uno que sólo la favorecía a ella porque no confiaba en nadie.  

Aunque no retrocedo se nota mi sorpresa al ser apuntado con esa arma, no me lo esperaba y por mucho que tratara de ocultarlo seguía siendo un chaval de 15 años que apenas estaba empezando a combatir de verdad. Mire la hoja de su guadaña y seguí el mango con la vista hasta volver a ella.

- ¿Quien es tu abuelo? No tengo idea de que me hablas yo he venido aquí por mi propio pie y te vigilo lo mismo que vigilo al resto del equipo. Aunque si que hay algo que confesar... -contuve el aliento temblaba un poco pero no era por tener la hoja de una guadaña en mi cuello- Es cierto que siento la necesidad de proteger mas que a los demás en su sentimiento que me nace desde lo mas hondo de mi ser y que desde hace rato llevo intento entender... Creo... creo que me gustas.

La mire a los ojos con tranquilidad, toda la que podía tener en esta situación. Empecé a levantar la mano hacía su arma pero a mitad de camino me detuve, recordaba que no le gustaba que otras personas tocaran su arma por lo que retire la mano.

- ¿Puedes alejarla de mi? Es incómodo

No le creyó, o más bien, nunca le creía nada a nadie, pero el chico parecía estar diciendo la verdad en este momento, no conocía a su abuelo, lo que no era extraño, que lo conociera si lo sería. Thadeos Dracstone era un nombre que se comentaba en las grandes cúpulas de poder, y aquellos que tenían influencias y habían tenido la mala suerte de toparse con aquel siniestro hombre, lo conocían a la perfección y a ella también. Bajó la guadaña y se giró hacia donde estaban los rehenes. 

Le gustaba, le gustaba. Las mejillas de Euphemia se habían encendido con fuerza, pero ahora que le volteaba la mirada, apenas podría ver ese color en sus mejillas blancas.

— diremos que te creo que no te envió él — más bien quería creerle que no era así, odiaba actuar con el corazón como lo estaba haciendo en ese momento, lo que le hacía detestar a chico, porque influía de esa manera en su manera de ser — pero es mejor que te alejes de mí, sino, pregúntale a tu papá, él debe saber quien es Thadeus Dracstone, él también te dirá lo mismo, que te mantengas al margen y alejado de mí en todo momento, no puedo gustarte, Renall — lo volvía a llamar por su nombre — estoy comprometida — lo mira, esos ojos violeta, siempre fríos, ahora asomaba una sombra de dudas, las que él despertaba en ella. 

— vuelve con los demás, estaré bien, Renall — tomó una bocanada de aire, y se puso en guardia. con la guadaña cerca de ella e intentando ignorar a Renall y sus gestos que aumentarían las dudas en ella. 

Suspire aliviado cuando bajo el arma, pero en cuanto nombra a mi padre me emocionó ¿como era posible que supiera algo de el? No seguramente no lo conocía y solamente suponía cosas.

- Se nota que no conoces a mi padre, el mas que nadie me insistiría por seguirte siempre me dijo que fuera a por lo que quisiera sin importar los problemas que conllevara y sin miedo por las consecuencias -lo decía sonriente y orgulloso de quien era mi padre pero unas pocas palabras por parte de Euphemia me descolocaron y me hicieron perder esa expresión a cambio de una mas triste y algo asustada- ¿Comprometida? ¿P-pero como tan solo tienes quince años? ¿Y a ti te gusta el?

Eso me dolía mucho pensar en la posibilidad de que simple y llanamente no pudiera estar con ella me aterraba tener que verla a diario y no poder hacer nada era algo que me daba mas miedo que nada.

Una vez situados en un lugar elevado, me limité a sentarme apoyado en un tronco con la mirada perdida. Sabía que en esos momentos no podía estar así, que en cualquier momento podría ser necesaria nuestra ayuda y si no hacía nada más que perder la mirada en el infinito alguien podría resultar herido o algo peor.

Poco después me acerqué a Darius, en un lugar desde donde se podía ver bien al grupo negociador y aunque sabía que no era el mejor momento para hablar no pude evitarlo. - Darius, ¿Como conociste a Aura? - Era una historia que ya conocía, y el Ronso lo sabía; pero necesitaba aferrarme a algo que conocía, alejarme por un momento de todo aquello y tratar recuperar el control de mi cuerpo y pensamientos.

Al parecer se van a entrevistar con los líderes, Darius ¿Crees que tu dragón pueda acercarse a aquella tienda sin llamar la atención o es demasiado riesgoso para ella? - pregunto mientras me agazapo detrás de un arbusto.

- Nada de enviar a nadie, no vamos a liarla parda antes de comenzar. - Le indicó a Isabeau. Por ahora nada indicaba que las chicas estuvieran en peligro, así que no iba a ponerlas en riesgo. De pasarles algo a las chicas, quien más tenía que perder de aquel grupo apostado en la colina era él, pues no solo Aura era una amiga desde la tierna infancia, además Ruby había conseguido hacerse un nombre propio en las personas que él más apreciaba. - También había pensado en eso, Eladamri... Uhm... espera... - indicó cuando vió a Tempi acercarse, parecía algo contrariado por algún motivo.

Se giró hacia él unos segundos, mostrandole los dientes. Bueno, aquella era su forma de sonreir... era lo que tenía ser un bicho peludo y lleno de dientes como lo era él. - Tempi, anímate. - le pidió antes de nada. - Crecimos juntos. Mi tribu me abandonó, Meltra me recogió y me cuidó. Y Meltra y Airen, el padre de ella eran buenos amigos. Vivía dos casas más allá de la mía, en un casetón enorme. - Hizo una pausa, y le animó a acercarse hasta su posición, donde estaba contemplando el campamento, agazapado. - El resto te lo contaré cuando volvamos a casa, te lo prometo. Se fuerte, no queda mucho hasta nuestra vuelta, todos juntos. - Intentó animarle. Al menos, lo intentó con palabras que le habrían animado a él de haberlas escuchado. Posó la mano sobre el hombro del chico y le dió un suave apretón.

- Aura nos necesita. - acabó por decir, volviendo la vista hacia el campamento. Entonces entrecerró los ojos. - Ssshh... Creo que escucho algo... - acabó por pedirles, pidiendoles un segundo.

         - La idea del dragón también me parecía buena Eladmari, pero creo que puede tener razón Darius ... tal vez las arriesguemos mas que ayudar les ... -    Entonce la joven semi-aven guardo silencio y levantando de nuevo el vuelo puso toda la atención de sus sentidos en la tienda y sus alrededores para tratar de advertir detalles y notar lo allí sucedía

tontos sentimientos humanos que se colaban por sus oídos y ahora despertaban en ella sensaciones que le eran desconocidas e incómodas. Lo volvió a mirar de reojo, ante sus preguntas pero sobre todo por sus afirmaciones, luchar por lo que se quiere, más allá de toda duda y miedos a las consecuencias. Se encogió de hombros.

— es común que nos comprometan... en mi ciudad — y en su clase social, no era gratis pertenecer aristocracia, tomó un poco de aire y se giró hacia Renall por completo — ademas ...¿importa que me guste? Pfff esas tontas costumbres humanas, son tan débiles, dejándose influenciar por sus emociones y sentimientos, tú mismo, jugaste a ser líder y casi te funcionó, pero... me viste alejar y saliste detrás de mí como un perrito faldero — chasqueó un poco la lengua, no había necesidad de se encogió tan mala pero si no lo era, él no entendería — debes decidir si quieres ser líder o ser mi guardaespaldas, pero ambas cosas, definitivamente no podrás hacerlas, Gallard — se agazapó entre las sombras.

— pero para aliviar tu decisión, debes saber qué puedo cuidarme sola, siempre lo he hecho — ahora debía enfocarse en la misión o por lo menos rescatar a Sasha, intentando no escuchar ni sentir lo que él le producía y la sonrojaba.   

Mientras conversan, algo llama su atención, pues logran ver como justo delante de sus ojos tres soldados de Lucis son devorados por la maleza, para luego de unos pocos minutos reaparecer como si nada hubiera pasado, los soldados no parecen haber notado su presencia aunque su andar es un tanto más rígido de lo usual.

Otra cosa rara que notan es que los tres llevan las viseras de los cascos puestas.