Partida Rol por web

20 años habían pasado desde la última gran guerra y los SeeD se habían convertido en una corporación de paz, año a año nuevos reclutas ingresaban en la academia persiguiendo su sueño de convertirse en grandes héroes como Squall Leonhart quien había desaparecido sin dejar rastro hace unos cinco años, dejando la dirección de la academia en manos de Bárbol Fangron, actual director de la academia SeeD.

Poco a poco los nuevos reclutas fueron arribando a la academia, una vez allí, todos fueron conducidos al patio principal en donde tenía lugar la ceremonia de inauguración de curso. Cada uno de ustesde tenía sus propias razones para estar allí, razones que sólo eran conocidas por ustedes mismos. Sin embargo, lo que todos los jóvenes reunidos en aquel patio tenían en común, era que todos deseaban fervientemente protar el uniforme negro de los SeeD y garbar su propio nobre en la historia de Terra.

Bienvenidos jóvenes a este, su primer día en la academa SeeD, como bien saben los Seed somos un grupo de guerreros de élite a quienes los gobiernos recurren cuando afrontan amenazas que no pueden manejar.

Cada uno de ustedes ha sido seleccionado debido a sus destrezas físicas y técnicas, ustedes son el futuro de los SeeD, de ustedes depende convertirse en una fuerte imparable de protectores de la paz, vuestros maestros aquí presentes confían en poder formarlos como el oro en manos del joyero.

Durante su formación se le asignará una serie de misiones las mismas que deberán cumplir al pie de la letra si es que desean convertirse en  verdaderos miembros activos del glorioso cuerpo de los SeeD. Ahora bien, con esto dicho sólo me resta presentarles al distinguido cuerpo de maestros y hacer algunos anuncios importantes.

Al llegar a la academia, a cada uno de ustedes se les entregó un relój comunicador, una tableta y se les asignó una habitación, presten atención constante a la tableta y a vuestro reloj, dado que son los mecanismos oficiales  de comunicación de la academia, a través de los cuales la administración se comunicará con ustedes para coordinar todos los detalles de su formación. Ahora si me disculpan, debo irme.- dice el Director apartándose del micro, mientras los docentes se ponen al frente y los saludan levemente con la mano antes de retirarse.

Me había vestido de forma relativamente simple, una chaqueta larga roja (típica de mi) que cubría en su totalidad la parte superior y el uniforme que me habían entregado el hecho de llevar mi chaqueta por encima me había hecho llevarme mas de una mirada, algunas extrañadas otras indignadas pero me daba igual este tipo de chaquetas era casi un símbolo de identidad para mi por lo que a no ser que fuera totalmente necesario no me la quitaría. Además se podía ver que no le había puesto mucha atención a mi pelo esta mañana porque estaba ligeramente despeinado. Por último en la parte trasera de mi cintura estaba la funda de mi espada dejando la empuñadura  a pocos centímetros de mi mano izquierda, a pesar de que era diestro. Fui de los primeros en llegar a la Academia por lo que tuve que esperar a que el patio se fuera llenando de gente mientras observaba a todos los que al igual que yo se unían a la Academia este años en busca de alguien interesante. Me encontraba cerca de la zona desde donde la "persona" que supuse sería el director dio el discurso por lo que no tuve problema alguna en escucharlo, de hecho lo escuche demasiado alto para mi gusto. Cuando menciono las misiones no pude evitar sonreír eran la oportunidad perfecta para llamar la atención sobre mi solo tendría que cumplirlas de una forma que sorprendiera a todos, es decir de forma mas eficaz que el resto de estudiantes. Era un plan simple pero no por ello poco efectivo ni fácil de ejecutar tendría que mantener un riguroso entrenamiento para aumentar mis pobres capacidades físicas y mejorar aún mas mis dotes mágicas porque aunque en mi ciudad era un genio para la magia aquí no era mas que el promedio por lo que debía mejorar en todo para dejar atrás ese promedio. Mientras estaba sumido en mis pensamientos el director había seguido el discurso el cuál escuche un poco de fondo. Cuando acabo me quede unos segundos mirando el reloj que nos  habían dado al entrar, el cual lo llevaba puesto al revés de como se usaría un reloj normal, la tablet la llevaba guardada en una pequeña mochila con unos pocos libros la cual me había negado a que se encargaran de llevarla a mi cuarto con el resto del equipaje. Una vez revise el reloj volví a mirar a mi alrededor. Algo que me llamo ligeramente la atención fue ver a otra persona de pelo blanco, una chica de bellas facciones y la cual a pesar de ser casi igual a una humana para alguien tan estudioso como yo se le hizo fácil reconocer que no lo era.

- Si señor! - Solamente se limitó a decir de forma marcial la joven Aven, aunque internamente se encontraba feliz y ansiosa porque durante los meses previos Isabeau se había estado preparando física como mentalmente para este momento, desde pequeña había querido ingresar a la academia en gran medida por la educación militar recibida desde su casa por sus propios padres, pero con cierto aire de inocencia vivaracha y natural.

Isabeau iba vestida con ropa simple, corta y holgada para que no le estorbara su movilidad y gracia de movimientos y su mirada inquieta y analítica se posaba en los detalles que podía disfrutar a su alrededor; la chica llevaba una mochila de campamento en la espalda con las cosas que consideraba esenciales, incluyendo un arco y un carcaj colgados y trato de mantener una sonrisa el mayor tiempo posible sin forzarla mientras que guardaba silencio y estaba expectante

No había ni un ápice de nerviosismo o de incomodidad en el rostro de la joven que estaba con sus ojos fijos en aquel hombre que les daba las instrucciones, y si no fuera por el hecho de no estar con el uniforme, haría pensar que era de segundo año por la naturalidad con la que se mantenía parada, inexpresiva y hasta cierto punto ajena a todo lo que se decía. Su lengua pasó suavemente por la línea de sus labios, saboreando aún el sabor de la sangre que había consumido antes de entrar al Jardín, sabía que adentro sería más complejo probar ese manjar y por eso, como uno de los últimos actos de capricho absoluto, exigió que el chofer que la traía pasara al hospital a comprar una bolsa de sangre. Ahora, disfrutaba de ese sabor y como su bestia interna se mantenía más tranquila, como el resto de su ser.

La tableta era de un peso normal, incluso más liviana que los dispositivos de valor promedio, este Jardín parecía quedar dar una buena impresión con la tecnología de punta, lo que no decepcionó del todo a Euphemia, esperaba eso, como mínimo, pero lo que más le intrigaba eran otras cosas, las razones por la que, una chica como ella, había llegado a ese sitio. 

De pronto se sintió observada y levantó la vista, un humano, un chico de cabello blanco como el de ella la observaba y por unos segundos sus miradas se cruzaron, pero el chico en vez de recibir una sonrisa o algún gesto coqueto, que podría esperarse de una chica como ella, encontró una mirada fría y dura, casi una declaración de guerra. Era desafiante sin moverse ni un músculo, dejándolo de mirar cuando unos chicos se le acercaron  para hablarle a los que ella les respondió con lo que pareció ser amabilidad. 

Mientras miro a la chica albina ella gira la cabeza y me ve durante unos segundos cruzamos miradas por alguna razón hay una enorme tensión entre nosotros dos como si fuéramos rivales de toda la vida o algo parecido. Pero a pesar de mi cara seria y mirada tan fría como la suya mis pensamientos eran muy diferentes.

"La verdad es que es guapa la chica y desde luego es una dhampiro. Pero da igual no vengo aquí a estar haciendo amigos o de ligues."

A la vez que ella yo también aparte la mirada, me coloque mejor la mochila que llevaba colgando de un solo hombro, guarde mis manos en los bolsillos. No sabía muy bien que hacer ahora, no conocía el lugar y seguramente aún tendrían cosas pensadas para los nuevos pero era posible que tuviera algo de tiempo libre que gastar en no hacer nada.

"Tal vez deba dejarme de tonterías y hacer algún amigo como me hizo prometer padre. Aunque solo sea por tener aliado en un futuro, tal y como el me dijo algunas batallas no se pueden ganar solo."

Volví a echar otro vistazo a mi alrededor, entonces vi a una semi-aven de plumaje azul, me sorprendió no verla antes ya que era bastante llamativa no solo por su color si no también porque parecía que a la mínima iba a salir corriendo del ansía. Me acerque por su espalda y le di un toque en el hombro para llamar su atención.

-Eh, hola me llamo Renall... Renall Gallard Teareus yo... -venga Renall tío no es tan difícil, Nate y Alishe lo hacen a diario sin problema alguna- Mira te voy a ser sincero, como podrás darte cuenta al igual que tu soy nuevo y quiero hacer algunos amigos por aquí y como te vi de pie sola con una sonrisa de oreja a oreja creí que serías una buena opción -desde luego mejor que otra que yo me se.

De punta en blanco (por decirlo de alguna forma) es como me encuentro yo en el discurso inaugural: duchada hace poco y con la ropa limpia, mi Espadón a la espalda dando un curioso sentido de marcialidad, pero con una sonrisa de oreja a oreja que delata el tiempo que llevo deseando unirme al Jardín. Pienso hacer que mi madre esté orgullosa, convertirme en una SeeD de primera clase.

¡Bien!¡Vamos a por todas! Pienso devolviendo el saludo a los maestros antes de acariciarle un par de veces la cabeza a Tempi con jovialidad.

Ahora comienza mi aventura.

- Hola guapo! ... quiero decir .. hola Renall! Yo me llamo Isabeau y .. exactamente para que creíste tu que sería una buena opción y por que? - Preguntó la semi-Aven tratando de evitar que fuese demasiado evidente que se había sonrojado por el error al comenzar la respuesta al chico, ya que no estaba acostumbrada a tratar con chicos de su edad

Me sorprendo ligeramente cuando me dice guapo es la primera vez que alguien que no es un familiar me lo dice aunque tal vez eso se debe a que no he hablado mucho con la gente.

"Esta chica esta sorda o se le han fundido los plomos al verme, se lo acabo de decir y me lo vuelve a preguntar. Esto va a ser difícil."

Mantuve mi actitud seria y calmada mientas me ponía una mano en la nuca, agachaba la cabeza y suspiraba

-Ya te lo he dicho quiero no conozco a nadie aquí y creo que lo mas conveniente sería hacer algunas amistades por lo que como te vi tan animada me pareció que sería buena idea hablar un rato contigo.

- Vaya, vaya! Solamente te referías a eso ... ok, yo no considero amigo a cualquier chico que conozco ... pero podemos conocer nos y bueno, si se dan las cosas bien eso podría pasar ... jaja!! - Sonrió menos nerviosa Isabeau y guardo silencio por un momento antes de saludar con la mano y una sonrisa simple al otro par de chicas mientras que miraba atenta a los maestros tras haberse despedido el director

Conforme la multitud se va retirando logran apreciar al capitán Torner y a una mujer gato conduciendo a un recluta hacia el patio.

El recluta es un elfo que viste con el uniforme de la academia y camina con paso lento intentando esconder sus manos, las mismas que iban encadenadas.

Otros estudiantes que también se percatan del hecho escupen al suelo al verlo pasar y sueltan los siguientes comentarios.

- Deberían colgar a ese asesino, no entrenarlo.

- Mató a su propia madre, que clase de canalla hace eso y luego a su primo y su tío. Es una desgracia para los SeeD

- Si no tuviera sangre noble, ahora mismo estaría pudriéndose en un calabozo de Lucis. Que lo jodan por lo que hizo.

- Si termina en mi unidad, lo apuñalo.

Reconoces a Eladamri y conoces los pormenores de su historia.

Reconoces a Eladamri, has visto surostro en los diarios, según la prensa es un rebelde peligroso que asesinó a sangre fría al señor del bosque de Valiria, al sur del reino de Lucis.

No les suena para nada el rostro del elfo, ni los eventos ligados al mismo.

No te suena para nada el rostro del elfo, pero has escuchado historias sobre un elfo vengador que asesinó al señor del bosque de Valiria, sólo por hacer justicoa por la muerte de su padre.

Ese vengador es una especie de héroe popular que se toma la justicia en sus propias manos, crees recordar que responde al nombre de Eladamri Lorian.

Las historias dicen que es hijo de Keldon Lorian, gran héroe de la guerra de las 100 lunas.

Observo el espectáculo que se levanta alrededor del esposado, al que no tardo apenas en reconocer, y frunzo el ceño. Sí, definitivamente no es el mejor apoyo que pueda tener, pero tampoco es justo que sufra escarnio por una serie de desconocidos.

- ¿Y quién os ha dado la capa de juez o la capucha de verdugo, vosotros que tanto mejores os creéis? -digo hacia los que le atacan- ¿Acaso alguno estuvo allí para ver qué sucedió?¿Tiene certeza como para decir que va a derramar su sangre? -hago una pausa dejando que las palabras y la mirada fulminante (para la mayoría, desde lo alto) cale en ellos- No me jodáis. -concluyo, echando a andar hacia el prisionero y poniéndole la punta de los dedos de la mano derecha sobre su pecho- A ti que no se te ocurra agachar la cabeza, hijo de Keldon Lorian. Tal linaje no está hecho para mantener la cabeza baja, por más difamaciones que se le arrojen. -termino, antes de dejar que sigan su camino (en temas de protocolo ya no me voy a meter salvo que me den voz).

Había visto su rostro en los periódicos, fue lo primero que pensó cuando comenzó la trifulca, y se volvió  hacia el chico, se veía un buen tipo aunque las acusaciones o mejor dicho, no es el rostro que esperas ver cuando te dicen que es un asesino peligroso que acabó con la vida de varios familiares, pero como ella sabía muy bien, las apariencias eran engañosas, venía de un mundo eso era una premisa. Los chicos seguían interesados en hablar con la joven que ya se perfilaba como alguien popular, ya sea porque su nombre la precedía o ya fuera porque entraba dentro de un concepto de belleza que era más aceptado, pero el asunto es que no tardaría mucho en llamar la atención al sexo opuesto. Euphemia inclinó su cabeza con gran gracia y se despidió de sus compañeros para retirarse, pero en vez de eso, fue caminando hacia donde se llevan al detenido, sentía una profunda curiosidad por él y por lo que había hecho, pues, sus planes eran semejantes, aunque a diferencia del elfo, ella no se dejaría atrapar. La venganza le pertenecía y la cobraría cuando llegara el momento.

Fue pasando entre los alumnos para intentar escabullirse,  hacia el patio, donde parecían llevar al chico, por lo demás, era cierto, habían razones para que no hubieran condenado a muerte al chico y que aún estuviera en el Jardín. Logra escuchar que la elfa santurrona que había visto antes le respondía a los que estaban pidiendo pena de muerte para el elfo, la verdad es que no esperaba algo así de una elfita así, quizás era su novia, pues el elfo era bastante guapo. Chasqueo la lengua y siguió en su intento de seguir de más de cerca el espectáculo. 

Me desconcierta un poco las primeras palabras de Isabeau por lo que levanto una ceja.

-¿Solamente eso? A saber que te estarías imaginando.

Antes de que pueda responder aparecen los que parecen dos personas importante llevando consigo a un joven elfo esposado. Me pareció muy raro, habría hecho algo ya en el primer día habría que ser muy inepto para meterse en problemas el primer día* pero cuando todos empezaron a insultarle empecé a apretar los puños dentro de los bolsillos y la mandíbula. Una elfa que parecía nueva también sale a defenderlo, lo cual hace que me relaje un poco, estuvo muy cerca que saliera yo a hacer lo mismo por suerte con la intervención de esa chica logre calmarme lo suficiente como para no hacer ninguna tontería.

-Cretinos, odio a la gente que se cree con el derecho de juzgar a los demás sin siquiera conocerlos -dije mirando hacía los que habían abucheado al elfo

Aunque había mantenido muy bien mi impasible expresión se podía notar un ligera muestra de mi enfado.

-Esa chica la que lo defendió parece buena persona y mas inteligente que esos imbéciles.

Miraba el discurso como uno más de los estudiantes de nuevo ingreso, atentamente, sin dejar que se le escapara alguna palabra de las que decía el director, emocionado por que iba a entrar a SeeD.

Cuando termina el discurso ahí estaba él, cabello rojo brillante, vestido con una chaqueta hasta los tobillos desabrochada de color azul marino con muchos bolsillos pequeños en ella, una camisa blanca con una frase en Al Bhed que dice “Si puedes soñarlo, puedes crearlo”, unos jeans gris azulados, zapatos deportivos negros con gris, una mochila verde fosforescente en su espalda medio abierta de donde sobre salia lo que parecía ser una portátil, la tableta que le habían dado bajo su brazo izquierdo, en su muñeca derecha el reloj, unos goggles naranjas colgando del cuello, sintiendose orgulloso de sus ojos, dejando que cualquiera los vea, algo nervioso ya que no sabía que hacer, algunos estudiantes ya estaban comenzando a socializar.

Cuando pensó en que debería unirse a uno de los grupos, antes de quedar solo, la escena del elfo encadenado llama su atención, tanto la reacción de los estudiantes antiguos como los nuevos que lo "defendían", no se enteraba mucho de lo que pasaba, pero con lo poco que escucho, se podía hacer una buena idea.

Justo escuchó los comentarios que dice en chico de cabello blanco, rió un poco para si mismo. - ¿No acabas de hacer tú lo mismo?. - Dice con una sonrisa en el rostro, casi como de burla.

La llegada había sido más tranquila de lo esperado, la gente se arremolinaba entre ellos y a la valar no le molestaba, aquella gente hablando era como una marea suave, conversando y creando una suave resaca que arrastraba la arena a unirse a los mares interiores entre continentes.

O así era hasta la aparición de un muchacho, la tormenta se alzó, creando un oleaje abrupto, en el que una leve zona de calma mostraba el centro del huracán con posibilidad de volverse un peligroso tifón que absorbiera como torbellino lo que lanzara como trompa de agua estallando en cada rincón.

Si aquella escena podía empeorar, necesitaban de una aquarian que nadara por ellos, ¿a favor? ¿En contra? Solo las olas lo sabían al sentir su maniobra.

Se acercó al acusado por un lado sonriendo a la elfa con su rostro, y posando una mano en el hombro del acusado, alzó su diestra y su voz para hablar.

- disculpen a los héroes los odiados, que sin conocimiento condenan la maldad, disculpen héroes al criticado, héroes con méritos por mostrar,... No amenacéis vosotros héroes a quien sin saber de más, pecó de hacer justicia que ofrecéis vosotros mostrar, la hipocresía en vuestras palabras se dejan llamar, pues no es asesino quien mata, y si lo es quien sin la historia corroborar, pretende matar a otros aunque solo se aprecie la intención en su pensar.

Acercó su izquierda a las manos del elfo y su diestra descendió hacia quienes le escoltaban.

- Las cadenas que pesan en él, no es una prisión ni una tortura, son una humillación hacia quien sin comprobar su situación, condenáis con presura. ¿Pretendíais condenar en esta academia a quien decís ir a entrenar? ¿Le mostráis con vergüenza, no suya si no vuestra? Si va a ser acogido en el seno de Lys, ¿no merece también el mismo trato? No es solo estupidez la de alumnos que reconociendo las cadenas, o tal vez su rostro o su leyenda, pretenden criticar su llegada, es un abuso de estupidez y voluntad, que sea traído con su orgullo amenazado por unos grilletes, vuestra la decadencia, quienes pretendéis ser héroes, manteniendo cautiva a una piedra, que si bien es dura y áspera, no será con abucheos pulida, y por ello, dadme ahora la llave de apertura, de lo que debe ser un renacer con dulcura, sus manos libres de golpear si es ofendido, sus ojos libres de mirar a quien quiera verle aflijido, sensato avanzar para quien osáis insultar fingiendo darle vuestras manos, tacto que solo podrá aceptar si es por puro libre albedrío.

Su mano esperaba la recepción de la llave, aunque si tardaban. Mucho en dársela, hablar demasiado le había hecho difícil de comprender de nuevo,... Pensó un instante, y si, la petición de la llave había sido clara creía. No le importaba mucho si habían entendido todo, le bastaba con que hubieran comprendido que en vez de criticar, primero comprobaran todos los hechos por si mismos, y si les faltaba alguna pieza, preguntaran a quien pudiera saber más, condenar solo porque alguien diga "es un asesino" no era hacer justicia, para ella matar no creaba asesinos, podían haber motivos por los que incluso ellas inocente se viera obligado a hacer justicia con sus propias manos.

- las cien lunas están distantes, solo lo que ocurre en una guerra puede ser entendido por quienes compartieron aquellos instantes, que sean sus actos y no las voces de quienes vociferan, quienes hablen por su pasado y por quien quiere ser en el futuro.

No sabía mucho de clases o posiciones jerárquicas, solo sabía lo que le dictaba su propia razón.

Mientras avanzaba con las cadenas puestas, escuché muchos insultos y comentarios sobre mi accionar, los mismos que me causaban bastante molestia.

¿Quién rayos se creen que son para juzgarme sin conocer los hechos? - pienso con amargura cuando una joven elfa se me acerca y me habla con amabilidad.

Sus palabras me dan fuerzas para afrontar lo que venía a continuación.

Muchas gracias, así lo haré. - digo mirándola a los ojos, al tiempo que una joven Velar empieza a dar un elocuente discurso exigiendo mi liberación.

Cuando la joven Velar termina su discurso, le agradezco sus gentiles palabras con un leve cabeceo, al tiempo que siento un tiron en la cadena.