Partida Rol por web

Finales y principios

[Capítulo 1.6] La cocina

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07/12/2017, 22:31
Narradora

Lo que los habitantes de Major Morris llamaban con cierto optimismo «la cocina» había sido tiempo atrás una sala para el descanso de los trabajadores del centro de salud. Los que habían tenido la suerte o la desgracia de haber vivido los tiempos antes de que el mundo se degradase podrían imaginar con cierta facilidad a médicos y enfermeros tomando allí un café o masticando barritas energéticas antes de continuar pasando las consultas. 

En el momento que nos atañe, la sala había sido acomodada de la mejor manera para poder preparar allí comida para once personas varias veces al día. Dos de las paredes estaban vestidas con encimeras, incrustadas en la pared. Incluso había un frigorífico, que hacía años que no funcionaba, pero que al menos mantenía los alimentos almacenados con oscuridad y ligeramente más frescos que fuera de él. En otra de las paredes había un gran ventanal por el que entraba la luz de la mañana y en la última, además de la puerta, alguien había colgado un mueble estrecho de madera en el que guardar algunos botes de las especias provenientes del propio huerto. 

El hornillo eléctrico que habían encontrado y reparado estaba en el centro de la encimera, como presidiendo la repisa con su presencia. Bajo ella y encima, colgando de la pared, había algunos armarios, donde guardaban los platos y vasos que habían podido reunir a través del tiempo, sin que prácticamente ninguno de ellos perteneciese al mismo juego que los demás. Había también algunos cubiertos que usaban para comer o cocinar, aquellos de puntas romas que habían desechado como posibles armas. En uno de esos armarios había un par de cazos y una sartén que sin duda había conocido tiempos mejores, pero que todavía seguía realizando su función.

Finalmente, en el centro de la sala había una mesa alta, construida a partir de un par de camillas de metal bien atadas entre sí y coronadas por una tabla de madera, que permitía que varias personas trabajasen allí al mismo tiempo. 

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07/12/2017, 22:38
Skyler

Nueva York, 12 de noviembre de 2037, 22.30 pm.

La joven entró en la cocina cabizbaja tras el pistolero. Trish y Cass se habían preocupado de limpiarla después de preparar la cena, pero el aire allí todavía olía a las verduras que habían cocido para el puré. 

Skyler separó en silencio los restos entre lo que se podía aprovechar para abonar el huerto y lo que no y después acercó las fuentes al cubo que solían usar para fregar. Allí, resopló entre dientes, mirando a Kane con ojos contritos. 

—He metido la pata con Clem, ¿verdad? —preguntó finalmente, como si necesitase una confirmación verbalizada de lo que le había parecido notar—. ¿Estaba enfadada conmigo? ¿O triste porque me metí con Bentley?

El nombre del animal sonaba extraño en su voz. Lo cierto era que Skyler prefería referirse a él como «el perro» en el mejor de los casos y «el chucho» o «ese bicho» en los más habituales, como si de forma inconsciente imprimiese parte del desagrado que el alaska le producía en el hecho de no pronunciar nunca su nombre. 

Notas de juego

Venimos de: [Capítulo 1.5] No sólo de pan...

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08/12/2017, 00:33
Kane

Kane entró en la cocina cuajado de contención, hervía de ganas de responder a Morgana y dejar cuatro cosas claras, pero también sabía de lo inútil que podía ser eso. Él no tenía la capacidad de Clementine para decir las cosas y, en definitiva, se había adaptado bien al ignorar los exabruptos de la exmilitar a costa que sentir la bilis corroyéndole las entrañas unos minutos. No llegó a percatarse de Skyler hasta que la muchacha habló. Kane la miró con una dureza que no era para ella, luego se suavizó al verle los ojos contritos, suspiró.

No, no has metido la pata —negó con suavidad, procuró una sonrisa tranquila en contraste a la dureza residual de su mirada —. La cena de hoy ha sido muy.. conflictiva. Y hasta Clem tiene un límite, no fue culpa tuya.

Empezó a lavar los platos y vasos junto a Skyler, sin prisa, dejando que el agua cayera sobre sus manos. Era un placer sencillo, pero no tanto cuando vives buscando agua.

Bentley.. créeme —sonrió con cierta nostalgia y rió breve pensando en el alaska —. A veces es un grano en el culo. Es celoso, cabezota, gruñón.. pero es leal, protector y dulce a su modo. Clem y Bentley están muy unidos, lo encontramos en un coche antiguo, solo y aterido. Ellos dos enseguida tuvieron una conexión especial. Algo hizo que.. se encontraran, y desde entonces no se han separado —volvió la mirada hacia su compañera lavaplatos —. Muchas noches hemos comido gracias a él, nos ha protegido, es normal que sea tan protectora con él. En el fondo es un animal mucho más noble que la mayoría de personas que conozco.

Suspiró lentamente, negó con la cabeza para si.

Clem se enfadó más por las actitudes de Morgana y Nick, no es capaz de asumir que hay gente que se ha rendido, gente que no le importa la bondad humana o ha perdido la fe —hablaba con naturalidad, convencido de lo que decía, con tono aleccionador —. Pero sobretodo, por la gente que prejuzga a los demás, como tu has hecho con Bentley.

Se secó las manos tras lavar los platos, miró a Skyler de frente, con una calma templada.

Nadie te obliga a que te lleves bien con todas las personas, pero debes aprender a ponerte en lugar de los demás —explicó con serenidad —. Lo que para ti es estúpido, para otra persona es su mundo —frunció el ceño con una sonrisa cálida junto a una risa divertida, distendida —. Aunque ese mundo sea peludo, ladre y te gruña.

Le rozó la mejilla con un dedo, con ello pretendió arrancar una liviana sonrisa de Skyler.

Eh.. anímate, ¿vale? Sé que eres una buena persona, que te arrepientes, ¿qué tal si subimos y le pedimos perdón a Clem? ¿Eso te haría sentir mejor? —la preguntó mirándola a los ojos, pero sin presionarla.

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11/12/2017, 16:50
Skyler

Mientras Kane hablaba y comenzaba a lavar la vajilla, Skyler se acercó al hornillo eléctrico que usaban para cocinar y puso agua a hervir. Apenas dedicaba breves vistazos rápidos a sus manos para poder controlar lo que hacía, pues su atención estaba puesta casi por completo en el pistolero. 

Sus labios se apretaron en una flor rosada de fastidio por pura inercia al escuchar al hombre hablar bien del animal, pero no llegó a protestar en voz alta. En lugar de eso regresó a su lado para ir secando los platos que él fregaba con un trozo de tela. Escuchaba cada palabra de Kane, con la cabeza un poco ladeada, como si para ella fuese un mundo comprender las emociones y circunstancias que él veía con claridad. Cuando todos los platos estuvieron limpios, le ofreció el trapo para que se secase las manos y bajó la mirada con el ceño fruncido. 

La chica tenía un mal pronto y una gran tendencia a creer que sabía siempre cuál era la forma correcta de hacer las cosas, pero a esas alturas Kane ya había podido ver en ella que su sentido de la empatía era extraño. Los sentimientos ajenos la incomodaban, sencillamente porque le costaba comprenderlos. Y, sin embargo, no le gustaba herirlos. Skyler se sentía en ocasiones como un elefante en una cristalería y, sin duda, aquella era una de esas veces. 

Levantó la mirada y la confusión bailó en sus ojos azules con la risa del hombre, pero pronto esa confusión dejó espacio al agradecimiento por la explicación que le había brindado. Asintió con la cabeza. 

—Sí, creo que sí —dijo, mientras sus labios se curvaban en una pequeña sonrisa—. Gracias, Kane.

Luego, echó un vistazo por encima del hombro hacia el cazo en que había puesto el agua y su rostro se iluminó con una idea. 

—Pero dame un momento. Le llevaré una taza de infusión especial del perdón —inventó, dirigiéndose a los frascos con hierbas del huerto y seleccionando algunos. 

Un instante después había preparado tres tazas en un trozo de madera que usaban indistintamente como bandeja o como tabla de cortar. Las tres humeaban, pero una contenía café de achicoria para ella, mientras que las otras dos desprendían un aroma fresco y dulce al mismo tiempo. 

—No podré quedarme mucho, me toca hacer guardia, pero espero que funcione y me perdone. También puedo hacer penitencia si me lo pide, o hacer su siguiente guardia. 

Y, con la cabeza llena de ideas se acercó a la puerta, esperando al pistolero para salir junto a él. 

Notas de juego

Vamos a: [Capítulo 1.6] La capilla.

Te dejo igualmente abierta esta escena por si quieres hacer algún post antes de ir allí, o comentar algo con Skyler por el camino.

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12/12/2017, 01:36
Kane

No quieras creer que solo tú haces mal las cosas, Sky —le añadió mientras la veía preparar la infusión, con un tono que le recordaba demasiado a su mentor —. Todos nos equivocamos, todos erramos al juzgar los sentimientos de los demás y.. a todos nos cuesta expresar lo que sentimos.. porque ni siquiera los tenemos claros nosotros mismos —fue algo más ambiguo en ese último aspecto, como si supiera él mismo en qué estaba pensando, pero no dio pistas a la chica y tomó su taza para ayudarla a subir acompañándola hacia la capilla.

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14/12/2017, 23:14
Narradora

Lo que los habitantes de Major Morris llamaban con cierto optimismo «la cocina» había sido tiempo atrás una sala para el descanso de los trabajadores del centro de salud. Los que habían tenido la suerte o la desgracia de haber vivido los tiempos antes de que el mundo se degradase podrían imaginar con cierta facilidad a médicos y enfermeros tomando allí un café o masticando barritas energéticas antes de continuar pasando las consultas. 

En el momento que nos atañe, la sala había sido acomodada de la mejor manera para poder preparar allí comida para once personas varias veces al día. Dos de las paredes estaban vestidas con encimeras, incrustadas en la pared. Incluso había un frigorífico, que hacía años que no funcionaba, pero que al menos mantenía los alimentos almacenados con oscuridad y ligeramente más frescos que fuera de él. En otra de las paredes había un gran ventanal por el que entraba la luz por las mañanas y en la última, además de la puerta, alguien había colgado un mueble estrecho de madera en el que guardar algunos botes de las especias provenientes del propio huerto. 

El hornillo eléctrico que habían encontrado y reparado estaba en el centro de la encimera, como presidiendo la repisa con su presencia. Bajo ella y encima, colgando de la pared, había algunos armarios, donde guardaban los platos y vasos que habían podido reunir a través del tiempo, sin que prácticamente ninguno de ellos perteneciese al mismo juego que los demás. Había también algunos cubiertos que usaban para comer o cocinar, aquellos de puntas romas que habían desechado como posibles armas. En uno de esos armarios había un par de cazos y una sartén que sin duda había conocido tiempos mejores, pero que todavía seguía realizando su función.

Finalmente, en el centro de la sala había una mesa alta, construida a partir de un par de camillas de metal bien atadas entre sí y coronadas por una tabla de madera, que permitía que varias personas trabajasen allí al mismo tiempo. 

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14/12/2017, 23:15
Narradora

Nueva York, 12 de noviembre de 2037, 22.45 pm.

Cuando los dos habitantes del Major Morris entrarn en la cocina pudieron ver que, tanto los utensilios usados para preparar la cena, como la vajilla que habían recogido Skyler y Kane, estaban ya limpios y recogidos en su lugar. El aire allí todavía olía a las verduras que se habían cocido para el puré, mezclado con el aroma del café de achicoria recién preparado. 

Sobre una de las encimeras había un biberón con la leche en polvo ya mezclada en agua, seguramente el que Trish había dicho que había dejado preparado antes de la cena y que finalmente no le había subido a Clementine. El barreño que solían usar para fregar los platos estaba sobre la mesa central, preparado para ser usado.

Notas de juego

Venimos de: [Capítulo 1.5] No sólo de pan...

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15/12/2017, 16:43
Morgana Whiterocks

A Morgana no le apetecía fregar los platos, cubiertos y vasos que quedaban ni tampoco charlar con Daniel. Ya había tenido suficiente sobredosis del chapero por un día, y tras la conversación de la cena, se encontraba entre dos mundos, con la sonrisa sin desaparecer de los labios y con ganas de machacar verbalmente a cualquiera que se le pusiera a tiro, en particular si ese alguien fuese el amargado de Kane. Arrugó la boca mirando al barreño, con una oreja puesta en el exterior. Como no era mujer que rehuyese tarea alguna, soltó en el barreño la mezcla de vajilla y acto seguido puso a calentar agua para meter dentro el biberón.

-Cuando esté caliente llévale el bibe a Clem. -Su suave voz contrastaba con el tono autoritario que le brotaba desde la pelvis-. Voy a ver quien es. Deja la mierda de platos, me encargo yo luego.

Fue a salir de la cocina, le podía la necesidad de control. Se detuvo un momento en la puerta. Comprobó la pistola, la guardó, y se dirigió a la puerta de entrada.

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17/12/2017, 17:57
Daniel Green

Había terminado de recoger los platos y cubiertos, callado, la mirada clavada en aquello que hacía. Sabía que no tenía de qué avergonzarse por haber reaccionado como lo había hecho, pero la realidad era que el resto del mundo parecía aceptar una llamada en mitad de la noche, una noche gélida, como si fuera lo más normal del mundo. De modo que se dirigió a la cocina, precedido por Morgana y dejó su parte sobre la mesa, pues ya le resto arrojado por la rubia había llenado el barreño. Frunció el ceño cuando la vio calentar agua, ignorante del objeto de aquello, hasta que vio el biberón. 

Y en medio de todo, el silencio, un silencio denso y pesado como el aceite y que Morgana esgrimía como un arma para marcar las distancias. Solo sus ladridos dando órdenes precedieron su marcha, presuponiendo que la obedecería. Apoyado contra la pared, los brazos cruzados, la vio irse. 

-Lo que tú digas -fueron sus únicas palabras.

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18/12/2017, 12:26
Narradora

Notas de juego

Vamos a: [Capítulo 1.5] No sólo de pan...

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18/12/2017, 20:50
Narradora

Notas de juego

Venimos de: [Capítulo 1.6] La capilla.

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18/12/2017, 21:06
Narradora

No habían pasado más que un puñado de segundos desde que Morgana había abandonado la cocina, dejando a Daniel atrás, cuando la puerta se abrió y por ella entró Kane.

Los últimos restos de la cena ya habían sido recogidos y el barreño que solían usar para fregar tenía dentro los platos que habían quedado en la mesa. 

El pistolero llegaba apurado, como si la prisa mordisquease sus talones. Y no era para menos pues justo en el momento en que entraba los llantos del bebé empezaron a llegar, estridentes y agudos, desde el piso superior.

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19/12/2017, 11:49
Daniel Green

Apenas había variado su postura, lo justo para comprobar si el agua puesta a calentar estaba ya a punto como para meter el biberón cuando Kane entró como si lo persiguieran los perros del infierno. Su llegada apresurada pronto acompañada por los gritos del bebé no necesitaban mayor explicación.

-Imagino que esas prisas no son para fregar los platos de la cena, ¿verdad? -dijo con una media sonrisa, mirando al hombre-. Supongo que Morgana ya preveía lo que iba a ocurrir así que se adelantó y puso a calentar el agua -dijo al tiempo que con una mano señalaba a la planta superior desde donde procedía el llanto-. Creo que hervirá pronto y podremos meter el biberón en el cazo. Aunque no me queda muy claro por qué hay que hacer algo así. Morgana debía presuponer que soy más listo de lo que aparento y que sabría lo que había que hacer -se echó a reír con grandes y sanas carcajadas-. No, eso seguro que no

Volvió a sonreir.

-¿O vienes por otra razón?

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19/12/2017, 12:08
Kane

Como si fuera la marca de salida, Kane llegó a la cocina justo cuando el bebé empezaba a llorar. Vio a Daniel en la cocina, el agua calentándose para que el biberón se pudiera preparar, aunque miró con algo de desconcierto a este.

No, no vine por eso —respondió neutro, miró hacia el agua hirviendo —. Algo de que la leche esté libre de enfermedades, según me han contado —sin llegar a definir quien pudo contarle eso, miró hacia el cazo al acecho de cuando poner el biberón dentro.

Esa es la razón —aclaró el pistolero, miró al risueño Daniel sin verse inmerso en su risa, algo inquieto por los lloros del niño —. Han llamado, ¿sabes quién era?

Al juzgar lista el agua, metió con cuidado el biberón con leche dentro.

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19/12/2017, 14:37
Daniel Green

La expresión de Daniel no llegó a variar, apenas una sombra en un ceño que no llegó a fruncirse. Al menos, no era el único al que una llamada en la noche le sorprendía y le ponía en estado de alarma a diferencia de otros. Se encogió de hombros.

-No, ni idea, aunque a algunos debió parecerles lo más normal del mundo. Aventuraron que tal vez fuera Jimmy, pero no lo sé. Nick fue para comprobar quién podía ser. Morgana, tras acompañarme hasta aquí ayudándome a traer los platos, fue también para la puerta no sin antes comprobar su pistola. O prevención o que no las tenía todas consigo. Quizá no estuviera de más que te acercaras tú también. No te preocupes por esto -le dijo a Kane en referencia al biberón-. Cuando esté listo, se lo llevaré a Clem

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19/12/2017, 14:48
Kane

Kane escuchó a Daniel mientras esperaba que el agua calentara la leche, miró a su interlocutor unos instantes y se encogió de hombros.

Si son problemas, ya nos habríamos enterado —dijo neutro —. Si fuera un ataque, no creo que hubieran llamado a la puerta.

Se acarició el entrecejo con tranquilidad, pensativo, algo distraído. Volvió la mirada hacia Daniel mientras miraba de soslayo el agua como si pretendiera que esta calentara más deprisa la leche por mirarla de más.

Sube conmigo si quieres cuando acabes con los platos —sugirió al ver la voluntad de este mientras se encogía de hombros de nuevo.

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19/12/2017, 17:14
Daniel Green

-No sería la primera vez en mi vida que los problemas llaman a la puerta. Aunque supongo que tienes razón y que no hay de qué alarmarse -dijo con un nuevo encogimiento de hombros. Tampoco tenía por qué verbalizar que si alguien quisiera atacar el refugio, llamar a sus puertas podría ser una estrategia perfectamente válida-. Los platos son cosa de Morgana. Ha dicho que se encargaría de ellos. No seré yo quien contradiga una de sus órdenes -el ladrido seco con que había dejado claro lo que Daniel tenía y no que hacer aún resonaba en sus oídos-. De todos modos y aunque te agradezco la invitación, he quedado en ir al taller donde Trish. Lo cual me recuerda que tengo algo que hacer.

Abandonó su posición, tomó un cazo y puso a hervir agua. Después, tomó un tarro del fondo de donde solían estar las infusiones, lo abrió y aspiró el aroma de su contenido. Una sonrisa traviesa se dibujó en su cara, invisible para Kane que estaba a sus espaldas. Se volvió y depositó el tarro en la mesa.
 

-Oye Kane, ese tatuaje de tu mano -pese a que solía llevar la extremidad cubierta por un guante de forma habitual, en la convivencia, nada terminaba por oculatrse completamente y todo el tiempo-. El del pájaro, ¿podría verlo si no te importa? Nunca he tenido ocasión de verlo bien. ¿Cuándo te lo hiciste? -preguntó curioso.

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19/12/2017, 17:31
Kane

No comentó nada acerca del tema platos, si Morgana dijo que ella se encargaba, ella se encargaría. Terminó por asentir cuando dijo que tenía que ver a Trish en el taller, añadiendo un escueto.

Comprendo.

El interés de Daniel por su tatuaje fue respondido por un abrupto silencio de Kane, pudo casi palpar que había dado en un punto blando del pistolero. Kane llevó la mano al tatuaje con un gesto inconsciente, una caricia sutil, casi cariñosa.

Es una golondrina —aclaró algo seco, evitó mirar a Daniel, enfocando la atención en el biberón. Suspiró lentamente, consciente de la brusquedad con la que había reaccionado —. Es un recuerdo. Años, ya no sé cuantos —a pesar de haber bajado un tanto esa brusquedad, se resistía a mostrarlo abiertamente —. ¿Por qué te interesa?

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20/12/2017, 11:25
Daniel Green

Alzó la mirada de aquello que estaba haciendo para mirar a Kane con una expresión que varió de la extrañeza a la disculpa.

-Perdona, no quería meterme donde no me llaman -dijo consciente de la reacción del hombre, aunque ignorante de las razones de la misma-. Simple curiosidad. De vez en cuando llego a vislumbrar la silueta de tu pájaro y bueno, me sorprende algo así en un hombre como tú -explicar la incongruencia de algo tan delicado con la violencia implícita de un revólver y un machete no era fácil. Aunque quizá tampoco lo fuera explicar su fe-. Es... una imagen suave que no me hubiera imaginado en alguien como tú. No me malinterpretes. Eres aparentemente muy masculino y ese tatuaje parece más propio de una mujer. Y bueno, tampoco se me ha pasado que no sueles lucirlo abiertamente -miró abiertamente a Kane, con una sonrisa en los ojos que su boca no mostraba-. Pero como te decía, no pretendo molestarte. Entiendo que hay una historia detrás y que es tuya. Todos tenemos derecho a conservar ciertas cosas tan solo para nosotros -dijo y la sonrisa llegó por fin a los labios-. Aunque si algún día quieres contar su historia, avísame. Me gustará escucharte.

Volvió su atención a los fuegos.

-Vaya, parece que esto ya está listo -comentó en referencia al biberón y la infusión, a sabiendas de que tendía a Kane la ocasión perfecta para desviar la conversación a aspectos más triviales. Pero era cierto que no quería incomodarlo con sus preguntas. Si algo había aprendido Daniel en su vida era que las situaciones no podían ser forzadas y que todo tenía su tiempo y su lugar. Y no se le olvidaba que no llevaba tanto tiempo en el refugio y que la confianza y la amistad no eran algo que se conquistaran ni rápida ni fácilmente.

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20/12/2017, 13:40
Kane

Kane suspiró largamente, no era el mejor día para él, todas las emociones danzaban sin ton ni son en su cabeza. Miró Daniel con detenimiento, esbozó una sonrisa sardónica en los labios.

¿Un hombre como yo? —le midió con la mirada, sin ningún afán intimidatorio, intrigado —. No sabía que me conocieras tan bien.

Quizá ese último comentario fue algo ácido, suspiró llevándose la mano al tatuaje, un gesto de nuevo inconsciente. Movió la cabeza con algo de resignación.

Me explicaron que las golondrinas acompañaban a los viajeros, en el viejo mundo, cuando los antiguos cruzaban el mar, se tatuaban golondrinas porque estas los acompañaban en sus viajes —explicó con un tono más calmado, se sentía un poco frustrado por pagar las cosas con Daniel —. Tiene otros significados.. pero esos me los guardo por ahora para mi.

Se quedó en silencio un rato, amagó un tanto el tatuaje, volvió la mirada hacia el biberón con una seriedad severa.

No vayas diciendo a nadie nada de mi tatuaje. Lo escondo por algo. Sé discreto —cuando anunció que estaba listo, suspiró aliviado, tomó la leche con un paño dispuesto a subir con el biberón —. Nos vemos luego, buenas noches.

Con el biberón listo se despidió de Daniel, y se marchó de vuelta a la capilla armado con un biberón para enfrentarse a la bestia rugiente y hambrienta del piso superior.