Partida Rol por web

Fisura

Skyhold - Exteriores.

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29/06/2015, 13:04
.Narrador.

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29/06/2015, 17:33
.Narrador.

La batalla había sido la más dura que ninguno de ellos había llegado a vivir nunca. Habían visto caer a compañeros, a su lado, impotentes. Toda su energía había emanado de su ánimo hasta el último hálito, ya fuera en forma de fulgores de magia, de cruentos espadazos o de ráfagas de flechas que llevaban escrita la palabra "muerte".

Sin embargo, habían ganado.

Coripheus parecía haber sido destruido, y, según decían, también lo que fuera que había causado la Grieta. La Inquisidora y su grupo habían confiado en ellos, y nadie había fallado, ni unos ni otros. La Inquisición había salido adelante a pesar de lo oscuro de las fuerzas que combatían, que acababan de combatir. La lucha había sido titánica, heroica. Quizá, todos esperaban, habían ganado no sólo esa batalla. Quizá habían ganado la guerra.

Pero también se decía que Coripheus era indestructible, que ya había estado muerto. Que había sido uno de los que hollaron la Ciudad Negra. Que, quizá, era un dios...

Ahora, esta noche, eso no importaba. No pesaba en sus almas, no aún. Estaban exhaustos, pero también eufóricos.

Todo Skyhold era un canto, un clamor de victoria. Por doquier corría el vino, la música se escuchaba, y desconocidos abrazaban a desconocidos como si fueran hermanos. De hecho, ahora, lo eran.

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29/06/2015, 17:45
.Narrador.

En el puente que cruza como si nada pudiera derribarlo las rocosas aristas montañosas, por encima de la profundidad del valle helado, dos figuras pasean lentamente, una al lado de la otra. Una elfa y un humano, ella con el arco a su espalda, como si nada pudiera alejarlo de su cuerpo, ni siquiera el descanso. Él apoyándose en su bastón de mago con la dignidad del que, sin necesitarlo, lo aprecia más que a nada.

El aire gélido alborota el cabello de Aisha, y sisea mensajes ocultos en lenguajes olvidados.

Han preferido la mútua compañía en la relativa soledad del paseo, alejándose de la fiesta y del bullicio. No es que no quieran festejar, no es que no estén alegres. Es que, a veces, las grandes hazañas, los grandes momentos, requieren una contenida degustación.

La conversación, sin embargo, fluye fácil entre ellos. Son muy distintos, sí. Son, incluso, antagónicos en raza, credo, historia. Pero ahora... ahora son amigos que pasean y charlan...

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29/06/2015, 21:02
Miron Lupeithai

El silencio en el exterior era extraño. El ruido proveniente de la sala del trono animaba a Miron, pero no se sentía cómodo allí dentro. Después de tanta batalla cruda y sanguinaria, después de tanta muerte, sentarse y beber le parecía algo imposible. Y, sin embargo, todo había acabado. Esa horrenda criatura había muerto y la Grieta había sido sellada. La paz que deseaban había llegado, aunque fuera momentánea. Con todo lo que había ocurrido -los magos en Ferelden, la guerra civil en Orlais, el asunto de los Guardas Grises- nada era igual, y aún así daba la sensación de que hubieran vuelto atrás en el tiempo.

Miron caminaba ensimismado. Agradecía la compañía de Aisha; no la conocía tanto como para considerarla una persona cercana, pero era diferente a los demás. Había combatido junto a ella y se habían protegido mutuamente, igual que con todos los otros guerreros, pero por alguna razón algo la hacía destacar, al menos para él. Había pocos elfos en Feudo Celestial, y aún menos que fueran dalishanos, y tener la oportunidad de hablar con uno de ellos era un regalo. Miron se había pasado años encerrado en la biblioteca del Círculo leyendo sobre aquellos clanes errabundos, parias del mundo que intentaban aferrarse a su cultura olvidada. Siempre le parecieron muy románticos.

Ha sido... un largo día.- dijo Miron mientras se apoyaba en su bastón para contemplar el horizonte helado.- No puedo creer que haya acabado. En varias ocasiones he pensado que sería mi último día, pero aquí estamos.- agachó la cabeza y se encogió de hombros.- Ha costado mucho, demasiado. Nunca imaginé la muerte a tal escala.

Se quedó callado mirando el suelo, y luego observó a Aisha durante unos instantes. Los elfos del Círculo no se parecían a ella. Tampoco ningún elfo que hubiera encontrado en sus viajes. Miró las marcas, su vallaslin, y creyó recordar haberle preguntado sobre los tatuajes durante una de las misiones que compartieron. Se dio cuenta de que la miraba demasiado y sacudió la cabeza.

Disculpa, seguro que no quieres oír mis lamentos. Pero... es raro. La inquisidora y sus compañeros están allí dentro en su fiesta, y a mí me gustaría celebrarlo tanto como a cualquier otro, pero... No lo sé.- sonrió y negó con la cabeza.- No lo sé.

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29/06/2015, 23:00
Aisha Serthan

 Sí, definitivamente el aire fresco de las montañas le sentaba mucho mejor que el bullicio del festejo de la multitud en el interior de aquella gran estructura. Había intentado adaptarse a sus costumbres y tomar alguna copa para ver si así se hacía más fácilmente a aquel ambiente, pero su propósito había sido en vano. En el fondo sabía que encerrada entre techos y paredes con tal griterío, y el aire cargado, jamás disfrutaría tanto como ella quisiera en comparación con la tranquilidad y la agradable brisa del exterior, contemplando un cielo que ya no inspiraba miedo, ni muerte, si no victoria y esperanza. Ni el frío le molestaba esa noche, si no que le abría los pulmones para respirar mejor. ¿Cómo cambiar esa paz por ninguna otra cosa?

 Lo cambiaría por volver a ver a Ciro, por supuesto. Se alegró de acabar con el mal responsable de la muerte de su marido, y aunque su satisfacción era completa, no había saciado la enorme sed de venganza que sintió instantes después de que descubriera el cadáver del elfo. Fue entonces, mirando las estrellas y pensando en ello, cuando comprendió que ninguna muerte aliviaría su pérdida, si no que sería algo que sólo ella podría pasar. No por ello dejaría de ser él un motivo para seguir luchando por un mundo mejor, no mientras tuviera fuerzas para sostener el arco que él mismo le fabricó. 

 Además, aunque no se encontraba entre los suyos había aprendido a tolerar a algunos de sus nuevos compañeros, y esa victoria con sabor a gloria la convencía por completo de que la Inquisición le gustaba, a pesar de lo que le dijeran en su clan cuando dijo que quería marcharse. ¿Quien le iba a decir que estaría compartiendo ese momento con un shemlen? Y mago además. Normalmente trataba de evitarlos, pero había luchado con Miron codo con codo, que además le había explicado la situación de los magos y el círculo desde otro punto de vista que conseguía que la elfa, aunque aun prefiriese mantenerse al margen de lo mágico, comprendiera un poco mejor su posición.

 Sin duda la formación del círculo había sido necesaria, aunque hubiera sido entre tantos errores, como es común en muchos shem. Pero había entendido que otros, como Miron, no tenían la culpa de los actos de los demás, y ella con casi toda seguridad habría tomado las mismas decisiones que el mago si hubiera estado en su lugar.

 - No te preocupes, no pasa nada - Le devolvió la sonrisa, amable. Se apoyó en el lado del puente con los brazos estirados e inspiró profundamente antes de retomar la palabra, mirando hacia el horizonte. - Es normal, yo tampoco puedo estar ahí dentro, no ha sido fácil en ningún momento - Sonrió de medio lado mientras miraba las montañas, pensando en la obvia tontería que acababa de decir. - Hubo momentos en los que yo también dudé de si llegaría a ver la victoria, o de si sería posible, pero no podía quedarme de brazos cruzados, y la Inquisición era la mejor apuesta. - Se aparta un mechón tras la oreja y se gira para mirar al mago. - Me alegra que nuestro esfuerzo haya dado sus frutos, no hay motivos para disculparse, si no todo lo contrario. - Reitera - Ahora sólo los hay para relajarse y disfrutar - Añade. Aunque su expresión era tranquila, difícilmente su júbilo podría ser mayor, sólo que ella, al encontrarse entre desconocidos, tenía otra forma de celebrarlo, más privada y solitaria, y que no le importaba compartir con Miron. Por fin Thedas podía dormir tranquilo, y tal vez también ella.

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30/06/2015, 10:24
Miron Lupeithai

Miron sonrió con alivio, y empezó a relajarse como no había podido en mucho tiempo. De nuevo alzó la vista hacia las montañas heladas y miró el cielo reparado, admirando la belleza que había conseguido recuperar. Aisha tenía razón; aquello había sido una victoria y era el momento de disfrutarla. El mago miró a su alrededor, contemplando la fortaleza que había mejorado tanto desde que había llegado con los magos. La Inquisición se había convertido en una fuerza realmente poderosa, y ahora el mundo estaba en deuda con ella. ¿Qué ocurriría?

No sé qué va a pasar a partir de este momento. ¿Debería quedarme? Me uní a la Inquisición para mejorar la situación de los magos, pero... en realidad no tenía otra opción. Poco tardarán en tomar una decisión respecto al Círculo, y yo no tendré voz en ella. De modo que, ¿qué debería hacer?- hablaba como si pensara en voz alta.- Aún tengo la posibilidad de huir, seguir siendo un apóstata. Podría aprovechar estos momentos de transición para desaparecer, supongo.- rió escuetamente y negó con la cabeza.- Aunque acabaré por quedarme aquí, seguramente. La Inquisición está haciendo algo bueno para el mundo; quizá aún necesiten ayuda.

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30/06/2015, 12:05
Aisha Serthan

 Ella ya sabía que aun se le escapaban muchas de las realidades que abarcaban a los magos, y que nunca llegaría a entenderlos del todo. Miron sólo se lo acababa de recordar.

 Mientras ella sólo disfrutaba del paseo, el mago tenía otras preocupaciones que no eran para menos. La nueva Divina parecía tan severa como íntegra. Las veces que la había visto, siempre con la espada, el escudo y la armadura, además de con esa expresión permanente, le conferían un porte duro, lejos del que pudiera imaginar de ninguna hermana de la capilla, y mucho menos de ninguna Divina. Si sus planes para los magos eran perjudiciales para ellos, ¿Sería la voluntad de Cassandra tan inquebrantable como su escudo? Normalmente no apoyaría a ningún mago para ser un apóstata, pero si Miron había pasado su tiempo de apóstata ayudando, y no chamuscando poblados y niños, no iba a hacerlo ahora. Sin embargo, Aisha se sorprendía por la facilidad con la que hablaba de huir, otra vez, tras haberse puesto un poco al día con él, u otros rumores, de algunos asuntos del Círculo.

 - ¿Es que en la Inquisición no guardan vuestras filacterias? - Pregunta, desconociendo si en la Inquisición continuarían con esa práctica, ya que aunque los magos no estuvieran contenidos, no cree que se deba escatimar en precaución, aunque eso significara opresión para otros. - Como sea, yo creo que deberías quedarte. Seguro que no eres el primero que ha tenido esa idea, y el hecho de que empecéis a huir no pasará desapercibido a la hora de tomar una decisión, igual que tampoco lo hará que la colaboración de los magos ha sido imprescindible para cerrar la grieta  - Entre otras cosas, claro, pero ahora sólo admitiría eso. Aunque la brecha del cielo y todas las demás fueran culpa de la magia, ella no podría haberla cerrado con flechas. - Puedes arriesgarte a huir, recluirte en el nuevo Círculo y no hacer nada, o recluirte en la Inquisición y hacer algo bueno - Expone con claridad las opciones que ella ve, sin una libertad legal entre ellas. - Yo me quedaría... Yo me quedo - Rectifica - Ni siquiera me he planteado volver con mi clan. - Y más después de haber insistido tanto para marcharse, aunque los echara de menos. - Ni sé donde estarán ahora. - Añade algo nostálgica. - Creo que es aquí donde tengo que estar.

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02/07/2015, 09:53
.Narrador.

El paseo les había alejado un poco del portón de Skyhold, adentrándose en el puente que conducía a las montañas. Pero ahora volvían sobre sus pasos, disfrutando del paisaje y la calma, y hablando amigablemente.

Aisha miraba a Miron, esperando una respuesta, cuando ambos escucharon el sonido de traqueteo de un carruaje acercándose. Efectivamente, un carro de transporte de mercancías, lleno hasta los topes, pasó junto a ellos raudo, en dirección al Feudo. Un elfo, antiviano por su aspecto, lo conducía haciendo volar a los caballos que parecían exhaustos.

Siguió hasta el patio, tras unas palabras con los soldados apostados en la entrada. Allí se le acercó el Capitán de la guardia, con quien también cruzó un par de frases.

Lo extraño fue que tanto el Capitán como el elfo se giraron hacia ellos, mirándoles como si estuvieran hablando de ellos. Entonces el Capitán les hizo un gesto para que fueran hacia allí.

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02/07/2015, 12:58
Miron Lupeithai

Miron seguía conversando con Aisha, pero sobre todo reflexionaba acerca de lo que le acababa de decir. Ciertamente, huir en ese momento no serviría de mucho. Quedarse en la Inquisición podría suponer una posibilidad de ayudar a los magos y también a cualquiera que se hubiera visto afectado por la guerra con los demonios y con Corifeus. Sonrió y pensó en responder, pero entonces pasó un carro cerca de ellos. Lo observó y se sintió extrañado al ver que el capitán y el elfo parecían hablar de ellos dos. Cuando el primero hizo un gesto para que se acercaran, Miron miró a su compañera y frunció el ceño.

Parece que quieren decirnos algo. Quizá alguna petición. Quizá simplemente quieran indicaciones.- se quedó quieto, intentando imaginar qué llevaría en ese carro.- Supongo que habrá que ir.- se encogió de hombros y se acercó a esos dos individuos con cautela.

Notas de juego

Perdón, me hice un lío con las notificaciones y pensé que ya había respondido

Miron miró suena muy raro :P

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02/07/2015, 19:11
Aisha Serthan

 Aisha miró el carruaje cuando lo escuchó. En un principio no le dio mucha importancia, pero algo la escamó cuando los miraron a ambos. Era inusual que no estuvieran con los demás en la fiesta, sí, pero no pensaba que llamaras la atención como para ser llamados por el Capitán de la guardia, ni tener ningún puesto importante ni asunto pendiente con nadie, y menos con un extranjero, o al menos ella.

 Dudaba mucho de lo de las indicaciones, el Capitán debía tener la posición de Skyhold mucho más clara que Aisha y Miron, y llamar a los soldados para preguntar, que estaban más cerca de ellos, sería más fácil.

 - ¿Y estos qué quieren? - Pregunta desconcertada, e incluso un poco molesta. - No se yo. Vamos a ver - Deja de apoyarse en el lado del puente y se dirige hacia ellos junto a Miron, intentando no pensar mal de la situación en un día tan glorioso. Seguramente sólo sería una tontería. 

 - Buenas noches, Capitán - Mira al elfo de reojo. - ¿Nos buscaba? - Pregunta al Capitán algo seria, además de curiosa.

Notas de juego

 No pasa nada, si has contestado dentro de los límites del ritmo de la partida ^^

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04/07/2015, 11:47
Capitán

-Buenas noches. -Saludó.- Puesto que eres mago...-hizo un gesto algo ambiguo hacia el bastón de Miron- debes conocer a la bruj... a Lady Morrigan, supongo.

Le miró y asintió, a la vez, dando por hecho lo que acababa de decir, y siguió sin esperar confirmación.

-Le traen un pedido que hizo. Algo delicado, ya sabes, botellas, viales, cosas de... magos. El caso es que mis soldados ayudarán a descargar el resto de bultos, pero este par de cajas, siendo cosa frágil, prefiero que te encargues tú. Bueno, que os encarguéis vosotros dos, si repartís el peso os irá mejor.

El antiviano, mientras, había bajado del carro y estaba sacando un par de cajas no muy grandes, cerradas ambas con respectivos sellos de lacre. Miraba a Aisha con ojos ávidos, sin pudor ninguno en recorrerla de arriba abajo, una media sonrisa cruzando el rostro. El Capitán le ladró áspero, al darse cuenta:

-Dales las cajas, tú, se las llevarán inmediatamente. Y vamos a por el resto.

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04/07/2015, 12:32
Miron Lupeithai

Miron frunció el ceño visiblemente cuando el capitán habló sobre esa tal Morrigan. Ciertamente había oído hablar sobre ella y la había visto algunas veces en el jardín de la fortaleza, pero el hecho de que fuera mago no significaba que tuviera que conocer a todos los que eran como él. En su mirada se podía interpretar que se había ofendido, pero prefirió no darle más vueltas al asunto; era el típico soldado corto de miras con el que no valía la pena hablar durante más de un minuto. Miron cogió una de las cajas.

Sí, le llevaré esto inmediatamente a mi compañera maga.- dijo con un tono sarcástico.- No queremos que algún sirviente acabe convertido en sapo por derramar estas "cosas de magos", ¿verdad?- miró a Aisha y negó levemente con la cabeza, quitándole importancia a lo que acababa de decir.- ¿Me harías el favor?- le preguntó a la vez que señalaba la otra caja con un gesto de cabeza.

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04/07/2015, 22:23
Aisha Serthan

 Al final Miron había tenido razón, y sólo era una petición, lo que la alivió en parte, aunque se sintió molesta por que hubieran interrumpido su tranquilidad y su conversación. Como fuera, sería mejor dejar las cosas bien hechas esa noche y no hacer enfadar a nadie por unos cuantos soldados brutos y torpes, y menos a una maga, aunque Miron se permitiera hacer bromas con eso.

 Pero no fue la petición del Capitán lo que más le molestó, después de todo, estaba ahí para servir a la Inquisición, cargando cajas o, preferiblemente, disparando flechas, que no estaba ahí de sirvienta. Lo que la irrita es la mirada del antivano, al que le devuelve una de desdén, arrugando ligeramente la nariz.

 - Claro. - Asintió a su compañero mago y agarró la otra caja con firmeza. - Vamos - Avisó a Miron, lista para la entrega. Cuanto antes la hiciera, antes podría volver a... Bueno, a hacer lo que quisiera, que para eso estaban de fiesta.

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07/07/2015, 10:24
.Narrador.

Cargando con las cajas y con las miradas de los dos hombres pesando en sus espaldas, los dos compañeros se alejaron del carro, el antivano y el Capitán de la guardia hacia el patio del Feudo, y de allí al interior.

La noche había avanzado, pero aún había señales de fiesta por todas partes. Subieron las escaleras y atravesaron la portalada, cruzándose al hacerlo con otros soldados, algún mago, y sirvientes que seguían llegando con comida, vino y cerveza.

En el Gran Salón del trono los protagonistas principales de la batalla que supuestamente había acabado con Coripheus seguían charlando alegres, aunque el tono había bajado ya mucho en intensidad. Por encima de las voces, el vozarrón de The Iron Bull dominaba, incluso sin levantarlo. La Inquisidora ya no estaba, debía haberse retirado a sus aposentos. Y tampoco estaba el Comandante. Lo que no les extrañó, si se hacía caso a algunos rumores...

Miraron por las mesas, por si Morrigan seguía allí festejando, pero no estaba. Probablemente estaría en su cuarto, junto al claustro interior. Leliana les vió, y se les acercó.

Notas de juego

Seguimos en el Interior de Skyhold.