Partida Rol por web

Fuego nocturno

Persoanje Pinky

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25/06/2009, 00:07
Director

Para discutir detalles del personaje..y crearlo claro xD

(Cuando tengas tiempo, por supuesto)

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25/06/2009, 21:27
Baltrek el valaco

buenas ^^, bueno, preguntar que te perecio el fragmento que te mendé, mas de 900 años de edad es demasiado? el tio era un barbaro sadico, al se abrazado pasan años y conoce a una vampira que calma su comportamiento anima, algo asi como un control, al enterarse el sire de ésta pelean y le entierra vivo xDD cuando despierta, ahn pasado unos 500 años. quiero algo asi, para que te hagas una idea, quiero que conozca a una mujer para tener alguna trama con la que jugar, a parte de la principal, un archi-enemigo de siglos atras.....algo asi, para que te hagas una idea, y para que me digas si tengo que corregir algo de mi pj.

 

un saludo ^^

PD: ya te acepté en el msn ^^

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26/06/2009, 19:53
Director

Notas de juego

Segun lo que me cuentas, quieres un vampiro antiguo, con su sire como enemigo y una "novia" cainita que no has visto en nose que cuanto tiempo. Buena histroia.

Ahora, para la generacion la puedo arreglar con mi poder omnipotente de masater (me salto reglas vaya), o te imaginas una razon por la cual tu vampiro es generacion 13 teniendo mas de 900 años (por esa epoca, solo por el tiempo sera generacion 6...cosa que ni con una magnifica historia dejare)...cosa muy dificil.

Viendo la hoja tendrias defecto Enemigo en 5 puntos (maximo, pero conste que tu sire seria 5 generacion...en serio quieres seguir?), Analfabeto 2 puntos(no me digas que con 900 años despiertas y sabes hablar el idioma y demas cosas), Anacronismo (no sabes o no quieres cambiar...venga 900 años y un cambio repentino no se acepta hasta pasados unos años) en meritos Amor verdadero 1 punto, Objetivo dominante (buscas o venganza, o a tu novia).

Como recomendacion...hazte otro, que como lo tienes (y conociendo a tu master xD) tendras demasiadas dificultades, por otra parte los retos siempre son muy interesantes. Como te dije, es buen personaje, pero, requiere una interpretacion y un conocimeinto MUY amplio, aun asi si lo justifcas esto en la hoja no problem por mi parte.

 

La hoja, y como llenarla lo posteo en un rato (unas 2 horas), por el momento preocupate por el concepto del p´jn y la historia...y claro como justificarme eso cen la hoja xDD

 

DEFECTOS/MERITOS

* Amor Verdadero: Has descubierto, pero puedes haber perdido un amor verdadero. No obstante, este amor proporciona gozo en una existencia tórrida habitualmente carente de momentos de tal iluminación. Siempre que estés sufriendo, en peligro o abatido, pensar en tu verdadero amor es suficiente para darte fuerzas para perseverar. En términos de juego, este amor te permite tener éxito de forma automática en cualquier tirada de Fuerza de Voluntad, pero sólo cuando te estés esforzando activamente para proteger o acercarte a tu verdadero amor. Además, el poder de tu amor puede ser lo bastante poderosos como para protegerte de otras fuerzas sobrenaturales. Sin embargo, tu amor verdadero puede ser también un estorbo y precisar ayuda de vez en cuando. Un aviso: este es un Mérito arduo de interpretar a lo largo de una Crónica.

* a ***** Enemigo: Tienes un enemigo, o quizás un grupo de enemigos, que trata de perjudicarte. El valor del Defecto determina lo poderosos que son estos enemigos. Los más poderosos (Matusalenes o Archimagos) serían defectos de 5 puntos, mientras que alguien con poder más cercano al tuyo valdría sólo un punto. Debes decidir quién es tu enemigo y como os enemistasteis.

** Anacronismo: Llevas siendo vampiro ya un tiempo y no puedes (o no quieres) mantenerte con la evolución de los tiempos. Necesitas una tirada de Inteligencia siempre que tengas que tratar con algo de un período posterior a los días en los que respirabas. Si fallas la tirada, halla el total neto de fallos y usa este total como modificador negativo a tus intentos. Los personajes que tengan este Defecto llevarán más de 50 años sugeridos en Vampiro, así que el Narrador deberá decidir si permitir o no el uso de este Defecto en su crónica.

*** Objetivo Dominante: Tienes una meta personal, que a veces te domina y dirige de forma sorprendente. El objetivo siempre tiene una profundidad ilimitada y nunca podrás alcanzarlo íntegramente. Como debes esforzarte por acercarte a tu objetivo a lo largo de la crónica(puedes evitarlo gastando Fuerza de Voluntad), esto te meterá en apuros y puede ponerte en peligro en otras ocasiones.

* Analfabeto: A causa de la carencia de educación o como resultado de una alteración como la dislexia, eres incapaz de leer o escribir. (Como no sabes ni hablar sera defecto de 2 puntos)

 

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27/06/2009, 16:40
Baltrek el valaco

El vampiro enterrado se estremecía ligeramente, algo se estaba entrometiendo y amenazaba con despertarla de su largo letargo.

Se aferraba a sus horribles sueños de matanzas, su pasado como humano y su comienzo como vampiro, hacía ya algo mas de 900 años.

Sentía el frío de la tierra que lo rodeaba, condenado a un sueño, pero también seguro, pues su enemigo era poderoso y la ultima vez que lo vio le condenó.

Al principio, Baltrek había sido humano, pero de eso ya hacía casi mil años.

La parte humana todavía existía en él, pero sus sueños, le llevaban a sus raíces, un pasado enormemente cruel...

su familia fue una familia de agricultores que se instalaron en la ribera del Dniester donde fluía hacia el mar negro. Pero instalarse no era una palabra muy adecuada, habían tenido que luchar contra vikingos en el río, que exploraban viniendo del mar negro y contra las feroces tribus de Pechenegi en su constante exploración hacia el oeste y el norte. Baltrek era joven cuando los Pechenegi asolaron el campamento que él llamaba hogar y de esa matanza, solo él sobrevivió. Después, había huido hacia el norte, a Kiev,

Sin duda mal dotado para la agricultura, mucho más apto para la guerra por su corpulencia, que en aquellos tiempos, en que los hombres eran bajos, hacía de Baltrek el Válaco una especie de gigante su altura era algo mas del metro ochenta, se puso en Kiev al servicio de Vladimir I. El Vlad hizo de él un pequeño jefe de guerreros, y le dio un centenar de hombres.

—Únete a mis boyardos del sur —le ordenó— Luchad y matad a los Pechenegi, impedid que crucen el Ros, y por nuestro nuevo Dios cristiano que te daré título y escudo, ¡Baltrek de Valaquia!

Baltrek había ido a él cuando estaba desesperado, esto era evidente.

—Guárdate el título y el escudo, mi señor; pero dame cien hombres más y habré matado a mil Pechenegi antes de volver a Kiev. Sí, ¡y te traeré sus dedos pulgares como prueba!

Obtuvo sus cien hombres, y también, le gustara o no, su blasón: un dragón rampante de oro.

—El dragón del verdadero Cristo, que nos fue traído por los griegos —le dijo Vlad— Ahora el dragón vela por la Kiev cristiana, por la propia Rusia, ¡y ruge en tu escudo de armas con la voz del Señor! ¿Qué marca propia quieres poner en él?

Aquella misma mañana había hecho esta pregunta a media docena de nuevos defensores, cinco boyardos con sus seguidores y una compañía de mercenarios. Todos ellos habían elegido un símbolo para que ondease con el dragón en sus banderas. Pero no Baltrek

—Yo no soy boyardo, señor —había dicho el Válaco, encogiéndose de hombros— Esto no quiere decir que la casa de mi padre no fuese honorable, pues lo era, y edificada por un hombre honrado..., pero en modo alguno de la nobleza. Por mis venas no fluye sangre de ningún príncipe o señor feudal. Cuando me haya ganado un distintivo, lo añadiremos a tu dragón.

No creo que me seas especialmente simpático, Válaco —El Vlad había fruncido el rostro, inquieto con el severo hombrón que tenía delante— Tal vez suena tu voz demasiado fuerte, cuando aún no has probado tu valor. Pero —y también él encogió los hombros—, muy bien, elige un distintivo cuando regreses triunfante. Y, Baltrek, ¡tráeme esos pulgares o te colgaré de los tuyos!

Y aquel día, al mediodía, siete compañías habían emprendido la marcha desde Kiev, como refuerzos para las asediadas posiciones defensivas de los Pechenegi

Un año y un mes más tarde a sus 26 años, Baltrek regresó con casi todos sus hombres, más otros ochenta reclutados entre los campesinos que se ocultaban en las colinas y los valles del sur de Khorvaty. No pidió audiencia, sino que entró a largas zancadas en la iglesia del Vlad, donde el Vlad en ese momento rezaba. Dejó fuera a sus fatigados hombres y sólo llevó consigo un pequeño saco en el que repicaba algo, se acercó al príncipe Vladimir Svyatoslavich y esperó a que acabase de rezar. Detrás de él, los nobles civiles de Kiev guardaban un silencio absoluto, a la espera de que su príncipe lo viese.

Por fin, el Vlad y sus monjes griegos se volvieron a Baltrek. Su aspecto era espantoso. Estaba cubierto de fango de los campos y los bosques; tenía tierra incrustada en la piel; mostraba una reciente cicatriz a la derecha de la cara, que empezaba en la frente, pasaba por el ojo (sin dañar lo) hasta la punta de la barbilla, pasando por la parte derecha de los labios, una pálida tira de tejido cicatrizal que le llegaba hasta casi el hueso. Se había marchado como campesino y volvía completamente distinto. Altivo como un halcón, la nariz ligeramente aguileña bajo unas finas cejas, y miraba con unos ojos amarillos, sin pestañear. Llevaba la armadura de un jefe Pechenegi, adornada de oro y plata, y un pendiente con una gema en el lóbulo de la oreja izquierda. Se había dejado melena, una melena recogida en una coleta usando una cuerda negra; y, con su actitud, no daba la menor señal de saber que estaba en un lugar sagrado o de prestar siquiera atención a cuanto lo rodeaba.

—Ahora te conozco —silbó el Vlad—, Baltrek el Válaco. ¿No temes al verdadero Dios? ¿No tiemblas ante la cruz de Cristo? Estaba rezando por nuestra liberación, y tú...

—Y yo te la he traído.

La voz de Baltrek era grave y lúgubre. Vertió el contenido del saco sobre las losas. El séquito del príncipe y los nobles de Kiev que se mantenían detrás de su señor ahogaron una exclamación y se quedaron boquiabiertos. Un montón de huesos blancos repicaron a los pies del Vlad.

—¿Qué? — jadeó éste— ¿Qué?

—Pulgares —dijo Baltrek—. Los herví para quitarles la carne y que no ofendiese su hedor. Los Pechenegi han sido rechazados, atrapados entre el Dniester, el Bug y el mar. Tu ejército de boyardos los está cercando. Por fortuna, pueden dominarlos sin que yo y los míos tengamos que ayudarles. Pues he oído que los polovtsy se están levantando como el viento en el este. También en tierra turca hay tropas que se aprestan para la guerra.

—¿Lo has oído? ¿Lo has oído? Entonces, ¿eres un poderoso guerrero? ¿Te has erigido en los oídos de Vladimir? ¿Y qué has querido decir con eso de «yo y los míos»? Los doscientos hombres que llevaste al combate ¡son míos!

Baltrek respiró profundamente. Dio un paso adelante, pero se detuvo. Entonces hizo una profunda aunque no muy elegante reverencia y dijo:

—Desde luego, son tuyos, príncipe. Como también las cuatro veintenas de refugiados que recluté y convertí en guerreros. Todos son tuyos. En cuanto a ser tus oídos, si no he oído mal, que me quede sordo. Pero terminé mi trabajo en el sur y pensé que me necesitabas más aquí. Actualmente hay pocos soldados en Kiev y tus fronteras son anchas...

Los ojos del Vlad permanecieron velados.

—Dices que los Pechenegi han sido puestos a raya. ¿Te atribuyes el mérito de eso?

—Con toda modestia. De eso y de otras cosas.

—¿Y has traído contigo a mis hombres, sin ninguna baja?

—Cayeron un puñado de ellos. —Baltrek se encogió de hombros— Pero encontré ochenta para sustituirlos.

—Muéstramelos.

Salieron por la puerta grande a la ancha escalinata de la iglesia. En la plaza, los hombres de Baltrek esperaban en silencio, algunos a caballo, la mayoría a pie, y todos armados hasta los dientes y con aspecto feroz. Eran el mismo triste puñado de hombres que el Válaco se había llevado, pero ya no era triste. Su bandera ondeaba en tres altas astas: el dragón de oro y, sobre su espalda, un murciélago negro con ojos de cornalina.

El Vlad asintió con la cabeza.

—Tu distintivo —comentó, tal vez con acritud— Un murciélago.

—El murciélago negro de los valacos, sí —dijo Baltrek.

Uno de los monjes levantó la voz.

—Pero, ¿encima del dragón?

Baltrek le hizo una mueca lobuna.

—¿Habrías querido que el dragón se mease en mi murciélago?

Los monjes se llevaron aparte al príncipe, mientras Baltrek esperaba. No podía oír lo que decían, pero se lo imaginó más tarde muchas veces:

¡Esos hombres le son absolutamente fieles! ¿Ves con qué orgullo están plantados debajo de su bandera?, habría murmurado el superior de los monjes, a la taimada manera de los griegos. Podría ser un peligro.

Y Vlad:

¿Te inquieta eso? Tengo cinco veces su número en la ciudad.

El griego:

Pero estos hombres han sido probados en combate. ¡Todos son guerreros!

Vlad:

¿Qué estás diciendo? ¿Qué debería temerle? ¡Llevo sangre varyagi en mis venas y no temo a nadie!

El griego:

Claro que no. Pero... él se coloca por encima de su posición.

¿No podemos encontrar una tarea para él y un puñado de sus hombres, y retener aquí a los demás para fortalecer las defensas de la ciudad? De esta manera, en su ausencia, podrías estar más seguro de su lealtad.

Y los ojos de Vladimir Svyatoslavich se entrecerraron más aún. Después, un movimiento de aprobación con la cabeza.

Tengo lo más conveniente. Sí, creo que tienes razón. Es mejor que nos libremos de esto. Esos valacos no son de fiar. Demasiado aislados... —Y en voz alta, al Válaco—:

—Baltrek, voy a honrarte esta noche en palacio. A ti y a cinco de tus mejores hombres. Entonces podrás contarme todas tus victorias. Pero habrá damas allí; por tanto, tenéis que lavaros y dejar vuestras armaduras en las tiendas.

Baltrek hizo una breve y rígida reverencia y se retiró; bajó la escalinata, montó a caballo y se llevó a sus hombres. Al salir éstos de la plaza, hicieron sonar sus armas y lanzaron un solo grito fuerte y vibrante: «¡Príncipe Vladimir!». Después, envueltos en la mañana otoñal, entraron en Kiev, llamada la «Ciudad al Borde de los Bosques...».

 

Aquella noche en palacio, Baltrek llevaba ropa limpia, aunque ordinaria, debajo de una rica túnica roja tomada de algún pechenegi de alto rango. Se había lavado y perfumado la piel morena, como de cuero, y engrasado los cabellos. Tenía un aspecto imponente. También sus oficiales se habían acicalado. Si bien era evidente que le temían, él les hablaba con cierta familiaridad; pero era cortés con las damas y atento con el Vlad.

 

Era posible (así lo presumió más tarde Baltrek) que el príncipe lo considerase de dos maneras diferentes. El Válaco parecía haber demostrado que era buen guerrero, sin duda un jefe. Por derecho, debía ser elevado al rango de boyardo y recibir tierras en propiedad. El hombre lucha aún más duro si lo hace para proteger lo que es suyo. Pero había algo sombrío en Baltrek que el Vlad encontraba inquietante. Tal vez sus consejeros griegos tenían razón.

 

Mientras comían:

—He recibido informes, desde luego —dijo Svyatoslavich, rompiendo el silencio—, aunque bastante vagos y muy espaciados. Pero éste es digno de consideración. Dices que mis boyardos han hecho retroceder a los pechenegi, ¿eh? ¿Se ha producido un cambio en la situación? Tal vez han aprendido algo de ti, ¿verdad?

—Han aprendido que montando guardia detrás de altos muros no se consigue nada —dijo Baltrek— Hablé con ellos y les dije: «El verano está tocando a su fin. Los pechenegi del lejano sur han engordado y se han vuelto perezosos por el poco trabajo que han tenido que hacer; no piensan que vayamos a caer sobre ellos. Están construyendo colonias permanentes, hogares de invierno para ellos. Como hicieron antes los khazars, dejan a un lado la espada en favor del arado. Si atacamos ahora, caerán como el trigo bajo la guadaña». Entonces todos los boyardos se agruparon, cruzaron el río y se adentraron en las estepas del sur. Matamos a los pechenegi dondequiera que los encontramos; Pero entonces oí rumores sobre un gran peligro que se cierne sobre nosotros. Los polovtsy se están levantando en el este. Salen de las grandes estepas y de los desiertos y se extienden hacia el oeste; pronto estarán a nuestras puertas. Cuando cayeron los khazars dejaron el camino abierto a los pechenegi. ¿Y después de los pechenegi? Por eso pensé, me atreví a pensar, que tal vez el Vlad me daría un ejército y me enviaría al este, para aplastar a nuestros enemigos antes de que se hagan demasiado fuertes...

Durante un largo rato, el príncipe Vladimir permaneció sentado mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. Después dijo a media voz:

—Has hecho un largo camino en un año y un mes, valaco... —Y en voz alta, a sus invitados—: ¡Comed, bebed, hablad! Honrad a este hombre. Estamos en deuda con él.

Pero, al continuar el banquete, se levantó, indicando a Baltrek que lo acompañase. Salieron al jardín, a la fresca noche otoñal. El humo de leña era fragante bajo los árboles.

El príncipe se detuvo a poca distancia del palacio.

Podría apartarte para siem­pre de la lucha, nombrarte boyardo, darte tierras y hombres que cuidasen de ti. Aquí hay mucha tierra buena, Baltrek- le dijo el Vlad

Baltrek sacudió la cabeza.

—Entonces prefiero volver a Valaquia. No soy agricultor ni príncipe. Lo intenté y entonces vinieron los pechenegi y me convirtieron en guerrero. Desde entonces, todos mis sueños han sido rojos. Sueños de sangre. La sangre de mis enemigos, de los enemigos de esta tierra.

—¿Y qué dices de mis enemigos?

 

—Son lo mismo. Sólo tienes que mostrármelos.

—Muy bien —dijo el Vlad— te mostraré uno de ellos. ¿Conoces las montañas del oeste, las que nos separan de los húngaros?

—Mis padres eran ungars —dijo Baltrek— En cuanto a las montañas, yo nací al pie de ellas. No en el oeste, sino en el sur, en la tierra de los valacos, más allá de donde describen una curva las montañas

El príncipe asintió con la cabeza.

—Entonces, tienes alguna experiencia en las montañas y sus peligros. Bien. Pero en mi lado de aquellos picos, más allá de Galich, en el sector llamado Khorvaty, por cierto pueblo, vive un bo­yardo que... no es amigo mío. Me debe vasallaje, pero cuando convoco a todos mis principitos y boyardos, no comparece. Cuando lo invito a venir a Kiev, rehúsa. Cuando le expreso el deseo de encontrarme con él, hace caso omiso de ello. Si no es mi amigo, sólo puede ser mi enemigo. Es un perro que no sigue al amo. Un perro salvaje, y su hogar es una fortaleza en la montaña. Hasta ahora, no he tenido tiempo, ni ganas, ni poder para eliminarlo, pero...

¿Qué? —Baltrek estaba pasmado, y el Vlad se interrumpió al oírlo— Disculpa, mi príncipe, pero tú... ¿no tienes poder?

Vladimir Svyatoslavich sacudió la cabeza.

—No lo comprendes —dijo— Desde luego, tengo poder. Kiev tiene poder. ¡Pero tan extendido que se gasta pronto! ¿Debería movilizar un ejército para someter a un principito rebelde, y dejar que los pechenegi nos ataquen de nuevo? Sería un movimiento absurdo, ya que sus defensas son muy fuertes, no creo que un ejercito pudiera sacarle de su fortaleza, cuenta los puertos de montañas, las gargantas, los aludes... pero lo que no puede hacer un ejercito, puede ser posible para un hombre solo, si es valiente, astuto y fiel...

¿Me estás diciendo que quieres que ese boyardo sea sacado de su castillo y traído a tu presencia en Kiev?-preguntó Baltrek

—Demasiado tarde para eso, Baltrek. El no me a respetado, ¿como e de respetarlo yo a el? No. ¡Lo quiero muerto! Entonces sus tierras, su castillo en la montaña, sus criados y sus siervos serán de mi propiedad, ademas de que su muerte servirá como ejemplo a los demás

—Entonces, ¡no quieres sus pulgares, sino su cabeza!

La risa de Baltrek fue gutural, sin pizca de humor.

—Quiero su cabeza, su corazón y su estandarte. Y quiero quemar las tres cosas en una hoguera aquí, en Kiev.

 

Baltrek y siete hombres mas viajaron a los dos dias en busca del boyardo, al legar al pueblo al pie de la montaña donde se encontraba la fortaleza del boyardo, fueron directos a la posada, un edificio de madera polvoriento, con unas mesas pequeñas, el grupo tubo que juntar varias de ellas para poder sentarse juntos. Los aldeanos eran gente desaliñada, parecía contentos con lo poco que tenían, y no parecían tener miedo al grupo de valacos que ahora estaban el la aldea.

Baltrek pidió comida y bebida para él y sus hombres; Un hombre, su esposa y un hijo desaliñado cuidaban del edificio que era la posada, enseguida trajeron lo que pidieron.

El valaco había ordenado a sus hombres que no hablasen con nadie; pero, cuando dejaron sus avíos y empezaron a comer y be­ber y a hablar en voz baja los unos con los otros, el propio Baltrek compartió una jarrita de aguardiente con el posadero.

—¿Quién eres? —le preguntó el curtido viejo

—¿Preguntas lo que he sido y dónde he estado? —replicó Baltrek— Eso sería más fácil que decirte quién soy

—Entonces, dilo, si tienes ganas de hablar

Baltrek sonrió y sorbió el aguardiente

una larga y tendida conversación tubo lugar en la posada con el viejo posadero, hablaban de la procedencia de Baltrek, su caótica infancia, con el aguardiente, la lengua de Baltrek se soltó

El viejo se detuvo, estiró el cuello y miró hacia arriba, con los ojos muy abiertos, a una pared interior de la casa. Fue una mirada en parte respetuosa, en parte temerosa. No había ninguna ventana, pero el valaco comprendió que el viejo estaba pensando en los picos de la montaña

—¿Rodas Dalaras?—dijo Baltrek refiriéndose al boyardo—Entonces, ¿eres vasallo del boyardo Rodas del castillo?

El viejo posadero bajó la mirada de la invisible altura, se echó un poco atrás y adquirió un aire receloso. Baltrek le sirvió enseguida un poco más de su aguardiente. El otro guardó silencio y el valaco se encogió de hombros

—No importa; es que me habían hablado bien de él —mintió Baltrek—y me gustaría conocerlo

—¿De veras? —dijo el viejo, abriendo más los ojos

Baltrek asintió con la cabeza

El viejo miró fijo a Baltrek durante un largo rato

—Así pues, has oído cosas buenas de nuestro señor, ¿eh? Y naciste al pie de las montañas....

—¿Hay algo extraño en ello? —preguntó Baltrek, arqueando una ceja

El otro lo miró de arriba abajo.

—Eres muy alto —dijo, con envidia— y muy vigoroso, sin duda alguna. También pareces fiero. Un valaco, ¿eh?, nacido de padres ungars. Bueno, tal vez lo eres, tal vez lo eres.

—Tal vez soy, ¿qué?

—Se dice —murmuró el viejo, acercándose más a él— que los verdaderos hijos del viejo Dalaras siempre vuelven a casa. En definitiva, vienen aquí y lo buscan..., ¡buscan a su padre! ¿Quieres tú subir a verlo?

Baltrek fingió indecisión. Se encogió de hombros.

—Tal vez lo haría, si supiese el camino, pero esos riscos y puertos de montaña son traidores

—Yo conozco el camino.

—¿Has estado allí?

Baltrek trataba de no parecer demasiado interesado. El viejo asintió con la cabeza.

—Oh, sí, y podría llevarte. Pero, ¿irías solo? a Dalaras no le gusta recibir muchos visitantes.

Baltrek fingió pensarlo un poco.

—Quisiera llevar al menos a dos de mis amigos. Para el caso de que el camino sea malo.

—¡Hum! Si estos viejos huesos pueden hacerlo, seguro que podrán hacerlo los tuyos. ¿Sólo dos de ellos?

—Para que me ayuden en los lugares demasiado abruptos.

El hospedero frunció los labios

—Te costaría algo. Mi tiempo y...

—De acuerdo —lo interrumpió el valaco

El viejo posadero se rascó una oreja.

—¿Qué sabes del viejo Dalaras? ¿Qué has oído decir de él?

—He oído decir que tiene una guarnición compuesta de muchos hombres y que su castillo es una fortaleza inexpugnable. Por eso no jura fidelidad a nadie, ni paga impuestos por sus tierras, ya que ningún recaudador podría cobrarlo.

¡Ohl El viejo posadero rió a carcajadas, dio un puñetazo sobre el mostrador y se sirvió más aguardiente—.¿Una guarnición de hombres? ¿Criados? ¿Siervos? ¡No tiene ninguno! Tal vez un par de mujeres, pero ningún hombre. Su castillo, está pegado a la roca. Sólo hay una entrada, para los hombres, que es también la salida. A menos de que algún estúpido imprudente se asome demasiado a una ventana...

Se interrumpió y su mirada volvió a hacerse recelosa.

—¿y te dijeron que Dalaras tenía hombres?—Tomó una decisión— Muy bien, te llevaré allí, si él quiere verte

Se echó a reír al ver que Baltrek arqueaba las cejas, y lo condu­jo fuera de la casa en la tarde tranquila. Al salir, el posadero descolgó una gran sartén de bronce de un gancho.

Un sol ya muy débil se disponía a ponerse detrás de los pica­chos grises. Las montañas hacían que oscureciese temprano

—Estamos a tiempo —dijo el viejo— Ahora debemos esperar a que nos vean.

Señaló hacia arriba, hacia las imponentes montañas

—¿Ves allí, donde la oscuridad es más fuerte?

Baltrek asintió con la cabeza.

—Es el castillo. Ahora observa.

Fregó la base de la sartén con la manga y después volvió aquélla hacia el sol. Al captar los débiles rayos, los reflejó hacia las montañas, trazando una raya de oro en los riscos. Cada vez más débil, el disco de luz parpadeó a lo lejos, saltando de los peñascos a la roca lisa, de unos grupos de abetos a otros, de los árboles al esquisto desmenuzado al subir todavía más. Por último, le pareció a Baltrek que el rayo era respondido, pues cuando el posadero sostuvo fija la sartén en sus manos nervudas, la oscura y angulosa mancha que había señalado pareció encenderse con un fuego dorado. El rayo de luz fue tan súbito, tan cegador, que el valaco se cubrió los ojos con las manos y miró por las rendijas que se formaron entre sus dedos.

—¿Es él? —jadeó— ¿Es el propio boyardo quien responde?

—¿El viejo Dalaras? — el posadero rió ruidosamente. Depositó con cuidado la sartén sobre una roca plana y el rayo de luz siguió brillando en la altura— No, no es él. El sol no es amigo suyo. Ni lo es ningún espejo, dicho sea de pasada. —Rió de nuevo, y después explicó—: Es un espejo, muy brillante, uno de los varios emplazados en la pared del fondo de la torre. Si nuestra señal es advertida, alguien cubrirá el espejo que no hace más que reflejar nuestro rayo, y la luz se apagará. No gradualmente, como la del sol al ponerse despacio, sino de repente..., ¡así!

Parece que has establecido contacto —dijo Baltrek— Por lo visto, el boyardo ha advertido que tienes algo que comunicarle, pero ¿cómo sabrá lo que es?

Lo sabrá- dijo el posadero sonriente y mirando a lo alto de la montaña.

brilló un fuerte rayo de luz en lo alto del castillo y se apagó enseguida

¡Ah! —suspiró el viejo posadero— Su respuesta es «sí»; te recibirá.

¿Cuándo?

ahora, nos pondremos en camino en seguida, las montañas son peligrosas de noche, pero no recibe visitas de otra manera

No lo defraudaré, ahora que me ha invitado —dijo Baltrek

Baltrek escogió a un par de vigorosos valacos para que lo acompañasen. La mayoría de sus hombres no eran de su antigua tierra, pero había luchado junto a estos dos en la guerra con los pechenegi y sabía que eran buenos combatientes

Colin, el viejo posadero, había dicho que el boyardo no tenía servidores; pero, si era así, ¿quién había contestado la señal del espejo? No, Baltrek no podía imaginarse un hombre rico viviendo allá arriba con nada más que un par de mujeres, apañándose solo

En aquellos días, Baltrek era bastante ingenuo; no le había pasado por la cabeza que el Vlad pudiera haberlo enviado a una misión suicida, de la que no esperaba que volviese.

En cuanto a la subida, el principio había sido fácil, un camino pedregoso, la subida por él entre los bosques ascendentes era bastante fácil, y al acercarse el crepúsculo a la noche, se elevó una luna llena para guiarlos con su luz de plata

Para ahorrarse aliento para la subida, los tres hombres y su guía permanecían en un silencio absoluto y Baltrek podía reflexionar sobre lo poco que le había dicho sobre el boyardo

—Los griegos le temen más que Vladimir —le había informado el parlanchín

en el pueblo oyó historias sobre vampiros, a las cuales no les prestó atención, para él, era algo absurdo, decían que el boyardo era uno de ellos

—¡ja!—rompió el silencio de la subida al pensar en eso

todos los acompañantes le miraron esperando a que hablase, pero no fue así.

El grupo salió de entre los árboles y se encontró en una llanura de guijarros sueltos

Baltrek miró... y vio unas ventanas lejanas, debajo de los cuernos, iluminadas como ojos en la oscuridad

—Como ojos en una cara de piedra —gruñó uno de los valacos de Baltrek, un hombre todo pecho y brazos, de piernas cortas y rollizas

—¡Y no los únicos ojos que nos observan! —murmuró el otro, un hombre delgado y encorvado que siempre adelantaba de modo agresivo la cabeza

—¿Qué estáis diciendo?

Baltrek estuvo de inmediato alerta, mirando a su alrededor en la oscuridad. Entonces vio los ojos feroces, triangulares, como gotas de oro suspendidas en la oscuridad en la orilla del bosque. Cinco pares de ojos

¡Eh! —gritó Baltrek. Desenvainó la espada y dio un paso adelante— ¡Fuera, perros de los bosques! No tenemos nada para vosotros—pensando que serían perros salvajes.

Los ojos pestañearon esporádicamente a pares, un hombre avanzó desde la sombra, un hombre tan alto o más que el propio Baltrek.

Colin, el posadero, se tambaleó y pareció a punto de desmayarse. La luna tiñó su cara de un gris plateado y pálido. El desconocido alargó una mano, lo agarró de un hombro y lo miró fijo a los ojos. Y poco a poco, el viejo se irguió y dejó de temblar.

A la manera de un guerrero nato, Baltrek se había situado a cierta distancia para atacar. Tenía todavía la espada en la mano, pero el desconocido no era más que un hombre. Los acompañantes de Baltrek, asombrados al principio, tal vez incluso un poco asustados, se disponían a desenvainar sus armas, pero él los detuvo con una palabra y envainó la suya.

—¿Quién eres? —dijo— ¡Vienes de noche como un lobo!

El recién llegado era delgado, de aspecto casi frágil. Vestía por completo de negro, con una pesada capa que le envolvía los hombros y le llegaba hasta debajo de las rodillas. Podía llevar armas ocultas bajo la capa, pero tenía las manos a la vista, apoyándolas en los muslos. Ahora prescindió del viejo colin y miró a los tres valacos. Sus ojos negros echaron una mirada rápida a los acompañantes de Baltrek, pero se fijaron en éste un largo rato antes de responder:

—Soy de la casa de Dalaras, Mi amo me ha enviado a ver qué clase de hombres van a visitarlo esta noche

Esbozó una débil sonrisa. Su voz produjo un efecto apaciguador, aunque parezca extraño, también lo produjeron sus ojos que no pestañeaban y reflejaban ahora la luz de la luna.

Al concebir la idea de que estaba cayendo bajo algún extraño maleficio o influjo, se sobrepuso y se obligó a hablar

—Puedes decirle a tu señor que soy un valaco. Y también que vengo para hablarle de cosas importantes, de llamamientos y responsabilidades

—Mi señor presumió que debía ser así —dijo, en un tono de voz ligeramente duro—Pero no importa, lo que tenga que ser será, y tú no eres más que un mensajero. Sin embargo, antes de que pases de este punto, que es una frontera, mi señor debe asegurarse de que vienes por tu propia y libre voluntad.

Baltrek había recuperado el aplomo.

—Nadie me ha traído aquí arriba a rastras —gruñó

—¿Pero has sido enviado...?

—El hombre vigoroso sólo puede ser enviado adonde quiere ir —replicó el valaco

—¿Y tus hombres?

—Nosotros vamos con Baltrek —dijo el corcovado— Donde va él, vallá vamos nosotros, ¡de buen grado!

—Incluso para visitar a alguien que envía lobos para darnos la bienvenida —añadió el segundo acompañante de Baltrek, el que tenía aspecto de simio

—¿Lobos? —El desconocido frunció la frente e inclinó a un lado la cabeza con curiosidad. Miró vivamente a su alrededor y luego sonrió divertido— parece que estas confundido, no hay lobos, solo nosotros

los otros ojos que seguían en la oscuridad salieron a la luz de la luna

iban igualmente vestidos, dos de ellos eran bajos y los otros tenían la misma estatura que el que hablaba

Baltrek asintió con la cabeza y dijo:

—Entonces, has venido a nuestro encuentro a medio camino, para acompañarnos y mostrarnos el sendero.

—No —dijo el otro, sacudiendo la cabeza— Esto podía haberlo hecho Colin. He venido sólo para recibiros y contar vuestro número... y también para asegurarme de que tu presencia aquí no ha sido obligada. Es decir, de que vienes por tu propia y libre voluntad.

—Repito —gruñó Baltrek—: ¿quién podría obligarme?

—Hay presiones y presiones —dijo el otro, encogiéndose de hombros— Pero veo que eres dueño de ti.

—Has mencionado nuestro número.

El hombre de la capa arqueó las cejas, que se pusieron casi de punta.

—Para vuestro alojamiento —respondió—. ¿Para qué más podía ser? Y antes de que Baltrek pudiese replicar: Ahora tengo que adelantarme, para hacer los preparativos

Ahora inclinó la cabeza en dirección al viejo castillo con los demás hombres que lo acompañaron.

Cuando hubo desaparecido en la sombra, Baltrek agarró a Colin por el cuello.

—Ningún servidor, ¿eh? —silbó a la cara del viejo— Ningún criado, ¿eh? Bueno, ¿eres un simple mentiroso o un gran embustero? ¡Dalaras puede tener allí un ejército!

Colin trató de echarse atrás y se encontró con que la mano del valaco era como una tenaza en su cuello

—Un... criado o dos —jadeó— ¿Cómo podía... podía yo saberlo? Hace más de un año que...

Baltrek lo soltó y lo empujó.

—Viejo —le advirtió—, si quieres ver el día de mañana, procura guiarnos con cuidado a lo largo de este peligroso sendero.

Y cruzaron la depresión pedregosa hasta el acantilado y empezaron a subir por el estrecho camino tallado en su cara casi vertical...

 

Notas de juego

puf...... la estoy haciendo muy extensa no? y todavia tengo muchas ideas que desarrollar xDD cuando tengas tiempo y eso me dices si no me extiendo mas o me sigo explayando ^^

 

SALUT

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29/06/2009, 04:38
Director

Notas de juego

Por el momento muy bien, me has dejado con las ganas de saber que sigue. xD

Me doy una idea de tu p´j y como se relaciona, ya veremos quepasa despues, no te apures tengo de limite 2 semanas, asiq eu tienes tiempo.

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01/07/2009, 23:01
Baltrek el valaco

vuelvo a tener la semana jodida..... ahora que viene el calor empezamos con el curro fuerte, haber si para este finde la termino, y si no, como muy tarde la quiero terminar para el finde que viene, todavia me queda hacerme la ficha y todo, madre mia xDD se me juntan muchas cosas jejejeje, espero cumplir el plazo :S

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02/07/2009, 13:57
Baltrek el valaco

El camino era estrecho, lo justo para que pasase un carro, en sitios se estrechaba mas por haberse desprendido parte del camino.

Baltrek miró adelante, hacia el lugar donde el sendero desaparecía alrededor de la curva del acantilado. Recortadas sus siluetas contra el espacio estrellado, inmóviles, parecían mojes encapuchados con ropa negra, Pero había sólo dos de ellos. ras lanzar una exclamación de sorpresa y luego una maldición, Baltrek miró atrás hacia las más oscuras sombras, y vio a los otros dos; mejor dicho, vio sus ojos triangulares plateados por la luna.

¡Colin! —gritó, una vez recobró el aplomo, y alargó los brazos para agarrar al viejo posadero¡Colin!

El súbito estruendo habría podido ser el de un trueno, pero el aire era claro y seco y las pocas nubes que había en el cielo no eran de tormenta; el trueno raras veces hace que tiemble el suelo bajo los pies.

El amigo delgado y encorvado de Baltrek marchaba el último y se hallaba en el sitio donde el sendero se había convertido en una estrecha cornisa. Sólo necesitaba dar un paso para hallarse en lugar seguro.

¡Desprendimiento de piedras! —gritó con voz ronca, mientras saltaba hacia adelante.

Pero en el momento de saltar, las piedras llovieron sobre él y lo arrastraron. Así de rápido: estaba allí, con los brazos alargados y el semblante pálido a la luz de la luna, y se había ido. No gritó; golpeado por las piedras, sin duda estaba inconsciente o muerto ya al caer.

Cuando el último guijarro y la última nube de polvo hubieron pasado y se hubo extinguido el eco del desprendi­miento, Baltrek se acercó al borde del camino y miró hacia aba­jo. Nada pudo ver; sólo oscuridad y el centelleo de la luz sobre unas rocas lejanas. Al mirar a ambos lados del camino, no vio a las siluetas

Baltrek se volvió hacia el lugar donde temblaba y se pegaba a la roca el viejo Colin.

¡Un desprendimiento de piedras! —El viejo vio la expresión del semblante de Baltrek— No puedes culparme de que hayan caído piedras. Si él hubiese saltado en vez de gritar...

Baltrek asintió con la cabeza.

No —dijo, negra la expresión como la misma noche—, no puedo culparte de un desprendimiento de piedras. Pero, de ahora en adelante la culpa será lo de menos. De ahora en adelante, si hay algún problema, por la causa que sea, te arrojaré al abismo. De esta manera, si tengo que morir, sabré que tú has muerto primero. Pues quiero dejar una cosa en claro, viejo. No me fío de Dalaras, no me fío de sus siervos y menos aún de ti. No habrá más avisos —Señaló el sendero con el pulgar— Para adelante, Colin ¡y aprisa!

El caminado estaba próximo a terminar, al fondo ya se veía la mansión de Dalaras.

Siluetas empezaban a bajar por el sendero del acantilado, viniendo del castillo, y no eran sólo cuatro de ellos. Eran muchos, un tropel de hombres encapuchados de negro y ojos rojos como joyas. Y avanzaban a paso largo y resuelto.

¡Mierda! —gritó el amigo de Baltrek.

Son demasiados para luchar contra ellos —le gritó a su vez Baltrek

Por el rabillo del ojo vio que Colin daba un paso adelante, en dirección a los lobos que avanzaban. Alargó una pierna, haciendo una zancadilla el viejo posadero.

¡Agárralo! —ordenó Baltrek, desenvainando la espada.

El valaco achaparrado levantó a Colin con la misma facilidad con que habría alzado la rama seca y muerta de un árbol, y lo sostuvo sobre el abismo. Colin chilló, aterrorizado. Los hombres encapuchados se detuvieron inquietos a pocos pasos de distancia. Mirando a Colin, era evidente que esperaban una orden, ¿pero de quien?

Colin dejó de chillar, volvió la cabeza y miró con ojos desorbi­tados al lejano castillo. Su garganta se movía espasmódicamente al tragar saliva.

El hombre que lo sostenía miró a Baltrek.

¿Qué hago ahora? ¿Lo suelto?

El corpulento valaco sacudió la cabeza.

Sólo si ellos nos atacan —respondió.

Entonces, ¿crees que el Dalaras los controla? Pero.... ¿es posible?

Parece que nuestra presa tiene poderes —dijo Baltrek— Mira la cara del vejestorio

Colin tenía la mirada fija. Baltrek había visto antes esa expresión, cuando el viejo había utilizado la sartén-espejo en el pueblo: como si una película lechosa le cubriera cada globo de los ojos.

Entonces habló el viejo

¿Señor? —La boca de Colin apenas se movía. Sus palabras fueron al principio como susurros que se confundían con la brisa de la montaña, pero enseguida elevaron su tono—. ¿Señor? Señor, siempre he sido tu fiel... —se interrumpió de súbito, como cortado en seco, y sus ojos empañados se desorbitaron— No, señor, ¡no!

Baltrek casi había sentido la fuerza que emanaba del lejano castillo, casi había percibido el rechazo que con toda seguridad condenaba a muerte al posadero. Si Dalaras había acabado con él, ¿por qué esperar?

Los dos hombres mas fornidos que marchaban delante, avanzaron a la vez, con los músculos tensos.

¡Suéltalo! —gruñó Baltrek, implacable, y añadió— Deja que muera... ¡y lucha por tu vida! La cornisa es estrecha; si no nos separamos, tendremos una oportunidad.

Su compañero trataba de soltar al viejo, pero no podía. Colin se agarraba a sus brazos, luchaba con desesperación para po­ner de nuevo los pies sobre la cornisa. Pero era ya demasiado tarde para los dos hombres. Despreciando sus propias vidas, los dos grandes y fornidos hombres saltaron como disparados por un muelle. No contra Baltrek (ni siquiera lo miraron), sino directamente contra su achaparrado camarada que trataba de desprenderse de Colin. Se produjo el choque, un peso muerto contra una doble silueta tambaleante, y el simiesco valaco, Colin y los dos hombres saltaron sobre el borde del sendero y cayeron en la oscuridad.

Nada había podido hacer Baltrek. Sólo pensó un instante en ello. Los jefes de la manada se habían sacrificado en respuesta a una orden que él no había oído... ¿o tal vez sí? Pero, en todo caso, habían muerto voluntariamente por una causa que él no podía comprender. Sin embargo, seguía viviendo, y vendería cara su vida.

¡Venid todos! —rugio con voz firme y decidida— Vamos, ¿quién será el primero en probar mi acero?

Durante unos largos momentos, ninguno se movió.

Entonces se movieron, sí, pero no hacia adelante. En lugar de ello, se volvieron, se apartaron, se detuvieron y miraron hacia atrás

¡Cobardes! —volvió a rugir Baltrek

Dio un paso en su dirección; ellos se apartaron más, lo miraron de nuevo y el valaco se quedó boquiabierto. Comprendió, supo de pronto, que no habían venido para hacerle daño, sino solamente para asegurarse de que vendría solo.

Por primera vez empezó a comprender algo del verdadero poder del misterioso boyardo, supo por qué el Vlad lo quería muerto. Y de pronto también lamentó haberse burlado tanto de las advertencias de su informador en la corte. Desde luego, podía volver al pueblo y traer al resto de sus hombres. Pero..., ¿podía? Detrás de él, con las capas negras y con la cara tapada, mas hombres cerraban el camino de la cara del acantilado.

Por mi libre voluntad, ¿eh? —murmuró, y miró la espada que tenía en la mano.

La espada de algún guerrero varyagi, una buena espada de vikingo, pero inútil si los hombres decidían atacar en masa. O si alguien lo decidía por ella. Baltrek lo sabía, y sospechaba que ellos lo sabían también.

Envainó el arma y encontró valor para ordenar:

Adelante, amigos; pero no os acerquéis demasiado, ¡u os cortaré la cabeza!

Y así fue cómo lo llevaron al castillo, en la montaña.

El camino se ensanchó, a los lados una población de arboles espesos que podrían ocultar a cualquier enemigo y por fin se situó ante el antiguo castillo, su aspecto era bastante deteriorado por el paso del tiempo. A ambos lados del desfiladero se alzaban enormes torres de más de veinte metros; cuadradas y casi lisas en sus anchas bases, tenían a mayor altura ventanas en arco y fortificadas, cornisas y balcones con profundas troneras y canalones de piedra surgiendo de las bocas de gárgolas talladas con cabezas de monstruos marinos. En lo alto de cada torre, se abrían más troneras delante de las agujas piramidales cubiertas de tejas pero con grandes agujeros que mostraban la urgente necesidad de una reparación, y envolviéndolo todo, un fuerte miasma de decadencia, una pátina húmeda y malsana, como si la propia piedra exudara un frío y pegajoso sudor.

El numero de hombres empezó a menguar al acercarse a las paredes del castillo. El valaco avanzó, pero hasta que estuvo a la sombra de aquellas paredes no pudo ver las sencillas defensas de aquél: un foso de poco menos de cinco metros de anchura y similar profundidad, excavado en la sólida roca y con el fondo lleno de largas estacas afiladas y tan próximas entre sí que cualquier hombre que cayese allí quedaría ciertamente empalado. También vio entonces la puerta: una pesada puerta de roble reforzada con hierros y dispuesta de manera que pudiese formar un puente levadizo. Y justo mientras miraba, la puerta empezó a bajar, crujiendo y chirriando las pesadas cadenas al ser tendida sobre el foso.

Entonces apareció en la abertura un personaje envuelto en una capa y que sostenía una antorcha encendida. Debido al resplandor de ésta, poco podía verse de las facciones del hombre; lo único que Baltrek pudo distinguir fue su palidez; su voz era apaciguadora, sintió como algo le tranquilizaba:

Conque has venido... por tu propia y libre voluntad.

había sido acusado a menudo de ser un hombre frío, con una voz fría y sin emoción. Nunca lo había negado. Pero, si su voz era fría, ésta parecía haber salido de una tumba. Y si momentáneamente le había parecido apaciguadora, ahora le atacaba los nervios como el dolor de un diente cariado o el frío acero sobre un hueso vivo.

¿Mi propia y libre voluntad?

Notas de juego

te la pongo por aqui a trozos para que no tengas que estar buscando el donde te quedaste xDD

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02/07/2009, 14:14
Baltrek el valaco

respecto a la ficha, tengo unas dudas, el paso dos, tres y cuatro: no tengo muy claro como se reparten los puntos... uno por cada seleccion o algo asi?

y en el Paso uno: elegir concepto, clan, naturaleza y conducta.

 

naturaleza (superviviente), concepto (soldado), clan (sin clan) eso ya lo tengo, pero conducta no se lo que es ¬¬ seguro que es una chorrada, pero no lo veo xD

espero una respuesta ^^

 

un saludo


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03/07/2009, 05:52
Director

Notas de juego

Con la historia si quieres ahi dejala, que ya medioconosco a tu p´j (Aun asi esta buena xD)

Los puntos...bueno los repartesa a tu gusto, son en Atributos 7/5/3 (Escoges una columna de circulos y llenas la cantidad que escogas, ejemplo Atributos primario es Fisico, repartes 7 puntos entre Fuerza, Destresa y Resistencia....y asi con lo demas). Recuerda que tienes 1 punto gratis en cada atributo (TODOS)

HAbilidades, algo asi como atributos, solo que en esto no puedes tener mas de 3 puntos en el reparto, Gastando los puntos gratuitos puedes tener hasta 4. Los puntos a repartir (no los gratis) son 13 en la columna principal, 9 en la secudaria y 5 en la ultima. Recuerda, no mas de 3 puntos, despues con los p.gratis puedes llegar a 4, solamente (Si baltrek es tan bueno luchando deberia tener 4 en C.C...no?)

 

En ventajas igual... (VIrtudes tiesn tambien 1 punto grratis). Trasfondos los escoges a tu gusto, esto si leete la arte especifica (casi al final de lo de creacion), despues los explicas. Por ultimo, las disciplinas vienen de clan, depende de tu clan.

 

Naturaleza es comol es tu vampiro instintivamente, caonducta las desciciones que toma normalmente (debe ser diferente a naturaleza)
Ejemplo: Tiens naturaleza de superviviente, tu instinto  primario de supervivencia es muy fuerte, tanto que la bestia lo invoca para salir de situaciones peligrosas. Igual que las ventajas tiene desventajas, la dif. para resistir frenesi aumenta cuando es provocado (el frenesi) por algo que amenaze tu existencia.

Los "efectos" son a consideracion del master, no vienen en ningun manual, ademas depende del p´j.

 

------RECOMENDACIONES------

Con lo que conoci a Baltrek, la conducta deberia ser de Juez, pero es tu personaje, tu lo conoces mejor que yo.
Merito como a todos recomiendo "Sentido Comun" que te doy consejos sobre reglas y demas (no siempre consejos acertados, ¡que quede claro!)
Una vez terminada la ficha te doy un "regalito" (lo pongo yo). Este dependera de los trasfondos y demas de tu personaje)
Y en fin, ya me diras la situacion actual de Baltrek.

Como nota, no he puesto mas que los lugares de interes en Paris, nada de principes ni nada, que no se si tu p´j los conosca.

 

 

.....y ahi disculpas la ortomanfia, que escribo muy rapido y se me van las letras xD

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04/07/2009, 17:10
Baltrek el valaco

buenas ^^ bueno, aqui vengo con nuevas dudilas xD

-los tranfondos el maximo cuanto es? 3 no? porque e pensado en cogerme mentor, asi me puede ayudar contra mi sire xD y fama es solo en el mundo humano no? porque tenia pensado que mi vampiro fuese como una leyenda, no por el poder, si no porque causo caos y destruccion en su epoca hasta que le concenaron xD entonces algo de fama, como una historia para que duerman los niños xD

 

creo que no tengo mas, pero seguro que me aparece alguna xDD

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05/07/2009, 00:22
Director

Notas de juego

Trasfonods depende del personaje, si esta hecho de cierta manera puede tener X trasfondos. Solo recuerda, mentor es un vampiro MAS poderoso que tu. Otra dame un resumen (para no quitarte mucho tiempo) de lo que paso con el sire, como se llevan, porque se pelearon (si quieres cambiar algo) y demas.

Ya doandome una idea te doy mas rcomendaciones y vemos lo que sale.

 

Lo hago rapido para no wquitarte tiempo....

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09/07/2009, 00:30
Baltrek el valaco

lo siento tio, esta semana voy a estar muy jodido de tiempo, el curro me quita la mayoria de curro, incluso me salio curro para este finde, intentare el viernes haber si termino con todo..... madre mia, se me echa el tiempo encima y todavia no e hcho nada ¬¬

 

un saludo

Cargando editor
09/07/2009, 03:26
Director

Notas de juego

no problem, por ser uno de os "antiguos" te puedo meter directo en la escena...

 

tengo en cuanta que lo intentaste, asi que limite todavia es grande xD

Cargando editor
11/07/2009, 00:51
Baltrek el valaco

creo que voy bien encaminado, echale un vistacillo (en meritos y defectos tengo 8 puntos repartidos) haber que tal voy y eso, abierto a consejos ^^

haber si tengo tiempo y te mando el resumen de lo del sire, el emntor y la novia

 

un saludo

Notas de juego

Nombre: Baltrek

Naturaleza: Superviviente

Refugio:

Jugador:

Conducta:

juez

Generación:

Clan: Sin clan

Concepto: Soldado

Sire: Rodas Dalaras

---------

Atributos:

-------

Físicos(7)

Sociales(5)

Mentales(3)

Fuerza:1+3

Manipulación:1+2

Percepción: 1+2

Destreza:1+2

Carisma:1+1

Inteligencia:1

Resistencia:1+2

Apariencia:1+2

Astucia:1+1

---------

Habilidades

---------

Talentos (13)

Técnicas (9)

Conocimientos(5)

Alerta:+1

Armas c.c.:+4

Academicismo:

Atletismo+3:

Armas de fuego:+1

Ciencia:

Callejeo:

Conducir:

Finanzas:

Empatía:

Estiqueta:

Informática:

Esquivar:+3

Interpretación:

Investigación:

Expresión:+2

Pericias:+1

Leyes:

Intimidación:+2

Seguridad:

Lingüística:

Liderazgo:+1

Sigilo:+1

Medicina:+3

Pelea:+1

Supervivencia:+3

Ocultismo:

Subterfugio:

Trato con animales:

Política:

----------

Ventajas

----------

Trasfondos(5)

Disciplinas(3)

Virtudes(7)

Mentor (3)

Auspex (1)

-sentido comun ()

-Amor Verdadero (1)

-enemigo (5)

Anacronismo ()

Analfabeto (2)

Fama (2) como una leyenda que nunca existió

-potencia (1)

-protean (1)

Conciencia/Convicción:1

 

 

Autocontrol/Instinto:1

 

 

 

 

 

Coraje:1

 

Cargando editor
14/07/2009, 20:59
Baltrek el valaco

le falta algo? o algun consejillo? ^^

Cargando editor
15/07/2009, 04:26
Director

Notas de juego

mi ultimo post se perdion en el ciberespacio del cibercafe cibernetico

xD

no ya...hasta que sepan que paso con las relaciones y demas no puedo dar detalles, ademas de que no me meto....

pero por el momento te puedo decir que escogas clan, una vez sabiendo el clan te doy muchos mas datos... el mejor clan para los tipo guerreros es el Brujah, con celeridad y potencia. Sin embargo, tu sire puede bien haber sido un Tzimice por su maldicion (eso de que esta en el castillo siempre es clasico :p), o un lasombra... tal vez, pero tal vez un Ventrue, uno muy especial diria yo....

 

de la hojac omo tal, solo tepuedo dceir que tiens gastados 3 puntos gratis por el 4 en armas C.C (tienes 10 puntos), los puntos de mas por defectos no se suman a los gratis, digamos que solo funcionan para los meritos (por lo que te puedes dopar de estos ultimos).

saluuuuuuu....2

 

 

EDIT: me caigo de mala ortografia xDD

Cargando editor
16/07/2009, 20:44
Baltrek el valaco

bueno, un resumen corto:

-Baltrek entra en el castillo y el señor del castillo sabe todo sobre él, sabe que es como un barbaro, con mucha fuerza fisica, sus pensamientos y su resistencia a su esclavizacion era como un reto para el sire. le invita a cenar y la comida de Baltrek esta envenenada y es paralizado, el sire aprovecha para morderle. cuando despierta esta en la mazmorra encadenado junto a los cuerpos del viejo posadero y sus dos compañeros de guerra. uno de ellos fue transformado, los otros dos estaban ya muertos. pasó un mes sin aceptar lo que era, hasta que por fin lo aceptó y salió de la mazmorra. el sire le enseño a alimentarse, a vivir como vampiro... pero una mujer del castillo, tambien vampira, torció su camino. su brutalidad fue menguando, ella le iba llevando por su carril, todas las brutalidades que habia echo durante decadas fueron grabadas a fuego, pero ella lo amansó como si de un toro se tratase. al sire no le gustó el lazo que crearon y una batalla destruyó el castillo (a manos de Baltrek) y junto a su vampiresa (Liara) escaparon, durante muchos años fueron buscados como a perros y baltrek mató a muchos de los suyos por proteger a su dama.

muchos años pasaron hasta que el sire los encontró, ella fue secuestrada por el sire ¨la quiero viva, muerta no recivira su castigo, pero tú, tu moriras aqui y ahora¨ el sire mando a mas de 100 soldados a por Baltrek y este se deshizo de todos ellos, adquiriendo el apodo de la ecatombe vampirica. este, como venganza y para salbar a su dama arremetió contra su sire, una guerra se llevó a cavo por todo valaquia, la gente temblaba al oir las pisadas de Baltrek junto con su estandarte sembro el caos hasta encontrar a un sire que le dió su ayuda, ya que este tambien vivió algo parecido (mentor: felix krakovitch) que junto a su ejercito, cullo mando lo llevaba Baltrek, lucho contra su sire y su ejercito.

la batalla fue colosal, el sire uyó y el castillo se quedó a manos de Baltrek, pero él no queria territorios, queria venganza, queria la cabeza de su sire y recuperar a su dama, a la cual pudo ver en la batalla, pero se la volvió a llevar. pasaron años hasta que volvió a ver a su sire, pero fue la ultima, le tendieron una emboscada y lo capturaron, hai es cuando fue castigadoo, delante de su dama fue enterrado vivo sin poder despertar jamás, pero su sire, no sabia que tenia un nuevo sire al que consideraba un padre: Felix Krakovitch

Notas de juego

vale esto? ^^ mas o menos sera asi, haber si me pongo y la continuo, pero vamos, que seria muy larga jejeje

 

una cosilla mas: lo de los puntos no lo entendi muy bien jejeje, me lo puedes explicar mas detallada? gracias ^^

 

un saludo!!

Cargando editor
16/07/2009, 23:38
Director

Notas de juego

Bien, un gerrero hasta el final. Y si, con eso me vale, que note el paso que seguias... de hacerlo asi tellevas media cronica terminando la historia.

Como sea, puedes ser un Brujah (por el temperamenteo), un Tzimisce por el sire (y tambien por el caracter), pero la verdad puede ser lo qe sea, eligelo tu xD.

Cargando editor
18/07/2009, 00:39
Baltrek el valaco

no quiero ser pesado ni nada de eso, pero lo de los puntos sigo sin entenderlo ¬¬!  sorry

 

PD: voy a ser del clan Tzimisce, lo veo apropiad ^^

Cargando editor
18/07/2009, 04:19
Director

Notas de juego

Los puntos gratis...bueno...

P. gratis:

Rasgos Coste  
Atributo 5 por circulo
Habilidad 2 por circulo
Diciplina 7 por circulo
Trasfondo 1 por circulo
Humanidad 1 por circulo
FV 1 por circulo

 

la tabla explica como gastar los puntos gratis...

ahora, los "puntos de merito/defecto"...si has notado que los defectos tienen puntos, verdad?. Bueno toma esoso puntos como un "+n" puntos, (dependiendo de la puntuacion sustituyes "n") y toma a los meritos como un "-n".
Me explico, los meritos puedes cogerlos usando puntos gratis (esto normalmente), pero, si no quieres gastar los puntos gratis puedes agarrar un defecto y apuntarte la puntuacion del defecto para coger un merito.

Ejem.

Tengo 1 punto gratis despues del reparto, agaro ambidiestro (Merito 1 punto) con esto estoy en 0, ahora tambien quiero como buen gangrel el merito de "regalo de Proteus" (merito exclusivo Gangrel de 7 puntos), entonces me pongo defectos hasta juntar los 7 puntos.

-o-

Simplemente me pongo el "regalo de Proteus" gastando puntos gratis (suponiendo que tengo 7 puntos gratis despues del reparto)

 

Cualquiera es valida con meritos defectos, digamos haces un balance de puntos entre meritos y defectos. A dferencia de esto, no te puedes apuntar defectos para subirte algo mas de la hoja, los defectos te dan meritos, y solo meritos.

 

 

NOTA: Solo bajo circunstancias muuuuy especiales es permitido tener 5 en alguna Habilidad (tecnicas, talentos y conocimientos). En tu caso puedes tener 5 en Armas C.C., pero gastando 10puntos gratis...si quieres. Tambien puedes llegar a 5 en Intimidacion por ser Tzimisce, pero con un gasto igual (te gastas punto a punto hasta 4, el quinto punto vale 10 por si solo).

y como dato, por ser antiguo y ser de los mas participativos en cuanto al personaje en vez de tener 20 puntos gratis como doy siempre (que segun el libro son 15)...tienes 35 puntos gratis para gastar.