Partida Rol por web

En la mañana temprano Ragnar fue molestado en su habitacion con una orden de su padre para encargarse de sus unidades y prepararlas para la inmediata salida, al parecer Lord Owen tenia intenciones de salir en tan solo uno o dos dias y por eso necesitaba que se ocupe de esa tarea lo antes posible, comento el guardia que lo fue a molestar aquella mañana.

Era temprano cuando uno de los guardia llamo a la puerta del Hermano menor del señor de la casa. Al abrir la misma un guardia vestido con su armadura traina un encargo para Ronald. El hombre deberia presentarse ante la unidad de Infanteria para preparala para salir lo antes posible, el guardia comento que el señor de la casa tenia intenciones de salir en uno o dos dias y por eso tanta celeridad.

Ragnar esperaba ansioso ese momento. Por suerte se había levantado temprano, como venía haciendo desde la noche que conversó con su padre. Sus días venían siendo rutinarios, pero para nada aburridos. Reuniones con los capitanes, con los mismos soldados, planes y lecturas concienzudas sobre estrategias y tácticas.

Se vistió acorde a la ocasión, con su mejor armadura y vestiduras, y Alas negras en la espalda. Debía estar regio ante las tropas, y así sería. Su propia esposa lo había ayudado con la armadura, y al salir se dieron un apasionado beso de despedida. Aún no se iría, pero sería pronto, y para él era no poca cosa.

Su paso era seguro y firme, acorde a su condición de líder nato.

A mitad de la preparacion dos hombres aparecieron interrumpiendo la actividad.

-Mi señor Ragnar, Lord Owen solicita que se cambie y asista a una reunion urgente en su sala principal.- Dijeron los hombres con tono el tono firme de un buen soldado.

-Si es urgente voy ya mismo- le respondió al soldado con una sonrisa amable.

No esperó a que los guerreros lo guiaran, después de todo, era su propio hogar.

¿De qué se tratará? ¿Algún cuervo?

La sala de reuniones se encontraba casi en el corazón del castillo, así que Ragnar tuvo que andar hasta poder llegar a la misma, en la puerta dos hombres con alabarda hacían guardia, Ragnar los conocía de haberlos visto en el castillo sabia sus nombres y sabia de sus familias.
 Ambos guardias cruzaron las lanzas antes de que el heredero pasara.
-Mi señor, Lord Owen exige que a esta reunión se debe ingresar desarmado, puntualizo que no había excepciones así que necesitaremos que deje todas sus armas antes de ingresar.

Ragnar los miró extrañado, pero no preguntó nada. Si eran de la Guardia Negra, podía confiar en ellos como en su propia hermana.

-De acuerdo, cuídala, Daven- le dijo con un guiño de su ojo derecho mientras se descolgaba Alas Negras y el hacha de mano.

Acto seguido esperó a que los guardias le dieran el paso franco a la habitación...

Los guardias abrieron la puerta y dejaron pasar a Ragnar, el joven heredero se encontró con una habitación con 15 guardias en su interior todos armados y vestidos para la batalla,  en  la mesa se sentaban 2 hombres que Ragnar veía conocidos pero no recordaba de donde, también en la misma mesa se sentaban su tío Ronald, El espía Alvar y el jefe del gremio de asesinos, Maese Ezio.
 para su sorpresa Lord Owen no estaba sentado en la mesa sino que estaba en el trono de la casa, una belleza hecha de una sola pieza de caoba con las braceras en forma de cuervo y el respaldo que formaba dos alas abiertas, las alas del cuervo supremo.

 En su regazo su padre llevaba una espada desenfundada en abierta condición de hostilidad.
-Toma asiento.- Ordeno. -Te estábamos esperando.-

Ragnar no ocultó su sorpresa ante tal espectáculo. No sólo los guardias de la puerta, Daven y Frider, le habían mentido, sino que además, su padre estaba al tanto de todo esto.

Se acercó mirando a cada uno a los ojos, en especial a Álvar y a Ronald, después de todo, ya se estaba olfateando por dónde venía la mano. Es más, el enojo comenzaba a entrar a su espíritu. 

-¿Qué sucede, Padre? ¿Por qué este despliegue y me dijeron que no se podía entrar con armas?- preguntó aún tranquilo el heredero mientras tomaba asiento y detenía su mirada en los ojos de su padre.

-Guarda silencio Raganar, habla cuando te lo ordene.- Dijo Lord Owen con seriedad -Ahora haz el favor de sentarte.-

El señor espero a que su hijo se sentara y volvió a tomar la palabra.

-¿Tras pensarlo un largo tiempo he decidido ser contemplativo a aquellos que se muestren arrepentidos y confiesen sus faltas ante mi ahora mismo, ¿alguien tiene algo que confesar? pregunto en tono serio. Se mostraba a la legua que el hombre no tenía una sola gota de Alcohol en la sangre luego de meses de no salir del estado de ebriedad.

Con que es eso... ¿quién habrá hablado? ¡Maldición! Alguno fue muy rápido para hablar... ¿Es que acaso fue todo una trampa desde un principio? Habrá que ver el desenlace de esto...

Ragnar estaba tranquilo ahora. Sabía que él no era ningún traidor, aunque sí sabía que era una situación comprometida la suya. Lo habían visto entrar en compañía del Maestro de Espías y del hermano del Lord a una reunión secreta a la hora del lobo. Pero él sabía que podía probarle a su padre que él no habría hecho nada. Sabía que no era un traidor.

Observó a los demás hombres de la sala con tranquilidad. La pregunta había sido clara, y él no tenía que arrepentirse de nada. Tendría que esperar a que hablaran los demás... si hablaban.

Owen se había montado todo un espectáculo para la ocasión, aunque la nota que le daba seriedad y un toque peligroso no era la espada desenvainada ni los guardias; era el hecho de que estuviera calmado y sobrio.

"Oh, se viene la tormenta... Los Nightwing si que le hacen honor a su lema familiar"

Mire como Ser Ragnar tomaba asiento en silencio y con ojos completamente vacíos de cualquier sentimiento. Mi vista paso luego por Ronald y al final por Ezio. ¿Quién abriría la boca primero? ¿Quién delataría a quien? Yo selle mis labios al menos de momento y me dedique a ver las reacciones de los demás.

Ronald miró a su hermano algo desconcertado.

-¿Confesión? ¿De qué habla, Señor? 

Ronald no temía realmente a la ira de su hermano, sino a las adversidades a las que se enfrentaba la casa ahora: una guerra, una traición inminente, y, tal vez, las malas decisiones de su hermano.

"No dejaré que la casa se hunda porque unos traidores no puedan cerrar su boca."

Lord Owen asintió, nadie había dicho nada, salvo su hermano que parecía hacerse el desentendido
-Entonces prosigamos.- Dijo con la voz de señor que tanto había utilizado con plebeyos y sus litigios sin sentido.

-Me llegaron varios informes y pruebas como para juntarlos aquí y sospechar contra ustedes de conspiración.- Dijo y miro a los citados.
-Como son miembros de la casa a los cuales había depositado mi confianza y por que aun los estimo les daré una ultima oportunidad. ¿Alguien tiene algo que decir sobre una reunión? Si nadie dice nada proseguiré con las acusaciones y tomare como castigo su decapitación si son encontrados culpables.- Miro a Ezio por un segundo y volvió a mirar a los que se sentaban en la mesa. Los hombres que estaban allí cuyo rostro les parecía familiar se miraban entre ellos algo incómodos por la situación en la que se encontraban.
-Esta es su ultima oportunidad de hablar, reitero mi pregunta ¿alguien tiene algo que confesar?

Era eso entonces...

-Yo tengo algo que decir sobre cierta reunión, pero no tengo nada que confesar, si como confesión entendemos que el que confiesa ha obrado mal- comenzó diciendo Ragnar con tranquilidad -Ronald nos convocó a una reunión y acudimos tanto Álvar como yo mismo. Allí se habló de tomar medidas propias si la Casa corría riesgos por apoyar a la causa realista. En ese momento, Álvar sugirió que si estábamos dispuestos a llegar hasta el final, a lo que todos dimos nuestro consentimiento. Álvar nos facilitó información sobre las Casas implicadas en cada bando y quedamos de acuerdo en que no haríamos nada hasta que hubiera algún indicio de que hiciera falta.-

Luego de ese pormenorizado relato de la reunión nocturna, Ragnar hizo una pequeña pausa, como si estuviera relatando el más simple de los cuentos.

-Ahora bien, Padre, tal vez obré incautamente en no contarte nada anoche mismo. Eso sí podría aceptarlo. Pero confié en que podría hablar con Ronald, y tal vez con Álvar, y convencerlos de que no hicieran nada porque estaba todo bajo control. Ambos son grandes hombres, y uno de ellos es mi tío, tu hermano. Dado que estoy convocado a esta reunión, y no puedo portar mis armas, la acusación también recae sobre mí, sólo un necio o idiota podría pensar otra cosa. Lamento que desconfíes de mí, pero también lo entiendo, ya que me deben haber visto en la taberna y yo pensaría o me aseguraría de la misma forma que has hecho. Ahora bien, ¿crees realmente que te traicionaría cuando sé, por lo que hablamos la otra noche, que todo está bajo control? Sin contar el simple pero contunde hecho de ser tu propio hijo, tu heredero y tu aprendiz en todo sentido. Además, poco lógico sería que intrigara en contra tuya cuando disipé toda duda habiéndome sincerado contigo aquella noche.-

Ronald oyó todo lo que su sobrino acababa de decir.

"Bien jugado, muchacho. Ahora que te he señalado el camino, sigue tu rumbo..."

No sería sencillo, pero habría que intentarlo.

-He oído la palabra "conspiración", y creo que la están usando ligeramente. Una conspiración, es decir una traición, es lo que está haciendo Robert contra nuestro Rey. Está organizando a las casas para usurparle el poder a la corona, es decir, piensa más en sí mismo que en la casa Baratheon si Targaryen vence en la guerra; y más en su casa que en los Siete Reinos. Pero vos, mi Señor, no estáis conspirando contra nadie, ¿no es así? Estáis defendiendo el trono de manera legítima de esos usurpadores, y lo estáis haciendo también por la prosperidad de nuestra casa. ¿Podría alguien osar acusarte de conspiración? No, y es porque estás peleando por tu casa y por Poniente. Y tal como dijo Ragnar, decidimos que haríamos lo que fuera para que la casa Nightwing no se perjudique con las consecuencias de esta guerra, y que saque el mayor provecho de esta contienda.

Hubo un muy breve silencio. Ronald sabía que ahora era el todo o nada, por lo que continuó diciendo:

-La única traición que se cometió fue la de no comentarte aquella reunión. Decidimos hacer lo que fuera necesario por la gloria de la casa. Y así como hemos dicho, se debe llegar hasta las últimas consecuencias, incluso si eso implica desconfiar y ajusticiar a tus hombres de confianza. Tú eres el Señor de Stonecrow, y eres la tormenta. Debes hacer justicia contra quien lo considere tu juicio. Incluso contra mi, que soy tu hermano y busco y buscaré el bien de la familia. Tu hijo ha dicho bien: no tiene razones para traicionarte siendo solo tu heredero. Así que no mezquines tu venganza contra mí, o Álvar o Ezio; también citados aquí.

Y pensar que menos de veinticuatro horas atrás discutían sobre la posibilidad de matar a la sangre de su sangre si llegase a ser necesario, en su mente imaginaron el momento en que matarían a su señor y pariente; pero ahora todo lo que tenían era palabras de aliento y elogios, sumadas a confesiones incompletas y falsamente exculpatorias.

"Cuando los lobos se disfrazan de corderos..."

No recordaba cuando ni de donde había leído esa frase, pero de seguro que calzaba a la perfección en la escena de esta habitación. Continué con mi mirada inexpresiva hacia todos los demás que estaban en la habitación compartiendo mi destino, exceptuando a Ezio. A él le dedique una leve mirada de curiosidad... ¿Qué hacía aquí si el no había estado en esa reunión ya no tan secreta? A no ser que Owen pensara usarlo a el como verdugo.

Mire a Owen, tratando de imaginar que cosa le estarían pasando por la cabeza ahora mismo. Se estaba quedando sin familia en la que confiar pues solo su esposa se mantenía firme a su lado. Un solitario destino si es que no perdonaba a los dos conspiradores de su linaje.

-Es tal y como dicen Roland y Ser Ragnar mi señor. Estábamos dispuestos a lo que fuere por mantener la gloria de la casa, sin importar los métodos ni las consecuencias.- Mis escasas palabras salieron en un tono bajo y cansado pues esto no iba a tener un buen final; el castigo vendría enseguida.

"Llegar hasta el final", "dispuesto a lo que fuera".- Dijo repitiendo las palabras que se mencionaban en sus declaraciones.
-Hice venir al posadero y a uno de los mozos aquí presentes para dar fe a que la reunión se llevo a cabo pero ante su confesión decido liberarlos del peso de tener que declarar en el día de la fecha.-

 Los hombres se levantaron y salieron del recinto mientras Lord Owen guardaba silencio.

-Entiendo que ustedes son fieles a la casa pero no a mí, son capaces hasta de... tal vez matarme por el bien de la casa.- Lord Owen hizo una pausa y siguió.
-Conspiran contra mi persona y yo soy el señor de la casa Nigthwing por lo que entonces conspiran contra la casa en si.- Su voz era atronadora y estaba cargada de sentimientos negativos mientras recitaba cada una de las palabras.

 Lord Owen tomo aire y para acomodar sus ideas y volvió a hablar.

-Tanto Lady Elaena Manderly como Lady Shaera Velaryon han sido puestas bajo custodia en las mazmorras hasta que se demuestre su culpabilidad o inocencia en la conspiración contra mi persona.- Arranco diciendo mientras miraba a su hijo y a su hermano con profunda indignación.

-Me parte el espirito tener un hijo tan ansioso por gobernar que no le importa matar a su padre y un hermano tan ambicioso que no le importaría matar a su hermano para que no le sea quitado su estatus de noble en caso de perder esta guerra, Me repugna que sean mi familia y me repugna no poder hacerles pagar con mis propias manos por sus faltas.
 -Viendo sus confesiones yo decreto que Ronald Nigthwing sea despojado de su título nobiliario, negado de sus privilegios de noble así como su posición en la línea sucesoria y sus derechos al oro de la familia, pienso que podría encontrar redención en el norte sirviendo en la guardia de la noche y tal vez algún día entienda que intento traicionar a la persona que más lo quiso.

Ser Ragnar Nigthwing por su parte perderá su posición en la línea sucesoria así como también se le será quitado el arma de la familia que pertenece al heredero de la casa que es ahora Constance Nigthwing. Junto con todos los beneficios nobiliarios y derecho al oro  Servirá junto a su tío en la guardia de la noche para hacerle un bien al reino por lo menos una vez en su vida.-

Maese Alvar tendrá una recompensa en oro por los servicios prestados a la hora de desarticular esta conspiración así y como algún bien que el desee, salvo el hacha de la familia que le será dado sin ningún tipo replica.

¿Alguien tiene algo más que decir?

Ragnar se levantó como impulsado por un resorte. ¿Es que no había entendido nada?

-¡Padre! ¿Te estoy diciendo que no tengo nada que reprocharte y con eso me recompensas? ¿El destierro? Les seguí el juego a ellos dos porque era mejor averiguar qué tramaban que decirles que no y que siguieran conspirando... ¡Si ya había hablado contigo días antes!- en ese momento la furia ante la necedad de su padre lo cegaba -Asistí a la reunión porque no sabía de qué se trataba, y una vez dentro, tenía que averiguar más. Yo ya no tenía dudas en cuanto a la dirección de la Casa, por algo había ido a hablar contigo. Es más, te dije todo lo que pensaba como incorrecto y lo que sí. Sabes que no soy del tipo intrigador, y mucho menos contra ti... me ofende sobremanera que creas que podría hacer algo así, cuando lo único que quiero es aprender de ti.- las palabras fluían como una catarata -¡Y que tomes prisionera a mi esposa es increíble! ¡Está embarazada! ¡Por la Luz de los Siete! ¡Mírame a los ojos y dime que realmente crees que te podría traicionar! ¿Le crees más a un espía que a tu propio hijo? ¿A tu propia sangre? Bien podría haber sido él el que te traicionaría, pero como fue el primero- espero que sea así -¿le crees a él?-

Eso había sido una sorpresa. No pensaba que los fuera a enviar al muro. Siempre había pensado que iba a haber un castigo bien serio, pero esto parecía demasiado, no porque no fuera adecuado, sino porque ahora la casa los necesitaba a los dos más que nunca.... Y entonces cayo la bomba. Owen me mando sin escrúpulos como responsable de la filtración. Seguro que los otros dos sospechaban que había sido yo, pero que fuese Lord Owen quien me delatara así me tomo un poco por sorpresa. Trate de contener el gesto lo mejor que pude para que nadie lo viera. Hasta me olvide del oro por unos minutos.

"Carajo."

Estaba por hablar pero la conmoción me había hecho tardar unos segundos. Ragnar se me adelanto y puso una desesperada y muy enfática defensa final. No sabía que era esa conversación que habían tenido, pero que pensara que alegando una posible traición mía iba a conseguir algo... eso era ingenuo.

Tarde unos segundos, pensando si debía defenderme o dejar a Owen hablar, pero no estaba del todo seguro de las palabras que fueran a salir de la boca del Lord, después del todo era su único hijo varón el que tenía en frente. Carraspee para llamar la atención en mi persona antes de hablar con tono firme y bien claro. Era momento de no dejar dudas. -Yo solo cumplía con mi deber Ser Ragnar. Se me ordenó descubrir las conspiraciones contra Lord Owen y desenmascararlas, y así lo he hecho. Si se me encargo esta misión es porque tengo las habilidades para hacerlo y la confianza de mi señor. Le ruego que evite tildarme de traidor, solo soy el maestro de mi gremio y sirviente de la casa Nightwing.-

Las palabras habían salido un poco duras y rígidas, pero al fin y al cabo Owen era el bando ganador y ahí me iba a quedar; con los ganadores. El plan de Roland estaba destinado al fracaso desde el comienzo.