Partida Rol por web

Cuando Misha, Tayen y Vigía salen del cráter la guerra entre los espíritus lunares y las Perdiciones se ha recrudecido hasta el extremo con la incorporación de la Incarna. Los espíritus selenitas han sido revividos y han redoblado el ataque contra las Perdiciones. De vez en cuando puede verse la estela plateada que las Lunas Gemelas dejan en el cielo cuando Sokhta las lanza abatiendo a decenas de enemigos.

Siguiendo un impulso instintivo los tres cambiaformas corren hacia donde la coalición de Fera se quedó atrayendo la atención del enemigo. El cadáver del enorme gusano-Perdición yace de costado sangrando por numerosas heridas de zarpas y mordiscos. "Cola-con-Rayas" se encuentra junto a él. Al Bastet le falta el brazo derecho y de su nariz salen hilillos de sangre con cada respiración. No le queda mucho de vida. Más allá de eso, Altair y los Garou se han hecho con el liderazgo del ejército y ahora dirigen a los demás cambiaformas en un mortífero asalto combinado en el que no se da ni se pide cuartel...

Cola-Con-Rayas

Vigía-del-Alma aulló de rabia y júbilo al ver a la esplendorosa Sokhta abatiendo al sinfín de Perdiciones que cubría la superficie del reino lunar. La restauración de Selene era un hecho. El lobo gris mexicano lo podía ver reflejado en el rostro enfermo de Gaia que, pese a seguir sumida en la más pura negrura, refulgía en un fino, pero firme halo de esperanza.

Los tres cambiaformas acudieron en ayuda de la partida de guerra que habían dejado atrás, cuando se encontraron junto al cuerpo sin vida del monstruoso gusano. Junto a él yacía entre estertores Cola-con-Rayas.  En un acto reflejo, imbuidos por el don de la curación que ambos custodiaban, tanto Misha como Vigía-del-Alma acudieron en ayuda del Bastet. Ante aquella reacción, Tayen asintió y se puso en guardia.

“Está bien. Yo os cubro.”

Mientras la coyote vigilaba que ninguna de las Perdiciones los pillara por sorpresa, oso y lobo empezaron con la evaluación de daños.

“Compañero, Selene vuelve a estar en pie y dispuesta a plantar cara al Wyrm. Tenemos esperanza. Ahora es el turno de restañar tus heridas.”

Lo... sé - el Baste levanta la cabeza y pone una sonrisa mellada - He sentido esa Rabia... Todos la sentimos y nos regocijamos en ella pero... maldita sea... no somos invulnerables... Pero les hemos enseñado a esos engendros... a no jodernos - suelta un vómito de sangre - Esta maldita... cosa... creo que mi brazo está en su boca... porque le arranqué... la... puta... lengua...

"Esta maldita... cosa... creo que mi brazo está en su boca... porque le arranqué... la... puta... lengua..."

Vigía-del-Alma miró a las fauces entreabiertas del horrible gusano. Pensó durante unos segundos y, tras ponerse en pie, se dirigió al Gurahl.

"Misha, estabiliza las heridas de Cola-con-Rayas mientras yo rescato de la boca del engendro lo que pertenece a nuestro hermano."

Sin esperar respuesta del oso, el imponente Crinos que en aquellos momentos era Vigía-del-Alma agarró uno de los numerosos troncos que, tras la destrucción del combate, yacían esparcidos por el campo de batalla. Su intención era utilizar el poste de madera para mantener la boca abierta de la bestia mientras hurgaba en su interior. No obstante, antes de arriesgarse a meterse en la boca del gusano, quería comprobar si este, en efecto, estaba muerto. Con esa idea, el Garou se aproximó con cuidado al cadáver del monstruo y, tras asestar un fuerte golpe en su sanguinolenta cabeza, dio para atrás unos prudenciales dos pasos a espera de un contraataque.

El Gurahl se arrodilla junto a su amigo felino y empieza a utilizar su energía espiritual para cerrar sus terribles heridas.

El golpe de Vigía no provoca ninguna reacción, por lo que después de atrancar las mandíbulas con el tronco el Theurge se adentra en la hedionda boca del monstruo. Ahí encuentra el brazo mutilado del bastet, cubierto de sangre coagulada y baba pegajosa. Está roto por varios sitios y las astillas de hueso asoman a través de la piel, pero si lo que Misha ha oído sobre los Gurahl es cierto debería ser suficiente.

Muchas gracias, gran Mato y amigo Tanka (1) - dice el Bastet flexionando el brazo nuevamente unido a su cuerpo - ¿Ya está? ¿Lo habéis conseguido? ¿Habéis recuperado a Seline?...

Tras recibir la cura del Gurahl, el Crinos ayudó al Bastet a ponerse en pie.

“Le ofrecimos el Don de Eshtarra y lo aceptó. Creíamos desfallecer en el intento, pero lo conseguimos.” – Vigía-del-Alma alzó la mirada orgulloso hacia el firmamento.- “Ahora surca salvaje los cielos de su reino acabando con todos esos engendros. ¡Al fin una victoria sobre el Wyrm!”

Los ojos ambarinos del Garou brillaban esperanzados.

“¿Cómo os encontráis vosotros? ¿Hay más heridos a los que atender?”

¡Todos los que quieras, Tanka! - contesta el Bastet - Si quieres...

Las palabras del Bastet quedan ahogadas por una súbita explosión cuyas llamas levantan al Theurge en el aire y lo lanzan a varios metros de distancia hasta aterrizar aparatosamente en el suelo (1)...

Gracias al robusto cuerpo del Theurge en forma de Crinos no hubo que lamentar ningún daño grave después de que aquella repentina explosión lo lanzara por los aires. Las llamas de aquel estallido seguían prendidas unos metros por delante de Vigía-del-Alma y no fue pasados unos segundos cuando el cambiaformas pudo enfocar sus ojos e intentar averiguar que acababa de suceder.

"¿Misha? ¿Tayen? ¿Cola-con-Rayas? ¿Estáis bien?"

Cuando Vigía intenta hablar sólo sale un gañido ahogado de su boca abrasada. La parte posterior de su cuerpo es un amasijo de carne carbonizada y pelo quemado. El olor de su propio cuerpo medio asado le hace vomitar. Todo él está temblando de dolor, miedo, rabia e impotencia ¿Qué puede haber causado semejante explosión?

Quizá hubiera sido preferible que no pudiera enfocar la vista.

I'M NOT BURIED YET

La explosión ha abierto un cráter gigantesco en la superficie de la luna, de color rojo brillante por la roca fundida. Es lo bastante grande como para que quepa en él todo Central Park. De haber ocurrido un poco más cerca de Vigía ahora no sería más que un puñado de huesos carbonizados.

La figura que surge del cráter tiene la forma de un hombre hecho de roca ardiente, con lava fundida en vez de sangre y los ojos tan brillantes como el como el corazón del infierno. Aunque su tamaño es el de un humano la energía espiritual que desprende es titánica e inconmensurable. Las llamas rojas que surgen de sus manos funden la roca creando surcos incandescentes. Vigía no tarda en reconocerlo. La corrupción que emana de él es tan poderosa como su calor.

Anthelios, el Sol Rojo del Wyrm. El Destructor que todo lo consume en una hoguera de llamas y entropía. Un ser cuyo poder está más allá de los límites de la imaginación...

No fue hasta pasados un segundos cuando Vigía-del-Alma fue consciente del verdadero estado de su cuerpo tras la inesperada explosión.

Un dolor indescriptible embargaba cada milímetro de la piel del cambiaformas que ahora presentaba un aspecto sanguinolento y humeante. Sentía como el calor emergido de la explosión devoraba ávido todo su cuerpo. El extremo sufrimiento que sentía le hizo vomitar en varias ocasiones aunque, pese a la fuerte conmoción, consiguió mantener la conciencia. Gracias a eso, tras enfocar su nublada vista, pudo ver qué había ocasionado aquel desastre.

El paisaje devastado por la batalla que hasta el momento le rodeaba ahora presentaba un aspecto yermo, como el de un extenso y humeante cráter. Aunque los maltrechos ojos de Vigía-del-Alma no lograran ver con claridad más allá de unos pocos metros, sí pudo intuir a lo lejos, entre el humo y las llamas, una figura humana e incandescente que irradiaba una maldad sin parangón. Algo le decía que aquel ser era el causante de aquel desastre y que su poder, aunque antagónico en naturaleza, era semejante al de Sokhta.

De repente, ante aquella funesta revelación, su alma empezó a estremecerse por el terror. Un ser desconocido con el poder de un Incarnna había llegado allí con la clara intención de volver a decantar la balanza a favor del Wyrm. Imbuido por el pavor que sentía, Vigía-del-Alma se puso en pie y con paso renqueante empezó a alejarse de aquella fuente de extrema maldad.

Cegado por el pánico y el instinto desesperado de supervivencia, el cuerpo de Vigía ignora el dolor y huye del titán Corrupto. Escucha las llamadas de auxilio y los lamentos de sus compañeros Fera, pero sólo son un ruido de fondo ahogado por el martilleo de su corazón en su pecho. Vigía corre dejando tras de sí trozos de carne quemada y mechones de pelo chamuscado, alejándose de ese calor infernal. Su carrera le lleva hasta un chapuzón de agua helada, unos dolorosos movimientos en el agua y después oscuridad...

Inuyasha's Lullaby

Los ojos de Vigían vuelven a abrirse revelando una orilla de arena plateada bañada por tranquilas aguas de color oscuro. Una mano gentil acaricia la cabeza del lupus, cuyo cuerpo está rodeado de trozos carbonizados de sí mismo. En lugar de la carne quemada hay piel nueva cubierta de brillante pelaje. Su cabeza reposa sobre unos cálidos muslos de carne plateada. Al mirar hacia arriba descubre una hermosa mujer que le sonríe con ternura y afecto. En un momento de confusión piensa que se trata de Soktha pero su aura, aunque poderosa, ni siquiera se acerca a la infinitud del poder de la Incarna. En su frente destella un gilfo: "Lunas-gemelas".

Estás a salvo, "Vigía-del-Alma" - le susurra con voz suave - La Madre te ha escogido como mi nuevo portador. He pasado demasiado tiempo apartada de esta guerra y ahora te necesito para entrar en ella ¿Me aceptarás como compañera, hijo de Uktena?...

Cuando los ojos del Garou se abrieron, un instintivo aullido de miedo y dolor brotó de su garganta como respuesta al funesto episodio que su mente creía acabar de vivir. No obstante, la ternura y la paz reinantes no tardaron en aplacar por completo esa visceral reacción y el cuerpo del hombre lobo se quedó quieto, tranquilo. Y es que “Vigía-del-Alma” reconoció al acto a la voluptuosa mujer que le acunaba como un espíritu centinela de Sokhta, semejante al que momento antes les había interceptado en la gruta de plata. Podía sentirse seguro.

Sin hablar, atendió a las palabras de la joven argéntea. Cuando esta hubo acabado, el Garou se incorporó, sorprendido de verse libre de todo dolor. Una vez reconoció su cuerpo, sano y brillante, en las oscuras aguas de la laguna, “Vigía-del-Alma” esbozó una mueca de incomprensión.

“Pe, pero… ¿Qué ha ocurrido? ¿Quién era ese ser?  ¿Y Sokhta? ¿Dónde se encuentra? ¿Y Misha y Tayen?"

Es el Incarna de Anthelios, cuyo nombre no me está permitido pronunciar. Tú tuviste la suerte de estar en la zona más alejada de la explosión que provocó al caer sobre Madre. No sé nada sobre esos dos por los que me están preguntando, ya que Sokhta me envió específicamente a buscarte.

A lo lejos pueden escucharse los ruidos de una gran batalla. Una mezcolanza de chillidos de Perdiciones, llamadas Fera, gritos de espíritus y explosiones cuya onda expansiva estremece el pelaje de Vigía.

Sokhta ya se está encargando del mensajero del Sol Rojo, pero tú y yo tenemos otra misión: debemos encontrar a Ocrock, el espíritu que llegó con la Garra de Rorg y dejó a Madre malherida. Cuando estemos ante él debemos someterle al juicio de la Luna Media. Según lo que decidamos le aplicaremos el castigo de la Luna Llena o la purificación de la Luna Creciente - al ponerse en pie su cuerpo se transforma en esa extraña guadaña doble con filos de la plata más pura y brillante que Vigía ha visto nunca. El arma vuela girando en el aire hasta clavarse justo delante de Vigía.

Aunque yo te prestaré consejo la decisión final será tuya - su voz es ahora un suave susurro justo al borde de la oreja del lupus - Considérate afortunado pues Sokhta está confiando en tu sabiduría

“Anthelios…”

Vigía-del-Alma recordó ese nombre. Muchos de sus aliados lo habían pronunciado al referirse al protagonista de la gran desgracia que se vivía tanto en el reino lunar como en la Tierra. Aquel ser de fuego y maldad era sin lugar a dudas agente del Wyrm y algo le decía al Garou que responsable del calor sofocante que azotaba su hogar.

La mujer explicó la misión para la que ambos, espíritu y Uktena, habían sido escogidos por la mismísima Sokhta y un escalofrío corrió por el cuerpo del hombre lobo cuando el ser etéreo se transformó en aquella magnífica arma de mortífera plata. No obstante, pese a la reacción refleja, el corazón del Garou latía fuerte, revitalizado por los recientes cuidados y reafirmado en su objetivo vital. Nuevamente la situación se complicaba, pero hacía poco que había decidido no tirar la toalla nunca más mientras hubiera un poco de esperanza. Con el recuerdo de las palabras de su antepasado Yaroyai, el Theurge se reclinó y tomó la sagrada arma en sus garras de Crinos.

“Pero Ella sigue ahí, Vigía. Por eso tú y yo podemos hablar ahora. Ella es la fuente de la que mana toda la vida, incluidas las nuestras. Si Ella es devorada por la oscuridad no sólo perderemos la vida, sino también el alma ¿Vas a permitirlo? ¿Que te hagan desaparecer así, como si nunca hubieras existido? ¿Todas tus alegrías, tus sufrimientos, manada, compañeros... todo olvidado?”

Aunque Vigía-del-Alma no conociera la senda que debía seguir, su destino era claro y, por lo tanto, no le hacía falta nada más para que sus pasos fueran guiados hasta buen puerto por la energía espiritual de su nueva compañera de batalla.

“Ocrock, allá vamos.”

Cuando Vigía se levanta descubre que no tiene realmente una dirección a la que ir. En ese momento las hojas de las Lunas Gemelas empiezan a brillar hasta que de ellas surge el inicio de un brillante Puente Luna.

No te acostumbres a esto - le advierte el fetiche - Cuando estemos en Teluria dependeremos de tu talento para utilizar este poder, pero por ahora disfruta del viaje.

Vigía cruza el Puente Lunar. A medida que avanza las Lunas Gemelas lo van cerrando tras de sí evitando que alguna Perdición pueda colarse por su espalda. El túnel termina sobre una superficie de roca negra que no deja de moverse de un lado a otro. Tras agarrarse con las zarpas a las grietas de la piedra Vigía descubre que en realidad está sobre la espalda de una colosal figura humanoide hecha de piedra. El enorme espíritu está rodeado de cadáveres de engendros wyrmianos y lanza sus puños contra un ejército de enemigos.

¡Eh, tú! - brama el espíritu sin dejar de pelear - ¿Qué haces subido en mi espalda? ¿Quieres que te aplaste?...

“Pero qué… ¿Qué eres?”

La sorpresa al reconocer a aquel ser de roca como un ente con vida hizo que el Garou viera su equilibrio comprometido. Ello junto al continuo vaivén de la criatura hicieron que el Crinos cayera de bruces sobre la nuca pétrea y por poco se precipitara en caída libre hacia el suelo.

“Mi nombre… es Vigía-del-Alma… y… me envía Sokhta en bus… busca de Ocrock.”

Un puñado de decenas de metros más abajo, un ejército de criaturas del Wyrm se arremolinaban alrededor del gigante de piedra con la clara intención de derribarlo. Al ver eso, el Garou tomó consciencia de la situación y reconoció a aquella ciclópea criatura como aliado. Asegurando su posición junto a lo que parecía ser la cabeza del ser, alzó al aire a Lunas Gemelas.

“Veo que compartimos la misma causa. ¿Puedo ofrecerte mi ayuda?”

Yo soy Ocrock, de la Estirpe de Rorg el Cazador de Múltiples Garras - responde el espíritu. Con su mano agarra una roca del tamaño de un camión y la utiliza para machacar a una enorme Perdición que parece vagamente un cangrejo con tentáculos - ¿Qué quiere Soktha de mí?...

Sorprendido al descubrir que el ser de roca era el mismo Ocrock al que debía encontrar y juzgar, Vigía-del-Alma no pudo evitar titubear.

“Lunas Gemelas, ¿de qué se acusa a Ocrock? ¿Por qué motivo hay que someterlo a juicio?”

Ocrock fue el encargado de dirigir la Garra de Rorg contra la Teluria - dicen las Lunas Gemelas - De haber conseguido su propósito habría exterminado toda la vida sobre Eshtarra, pero la Madre Selene se lo impidió.

Sí, fue una estúpida - bufa el titán de roca - La culpa de esta situación la tienen los seres mortales. Ellos abrieron su corazón al Wyrm con su codicia, su odio y su corrupción. Es por su culpa que el Ojo del Wyrm - señala a Anthelios con una mano. La otra sigue machacando a la Perdición - se haya abierto. Si hubiéramos conseguido eliminarlos a todos el Wyrm ya no tendría dónde agarrarse.

¡No teníais derecho a tomar esa decisión! - exclaman las Lunas - ¡Ni Rorg ni por supuesto tú!

Escucha esto, pequeña esclava de plata: ¡Eshtarra es débil! - replica Ocrock - ¡Su amor por los mortales la hizo débil! ¡Incluso ahora permite que su infección se extienda hacia su propio Reino mientras Malfeas la está devorando! ¡Y mira Teluria! ¡Ennegrecida por el veneno del Wyrm que los mortales han extendido! Y no se detendrá ahí. Pronto los demás Reinos serán infectados y devorados ¡Inlcuido el nuestro! Si Eshtarra quiere dejar que unas criaturas miserables la violen, la torturen y finalmente la asesinen es problema suyo ¡Pero no permitiremos que nos arrastre con ella! En última instancia, Gaia puede seguir adelante sin ellos...