Partida Rol por web

Finalmente son Karl, Lina y Rayleigh quienes acompañan a Joe a la Umbra. Allí se encuentran con espíritus-Cuervo de la tormenta lo bastante grandes para cargar con ellos. La bandada cruza los cielos umbrales envuelta en nubes de tormenta que descargan furioso truenos contra las pocas Perdiciones que osan acercarse.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! - Chilla Lina al mirar hacia abajo, donde se encuentra el infierno.

Tierra roja, fuegos y volcanes hasta donde alcanza la vista en cualquier dirección. Danzantes deformes, fomori horriblemente mutados y enjambres de horrendas Perdiciones se amontonan frente a brillantes puentes espirituales donde Garou y espíritus gaianos luchan a muerte por contenerlos en una batalla que no parece clara para ninguno de los bandos. Mientras los cuervos se preparan para crear su propio portal una gran conmoción sacude el campo de batalla. Todo parece detenerse por un instante hasta que empieza a escucharse un nombre coreado por cientos de Danzantes y Fomori

¡CLUITHI! ¡CLUITHI! ¡CLUITHI!

En el horizonte se distingue una figura serpentina colosal. Su rugido tiene tal potencia que se impone al estrépito de la batalla. Antes de que los Garou tengan tiempo de reaccionar los cuervos de la tormenta ya han creado el portal para adentrarse en el reino de Eshtarra.

La bandada pasa volando sobre bosques medio quemados, ríos teñidos de sangre y montañas sembradas de cadáveres hasta una montaña de roca negra rodeada de negras nubes de tormenta. Desde una atalaya desde la que puede verse gran parte del campo de batalla un único Garou observa y envía espíritus con mensajes para los defensores del Reino. Su armadura está rota por varios sitios, y sobre su rostro demacrado por el cansancio destaca la Corona de Plata, el fetiche legendario que le identifica como el líder de la nación Garou.

El margrave Yuri Konietzko. Antiguo líder tribal de los Señores de la Sombra, ahora rey de toda la Nación Garou. Una gran klaive cuelga a su espalda, mientras que utiliza otra para señalar su destino a los distintos espíritus que le rodean.

Margrave Konietzko-rhya - le saluda Joe - Ellos son Karl, Lina y mi antiguo hermano de manada Rayleigh Cablegris. Son todos los Garou que pude convencer para dejar Detroit. Los demás se niegan a abandonar a sus parientes humanos.

Bien. Podrán morir junto a ellos si no ganamos esta guerra...

Llego al lugar, abrazando a mi hija, la cual no se me despega ni un segundo; tampoco es que quisiera que se despegara. Llegamos a un lugar en el que parece que hay otra guerra, pero por las palabras que dicen, si no ganamos aquí, entonces los que se quedaron en el otro lado no tienen ninguna esperanza de sobrevivir.

Lina se abraza a su padre, aún conmocionada por lo que vio mientras los cuervos sobrevolaban el campo de batalla.

Llévatela de aquí, Colmillo plateado - le dice el margrave a Karl - Necesitamos guerreros, no cachorros recién destetados.

¡No le hable así a mi papá! - protesta Lina.

¿Quién te ha hecho eso? - pregunta señalando los implantes de Lina, que se encoge de miedo ante la presencia del margrave.

P... Pentex, señor. Yo era ciega. Ahora puedo ver.

Tienes suerte. Seguramente no vivas lo suficiente para pagar las consecuencias de lo que te han hecho. Bien ¿Qué sabéis hacer?...

Frunzo el ceño ante como le habla a mi hija.

- Con todos los respetos, me da igual quien sea usted pero no voy a permitir que le hable así a mi hija; así que le voy a pedir un poco de respeto hacia ella. Me da igual lo que usted diga de mí, pero de mi hija no voy a tolerar ni una mala palabra. No iba a dejar a mi hija en ese infierno en Detroit. (aun con mi gesto furioso por el trato hacia mi hija, cuando pregunta lo que sé hacer...) Ex-fuerzas especiales del ejército. Rango teniente.

Soy el margrave Yuri Konietzko, de los Señores de la Sombra - responde el Anciano. A su alrededor los Cuervos de la Tormenta graznan amenazas contra el Colmillo Plateado - No me interesa de dónde hayas salido, me interesa saber qué puedes aportar a la guerra que estamos librando aquí. Porque si este Reino cae todos caeremos con él y nuestro enemigo nos supera ampliamente tanto en número como en fuerza, así que a menos que puedas hacer algo tu hija va a tener que soportar mucho más que "malas palabras"...

Lo miro fijamente.

- Combate extremo, supervivencia extrema. Eso es lo que hacía. Me mandaban a mi y a mi unidad a hacer todo tipo de trabajos, fácilmente catalogados como suicidas.

Ya tengo combatientes - replica Konietzko - He perdido la cuenta de a cuántos he enviado ya a la muerte. Lo que necesito no es fuerza sino información que me permita conseguir alguna ventaja sobre el enemigo. Vosotros acabáis de sobrevolar el campo de batalla ¿Habéis visto u oído algo que pueda sernos de utilidad?...

- Vimos danzantes deformes, fomori horriblemente mutados y enjambres de horrendas perdiciones que se amontonan frente a brillantes puentes espirituales, además llamaban a un tal CLUITHI.

Cablegrís no se lo terminaba de creer. 

El trayecto sobre la espalda de los Cuervos de Tormenta fue impresionante. Tanto, que borró de su mente el asunto pendiente con Joe por un buen rato. Sus ojos se abrieron como platos sobrevolando las huestes enemigas, y su mandíbula se desencajó un poco al llegar a Eshtarra.

Estar frente al Margrave Konietzo, eso sí que no se lo esperaba. Miró con incredulidad al Colmillos Plateados cuando le habló al Margrave, y retrocedió un poco, para alejarse de él si implosionaba por la furia del Margrave o algo parecido.

— Es verdad lo que dice. Eso era lo que aclamaban... y se veía una gran figura en el horizonte. Como una serpiente gigante, y venía en nuestra dirección.

El nombre de Cluithi hace que el margrave suelte un respingo a media camino entre la sorpresa y la repulsa - Así que ese maldito engendro está vivo. Tenía la esperanza de Albrecht le hubiera matado.

¿Quién es Cluithi, margrave? - pregunta Joe

El avatar del Wyrm en Teluria. Pero claro, no sabemos a qué Wyrm exactamente se refieren las profecías, si al de la Entropía o el del Equilibrio - le hace un gesto a uno de los Cuervos de la Tormenta, que se agacha para que pueda subir - Que uno de vosotros monte y me lleve hacia donde está esa cosa. Tengo que verla con mis propios ojos.

¡Pero es peligroso! - protesta Lina.

Nuestra vida es peligrosa, cachorra - replica el margrave - Puedes llevártela al interior del Reino - le dice a Karl - Necesito a guerreros concentrados.

Yo puedo llevarla si quieres - se ofrece Joe - Conozco a varios Gurahl que cuidarán bien de ella y la mantendrán lejos de las fronteras del reino...

- Entendido. (miro a mi  hija) Sé que no quieres hija, pero tienes que ir con él, papá tiene que pelear para que los malos no se acerquen aquí. (miro a Joe) Que no le pase nada, acabo de recuperarla, no quiero perderla otra vez.

Una vez que Joe cogió a mi hija, aunque sin protestar de paso, crují el cuello y moví los brazos, tenía que ponerme serio para el combate.

- Listo, vamos allá.

No te preocupes - responde el Contemplaestrellas - Cuidaré de ella. Veré si los Gurahl pueden hacer algo con ese cacharro que le han puesto.

Sobrevolando Malfeas

I Consumed Him And He Won't Come Back

El asedio al Reino de Eshtarra sigue, implacable. Aunque el número de atacantes ha disminuido muchísimo aún siguen superando a los defensores en una proporción desalentadora. Sin embargo algo ha cambiado: entre los hijos del Wyrm ha estallado una sangrienta y mortífera guerra interna. No hay forma de distinguir un bando de otro, salvo los gritos ocasionales alabando a Cluithi. La bandada de Cuervos de la Tormenta sigue las indicaciones de Karl hacia la titánica sierpe que viera antes de llegar a Eshtarra. El margrave invoca truenos que fulminan a cualquier enemigo volador que osa acercarse a ellos, si bien no busca enzarzarse en combate directo con nadie.

Vista de cerca la enorme serpiente resulta una visión aterradora: un leviatán de una escala y un poder absolutamente demenciales. Cada vez que lanza sus portentosas mandíbulas hacia el suelo engulle batallones enteros de enemigos y deja en el suelo surcos del tamaño de una autopista.

¡Separaos y buscad a Cluithi! - ordena el margrave

La bandada se separa rodeando al coloso. Karl es el primero en descubrir a un Garou que está agarrado a la cabeza de la bestia dirigiendo sus acciones. Algo en el Cuervo de la tormenta y el Colmillo Plateado atrae la atención del Garou. Con un aullido suyo la sierpe dirige su cabeza hacia Karl. En ese momento el Garou cambia a su forma lupina y con un enorme salto aterriza sobre el lomo del Cuervo justo delante de Karl. El Cuervo lanza un graznido indignado y hace un tirabuzón para quitarse a su inesperado jinete de encima...

Ese tipo al dar el salto, y por como reaccionó al verme... es como si me conociera. Aun así, el cuervo al hacer el tirabuzón para tirarlo, me da tiempo a agarrarme lo más rápido posible, no fuera que tambien me tirara a mí tambien.

El Cuervo de la Tormenta hace su giro en el aire sin importarle si Karl está agarrado o no. Sin embargo el Colmillo Plateado se mantiene firme sujetando las gruesas plumas del ave hasta que vuelve a estar encima del pájaro. Parece que el extraño Garou ha caído... hasta que moviéndose a la velocidad que sólo pude otorgar la Rabia trepa en su forma Crinos, agarra a Karl pasándole el brazo por el pecho y salta con él a cuestas hasta aterrizar encima de la enorme sierpe.

Cuando el Garou lo suelta Karl descubre cómo es que ha podido llevárselo tan fácilmente: el enorme Crinos mide más de cuatro metros de altura y de su poderosa musculatura emanan pequeñas volutas de aura negra. Todo su cuerpo emana el aura wyrmiana más pura que Karl ha podido percibir jamás, destacando incluso por encima de la presencia del gusano.

Sujétate - le ordena a Karl. Acto seguido le lanza un aullido al gusano que se lanza a un nuevo ataque con las mandíbulas abiertas hacia un enjambre de fomori lo bastante estúpidos para atacarle.

¿Qué quieres, Garou gaiano? - le pregunta...

Miro al Garou, con desconfianza. Podría haberme matado, pero aboga por el dialogo, pero aun así, me pongo en igualdad. Me pongo en mi forma Crinos, teniendo su mismo tamaño.

- Solo quiero la paz para mi hija y los mios. Porque en cuanto me has visto te has lanzado contra mí? No eres tambien un Garou? No luchas contra el Wyrm?

¿Luchas contra el Wyrm, gaiano? - replica el Garou, burlón - ¿Y eso qué significa? ¿Qué sabes de tu enemigo y del porqué debes combatirlo? Yo también soy un servidor del Wyrm ¿Acaso has venido a matarme? Porque si es así, te va a resultar muy difícil...

Mi gesto se vuelve muuuy serio.

- Solo sé que el Wyrm amenaza todo lo que se creó en Gaia, es solo maldad pura que destruirá todo y a todos los que se opongan a él. (me separo un poco de él) No quiero pelear contra otro Garou, pero si insistes en querer matarme y amenazar el futuro de mi hija... No te lo pondré fácil. (en parte me da lástima) Fuisteis un clan poderoso, los Aulladores Blancos, pero acabasteis bajo las garras del Wyrm, que en su locura lo quiere destruir todo, sin reparar en si lo que hace beneficia al equilibrio o no.

Dicho eso, me pongo en guardia para pelear contra él, ya que si era un servidor del Wyrm, entonces era mi enemigo.

El gigantesco Garou sonríe y se prepara para recibir la embestida de Karl - Tan estúpido e ignorante ¡Ven a mí si es lo que quieres!..