Partida Rol por web

— Mierda —mascullé ante la inminencia de los nuevos enemigos al tiempo que cogía el fetiche de la Tejedora. Vi a Tayen lanzarse sobre el tren, y aunque no me gustaba para nada la idea, había hecho aquello un par de veces con los Roehuesos de Nueva York. Espero que aún quede alguno.

Salté con la ligereza propia del Kailindorani y aterricé en equilibrio sobre uno de los vagones por detrás de Tayen, donde me aferré con las zarpas.

El tren termina por detenerse en otra estación que parece exactamente idéntica a la que Joe y Tayen han dejado atrás salvo por los ciborgs asesinoes. La Nuwisha baja del vagón, cambiando en el aire a su forma humana.

Eso ha sido divertido ¿verdad? - comenta con una sonrisa - Aunque me fastidia bastante que ese cabeza de lata haya sido capaz de detectarme. O estoy perdiendo facultades o la Tejedora está muy nerviosa con lo del asalto de Malfeas y está implementando mejoras en sus soldados. En fin, el caso es que ahora tenemos lo que hace falta.

Saca una tarjeta parecida a la de Joe y se la prende en la solapa de la chaqueta - Y ya está. Ahora somos espíritus de la Tejedora. Recuerda: espontaneidad y diversión cero. Rutina y aburrimiento diez ¿Queda claro?...

Salté del vagón detrás de Tayen, volviendo también a mi forma homínida antes de llegar al suelo.

— ¿Somos un matrimonio, entonces? —Le pregunté, divertido, y le tendí la mano para que me la tomase. De cierta forma, el combate y el paseo en subterráneo me habían puesto de buen humor por unos segundos— Te sigo.

Por supuesto, cariño - Tayen sigue la broma con una sonrisa burlona - Y nos hacemos viejos, así que en marcha.

Tayen y Joe salen de la red de metro y se dirigen hacia un enorme rascacielos cubierto de telarañas y tan alto que atraviesa las nubes de polución que saturan el cielo del Reino. Varios equipos de ciborgs Garou custodian la entrada, pero en cuanto Tayen y Joe les enseñan las tarjetas de identificación los dejan pasar sin más. A la entrada de un grupo de ascensores deben superar un nuevo control. Una vez dentro del ascensor Tayen pulsa el botón de uno de los últimos pisos. La máquina se pone en marcha renqueando y con las luces parpadeantes.

Este edificio es uno de los reflejos espirituales de Internet - explica la Nuwisha - Te puedes imaginar que después de los bombardeos no queda mucho de la red, así no tardará en venirse abajo. Fue un alivio encontrarlo cuando llegamos al Ciber Reino. Si no hubiera estado habríamos tenido que volver a Malfeas y buscar otro camino. Habría sido una putada.

A la salida del ascensor se encuentran en un largo pasillo jalonado de puertas idénticas con varias secciones al descubierto a través de las cuales se pueden ver Perdiciones y espíritus de la Tejedora enzarzados en terribles combates. La Nuwisha los ignora y entra en una habitación repleta de ordenadores en los que trabajan varios oficinistas de aspecto aburrido.

Consulta prioritaria - Tayen le pone la tarjeta en las narices a uno de los oficinistas, que se levanta para cederle la máquina. Tayen empieza a teclear con rapidez - A menos que el Empire State haya quedado totalmente reducido a polvo todavía debería ser posible Escudriñar a través de las cámara del edificio. Nueva York está inundada, así que deberían estar en los últimos pisos... - sus manos se tensan sobre el teclado - Joder, mira esto.

La escena de la cámara muestra un enorme balcón rodeado de agua en el que se está desarrollando una batalla a muerte entre un cardumen de Rokea, tres manadas de Garou y cerca de una veintena de humanos armados con lanzas improvisadas o armas de fuego. Los Garou aprovechan su superioridad numérica para matar a casi todos los Rokea menos a uno, que es lanzado al agua por el estallido de agujas de cristal provocado por... Madre Larissa. A cambio los tiburones han matado a una mujer cuyo cuerpo decapitado yace cerca de la Anciana y herido a varios humanos y Garou.

Los hemos encontrado - dice Tayen atónita. Se le notan las ganas de gritar de alegría, pero una rápida mirada a los oficinistas le quita la idea - Bien, ahora viene el último paso. Tenemos que caminar de lado a través de esta pantalla. No está pensada para eso ni es un portal, por lo que va a ser extremadamente difícil. Si lo conseguimos saldremos directamente al reino físico. Si nos quedamos atrapados... nunca me ha pasado, pero mejor no hagamos la prueba...

Durante todo el tiempo que estuve tieso como una pared dentro del edificio de la Tejedora, también estuve pensando seriamente en proponerle matrimonio a Tayen. Cuando empezó a teclear en la computadora tuve un impulso casi irresistible de besarla, que se esfumó cuando apareció la escena de la batalla en el monitor.

— Maldita sea, ¿qué les pasa a esos Rokea? —Pregunté— La verdad no me siento muy confiado aquí dentro... y podrás decir lo que quieras de los Garou, pero en mi Tribu somos lo suficientemente sensatos para admitir la superioridad de otros —dije—. Ustedes son los maestros del viaje umbral. Llévame allá y protegeré tu vida con la mía.

— Si salimos de esta, te propondré matrimonio —declaré.

Los ojos de la chica se abren como platos ante la declaración de Joe. Por un momento no sabe qué hacer ni qué decir, sólo mira atónita al Garou hasta que consigue articular palabra - No te dejas nada en el tintero ¿verdad? Pues que sepas que uno de mis sueños es tener descendencia Cambiante y que mientras Selene esté fuera de juego eso es imposible, así que si volvemos de una pieza más te vale hacer algo que ayude a su sanación.

Las palabras de Tayen atraen la atención de los oficinistas, cuyos rostros idénticos la miran ceñudos - Ops, me volvió a perder la bocaza - Coge la mano de Joe y tira de él hasta el monitor - ¡Hasta la vista, lerdos!...