Partida Rol por web

Llegaste a Okinawa anteayer por la tarde. Fuisteis directos del aeropuerto a la base aerea Kaneda, para que tu madre se presentará ante sus superiores. Tuviste que pasar la primera noche en un barracón rodeado de soldados, y aunque el ambiente militar no te ha disgustado, el toque de corneta a las seis de la mañana y el ruido de los aviones despegando o aterrizando, si.

Dedicasteis el primer día a buscar un estudio de alquiler para ti en la ciudad, y aunque os llevo casi todo el día, encontrasteis uno bastante acogedor, en una buena zona y no muy lejos de tu nuevo instituto. No tuviste tiempo de desempacar todas tus cosas, era tarde y lo dejaste para otro momento. Cenaste con tu madre, hablasteis un largo rato sobre vuestra nueva vida aquí, en Japón, y tras despedirse para volver a la base aerea, te fuiste a dormir.

Hoy te has despertado perezosamente con los primeros rayos del sol, aun notas el jet lag, que te tiene desorientado. Lo primero que has hecho ha sido mirar el despertador, viste que eran las cinco de la tarde... Te quedaste bloqueado, pensandolo un instante, y despues te incorporaste de golpe. Te pusiste algo nervioso, o más bien, casi te da un infarto, pero todo fue un error de principiante. Olvidaste ajustar la hora tras el viaje, en realidad, eran las nueve de la mañana.

Has tenido suerte, porque precisamente los Lunes no hay clases hasta las once y media. Así que ya más tranquilo, ajustaste el reloj despertador, saliste a hacer algo de ejercicio, y pasaste por casa solo para darte una ducha, ponerte el uniforme escolar y marchar a clases. Aunque te has perdido la presentación anual del curso y el discurso de inauguración, te incorporas junto a los demas en el primer día.

En el trayecto por las calles al instituto te has ido encontrando con más adolescentes, a los que has reconocido por su uniforme como estudiantes de tu mismo centro. Ninguno de ellos se ha atrevido a acercarse a saludarte, pero hubo un par de chicas que se quedaron mirandote, y que sonrieron cuando les devolviste la mirada.

Continuas caminando tranquilamente, observando las calles y lo diferente que resulta Japón de Arizona, y al pasar junto junto a un cruce, algo dobla la esquina rápidamente y choca contigo...

El impacto, un cabezazo, da de lleno en tu pecho, aunque sin mucha fuerza. Miras a la responsable, que parece ser una chica bastante peculiar, pues tiene unas curiosas orejas en la cabeza, y de debajo de su falda surge una cola gatuna que se mueve con vida propia. Va vestida con el uniforme de tu mismo centro escolar.

- Nya...

Se lame el dorso de la mano y se lo pasa por la frente, presumiblemente la zona con la que te dió el golpe. Despues, se te queda mirando fijamente a los ojos, y no sabes muy bien que decir.

- ¡Nyaru!

Otra chica, casi identica a la primera, salvo porque no tiene ni orejas ni cola, llega corriendo hasta donde estais.

- Te tengo dicho que no salgas corriendo sin mi, al final acabas chocando con... alguien...

Esta nueva chica se queda también mirandote, aunque con una mirada menos subnormal que la otra, sino más con curiosidad. Se sonríe un instante, y despues se pone seria, agarra a su hermana por la cabeza y la obliga a inclinarse un poco, mientras ella hace lo mismo, a modo de disculpa.

- Por favor, disculpenos. Mi hermana no quiso hacerle daño.

Lo del despertador podría haber sido una faena si no tuvieran un horario tan raro. Madre me amonestara cuando se entere que me olvide de ajustar el reloj. Espero que se me olvide para cuando regrese, aunque si lo recuerdo más tarde será peor. Al menos esta claro que no llego tarde, hay muchos alumnos de camino. Perdido un poco en estos pensamientos recibo una colisión en el pecho.

El encontronazo con la chica resulta más contundente para ella que para mí.  Me quedo mirando las orejas y la cola. ¡Una Nekogirl! Que mona, el disfraz es bastante real, incluso la cola se mueve.Me quedo un momento mirando, pero me recompongo rápidamente.

-¿Estas…- Iba a preguntarle cómo estaba pero, otra chica presumiblemente su hermana por lo mucho que se parecen. Ella misma lo confirma e incluso se inclinan para pedir perdón. No sé qué debería hacer ahora.- No pasa nada, ella se hizo más daño que yo.- Les ofrezco la mano para levantarse, con una sonrisa en la cara.- Soy Axel Marshall, un placer.

Vaya mi primer día y ya he conocido a un par de gemelas, una de ellas nekogirl. Puede que este país me guste después de todo.

Hace tres días que llegastes a Okinawa junto con tu padre y tu hermano, el mayor de todos, tras el cambio de sede de la empresa que asesoran. Tu madre ha decidido permanecer en Tokyo, junto con tu otro hermano, pues aunque quiere a su marido, ambos están de acuerdo en que lo primordial es el éxtio profesional. Te consuela saber que, al menos, la familia se reunirá a menudo, siempre que tengais alguna fiesta, en verano y en navidades.

En el primer día, tu padre se encargó eficientemente de contratar al nuevo personal de servicio para la lujosa mansión que habeis adquirido en la ciudad. Te han asignado una habitación en la primera planta, con vistas al jardín trasero, y que aun no has tenido tiempo de decorar a tu gusto. A lo que más habeis dedicado tiempo ha sido a tener listo el nuevo hogar, y en tu caso, a buscar los libros y material necesario para tus clases. En principio, has llegado demasiado tarde como para asistir a la presentación anual que inaugura el curso académico, pero te incorporas el primer día de clases junto al resto de alumnos, sin inconvenientes.

Esta mañana has despertado puntualmente, te has aseado, te has puesto el uniforme escolar y has desayunado junto a tu hermano. Tu padre tenía compromisos pendientes para esta mañana, y no podrás verlo hasta la noche. Despues, tras recoger tus cosas, habeis subido a la limusina, rumbo a tu nuevo centro escolar.

Tras un tiempo largo del trayecto en completo silencio, tu hermano deja de revisar sus asuntos en su PDA y se centra en ti. Te echa una mirada de arriba a abajo, con una leve sonrisa, no sabes con claridad si divertido por tu aspecto o desaprobatorio, quizas un poco de ambas cosas.

- El uniforme es menos formal que aquel que llevabas en Tokyo, Amane. La falda es incluso más corta de lo que yo llamaría decente, vas muy expuesta ¿No te incomoda?

Tu hermano debe estar pensando en los chicos que se fijarán en ti, y en tus piernas. Es cierto que el uniforme es menos formal, y más "alegre", y que la falda es tán corta que si te agachas demasiado se te verán los pantis, pero eso se debe a que irás a un centro escolar de, no menos categoría, pero si distinto, menos estricto, y sobretodo, único. Desconoces los motivos de Padre para enviarte allí, pero si el cree que es lo correcto...

- ¿Leiste la normativa del centro? Espero que fuese todo una broma. Es de mal gusto mostrar tán poca profesionalidad.

La verdad es que tenia ganas de empezar en el nuevo instituto,el cambio habia sido muy grande, tenía tantas cosas nuevas que hacer...

Mi madre se quedo en tokio como ya habia hecho en otras ocasiones, pero esta vez ademas se habia alejado de mi. Si me hubiera permitido expresar lo que eso significaba quizas hubiera contado que tenía miedo de no contar con sus consejos pero los akuma no tenemos miedo, nostros nos amoldamos a los cambios sin mirar atras y sin recordar lo que dejamos.

La casa era bonita aunque aun no era nuestra, necesitaba varios retoques que ya me encargaria de hacer entre el hueco libre que me dejara practicar, estudiar y mis demas deberes, soy la mejor haciendolo y sabía que papa y Mitsuo no tendrian ningun problema en lo que yo decidiera. Esta vez no estaria mi madre, seria enteramente lo que yo deciera.

Ya en el coche el paisaje que se sucedia por la carretera era diferente, nuevo. Yo miraba por la ventana mientras mi hermano se organizaba el día. Suspiré muy bajito apenas apreciable, en el fondo sentia emocion por lo que me iba a encontrar y quizas por como iba a encajar alli. Quizás si que me incomodaba llevar la falda tan corta.

-No, solo es la falda todas la llevaran igual, no me distinguiré-

Me gire para mirar a mi hermano, sin duda mi hermano favorito desde siempre.Si tuviera que aprender de alguien , despues de mi padre, seria él, si tengo que escuchar consejos sin duda mitsuo es de los pocos a los que escucho sin plantearme que dice. Él es como yo y como me gustaria ser.

Entrecerré los ojos con una ligera sonrisa.

-Si no te conociera diria que te estas quejando.. Si, tienen una normativa...rara pero viendo el articulo 14 yo creo que no debo preocuparme ¿no?- Eche mi pelo suelto hacia atras- ¿Tienes mucho trabajo hoy? ¿Vendras pronto a casa?-

Asi cambiaba de tema y controlaba un poco los nervios porque aunque soy quien soy, tengo el apellido que tengo, muchas veces me siento nerviosa y muchas tambien insegura.

Hace tiempo que sabías que tendrías que abandonar tu aldea en el norte e irte a la ciudad, y ese momento ha llegado. Hará un día que llegaste al estudio que tu padre ha alquilado para ti, arreglaró los papeles en tu nuevo centro de estudios, hiciesteis una compra para toda la semana, y con su ayuda desempasasteis todo. En principio, has llegado demasiado tarde como para asistir a la presentación anual que inaugura el curso académico, pero te incorporas el primer día de clases junto al resto de alumnos, sin inconvenientes.

La primera noche alejado de casa ha sido extraña, estabas solo, pero al mismo tiempo podias escuchar a veces a los vecinos, o el ruido de la ciudad, completamente diferente. Al despertar, aunque no te ha costado esfuerzo preparar el desayuno y organizarte, puesto que eres ya bastante apañado a tu edad, si has sentido cierta nostalgia hacia tu hogar.

Tras ponerte el uniforme escolar y tomar los libros y materiales, sales a la calle puntualmente, para encontrarte con un viejo conocido de tu padre...

A la hora acordada, media hora antes de tus clases, llega montado en su motocicleta de repartos.

- Buenos dias, Haniji-san ¿Es que he llegado tarde?

Mira su reloj, pero no, eres tú el que ha llegado muy puntualmente, para no estorbarle en su trabajo. Toyoda-san es repartidor de una pequeña empresa de la ciudad, y por algún motivo que desconoces tiene una buena relación con tu clan. Su padre vive en el norte, y en el pasado ayudo al tuyo y a otros tantos más en una cadena de favores en la que, actualmente, ya nadie tiene claro quien ddebe que a quien. Simplemente, cuando alguno de los Haniji o sus allegados viaja a Okinawa, los ayuda en lo posible a adaptarse a la vida de la ciudad, de una manera altruista y muy elogiable, y el clan lo debe ayudar a él de alguna manera.

- Ponte este otro casco y sube, iremos a hacer una entrega en esta zona, si no es molestia, y despues te llevaré a tus clases.

No hace ni un día que llegasteis a Okinawa, a la lujosa mansión recién adquirida por vuestra familia, y es que vuestra madre se marcho hará una semana de Tokio para elegir un nuevo hogar en la ciudad. Ayer, tras un corto viaje en avión y un trayecto por carretera, llegasteis a las que serán vuestras habitaciones, amplias y luminosas, aunque sin mucho mobiliario, por ahora. Desempacasteis durante toda la tarde las cosas con ayuda del poco servicio que de momento teneis contratado.

Agotados de ver tanto ajetréo inusual por casa, cenasteis, y vuestros padres os mandaron muy pronto a dormir, y así, está mañana, habeis despertado frescos y listos para afrontar las clases en el nuevo instituto. En principio, habeis llegado demasiado tarde como para asistir a la presentación anual que inaugura el curso académico, pero os incorporais el primer día de clases junto al resto de alumnos, sin inconvenientes.

Tras asearos, desayunar y vestiros con vuestros uniformes, os despedisteis de vuestra madre y tomasteis la limusina para ir en dirección al centro escolar. El uniforme que llevais es mucho menos formal a lo que estabais acostumbrados en Tokyo, y en el caso de Miyabi, es incluso vergonzoso, pues la falda es tán corta que si se agachara demasiado, se le verían los pantis. Pudisteis visitar la página web de vuestro nuevo centro escolar, y leeros su normativa. No dudais de que el centro es realmente único, y que vuestros padres tienen sus motivos para enviaros a estudiar aquí, pero, escapan de vuestro entendimiento.

Ahora, vais los dos solos en la limusina, únicamente acompañados de vuestro silencioso choffer. Por las ventanillas tintadas podeis observar, a medida que os acercais a vuestro destino, a más y más jovenes estudiantes vistiendo los mismos uniformes que vosotros.

El día anterior había sido de duro trabajo , ero por la mañana estábamos frescos . Tras la ducha me vestí con el uniforme y me puse una buena colonia . El desayuno era bueno , pero mi mayor sorpresa hasta ahora era la corta falda del uniforme que llevaba mi hermana , sabía que no podía haberla recortado ya que madre no lo hubiera permitido y no era su estilo habitual , pero a parte de ello todo iba como cualquier otro día antes de ir al instituto . 

Ya al entrar en la limusina , como era normal le dejé a mi hermana pasar antes que yo , y aunque miré sus piernas , mi vista fue fugaz debido a que era mi hermana . Dentro de la limusina , al ver otros alumnos por la calle a travez de los cristales tintados sentí la tentación de decirle al chófer de que nos dejara aquí mismo para ir directamente a hacer amigos , pero sabía que no era adecuado con respecto a alguien como yo y por si le decían algo a mi hermanita . 

Fijé la vista en Miyabi chan y pensé en que pasaría por su cabeza en estos momentos . Finalmente le sonreí y le pregunté directamente . 

¿ Nerviosa por el primer día Miyabi chan ? . 

La primera noche siempre es difícil, así como la primera mañana, los primeros pasos que uno da, la primera vez en un dojo o la primera lección del shinto, pero hay que seguir adelante, la decisión estaba tomada, y era hora de continuar el DO* por mi cuenta, sin mirar atrás pero sin olvidar, esto no quiere decir que jamas volveré, solo es parte del crecimiento personal y espiritual.

Con esta idea en mente logré dormir tranquilamente aquella primera noche, y las venideras no serán demasiado problema, así como también las mañanas que están por venir. El que se aferra acaba cayendo, pero el que no se aferra, no teme ninguna caída. Tras dejar todo ordenado y me preparo para comenzar el primer día de clases.

Buenos días Toyoda-san, para nada yo llegue muy temprano digo sonriente mientras tomo el casco que me ofrece no hay problema, me servirá para conocer un poco mas la zona con la misma sonrisa, ya era bastante con que me llevase al instituto mientras trabaja, así que me pongo el casco y subo en la moto

Mientras nuestro Padre se encontraba en sus reuniones de negocios, nuestra Madre se encargaba de coordinar el cambio de casa, la nueva mansión era tan grande como la que tenemos en Tokio y estaba llena de empleados moviendo cajas de un lado a otro, a pesar de que solo nos trajimos nuestras cosas personales.

Como de costumbre antes de ir a dormir, acompañe a Yûdai, recostandome a su lado, me quede con él hasta que se quedo dormido, tras eso me fui a mi cuarto; me levante temprano, tras la ducha, me vestí con el nuevo uniforme, definitivamente la pequeña faldita era bastante sugerente...a Yûdai seguro no le gustara...sonrei al imaginar su reacción...

Desayunamos juntos y nos fuimos en la limusina al Insituto, sentada junto a mi hermano apoye mi cabeza sobre su hombro...

No, estoy tranquila, ademas si tu estas conmigo todo ira bien...hice una pausa...Onii-san espero que solo tengas ojos para mi....dije refiriendome a la pequeña falda que usaran las demas chicas.

Ambas están inclinadas escuchandote, aunque la chica gato se queda mirando fijamente la mano que les ofreces. Cuando su hermana ha aflojado un poco con ella, ves que se pone de puntillas y acerca la cabeza estirando el cuello, sacando la lengua para...

- ¡Nya!

Da un pequeño gritito cuando su hermana gemela, algo avergonzada y boquiabierta por su actitud, le da un pescozón en la coronilla y luego la agarra de nuevo por la cabeza, y se la rodea con el brazo, manteniendola sujeta bajo la axila y contra su pecho. A faltado poco para que te diera un lametón en la mano.

- D-Disculpe otra vez, mi hermana es, un poco rara.

Se inclina por segunda vez para disculparse. Luego suelta a la chica gato de su presa, y esta respira profundamente, ya que se estaba quedando sin aire por el fuerte apretón.

- Encantado de conocerle, Marshall-san. Yo soy Hirose Sayuri, estudiante de segundo año de la preparatoria. Ella es mi hermana, Hirose Nyaru.

Las chicas son algo bajitas, aunque bastante enérgicas y monas, sobretodo una al lado de la otra. Al escuchar que están en el segundo año de la preparatoria, descubres que son de tu misma edad, y que es posible que seais compañeros de clase.

- Por supuesto que te harás notar con esa falda, no tienes precisamente una figura poco llamativa para los hombres, y tus calificaciones siempre han sido altas todos los años, destacarás. Sabes que no es solo por el esfuerzo que le dedicas, tienes un intelecto superior a la media, un talento natural, Amane.

Eso es cierto, porque incluso en Tokyo estuviste rodeada de estudiantes procedentes de familias adineradas, que aprobaban con solo hacer una donación al centro en el que estudiaban. Tú te ganabas tus logros, pues tu padre jamas te regalaría algo sin esfuerzo.

Tu hermano lanza un pequeño suspiro tambien, y te mira sonriendo, con cierto cariño.

- Disculpame si te agobié con lo que dije, Amane-chan. Desde que llegamos Padre ha estado exigiendome mucho en nuestro trabajo, me pone a prueba todos los días. No querría pagarlo contigo. A lo que me refería es a que eres atractiva e inteligente, lo tienes todo para triunfar. Estoy seguro de que encajaras bien, y de que harás que la familia se sienta orgullosa.

Toyoda-san sonríe satisfecho con tu puntualidad, y te deja espacio para subir a su moto. Al principio no esperas que una Vespa pueda dar mucho de si, pero su piloto quema ruedas mientras hace un giro de 180º, y sale haciendo un caballito aprovechando el peso de ambos para levantar la rueda delantera.

- ¡Agarrate fuerte, Haniji-san!

Subido en la moto, vais recorriendo las calles a una velocidad moderada, apenas parando lo justo y necesario en los semáforos, esquivando todos los obstaculos posibles, y exactamente al ritmo que parecen llevar los repartidores urgentes en esta ciudad.

Aparcais derrapando frente a una casa de la zona, apenas habeis tardado unos cinco minutos en llegar. Estás algo mareado, pero aguantas. Toyoda-san se baja de la moto y te da un golpecito en el casco, al tiempo que te guiña un ojo. Levantas una de las piernas, para dejarle tomar de las alforjas un paquete, y le ves llamar a la puerta de la vivienda y entregarlo.

- ¿Habías subido antes a una moto en tu aldea, Haniji-san?

Te lo pregunta al tiempo que sube de nuevo a los mandos de la motocicleta y la arranca. Volveis a salir derrapando, esta vez sin hacer otro caballito.

- ¡Te mostraré algunos atajos para llegar desde tu hogar a la escuela!

Primero, ves que retrocedeis varias calles, y pasais de nuevo frente al edificio donde tienes alquilada la habitación. Prestas atención a la ruta que sigue, y ves que en el segundo cruce se desvía a la izquierda, y despues reduce un poco la velocidad, mientras pasais junto a un pequeño descampado.

- ¡Si tomas las escaleras que hay allí, bajarás directo a la calle que te lleva a la escuela, pero, eso es una L, y todos saben que el camino más corto...! ¡¡Es una linea recta!!

En ese instante se desvía completamente y se lanza contra la acera. Lo ha hecho justo cuando no hay nadie, y entrais de golpe en un callejón estrecho. Seguis recto, pasais un par de callejuelas a mucha menos velocidad, luego haceis izquierda, derecha, izquierda otra vez... A pesar de los giros continuos, no te mareas, porque el ritmo es agradable.

Lo último que sientes es una frenada larga, cuando volveis a salir a una calle principal. Te das cuenta de que es la misma de la que hablaba antes, solo que con estos atajos, habeis salido justo al final de la misma, al lado del centro escolar. Toyoda-san se gira para mirarte, sonriente.

- Este truco solo te lo puede enseñar un repartidor, Haniji-san ¿Sigues a pie desde aquí?

Aun te queda un cuarto de hora para empezar las clases, y ya estas justo enfrente del edificio.

Iba a… Ella iba a… La reacción me pilla completamente desprevenido, pero ante la disculpa de la hermana trato de adoptar una risa despreocupada. Sigo sin comprender que es lo que acaba de ocurrir. Retiro la mano, un poco nervioso, y sin saber muy bien que hacer; mientras la Nekogirl es sometida por su idéntica hermana.

-No…No te preocupes.- Cuando se presentan como estudiantes de preparatoria, pienso en la suerte que puedo haber tenido. Respondo a su inclinación a modo de saludo.-Encantado Hirose-san.  Yo también estoy en preparatoria, en la Natsuso-Chuzan Senior High School. Tenemos la misma edad, así que tuteadme, ¿vale?- Les comento animado y tratando de obviar el accidente.

Aunque ahora miro con suspicacia las orejas y la cola, pero…no puede ser, o ¿Si? Al menos la hermana parece tenerla controlada, más o menos. Las dos son bien guapas, espero poder llevar esto bien, son las primeras que conozco aquí.