Partida Rol por web

Génesis

La noticia

Cargando editor
21/02/2015, 10:34
Director

Aquel día no había llamado nadie, ni siquiera una carta de algún tipo loco asegurando haber visto al fantasma de tal tras una esquina. Nada. La oficina estaba en el cuarto piso y era verano. El calor era insoportable, y el aparato de aire acondicionado estaba estropeado. En su lugar, un viejo ventilador de pie giraba torpemente, y teniendo un aspa rota, hacía un ruido ensordecedor (ligero y penetrante) que no hacía sino provocaros un dolor de cabeza, ¡menuda mierda de día! Trabajar así a veces era desesperante.

En la radio, nada. En los teletipos, las mismas noticias de siempre: atentados, economía, investigaciones, galardones. El número de Galaxia III de ese mes estaba tambaleándose, y con ellos vuestros trabajos. El jefe os mantenía en nómina casi más por vuestro afán por noticias escabrosas y paranormales que por un sueldo digno. Pero como era casi también un hobby, lo aguantábais, vivíais felices ejerciendo de periodistas en un ámbito poco conocido (más bien desconocido).

A media mañana, tras "saborear" el rico café de la antigua máquina del despacho, ojeásteis los periódicos locales de Idaho y una tira-gazeta bimensual de Siber (que hacía unos chavales del instituto local a modo de prácticas). En esa gazetilla encontrásteis una pequeña noticia que, lejos de ser un bombazo periodístico (y tras no tener mucho que hacer sobre la mesa), os llamó la atención. Estaba en una esquina, como olvidada.

[...] algunos vecinos de la región aseguran que una gran bola de fuego surcó el cielo de Este a Oeste hasta precipitarse sobre las montañas. Las autoridades competentes afirman que no tienen ningún dato que pueda corroborar ese extremo y califican de "poco probable" el suceso, ya que ninguno de sus radares o sistemas de vigilancia captó nada anormal. [...] fuentes expertas consultadas por este medio han explicado que las malas condiciones climáticas, y lo inhóspito del lugar (una zona rurar donde sólo hay casas de campo muy separadas unas de otras), pueden haber condicionado a los testigos, haciéndoles creer que un avión volando a baja altura, o un simple rayo cayendo en la montaña, era un meteorito u otra cosa [...]

¡¡RINGG!! ¡¡RINGG!!

El teléfono sonó. Tras descolgarlo, vuestro jefe os preguntaba por el cierre del número de Galaxia III. "¿Tenemos algo ya o qué, maldición?"

Notas de juego

Comenzamos pues.

Cargando editor
21/02/2015, 14:19
Ludovico Di María

Ludovico el cual casi se había quedado dormido leyendo el periódico dio un sobresalto de la silla en cuanto escuchó al teléfono sonar con tanta importancia. Con una fugaz mirada intentó indicar a sus compañeros que debían estar preparados por si se trataba de algo urgente. Con el pulso firme descolgó el auricular, se frotó la nariz y tras un leve carraspeo atendió la llamada.

- Aquí redacción en que podem.... - en cuanto se percató de que se trataba del jefe, su mirada se entrecerró y pulsó el botón de "manos libres" para que el resto de sus compañeros pueda escuchar.

- Ho... hola jefe ¿qué tal to... - habló lo menos posible cuando comprendió que la llamada era para pedir resultados, sabía que estaban al borde del cierre ¿pero qué podían hacer? no encontraban nada "potable" entonces recordó que uno comentó en voz alta algo sobre la bola de fuego que pasó por aquella zona rural.

- Ah... ya... ya... no hay nada de que preocuparse - respondió cuando ni él mismo se lo creía.

- Uno de los chicos se ha enterado de algo que será un bombazo - hizo un gesto con la mano para que el resto de sus compañeros fuese preparando sus cosas.

- Sí sí... de hecho estábamos ya casi listos para irnos, seguro que sacamos algo bien gordo y el nombre de la revista estará por todo lo alto - tenía que salir del paso como fuese posible, tan solo quedaba cruzar los dedos y que aquella historia realmente fuese "algo". Se quedó escuchando por si el jefe quería decir algo más o había logrado apaciguar a la bestia, tampoco iba a quejarse si alguno de sus compañeros quería decir algo, aprovechando que estaba el manos libres.

Cargando editor
22/02/2015, 23:22
Andrea Wood

Aquel era el típico día en el que la falta de noticias, junto con el sofocante calor, presagiaba un aburrimiento mortal. Me encontraba, como casi siempre, delante del ordenador haciendo un solitario, mientras mi cabeza, incapaz de pensar en algo inteligente para hacer, se concentraba en no escuchar el maldito ruido que hacía el ventilador. Si es que no fallaba, el día más caluroso y tenía que romperse el aire acondicionado.

Pegué un bote en el asiento cuando escuché sonar el teléfono, pero mi apatía era tal que ni siquiera hice el más mínimo movimiento para cogerlo. Inconscientemente, al saber que el que llamaba era el jefe y como si creyera que me pudiera estar observando a través del teléfono, cambié la pantalla del solitario por otra con fotografías antiguas que debería haber archivado hacía tiempo.

Escuché la conversación en silencio. La cosa pintaba muy mal si no conseguíamos alguna noticia de interés. Sabía que estábamos con un pie, y parte del otro, fuera de la revista, y como siguiera así el tema más pronto que tarde me vería sin trabajo, al igual que mis compañeros.

Me levanté al ver el gesto de Ludovico. Por lo visto nuestra siguiente meta sería investigar aquel tema de las bolas de fuego que habían publicado unos niñatos en una gaceta, con toda seguridad, escolar. Si era lo único que teníamos habría que dedicarnos a ello.

Quién sabe, igual al final nos encontramos con una sorpresa. Inflando un poco la noticia puede que podamos hacer algún reportaje mínimamente decente.

Cogí la bolsa que solía descansar al pie de mi mesa y comencé a meter en ella lo necesario. Cámara de vídeo, grabadora, micrófono y el resto de aparatos, sin olvidar una buena colección de bolígrafos a medio usar, lápices mordidos y un par de blocs.

-Yo ya estoy lista.

Mi impaciencia me impulsaba, por lo general, a ser la primera dispuesta a empezar cualquier investigación. Mejor hacer algo que no morir de aburrimiento en aquella oficina.

Cargando editor
23/02/2015, 15:21
Nolan Braddock

Había extendido un trapo negro sobre la mesa y tenía repartidas por él las piezas de una de mis dos cámaras de fotos. Por alguna extraña razón, cada vez que tiraba una fotografía, un punto aparecía en ellas. Debía haber entrado algún grano de arena o alguna mota de polvo que, por más que me empeñase en intentar limpiar, seguía apareciendo impasible en las instantáneas.

Una cinta para el sudor, de esas que estaban tan de moda en los 80, cruzaba mi frente. Con este calor insoportable no podía permitirme que una gota de sudor cayese sobre la cámara y echase a perder alguno de sus componentes.

Mientras me afanaba obcecadamente en dejarlo todo perfecto, notaba como el sudor recorría mis costados bajando desde las axilas.

El teléfono sonó rompiendo el ruido monótono del ventilador. No lo esperaba. La cámara dio un vuelco en mis manos, como el corazón en mi pecho, y estuve a punto de dejarla caer al suelo. Un improperio salió de mi boca, pero no llegó a oídos de mis compañeros porque lo solté en voz baja.

Se trataba del jefe rindiéndonos cuentas. La revista peligraba y si no teníamos una buena noticia pronto nos quedaríamos en la calle.

No acababa Ludovico de colgar el aparato cuando Andrea dijo que ya estaba preparada.

Monté mi cámara, la guardé en su mochila y sentencié - Bueno qué, ¿vamos a cazar meteoritos?

Cargando editor
23/02/2015, 18:17
Ludovico Di María

Se ajustó la corbata y se pasó la mano por la frente mientras comenzaba a recoger sus cosas.

- Niños, no es por desalentaros pero lo del meteorito suena a auténtica mierda - dijo sin tapujos mientras aprovechaba para quedarse el periódico que daba la noticia.

- O sacamos todo nuestro potencial y hacemos que sea algo gordo, o lo único que crecerá serán nuestras deudas al estar parados - buscó las llaves del coche y se las pasó a Nolan.

- Hijo,  hoy te toca conducir a ti, que me he levantado con la gota y estoy rabiando - guiñó un ojo a Andrea demostrando así algo que todos sabían: todo era una excusa

- Habría que centrarse en entrevistar a esos paletos, y sobre todo ver si hay alguien que les haya dicho algo especial para taparles la boca, seguro que podemos sobornarlos con alguna botella de whisky barato - se quedó pensando.

- ¿Veis mejor que husmeemos en la posible zona de impacto? últimamente ustedes habéis tenido más tino que yo, así que os dejo decidir - dijo mientras terminaba de coger el abrigo y su sombrero pasado de moda.

Cargando editor
24/02/2015, 10:53
Director

Tras releer la noticia y ubicaros dónde era la zona exacta del meteorito y quiénes habían sido sus testigos, salísteis de la oficina y montásteis en el coche de Nolan. Tras arrancar pusísteis la radio por si la noticia del meteorito o rayo (o lo que fuera) hubiera trascendido a las emisoras locales, o incluso estatales. Nada de nada: quizá aquellos estudiantes estaban haciendo como vosotros tal vez querríais, es decir, inflar una noticia para sacar algo en claro de donde apenas había nada.

El caso es que os fuísteis por la carretera norte de Siber, tomando las faldas de las Rocosas en esa zona. El pueblo en cuestión estaba a media altura de aquellas famosas montañas, casi en mitad del estado, y verdaderamente, aquello era un lugar inhóspito. Inhóspito por lo complejo y maravilloso del paisaje, pero un nido de águilas como para vivir tan sólo a media altura...

Parásteis al mediodía a comer en una gasolinera y luego en una especie de multitienda grande, para tomar algo de café y refrescos. Habíais conducido casi todo el día y en breves oscurecería. El jefe, realmente, no os pagaba los viajes como debía hacerlo. A veces pensábais que amábais mucho la investigación paranormal como para perder un día de vuestra vida ante una noticia no confirmada...

A medida que avanzábais el sol fue tapándose tras las nubes, el camino ascendente se hacía desértico, árido y neblinoso, y aparte la luna empezó a dibujarse en el cielo. La noche cayó, y la niebla cada vez era más y más densa. El ascenso cada vez era más complicado y las curvas, terraplenes y gravilla aumentaban la dificultad para avanzar. Había momentos en que íbais a muy pocas millas por hora, por pura precaución.

Tras rebasar un pequeño altillo donde se daba un descanso al motor del vehículo, el coche se paró.

¡¡PUFFF!! -un ruido extraño, como un petardazo, sonó de repente-. Salía un pequeño humillo del capó. ¿el carburador? ¿alguna correa? ¿motor gripado? Todo se os pasó por la mente.

Eso sí, el coche no volvió a moverse, por muchos intentos de girar la llave de contacto que hiciésis.

Notas de juego

Estáis aquí:

Cargando editor
01/03/2015, 20:11
Andrea Wood

Prefería ir al grano e investigar directamente el lugar donde, supuestamente, se habían visto aquellos meteoritos, antes que ir a hablar con paletos que, con toda probabilidad, no sabrían distinguir una piedra caída del cielo de un pájaro. Aún así me encogí de hombros. Ludovico era el más veterano en todo aquello y yo sólo era la encargada de la imagen y el sonido.

Como siempre, me senté en la parte de atrás del coche junto a parte del material. Era una buena manera de no tener que mantener una conversación con quien fuera que condujese y así me daba la oportunidad de ir leyendo, o contemplar el paisaje o sumirme en mis pensamientos.

El viaje se hacía largo y pesado, muy pesado. Esta era la parte más ingrata del trabajo, pero si al final conseguíamos una buena historia, bien merecería la pena el esfuerzo. Me gustaba lo que hacía, sino ya lo hubiera dejado hacía mucho tiempo y, a pesar de todas las dificultades y lo mal pagado que estaba ese curro, no lo dejaría por nada del mundo.

-Pero... ¿Dónde estamos? ¿No hemos perdido? Joder, no se ve un carajo.

Llevábamos todo el día allí metidos y la noce, junto a la niebla, estaba haciendo cada vez más difícil el continuar, sobre todo debido a lo lento que teníamos que ir.

-¿Qué ha sido eso? No me jodas que el coche se ha estropeado. ¿Aquí, en medio de la nada? Vaya mierda.

Salí del coche abrigándome un poco, ya que la niebla hacía que la temperatura pareciera más baja de lo que en realidad debía ser. No se veía casi nada y, lo que era aún peor, aquella carretera no debía ser demasiado transitada.

-Y ahora ¿qué hacemos? Si supiéramos que estamos cerca de algún lugar habitado podríamos buscar ayuda pero... ¿alguien sabe dónde estamos?

Cargando editor
01/03/2015, 22:51
Nolan Braddock

Para variar me había tocado conducir. No es que me importase ir al volante pero una cosa era ir al volante un rato y otra muy diferente tener que cruzarse medio estado. Además había que ir por carretera de montaña. No había nada que me gustase menos. Donde estuviese una buena autopista...

Paramos un par de veces a orinar y comprar algunos refrescos y snacks. No me gusta conducir sin una lata de Dr. Pepper a mi lado, no.

Llegado un momento el camino se va haciendo cada vez más inhóspito y complejo. Para colmo está anocheciendo y hay niebla.

- Fabuloso, ahora solo faltaría que se estropease el coche - cruza por mi mente. Y como si tuviese alguna clase de poder mental, el motor hace un extraño sonido y el vehículo se detiene.

- Cojonudo - digo con resignación. - ¿Y ahora qué?, ¿alguno sabe algo de mecánica?

Es en momentos como estos cuando pienso que haber sido un poco más como los demás chicos y haberme interesado por los coches durante la adolescencia me habría ahorrado bastantes problemas.

Cargando editor
02/03/2015, 14:01
Ludovico Di María

Ludovico salió del coche manteniendo la calma, parecía que estaba aceptando con filosofía aquel traspiés. Miró al cielo, después a sus compañeros que como era normal se preguntaban qué demonios iban a hacer ahora. Cogió aire, volvió a ajustarse la corbata y en un rápido gesto de ira le dio una patada a la rueda delantera, la cual había sufrido menos daños que su propio pie.

- Estamos gafados, de eso no hay duda - dijo mientras hacía girar su tobillo para comprobar que el daño no había ido a mas.

- Y a ver si mejoráis ese vocabulario, que cualquiera va a pensar que os estoy malcriando - apoyó las manos sobre el capó e intentó pensar.

- No tengo ni la más remota idea de donde estamos o de si falta mucho para llegar a nuestro destino, lo único que sí tengo claro es que de mecánica no tengo ni puta idea - al final el más malhablado era él. - Siempre acudía al seguro o a algún pringado de turno - se quedó un rato en silencio.

- Pensé en quedarnos aquí esperando por ayuda, pero yo podría morirme de viejo y a Andrea pasársele el arroz, así que igual podríamos empujar el coche a un lado de la carretera y echar un vistazo a los alrededores, ¿cómo lo veis? -

Cargando editor
02/03/2015, 23:33
Andrea Wood

-Qué simpático...

Le hice un mal gesto a Ludovico al escuchar su patético comentario sobre mí. Si se creía muy gracioso a mí no me había hecho ni puñetera la gracia, así que el daño que se pudiera haber hecho al golpear la rueda sería porque se lo había buscado. Respiré en profundidad intentando calmarme. La situación, el entorno y la mala suerte que estábamos teniendo me estaban pasando factura y afectando a mi humor. Por lo menos no me había puesto a discutir con ninguno de ellos, así que sería mejor relajarme y contar hasta diez.

-Por aquí no tiene pinta de venir nadie, así que no nos quedará más remedio que patear.
 

Cargando editor
11/03/2015, 20:07
Director

Ludovico no sólo se hizo daño en el tobillo, sino que antes de otorgarle una bonita patada se llenó las manos de humo, pues de debajo del capó salían toxinas "a tutiplén". Medio en broma y medio en serio, las lanzas de tensión comenzaban a dispararse entre algunos de vosotros y la noche os hacía desesperaros: estábais en mitad de la más alta nada, por decirlo así. Tras levantar el caliente capot (mas que nada para que saliese todo el humo y se enfriase "aquel tinglado"), los tres dísteis un pequeño salto de la impresión sobre vosotros mismos. La sorpresa fue mayúscula: el coche se puso en marcha, las luces se encendieron y el crujido del motor en ralentí inundó la escena cercana...

No habíais tocado absolutamente nada; eso sí, también la radio se encendió... A todo volumen. Os tuvísteis que tapar los oídos con las manos, pues el estridente sonido en mitad de aquel asfalto de montaña hizo atemorizar hasta a los grillos más ruidosos. El agudo pitido os hacía casi sangre en los oídos.

La cámara de vídeo y la grabadora de Andrea comenzaron a emitir el mismo sonido, pero a otra escala menor, y la chica, al comprobarlo, comprendió que también se habian encendido sólos... El aparato de detección psicofónica de Ludovico comenzó a hacer lo mismo, como si lo hubiera encendido el mismo y varios flash saltaron de la cámara de Nolan, aunque el pequeño objetivo aún no estaba ni abierto ni preparado....

Todo aquello era sumamente raro, y tras el enorme pitido de la radio, ésta y los otros aparatos "se calmaron". Claro que, de las ondas radiofónicas del vehículo se escuchó algo:

... "busco al creador"...

Una voz profunda y ronca os heló el corazón.

Cargando editor
11/03/2015, 20:16
Ludovico Di María

Al viejo periodista se le esbozó una sonrisa cuando comprobó que de buenas a primeras el coche comenzó a funcionar. Estuvo a punto de alardear de que había sido él quien había dado con la tecla pero en cuanto la radio comenzó a sonar a gran volumen de manera misteriosa su mentalidad bromista pasó a la de una mentalidad analítica.

Miró a sus compañeros en silencio mientras iban comprobando como todo aquello no solo se había limitado al coche, sino que el resto de dispositivos electrónicos también habían comenzado a funcionar. Sacó a "Sully" (el detector de Psicofonías, a estas alturas ya no le sorprendía a nadie que le pusiese el nombre de su primera ex-mujer) para observar sus lecturas, unas lecturas que estaban totalmente revoltosas como solía decir cuando algo no marchaba bien.

Sin dudarlo y apoyándose en el capó del coche comenzó a reir, una risa que no se sabía si estaba rozando la locura o la desesperación, una risa que se vio interrumpida por aquella voz que buscaba al creador. Aún con la sonrisa en su rostro miró al grupo, parecía hasta que se relamía de la satisfacción.

- ¿Sabéis lo que significa todo esto, verdad? -

Cargando editor
12/03/2015, 18:41
Andrea Wood

Pero... ¿qué broma era aquella? Justo cuando nos íbamos a hacer los listos mirando un motor que, con toda seguridad, ninguno de nosotros sabría ni qué le había pasado, el coche se puso de nuevo en marcha. Me aparté de un salto llevándome la mano al pecho al sentir mi corazón golpeándolo por el susto. Lo peor de todo fue comprobar que no había sido sólo el coche, todos los aparatos habían empezado a funcionar solos. Mi grabadora y mi cámara de vídeo, las cuales reposaban en el asiento de atrás, se habían puesto en funcionamiento sin yo haberlas tocado.

Y el ruido, aquel sonido procedente de la radio del coche que amenazaba con romperme los tímpanos por mucho que me intentara tapar los oídos. De repente, igual que había empezado aquel caos se fue, dejándonos una sensación de lo más extraña y el eco de aquella voz que había "hablado" en la radio.

Asentí a la palabras de Ludovico mientras intentaba calmarme después de aquella impresión.

-Si al final vamos a tener hasta suerte... Aquí hay noticia seguro.

Poco a poco me sentía más animada, creyendo que, tal vez, si sacábamos un buen reportaje nuestros puestos de trabajo seguirían adelante.

-¿Preferís investigar un poco por aquí o seguimos más adelante?

Cargando editor
15/03/2015, 12:52
Nolan Braddock

PNJOTIZADO.

No lo sé, joder... -murmuró Nolan-. Esto es... muy raro... -él era fotógrafo, no es que persiguiera a conciencia todos estos hechos más que para realizar una fotografía, cuando era posible, y largarse de nuevo a casa o a la oficina-. Pero ahora estaba viviendo todo aquello en primera persona, no se había hecho eco de la noticia, sino que era testigo...

Cargando editor
15/03/2015, 12:59
Director

Acto seguido, como por arte de magia, el coche volvió a apagarse. Pareció todo aquello como una leve subida de tensión de algún tipo, y el vehículo y los demás dispositivos comenzaron a calmarse, apagándose por completo. Tras comprobarlos, notásteis que no podíais encender ni tan siquiera los aparatos electrónicos de vuestro oficio, y el coche, al intentarlo, no arrancaba ya. También, al observar vuestras muñecas, notásteis que los relojes estaban parados...

Pocos minutos después, estando debatiendo qué hacer en mitad de aquel camino ascendente y abandonado de las Rocosas, unas potentes luces procedentes de la carretera, acercándose en sentido contrario, se aproximaban. Parecía como si os hubiera visto, os hubiera detectado. Las luces blancas radiante iluminaron el vehículo y comenzásteis a vislumbrar unas siluetas. Era un grupo bastante numeroso de personas, y al acercarse aún más, como a unos diez metros, pudísteis percibirles perfectamente: tipos con trajes aislantes NBQ y armados con fusiles de asalto, similares a los del ejército, comenzaron a rodearos.

Notas de juego

Los tipos que véis son más o menos así, pero de color blanco:

Cargando editor
15/03/2015, 14:40
Ludovico Di María

En el momento que se vieron los faros lo primero que pasó por la mente de Ludovico fue "excelente, testigos paletos en camino", pero lo único que pudo hacer fue tragar saliva cuando comprobó que aquel vehículo no era un turismo cualquiera, aquello parecía estética militar o algo parecido y eso significaba algo bueno y algo malo. Lo bueno era que demostraba que ellos no estaban locos y que algo REAL estaba sucediendo, la mala es que el variopinto grupo de periodistas no pintaba nada allí.

Se planteó de manera seria esconderse, pero aquello no iba a hacer más que agravar la situación. Si algo le había demostrado la experiencia vivida en las décadas pasadas es que mentir o envolverse en mentiras al final traía más problemas que soluciones.

Estaba dispuesto a hacerse el inocente abuelo perdido en la carretera pero cuando vio con más claridad a aquellos hombres uniformados ¿color blanco?¿riesgos biológicos? pero sobre todo cuando reconoció las armas su cuerpo de manera instintiva alzó las manos a modo de rendición, como si fuese un maleante al que la policía había pillado con las manos en la masa. Sin lugar a dudas fue un gesto del que se arrepintió segundos después pero aquella luz cegadora y el estrés de la situación provocó que una persona tan normal como él actuase dándole prioridad a los pensamientos rápidos del espinazo.

Notas de juego

Ludo levanta las manos xD yo no quería, pero él es así.

Cargando editor
16/03/2015, 22:15
Andrea Wood

Por lo visto, no estaba en nuestro destino que fuéramos a avanzar más, a no ser que nos pusiéramos a caminar en plena noche y con aquella niebla, pues el coche y todos los aparatos decidieron dejar de funcionar al unísono. Estaba claro, o nos decidíamos a caminar o pasábamos la noche dentro del coche esperando algún milagro.

Justo estaba pensando en la ayuda celestial cuando una luz nos dio de lleno dejándome medio ciega. Puse la mano a modo de visera para poder fijarme mejor en el coche que se acercaba, si era algún lugareño quizás nos pudiera ayudar. Pero no. No íbamos a tener tanta suerte. Me quedé con la mano ante los ojos mientras la otra la llevaba hacia la boca, ahogando el grito de sorpresa que a punto estuvo de salir de mi garganta.

Me sentí como en un capítulo de una de mis series favoritas, Expediente X, aunque, ahora que lo vivía en primera persona, no me parecía tan emocionante como me lo imaginaba. Desde luego, lo que más imponía de aquellos hombres, aparte de su blanco y espacial traje, eran las armas, y esas fueron las que, imitando a Ludovico, hiciera que yo también levantara las manos.

Mi cabeza no hacía más que aparecer el agente Mulder hablando de conspiraciones gubernamentales, bases ultrasecretas y todo tipo de cosas raras. Moví la cabeza para sacar todos aquellos pensamientos de ella.

Sí, podía ser que la verdad estuviera ahí fuera, pero desde luego iba bien armada.

Cargando editor
23/03/2015, 09:52
Nolan Braddock

Al ver aquellas luces blancas dirigirse directamente hacia nosotros me temí lo peor. Mi imaginación se desbocó y todo tipo de ideas locas se agolparon en mi cabeza. Un temblor comenzó a recorrer mi cuerpo y el pánico se apoderó de mí. No escuchaba, no veía, solo quería salir de allí. Me metí en el coche e intenté arrancarlo pero todos mis esfuerzos fueron inútiles, el motor ni siquiera hacía el intento de encender. Levanté la vista y vi una figura humanoide blanca... y mi rostro se volvió del mismo color. Volví a intentar hacer funcionar el coche. Desesperado. Con lágrimas en los ojos. Fue entonces cuando me percaté del fusil que llevaba aquella figura.

Estamos salvados - pensé. Fue en ese momento cuando fui consciente de que quizá no estaba en lo cierto. Mis compañeros estaban con las manos en alto. Saqué las manos por la ventanilla y salí lentamente del vehículo.

Cargando editor
25/03/2015, 10:43
¿¿¿???

Uno de los tipos se adelantó a los demás. Llevaba su fusil en la mano. Apuntó directamente a Nolan, pues instuyó que era el conductor (ya que lo habían visto ya intentar arrancar el vehículo sin éxito alguno).

Por favor, no se preocupen, somos militares del centro de control de epidemias. Esta zona está en cuarentena desde hace algunas horas. Bájense del coche y acompáñennos -os dijo con la voz algo hueca debido a la escafandra de su rostros-.

Tras una ojeada rápida, comprobásteis que los potentes focos a las espaldas de aquellos militares estabana acoplados a varios vehículos blindados en mitad de la carretera. También que algnos de esos soldados de blanco estaban armados con lanzagranadas y otro tipo de armamento pesado que no llegásteis a distinguir bien.

Notas de juego

Confirmadme que le acompañáis o no.

Cargando editor
25/03/2015, 16:35
Ludovico Di María

Dadas las circunstancias Ludovico no se planteó ni por un momento oponer resistencia, de hecho una parte de él quería hacer miles de preguntas pero algo le dijo que seguramente no le iban a responder nada de nada, es posible hasta que se pusiesen violentos. Aun con las manos alzadas decidió acompañar a los soldados, aquella historia de una cuarentena podía ser tan real como falsa, por desgracia ahora no podía meter las narices más de lo necesario pero por lo menos ya había certeza de que algo estaba sucediendo y que él y el resto del grupo averiguarían algo más, en cuanto no hubiera rifles y militares de por medio.

A cada paso que daba suspiraba anhelando que la intrépida Andrea o el sagaz Nolan no se resistieran a aquella situación que bajo otras circunstancias parecería un arresto.

¿A dónde les llevarían?¿estaría solos o habría más personas?¿sería muy lejos de allí? En el fondo estaba disfrutando de la escena, su curiosidad estaba cada vez más alterada, estaba casi a punto de llegar al límite para explotar y sacar su alma aventurera y temeraria que tanto desea liberar.

Notas de juego

Ludo le acompaña