Partida Rol por web

Desde su posición elevada, veía como las sirenas se amontonaban alrededor del edificio de correos. Los destellos rojos y azules rompían la oscuridad  como cuchillos afilados y la gente, curiosa, se agolpa alrededor del precinto policial custodiado por agentes que vociferan y ordenan un trafico colapsado por las unidades moviles de television. Apenas quince minutos antes, el Comisario Gordon había avisado a Nightwind de que algo requeria de su intervención. Se habían citado en un edificio contiguo, en la terraza...

Recibimos una llamada en el número de emergencias. dijo Gordon  Era una voz metálica. Posiblemente distorsionada con algún sistema. Fue breve y conciso y no respondió a las preguntas de la operadora.

La voz anonima aseguró que se habían colocado explosivos en el edificio de correos y que todo explotará antes de la medianoche. No hay reivindicaciones, ni peticiones ni nada de lo habitual. el comisario parecía preocupado y nervioso, algo más d elo habitual en alguien de su experiencia

En cuanto recibí el aviso del comisario apenas tardé unos minutos en salir a su encuentro. Una vez más Gotham necesitaba a alguien. Lo necesitaba a Él, pero se conformaba conmigo. Tampoco es que tuvieran otra opción. Hacía un tiempo que me había acostumbrado a pensar en mí mismo como un protector de la ciudad. Como alguien individual. Y sin embargo no podía quitarme de la cabeza la idea de que los demás me veían como algo incompleto. Como si sólo fuera Su sombra. Era lógico. En muchas ocasiones hasta yo mismo lo pensaba.

Incluso en noches como esta su imagen venía una y otra vez a mi cabeza. Cada vez que me encontraba ante una elección o ante una pista difícil de seguir la pregunta era clara. ¿Qué habría hecho Bruce cuando aún era él mismo? ¿Qué camino habría tomado cuando sus pasos aún estaban guiados por el buen saber hacer?

Al llegar a la terraza y encontrarme con el comisario le tendí la mano. Con el paso de los años eran pocas las personas que se habían mantenido en mi vida. Él era una de ellas. No alguien con quien poder hablar y a quien contarle mis preocupaciones, pero sí al menos una constante.

Asentí a sus palabras, sin querer entrar a explicarle los muchos motivos por los que no me gustaba lo que estaba diciendo. Nadie montaba algo así sin motivos. Así que o bien no eran evidentes, o bien se trataba sólo de la preparación de algo mayor. Una muestra de poder. Una persona o un grupo capaz de sembrar de explosivos un edificio público avisando después no de sea causar daños. ¿Qué buscaban entonces?

- Entiendo. - Respondí con voz grave, llevando un instante la mirada al suelo. - Supongo que el edificio ha sido evacuado por completo. Mantenga a sus hombres a cubierto. Le avisaré en cuanto pueda darle un informe aproximado de la situación. - Anuncié, dispuesto a perder el menor tiempo posible, pero esperé unos instantes antes de marcharme por si el hombre tuviera más que decir.

- Sí. El edificio ha sido evacuado y la zona acordonada. ademas se ha hecho un segundo circulo de seguridad.- el comisario se inclinó ligeramente y contempló la escena que transcurría debajo. Todos los agentes, los coches patrullas y los SWAT y también a toda esa gente que se arremolinaba alrededor con curiosidad.

- Esperemos que sea algún tipo de broma pesada.- 

- Mira toda esa gente. Están tan acostumbrados a este tipo de situaciones que ya no les sorprende ni les asusta ver como un edificio vuela por los aires. Ahí los tienes, echando fotos con sus móviles y saludando a las cámaras. ¿Hasta donde llegaremos Nightwing? ¿Cual es el límite de esta ciudad?

Tras las palabras del comisario observé durante algunos segundos la calle. Tenía razón. ¿En qué momento habíamos llegado a esto? Parecía imposible saberlo. Quizá en realidad siempre había sido así. En esta ciudad nada funcionaba como debía. El crimen era para Gotham un cáncer difícil de extirpar, capaz de corromper incluso a los más férreos. Y James Gordon lo sabía bien.

- Le sorprendería la cantidad de veces que me he preguntado lo mismo. - Dije, mientras la preocupación vibraba en mi pecho. - Deme quince minutos antes de meter a sus chicos. - Pedí al final. Acto seguido me di la vuelta, buscando con la mirada la forma más sencilla de llegar a la azotea del edificio de Correos. Desde allí debería ser fácil descolgarme y entrar por una ventana.

La mejor forma de entrar al edificio de correos parece ser por el edificio colindante. Pensó Nightwing. Habia un edificio antiguo pegado al de correos, desde la azotea de éste sería bastante sencillo colarse por alguna ventana y así acceder a una planta intermedia del edificio de correos. Otra solución sería acceder desde el  mismo sitio, desde ese edificio colindante, hasta la azotea de correos pero ello implicaría tener que escalar. 

Una leve sonrisa se dibujó en mi rostro mientras corría hacia el edificio contiguo al de Correos. La verdad es que, a pesar de lo grave de la situación, en el fondo disfruto de la adrenalina que recorre mis venas cada vez que me enfundo el traje. Supongo que he aprendido a aferrarme a eso para sobrellevar toda la basura que esta ciudad acostumbra a echarte encima.

Tras la rápida carrera, un salto directo hacia una de las ventanas, agarrándome con firmeza. Sería fácil abrirla y entrar dentro de manera sigilosa. Así, si hubiera alguien dentro, será más difícil que me localicen. Probablemente tengan vigiladas, al menos, la entrada principal y la azotea. Sé que el comisario ha evacuado el edificio, pero con estas cosas uno debe estar preparado para cualquier sorpresa.

La ventana cedió facilmente y Nightwing consiguió entrar dentro sin demasiado fuerzo, sus ojos escudriñaron entonces la planta del edificio; grandes mesas de oficina, papeles desordenados, algunas carpetas y ordenadores con el salvapantallas resplandeciendo en la oscuridad tenue. Olía a cerrado y la calefacción cargaba el ambiente y la atmosfera. No había nada extraño allí, todo parecía estar como se suponía que debia estar una oficina. El edificio debía tener un par de plantas más hacia arriba, todas ellas dedicadas a los funcionarios y cerradas al publico, justo debajo, calculó Nightwing que debia estar la planta principal, la de atencion a los ciudadanos. Pensó entonces donde sería el mejor lugar para colocar una bomba. El acceso a las plantas superiores estaba mas restringido, por lo que no sería fácil colocarlas allí, la planta de abajo era, sin duda, un lugar mucho mejor y además podria causar más daños... Pero, en realidad, ¿Qué pretendía quien quiera que hubiese hecho aquella amenaza? ¿Destruir un edificio de correos? ¿Para qué? Todo aquello empezaba a tener muy poco sentido, lo cual preocupaba, quizás, más a Nightwing...

En cuanto estuve en el interior del edificio no me detuve ni un instante. Mis pasos mientras repasaba el piso por el que había entrado eran rápidos, caminando de medio lado y en una tensión propia de quien sabe que no debe confiarse. De quien se mantiene alerta.

Una rápido sondeo me hizo respirar con una contradictoria mezcla de alivio y desasosiego. Aquí no parecía haber nada, pero eso no tenía por qué significar gran cosa. O bien podía estar pasando algo por algo, o bien podrían haber dejado su regalo en cualquiera de las otras plantas.

No tuve muchas dudas con respecto a por dónde comenzar, y busqué las escaleras de descenso. Si lo que querían era dar un espectáculo ese podía ser un buen lugar. Si querían hacer el máximo daño al edificio, también. Pero entonces... ¿Por qué narices habían llamado? Mi mente se iba una y otra vez a esa pregunta mientras descendía a la planta inferior consciente de que, al menos, así estaba ganando algo de tiempo: Con los hombres de Gordon entrando por ahí cuando el plazo se cumpliera, tendría un par de minutos más para examinar los pisos superiores.

Enseguida detectó el rastro sonoro de una voz. Y luego el de otra. Ambos lejanos pero que, indudablemente, venían del piso de abajo. No podian ser los hombres de Gordon y el edificio habia sido evacuado. Las voces parecian mantener algun tipo de conversacion en voz baja, tanto que a Nightwing le fue imposible descifrar el contenido a pesar de sus esfuerzos. Provenian, segun sus calculos de la parte de atras de la planta baja, del alamacen donde se guardan los paquetes y cartas, justo detras del mostrador de atención al publico. ¡Ah! Estaba en una encrucijada. Podria intentar valerse del subterfugio y alcanzar a escuchar lo que aquellas dos gargantas anonimas decían o quizás debía actuar, enfrentarse a ellos frontalmente y pillarles por sorpresa

Los años con Bruce me habían enseñado mucho. La teatralidad. El interrogatorio. El sigilo. Tenía poco tiempo, pero casi siempre valía la pena ver qué dice la gente cuando no saben que estás escuchando. Ya habría oportunidad para el ataque después, si era necesario. Incluso para sacarles nuevas palabras utilizando la fuerza y el miedo. Como él me había enseñado. De una forma o de otra, siempre acababa volviendo a él.

Tras bajar las escaleras me mantuve unos segundos tras una columna. Necesitaría acercarme más. Pego un rápido vistazo, asomándome lo mínimo posible para asegurarme de que no me vean, y tras un suspiro doy un salto acrobático hacia la siguiente columna. Luego rodeo esta sin detenerme, y desde el otro lado es sencillo lanzarme con las piernas por delante, deslizándome justo hasta delante del mostrador. Una vez allí, apoyado en las punteras de los zapatos y con la espalda contra el mostrador, debería ser sencillo escucharles. No podría estar más cerca.

- Pero... No. No.- dijo una de las voces

- No es cosa mía. Son órdenes.- la segunda voz estaba quebrada por el paso de los años. Tenía, además,  las trazas de un suave acento extranjero. Quizás oriental. 

- Él no puede pedirme eso.- 

- Si puede.-

- ¿Y si me niego?.-

- Ya sabes lo que sucederá.-

- Pero silencio... Hablaremos de ésto en otro momento. Nightwing debe estar a punto de llegar.- 

Las primeras palabras de los hombres no me fueron de gran ayuda. No por el momento. Seguramente encajarían más tarde, cuando averiguase para quién trabajaban. Sin embargo, lo último que dijo el que parecía más joven hizo que un escalofrío me recorriera la espalda. Me estaban esperando.

Fuese lo que fuese esto, empezaba a tener sentido. Un sentido retorcido y que no me gustaba nada, pero al menos era un principio. ¿Quién podría haber sido? ¿Spyral? Los métodos no encajaban para nada con ellos, pero eso no tenía por qué descartarles. Al fin y al cabo yo había sido una verdadera molestia.

Conteniendo la respiración decidí contar hasta veinte. Tiempo suficiente para ver si volvían a hablar pronto, para que echasen un vistazo y volvieran a relajarse. Era curioso cómo todos nos creíamos tan diferentes, y sin embargo en ese tipo de procesos éramos tan iguales. Al menos yo estaba preparado. Una vez más, gracias a Bruce.

- ¿Colocaste las bombas?.- preguntó el viejo cobijado bajos las sombras

- Sí. Todo está listo. -

- Tengo total confianza en ti, David. Espero que no nos defraudes.-

- No lo haré. Mataré a Nightwing y después seguiré el plan previsto.- 

- Bien. Ahora debo irme.- 

Mataré a Nightwing. Esas palabras resonaron durante unos segundos en mi mente. No era la primera vez que oía algo así, ni mucho menos. Y sin embargo aún seguía vivo. Después de más de una paliza y hasta algún agujero de bala. Cada golpe había sido un aprendizaje. Cada hueso roto, una motivación para esforzarme más. Para encontrar mi propio camino.

En silencio de desplacé unos pasos, sin separarme del mostrador, buscando dejar al mayor de los dos marcharse sin que me viera, y poder pillar al otro desprevenido. No me gustaba dejar que se fuera: pero en los buenos interrogatorios tres siempre son multitud. Había que escoger, uno u otro, y la elección estaba clara. El que había colocado los explosivos era la mejor opción.

Oculto desde mi posición, esperé a que se quedara a solas. El tiempo pasaba, y aunque sabía que no podía dormirme en los laureles sabía que estaba haciéndolo bien.

Antes de saltar al otro lado del mostrador saqué mis palos de eskirna. Sin embargo, ni siquiera fueron necesarios. Un salto rápido y mudo, y ya estaba detrás del tal hombre. Con un rápido movimiento rodeé su cuello con un brazo, usando el otro para hacer presión. Suficiente para asustarle. La justa para que no se desmayara. Todavía.

- Hola, David. - Susurré en su oído con voz grave, sin llegar a aflojar mi presa.

- Nightwing.- dijo con sorpresa disimulada

- Eres silencioso pero yo...- el hombre se desenbarazó de la presa con un movimiento rápido. Nightwing evindenció enseguida que aquel tenía amplios conocimientos en diversas tecnicas marciales y que, seguramente, sería un experto en el combate cuerpo a cuerpo

- ... yo no soy uno de esos asaltabancos a los que estás acostumbrado. Mi nombre es David Cain y estoy aqui para matarte.- ahora que las luces le iluminaban mejor, Nightwing observó a un hombre entrado en años, con el pelo blanco y rapado, casi afeitado que parecía disfrutar con la batalla que se avecinaba. sin duda era un mercenario curtido. 

Tienes la opcion ahora de preguntar/interrogar a David Cain lo que gustes o, por el contrario, empezar el combate. Si eliges esto ultimo, tu tendrás la iniciativa y serás el primero en atacar y empezariamos ya el combate.

La forma que tuvo el hombre de desembarazarse de la presa me pilló por sorpresa. Inmediatamente di un par de pasos hacia atrás, levantando mis armas en posición de guardia. Fuese quien fuese este Cain, tenía razón: no era un cualquiera.

La experiencia me había enseñado a no subestimar a nadie por su edad. Quizá el mercenario - si es que lo era - hubiera perdido algo de fuerza en los últimos años, pero habría ganado muchas otras cosas. No debía confiarme.

Examiné su postura durante un instante. Sin duda tenía que darme prisa. El tiempo para la detonación seguía corriendo, y el comisario estaría esperando. Llegado el momento del combate la sombra del qué habría hecho Bruce desaparecía para dejar paso a los instintos y la adrenalina. En esto siempre habíamos sido distintos. Yo era más ágil, él más contundente.

- Está bien, Cain, hagamos esto entre tú y yo si es lo que quieres. - Dije antes de lanzarme a por él. - Dime dónde están colocadas las bombas. - Ordené con tono serio. Sin embargo, no esperé su respuesta. Con destreza hice una finta, como si fuese a lanzar una patada lateral a su costado. Pero en lugar de golpearle ahí lancé una mano al suelo, aprovechando la inercia de la falsa patada para apoyar todo mi peso en el brazo y enviar un pie contra su oreja.

La mano del mercenario voló hasta parar la hábil patada de su contrario bloqueando su ataque en un movimiento que sorprendió al enmascarado por su celeridad y contundencia. Nightwing, en el choque, sintió la fuerza que se escondía tras aquella vieja apariencia. 

Cain reculó en una zancada lateral felina. Sin duda preparaba algun tipo de ataque mortal e inminente.   El enemigo que tenía delante no era un aficionado desde luego.  Aquel hombre era un experto en el combate marcial pero además, aquella forma de moverse, aquellas posturas de defensa... le resultaron a Nightwing  realmente familiar. Algo que le recordaba a.... Batman.  ¿Como era posible?