Jajajajajajajaja. Me hace mucha gracia este hombre
Yo esperaré a ver si alguien toma la iniciativa, aunque es mi oportunidad perfecta para compartir bungalow, yupi!
(no hace falta que contestes, tampoco quiero llenar esto de mensajes).
Kate al escuchar a qué se debían aquellos gritos se volvió a meter en su bungalow y dió un portazo, como si aquello no fuera con ella.
Mientras todo el mundo seguía conmocionado por el griterío de Alphonse, al oir lo que el conductor-cuidador dijo, cogió su maleta y la echó a rodar camino del edificio principal, si había dos habitaciones sin ocupar. El prefería tener una que compartir con uno de aquellos individuos y mucho menos con aquel jovenzuelo de pelo rubio, el tal José. El infame niñato caprichoso.
A ese crio le tenía que haber tocado una madre como la suya.
Así que empezó a dirigirse hacía el edificio principal en pos de una de las dos habitaciones que esperaba estuvieran habitables.
Se alejó como si la cosa no fuera con él
Estupendo. Te abro las escenas del edificio pricipal, de las zonas a las que vayas accediendo en tu búsqueda de una habitación.
(Este mensaje es privado, sin siquiera espías)
Maldita sea...... esto no iba nada bien polvo?, soportaba lo de las paredes pero el polvo era algo que, incluso le daba arcadas.... tomo el cubrecamas y la ssabanas sacandolas afuera para limpiarlas lo mejor que pudiera....
- polvo..... iaj..... que asco - Temblo levemente y comenzo a sacudir las mismas una por una..... Luego un grito le hizo cesar en su trabajo.... - Hey que sucede? -
Oyó aquel grito y pareció como si su cabeza colapsara.
Los cuadros de la habitación empezaron a salir por la ventanas del bungalow los muebles que cabian por algun hueco ahora se encontraban fuera de la habitación.
Ramee sale encendido de su bungalow portando un mino cacudro de perros jugando a las cartas. sus ojos estan rojos y un hilo de baba resbala por su cara.
Doctooooooooooooor!!!!!!!
Saeka pasó un largo minuto a la puerta de su bungalow, sin saber reaccionar. Palomas muertas, hojas y ramas... No iba a poder dormir ahí. El grito de Alphonse Roussignon la sacó de su aturidmiento. Se acercó al grupo y escuchó pacientemente. Luego vino el ataque de ira de Ramee. Saeka no sabía reaccionar a esas cosas. Se quedó callada, tratando de entender lo que estaba sucediendo.
John anda en dirección a su bungalow para comprobar el estado de su nuevo hogar, con una sonrisa medio dibujada esperándose lo peor.
-Bien John, creo que ha captado la idea. Si me permite, comenzaré a tutearlo, para eliminar esa barrera formal también.
Williams sonreía al ver que alguien por fin comenzaba a entender que esto no era una terapia tradicional.
Pero la sonrisa le duró poco en el rostro. Al parecer, había tres bungalows en estado calamitoso. Así era que debía conseguir lugares para José, Alphonse y Saeka. Por si esto fuera poco, Ramee estaba sufriendo alguna clase de ataque de nervios también.
Roussingnon mostrando iniciativa se agenció uno de los cuartos de la casa principal. Otro que por fin estaba entendiendo de que iba la cosa.
-Bien, por ahora José se ubicará con Max y Saeka con Kate. Permitidme que compruebe el estado del resto de la propiedad antes de poder ofrecerles algo mejor. Roussignon ya ha resuelto el problema por si mismo.
-En cuanto a usted, Wade, ¡exijo que me explique qué significa todo esto! ¡Bastante elevada fue la suma que aboné por esta lujosa estancia y ahora nos encontramos con que es una ruina!.
El doctor se veía realmente enojado.
-¡Contáctese inmediatamente con el dueño para que solucione este inconveniente o nos devuelva el dinero!.
Respiró hondo para serenarse. Aún le quedaba Ramee.
Se dirigió a la cabaña del gurú del arte para ver que le ocurría.
-Dígame Ramee, ¿en qué puedo ayudarlo?
Wade, como buen tejano, no toleraba desafíos. Se plantó con una chulería nada apropiada delante del señor Scotch y junto a Ramee.
- ¿M'abla asi? ¡¿EH?! Entérese, 'dotorcillo', yo curro aquí desd'ace seis años. Al dueño ni lo conozco, pero c'amés me llega mi minuta, qués poquita. No me pagan pa' limpiá ni mantené a los animalejos. Sólo m'ocupo de que la casa no se caigacachos, y bastant'ago, ya. Cuando veo un intruso, saco miscopeta y ¡PUM! cañonazo que te parió. Ese's mi curro. No soy doncella d'nadie ni limpiadora profesional. ¿Que les han timao? Pos cómo lo siento, Doc, no's mi problema. Este sitio's una ruina desdántes en de que yo llegara. Ahora, si me va venir con gritos y merdas, ándese con ojo, cal Wade no le vacila ni Dios... ¿moye? ¡NI DIOS!
Las manos escondidas en los bolsillos de su peto, dejan ver la forma de una navaja. Wade parece fuera de sí, como si lu hubieran tocado la fibra sensible.
Ramee le tira es estupido cuadro que estalla en el suelo.
se puede saber que cojones pretende maldito imbecil
He pagado por esto? junto con la interrogacion cayo la baba que antes colgaba de su boca sobre el doctor.
Exijo un lugar decente.
su actitud es amenazante.
Kate retira la cortina mohosa de la ventana de su bungalow y observa la escena estupefacta.
El menos ese imbecil ha recibido lo que se merecia por mi parte
El doctor estaba enojado pero la reacción de Wade lo pasmó. Con cara de "el mundo se ha vuelto loco" escuchó e intentó entender la parafada que le largó el encargado de la finca. Él era el cliente y estaba siendo regañado por un tío que no tenía dos dedos de frente.
Y para completarla, Ramee le arrojó un cuadro a sus pies (feo, por cierto) y le dio un baño gratis... aunque no el que hubiese deseado.
Pasó un segundo... dos... y la tentación vino a él. Y con ella, la risa. Carcajadas que casi lo hacen doblar en dos. Realmente la situación rayaba lo absurdo. Lo único que quedaba por hacer era reir.
Cuando logró recobrar la compostura, algunas lágrimas asomaban por sus ojos. Realmente se había reído con ganas.
-Lo siento Wade... en mi indignación he olvidado que usted no es el responsable de lo que está ocurriendo.
Seguía sonriendo.
-Ya veré como contacto yo con el dueño y le hago responsable por las incomodidades. Puede irse si lo desea, ya no lo necesitamos por acá.
Luego se volvió hacia el especialista en arte y le guiñó un ojo.
-Tiene usted toda la razon Ramee, el cuadro es horrible. Si hay otras pinturas que lo ofenden, haga con ellas lo que desee, es libre de redecorar su cabaña como más le guste. Permítame terminar de acomodar al resto de sus compañeros e iré hasta su bungalow a ayudarlo a deshacerse de lo que sobre.
-Por favor, los demás, váyanse acomodando que dejaré mis maletas en la casa y pasaré a inspeccionar el resto de las viviendas, así hacemos una lista de lo que hay que mejorar. Evidentemente a los dueños de este lugar les tiene sin cuidado lo que pase en su propiedad, por ello, podremos reacomodar lo que nos desagrade.
La sonrisa aún bailaba en sus ojos. Ahora se sentía realmente bien.
Wade no entendió nada. Por un momento, se quedó mirando fijamente al doctor Scotch sin parpadear, como si hubiese entrado en un bucle del que no sabía salir. Su alma de camorrista no estaba acostumbrada a ese tipo de reacciones. Hizo un amago de atacar, pero reculó muy rápido. Sacó las manos del peto, extrañado. Por una vez, ni sonreía ni nada. Había perdido por completo el control de la situación.
- No'ombre.. Yo tempoco quería ponermasí.. El autobús es caro y, si m'paso d'ora, m'clavan un pico. Entienda q'me pongo nervioso y... ya sabe. Nada, que vengo en quince días, si me necesita, pa' lo q'sea, ¿eh? pero pa' lo q'sea... llámeme. Tiene mi número. Vendré hechando hostias y lo arreglo... lo q'sea...
Caminaba hacia el autobús, soltando su retahila de incomprensibles palabras sin dejar de menear la cabeza.
- Q'lo pasen ustés bien... yo'starén el pueblo. ¡Ya sabe, Doc, llámame pa' lo q'sea!
Subió al autobús, y se marchó.
José no entendía nada, era apenas un espectador de la escena.
Tan espectador que se le contagió un poco la risa del doctor. Ese pequeño momento le hizo pasar una contenida mala leche, y una ganas de hacer valer sus derechos.
En este momento miró al tal Max. Tenía cara de psicópata.
Pues vale -pensó.
Bueno... Sr. Max. Deberemos aloharnos juntos. ¿Cuál era su bongalow? Quisiera acomodarme antes de la comida. Parece que nuestro chef tiene mucha prisa para prepararla.
Resopla, una mezcla entre indignacion y conformismo se deja ver en su cara mientras realiza la mueca, enconje los hombros y mira a Jose.
Pues parece que seremos "compañeros de cuarto", acompañeme y veremos como nos distribuimos.
Camina hacia su estancia pasando primero cerca del Doctor:
Disculpe, pero esto sera provisional, ¿o tendremos que compartir nuestra intimidad de forma permanenete?
14:00 - Lunes.
INFORME DE SITUACIÓN.
Wade se ha retirado con el autobús.
Alphonse Roussignon está en el edificio principal.
José Cesar y Max Thorwood se dirigen al bungalow número 6, el que originalmente pertenecía sólo a Thorwood.
Chris Donovan fue a su bungalow (1) hace un buen rato.
Kate Steel está en su bungalow (4).
Adrian Lindermann está resoplando a la puerta de su bungalow (9)
El doctor Scotch, Ramee, John Britber Stallion, Saeka Mitarai y Peter Evans están fuera, cerca del bungalow de Ramee (3).
En tono afable pero firme, Williams cortó el fastidio que transmitían las palabras de Thorwood.
-Vamos Max, no se comporte así, hombre. Recuerde para qué vino usted aquí. Colaboremos entre todos para superar esta situación. Si lo desea, puede ayudar a José a acondicionar la cabaña en mal estado. Así podréis contar con una para cada una. Recordad también, que el ejercicio físico ayuda a aliviar la mente de preocupaciones. Ya lo dijo Juvenal, mens sana in corpore sano.
Haciendo caso nulo y con gesto ligeramente despreciativo hacia el Doctor, Max se dirije a su casita, Intentando ponerse deacuerdo en la distribucion de la casa, con su improvisado compañero.
Pone el colchon del otro lado y comienza a revisar los cajones, los armarios y el resto de rinconcitos de forma casi complulsiva, intentanto que su compañero se de la menor cuanta posible.
En la habitación de Max y José Cesar (como en todas las demás), hay una mesita de noche junto a cada cama. En el cajón de la mesita hay tres libros: Una copia de 'Orgullo y Prejuicio', de Jane Austen; una biblia y una copia de 'Le Guide Culinaire: Guía para la cocina moderna, por Auguste Escoffier' traducido al inglés.