Partida Rol por web

Tras otro largo viaje de vuelta, llegáis de nuevo a Davenham. Allí, no os cuesta mucho perderos hasta encontrar de nuevo la casa de Simon Ulrich, como todo en ese pueblo, en mitad de la naturaleza.

La casa se encuentra en una zona bastante residencial, aunque no parece tener muchos vecinos. A primera vista os da la impresión, de que Simon Ulrich debe tener bastante dinero.

Aparqué lo más cerca posible de la entrada y me dirigí hacia la puerta con Herr Kapitän.

Golpeé con los nudillos un par de veces y esperé pacientemente a que el señor Ulrich nos abriera la puerta. Teníamos mucho que contarle, y por lo visto él a nosotros también.

Esperaba no tener que ponerme duro para sonsacarle, y en cualquier caso aunque yo era grande... seguro que intimidaba más el aspecto del Kapitän.

Estuve tentado de encenderme un cigarro y ofrecerle otro a mi compañero, pero probablemente nos abrirían la puerta pronto y sería de mala educación fumar en casa ajena sin haber pedido permiso primero.

Simon abrió la puerta con gesto despreocupado, aunque su cara cambió a una mucho más serie nada más veros. Sin duda vuestra visita le había sorprendido. Repeinado como siempre y con unos modales perfectos sonrió:

- Buenos días, caballeros. ¿Cómo va la investigación?

- Buenos días... ¿podemos pasar? - saludé a nuestro patrocinador. - Tenemos que ponerle al día de muchas cosas, y por lo que creo, usted también a nosotros. - me fijé especialmente en su reacción ante mis últimas palabras.

Casi sin esperar su respuesta di un par de pasos al interior de la casa y esperé la reacción de Herr Käpitan... aunque contaba con que no fuera muy agresivo...

No habíamos hablado pero podíamos hacer perfectmente de poli bueno y poli malo... él en su caso podía hacer de poli malo. Sonreí...

El capitán frunció el ceño.

-Buenos días tenga usted también señor... -se quedó un momento pensativo- bueno, he olvidado su nombre real, perro sabemos que no es Ulrich -prosiguió, visiblemente enfadado, pero sin olvidar sus modales-. No sé si tiene o no un buen motivo para mentirnos y ocultarnos información, perro le aseguro que no fasilita nada nuestro trabajo. El trabajo por el que usted nos paga, quierro desir. Así que, por el bien de esta investigasión, creo que todos deberríamos ser sinseros, y, como usted es hasta ahora el único que no lo ha sido, creo que serría una muestra de buena voluntad por su parte que fuera el primero en empesar con las verdades -se dio cuenta de que había levantado la voz y estaba señalando al señor "Ulrich" de forma un tanto descortés, por lo que bajó el dedo y escuchó lo que su interlocutor tuviera que decirle.

- Tranquilo Herr, tranquilo - dije mientras alzaba las manos de forma apaciguadora... El Käpitan había interpretado a la perfección su papel... - Estoy seguro de que el señor Jones nos explicará gustoso todos los pormenores del caso... Será mejor que le dejemos hablar y nos acomodemos. -

Luego me hice a un lado y esperé a que Simon nos indicara dónde podíamos hablar...

El hombre os deja pasar, y tras oír a Herr Kapitän se desploma en un sillón con aire alicaído.

- Lo lamento muchísimo. - Ladea la cabeza mirando hacia abajo con gesto compungido. - No quise engañarles... Pero... la verdad... estaba desesperado. Había ido ya a varias agencias de detectives y ninguna quiso atender mi caso al saber los antecedentes del señor Crosswell y mi relación con él... Se rieron de mí y desestimaron el caso, aún ofreciéndoles mucho dinero... - Alzó al vista para miraros. - Fuisteis mi última esperanza, y pensé... pensé que si no os contaba todo... accederíais. - Entre su frondosa barba parece verse durante un instante un sonrisa piadosa. - ¿Podréis perdonar a este pobre viejo?

- Es posible... - dejé caer mientras miraba a Herr... - Lo primero sería saber si su verdadero nombre es Simon Jones... - miré significativamente al viejo... - Lo segundo es informarle de que el joven Crosswell se encuentra inconsciente en el hospital. No saben qué le ocurre pero parece estable. En esa casa han sucedido cosas muy extrañas para las que aún no tengo explicación... pero la encontraré. - miré decidido a Simon.

- Quiero que nos cuente paso a paso todo lo que sepa sobre el accidente de la señora Crosswell... el comportamiento extraño de Howard Crosswell... las "clases" de música que Howard le daba a su hijo Peter, con un flautín. Y qué sabe usted de pergaminos con símbolos antiguos... ¿de dónde pudo sacar Howard o Peter un pergamino de esas características? Howard era un afamado explorador, quizá consiguió el pergamino en alguna de sus expediciones... ¿sigue vivo algún miembro de sus últimas expediciones? - Demasiados interrogantes, demasiados datos nos faltaban, y ahí me encontraba, acosando a preguntas a Simon Jones...

-Y el diarrio de Frau Croswell mencionaba algo sobre dos anillos. ¿Sabe algo de eso? -añadió el capitán.

Simon muestra algo de pesadez en su rostro y se notan en sus ojos las muestras del cansancio, ladea de nuevo la cabeza, y finalmente se levanta.

- Denme un segundo, necesito un té. - Vuelve al instante con una tetera y varias tazas, ofreciéndoos por si deseas beber con él. Luego llena su taza y da un largo trago, se limpia con cuidado la barba con un pañuelo de seda y os mira de nuevo. - Bien, comencemos por el principio. Mi nombre en efecto es Simon Jones, no os lo di al principio por miedo a que me investigarais y descubierais la verdad. No conocí a los padres de Peter, y por tanto no sé nada de ningunos anillos, ni nada de clases de piano, Peter nunca ha mencionado nada de esto, aunque puede ser interesante.

Se queda unos instantes perdido en sus pensamientos y luego os mira de nuevo:

- Verán, conocí a Peter cuando sus padres murieron. Lo enviaron al Sanatorio de Arkham donde llevo ejerciendo ya mucho tiempo. Es un buen chico, y había avanzado tanto... que no podía permitir que retrocediera otra vez. Por eso os contraté. - Tuerce el gesto. - Tan solo quería que investigarais la casa, descubrierais que no había nada, y poder contárselo al chico para que así dejara de tener aquellos extraños delirios sobre los ruidos de la casa. Entiéndalo, con el paso del tiempo, le he cogido cariño, no podía permitir que todo lo que habíamos avanzado se echara a perder.

Os mira implorando comprensión, con un gesto abatido y preocupado.

- No deseo interrumpirle, señor Jones... pero en el Hospital Herald Street nos dijeron que habían derivado directamente al chico al Sanatorio de Arkham... - comenté apoyando mi barbilla en mis manos. - ¿Fue usted el primero en tratar al chico? ¿Qué le contaron del incidente de sus padres? Y, sé que es confidencial pero... sería buena idea que nos contara qué delirios sufría el joven Crosswell... -

Estaba deseando que aquél hombre continuara diciéndonos todo lo que sabía... pero me interesaba ir aclarando ciertos puntos paso a paso... necesitábamos todas las piezas para recomponer el rompecabezas.

El doctor asintió rápidamente.

- Sí, soy el único terapeuta que ha tenido siempre el señor Crosswell. Ingresó por estupefacción aguda, era incapaz de pronunciar ninguna palabra. No obstante, todo su historial clínico está en el sanatorio, en estos momentos estoy de vacaciones y me ha parecido más prudente dejar toda la información allí, por si hubiera algún... contratiempo. Podéis ir, si os entrego un justificante no dudarán en enseñaros el historial, tengo cierto renombre en el sanatorio, no creo que pongan ningún reparo.

Hace una pausa tratando de recordar cuál era la última pregunta.

- Sobre el accidente, en efecto su madre murió debido al ataque de su perro. Parece ser que el niño estuvo presente durante el incidente. Tras varios años, el padre acabó muriendo también, algo de lo que le costó recomponerse al joven Crosswell.

El doctor mira de nuevo al suelo.

- Con el paso del tiempo he adquirido cariño por ese joven, y solo deseo su bienestar. Les he contado cuanto sé, pero pueden preguntarme todo lo que quieran, les prometo de corazón que esta vez seré sincero. - Os mira tiernamente y os da la impresión de que dice la verdad.

El capitán asintió mientras esuchaba al Doctor Jones.

-Grasias por su sinseridad -dijo cuando concluyó-. Creo que deberría darnos ese justificante para poder ver el historial de Peter.

Se volvió hacia su compañero.

-¿Se le ocurre alguna pregunta más, Herr Kellemport?

- De momento no, quizá después de echar un vistazo al historial podamos preguntar algo más concreto... - respondí pensativo. Me dirigí luego al señor Jones: - Si tanto le preocupa el muchacho vaya a verle al hospital. Si despierta quizá pueda decirnos algo de interés... - al momento me percaté de la mirada horrorizada del doctor Jones... - No se preocupe, el muchacho parece estar bien pero no ha recuperado aún la consciencia... El padre Garibay y la señorita Terman no se han separado ni un momento de él desde que perdió el conocimiento. Quizá ellos puedan darle más detalles... tanto Herr como yo no estábamos presentes. -

Volví a mirar a Herr Käpitan: - En cuanto tengamos el justificante deberíamos ir a por nuestros compañeros, y luego decidir si ir primero a ver el expediente del joven Crosswell, o buscar una joyería en el pueblo... creo que podríamos preguntar por los anillos ahí. -

El capitán permaneció en silencio durante unos segundos, meditando.

-Está bien, háganos ese justificante. Después podríamos buscar una joyería aquí en el pueblo antes de volver a Arkham parra visitar el frenopático y finalmente reunirnos con nuestros compañerros en la universidad.

Simon os mira con los ojos como platos.

- ¿Crosswell... en el hospital? ¿Dios mío pero qué le han hecho? No puede ser... Todo es culpa mía... he contratado a unos matones. - Os lanza una fugaz mirada de ira en la que veis sus ojos desorbitados en una mezcla de pánico, culpabilidad y miedo, coge la chaqueta y se marcha en dirección al hospital.

Os quedáis solos en la casa de nuevo, sobre la mesa, junto a un té vacío está el papel con la recomendación a medio escribir.

Miré a Herr Kapitän y ni corto ni perezoso comencé a escribir en la recomendación para finalizar la carta. Cuantas menos palabras usara mejor.

Al acabar le eché un ojo para ver cómo quedaba y firmé como Simon Jones.

- Bien Herr, ¿pasamos por la joyería y vamos luego a Arkham? - pregunté mientras me colocaba el sombrero de nuevo dispuesto a salir. - Parece que hemos preocupado en exceso al señor Jones... a veces en estas investigaciones se me olvida tener un poco más de tacto. - dije mientras me encogía de hombros.

Sorprendido por la reacción del señor Jones y el descaro del detective, el capitán siguió a Kellemport mientras se rascaba la cabeza.

-Oiga, eso que ha hecho de la carta... eso no está bien...