Partida Rol por web

Tras una primera semana de clase intensa, por fin llegó el domingo, día libre que tanto alumnos como profesores agradecieron. Desde lo ocurrido el primer día de clase, nada más extraño ocurrió. Ninguna especie de broma ni ningún conflicto con importancia y sí muchos deberes. Oliver estaba reventado pues cumpliendo su palabra Jack lo había sacado a correr desde las seis de la mañana, Eve tenía las pruebas de quidditch en pocas horas al igual que Ian, Kyle debía estar con Laura tal y como le prometió para apoyarla durante las pruebas, Carrie, que se había encontrado diez galeones en el sofá de la sala de Slytherin sin dueño, tenía una reunión con el jefe de su casa a raíz de su gran actuación en las clases de Pociones,  Leonard tenía un castigo que cumplir y la única con suma libertad para hacer lo que le apeteciese por así decirlo era Kaitlin.

Era la hora del desayuno y la profesora McGonagall se levantó, captando la atención de todos los alumnos que se reunían a la hora del desayuno.

McGonagall:- Atención, por favor. Tengo un anuncio que haceros. Por peticiones realizadas el año pasado a la dirección y jefes de casa, hemos decidido que este año, en la noche de Halloween, se realizará una fiesta.- muchos murmullos emocionados empezaron.- ¡Silencio! ya sé que os gusta la idea. Como única regla es que deberéis ir disfrazados de Halloween y lo suyo es que vayais en parejas ya que habrá concursos de diversa índole. Nada más. Podéis comenzar a desayunar y a pedir pareja si sois valientes.

Tras sentarse y ante la nueva noticia la gente comenzó a moverse sin esperar más tiempo. Liliana se levantó corriendo de la mesa de Gryffindor y fue directamente a la de Ravenclaw, parándose delante de Kyle para sorpresa de muchos:

Liliana:- ¡Hey Kyle! ¿Qué tal? Esto... verás... quería decirte... si quieres ir a la fiesta conmigo. Ya sabes. Los dos.

A su vez, Bonnie que estaba al lado de Will, se dio la vuelta y se dirigió tanto a la chica como al chico.

Bonnie:- No seas boba Liliana. Kyle irá conmigo, ¿verdad, Kyle?- lo decía con tal seguridad que hasta Liliana agachó la cabeza.

Todos en la mesa de Ravenclaw, cercanos a Kyle miraban la escena con atención. ¿A quién elegiría? ¡Hasta Laura estaba atentísima!

Al mismo tiempo, en la mesa de Slytherin, Nixie se levantó siendo la única de su mesa. Recorrió las mesas con su andar tranquilo y con su impasible e inexpresivo rostro hasta la mesa de Ravenclaw, parándose frente a Eve:

Nixie:- Hey.

Peter, que acababa de mirar a Leonard, diciéndole: "¿Quieres ir a la fiesta conmigo, Leonard? Estoy enamorado de ti", dejó la broma para otro momento y señaló con la cabeza, extrañado a la Slytherin que miraba directamente a Colleman.

Leo ya le había dado la tercera capa de mermelada a la misma tostada -y de sabores distintos- mientras hacía repaso de la semana. Desde el lunes, no había empeorado, que ya era, pero tampoco se podía decir que hubiera mejorado. Sobre todo tras haber llegado el Domingo, y verse untando una cuarta vez la tostada que tenía entre manos. Pásame la mermelada de frambuesas, por favor. Le pidió a uno de los compañeros, mientras aun acababa de darle una generosa capa de mermelada de melocotón.

Ahora iré a cumplir con mis obligaciones como Prefecto Castigado. Acabó por reír el solo, encogiéndose de hombros, y añadiendo un chiste que quizás solo Kaitlin fuera a entender. Eso también me parece una putada. susurró, cerciorándose de que no hubiera ningún profesor cerca.

Fue entonces cuando la Directora McGonagall se puso en pie, y pensó que lo habían pillado otra vez. Joder. Pensó, con la mirada puesta en la Directora, cuando notó que el peso de la tostada disminuía, volviendo la vista hacia ella, para descubrir que había caído la mitad del condimento en el plato. Joder. Otra vez. Creo que me apetece más una tostada con mantequilla... Añadió, dejando la cuatro veces untada tostada, para tomar otra y comenzar a ponerle la primera capa de mantequilla.

Y recordó que la Directora, aun estaba hablando.

Solo captó la última frase. Yo ya estaba desayunando... Me he perdido la mitad ¿Para qué hay que tener pareja? Le preguntó a Kaitlin, mirándola. No hizo falta que le pidiera ir con ella a donde fuera, lo daba por hecho, por supuesto, que sería así. Luego se lo volvería a pedir, de una forma más romántica, o al menos, más graciosa.

Pero algo llamó su atención. el repentino baile al que se vio sometido el Gran Comedor, con la gente poniéndose de pie, cambiándose de mesa, y comenzando a preguntar. La gente no pierde el tiempo... Comienzas las apuestas ¿Quien irá con quien? Y miró a Peter, cuando le lanzó su broma. Iré con Kait... Hasta que pareció darse cuenta de lo que le estaba preguntando ¿Pero que co...? ¿Pero qué dices, tío? Acabó por reír, negando con la cabeza. Anda... calla, calla... ¿A quién se lo vas a pedir tu? Podrías pedírselo a Lewis. No hay huevos. Comentó, bromeándolo y retándolo a que lo hiciera, esperando su reacción hasta que le señalo a la Slytherin.

¿Qué hace? Quizás deberíamos ir a hociquear... La mirada se posó en Kaitlin, haciendo señalando con la cabeza al lugar indicado por Peter. Aquello eran dos indicaciones: La primera, que se fijara en lo que estaba pasando. La segunda, que si quería ir con Eve y Kyle a ver como estaban.

Suspiré, cuando Leo me recordó que estaba castigado- Sigue sin parecerme justo que te castigara, pero bueno... - dije, torciendo el gesto. Sólo habiamos intentado ayudar a nuestros amigos y todo el mundo sabia cómo hablaba Leo a veces... Que le quitara cinco puntos... aun. Pero que lo castigara un domingo...

-A mi también, Leo, a mi tambien... - dije, con cierto pesar. Aún no tenia muy claro qué hacer mientras Leo estuviera castigado. Seguramente me fuera con Eve y con Kyle, o me quedara con Peter. Ya vería, según se encartara la cosa.

Fue entonces cuando MacGonagall comenzó a hablar. Guardé silencio, prestando atencion a su discurso mientras daba buena cuenta de mi rebanada de pan untada de queso y coronada por una loncha de Jamon York.

¿Fiesta de Halloween? Claro que me encantaba la idea. Siempre me habian gustado las fiestas de Halloween de Hogwarts.  Por eso, cuando Leo me preguntó, dibujé una radiante sonrisa en mis labios, inclinándome hacia él -Para la fiesta de Halloween...-le recordé- Hay que pensar de qué disfrazarse este año... No dije "disfrazarnos" por una sola razón: a pesar de que daba por hecho que iria con Leo, sabia que cada vez que habia tenido que ir en pareja a un sitio le gustaba preparar algo especial y bonito, y pedirmelo de una forma algo más romántica. Y, por supuesto, no le iba a quitar el gusto.

Peter bromeó entonces, lo que me hizo reir a carcajadas- Lo siento, Pete... El caballero ya está pillado... Pero siempre se lo puedes pedir a Lewis, sí... Me sumo a lo dicho por Leo... No hay huevos.

Lo miré, con aire desafiante y una media sonrisa, tendiéndole mi mano, para que quedara claro que estaba lanzándole un desafio- Vamos, Pete. No nos decepciones.

Sin embargo, mi carcajada se convirtio en una mueca de extrañeza cuando vi a la Slytherin en la mesa de Ravenclaw- ¿Ehm? ¿Y esto de que va?

Y ni siquiera hizo falta que Leo me mirara, para que me pusiera en pie, correspondiendo esa mirada y asintiendo, con una mueca mezcla de curiosidad y decision- Ya estamos tardando. -le dije, cogiendolo de la mano y tirando de él, para arrastrarlo hasta la mesa de Ravenclaw.- ¿Vienes Pete? Si no, nos vemos luego.

Y, suponiendo que si venia nos seguiria, eche a andar hacia la mesa de Ravenclaw, tirando de Leo, para ver como estaba Eve y Kyle y para saber qué estaba pasando alli.

Peter alzó las cejas ante el reto que le habían propuesto.

- Oye, pues os diré una cosa. Lewis puede ser extraña, pero guapa es un rato.- Se levantó incluso antes que sus dos amigos, se colocó las cejas y se despeinó un poco el pelirrojo cabello.- Si lo consigo me comprais una escoba nueva entre los dos.

Les sonrió y les guiñó un ojo. Por una escoba nueva haría eso e incluso besar a un sapo, pensó. Pero sobretodo lo hacía por dos razones de gran impacto: Primero, porque le habían retado y no quedaría como un cobarde. Segundo porque  no tenía pareja y no quería ir solo al baile. Probablemente Carrie le dijese que no y él habría ganado una escoba de última generación; es decir, que no perdía nada de nada.

Caminó entre la gente que no se fijó en el pelirrojo ya que parecia que iba con Leonard y Kaitlin a la mesa de Ravenclaw pero luego, cuando llegó cerca de la mesa de Slytherin... ¡Ahora sí que captaba la atención! Se acercó al grupito de Carrie, notando las miradas de odio y escepticismo por todos lados y pensó seriamente en la escoba antes de soltar con naturalidad:

- ¿Qué, Lewis? ¿Te animas a ir a la fiesta conmigo?

Deidre alzó las cejas y lo miró sin creérselo, Jackie no perdía detalle, Jack pasaba del punto aparentemente pero se le notaba pendiente.

Estaba molido. En cada movimiento que hacía, por simple que fuera, notaba las consecuencias de los entrenamientos de Jack. Ese slytherin que a priori parecía una persona calmada, flexible y comprensiva (al menos a su manera), se convertía en un auténtico tirano cuando se trataba de ponerse en forma. Tanto era así que yo, Oliver Carrow, había llegado a plantearme dejar a un lado esa empresa y dedicarme a cosas más importantes. Por suerte, mi carácter y orgullo me habían obligado a desechar al instante esos pensamientos. Yo era un Carrow. Rendirse no era una opción.

Con esos pensamientos entré en el Gran Comedor y me dirigí hacia la zona donde Jack y Jackie ya se encontraban. A pesar de tener cierta dificultad en sentarme en el asiento, me aseguré de que mi cara no dejara mostrar ni un ápice de agonía. No iba a darle ese gusto a mi gran amigo. Sin decir ni una palabra (no tenía necesidad ni ganas) me alcancé los suficientes suministros para estar entretenido durante la siguiente media hora. El proceso debió costarme bastante porque, cuando quise darme cuenta, la profesora McGonagall había empezado su discurso matinal. No detuve mis movimientos hasta que algo en sus palabras llamó mi atención. El baile. Tenía las mismas ganas de asistir a ese evento que de dar tres vueltas al castillo. Por suerte, me podía ahorrar el paripé de buscar pareja. Una pena para muchas estudiantes, sin duda.

- Me han dicho que las de tercero de este año son una maravilla Jack. Habrá que mostrarles donde pueden encontrar lo mejor de la casa - Por supuesto, no lo decía enserio. Pero me encantaba ver las reacciones de nuestras chicas cuando hacía ese tipo de comentarios. Las caras de Deidre no tenían desperdicio. - ¿A dónde se supone que va Stone? - pregunto extrañado. No tenía ningún tipo de relación con ella y, en realidad, me daba exactamente igual lo que pasase con ella. Pero aun así, no podía evitar sentir curiosidad por todo comportamiento slytherin ajeno a lo normal. Quizá porque no me gustase, o quizá porque yo era el primero que me relacionaba más de lo debido con personas de otras casas.

Falta que pensara en ellos para que entraran en escena. La intriga sobre las acciones de Nixie se desvanecen al instante cuando veo a la parejita de gryffindor acercarse hacia la mesa de ravenclaw. No puedo evitar mostrar una media sonrisa al ver su comportamiento. No esperaba menos de Kaitlin y Leo, siempre metiéndose en todos los jaleos. - Al parecer, ya nos podemos despedir de un desayuno tranquilo y en condiciones - concluyo de forma despreocupada encongiéndome de hombros. Después, me limito a coger mi tostada y darle un mordisco, mientras no quito ojo a lo que está a punto de producirse en la mesa de los águilas. Pero entonces llega el imbecil de O'Reilly y su pregunta casi hace que me atragante con la comida. Por suerte, no eran en mi en quien estaban todas las atenciones. Como todos los demás me limito a mirar hacia Carrie, dando por hecho que su reacción va a ser, cuanto menos, interesante.

Si Carrie fuera una persona en proceso de reformarse no podría sentirse más orgullosa por el hecho de que en la primera semana de clase aún no se había saltado ni una sola clase, todo un logro. Aunque en realidad y siendo sincera, sólo había aguantado cinco minutos en Historia de la Magia antes de largarse, pero aún así había asistido, que era lo importante. De todas formas, lo único que demostraba en una persona irresponsable como ella era que se tenía que estar aburriendo mucho como para no encontrar nada más interesante que hacer que asistir a las tediosas clases de Hogwarts.

El sábado tampoco había pasado mejor, y después de una hora se había cansado de humillar a Victoria. Incluso verla vestida con la funda de una almohada a lo elfo doméstico había carecido de gracia así que no le había mantenido la vestimenta durante más de un par de horas. Ahora era domingo y a menos que su muffin se pusiera a cantar, no parecía que nada importante fuera a ocurrir a lo largo de aquella aburrida jornada.

Ese día se había pintado una uña de cada color y recogido el cabello en una abundante coleta, intentando llenar el tiempo con alguna estupidez, aunque tan sólo le había hecho llegar medianamente tarde al desayuno, apenas poco después de Oliver, cerca del cual se había sentado, aunque más por la inevitable proximidad de Deirdre y de Jackie que por la presencia del chico en sí.

Picoteaba su desayuno con aire aburrido cuando escuchó la propuesta de Halloween, lo cual a pesar de ser una tontería consiguió animarla un poco, puesto que Carrie adoraba la idea de disfrazarse. Por el tema de la pareja en realidad ni le importaba, aunque fuera tipo baile dudaba que fuera ella la que se pusiera a bailar precisamente.

Pero por lo visto alguien no pensaba como ella y ese alguien, sorprendentemente, era Peter O'Reilly, el cual, parado ante ella, le acababa de hacer la proposición más estúpida que podría haber soltado nunca. Le miró largamente con sus ojos inexpresivos entrecerrados clavados en el pelirrojo, haciendo que el chico empezara a sudar ante la falta de respuesta. Finalmente parpadeó lentamente mientras una leve sonrisa enigmática se perfilaba en sus labios.

- ¿Y por qué no, O'Reilly? Acabas de demostrar que tienes agallas, si además eres divertido tendrás el pack completo - se encogió de hombros, divertida, antes de añadir -. Pero no esperes besos a la luz de la luna, eso podría ser extremadamente inconveniente para tu hombría.

Desde el "incidente" de Bikkel había decidido que la llevaría conmigo a todas partes, al menos una temporada. De ese modo, mientras desayunaba la deje sobre mi regazo y le fui dando de vez en cuando jamón dulce o un poco de la miga blanda del pan mientras yo desayunaba con tranquilidad.

Esa tranquilidad se vio primeramente interrumpida por el anuncio de MgGonagall. ¿Una fiesta para Halloween? Podía ser divertido, sin duda, aunque me olía que los Prefectos (al menos los que nos tomábamos en serio las normas) íbamos a tener bastante trabajo. Máscaras, fiestas, posibilidad de que alguien metiese alcohol... Era una mezcla inestable. Sin embargo, intenté centrarme en la parte más positiva, cómo hacía siempre, y empecé a pensar de qué podría disfrazarme...y quién querría hacer pareja conmigo.

Estaba tan ensimismada que apenas me daba cuenta de las bromas que ya ocurrían a mi alrededor. Cuándo levanté mi copa para beber, vi a Nixie Stone acercándose, cosa bastante extraña. Casi me atraganté con el zumo cuándo se dirigió a mí.

- Oh, hola. Buenas días... - dije sonriendo con amabilidad pero también con algo de confusión - ¿Te...puedo ayudar en algo? - pregunté algo indecisa.

Me fijé entonces que Kaitlin se acercaba cómo un trueno, así que le hice un sutil gesto con la mano levantando la palma. "Quieta, espera". Tal vez el exceso de cortesía o de amabilidad era uno de mis defectos, pero no me gustaba buscar bronca.

Nixie, plantada con una mano sujetando la cinta de su mochila y mirándo desde arriba a la sentada Ravenclaw, continuó con su impasible expresión que no dejaba entrever ningún tipo de emoción y solo cuando supo que había logrado la atención de Eve le contestó a la pregunta en el mismo tono normal y exhento de emoción alguna:

- ¿Quieres ir a la fiesta conmigo?

Al instante dos voces, a la derecha de Eve y con ocho alumnos de por medio se escucharon bastante alto:

Duncan e Ian:- ¡¡¡¿¿QUÉ??!!!

Si bien Nixie ni se inmutó y continuó mirando a Eve directamente, con aparente tranquilidad y esperando una respuesta por su parte, algo que era lo único que le importaba en aquellos momentos.

Ante la respuesta de Carrie, Peter se quedó congelado. Tenía la boca entreabierta y no pestañeaba al tiempo que miraba fijamente a la chica.

Ninguno de los Slytherin se atrevió a decir nada, pero muchos pusieron cara de asco o simplemente se limitaron a arrugar la frente en acto de incomprensión. ¿Una Slytherin con un Gryffindor?

Al final y pasados unos segundos, Peter comenzó a reaccionar.

¿Ha... dicho que sí...?

El interior del chico era un mar de confusos sentimientos. Claramente no se esperaba aquella respuesta y no sabía cómo sentirse. Por un lado extrañado pues ir con una Slytherin no era lo que se podría decir normal y común. Si bien... ¡Era Carrie Lewis! Pasota y creída, ¡¡pero muy guapa!!

Eso no ocurría todos los días. ¡Una chica atractiva le había dicho que sí a la primera! ¡Y encima Slytherin! Una sonrisa de chulería se dibujó en el rostro del chico que por fin pudo hablar.

- ¡Genial! Pues ya me dirás de qué vas a ir disfrazada. A lo mejor encuentro un traje a juego.

Y tras ello giró la cabeza hacia la zona de Kaitlin, Eve y Leonard y les hizo un gesto afirmativo con el pulgar hacia arriba y asintió con la cabeza. Si bien, aquella actuación no iba a tener mucha atención especial, pues lo de Nixie Stone sí que había resultado un bombazo.

Me alegré sobremanera de no haber llegado a llevarme de nuevo la copa a la boca, ya que si lo hubiese hecho ahora mismo media mesa estaría bañada en zumo de calabaza. Ellos bañados en zumo de calabaza meintras yo miraba a todos ruborizada y con cara de tonta.

Miré atónita a Nixie sin saber qué decir, incluso llegué a abrir y cerrar la boca un par de veces sin emitir ningún sonido. ¿Qué me estaba pidiendo? Es decir, me invitaba a ir juntas a la fiesta, eso estaba claro pero... ¿Era cómo una cita? ¿O simplemente cómo amigas? Aunque claro, hasta ahora nunca habíamos sido realmente amigas, así que eso sería bastante raro. pero la cuestión era... ¿Qué podía decir?

- Am... - extendí un poco mis brazos con las palamas hacia arriba mientras movía un poco mi cabeza - No sé qué decir. - acabé soltando. Lo único que reflejaba a la perfección y con sinceridad todo lo que estaba pensando. Miré a mi alrededor y me percaté de que había sin duda demasiadas miradas, lo que no me gustó. Si le decía que no, quedaría humillada delante de todo el mundo, y no quería hacer eso. Hasta ahora nunca había tenido problemas con ella y no creía que se mereciese ninguna crueldad (aunque de todos modos yo evitaba eso hasta para la gente que más se lo merecía) - ¿Te apetece venir un momento fuera? - le pregunté señalándole la puerta con la cabeza mientras cogía a Bikkel para poder levantarme. Acto seguido me levanté evitando cruzar la mirada con nadie y salí del comedor con paso decidido.

No creía que fuese capaz de conseguirlo, pero la respuesta de Carrie superó con creces la estupefacción que me había producido la pregunta del Gryffindor. ¿Es que todo el mundo se había vuelto loco? Los miro durante unos segundos y acabo dirigiendo mi vista hacia Jack, intentando entender qué estaba pasando por la cabeza de Carrie. Por supuesto, mi amigo se encontraba como mínimo en mi mismo estado.

Antes de poder decir una sola palabra, unos gritos procedentes de la mesa de ravenclaw me obligaron a girarme hacia allí. No tenía ni idea de lo que había pasado, pero estaba más que claro que estaba relacionado con la rarita de Stone. - Suficiente. - Dije por fin, levantándome del asiento. Ya había recibido una dosis de idioteces demasiado grande para lo temprano que era. - Si no os importa - comenté dirigiéndome hacia los recién emparejados - prefiero perderme el siguiente capítulo de vuestra historia - Tras eso, echo a andar alejándome de la mesa de Slytherin. Lo hago a paso lento, sin tener un destino claro. Hubiese salido del Gran Comedor de buena gana, si no fuera porque era exactamente la misma dirección que estaban tomando Eve y Nixie y, sinceramente, no quería saber nada del tema. Por un segundo barrí la estancia con la mirada, intentando buscar a alguien digno de mi presencia que no estuviese metido en alguna escenita amorosa.

Domingo. Mojo la magdalena que llevo en la mano en el vaso de leche frente a mí, con la mirada perdida en la lejanía, lo que hace que parte del contenido blancuzco caiga sobre la mesa. Desde el día del incidente de Bikkel, gran parte de mi tiempo y mis esfuerzos se han centrado en averiguar pistas sobre los culpables, tanto de ello como de las otras "bromas pesadas". Sin éxito. Tiempo perdido al cual habría dado mejor uso haciendo cualquier otra cosa. Como entrenar, por ejemplo. Si iba a ayudar a Laura con las pruebas de hoy más habría valido que me desoxidase un poco primero. No me apetece hacer el ridículo delante  de la juventud. 

Alargo la mano en busca de una servilleta o sustituto para limpiar la leche derramada cuando Mc Gonagall comienza a hablar. Pongo los ojos en blanco ante la mención de la fiesta. Sinceramente, no me apetece mucho. Sobretodo el tema de buscar pareja. Suelto un pequeño resoplido, audible sólo para aquellos sentados a mi lado y vuelvo a concentrarme en la tarea de untar en la leche sin derramarla. A estas horas de la mañana el cerebro no me termina de funcionar del todo bien. 

Una sombra se cierne sobre mi vaso y levanto la vista para toparme con la dulce mirada de Liliana que, plantada ante mí, balbucea unas palabras nerviosas. 

- Hey. Hola- respondo, casi de forma automática y dejo que la chica continúe hablando. Tardo unos segundos en darme cuenta de que me está pidiendo ir al baile con ella. Abro la boca para contestar, pero la voz de Bonnie me interrumpe. Le lanzo una mirada asesina que rápidamente se torna en sorpresa ante la seguridad impresa en sus facciones. 

- ¿Y cuándo he afirmado yo eso Bonnie?- pregunto, con un tono algo más brusco del que tenía intención de utilizar, dejando claro que no tenía ni la más mínima intención de pedírselo. Esa chica seguía pareciéndome demasiado infantil para mi gusto. Y eso que yo tampoco es que fuese extremadamente maduro. Me vuelvo de nuevo hacia Liliana y, en parte por evitar que Bonnie se salga con la suya y en parte por que de hecho Liliana es bastante atractiva y simpática, le dedico una amplia sonrisa. 

- ¿Por qué no? Puede ser divertido- digo, sin creerme del todo mis palabras. Los anunciados concursos podían resultar un rotundo éxito o ser la mayor cagada del mundo. No sabía por qué lado de la balanza inclinarme. Por lo menos ya no tengo que preocuparme por buscar pareja. Siento una leve punzada de remordimiento, pues no me había quedado claro el otro día si Laura se había insinuado o simplemente me estaba dando información. Sin detenerme mucho en este último pensamiento, lo dejo pasar. Está Cormac. Seguro que estará encantado de podérselo pedir a Laura. Dejo de divagar y rascándome la cabeza, me dirijo de nuevo a Liliana.- ¿Tienes alguna idea para el disfraz?

Antes de que pueda responderme, algo cerca de donde estoy sentado me hace perder el hilo de la conversación. 

- ¿Perdón?- La exclamación escapa de mi boca, sin poder detenerla. ¿Nixie a Eve?- ¿Acabas de oír lo que yo he oído o me lo he imaginado?- le pregunto a la gryffindor, por ser la persona más cercana a mí en esos momentos. Tras un instante de estupor, Eve decide hablar del asunto fuera de las puertas del Gran Comedor y es entonces cuando veo que Kait y Leo se acercan a nuestra mesa. Me encojo de hombros, sacudo la cabeza y les dedico una mirada peculiar. 

- El mundo se ha vuelto loco...

Leo se vio arrastrado por la fuerza que representaba el ansia en estado puro de Kaitlin, por meter las narices en asuntos ajenos. Superior a las suyas propias, y eso ya era difícil. El problema residió en la deformación que sufrió la realidad acto seguido. Caminando hacia la mesa de Ravenclaw, mientras hacía equilibrios con su tostada de mantequilla con una mano, siguió con la mirada a su mejor amigo, Peter. Pero que huevos tiene el cabrón. Soltó por su boca, para Kaitlin. Que rey es. Recuérdame que le haga una estatua o algo en el patio del colegio... Y guardó silencio, cuando Peter, sin más, soltó la pregunta.

No pudo evitar sonreír, al ver la reacción de la camarilla de Carrie. Ojala tuviera una cámara para grabarlo. O al menos, echarle una foto. Habría sido su felicitación de año nuevo, una tarjeta mágica en la que a cámara lenta, se va bien como sus rostros van alcanzando lentamente la sorpresa absoluta, la estupefacción, la impresión, y el desconcierto.

Aproximadamente, la misma que se le quedó a él cuando Carrie aceptó. Agacho la cabeza, mirándolos desde la lejanía Venga no me jodas. Pensó, siendo su cara pleno y total reflejo de lo que estaba pensando. Y no se molestó en ocultar el desconcierto que tenía en aquel momento, sobre lo sucedido. Mi mirada se dirigió entonces a la mesa de Ravenclaw. Bueno, no le hemos dicho que tipo de escoba... ¿No? Una muggle servirá. Susurró a Kait, mientras buscaba una balsa de tranquilidad en la mesa de Ravenclaw, a la que llegó, solo para escuchar a la chica de Slytherin lanzar la pregunta.

Duncan e Ian no fueron los únicos, una tercera voz se unió a la pregunta que realizaron ¿¿Queeeeé?? ¿Pero qué dices?

Ahora si, después de lo de Peter-Carrie y Nixie-Eve, la cara de Leo era un mapa. Con la boca entreabierta, los ojos como platos y habiendo perdido hasta algo de color. No le dijo nada a Eve cuando pasó delante suyo. Tampoco habría sido capaz. Incluso se vio en la obligación de darse unos golpecitos en el pecho, para comprobar que aun seguía latiéndole el corazón. 

Aquello había pasado de fatalmente aburrido, a no poder articular palabra de la impresión. Le devolvió la mirada a Kyle, mientras seguía con la mirada la marcha de Eve, y la situación de Peter, y tomaba asiento delante de Kyle, en uno de los sitios libres. Vale chicos. Consiguió decir. Hizo con las manos, los aspavientos correspondientes a pedir un segundo y calma. ¿Todo lo que acaba de pasar ha pasado, cierto? No me ha sentado mal la tostada con cinco mermeladas ¿Verdad? Pregunté mirando a Duncan, Ian y Kyle.

Y al final, solo fue capaz de articular una palabra que resumía su estado de ánimo en ese momento:

Flipo.

Lo cierto es que Pete no nos decepciono, tal y como esperaba. Contaba con que aquella llamada nuestra a ponerse en pie fuera bastante para envalentonarlo y que se plantara en medio de Gryffindor. Peter siempre era capaz de las cosas más inverosimiles, y aquello no seria menos.

Sin embargo, si algo no esperaba, era que Lewis, Carrie Lewis, aceptara ir al baile con alguien como Pete. Básicamente porque, para alguien tan aparentemente superficial como Carrie, podria no entrar dentro de sus planes ir al baile de Halloween con un chico al que todo el mundo definia como "majo". Y es que, si bien Peter era uno de mis mejores amigos, tambien era cierto que nunca habia sido el sumun del sex-appeal.

De ahi que, progresivamente, se me fueran abriendo los ojos y la boca en un gesto de sorpresa, cuando escuché aquel "sí" de fondo- Venga ya. No. - dije, frenándome en seco, boquiabierta, apretando el antebrazo de Leo en un gesto de total y absoluta estupefaccion. - ¿Seguro que no le han echado ningun Obliviate a Lewis? Lo de que esté más "maja" tiene un pase... ¿Pero esto? - dije a Leo, mientras nos acercabamos a la mesa de Ravenclaw. alucinando con lo que acababa de escuchar.

-Si, yo creo que podemos darle una muggle, a ver que cara se le queda... - dije, secundando la idea de Leo, riendo. Sin embargo, aquella carcajada se transformó en un ataque de tos cuando Nixie le dijo a Eve.... ¡¿Que si queria ir al baile con ella!? Miré a Leo, con el rostro descompuesto, y luego a Duncan y a Ian, que parecian estar flipando tanto como nosotros. -En serio, que le pasa a la gente... ¿Se les ha ido a todos la castaña o que?- dije, al ver como Eve salia con Nixie del Gran Comedor, acabando por dejarse caer en el banco, junto a Duncan, Ian y Kyle, al mismo tiempo casi que Leo.

-Por favor, decidme que vosotros no vais a ir al baile con una gárgola ni nada por el estilo... - bromeé, negando, alucinando aun. Y fue entonces cuando cai en la cuenta de que Liliana tambien estaba alli, sentada junto a Kyle.

¿Me he perdido algo? - pregunte en voz baja a Leo, esperando que él hubiera estado más atento que yo a lo que habia sucedido alli.

Definitivamente, aquel baile de Halloween prometia.

Nixie, que en todo momento había estado esperando la respuesta de Eve, al verla dudar se colocó algo más recta y atenta. ¿Quizás se lo estaba pensando realmente?

Aceptó a ir detrás de Eve hasta que hubieron salido del Gran Comedor. Ahora que estaban las dos de pie, se comprobaba que Eve era un poco más alta que Nixie. Probablemente fueran solo un par de centímetros, pero el caso es que la mirada de Nixie ya no iba desde arriba e incluso parecía una chica tímida más que lo que podría haber parecido hacía unos instantes.

Se pararon y Nixie volvió a mirarla aún con la mano en la cinta de la mochila y esa expresión seria que tanto la caracterizaba.

- Tú dirás.

Liliana sonrió abiertamente, claramente contenta y algo azorada por la situación. ¡Pero le había dicho que sí!

- ¡Genial!

¿Disfraz? La verdad es que no había pensado en ello. Su mente había pasado desde el discurso de McGonagall directamente a ver a Kyle en la fiesta a su lado. Se colocó en fase pensativa, pero la pregunta de Nixie y las sucesivas exclamaciones del resto de compañeros la distrajeron sobremanera. Estaba tan alucinada como el resto de la gente y siguió la mirada de las chicas desde allí. Después llegaron Leonard y Kaitlin rompiendo su momento mágico de estar con Kyle, pero tampoco le importó en demasía.

- Bueno... yo... voy a terminar de desayunar. ¡Pensaré en los disfraces!

Oliver mantenía una mirada ausente pero al mismo tiempo fija en el resto de compañeros del colegio. Casi nadie le miraba pues el centro de atención lo habían colapsado Nixie, Eve, Carrie y Peter. ¡Aquello sí que eran noticiones!

No obstante, alguien sí que le estaba mirando fijamente y no se trataba de Deidre, que continuaba mirando a Carrie exigiendo una explicación para aquel gesto de bondad y masoquismo. Al seguir el instinto su mirada le llevó a la mesa de Gryffindor, donde Katherine le miraba fijamente. Sonreía, si bien no era una sonrisa de amabilidad pero tampoco de burla. Era más una pregunta que encerraba un "¿Sorprendido?".

Se levantó de la mesa de Gryffindor, le comentó a Bonnie desde lejos que después se veían y salió del Gran Comedor con caminar tranquilo.

Al mismo tiempo el correo matutino llegaba al Gran Comedor con lechuzas como mensajeras. Empezaron a lanzar paquetes o a posarse cerca de sus destinatarios.

Para Kaitlin había un paquete que contenía la letra de su madre, para Deidre había otro igual y lo mismo para Patrick. Carrie recibió dos sobres y Oliver, en pie, recibió uno.

Peter llegó hasta sus amigos canturreando un "¡Voy a ir al baile! ¡Voy a ir al baile! ¡Me debéis una escoba! ¡Me debéis una escoba!" Y Laura, sentada al lado de Leonard, parecía concentrada en sus propios pensamientos, seria y distante. ¿Estaría pensando en el quidditch?

Una vez fuera dejé a Bikkel en el suelo a mi lado... Y volví a perder la capacidad de decir cosas coherentes. Sí, ahora estaba fuera de miradas indiscretas y comentarios mordaces, pero aún así no sabía que contestar a Nixie. No me había planteado ir con ella al baile, para nada, había sido algo totalmente inesperado. Si me basaba en eso, era claro que un no debía ser la respuesta.  A eso se sumaba que la parte más soñadora de mí quería ir con Duncan, pero claro, seguro que en estos momentos un montón de chicas de todos los cursos y casas ya se peleaban por pedírselo. Pero, por otro lado... No quería herir los sentimientos de Nixie. Tal vez no era algo tan serio cómo parecía al principio. Tal vez prefería ir con una chica con la que pudiese hablar que con alguien en modo "cita". 

"O tal vez esto es la declaración que te predijo Kaitlin." - pensé con una mezcla de rubor y decepción.

- Hm... Nixie... - me pasé la mano por el pelo echándomelo atrás - Seré sincera. Esto ha sido tal vez lo más inesperado que me ha ocurrido y me has dejado sin palabras. 

Me detuve unos segundos. Yo era persona que siempre daba lo que podía por ayudar, me era incríbleente difícil decir que sí, pero... ¿No sería injusto, incluso cruel, decirle que sí si en realidad no quería ir con ella? ¿No me haría eso una mala persona, aceptar por pena?

- Esto... ¿Por qué me lo pides a mí? Si apenas hemos cruzado un par de palabras en todos estos años... Seguro que hay un montón de - ¿chicos,chicas?- personas que se mueren de ganas de ir contigo. No nos conocemos... Tal vez tras pasar la noche conmigo te das cuenta de que en realidad te caigo mal y has desaprovechado el ir con alguien con quien te llevas bien. - le dije con una media sonrisa.

No era ni de lejos un sí, pero tampoco era una clara negación. Me costaba horrores ser tan directa con algo que podía herir a alguien. Tal vez lo que le había dicho le parecía que tenía sentido y retiraba la invitación... O tal vez insistiese y me diese ella sus propias razones poniéndome entre la espada y la pared.

Ante las palabras de Eve, Nixie no cambió su expresión sin dejar de mirar directamente a los ojos de la chica. Si estaba nerviosa, comenzaba a notarse ligeramente, pues asía con más ahínco la cinta de su mochila.

Qué torura... ¿me querrá responder de una vez?

Esperó pocos segundos para responder cuando Eve le habló exponiéndole sus dudas y el por qué de la sorpresa. Y de pronto, Nixie le habló con total seguridad y la misma franqueza y firmeza con que le había preguntado hacía unos momentos, delante de todo el Gran Comedor, si quería ir con ella a la fiesta:

- Me gustas. Eso es todo.- Y se encogió ligeramente de hombros. ¡Ni siquiera había apartado la mirada de los ojos de Eve al decirlo!