Partida Rol por web

Adivinación. La clase que muchos consideran un desperdicio de tiempo y está claro que por los alumnos que hay en clase así es. Situada en una de las aulas más altas de Hogwarts, la clase tiene un aire enrarecido, con objetos mágicos esparcidos por todo el lugar y con un fuego que no se apaga ni en verano. 

Como respetando un poco la antigua decoración del lugar, en lugar de pupitres hay mesitas redondas donde se pueden hacer grupos de dos y tres alumnos.

En la butaca junto al fuego está sentada la profesora Sunders, la Bruja Ciega. Una vidente famosa que ha demostrado encarecidamente sus dotes adivinatorias... seguramente porque ella carece de una visión normal y desde pequeña ha ejercitado el ojo interior.

-Adelante chicos... no os de miedo a entrar.

Con más molestia que ganas, y oliendo a cuadra, cosa que no se notaba tanto gracias al incienso del aula, entro y directamente voy a sentarme al fondo. Llevaba horas con este olor encima, me picaba el cuerpo, no me iba a poder concentrar a este paso. Aunque sea era una clase, que consideraba un ejercicio de creatividad más que de concentración. Deje volar mi imaginación y decido hacer únicamente acto de cuerpo presente.

Madelain llegó a la clase con el tiempo bastante justo. Había estado ocupada en otros temas que no había podido concluir. Eso sumado a que no le gustaba la materia hacía que no estuviera del mejor humor.

_Buenos días profesora Sunders.

Si los chicos no querían entrar no era por miedo precisamente. Desgraciadamente en esa clase seguía teniendo que soportar a Ollivander, aunque al menos descansaba de Scarlet unos momentos. Fue a sentarse a la mesita donde se sentaba todos los años y aguardó las indicaciones de la profesora.

Llegó corriendo a la clase de adivinación, con los cachetes algo enrojecidos y la respiración agitada por el esfuerzo físico o, quizás, por otra cosa.  Busco una mesa libre y se sentó mientras observa a quien sería su profesora.  Quizás ella pudiera adivinar lo que al el se le escapó.

-Buenos días- dijo respondiendo el saludo.  -Profesora, estuve practicando las artes adivinatorias y debo decir que no tuve mucho éxito.  ¿Me ayudaría después de clase con un... proyecto?- preguntó

Llego andando a clase. Miro a mi alredor. La gente de siempre, la profesora de siempre, la clase de siempre. Miro la mesa donde me solía sentar con Henri, pero en cambio me dirijo a otra en la parte de atrás, en un rincón oscuro que dejaban las velas en una esquina. Tampoco importaba mucho estar detrás o adelante en aquella clase, o a la luz o a oscuras ya que la profesora al ver con su "tercer ojo" te veía igual cerca o lejos, pero bueno.

Con ganas de pegarme a golpes con el mobiliario de la habitación me dejo caer en la silla y reprimo mis instintos homicidas.

Desde nuestra conversación en el comedor, Ashton no me había dirigido la palabra. De hecho había salido tan rápido del comedor que no había podido decirle ni un simple, tío lo siento.

Nada más entrar me doy cuenta de que soy el último en llegar,  - espero no llegar tarde  - pienso mientras compruebo con pesar que mi amigo no se ha sentado en la mesa de siempre. 

Voy al rincón donde se ha sentado, pues no pensaba dejar el tema así, y veo la que supongo será nuestra nueva mesa este año, en la oscuridad, más acorde a nuestro actual estado de animo. Sin decir una palabra me siento esperando que la profesora no me haya visto con su tercer ojo llegando el último.

-Oh... cuantas energías negativas veo por aquí... los dos chicos del fondo... vuestras auras son más bien tirando a negras... así que si queréis continuar en esta clase es mejor que os reconciliéis u os cambiéis de pareja...

Mira a los demás, aunque realmente no puede verlos como vería una persona normal.

-Bien... poneos en parejas y servios un té... vamos a leer los posos... a ver si no estáis oxidados... pero poneos con personas diferentes a las que soléis frecuentar. Y no me obliguéis a hacer yo las parejas.

Se arrellana en el sillón mientras les mira.

-Supongo que os acordaréis, no? el año pasado no suspendí a nadie, así que espero que este año sea igual

"Somos impares..." suspiro. No me gustaban los fanáticos de la Adivinación, yo sólo había cogido ésta asignatura por darle el gusto a mi madre. Eso descartaba a Alan, "Ha practicado durante el verano, por favor" y a Madelaine por motivos obvios. El año pasado había más alumnos, puesto que me ponía a veces con Henri, cuando éste no estaba con Ashton. Decido quedarme callado y ver como se resuelve el problema. Al menos a mi no me hacia falta "el tercer ojo" ni una empatía excepcional para darme cuenta de que la gente no estaba por la labor de tratar en equipo, sobre todo si no es con la pareja habitual.  

Como era habitual, ninguno de los alumnos demostraba un gran entusiasmo por la materia. Era una pena que la otra opción en ese horario fuera aritmancia y no hubiera alguna otra materia interesante para poder elegir.

La profesora pidió armar parejas con alguien distinto a quienes solían frecuentar. Madelain miró a su alrededor. A pesar de sus supuestas capacidades, la profesora no le creería que ya no se hablaba casi con sus compañeras de años anteriores, de modo que buscó entre los chicos de otras casas. Uno demostraba demasiado entusiasmo, estaba descartado. Ollivander también estaba descartado, que era de su casa pero nunca habían tenido relación. Finalmente quedaban dos Hufflepuff, que si bien habían cambiado de mesa siempre estaban juntos, así que no podrían estarlo en esa oportunidad. Además parecían de mal humor, estaban muy silenciosos. Cualquiera de los dos podía servir como compañero, era poco probable que le dieran mucha charla. Madelain se acercó a su mesa.

_¿Alguno quisiera ser mi pareja en esta clase? -les preguntó a ambos-.

¿Reconciliarme con Henri o cambiar de pareja? Difícil decisión. Bueno, la verdad es que no. Lo de hablar las cosas delante de la clase no era lo mío. No era muy de hablar de temas serios, y por lo visto tenía la razón. ¿De qué servía contarle un problema a un amigo tuyo? Pues por lo visto servía para que éste te lo pudiera echar en cara en el momento en el que te viera más hundido. 

- Me harías un favor. - digo una sonrisa a la chica que se me acerca. Compartía varias clases con ella, y estaba seguro que era de Ravenclaw, pero no le ponía nombre. No sé si alguna vez había hablado más de dos frases seguidas con ella.

Cojo mis cosas y espero para seguirla hasta su mesa.

Asiento con la cabeza al chico que aceptó venir conmigo y luego al otro, pero a éste último a modo de despedida.

Camino hasta mi mesa, me siento en mi silla y hago un gesto al chico para que se siente en otra. Me quedo en silencio.

- Me harías un favor, me harías un favor, me harías un favor.....- Cojí mi mochila del suelo y me levanté, no pensaba quedarme solo en aquella mesa.

Pasé por la mesa de Ashton y la chica Ravenclaw sin ni siquera mirarlos.  Me senté con Spencer - ¿A qué coño huele aquí? - decidí no preguntar, ya había herido suficientes sensibilidades como para meterme en más charcos, así que me limité a un simple -¿Sirvés tu el té?

-No sé si nos dejarán trabajar juntos, pero sí.

Me levanto y me acerco a los juegos que ya estaban preparados. Al fuego hervía el agua, así que relleno la tetera y un par  de dosis de hojas de té secas. Cuando vuelvo a la mesa me atrevo a preguntar.

-¿Algún problema con Ashton? Desde lo del tren está bastante susceptible. 

Me siento junto a la chica. No puedo evitar sonreír cuando Henri pasa a mi lado indignado. Así que ahora era él el indignado... una cosa es que no me pidiera perdón, pero vamos, eso era de risa. 

En cualquier caso, lo mejor sería cambiar de tema. Ella no tenía nada que ver con nada de esto, y suficiente era que hubiera venido a mediar como para encima tener que soportar la discusión. Además, eso seguía siendo una clase, aunque fuera la de adivinación.

- No creo que esto vaya a ser muy difícil, ¿no crees? Al menos no más que pociones. - bromeo mientras le sirvo el té. - ¿Empiezas tú o voy yo primero?

Cuando vuelve Spencer con la teterá me pregunta por Ashton. - No te preocupes, cosas nuestras.... - Asthon y yo ya habíamos discutido otras veces y sabía que luego se nos habría pasado un poco y podríamos hablar -Pero vamos, nada que no se arregle luego en la sala común con dos bates de quidditch. - le contesté e intentando cambiar de tema sin responder a su pregunta anadí - ¿Te gusto el regalo de Jones?

Otra vez sentimientos encontrados en Madelain. No quería socializar demasiado con ese chico, pero al mismo tiempo no quería hacerlo pagar por sus problemas; al fin y al cabo era simpático y parecía ser un buen muchacho. Decidió responderle, pero de manera muy medida.

_Espero que no lo sea -respondo sin demasiado entusiasmo-. Lo siento, estoy distraída. ¿No debemos esperar a que nos dé alguna indicación más?

-Mucho.- Sirvo mi taza y la suya, y comienzo a soplar. Para que los posos estuvieran limpios no podíamos añadir azúcar, así que solo podía tomármelo frío para que no resultase tan desagradable.

-Aunque no fue el regalo lo más grato de ese encuentro. De todas formas no me has dicho nada de la propuesta que te hice en el comedor. 

Por un momento pienso en lanzar un Glacius a la taza pero sería excesivo.

-Sr Grant, veo que está solo. Únase a cualquiera de las parejas formadas. 

Observa a sus alumnos mientras se toma una taza de té que ella misma se ha servido en una taza blanca. Quizá lo ha hecho para después leer los posos y enseñarles a hacerlo.

Ninguno de los presentes le caía bien, ni siquiera le caían mal, directamente no sentía nada por ellos y prefería que siguiera siendo así, por lo que agradeció ninguno se acercara a él par formar pareja.

-No pasa nada Profesora Sunders.  Trabajaré sólo si no le importa-

Seguidamente comenzó con el acto adivinatorio, aquello le resultaba sencillo y no presentaba dificultad alguna.  Estaba ansioso por avanzar en estas artes, quizás así pudiera encontrar a sus amigos desaparecidos.

-No pasa nada Profesora Sunders.  Trabajaré sólo si no le importa-