Partida Rol por web

Harry Potter y la Nueva Generación

El Gran Comedor: El Gran Final

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22/12/2014, 06:18
Theodore Lupin

Aquella tarde los murmullos y los rumores eran más grandes que nunca. Todo el mundo especulaba sobre qué era lo que había sucedido aquella tarde para que causara tal revuelo a la profesora Lovegood. La mujer había ido interrumpiendo clase tras clase sin dejar que los profesores terminaran las asignaturas que estaban impartiendo. Con gran nerviosismo y aparente tristeza solicitó a todos los profesores que acompañasen a los alumnos hasta el gran comedor. La cena aún no estaba servida, puesto que los elfos todavía estarían preparándolo todo en las cocinas.

Profesora Helen GreenUna gran imagen flotaba en el centro del Gran Comedor, se movía, sonreía e incluso también se ponía seria. Era la pequeña imagen de la profesora Green que hoy tampoco se hallaba entre los presentes. Pero aquello era demasiado raro, ¿tendría algo que ver Green en todo lo que estaba sucediendo?

Cuando estaban todos los alumnos reunidos en el Gran Comedor, el resto de profesores en su correspondiente mesa, los fantasmas por allí flotando, Booky y demás personal del colegio y todos los prefectos colocados debidamente en sus mesas y ya no quedaba nadie por llegar, Lupin y Lovegood hicieron su aparición.

Iban enganchados por el brazo, Theodore decía palabras de consuelo a Luna que parecía estar llorando a moco tendido. Alguna desgracia se tenía que haber cernido sobre Hogwarts para que la profesora estuviera así.

Luna se quedó junto a Lupin cuando éste llegó a la mesa de los profesores. Sin llegar a sentarse saludó uno por uno a todos los profesores y les dejó una carta que tenía el sello del Ministerio. Según iban leyéndola, los maestros iban cambiando su cara, muchos se ponían a llorar, otros simplemente dejaban de sonreír. La carta del Ministerio traía malas noticias.

Lupin se aclaró la garganta antes de empezar a hablar.

Queridos y admirados alumnos. Luego se dio la vuelta, profesores, luego miró a los laterales, fantasmas, y por último hacia Booky, y demás personal docente de Hogwarts, tengo la triste noticia de informaros de que finalmente, y contra todo pronóstico, la profesora Green ha fallecido. Ella fue la única capaz de ver a quien hizo semejante barbarie en el colegio hace tan solo un mes. La pequeña profesora de gran corazón se ha debatido entre la vida y la muerte pero al final La Parca se la ha llevado consigo. Y ante semejante acto, el Ministerio de Magia ha tomado una decisión.

Lupin dio unos segundos para que todo el mundo se preparase ante lo que iba a decir.

El Ministerio de Magia ha decidido, que dado que Hogwarts ya no es seguro para nadie, será cerrado dijo mirando ahora la imagen de Green, y secándose un par de lágrimas que también brotaban en sus ojos. Ni los alumnos, ni el profesorado, ni nadie está seguro aquí, dijo entristecido, no hemos sido capaces de dar con quien haya hecho semejante acto de maldad. El Ministerio nos dijo que mientras no hubiera muerto nadie que no fuera considerado animal o planta, no habría que preocuparse por el cierre, pero en el momento en que una sola persona muriese igual que lo habían hecho los animales, tendrían que cerrar el colegio. Y me temo que así ha sido.

Así que, queridos y admirados alumnos, os tengo que decir que debéis iros a vuestros dormitorios, preparad vuestros baúles y hacer el favor de despediros. Las clases han finalizado por este año, durante las navidades os enviaremos una carta indicandoos a que escuela de hechicería seréis enviados para continuar vuestros estudios. Algunos iréis a Beauxbatons y otros a Durmstrang, dependiendo de qué escuela esté más cerca. Aquellos que no seais europeos, os dirán también cuál será vuestra escuela donde reanudas las clases.

Después se volvió a aclarar la garganta. Siento no haberos podido defender como es debido, pero me temo que la persona que nos atacó está entre nosotros. Dijo ahora mirando a Bastet. Ya sé que muchos dudasteis de ella, pero yo confío plenamente en Bastet, ella no ha sido. La profesora-gato se llevó las manos hacia sí misma como queriendo mandarle un abrazo por la confianza. Sea quien sea, buscaré pistas e investigaré todo lo que pueda ahora que ya no tenemos que preocuparnos por las clases. Haré todo lo que esté en mis manos para investigar y averiguar qué es lo que ha sucedido. Y creedme que el año que viene habremos dado con el causante y todos podréis regresar a esta escuela.

Y ahora, por favor, ya solo me queda pediros mil disculpas más, y desearos un feliz años a todos, unas felices fiestas y que espero que ahora que ya no volveréis a Hogwarts, os lo paséis igual de bien allá donde vayais. Recordad que tenéis que estudiar mucho, pero nunca jamás dejéis de divertiros, sois niños y eso es lo que tenéis que hacer. ¡Y ahora, marchaos, el Expresso de Hogwarts ya ha llegado y está a punto de partir!

Notas de juego

Bueno chicos, pues finalmente me he decidido por finalizar la partida.

Durante estos meses ha habido muchos abandonos, y muchos de los nuevos no fueron capaces de seguir el ritmo de la partida, por lo que también abandonaron, en vista de que ya no tengo ganas de seguir buscando gente y de que creo que después de dos años largos jugando, creo que ya he cumplido.

Ha sido una gran partida para mi, me lo he pasado muy bien y a raíz de ella he conocido a gente (personalmente) y a grandes jugadores que espero que me acompañen a otras partidas, o que nos sigamos viendo por la web. Ha sido un auténtico placer compartir este tiempo con vosotros, pero ya empezaba a pensar que esto tarde o temprano tendría que terminar y al final he decidido que fuera cuanto antes.

Nadie se merece tener a un máster desmotivado, y así es como me empezaba a sentir. Así que, llegados a tal punto y antes de que fuera a peor, prefiero dejaron con un final que espero que os resulte digno y acorde a lo que estaba sucediendo.

No me queda más que decir, salvo que espero que lo hayais pasado al menos la mitad de bien que yo, pedir disculpas a todos los nuevos que sí que se adaptaron y que solo han podido estar unos meses con nosotros, y que por favor, os despidais tanto on rol de vuestros compis de casa y clase, como del máster y sus jugadores.

¡Un placer!

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22/12/2014, 18:18
2ºR - Eire Winter

Llegué al Gran Comedor con una mirada sombría, y un peso sobre los hombros. No sabía de qué se trataba, no tenía ni idea de qué era lo que estaba pasando, pero no quería imaginarme lo que mi mente me estaba todo el rato diciendo.

Apreté los dientes, y recorrí con la mirada las largas Mesas, esperando que la respuesta estuviera allí, ante mis narices, y todo fuera una broma, algo divertido, una forma de engañar a los estudiantes.

Pestañeé varias veces cuando tomé asiento a duras penas en mi Mesa. No quería sentarme, y no tenía ninguna gana de hacerlo, pero tampoco quería molestar lo que nos tuvieran que decir los profesores, por lo que, finalmente, y con el corazón latiéndome sin parar, me dejé caer en el banco de madera.

Y la noticia llegó, y sentí que mis ojos se salían de sus órbitas y mi mandíbula se desencajaba.

—¿Qué?— dije, en un tono demasiado alto cuando el Director Lupin lo soltó, sin inmutarse. Lo sentí como una bofetada en la cara, sin previo aviso. Un agujero negro se abrió en mi interior. Un agujero que no tenía nada que ver con el hambre, sino como si me faltara algo. Algo que me completaba y que se acababa de ir, o estaba a punto de hacerlo. Lo presentía.

Cuando lo dijo, cuando la noticia salió de sus labios, y llegó a mis oídos, y mi cerebro lo procesó, me quedé blanca, pálida, lívida. Sabía que acababa de perder lo que más me importaba en la vida.

—No, no, no, no— me dije, una y otra vez—. No.

Sabía que estaba siendo egoísta, que la profesora Green no volvería a estar en el mundo de los vivos, ni volvería a respirar nunca más, pero yo no volvería al Colegio, no volvería cada año a lo que consideraba mi casa, mi auténtico hogar. No, no quería irme de allí.

Seguí escuchando al profesor, y, si bien más adelante me parecía que lo que decía era la mejor opción, y que podríamos volver después de un tiempo, en ese instante me resultaba la pesadilla más espeluznante que me había tocado vivir.

—No quiero irme— murmuré, gimoteando, sorbiéndome la nariz. Comencé a ponerme nerviosa, como siempre me pasaba cuando lloraba delante de la gente. Noté la nariz picarme, y los ojos empañados. Traté de calmarme, regulando la respiración.

Suspiré, varias veces, y miré a mis compañeros.

—Os echaré mucho de menos— murmuré, mordiéndome el labio inferior, restregándome los ojos. 

Notas de juego

Ohhhhhh :( T.T

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22/12/2014, 18:57
2ºS - Lì húa Chang -

Li estaba en el comedor escuchando lo que decian los preofesores, lo cierto es que ella como asiatica que es no era muy propensa a mostrar sus sentimientos en publico, ademas el hecho de pertenecer a una familia con una larga tradicion y cierta posicion habia hecho que fuera educada de forma que no mostrara los sentimientos apenas, pero no podia apenas contener unas leves lagrimas, bien era cierto que no habia hecho muchas amistades en el colegio y que no dominaba el idioma, de hecho en numerosas ocasiones habia tenido problemas con el idioma y habia sufrido confusiones y mal entendidos con algunos compañeros, pero le daba mucha pena no poder completar sus estudios alli.

Desde donde estaba no dijo nada, no era una chica de muchas palabras, no queria decir nada, realmente no sentia que pudiera decir o hacer nada, que podia hacer ella, solo era una niña, y ademas no era ni de las mas brillantes del colegio, mientras veia com algunos lloraban ella se quedo sentada mirando al suelo y a la mesa, de hecho fue de las ultimas en levantarse, no porque supiese que sus padres no iban a estar, porque si que estarian, de hecho sabia que iban a estar en el anden los primeros, pero no queria levantarse, aquel comedor, aquellas clases, sentia que si se levantaba desaparecerian y en cierta forma asi era, porque sabia que no volveria alli, otros chicos tal vez volverian cuando se reabriera el colegio pero dudaba mucho que ella pudiera volver

- Volvere a China y tendre que acudir a esos colegio de magos de alli tan...no queria que pensasen que soy especial ni me trataran de forma especial por mi nombre, pero al final voy a volver a eso otra vez, yo queria quedarme aqui y poder seguir siendo una chica mas...

Un par de lagrimas se escapan por sus ojos, pero no podia hacer mucho mas, Li se queda sentada en el comedor practicamente hasta que le obligan a marcharse, pero cuando algun profesor se lo diga se pone de pie y hace una profunda reverencia a los profesores sin decir nada antes de marcharse

Notas de juego

Una autentica lastima, he podido jugar poco tiempo, pero me ha gustado mucho el tiempo pasado aqui, espero que nos veamos mucho mas por la web dire y compis

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22/12/2014, 22:37
2ºR - Ryan Gosling

Cuando llegué al Gran Comedor ya notaba que el ambiente era algo extraño, aun así supuse que seguiría siendo por lo que había ocurrido en los últimos tiempos sobre todo viendo que la imagen de la profesora Green estaba presente allí.

Seguí conversando con mis compañeros de casa hasta que la gran noticia llegó. Hogwarts cerraba sus puertas, no me lo podía creer, había pasado poco tiempo en aquel colegio, pero había sido un año y medio de recuerdos increíbles, de aprendizajes, de magia y de hacer compañeros, por lo que la tristeza me invadió.

Comencé a mirar uno a uno a mis compañeros pensando en si después de aquella noche habría alguna oportunidad de volver a verlos, cosa que dudaba en caso de no ir al mismo colegio.

Me acerqué a Eire y le dí un abrazo.

Yo tampoco quiero irme, pero creo que no hay más opción, por favor prometedme que permaneceremos en contacto - digo tanto a Eire como a Perry.

Creo que debemos ir a hacer las maletas.

Antes de salir, vuelvo a mirar cada uno de los rincones del Gran Comedor para no olvidar nunca lo que aquel colegio le había dado y que en unas horas cerraría y dejaría para no volver más.

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22/12/2014, 23:14
2ºH - Daphne Relish

Daphne llegó bastante confusa al comedor. ¿Qué pasaba? ¿Por qué los habían sacado así de clase? Se sentó entre sus compañeros Hufflepuff, algo temerosa por lo que pudieran contarles. ¿Habrían muerto ahora todos los gatos? Se fijó en la espectral imagen de la profesora Green. Parecía lo que un muggle llamaría “holograma”. No tenía ninguna duda de que todo eso tenía algo que ver con el ataque a las mascotas de hacía un mes.

Y no se equivocaba. Se llevó las manos a la boca con la noticia de la muerte de la gnoma. Nunca le había caído bien esa mujer e incluso llegó a sospechar de ella en relación con El Lunes Sangriento. Pero no merecía ese final. Claramente esa mujer no estaba involucrada. La pregunta ahora era: Si ella era inocente, ¿la persona a la que señaló sería la culpable? No tenía ni idea, pero Lupin parecía dispuesto a defender a Bastet con uñas y dientes.

Daphne no pudo pensar en mucho más. La siguiente noticia le paró el corazón un par de segundos. ¿El colegio? ¿Iban a cerrar el colegio? ¿Y qué iba a hacer ella ahora? No podía separarse de sus amigos. ¿Y si prometía esforzarse más? ¿Y si prometían todos al Ministerio que tendrían mucho cuidado y no se meterían en problemas? Tenía que haber alguna solución.

Su rostro estaba lívido y comenzó a llorar. Lágrimas silenciosas que bajaban por la mejilla hasta su boca, con morros de pato-. ¿Qué haremos ahora? Yo... yo no quiero ir a Beuxbatons ni a Durmstrang, allí no conozco a nadie –Con lo tímida que era ella y lo que le había costado abrirse a la gente, sobre todo a ciertas personas, no podía volver a empezar. Y menos en un lugar en el que se la consideraría “la nueva”, donde todo el mundo ya tendría su grupo, la mirarían raro y... hablaban otro idioma.

Se giró hacia Mircea-. No puedo creer que esté pasando. Con todos los males que ha soportado este colegio y ahora... –Bajó la cabeza, triste, mientras soltaba un suspirito-. Te mandaré bizcochos y pasteles siempre que pueda. Bueno... -se dirigió a todos los presentes en la mesa-. Esto va para todos. Quien quiera probarlos, solo tiene que mandarme una lechuza.

Volvió a hablar solo con Mircea- ¿Quién me va a ayudar ahora cada vez que vaya retrasada en clase? –Sacó un pañuelo y se limpió las lágrimas.

En un impulso de esos que solo salen en situaciones muy desesperadas, fue abrazando a sus compañeros de curso. Subió los pies al banco, se abrazó las piernas y lloró amargamente con la cabeza enterrada en sus rodillas. Cuando el resto de alumnos fueron saliendo de ahí, ella siguió a la multitud. Tenía muchas cosas que recoger y pocas ganas de hacerlo.

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23/12/2014, 00:47
2ºR - Crystal Elizabeth Graham

Alcanzo a llegar cuando el profesor Lupin está dando la nefasta noticia. No podía creer que eso estuviera pasando en Hogwarts. La tristeza se reflejaba en los rostros de todos, no pude evitar que las lágrimas brotaran de mis ojos.
Sequé rápidamente mis lágrimas y busqué a Valentine entre los presentes… Al llegar hasta su lado, ambas nos miramos con tristeza y ella comenzó a llorar también y tomé su mano para consolarla y la abracé contra mi cuerpo, para que no notara la tristeza que estaba sintiendo. Pasando la mano por su espalda, le susurraba: -Tranquila Pequeña, todo va a estar bien- Eso deseaba creer yo también. Miré a mis compañeros. No había tenido oportunidad de compartir mucho tiempo con ellos pero lo compartido había sido bueno y se quedaría en mí por siempre, como quedan las cosas buenas que dejan huella en el alma.
Al juntar mis cosas sabía que me llevaría de allí mucho mas que lo aprendido en las clases. Hay cosas que sólo ocupan un lugar en el alma. Y de eso me llevaría bastante.
Con tristeza miré a los profesores y los saludé uno a uno en silencio… Qué podría decirles. Sabía que habían hecho todo cuanto habían podido y no podía pedirles más. Valentine me acompañaba pegada a mi como una sombra.
Desde ya que llevaría a cada uno de ellos en mi corazón por siempre. Y al levantar mi copa junto a la familia en estas fiestas pediría un deseo por cada uno de ellos. Qué su Luz y su guía siguieran acompañándonos por siempre… Y que la Oscuridad dentro y fuera de estos muros nunca opacara el poder de la magia que habita en el corazón de cada hombre.
Luego de terminar de saludar a todos los que encontré allí, tomé a mi pequeña hermanita de la mano y nos dirigimos en silencio a nuestros dormitorios a preparar nuestro regreso a casa. Pensé en Muffys que me esperaba en su jaula agradeciendo no tenerlo allí sino lo hubiera estrujado para desahogar mi amargura…
Antes de salir del Gran Comedor dirigí una mirada saludando los fantasmas del lugar, quienes seguramente se quedarían allí extrañando el bullicio de las risas de los niños y guardando los secretos del lugar… Intercambié miradas con algunos de ellos y sin mediar palabra con ninguno de ellos sabía que todos deseábamos lo mismo… Volver a encontrarnos algún día…

Notas de juego

Siento no haber sido una gran compañía para ninguno de mis compañeros. Por inconvenientes personales no tuve la oportunidad de narrar demasiado por aquí… Espero que podamos tener esa posibilidad en alguna otra historia de este gran espacio que nos da la posibilidad de vivir aventuras increíbles…
Master un Gracias Inmenso por la paciencia Eterna y por haberme enseñado tanto en el poco tiempo compartido… Un silencio eterno que lo contiene todo………….
Con los que gusten compartir o comunicarse conmigo nos encontraremos por la Web.
Un Gran Abrazo a todos Y Felices Fiestas a Tod@s! Qué la magia nunca deje de brillar en el corazón de cada uno de ustedes… Porque no les quepa dudas que La Vida es Mágia… sólo hay que creer en ella…

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23/12/2014, 01:29
2ºG - Noah

Primero me tocan los huevos a más no poder con ciertas asignaturas y ahora esto. INAUDITO. Y encima pretenderán que me entristezca, claro. Pues no. Por mi podrían irse al infierno.

Oigo como los de Segundo de otras casas empiezan a gimotear.

- Es lo que hay. - les digo. No vale de nada que lloréis como unas nenazas. Hogwarts cerrará sus puertas y unas lagrimitas no podrán evitarlo.

Tras estas palabras me encamino a los Dormitorios de mi casa a organizar mi maleta. No sabía que iba a ser de mi vida pero al parecer mi futuro estaba lejos de estos muros.

Tan sólo echaré de menos a algunos de los de mi casa, Ithan y Eli, otros como Dariel y Nick estaré encantado de no volver a verlos.

Antes de irme me acerco a Sara.

- Ha sido un placer compartir clase contigo. - le digo. Quedará pendiente saber quién de los dos es mejor Duelista. - añado con un guiño de ojo.

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23/12/2014, 01:44
ZZ - Booky el Bibliotecario

Había tantas cosas por las que Booky quería llorar. Helen había muerto, aquella a la que llegó a enviar flores diarias para tratar de convencerla de ir al baile de Halloween, a instancias de dos alumnas realmente pesadas, y que solo era capaz de dedicarle malas palabras, rudos gestos y amenazas de acoso. Hogwarts se quedaría vacía, sin la vida que los alumnos insuflaban en la escuela ahora las paredes no solo seguirían siendo enormes y frías, sino que ahora ni siquiera albergaría inocencia ni felicidad. Los libros de la biblioteca iban a sufrir también, pues nadie pasearía por sus pasillos, ninguna mano juvenil jugueteando en sus lomos eligiendo cual se iría adoptado durante una semana, libre de la presión intelectual de ser un volumen entre muchos otros volúmenes. Y el dolor de saber quién era la persona causante de todo aquello, eso sí que hacía que las lágrimas quisieran brotar, empañando así las gafas que llevaba sin necesidad.

Había tantas razones sí, pero era de los presentes quizás el mayor en edad, muy joven aún para los estándares de su raza, pero sabía que su lugar no era el de surtidor de lágrimas, sino de paño.

El elfo libréstico se fue acercando a cada niño y niña que lloraba, murmurando palabras de consolación, dando palmaditas en sus peludas cabezas y manteniendo a raya sus propias emociones.

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23/12/2014, 09:51
1ºR - Byron Maxwell

Byron llegó al gran comedor extrañado, preocupado por toda la situación que se estaba generando. Cuando llegó al comedor i vió a todos los alumnos reunidos en la hora de clase, estaba claro que algo malo pasaba.  Bueno, la profesora Lovegood ya lo había soltado al suspender todas laS claseS, pero con todos allí reunidos, no hacía falta ser un genio para darse cuenta que algo importante había pasado. Byron miró a Chritopher antes que empezase el discurso de Lupin.

Cuando empezó a escuchar el discurso, Byron empezó a entender todo aquello, la profesora había muerto y como en el mundo muggle. Si había un crimen en una escuela, ésta se cerraba hasta que se aclarasen los hechos. El mundo mágico no era diferente en ese aspecto, pero... Tras tanto tiempo, como conseguirían encontrar el rastro del perpetuador? A Byron todo aquello le mosqueaba. Pero no por el hecho de que cerrasen la escuela: Todo era tan extraño, la magia podía ser demasiado complicada, y él apenas entendía nada de ella. Byron miró a Christopher, y a Edward, y a Matt, y a Willow. Como se enviaban mensajes? Sabrían ellos lo que era una videoconferencia? Tendría que usar lechuza?

- Sabéis lo que es la videoconferencia?- espetó de repente- Bueno, aquí os dejo el número de mi móvil.- dijo mientras rebuscaba en su libreta un papel y, tras partirlo en cuatro trozos, escribir en ellos su número.- Creo que es más rápido que la lechuza, y nos podemos ver las caras! Aunque es una cosa muggle, si no tenéis nada de eso, podemos seguir usando lechuza. - tras sonreír, Byron dió un fuerte abrazo a todos.

Había compartido con ellos buenos momentos, y el hecho de tener que separarse incluso antes de vacaciones podía ser extraño y doloroso. En cierto modo.

Tras la conversación Byron simplemente se fue al dormitorio a recoger. Tenía amigos en Hogwarts, pero apenas había pasado un año en esa escuela de magia, siendo de familia muggle, no le dió tanta importancia al hecho que había entrado en Hogwarts. Otra escuela seguiría siendo lo mismo. Pero sin sus amigos.

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23/12/2014, 12:01
1ºS - Asterope Bletchley

La pequeña Bletchley se sentó junto al resto de Slytherin, a la espera de que Lupin les diera esa trágica noticia. ¿Cuánto más tendrían que aguantar los pobres alumnos? Suerte que ella ya había llegado al límite de lo soportable, así que dudaba que nada fuera a afectarle demasiado.

¿Se equivocaba? En cierto modo, sí. Desde luego, la muerte de Helen Green no la golpeó tan fuertemente como la pérdida de Hefesto; y el cierre de Hogwarts, aunque trágico, fue menos traumático que la pérdida de su varita. No obstante, no se esperaba ninguna de las dos noticias tan duras. Sintió pena por la jefa de su casa, que había fallecido intentando salvar a los alumnos, y sintió pena por el colegio, que tantos siglos llevaba formando a jóvenes magos.

Llevaba años y años soñando con estudiar ahí, igual que el resto de su familia. Aun así, al final lo importante era aprender. ¿Realmente importaba tanto dónde mientras uno pudiera alcanzar el mismo conocimiento? Claro que no. Pero no podía engañarse a sí misma. No quería irse de allí, por mucho que tuviera otras opciones. ¡Ni siquiera había podido terminar un curso en Hogwarts!

Al mismo tiempo que apenada, Asterope estaba algo enfadada. Entendía la decisión del ministerio pero, ¿esa gente podía admitir que mataran animales y no actuaba hasta que un humano moría? Bastante egoísta y negligente de su parte. Ya no solo el hecho de que pudieran declarar seguro un lugar en el que asesinaban mascotas a placer, sino que consideraban que la muerte de cientos de criaturas no era lo suficientemente importante.

Supuso que no tendría más remedio que resignarse. Había oído que en Beauxbatons tenían un buen programa de estudios y que tenían cursos especiales de medicina mágica. Quizás sería una opción acertada. Así que esperaba que la enviaran allí. Pero... Slytherin. Acarició el emblema de su casa cosido a su túnica. Y no sería lo único que echaría de menos.

No era niña dada a mucho sentimentalismo. Y, si bien es cierto que en ese curso había tenido más momentos emotivos que casi en el resto de su vida, también había aprendido la lección de no ser tan cariñosa con la gente. Así que no hubo despedidas amargas por su parte como ocurrió con otros alumnos.

- Ha sido un placer haber estudiado a vuestro lado –dijo sencillamente a sus compañeros de casa, especialmente a Ludmila y Kendra, con quien más trato había tenido-. Nos veremos de nuevo en un futuro, aunque quizás incluso acabemos en el mismo colegio.

Cuando salieron del comedor, fue acercándose a sus compañeros de otras casas, a quienes también debía de decir algunas palabras. Enya, Orsolya, su hermana de varita rota, Matthew, Willow, Maxwell... Incluso Booky, a quien además devolvió un libro que había sacado el día anterior de la biblioteca y que justo llevaba en su mochila. Era asombrosa la cantidad de gente con la que la niña había tenido trato, incluso afecto. A cada uno un comentario diferente, pues no toda amistad era igual. Pero siempre acababa con la misma frase-. Estaremos en contacto.

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23/12/2014, 18:59
2ºH - Mircea Padurearu

Si de una cosa le había servido el último conjuro aprendido había sido para conseguir saber con antelación lo que iba a ocurrir en el comedor. No se debía enseñar a un alumno a colarse en las cabezas de los demás, aunque fuera solo para escuchar sus pensamientos superficiales, y que justo fuera en la clase de Luna cuando ésta recibía las noticias funestas resultaba demasiada casualidad. Su caminar por los pasillos del colegio escuchando el alboroto del resto del alumnado le hacía sentirse pesaroso. ¿Qué iba a pasar ahora?

Tras el anuncio, lo primero que hizo fue asegurarse que sus hermanas estaban por allí. Si había algo por el castillo que podía matar a una profesora capaz como Helen, entonces tenía sentido aquella orden ministerial. Lamentaba perder semanas de clase y no acababa de convencerle cambiar de escuela; le había costado muchísimo encontrar su espacio de Hogwarts y le había resultado muy difícil relacionarse por primera vez con las personas que ahora consideraba sus amigos.

Sabes que cualquier cosa que pueda comerse y quieras enviarme acabará en otros estómagos que no son el mío, sonrió levemente, hasta que Daphne volvió a llorar y aquella mueca se le congeló en los labios. Nunca había sido bueno consolando y ya habían sido demasiadas veces que había visto a su amiga lloriquear, lo mejor era dejarla desahogarse.

Siempre nos quedara el verano, dijo convencido, haciendo su propia versión de aquella famosa película muggle de mediados de siglo XX. Aunque viviendo en Londres es posible que acabemos en el mismo colegio, quien sabe. Pero si el resto de escuelas mágicas estaban divididas también en casas, entonces ahí sí que podrían verse separados. Tampoco le importaba demasiado la verdad, siempre había preferido estar solo.

Cuando se marchó hacia la tejonera escoltando a sus hermanas, estaba dándole vueltas a una idea en su cabeza. ¿Podría pedir al ministerio permiso para ser autodidacta en la magia? Los profesores de la escuela apenas le habían servido, al menos no más que los libros que había ido leyendo para seguir siendo el primero de su curso. Lo único que echaría de menos sería la gran biblioteca. Tenía trece años y aún le quedaba mucho para avanzar en su educación mágica pero montar su propia academia podía ser una idea, una especie de grupo para alumnos especiales, quizás incluso pudiera rehabilitar Targoviste para devolverle el esplendor de antaño... ¿Perry estaría de acuerdo?

Ya se despediría en el tren del resto.

Lástima que no recordara lo que había metido en su sombrero después de clase, se iría llevándose sin querer algo que el director le había prestado.

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23/12/2014, 19:29
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

No fallaba. Ya había ocurrido en el primer año del internado de monjas. Si por alguna casualidad había alguna alumna con las notas hinchadas por haber copiado en los exámenes, haber chantajeado a alumnas más listas para hacer sus redacciones y habían tenido suerte en educación física, el sistema fallaba y el curso acababa yéndose a la porra. Y había vuelto a ocurrir en Hogwarts. Estaban convencidas que lo de la gnoma había sido una tapadera, seguro que la enana verde andaba saltando por los campos con la idea en la cabeza que rebotando se crecía.

¡Ahora tendrían un verano más largo! Comenzaría en noviembre y se extendería hasta el curso que viene en la nueva escuela, o no... ¿Serían capaces de insertarles en un nuevo colegio mágico sin darles opción a desintoxicarse de las formas antiguas y viciadas de Hogwarts? ¡Sería una irresponsabilidad!

Habían ido descubriendo todos los secretos de la escuela, muchas de sus habitaciones secretas, pasadizos e incluso aquella mazmorra ridícula que tenía nombre de estancia medieval y no dejaba de ser un simple sótano húmedo. Pero no habían sido capaces de saber quién realizó la matanza del Lunes Sangriento; si por algo iban a sentirse decepcionadas por el cierre de la escuela era por eso.

Sin darlas posibilidad a hablar con sus compañeros  de aventura secreta, Mircea las escoltó a la tejonera. Habían estado cuchicheando planes y tenían claro que iban a darles un nuevo cometido en la vida a los elfos, pues quedándose en un castillo deshabitado no servirían de nada. ¡Con su magia y su habilidad doméstica podrían rehabilitar el antiguo castillo familiar en nada! Si hasta ahora habían sido los sueños su campo de juego, ahora dispondrían de un lugar en el mundo real, sí. Se llevarían a Retortijones y Abracitos para que crecieran en la naturaleza y no en un ambiente mágico y ponzoñoso como eran los terrenos de Hogwarts.

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24/12/2014, 13:36
2ºH - Morgana LeFay

El nudo que se había formado en mi estomago desde que la profesora Lovegood había entrado en el aula, se iba haciendo más y más grande a medida que me acercaba al Gran Comedor, provocandome un malestar general que nunca había sentido.

¿Por qué...? Al entrar, miré la imagen de la profesora Green, extrañada

Tomé asiento junto al resto de mis compañeros de casa, intercambiando miradas de preocupación con ellos cuando los profesores habían reaccionado de aquella manera al abrir la carta que les había sido entregada por el director.
La noticia de algún modo, no me tomó por sorpresa. Realmente no hacía falta tener demasiadas luces para darte cuenta de lo que estaba ocurriendo, pero de todas formas, oirlo, había sido bastante más duro de lo que creía.

Lo que sí me había sorprendido era lo de la profesora Green. Había estado tan convencida de que ella era la culpable. Y al final había demostrado su inocencia, pero a menudo precio...

No llevaba mucho tiempo con mis compañeros actuales, ni tampoco demasiado tiempo en el colegio... Pero era una puta jodienda. Estos últimos meses me había sentido más Hufflepuff que nunca, y eso se lo debía a mis compañeros de casa. Además estaban las pruebas del equipo de Quidditch, que, por fin, habían sido fijadas. El día había empezado tan bien... Y ahora Beauxbatons se había convertido en mi próximo colegio. Busqué a Dariel con la mirada, y cuando la encontré, nuestros labios se fruncieron al unísono, él también sabía que allí es donde nos llevarían nuestros padres. Teníamos sangre francesa, al fin y al cabo.

Abracé a Daphne cuando se tiró a mis brazos y le acaricié la espalda, tratando de animarla, mientras reprimía una lagrimilla que amenazaba con caer de mis ojos al verla tan devastada.

Éramos solo niños, pero quizás si nos hubiesen dejado investigar más... No sé, quizás hubiesemos dado con algo de utilidad.

- Siempre nos quedarán las lechuzas, ¿eh? -Sonreí, intentando hacerles ver, sobretodo a Daphne, que no tenía por qué ser tan malo. No había nada que pudiéramos hacer, y al menos, gracias a Hogwarts nos habíamos conocido. Ahora sólo teníamos que preocuparnos de hablar entre nosotros, y siendo magos no era algo excesivamente difícil.- Y los polvos flú.

Me despidí de todos aquellos con los que había tenido contacto y salí del Gran Comedor cuando el resto hizo lo mismo. Recogí sus cosas, y antes de abandonar el castillo me reuní con Dariel, para irme junto a él.

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24/12/2014, 14:10
2ºR - Perry Ward

En primer momento la interrupción de la clase había aliviado a Perry puesto que no había logrado el conjuro y no que´ria soportar la reprimenda de Lovegood.  Pero ahora escuchaba anonadado las palabras del Director. No entendía a los adultos. No se daba cuenta de que crecer no te aseguraba ser menos inepto. Eso le parecía el Director Lupin y el elenco de profesores. Unos ineptos incapaces de mantener la seguridad del castillo. ¿Así cómo querían que aprendieran algo los alumnos? Lo que le parecía un sacrilegio era cerrar las puertas del colegio de magia más prestigioso y antiguo del mundo entero, un orgullo para Inglaterra. No le preocupaban las clases, se las apañaría. Lo único que echaría de menos era la enorme biblioteca y a algunos de sus compañeros. Buscó con la mirada a sus compañeros de casa y a sus amigos de otras casas. Eli, Mircea, Daphne...bueno , no se acabaría el mundo, lograría comunicarse con ellos de alguna manera. 

Se acercó a Ryan y a Eire para despedirse de ellos aún conmocionado.

- Bueno chicos, fue un placer compartir clases con vosotros. Siento que no pudiéramos conocernos más. - Intercambiaba con algunos direcciones para las lechuzas o correos electrónicos con los que veían del mundo muggle. Finalmente se acercó a su hermano y se abrazó a él. Sabía lo que le estaba costando su primer año en Howarts pero que cerraran el colegio con el que tanto había soñado entrar sería un palo muy duro.

- No te preocupes Ed, ya verás como todo va bien.

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24/12/2014, 14:28
1ºR - Willow Brontë

Las palabras habían sido claras, y aún así, aún le costaba digerirlas. Sabía que había otros colegios de magia, siempre lo había sabido, pero nunca se había planteado asistir a otro que no hubiese sido Hogwarts. Allí había estudiado toda su familia, y ella quería vivir lo mismo que ellos, quería descubrir todos aquellos pasillos secretos que le había mencionado su padre, nadar en el Lago en verano, vitorear al equipo de Ravenclaw de Quidditch, y un sinfín más de cosas que ni siquiera se le habían ocurrido aún.

Echaría mucho de menos a las gemelas, a Asterope, y a Will y Ed. Echaría en falta las vistas desde la torre de Ravenclaw, las visitas a Booky y el intentar atrapar a algún elfo a punto de entrar a las cocinas.

Hacía sólo unos meses que había empezado el curso, pero se sentía como en casa, y no quería irse. Aún le faltaban muchas -demasiadas- cosas que vivir entre aquellas paredes.

Bajó la cabeza y se mordió el labio inferior, mientras la barbilla le vibraba, indicando que poco le faltaba para llorar. Volvió a alzar la cabeza cuando escuchó al voz de Byron. Un par de lágrimas silenciosas caían por el rostro de la pequeña.

- Mi padre estará más que encantado de ayudarme. -Cogió el número que le había dado Byron y se lo guardó, dedicándole una sonrisa a su compañero. Pero su barbilla volvió a temblar y las lágrimas comenzaron a brotar con velocidad.- Os echaré de menos... -Dijo, mientras se llevaba la mano al rostro para limpiarse las lágrimas. - Mucho. -Añadió esto último, mirando a Will y Ed. 

Cuando los alumnos comenzaron a abandonar el Gran Comedor, se llevó una mano al pecho, donde estaba el lunar, y buscó a Asterope, a las gemelas, a Maxwell y a Matthew para despedirse y prometerles que les llegarían lechuzas de su parte.
A las gemelas, por desgracia, no llegó a decirles nada porque para cuando las encontró, estas se estaban yendo junto a su hermano mayor, entre una muchedumbre de gente.

Les enviaría fotografías máginas del ciempiés. Eso le recordó, que tendría que ir pensando cómo explicárselo a su madre. De momento era pequeño, y fácil de ocultar, pero cuando creciera... No importaba. Seguro que encontraba la manera. Él -y el lunar- eran el único vínculo real que me unía al colegio. No podían quitármelo.

Miró bien todas las salas que iba recorriendo hasta llegar a la Torre de Ravenclaw para recoger su equipaje, y las volvió a observar bien cuando bajó en dirección al Expreso de Hogwarts. No quería olvidarse de nada. Tenía la esperanza de que, quizás, en algunos años el colegio se volviera a abrir. Habían ocurrido desgracias así anteriormente, y Hogwarts siempre volvía a alzarse cual ave fénix una vez volviese a ser seguro. Seguro que esta vez no era distinto. Seguro que podrían volver a casa.

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25/12/2014, 13:22
2ºS - Sam Seeworth

Sam apareció en el Gran Comedor y se fue junto a sus compañeros. No entendía lo que podía haber sucedido para que todos se hubiesen reunido ¿Otro ataque? pensó, mientras fruncía el ceño. Sabía que eso no era posible, así que decidió esperar a ver qué le contaba el director.

Ante la primera noticia, Sam torció el gesto. Green era su profesora favorita. Era borde y arisca, rasgos de personalidad que Sam compartía con ella. No, no estaba ni triste ni apenada por su muerte, en gran parte le era indiferente. Pero no le hacía gracia, pues eso no tenía que ocurrir así. Le hubiese gustado suspirar, mientras negaba con la cabeza, y volver a su vida, pero no habían acabado las noticias.

Cuando se enteró de que el colegio cerraba, no se lo podía creer. ¡Cerraban, para siempre! En su interior, Sam dio saltos de alegría, aunque su rostro no mutó en ningún momento, pues sabía que no era lo apropiado. Al fin, esa basura de colegio con esa estúpida gente se irían al infierno. Y ahora, les destinarían a un nuevo colegio. Sus padres no le habían dejado elegir colegio antes de entrar, pero ahora la cosa era distinta. Supuso que su padre podría mover hilos para que la enviaran a Durmstrang. ¡Por fin podría aprender magia de verdad!

Sabiendo que no podría ocultar sus sentimientos por mucho tiempo, y que a ninguno de los allí presentes le haría gracia, se levantó para irse. Miró a su alrededor, valorando a sus compañeros de clase, y negó con la cabeza. No había allí nadie del que mereciera la pena despedirse, salvo Ludmila. Se acercó hasta ella y le apretó el hombro. Esa fue la despedida de Sam. Al resto, simplemente, les miró a los ojos, sin decir nada. Se alejó de ellos, contenta y feliz, pues sabía que al fin podría cumplir sus sueños.

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25/12/2014, 13:29
2ºH - Sara Lago

Sara llegó allí distraída, pues se había asustado con las palabras de la profesora Lovegood. Sentía una afinidad con esa profesora, y lo que había visto en su cara no reflejaba nada bueno. Nerviosa, con un pequeño temblor en las manos, se acercó a sus compañeros de Hufflepuff, y esperó allí a que empezaran a habla.

Al igual que su mejor amiga, Sara se llevó las manos a la boca, horrorizada, cuando le dieron la noticia de la muerte de la profesora Green. Era cierto que a Sara le daba miedo, mucho miedo, pero nadie merecería morir. En su interior, empezó a pensar por qué Dios habría decidido llevársela a su lado... Bueno, o al lado del Diablo, claro. Ella no era quien para juzgar a nadie, claro, pero intuía que la profesora Green no era buena gente. Seguramente habría hecho muchas malvades en su via, se la veía en la cara, y en esos momentos estaría recibiendo el castigo eterno.

Con esos pensamientos más tranquilos en su cabeza, Sara intuía que no se habían acabado las malas noticias. El temblor de manos la volvió cuando Lupin comenzó a hablar de nuevo.

Al escuchar que el colegio cerraba, Sara no pudo escuchar nada más. Sus ojos se abrieron de par en par, su boca casi se desencajó, y empezó a ponerse roja, como si la faltara el aire. Sólo consiguió respirar cuando el director dejó de hablar, y así las lágrimas fueron al encuentro de la muchacha. Desconsolada, lloró y lloró. Sus lágrimas eran por todo el tiempo allí vivido, por los compañeros conocidos y por el futuro que la esperaba. Ella había sentido en el ese colegio que pertenecía a una familia y, nuevamente, la abandonaban. La dejaban tirada a su suerte, como si fuera una colilla usada. Sintió como la desposeían de todo aquello que quería y apreciaba, como si la arrancaran el corazón y lo tirasen por una ventana. ¿Qué haría ahora ella, una niña sin hogar? ¿Cómo podria volver a una casa que no tenía? Se había quedado sin saber si sus padres eran magos, y sin saber por qué la habían abandonado. En esos momentos, poco la importaba que la mandaran a otro colegio. Hogwarts era su hogar, un hogar que también la habían echado. Volvió a recordar a su amiga Victoria, y lo llevadero que resultaba compartir con ella esos momentos en los que las devolvían al orfanato. Sabía que allí, en ese Gran Comedor, no habría ni un alma que comprendiera cómo se sentía. Se llevó una mano al corazón, sintiendo un gran dolor.

Y ahora.. ahora qué... no podía decir mucho más. Cuando se acercó Noah, Sara vio una mancha borrosa, y sus palabras no llegaban a sus oídos. Sin saber qué era lo que pretendía el muchacho, Sara se agarró a él y le abrazó, dejando que sus lágrimas se quedaran en el hombro del chaval. Y después, se giró a Daphne.

Daphe, su gran mejor amiga junto con Ardeen. ¿Volverían a verse? ¿Volverían a reir y a rezar juntas? El labio inferior de Sara tembló mientras contemplaba a la muchacha, y volvió a llorar cuando se abalanzó sobre ella, abrazándola como no lo había hecho con nadie. ¿Dónde encontraría una amiga como ella, dulce y de gran corazón? Solo le fallaba que no era cristiana, pero eso era tiempo para hacerla entrar en razón, para que viera la luz y sintiera que Dios cuidaba de ella. Estuvo allí, junto a ella, sin poder decir nada, hasta que sintió como se levantaba y se iba con los demás alumnos.

Sara tardó un poco más. Lentamente, empezó a dar unos pequeños pasos. Se detuvo y miró atrás. Había acabado, como un bonito sueño. Había que despertarse.

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25/12/2014, 13:56
1ºR - Christopher Jamal

Chris esperaba encontrarse el comedor lleno de comida, pero se llevó una desilusión. El ambiente era tenso, incluso lúgubre. La imagen de la profesora Green no ayudaba, por supuesto. Pero no entendía qué podía estar ocurriendo.

Se sentó junto a Byron, como hacía siempre que tenía oportunidad, y se quedó contemplando las caras del profesorado. Sin saber por qué, se le formó un nudo en la garganta. Si algo no podía soportar el muchacho, era ver a la gente llorar, pues le contagiaban, y Chris era un hombre, no podía imitarles.

Así, escuchó las palabras de la muerte de la profesora Green. Mirando a la imagen de la profesora, mentalmente le envió un "lo siento", mientras pensaba qué podría haber ocurrido. ¿No iba encontrándose mejor? ¿Qué tipo de criatura había conseguido ese efecto? ¿Y por qué los profesores no habían podido encontrarla todavía? Con todas esas dudas, escuchó anonadado las palabras del cierre del colegio.

No podía ser. Su mente se cerraba a esa idea. Era imposible. No podían cerrar el colegio. ¿Dónde aprenderían magia? Él quería ser un gran mago, había soñado toda su vida con eso (con eso y con comer, por supuesto). ¡Y no podía ser en Hogwarts! Le enviarían a otro colegio, pero todos sabían que Hogwarts era el mejor, y por culpa de la profesora Green, serían magos mediocres.

Escuchó a la gente llorar, pero no los miró. Si no les veía, podría evitar llorar. Pero el nudo no se iba, y amenazaba con crecer y crecer. No, no, no, no, no se repetía mentalmente, aunque alguna lágrima se escapaba.

Video... ¿qué? repitió tras las palabras de Byron. No entendía lo que decía. ¿Era un conjuro nuevo? ¿Y por qué no se lo habían enseñado? Pero entendió rápidamente que no era un conjuro, si no una forma de comunicarse Ah, pues yo no se lo que es eso... Pero a lo mejor alguien de mi familia sí pensó, aunque lo dudaba. Cogió el número del móvil del chico y se lo guardó en los bolsillos de su túnica tras devolverle el abrazo. Miró a Willow y también la abrazó, dándola un beso. Espero que todos vayamos al mismo colegio, no me gustaría perderos dijo, siguiendo a Byron por el comedor para irse a los dormitorios.

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25/12/2014, 16:02
2ºS - Morpho Venom

Tras terminar la clase anterior, Morpho fue corriendo al comedor pues algo, nada bueno, había pasado.

¿Entonces?, ¿es cierto?, ¿cierran el colegio? - preguntaba a los suyos.

Parecía que tendría que volver de nuevo a casa de su padre, aquel ser despreciable que tantas calamidades le hizo pasar durante tantos años. En ese momento lo que más le gustaría sería volve a ver a su madre, a abrazarla, a explicarle las cosas que había aprendido en Hogwarts. Los pocos amigos que había hecho y otros asuntos que se reservaría para la intimidad. 

Pensó en Gwen, su primer amor y luego su mirada se perdió unos instantes para posarse en su compañera de Slythering, Ludmila. Le hubiese gustado ser valiente y decirle algunas cosas, pero él no era así, prefería guardar sus sentimientos para más adelante, descubrir fuera de estas paredes lo que estuviese por venir. 

No sentía pena por la muerte de nadie, con lo que lo que le ocurrió a la señora esa le daba igual. 

Antes de marcharse, se llevó la mano al bolsillo y cogió una piedra verde que él mismo había conservado y dado forma de serpiente. Por su cuerpo ponía:

"La venganza está próxima, mamá"

Se la llevó de nuevo a su bolsillo y pensó:

Aprenderé por mi cuenta, creceré y acabaré con él. Los lunares de su mano izquierda volvieron a dolerle. No se le pasaría hasta poner fin a todo. Ese secreto se iría a su tumba.

Se marchó de allí sin más.

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27/12/2014, 01:33
1ºH - Maxwell Alden

No solo los compañeros de primer curso estaban reunidos en el Gran Comedor. Cientos de niños y adolescentes, quizás la totalidad del alumnado, además de los profesores, habían sido convocados.

Gracias a su precoz estatura, que le hacía asomar sobre las cabezas de la mayor parte de alumnos de los tres primeros cursos, y no pocos de los superiores, pudo ver cómo una carta pasaba de mano en mano entre el profesorado, deshaciendo cada rostro a su paso como una noticia funesta. Dejaban caer la mirada a los faldones e incluso mojaban con lágrimas el regazo.

Fue el director quien tomó la palabra. Llevaba semanas sin librarse del aspecto de encontrarse recién levantado tras una noche en vela, y aquella tarde estaba peor que nunca. Su voz no se quebró durante el discurso, pero unió sus lágrimas a las de sus colegas.

La muerte de la profesora Green no había provocado ninguna reacción a Max. Los viejos morían, así era la vida, aparentemente incluso entre los magos. También sabía que a veces no era necesario ser viejo para ello. Incluso él mismo lo haría, aunque todavía era demasiado joven para detenerse a pensar en ello con seriedad. Era una zorra patética y no iba a echarla de menos.

La noticia del cierre de Hogwarts, sin embargo, fue tan inesperada que lo dejó pasmado, abriendo y cerrando la boca alternativamente, mudo, como un pez.

Se había acostumbrado a la escuela. A pesar de la extrañeza, nunca había estado tan a gusto en ningún lugar. Allí, su única obligación era asegurarse de no quedarse atrás en las asignaturas. No había necesidad de huir, de esconderse de su propia vida de mierda y de los putos viejos. En aquel lugar donde todo era tan extraño que todavía no entendía la mitad de lo que sucedía, podía llevar una vida normal. Incluso había empezado a hacer amistades, o algo similar, que no se basaban en jugar a fútbol en la calle o el patio.

No era una broma de mal gusto. Se alzó un clamor entre los alumnos. Algunos compañeros se despidieron, hablaron de cartas y seguir en contacto. Maxwell se limitó a asentir a quienes se acercaban a él, sin entender realmente lo que le decían, mientras se abría camino entre la muchedumbre hacia la salida.

Voló por los pasillos y atravesó las puertas de salida superiores. Corrió por los terrenos. Saltó la valla y llegó hasta el borde mismo del precipicio. Y allí, en el valle, tal y como había dicho el director, en el mismo lugar del que se había apeado solo unos meses atrás para iniciar su nueva vida, estaba de nuevo el anacrónico Expreso, preparado para acogerlos en su seno y devolverlos a sus casas.

Maxwell se quedó allí sentado unos minutos, con las piernas colgando en el vacío. Cuando el frío fue demasiado para el niño, volvió sobre sus pasos. Tenía que devolver los libros a Booky y preparar sus cosas para el viaje.