Partida Rol por web

Su compañera tenía razón, aquellas entradas parecían las fauces de una bestia. Preparadas para engullirlas en cuanto se atreviesen a adentrarse en lo desconocido. 

-No descartaría algo más literal. Que sea una representación exagerada de quienes los han construido... o de algo a lo que adoran o temen. 

Se acercó a una de las entradas y observó las rocas que simbolizaban los dientes de dichas fauces. ¿Parecían humanos? ¿Animales? ¿Recordaban aquellas entradas a las fauces de alguna criatura de leyenda? 

Bueno, Srita Ferreiro, creo que estas especulaciones son lo que tenemos hasta el momento.  No sabremos nada más hasta que consultemos nuestras bases de datos y armemos hipotesis en forma.   Vayamos ahorita hacia el lago a reunirnos con nuestros compañeros.   

Venga, cuidado con esta orografía caótica y reciente del deslave.   Es de lo más traicionero.  -y diciendo esto, se empezó a movilizar hacia el lago.

No se entretuvo demasiado con aquellas fauces de roca. Parecía complicado sacar demasiadas conclusiones en aquel momento, y había un lugar al que debían llegar. 

Continuaron caminando, siguiendo el camino que habían previsto. Tenían aun un buen rato por delante antes de llegar al lago. Por el camino continuó buscando las huellas. Tenían que estar alerta, los depredadores solían mantenerse cerca de masas de agua. Aquellos eran buenos lugares de caza. 

-¿Cuantas veces has habéis hecho esto ya? Threkor y tu - la forma en que hablaban entre ellos le había dado la sensación de que habían trabajado juntos algunas veces. 

Los dos grupos siguen su camino al norte, hacia el punto de encuentro en la ribera del lago. Con una conversación animada, fortalecida por los recientes descubrimientos y la huidiza figura de las montañas, llegáis antes de los que esperabais.

En este lugar, una depresión en el terreno ha dado lugar a un lago flanqueado a izquierda y derecha por una estrecha orilla y la falda de las empinadas montañas. En uno de los laterales, en el oeste, hay una caverna junto a la orilla que se adentra en el interior de la montaña y, cuando la más mínima brisa recorre el lugar, produce un casi imperceptible silbido que acompaña al sonido de las hojas de los árboles, como un instrumento de viento creado por la naturaleza. Más al norte, al otro lado del lago, suponéis que se extiende el bosque, oculto en la negrura nocturna. En el centro del lago destaca un saliente de tierra, como una llamativa isla en cuya superficie han crecido algunos árboles. La isla debe tener una docena de metros de diámetro y, sobre ella podéis distinguir algo parecido a un objeto o herramienta de madera, de un metro de altura, aproximadamente. Movéis la linterna a izquierda y derecha para intentar obtener una mejor iluminación, pero lo único que conseguís es un tétrico baile de sombras producidas por los troncos de los árboles.

El dúo magnífico formado por Threkor y Martín llegó al punto de encuentro con gesto pensativo, al menos en el rostro del toledano. Por otro lado, su semblante estaba más pálido de lo habitual y se sujetaba el abdomen como si acabara de bajarse de una montaña rusa. Saludó a sus compañeras de "misión" con un leve ademán y suspiró cuando observó el escenario ante ellos.

—Tenemos fabulosas noticias —el sarcasmo en sus palabras era dolorosamente evidente. Tomó el portátil donde se habían descargado las fotos y se las enseñó —Esta sociedad, fuera cual fuera, hacía enterramientos celestiales masivos. Y eso es ser educado. Esta estructura está llena de cadáveres humanos, arrojados como si fueran basura y abandonados ahí para que se pudran y se los coman los animales. Lo peor es que hay restos recientes de animales, así que hay alguien aquí repitiendo el mismo ritual. Encaja con las marcas que viste tú antes en el suelo, Uxía.

El joven señaló los grabados en el lateral de la estructura circular tallada en la ladera de la montaña. Imágenes del Sol y la Luna, de las etapas de la vida (desde una gestación a una encorvada figura), de la semilla a un frondoso árbol... En definitiva, el paso del tiempo.

—En fin —dijo, urgando en la mochila para sacar la lancha inflable que mencionó la doctora Sharada —¿Habéis tenido más suerte por vuestro lado?

... uy si, mija, si te contara, desde hace ya varios años.  La primera vez que trabajamos juntos fue en la India, en lo que ahora todos conocemos como la civilización de las plantas*.  Bueno, pues meses antes de que la Academia de Ciencias de la ONU lo anunciara en aquella histórica ocasión, fue Alma Mater quien fue llamada a explorar sitio y manejado lo mejor que pudo aquel inesperado "primer contacto".   Threkor y yo estuvimos en esa primera expedición, y luego yo participé en preparar el protocolo de Respeto, Protección y Aprendizaje que se estableció poco después, a nivel global, para casos como estos, esos. 

Somos una buena organización, deberías aplicar, para un puesto fijo en ella.

Mira, hablando del rey de Roma. 

Hola jóvenes, ¿cómo están? 

Después de saludarse al reencuentro, tomar un poco de agua, y oir el recuento de Martín, sorprendida aún por la revelación que relataban, añadió:

No entiendo, ¿Cadáveres humanos antiguos, esqueletos o momificados, o cadáveres humanos recientes?  ¿O son cadáveres de animales recientes?   

Entierros al aire libre con acceso ritual a animales carroñeros han sido documentados ya entre algunas civilizaciones.  Sin embargo  las huellas que encontró Uxía no eran todas, o quizá ninguna, de animales carroñeros o carnívoros.  Salvo el "oso".

Ahora, en cuanto al ritual.   "Peleas" de animales domesticados hay en otros pueblos, perros prinicipalmente, pero ¿animales silvestres?  En esos casos sería cacería ritual, no batalla organizada.  El espacio no concuerda.

¿Cómo averiguaron que es lo que hay abajo?      -La doctora parecía adoptar el tono de un examen de grado.- Por "estructura" se refieren a.... al valle entero (!) o cada una de las casas/templos?  Ahh. -Entendió a lo que se refería cuando vió la fotografía.

Si, simbolismos de ciclos vitales.  Comunes, importantes para toda civilización.  

¿Alguno simbolizaba sacrificio, o ciclo alimentario?  

Nosotras, por nuestra parte, algo pudimos ponerle de perspectiva desde aquella colina de deslave, y especulamos -volteó a ver a su compañera, buscando confirmar el consenso con ella- que las estructuras de entrada, el cuello de la "probeta" por llamarle así, tratan de simbólicamente representar fauces dentadas.  Sólo eso; creo se requeriría más trabajo de semiótica o religión para ubicar el tema bien y proponer una mejor hipótesis sobre la relación símbolo-función.  Sólo eso.

Ahora, el lago... miró hacia sus propia luz de linterna, danzando.

Escuché las explicaciones de la doctora sobre lo que habían descubierto de las cavernas en el lado este.

Deberíamos determinar entonces, doctora, si todas las "probetas" como usted las ha llamado representan las fauces del mismo animal. Podría representar cada "probeta" a un animal diferente. Podrían ser representaciones de sus dioses en forma de edificios de culto.

Igual que al resto, se me fue la vista hacia el lago y aquella pequeña isla que se veía dentro de él. No parecía estar lejos e incluso se vislumbraba un tipo de edificación sobre ella.

¿Creen que podremos llegar a ella nadando?

Cogí una piedra del suelo y la lancé contra el agua. Quería comprobar si había actividad extraña en el agua si al final decidíamos ir hacia la isla.

Si, Threkor, seguramente.  Pero, ¿para que hacerlo si tenemos una lancha?  -Se rió de buena gana.

Escuchó con atención a la doctora durante el camino hasta el lago. Aquellas historias la intrigaban enormemente. Tanto lo que decía, como lo que no decía. Lo que hacía Alma Mater era justo lo que ella llevaba tiempo buscando. Pese al riesgo que corrían por estar allí, no se arrepentía lo más mínimo de haberse unido a la expedición.

-Si salimos intactos de aquí a Alma Mater le costará librarse de mi – contestó cuando le dijo que debía tratar de conseguir un puesto en la organización.

Muy poco después se encontraron con sus otros compañeros. Martín estaba obviamente preocupado, mientras que Threkor parecía más entero. La diferencia de experiencia se hacía evidente.

-¿Pudisteis ver las marcas de mordiscos? ¿Tenéis alguna foto de los cadáveres? – preguntó observando las fotos – Por la mordedura es posible saber de que tipo de animal se trataba, y de que tamaño.

Aun estaba observando las fotos mientras sus compañeros volvían su atención hacia el lago.  

-Estamos muy cerca de uno de los edificios en forma de probeta. Si quien sea que vive aquí viaja a la isla, es posible que entre por esta zona. Deberíamos comprobar si hay huellas en la orilla. Incluso huellas de barcas. 

La Srta. Vilar Ferreiro se lanza en busca de huellas. Toda su vida era una continua búsqueda de huellas. Allí, en aquella orilla, las únicas que puede enccontrar son las de algunos mamíferos autóctonos de la zona y, por supuesto, las de aquel enigmático "oso", como le habían apodado.

Todavía más cerca del lago, sus compañeros preparan la lancha hinchable que la Dra. Srinivasan lleva consigo. Todos están enfrascados en sus respectivas tareas cuando un gruñido irrumpe los trabajos. Al alzar la vista al unísono, buscando el origen de aquel grito infernal, de nuevo, sobre un risco, veis la enorme figura humanoide agita sus brazos. Esta vez observáis cómo se agacha y recoge unas rocas del suelo que lanza sobre vosotros entre gruñidos guturales.

Vuestro pulso se acelera. Un impacto de esas rocas podría ser letal.

¡Cuidado todos!!  -La andanada de piedras los agarró de sorpresa.   Los osos no avientan piedras, ergo, este es un ser de nivel de inteligencia superior. -Srita Ferreiro, que bueno que vino usted con nosotros, ¿alguna hipótesis?  -Decía esto muy académicamente a la vez que se cubría con la lancha a medio inflar, lo cual ofrecía más protección, si, pero más riesgo de que la rupturara y entonces tuvieran que hacer como sugería Threkor, y nadar entre estas frías y cantábricas aguas.

Por otro lado, ¿es su intención que no vayamos a la isla?

Digo, si este ser es un descuartizador, entonces estamos en muchos aprietos. 

Y, ya entendiendo lo que encontraron Threkor y el Sr. Gónghorra en todo su horror histórico, ¿una población entera siendo sacrificada, a lo largo de los años?, y ahora, ¿despoblada la zona, y siendo el ritual reducido a animales?  ¿Fue la guerra civil o guerra europea lo que fuera a traer tanta muerte, tantos campos?  ¿Hay records de esto?

Que no se nos distraiga con esas elucubraciones la doctora, que una de esas piedras puede acabar con las hipótesis y quien las arma de una sóla.

Martín estaba demasiado entretenido lidiando con la puñetera lancha — nunca había salido de acampada ni había montado una tienda, siquiera, así que desplegar ese dichoso artilugio le estaba resultando imposible — como para darse cuenta de nada de lo que le rodeaba. Así que cuando todos se habían girado para observar a esa criatura, fuera lo que fuese, alzando una monstruosa piedra y lanzándola hacia ellos, se quedó petrificado por el miedo.

Fue el grito de la doctora Srinivasan lo que lo sacó de su estupor.

—Coñocoñocoñocoño —dijo en un perfecto español, mientras corría todo lo que sus escuálidas piernas daban de sí hasta un montón de piedras cercanas que, esperaba, le sirvieran de parapeto —¡Con el debido respeto, doctora! ¡No es momento de ponerse a dar lecciones!

Que vale, que eso no era un oso. ¡Pero a quién se le ocurría ponerse a charlar cuando los estaban intentando matar!

Se quedó durante un momento mirando a la criatura. Desde el principio había estado segura de que era inteligente. De que era la criatura la que había llevado al resto de animales allí. Ahora estaba claro. No había otra opción. 

Sin tiempo a contestar todavía a las preguntas de la doctora, buscó cobijo mientras trataba de volver junto a sus compañeros. 

No todo iba a ser tranquilo en aquella expedición. Si teníamos como referencia nuestroas anteriores aventuras, era evidente que algún peligro nos acecharía tarde o temprano.

Esta vez todo vino desde aquella figura humanoide que nos seguía desde hacía ya un rato y nos observaba desde las alturas. Lo malo fue que esta vez estaba más agresivo. Quizás estuviera defendiendo algo que para él era querido o simplemente defendía su territorio de invasores externos. O sea, nosotros.

Las piedras empezaron a caer y debíamos poner nuestros cinco sentidos en esquivarlas.

Los cuatro exploradores corren a ponerse a cubierto con éxito, a excepción del Sr. Góngora, que menos acostumbrado a estos escenarios peligrosos como éste, comete el error de correr el línea recta y recibe una pedrada en el hombro, derribándolo contra el suelo recibiendo un buen golpe en el pecho que lo deja sin respiración unos instantes. Cuando recobra el control, se pone de pié y corre bajo un voladizo de roca que lo saca fuera de la vista de la criatura y allí, protegido, comprueba que el comunicador de la muñeca que está en permanente contacto con sus compañeros está totalmente destrozado por la caída. La lluvia de piedras cesa entre gemidos rabiosos del ser. Permanecéis unos minutos temblorosos y agachados para que el misterioso atacante desista y se retire. Minutos en los cuales se escucha una fuerte respiración varios metros por encima vuestra, acompañada de pasos que hacen caer algunas piedrecillas desprendidas y algún rugido lanzado al cielo.

Cuando han pasado cerca de diez minutos, los ruidos parecen haber desaparecido.

Al cabo de unos minutos y tras comprobar que los sonidos de piedras han parado, me atrevo a sacar un poco la cabeza para observar mi entorno. Comprobé si la figura aún se veía en la montaña o no.

Tenía la impresión de estar furiosa con nuestra presencia allí no sabíamos si por un tema meramente territorial o estaba protegiendo algo que hubiera en la zona. Posiblemente aquella isla en el lago fuera un lugar que tuviera especial importancia para la criatura. Quizás un lugar de culto para él.

Otra pregunta que surgía en aquel momento era si la figura que nos había atacado era la misma que vimos al aterrizar o era otra. ¿Era posible que hubiera más de una?

Creo que ya se ha ido. De todas formas tengamos cuidado. Puede ser que esté escondida esperando que salgamos para volver a atacarnos.

Salí del escondite mirando hacia el cielo buscando algo que indicara que la criatura aún estuviera allí.

Creo que ahora es cuando más importancia toma el ir a la isla aquella. Creo que allí hay algo que la criatura está defendiendo o escondiendo.

Apenas llevaba unos metros corriendo cuando sintió cómo algo le derribaba, provocando que tropezara con sus propios pies y diera de bruces contra el suelo. Ya está, estoy muerto. Lo primero que pensó es que aquella cosa, fuera lo que fuese, había saltado sobre él y ahora iba a comérselo. ¿No estaba de hecho hundiendo sus colmillos en el hombro? Lo sentía dolorido, y no podía moverse sin que un latigazo de dolor le recorriera el brazo.

—¡Ahhh! —gritó de dolor cuando la adrenalina dejó de fluir, comprendió que el peligro había cesado, que no había muerto pero que había sido gravemente herido. Seguro que tenía el brazo roto, o dislocado, o se le había salido el hombro.

Encima, el dispositivo que le habían dado para comunicarse entre sí estaba destrozado. Voy a morir aquí solo y abandonado. Me comerán los animales salvajes. Terminaré en ese sitio, como un montón más de restos comidos por los cuervos… En pleno lamento autocompasivo, pegó un respingo cuando escuchó a Threkor a su lado. No iba a morir en soledad, al menos.

Pero no dudaba que si las cosas seguían así, iba a morir.

—A ver… a ver… —dijo, sujetándose el brazo como si se le fuera a caer de un momento a otro —¿Cómo que ir a la isla esa? ¡Hay que regresar! ¡Llamar al helicóptero y que nos recoja! ¡Estamos en peligro! ¿Cómo puedes estar tan tranquilo?