Partida Rol por web

El día transcurría tranquilo, bañado por ese incipiente sol de primavera que calienta los huesos y pone de buen humor a cualquiera. La redacción, sin embargo, estaba agitada. Mucho trabajo y muy poco tiempo. Pocos recursos. A parte de la ayuda inestimable de los becarios, Juan y Ainhoa, el periódico digital estaba gestionado únicamente por dos periodistas, Laura y Olivia, y mantenerse a la altura de otros periódicos más grandes, como El Correo o La Rioja, tanto en cantidad como en calidad de contenidos, resultaba una tarea titánica. 

Solo una hora más, pensó Laura. A pesar de que el contrato en Rioja2 era de media jornada, no era raro que ella tuviera que quedarse junto a Olivia hasta las cuatro o cinco de la tarde. Y todo esto por cuatro duros. ¿Cómo lo hará ella? Parecía concentradísima en su trabajo, apenas apartaba la vista de la pantalla del viejo Dell. 

Revisó la bandeja de entrada una vez más. Todo en orden. Pero justo en el momento en que iba a cerrar el navegador, un nuevo correo saltó con el pitidito habitual del Outlook. Asunto: Mensaje para Laura y Olivia. Remitente: Lantarón. 

¿Creéis que podréis seguir ignorando esto para siempre? Las luces del parque no mienten, tampoco el instinto animal que se aleja de la orilla... y nadie parece preguntarse qué es lo que pasa. Mientras tanto, un nuevo cuerpo, una nueva desaparición, un nuevo crimen en este Logroño oscuro; y mi alma se encoge a cada día que pasa. No soy quién para sacar todo esto a la luz, me juego demasiado. Pero vosotras sí que podéis hacerlo. Os animo a que os preguntéis qué es lo que está ahí fuera... o lo que ha estado siempre ahí fuera. Las incógnitas son muchas y las respuestas son esquivas. Pero a veces, solo hay que hacerse la pregunta adecuada. Los signos están ahí, buscadlos, interpretadlos, y si sois lo suficientemente hábiles quizá algún día averigüéis toda la verdad... o parte de ella.

Joder, otro loco. Como si no tuviésemos suficiente trabajo como para andar prestando atención a estas chorradas. 

-¡Ey! ¡Olivia! Mira lo que me acaba de llegar al correo. 

Olivia se levantó de la mesa, extrañada. Laura, casi por instinto, abrió el buscador de Google y escribió "¿Hay un Logroño oscuro?". 135.000 resultados en 0,7 segundos. Le sorprendió encontrar un hilo en un foro con exactamente la misma pregunta por título. Hizo clic en el enlace y entró. 

Leí con atención uno de los primeros posts del foro, en el que un usuario llamado Daniel hablaba sobre la desaparición de su amigo, Manuel Cidacos, que llevaba desaparecido desde el Lunes. Al parecer, el joven había estado investigando sobre las extrañas desapariciones y los cadáveres que habían sido encontrados en el río. El primero de los usuarios que le había respondido directamente le había dado el pésame, mientras que el segundo aportaba su testimonio, informando de la aversión que su perro había desarrollando hacia el río. ¿Qué diablos estaba pasando?

-¡Olivia, ven un momento, por favor! Acabo de descubrir un foro de internet donde también hablan de un "Logroño oscuro". ¿Crees que tendrá algo que ver con el lunático que nos ha enviado ese mensaje? Hay alguna gente comentando, y parece que coinciden en lo mismo: desapariciones, muertes, perros que no quieren ni acercarse a la orilla del río... ¿Qué piensas?

Repasaba mentalmente la compra que tendría que hacer antes de volver a casa mientras las páginas pasaban ante mí en la pantalla del ordenador repasando la información política que publicaban otros diarios. El panorama que se presentaba no era demasiado alentador pero, por desgracia, se repetía todos los días lo que haría que la gente se fuera acostumbrando a algo a lo que no deberían acostumbrarse. Me revolvía las entrañas ver todo lo que estaba sucediendo, pero poco podía hacer aparte de utilizar los medios a mi alcance para dar voz a los que la habían perdido. Medios por otra parte tan obsoletos que no sabía cómo habíamos sido capaces de seguir adelante.

Pero, mientras me quedaran fuerzas, yo seguiría adelante. Pocos eran los afortunados que podían vanagloriarse de trabajar en lo que les gustaba y a mí siempre me había encantado mi trabajo. De acuerdo que había dejado muchas cosas en el camino, que había habido momentos duros y difíciles, malos y aún peores, pero también muy buenos y eras con esos con los que me quedaba, que había renunciado a lo que otros llamaban una vida normal por una vida sacrificada y sin horarios, pero no me arrepentía de nada de lo que había hecho y, mucho menos, de lo que no había llegado a conservar. Y qué narices, tenía ya quien me aguantara y quien me esperaba impaciente cuando llegara a casa, esos dos diablillos peludos me habían robado el corazón.

Suspiré recordando que tenía que comprarles a mis gatos alguna chuchería antes de centrarme de nuevo en lo que estaba haciendo. Pegué un brinco en el asiento, tan ensimismada me encontraba, cuando escuché a Laura llamarme.

—¿Algo interesante? —Me levanté del asiento para leer el correo del que hablaba mi joven colega, mientras me iba ajustando las gafas que llevaba colgadas al cuello.

Leí con atención la parrafada, enarcando una ceja con escepticismo al ver las palabras sin sentido escritas, pensando en la cantidad de locuras que recibían a diario en el correo. Pero parecía que Laura, seguramente picada por la curiosidad, ya se había puesto a teclear en el ordenador buscando algo que indicara hasta qué punto podía llegar la locura del tal Lantarón.

¿Lantarón? ¿Eso no es un municipio de Ávila?

Con una mano reposando en el respaldo de la silla de Laura y la otra apoyada en la mesa, fui leyendo los primeros post del foro en el que la joven se había metido y no pude evitar la misma extrañeza que mostraba ella.

—Puede ser que haya una conexión. Desde luego el correo y ese foro tienen demasiados elementos en común. —Tenía que reconocerlo, empezaba a sentir el gusanillo de la curiosidad carcomiéndome—. ¿Por qué no escribes algo en el foro? No sé, que tu perro tampoco quiere pasear por ahí o cualquier cosa que se te ocurra. Desaparecidos, ¿cadáveres?, perros asustados,… Parece que lo que tienen en común es el río —murmuré más para mí que para mi compañera—. Parece que la clave es el río. Quizás ese cura sepa algo más del asunto… ¿Qué te parece? ¿Dedicamos algo de tiempo e investigamos si podemos sacar alguna noticia interesante?

-Voy a dejarles algún mensaje para tratar de indagar más en el asunto -decidí, observando los últimos mensajes que se habían escrito en el foro-. Podríamos ponernos a investigar si sacamos algo en claro de todo esto. Puede que tengamos una gran noticia entre manos, merece la pena indagar un poco.

Acto seguido, comencé a teclear para escribir el mensaje en el foro.
 

El foro parece tener vida propia y a lo largo de la tarde unos cuantos usuarios se ponen de acuerdo para reunirse en la parroquia de un tal Santiago. ¿Qué podrá aportar cada uno de ellos al caso? Quizá mereciera la pena investigarlo, así que Laura se promete estar atenta a los comentarios que sin duda seguirán apareciendo los próximos días en aquel hilo de Internet. 

Las cinco. Hora de irse a casa a descansar. El foro sigue abierto, y Laura pulsa el botón "retroceder" que la lleva directamente a la página de resultados de Google*. A parte de este foro, ¿qué más podría encontrar en la red?

Me estiré en mi asiento y comencé a teclear con respecto al tema en Google. Mi primera búsqueda fue precisamente "Logroño Oscuro", esperanzada en encontrar cualquier información relacionada con aquel foro.

Uno de los primeros resultados pertenecía al famoso foro Forocoches. No creí que pudiera encontrar nada de utilidad en aquel lugar, así que arrugué el ceño y pasé al siguiente enlace sin haber abierto ni siquiera el primero.

El segundo enlace era un artículo de la página Elcorreo.com, en la que se hablaba sobre una Ruta Nocturna del Misterio por los lugares más históricos de la ciudad. En la noticia que había encontrado se mencionaba que Logroño había vivido un pasado de templarios, inquisidores y brujas. Aunque el tema de la brujería y la inquisición siempre me ha interesado, no encontré nada relacionado con nuestro caso. Sí, Logroño tenía un pasado oscuro. Durante el siglo XVI, se produjo un juicio en el que doce mujeres habían sido quemadas tras ser acusadas de brujería, pero nada que no hubiera sucedido en cualquier otra ciudad durante el auge de la Inquisición.

Salté varios enlaces más, que no parecía estar relacionados con los oscuros sucesos que ocurrían en Logroño, y decidí encenderme un cigarrillo para relajarme. Le eché un vistazo a mi reloj. En otras circunstancias, me hubiera marchado directamente a casa, pero quería llegar al fondo del asunto, por lo que decidí dejarle un mensaje al joven llamado Daniel.

Después, decidí acudir a la parroquia para reunirme con Daniel y Claudio. Puede que el sacerdote a cargo de la parroquia sepa algo de lo que está sucediendo.

Me mantuve detrás de Laura mientras tecleaba el primer mensaje en el foro y esperé a ver si alguien le comentaba algo, pero al comprobar que por el momento no parecía recibir contestación que nos pudiera interesar y viendo que la joven se ponía a investigar, volví a mi mesa para concentrarme en el trabajo. Sin embargo no podía seguir mirando las noticias políticas ya que mi cabeza no paraba de darle vueltas al nuevo asunto que traímos entre manos.

Se acercaba la hora de salir, pero estaba acostumbrada a quedarme durante más tiempo del que cobraba y, sobre todo cuando me liaba con algún tema interesante, las horas se me pasaban sin darme cuenta. Lo primero que hice fue realizar una búsqueda por internet del chico desaparecido pero, como era lógico dada su edad, no encontré nada, de hecho me extrañó que no hubiera ninguna referencia a alguna red social. Por ese lado poco iba a sacar.

Entonces empecé a buscar noticias de muertes ocurridas en el río Ebro, principalmente a su paso por Logroño pero no descartaba otras zonas como Aragón, y los enlaces comenzaron a aparecer ante mí.

Adolescente hallado ahogado en el río a su paso por Zaragoza. Los bomberos muestran su extrañeza por el lugar donde su encontrando...

Joven ecuatoriano fue asesinado y su cuerpo tirado al río en Tudela...

Un hombre de Logroño confesó haber ahogado al hijo de su pareja, un bebé de 10 meses, en el río...

Aparecen dos cadáveres, de un hombre y una mujer, en el río Ebro...

Incluso noticias que se remontaban 1880 con el fallecimiento de 90 soldados cuando la barcaza en la que cruzaban se hundió. Desde luego ese río se estaba cobrando muchas vidas, unas por negligencia, otras por accidente, pero las muertes violentas también eran unas cuantas.

Tecleé en otra pestaña del navegador el enlace al foro en el que se había metido Laura y mi sorpresa fue grande cuando vi el mensaje que mi joven compañera había dejado. Fruncí el gesto molesta por la falta de compañerismo que acababa de mostrar al concertar una cita en la iglesia sin contar conmigo. ¿Acaso esperaba conseguir un puesto más alto a mi costa? Si era así no podía más que sentir pena por ella.

Suspiré resignada y, al ver que iban a ser unos cuantos los que se iban a reunir a las cinco, jugué mis cartas y me puse a teclear yo también un mensaje en el foro. Me quedé mirando la pantalla sumida en un mar de preguntas hasta que, con una protesta contundente de mi estómago, me di cuenta de que aún no había comido nada desde el desayuno de esa mañana.

—Bajo al bar a comer algo y tomar un café, Laura. Si quieres acompañarme... —Le dije mientras me levantaba, dejaba las gafas encima de mi mesa y recogía mi chaqueta y el bolso.

Escuché el ofrecimiento de Olivia de bajar a comer juntas y a tomar un café.

-Claro -accedí, de inmediato-. Te acompaño. ¿Has averiguado algo relacionado con el río? Por el momento, yo no he encontrado gran cosa. Parece ser que en Logroño se realizó un proceso de la Inquisición en el siglo XVI, y una docena de mujeres fueron ejecutadas, acusadas de brujería. Dudo mucho que esté relacionado con nuestro caso, aunque no conviene descartar nada. También he hablado con Daniel, el chico del foro, he quedado en reunirme con él dentro de un rato. Aunque no estoy segura de si sería conveniente que presentarnos como periodistas que investigamos el caso. Si esto lo está organizando un grupo de farsantes, nuestras carreras podrían peligrar. Y si de verdad hay algo oscuro detrás de esta situación, debemos ser precavidos sobre en quién confiar. He estado pensando en el hombre del mensaje de esta mañana, Lantarón. Parecía saber demasiado sobre este asunto y, al mismo tiempo, no ha querido revelarnos ninguna información. Era como si supiera que cualquier detalle podría comprometerle.

Laura hablaba animadamente mientras Olivia terminaba de enviar un último email. Su voz siguió resonando por las escaleras del edificio cuando su compañera cerró la redacción. El pequeño inmueble estaba situada en la calle Avenida de Portugal, muy cerca de la famosa Calle Laurel, donde la calidad de los pinchos invitaban a acercarse a cualquier hora del día. Las dos siguieron intercambiando opiniones durante toda la merienda (o comida tardía) y el café. Tanto, que apenas se dieron cuenta de que habían dado las ocho, teniendo que apresurarse para llegar al lugar de encuentro a tiempo.

Laura se sorprendió. La Redacción estaba vacía. Era la primera vez que llegaba antes que su compañera, quien acostumbraba a hacer horas extra, antes y después de su turno. Encendió las luces y abrió las ventanas para ventilar. El calor de un nuevo día de verano comenzó a filtrarse poco a poco. Había mucho que hacer, así que Laura retomó el trabajo que había dejado la tarde anterior, un reportaje sobre emancipación y precariedad laboral en jóvenes logroñeses. Al cabo de un rato lo dejó, no podía quitarse a Lantarón de la cabeza. 

La mañana transcurrió tranquila, ni rastro de Olivia. Pero justo cuando su compañera empezaba a preocuparse oyó la puerta de abajo y unos pasos por las escaleras. Ahí estaba, la veterana periodista. No tenía muy buena cara, parecía que no había pegado ojo en toda la noche. 

Me sorprendió ver a Olivia llegando a la redacción tan tarde y, a juzgar por su aspecto, no parecía haber dormido mucho. Pensé que quizá se estaba implicando mucho en la investigación, aunque esperaba que sólo fuera a nivel profesional.

-Olivia, ¿estás bien? -le pregunté, al llegar, un tanto preocupada por su aspecto cansado.

Tanto que indagar, tantas pistas que seguir, tanta paja que quitar antes de dar con algo verdaderamente interesante había conseguido que el tiempo transcurriera demasiado rápido y, cuando se dio cuenta, la mañana casi había pasado por completo. Por lo menos sabía que Laura estaría defendiendo el fuerte sin problemas, era una joven capaz que podía pasar sin ella durante unas horas, aunque Olivia se imaginaba que tenía que estar muy preocupada ya que no recordaba haber llegado tarde ni una sola vez.

No podía negar que, a medida que pasaban las horas, empezaba a sentir el cansancio de la noche sin dormir, o por lo menos sin descansar las horas necesarias, por ese motivo se detuvo a mitad de camino para tomarse otro café, lo que sumó más tiempo aún a su retraso.

—Buenos días Laura, disculpa por no haberte avisado. Sí, sí, estoy bien simplemente que me he enfrascado investigando todo eso sobre el Logroño oscuro. La verdad es que ha resultado una mañana muy fructífera y que tengo bastantes pistas de las que tirar. Mira…

Olivia dejó sus cosas ante el ordenador, rebuscando en su enorme bolso hasta que dio con el bloc de notas, el cual tendió a Laura para que lo leyera.

—Sé que sólo son anotaciones sueltas, pero tranquila, ahora te lo explico. —Le dedicó una sonrisa cansada mientras se sentaba en su puesto habitual—. Anoche escribí a mi amigo Javier para ver si él sabía algo sobre Lantarón y, aunque no me pudo decir gran cosa sobre él, sí que me dio un par de enlaces de nuestro propio periódico. Es increíble lo poco que me fijo en los comentarios que deja la gente a nuestras noticias. Mira… esas anotaciones están sacadas de esos comentarios en estas dos noticias.

Olivia abrió dos pestañas del navegador y en cada una de ellas, en la barra de direcciones, tecleó la relativa a cada una de las noticias:

Noticia número 1

Noticia número 2

—Quizás fuera idea preguntar al resto del foro si saben algo sobre todo esto ¿no te parece?

-Vaya, parece que las dos hemos estado ajetreadas -comenté, al ver el bloc de notas de mi compañera-. Yo también he examinado algunas noticias que he encontrado por la web, relativas a suicidios. Parece que algo lleva cociéndose en Logroño desde hace mucho más de lo que pensamos...

Cuando Olivia me mostró los dos enlaces de noticias en el navegador, hice un gesto de asentimiento.

-Consulté esa noticia ayer -añadí, al ver abrirse la primera pestaña-. Creo que sería útil indagar acerca de cada uno de los sucesos que tuvieron lugar durante el año 1993. El tal Marcos Díaz parece saber bastante del tema, quizá podríamos tratar de averiguar de quién se trata. Podría echarnos una mano. También podríamos hablar con las personas que estuvieron en el 93 en la obra del Ebro, y también podemos echar un vistazo a ese subforo que le han recomendado a Lantarón.

-Aunque no creo que esto sea sólo algo que sucedido en 1993. Ha pasado más veces, otros años. En esa misma noticia -indiqué a Olivia que descendiera hacia los comentarios-, el usuario nanolitro menciona que lo que pasó en el 93 fue malo, pero que, según él, lo de 1999 fue mucho peor. No sé a qué se refiere, pero he encontrado un patrón. Es como un ciclo, todo se repite en un período, primero de seis y luego de ocho años, después vuelven a ser seis. Al menos hasta el año pasado. Mira.

Arranqué una página en blanco de mi cuaderno de notas y comencé a escribir, formando una pequeña e improvisada tabla con los años en los que había sucedido cada tragedia.

-Si mi teoría es cierta, hay un patrón de tiempo muy concreto entre cada oleada de tragedias -indiqué, y comencé a señalar con el bolígrafo el año en cada columna, leyendo el período entre un año y otro-. Ocho. Seis. Ocho. -Me salté la columna del 2012, de la que aún no tenía suficiente información-. Seis... Y el patrón se rompe en el 2016, justo hace un años. Quizá podríamos investigar si sucedió algo previo a los ochenta, quizá en el 79 o el 77. Hay también algo extraño, y es que tanto en el 2012 como en el 2016 los cadáveres que se hallan juntos son un binomio de hombre y mujer, lo que podría encajar con una especie de ritual.

-Y hablando de rituales, en una de las noticias de suicidios que salieron en nuestro periódico, un usuario llamado Hermandad mencionó la posible existencia un culto cristiano, seguramente un brazo armado de La Inquisición. Existió durante el siglo XVI y estaba amparado por el Rey y la Iglesia Católica, y su finalidad era acabar con los herejes y pecadores que entraban en la ciudad. Teniendo en cuenta que Logroño es una ciudad por la que pasa el Camino de Santiago, es evidente que por aquí pasaron muchos penitentes, y quizá también herejes llegados desde otras partes de Europa. Lo verdaderamente importante y que podría relacionarse con nuestro caso es que tenían su base establecida cerca del río Ebro, bajo tierra, y se desplazaban por la ciudad a través de túneles y bodegas. Hermandad decía que esta gente usaba métodos poco ortodoxos para purgar la ciudad de herejes.

-He visto también que hay un patrón de suicidios en la zona de La Grajera, pero no sólo de ahorcamientos. Al menos dos personas lo intentaron con pastillas, un hombre lo intentó con el gas del coche, e incluso hubo alguien que se quiso arrojar al río. Todos en La Grajera. Mi teoría es que podría haber algún tipo de sustancia en el agua de la zona de La Grajera que, quizá, haga enloquecer a la gente o sumirlos en tal estado que haga que se sientan tan deprimidos que quieran suicidarse.

Olivia escuchó como suma atención lo que le contaba Laura, estaba claro que las dos habían encontrado mucha información y que, en su mayor parte, habían llegado a obtener la misma a través de vías distintas.

—¿Una especie de secta o algo así? Sí, podría ser, me parece una buena idea para investigar. Además, yo también he oído hablar de todas esas bodegas, de hecho en uno de los comentarios alguien hace referencia a ellas. Se podría ir al ayuntamiento para ver si tienen los planos de esa red de túneles y bodegas, quizás viendo por dónde trancurren podamos sacar algún tipo de patrón geográfico.

Le parecía un punto interesante y ya se estaba imaginando a un grupo de locos que, imaginándose vivir en tiempos pasados, se juntaban para ofrecer justicia mal llamada divina a los que consideraba impuros o a saber qué.

—También se podía buscar algún punto en común entre las víctimas que conocemos de esos suicidios, tanto de las que lo consiguieron como de las que lograron sobrevivir. Indagar un poco en sus vidas, si tenían problemas, de qué tipo, qué clase de vida llevaban… Podría darnos alguna pista.

Y por supuesto estaba el tema de La Grajera, ese era uno de los puntos que más le habían llamado la atención cuando elaboró su lista de notas.

—En Japón existe también un bosque —echó un rápido vistazo a sus anotaciones— Aokigahara, el bosque de los suicidios, que curiosamente la mayoría se producen por ahorcamiento, desde luego es un lugar lleno de leyendas e historias populares.

Olivia soltó el bloc encima de la mesa y se recostó contra el respaldo de su silla. Había tanto que investigar, tantos hilos de los que tirar que dudaba mucho que tuviera tiempo para hacer todo lo que tenía pensado hacer.

—Mucha información, tendremos que ir pasito a paso. Podríamos empezar por intentar localizar al tal Marcos Díaz y a las personas que trabajaron en las obras del Parque del Ebro allá por el 93. —Se quedó unos instantes mirando fija a la pantalla del ordenador aún apagado—. Y también está el tema de los niños… Han aparecido cadáveres o restos óseos, así como el asunto de el o los pederastas… Bufff… Tendremos que repartirnos el trabajo e incluso buscar ayuda, quizás los que estuvimos ayer por el río tengan ganas de ayudarnos.

-Sí, parece que con toda la información de la que disponemos se nos abren muchas posibles vías desde las que comenzar a investigar -admití, asintiendo ante las palabras de Olivia-. Creo que deberíamos reunirnos con ese joven, Daniel, y también con el sacerdote y el guardia. Parecía que ellos también estaban interesados en llegar al fondo del asunto. Además, debido a sus empleos, Claudio y Santiago podrían tener acceso información a la que nosotras no podríamos llegar con la misma facilidad. Podría ser buena idea que quedásemos de nuevo los cinco para continuar investigando y repartirnos el trabajo.

—Me parece buena idea. Espera. —Olivia encendió el ordenador y, mientras esperaba que cargara el sistema operativo, se giró de nuevo hacia Laura—. Voy a dejar un mensaje en el foro, a ver cuándo pueden quedar de nuevo y así, tal y como dices, tener la oportunidad de repartirnos el trabajo. Además, quién sabe, quizás alguno de ellos haya descubierto algo más.

Cuando por fin el ordenador estuvo encendido, abrió el navegador y buscó la página del foro que tenía en favoritos, tecleando un mensaje para que los demás pudieran verlo y, así, conseguir concertar una nueva cita para poner sobre la mesa todo lo que habían descubierto y los planes de investigación futura.

Aquella mañana Laura la pensaba dedicar a estar algo de tiempo con su pareja, que por fin había vuelto del viaje. El día era claro ofrecía multitud de posibilidades. Dar un paseo en bicicleta, ir al monte, ir de compras o incluso quedarse holgando en la cama hasta mediodía. Sin embargo, el temprano mensaje de Olivia dio al traste con todos esos planes. "Laura, tengo nuevas informaciones. Importante. Reúnete conmigo a las 9:00 en la redacción". 

Laura optó con priorizar y pasarse por la oficina, a pesar de que era sábado y que esas horas extras no se las iba a pagar nadie. Al fin y al cabo, la situación lo merecía.

Olivia estaba ya esperando en la redacción, de pie, algo nerviosa, cuando Laura llegó por fin. No le dio ni tiempo a sentarse a su joven colega. Laura, tienes que ver esto. Le hizo un gesto para que fuera a su ordenador. En la pantalla se podía ver la aplicación de correo de la reportera, y el extenso contenido de un mensaje. -Anoche me escribió uno de mis contactos. Un forense que estuvo bastante activo en los años noventa. Le pedí información sobre algo parecido a un informe forense que pudiera estar relacionado con las obras del ebro. Creo que hemos dado en el clavo. Echa un vistazo. 

Laura notó la agitada respiración de Olivia por detrás de ella, mientras leía el mensaje de la pantalla. 

En respuesta a:

"Buenas tardes, Mateo.
Espero que te encuentres bien. Te escribo para preguntarte si sabes algo sobre unos informes de forense relacionados con las obras del Ebro del 93, tal vez algo que se encontró al remover la tierra durante las obras. También ando sobre la pista de un hombre llamado Francisco Martín Pinedo, que participó en las obras como constructor y falleció en extrañas circunstancias después de haber recibido un montón de dinero. Tengo una carta de un colega suyo que le escribió preocupado a este respecto. Quedo a la espera de noticias, cualquier dato que me puedas dar será de gran ayuda.
Un saludo, Olivia.

 

Hola Olivia, 

que sorpresa volver a saber de ti, espero que estés bien. Veo que sigues tan ocupada como siempre y que no me consultarías algo así si no fuese importante, así que me he puesto manos a la obra esta tarde, después del trabajo, y he revisado los históricos del archivo forense. No sé en qué andas metida, pero agárrate que esto es demencial.

En el archivo informático no había nada por supuesto, estamos hablando del 93. Y en las copias oficiales tampoco, ni rastro del suceso que me comentas. Pero no sé por qué, quizá una corazonada, se me ha ocurrido mirar la pila de originales. Era un caos y me he vuelto loco para encontrarlo, pero resulta que sí que hay un informe forense del 93 relacionado con las Obras del Ebro. Diría que el hecho de que no haya copia oficial ya es bastante extraño, pero he alucinado cuando lo he leído en profundidad. Te lo resumo a continuación. 

El informe fue realizado tras el descubrimiento de una fosa común que apareció al remover unas tierras en el parque del Ebro, cerca de la puerta del Revellín. Aparecieron bastantes huesos, así que las obras se detuvieron por unos días. El cuerpo forense recuperó todos los restos y se hicieron algunos análisis, aunque no he encontrado el informe técnico de los mismos. Tal y como sospechaban, se tratan, en su mayoría, de huesos provenientes de, efectivamente, una fosa común, según la datación es muy probable que fuesen de la guerra civil. Al fin y al cabo no es tan raro que nos encontremos algo así de vez en cuando. Pero también había un segundo grupo de huesos, y es aquí donde se pone interesante la cosa. No son de varones de entre dieciocho y cincuenta años, como en el caso anterior. Son huesos de bebés, de niños y niñas de entre 1 y 6 meses. Por lo menos pertenecientes a 6 cuerpos diferentes. A estas alturas me estaban entrando escalofríos, pero el informe sigue. La datación de los huesos: no son de los años treinta, sino de los años sesenta. O sea, que hay huesos mezclados con más de 30 años de diferencia. ¡En la misma fosa! Una locura. La única explicación posible es que alguien que supiera la localización de la fosa, volviera abrirla en los 60 para enterrar a esas pobres criaturas. 

No sé que pensar, Olivia. Esto es muy serio y debería ponerlo en conocimiento de mis superiores, pero quería pedirte opinión antes. Hay dos hechos que me inquietan. Uno, ¿por qué este hallazgo nunca trascendió a la prensa? He estado revisando los periódicos de los días posteriores al descubrimiento y nada, no hay ni una nota a pie de página. Por otro lado, el informe forense no estaba recogido en los informes oficiales. Esto solo ocurre cuando un original es desechado por falta de resultados concluyentes o por decisión judicial. Lo que me inclina a pensar, y he aquí el motivo de mi cautela al mencionar este tema, que alguien dentro de la policía retiró este informe en 1993, haciéndolo desaparecer de forma oficial. 

Me quedo inquieto, trataré de darle vueltas este finde. De hecho, creo que no voy a poder quitármelo de la cabeza. ¿Qué debería hacer, Olivia?

Un abrazo, 

Mateo

Todavía no he respondido a Mateo. -aclaró Olivia. ¿Qué te parece? 

Observé el mensaje, esperanzada por las palabras de mi compañera y comencé a leerlo en silencio. Al terminar, podía sentir que mi cuerpo se hallaba temblado por la pura impresión que me había producido saber que nuestra ciudad se hubieran tratado de ocultar los cuerpos sin vida de bebés de apenas unos meses. Ya había escuchado a Olivia teorizar sobre una posible fosa de la Guerra Civil, aunque la verdad había resultado ser mucho más escabrosa.

-Creo que tu compañero no debería ponerlo en conocimiento de sus superiores, por su propia seguridad. Avísale de que no lo haga, esto es muy gordo -dije, respirando hondo-. ¿Una fosa común de la Guerra Civil reabierta para colocar cadáveres de niños de apenas unos meses? Puede que tenga algo que ver con los casos de pederastia de los años 90, pero es muy extraño... Esa secta, esa hermandad, se dedicaba a "ajusticiar" herejes y, por lo que hemos visto, también silenciar a todos los que sabían sobre sus acciones, como los obreros que intervinieron en la construcción del parque. Pero, ¿qué culpa podían tener unas pobres criaturas de pocos meses que no le habían hecho nada a nadie? -Una idea se formó en mi mente, aunque resultaba un tanto desagradable-. Puede que incluso hicieran rituales con ellos...