Partida Rol por web

21 de octubre de 2000

Para no haberse tenido que echar a la calle por la pobreza o por haber sido expulsado de casa, Donny se había adaptado muy bien a la mendicidad. Debía de ser verdad que lo llevaba en la sangre.

A la salida de un supermercado, en la tarde-noche, Donny merodeaba en busca de una limosna o de comida olvidada. Sus dones le permitían comer todos los días, sí, pero de vez en cuando era bueno echarse algo de verdad a la boca. Y ya se había hecho a la esquina en la que estaba tirado. El guardia de seguridad le tenía miedo, así que no venía a echarle. Y la manta que se había agenciado le daba mucho calorcito.

Lo que no se esperaba era ver a Niebla-de-verano saliendo del supermercado con una chica negra y un montón de bolsas de papel llenas de comida hasta los topes.

Había peinado el parking en busca de alguna lata perdida o fruta aplastada, y se dirigía a los contenedores para buscar comida caducada. Se quedó parado cuando vio a su mentor, y se aseguró de que era él. No estaba acostumbrado a ver a Tommy fuera del clan. En realidad ya no estaba acostumbrado a verle, punto.

Frunció el ceño y se acercó despacio y de frente, de manera que el Ahroun pudiera verle llegar.

-Ei, Tommy.

-Donny.

El Hijo de Gaia se detuvo en seco, sorprendido por la aparición de su pupilo. La chica le miró como si dijera, "¿quién es este chaval tan raro?", pero Tommy no contestó.

-Hace mucho que no te veo. Las chicas deben de echarte de menos. ¿Va todo... bien?

Torció la boca. Dudaba mucho que Ashley, Viviane y Kate la echasen de menos. No miró dos veces a la chica. Estaba más que acostumbrado a no causar una primera buena impresión.

-Claro. Me he pasado a comprar algo de cena -dijo, echándole una mirada significativa a las bolsas-. ¿Qué tal va todo?

-Hemos venido a comprar algo de comida para el Clan. Ella es Tanya -dijo refiriéndose a la chica-. Es una Pariente, así que puedes hablar de lo que quieras.

La Pariente miró a Donny como si comprendiera por qué le parecía tan raro. Todo tenía un motivo.

-No sé si te has enterado, pero los Buscadores han vuelto a marcharse a Chicago en busca de nuevas presas. Parece que el Wyrm está moviendo ficha con los chupasangres. Por lo demás, no hay mucha... ¡ah, no! Ha llegado una chica nueva, otra Furia. Es la hija de Mary que hasta ahora ha estado en Escocia o algo así. Cada vez nos sentimos más en desventaja -dijo Tommy con una sonrisa forzada.

Saludó a Tanya con un breve gesto de la cabeza y carraspeó, incómodo. No se había acercado para charlar, sino para ver si Tommy se apiadaba de él y le daba algo de comer. Era un Hijo de Gaia, después de todo. Y técnicamente formaba parte del Clan, así que parte de esa comida le pertenecía. Pero hacerle sentir incómodo hasta que soltase un par de latas de conserva tampoco le parecía mal. La mayoría de sus ingresos venían de gente que esperaba el autobús, y por tanto no se podía escabullir.

-Dímelo a mí -respondió Donny, sin sonreír ni apartar la vista de la comida-. Tendré que ir a conocerla.

Tommy hizo un ruido con la garganta y metió la mano en una bolsa para sacar de ella un manojo de plátanos y un par de latas de alubias. Se las tendió a Donny, dubitativo.

-¿Te vienen bien estas? -preguntó el Ahroun, no demasiado contento-. Oye, no tienes por qué hacer esto, ¿sabes? Podrías haber elegido otra vida.

-De perlas.

Cogió la comida y la apoyó en la bolsa, sujetándola con una mano para que no se cayese. Desvió la mirada y bufó. Había pensado en convertirse en un Hijo de Gaia, pero francamente, le daba igual que las tribus se matasen entre ellas o que los cachorros tuviesen un lugar donde estudiar. Y no soportaba la vida en el clan.

-Así estoy bien. Tony y Jenny son buena gente. Es mejor que matar mi propia comida y cavar caminitos en la nieve. -Hizo una pausa, reuniendo agallas para lo que venía a continuación-. Gracias, Tommy.

-Matar tu propia comida y cavar caminitos en la nieve es mejor que asesinar a un transeúnte que no te da limosna. Deberías encontrar un modo de canalizar la Rabia -observó el Hijo de Gaia reordenando la bolsa de latas.

Precisamente a canalizar la Rabia era a lo que Jenny le había invitado alguna vez. "Los Ahroun tenemos necesidades especiales que no podemos solucionar con humanos. Sólo otro Ahroun puede soportarlo", le había dicho. Lo mismo podía ser una invitación a un rato de sparring que de sexo salvaje.

-No tengo ningún problema con mi Rabia -mintió-. Las buenas gentes de Naperville están a salvo. Persigo palomas y separo la basura en los contenedores. Salvar a Gaia y tal, ¿no?

Tiró de la cremallera y logró abrirla lo suficiente para deslizar las latas dentro de su fetiche. Era cierto que los ejercicios que le había enseñado Tommy no tenían mucha aplicación en la calle, pero se las apañaba. Casi siempre.

-Deberías venir algún día al Clan -insistió Tommy-. Hay que mejorar tu manera de pelear. Sigues quedándote quieto como un pasmarote.

La chica le miró como si dijera "¿nos vamos ya?".

-Vas a venir, espero.

-Sí, sí. Me paso por allí -aseguró-. Nos vemos.

Tendría que ir tarde o temprano. Se suponía que era parte de una manada, y Viviane era a la única a la que veía con cierta regularidad. Se apartó para abrirles el paso y emprendió el camino de vuelta a su esquina.

Tommy se alejó y el Roehuesos pudo sentarse donde quería. Ya tenía cena, y puede que desayuno. La noche cada vez se estaba poniendo más fresca y era momento de buscar un sitio donde dormir.

Se sentó en un rincón y dio cuenta de una de las latas. Las alubias estaban frías y apelmazadas, pero le supieron a gloria. Era bueno recordar que tenía papilas gustativas de vez en cuando. Cuando terminó de chupar la tapa y de rebañar el fondo de la lata con los dedos la tiró a una papelera. Después de descansar la cena se levantó y cargó con sus cosas para buscar algún sitio tranquilo donde pasar la noche. Había oído que desde que un oso se comío a unas cuantas personas en un McDonalds la zona estaba bastante vacía por las noches.

Donny tomó el camino más corto hasta su zona de dormir. Había un callejón bastante aprovechable donde, si echabas unos cuantos cartones y unas mantas, podías dormir bastante a gustito. Además, cerca había unos contenedores que podía utilizar para tener intimidad, y el restaurante no abría hasta la mañana siguiente.

Aquel día no tenía cartones. Debía habérselos llevado alguien, o los habrían tirado. No se molestó en buscar más. Era un buen sitio; quizá si tenía suerte y madrugaba podría encontrar algo de desayuno en los contenedores. Se pasó un rato tirando de los contenedores para hacer un pequeño refugio en el que tirar su manta, y ahí dentro se metió. Cambió a su forma de lupus y se acomodó antes de tumbarse para dormir, hecho un ovillo oscuro y maloliente.

El sonido del motor de una moto despertó a Donny. En el callejón se adivinaba la silueta de Viviane mientras bajaba de su motocicleta. La Furia Negra le había buscado en sus sitios habituales y no le había costado dar con él en aquel sucio callejón de al lado del McDonalds. El Roehuesos se había hecho un refugio tras unos contenedores y había decidido dormir en forma de Lupus, como si no esperase compañía.

La Ragabash echó un vistazo alrededor para asegurarse de que no había gente cerca que pudiese interesarle aquel trasto viejo fácil de vender. Olisqueó el aire aun estando en su forma homínida y reconoció por debajo del pestilente hedor a basura al Ahroun. Le había costado un poco encontrarlo, pero siempre solía rondar las mismas zonas.

-Servicio a domicilio -murmuró acercándose con una bolsa de papel en cuyo interior aguardaba un bocata caliente y patatas.

Le dejó la bolsa al lado y se metió las manos en el bolsillo esperando a que se desperezase.

-¿Cómo va?

El olor familiar de su compañera le hizo levantar la peluda cabeza. Bostezó y se desembarazó de la manta. Donny se tambaleó fuera de su fuerte de contenedor y se acercó para olisquear a Viviane y la bolsa que había traído. Frotó el hocico contra su rodilla brevemente a modo de saludo y volvió a las sombras para emerger en forma homínida.

-Buenas noches. Bien, espera un momento.

Empujó los contenedores para hacer sitio y para alejar la basura de Viviane. No sabía si lo bastante lejos para que la basura oliese menos. Se sentó cruzando las piernas encima de su fiel manta e invitó a la Ragabash a sentarse con él mientras abría la bolsa.

-¿Qué tal te va? -preguntó, partiendo el bocadillo por la mitad y ofreciéndole la mitad.

Viviane rascó entre las orejas del lupus para devolverle el saludo y después le acompañó sentándose en un sitio más o menos decente. Lo del olor era cuestión de acostumbrarse, algo que ocurría varios minutos después de llegar. Era mucho peor cuando estaba en su forma lobuna, donde todas esas sensaciones se multiplicaban por diez.

-No, gracias, ya he cenado. Todo para ti -respondió cuando Donny le ofreció parte del bocata. Encogió las rodillas para poder rodearlas con los brazos y apoyó la mejilla-. Pues las Sirvientes han decidido darnos una charla de sexualidad al más puro estilo feminista. Junto a la nueva, Leigh. Luego Ash se ha tenido una vuelta al instituto y casi nos ha prohibido que la admitamos en la manada por no ser "cool". La verdad es que la chica no parece tener mucha garra... Coincido bastante con la postura que Digna-hija-del-klaive ha tomado esta vez, a no ser que Leigh demuestre que vale para algo más. Y bueno, ya te puedes imaginar a Kate. Le ha faltado decir que somos unas abusonas y que se va a chivar a los mayores, y que quiere que vivamos todos en armonía y felicidad. Yo no sé por qué ha escogido una tribu guerrera, de verdad. -La Ragabash resopló, asqueada-. En fin, una sobremesa entretenida.