Partida Rol por web

Héroes y Profecías

El Ejército Invisible.

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16/09/2009, 00:49
Director

Elfo y gnomo comparten una de las viviendas ahora vacías y tienen comodidades de las que hacía tiempo no gozaban, la comida ha sido abundante y el pueblo pronto duerme pacífico.La noche pasa tranquila aunque los agitados corazones y los recuerdos dolorosos impiden un verdadero descanso.

La profunda oscuridad inmediatamente anterior al amanecer llega con Naldar ya despierto y casi preparado; el explorador despierta a Kandalian a pesar de que las tinieblas y el cansancio acumulado animan a prolongar el sueño. En la aldea no se escucha un alma, todo el mundo duerme aunque no cabe la menor duda de que los agradecidos asbravianos cumplirán su promesa acerca de las provisiones. Monje y montaraz ultiman sus preparativos con sus compañeros en mente: algunos caídos y otros quedan atrás. - Ojalá no sea la última vez en esta vida que vea a Orphen, Arkaeron, Amnyin y Vanth. Incluso a Eben Espinel, Derek y Diana... - Las cavilaciones y el trabajo mantienen sus cansados cerebros ocupados cuando les sorprende un ligerísimo ruido. El chirrido de la puerta abrirse y el susurro de alguien moverse silenciosamente hacia el interior.

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16/09/2009, 01:04
Amnyin

El sigiloso Amnyin se ha acercado con paso inaudible y sus pupilas blancas fijas en los dos aventureros. Está armado y a la espalda carga sus pocas cosas. Dirige su mirada al suelo y habla con voz baja, con un tono que suena a disculpa.

He pensado... que mientras llegan los caballeros, en dos o tres días, no haremos otra cosa que esperar. Tal vez pueda acompañaros al menos un trecho. Luego... bueno, ya lo decidiremos.

 

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16/09/2009, 18:31
Naldar

-Me alegro que hayas decidido eso Amnyin. Cuando decidí ir solo buscaba sigilo, pero tanto como Kandalian y tú sois escurridizos y silenciosos. Veo que estás preparado... Sólo nos quedan las provisiones y ya que vienes tú, sería interesante que portases el bastón curativo. Puede sernos útil.

Naldar termina de ajustar su equipo y comprobar que no se olvida nada.

Bien, ahora queda Stirk y el otro halcón...

El explorador espera a que el monje esté preparado y la respuesta del pícaro.

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16/09/2009, 23:01
Kandalian

Amnyin! dice el gnomo con una cantidad de decibelios superior a la apropiada teniendo en cuenta la hora que es!

El gesto de Naldar parece desdecir aquello de lo sigiloso que es el monje. Luego, bajando el tono de voz hasta hacerlo un susurro dice:

- Me alegro mucho de que vengas!

Recoge sus pocas cosas en la mochila y se dispone a partir, no sin antes hacerse con las provisiones, de las que empezará a dar cuenta en poco tiempo...

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17/09/2009, 01:10
Director

Los tres aventureros vencen el sueño y el agotamiento con buen ánimo y mejor compañía. Con tres exploradores de tal calibre, poca dificultad se puede encontrar en el camino. Aún así, las palabras de Derek pesan en los corazones: tropas innumerables, ejércitos invisibles... son enemigos a los que mejor no enfrentarse; un trabajo de rastreo manteniendo cierta distancia, no dejar escapar a los supervivientes y que sus aterradas carreras conduzcan al bando del bien hasta el agujero donde se ocultan. Con fuerzas tan peligrosas es arriesgado luchar, en todo caso, pero ninguno de los tres resueltos héroes es un cobarde.

Stirk y el halcón del caballero rondan por el cielo, tras recibir las órdenes y las suaves palabras del elfo. Una seguridad más. Cuando den con el núcleo de las tropas, esos halcones serán su mejor mensajero. La noche previa al nuevo día es fria pero despejada, el aire se respira limpio pero aún con cierto olor a quemado. Nada de la paz del pueblo sugiere una reciente batalla.

Ciertamente los habitantes de Asbrav han cumplido su promesa: en las mesas donde anoche tuvo lugar la cena hay comida en abundancia; no sobras de la celebración anterior, sino víveres bien empaquetados y que resistirán bien tanto el viaje como el paso del tiempo. Hay provisiones de sobra para tres, para más días de los que sería de esperar invertir en la misión que tienen por delante.

Una vez fuera de los límites de la ruinosa empalizada de Asbrav, Naldar hinca rodilla en tierra y comienza a examinar pisadas y marcas. Las huellas son recientes y abundantes; nada difíciles de seguir para alguien con el talento del elfo. Los rastros son caóticos pero el patrón es claro: huyen hacia el Oeste. Muchos se adentran en el pequeño bosquecillo, el mismo del que ayer saliera Arkaeron con sus muertos vivientes. Otras pisadas, no obstante, van directas hacia poniente y esas son las que se decide a seguir el elfo. No le pasa desapercibido a ninguno de los tres que en este primer tramo la tarea se dificulta en parte por la impresión en tierra de la llegada de las dos docenas de caballeros.

Unos minutos de camino les alejan de Asbrav, cuando el amanecer ya debe estar cercano. La tardía luna casi llena ilumina más que suficiente para los agudos ojos de los tres no-humanos. La llanura arbolada se extiende millas por delante y en ese momento se cruzan con un pequeño campamento. Hombres con pinta de guerreros trabajan y cuidan de sus caballos mirando con curiosidad a los rastreadores. Los pocos mercenarios de Orphen que aún no se han marchado montan guardia a una milla escasa del pueblo y parecen tener las mismas costumbres madrugadoras que Naldar. No cabe duda de que la media docena de guerreros reconocen a los tres héroes defensores, ellos no dejan de fijarse en el tipo enorme de cabeza rapada: la mano derecha de Orphen.

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19/09/2009, 01:07
Naldar

El explorador, al reconocer al posiblemente lider de los guerreros, empieza a caminar hacia él. En sus primeros pasos, echa un vistazo hacia atrás para comprobar si hay alguien que les haya seguido desde Asbrav y no se hayan dado cuenta, luego alza su mirada hacia el cielo para ver a Stirk y al otro halcón. Después de estas leves comprobaciones, intenta adoptar un semblante conciliador y cercano.

-Hola a todos -comienza a decir el montaraz para los presentes, aunque está pendiente de la reacción del que es o había sido la mano derecha de Orphen-. Soy Naldar, uno de los defensores de Asbrav. Espero que os acordéis de mi, pues yo recuerdo vuestras caras como si fuesen esperanza. Mis dos compañeros y yo estamos siguiendo el rastro de los que huyeron y agradeceríamos cualquier información que poseáis respecto a ellos.

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19/09/2009, 01:20
Razzek

Soy Razzek, y os recuerdo.

El guerrero abandona su puesto, trabajando junto a otros, para contestar a los exploradores.

Tendréis mucho que perseguir, a pesar de la paliza que recibieron y de que acosamos a los huidos durante millas seguirán quedando un par de cientos.

El mercenario asiente, expresando reconocimiento ante la hazaña.

Como os digo los perseguimos un buen trecho, y además mandamos rastreadores tras ellos desde el primer momento; el primero llegó ayer. Muchos estaban tan asustados que no sabían qué suelo tenían debajo, pero os aseguro que las alimañas sabían donde iban: recto al Oeste. Tal vez buscaran su hogar en una de las colinas de ese lado, pretendieran llegar al Bosque Extenso o incluso cruzar el rio...

Se encoge de hombros. A pesar de su buena disposición frente a los compañeros no parece muy interesado en el tema.

Más allá de las siguientes leguas no sabríamos deciros nada, tendréis que verlo por vosotros mismos.

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19/09/2009, 02:23
Naldar

-En este caso, que el enemigo sea tan numeroso, nos ayudará en nuestra tarea. Ya es difícil esconder dos pisadas, espero que esas cuatrocientas no se esfumen llegado el momento. Si encontrase alguno de vuestros rastreadores, le preguntaré a ver si tiene más información. De nuevo os agradezco la ayuda, pero no debemos perder más tiempo. Volvemos al camino. Adiós Razzek y que la suerte esté de vuestro lado.

Al terminar de hablar con el guerrero, se gira hacia Kandalian y Amnyin algo triste por el hecho de no recibir más información, pero a la vez por saber que el grueso de los huidos parece ir junto, en pelotón posiblemente y se dirigen hacia un mismo destino aparentemente.

-Esto es solo el inicio amigos. Sigamos -sentencia el elfo, ahora con una pequeña sonrisa, algo que hacía tiempo que no mostraba.

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19/09/2009, 11:14
Kandalian

Siempre me ha gustado caminar hacia el oeste. Se pueden contemplar unas puestas de sol preciosas... dice el gnomo alegre y excitado como siempre.

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19/09/2009, 19:39
Amnyin

Supongo que si nos llevan un día completo de ventaja tendremos que darnos prisa.

Amnyin no muestra peor ánimo que el gnomo y el elfo. Colocando su equipaje mejor, muestra su disposición a emprender la marcha.

Estoy deseando volver a zonas arboladas; me recuerdan a mi tierra natal...

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19/09/2009, 19:46
Naldar

El montaraz empieza a caminar aunque no da por terminada la conversación.

-¿Zonas arboladas? ¿De qué región provienes, Amnyin? -pregunta con curiosidad Naldar, ya que lleva unas cuantas jornadas compartidas y todavía no sabe casi nada del compañero.

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19/09/2009, 19:53
Amnyin

Amnyin sonríe ligeramente, sin duda sabe la misteriosa e introvertida imagen que ha dado a sus nuevos compañeros. Se nota en su expresión que no es alguien acostumbrado a hablar de sí mismo, pero esta vez no muestra duda al contestar.

Es una historia muy larga, desde luego mis orígenes son algo más oscuros, pero se podría decir que fui criado muy muy al sur. En unas junglas más allá del mar que los humanos llaman Khult.

No se demora en acompañar a sus dos compañeros en el inicio del viaje hacia el oeste. Camina a buen paso, con zancadas de sus largas piernas.

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19/09/2009, 20:44
Kandalian

El gnomo asiste interesado a los retazos de historia que cuenta el drow.

Rebusca en su mochila buscando algo. Saca una manzana y le da un buen mordisco. Con los dos carrillos llenos añade: - siendo nosotros solo tres, y ellos un centenar, la posibilidad de que le ganemos la ventaja existe. Pero seguid. Seguid contando historias.

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20/09/2009, 03:36
Director

El camino continúa y el ritmo es bueno. Amnyin no es muy generoso en detalles pero describe sin reticencias la espesa y húmeda jungla más allá del mar; las tierras de tribus hostiles y razas extrañas en las que vio muchos de sus primeros años.

El amanecer llega pronto, el sol clemente da un clima suave, escondido tras nubes blancas. Durante el día resulta aún más fácil seguir la pista, aunque Naldar no parecía tener problemas en penumbras. Ciertamente un centenar de pies dejan honda marca en el terreno, y sus trayectorias resultan favorablemente parecidas. Las huellas dibujan líneas tan claras hacia el Oeste que el elfo bien podría levantar la vista y caminar durante millas hacia poniente sin dejar de pisar los rastros.

A pesar de que los no humanos recorren el paraje a buena velocidad, la certeza del rumbo y de que la distancia se recorta les tranquiliza. Hacia el final de la primera jornada el paisaje ha cambiado poco: colinas despejadas y algunos árboles dispersos, montañas a la espalda y horizonte despejado pero ondulante delante. El humor ha sido bueno y la compañía, grata; anécdotas y bromas se intercambian mientras el tiempo pasa inexorable. Al caer de la noche el rastro sigue igual de claro, el camino se extiende igual de inalterado y Naldar se enfrenta a la decisión de cuánto alargar la jornada. Cada minuto cuenta y la importancia de esta misión es mucha, pero interesa que los huidos no se sepan perseguidos. Por otro lado persiste la prudencia a la hora de dar alcance a los restos de tan peligrosa tropa y la inquietud de acercarse antes de lo esperado al Ejército Invisible.

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25/09/2009, 16:33
Amnyin

Bueno, si Naldar nos mantiene a este ritmo pronto les habremos adelantado.

Comenta de buen humor Amnyin. Contra su tono burlón, lo cierto es que el oscuro personaje ha demostrado una buena resistencia; nada de la fragilidad de un elfo. Aún así, Naldar tiene la resistencia incomparable del que se siente en terreno propio, y la constitución de Kandalian rivalizaría con la de cualquier enano. Amnyin empieza a acostumbrarse a las duras jornadas a las que los dos compañeros ya se han hecho.

Ante la caída de la noche no dice nada, dejando claro que el paso no se ralentizará por él, pero no puede dejar de mirar expectante al explorador.

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13/10/2009, 01:38
Naldar

-Parece que mantenemos el ritmo, compañeros. Podremos darles alcance, así que tampoco nos forzaremos demasiado. Alargaremos un poco más la jornada para acortar su ventaja.

El explorador habla justo después de echar un rápido vistazo hacia atrás para comprobar si alguien les persigue y mostrando su semblante algo preocupado.

-Amigos, a partir de este momento os voy a pedir que tengáis vuestros ojos pendientes de nuestro alrededor, si es que no lo hacíais ya. Si están organizados puede que haya algún rastreador por la zona comprobando que nadie les persigue.

Tras sus palabras Naldar busca en el cielo la silueta de los dos halcones que hacen de sus ojos en la altura.

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13/10/2009, 16:45
Director

Ante el aviso de Naldar los ojos escudriñan la oscuridad aún con más cuidado. A decir verdad, a los tres compañeros no se les escapa un brizna de hierba en movimiento. No hay un insecto ni pequeño pajarillo que escape a la vigilancia de los atentos y penetrantes ojos del gnomo, el elfo y el misterioso ser llamado Amnyin. Para mayor seguridad, dos halcones trazan círculos en el cielo atentos a cualquier imagen que les sugiera peligro.

La noche se alarga unas horas. El ritmo es muy rápido y se alarga la jornada, pero para cualquiera que haya compartido el camino con Naldar - y Kandalian lo ha hecho -, el viaje no es ni la mitad de esforzado de lo que podría serlo.

El descanso se hace breve y durante el día siguiente continúa el viaje. El elfo sigue espoleando a los compañeros, demostrando cierta prisa, hasta que hacia media tarde ralentiza el ritmo. Ha llegado exáctamente hasta donde quería: los tres rastreadores pisan los talones a los perseguidos; acercarse más sería peligroso.

Los rastros cada vez se han concentrado más, convirtiendo una huida desesperada en lo que parece la marcha de un pequeño ejército formando grupos cerrados. El terreno se ha vuelto más verde y el suelo más ondulado. El Bosque Extenso está ya muy cerca.

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13/10/2009, 23:32
Kandalian

El gnomo avanza alegre y con buen ánimo. La compañía es agradable aunque sabe perfectamente que los dos elfos son cada cual más peculiar. Me encantan estos "orejas picudas".

Cuando detecta el agrupamiento de huellas y la proximidad del enemigo, el monje comenta:

Bien amigos, se acerca la hora de la verdad. Seamos más prudentes... si cabe- murmura Kandalian.

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17/10/2009, 22:28
Director

El sol concluye su viaje hacia el Oeste y la luz del día comienza otra vez a reducirse. La luna mengua ya, y los árboles que comienzan a aparecer tapan parte de la claridad. Ni siquiera Naldar y Kandalian pueden ver muy lejos en esta penumbra.

El elfo pronto se da cuenta de que en las últimas horas de camino han recortado aún más las distancias. Resulta inevitable: los más lentos o heridos entre los huidos se mueven despacio y van quedando atrás. Las manchas de sangre en el suelo son frescas, las ramas permanecen casi en movimiento cuando los tres rastreadores llegan a ellas... pronto escuchan voces roncas delante y también a los lados. Kandalian, Naldar y Amnyin se encuentran a partir de ahora en una difícil situación: deben adelantar a los más rezagados para evitar perder al núcleo de los perseguidos, pero eso les dejará en las siguientes jornadas en una posición muy expuesta.

El cercano ejército tal vez sea invisible por el momento -  debido a la oscuridad - pero es imposible no oir los gritos alrededor, o ver las señales de su paso. Naldar decide parar y pasar la noche; por más que puedan estar heridos y cansados, unas cuantas docenas de orcos y gnols en medio de la noche son un enemigo peligroso. Por la mañana los cazadores recuperarán la ventaja. Tras el descanso tendrán el día más duro de todos, quizá, evitando a las tropas

Por el momento... tan solo queda claro que esta noche se impone la necesidad de establecer guardias armadas, como en sus largas aventuras en catacumbas y otros territorios hostiles.

La noche comienza a transcurrir, más ruidosa que de costumbre. Pájaros nocturnos, insectos y todo tipo de alimañas juntan sus ruidos con los rugidos de orcos y gnols, no tan lejanos. El ojo atento de Naldar y su oído agudo vigilan en todas direcciones. Los dos halcones observan, posados en una rama cercana. De noche no son tan buenos vigías, si otearan desde lo alto, pero dan la impresión de ser cuatro ojos alerta más.

Notas de juego

Esta vez rolearemos las guardias: si os parece bien "Naldar - Amnyin - Kanda - Naldar".

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25/10/2009, 15:27
Amnyin

Ha llegado la hora, pequeña sombra.

Amnyin despierta a Kandalian a la llegada de su turno. Pronto, para el gusto del gnomo, pero la oscuridad entre los árboles promete muchas sombras en las que fijar la atención, y la animada noche - con todos sus sonidos naturales y menos naturales - pica en la curiosidad del monje.

En unos segundos, Kandalian está tan despierto como a mediodía.