Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 0: Resonancia (Rena)

Cargando editor
09/10/2015, 21:32
Narrador

Capítulo 0: Resonancia

Bueno, con este tipo de tecnología, la legalidad es un blanco en movimiento.

Yokohama, 30 de Junio de 2015.

15:05 horas.

Han pasado veinticuatro horas y todavía no has encontrado nada en tu mente que pueda explicar lo que viste. Tu respiración se libera de tus pulmones, lenta y pesada, mientras tus manos salen de entre las sábanas para caer pesadamente a ambos lados de tu cuerpo. La luz del día entra por la ventana, pero teniendo en la mesilla de noche el portátil no hay nada que puedas necesitar fuera de la cama.

Inevitablemente buscas cada pocos minutos el reloj, esperando ese momento en que sus agujas encajen a la perfección con las del recuerdo de la tarde anterior. Y cuando está a punto de suceder sientes un cosquilleo en la espalda. Sin embargo, las agujas alcanzan ese punto y lo sobrepasan sin que nada suceda. Sin que vuelvas a verla. Pero no lo necesitas para recordar.

Ni siquiera estás segura de qué fue lo que viste. Estabas volviendo a casa tras comer cerca del trabajo. La gente caminaba con paso apresurado, ordenada y silenciosa, cerca de ti. Tú podías imitar su ritmo, pero sabías que no formabas parte de aquello. Siempre lo habías sabido. Entonces algo interrumpió tus pasos. De repente y aparecida de la nada, había una mujer. Estaba allí, en medio de la calle, sentada sobre una cama tan incongruente como su presencia. Y sin embargo ella parecía sentirse tranquila con su visita. Gloriosa. Era una mujer occidental, de cabello rubios y ojos claros. Una nota disonante en toda aquella normalidad. Vestía un camisón arrugado y su piel estaba cubierta por una capa de sudor. Sus ojos enormes y desorbitados se cruzaron con los tuyos y sentiste una extraña conexión con ella. Sentiste su dolor y su emoción. Su sonrisa te envolvió, y a pesar de que durante un instante una sensación de peligro te invadió, los segundos pasaron y esta fue disipándose en el aire como el sonido del ventilador de un ordenador recién apagado.

Después de veinticuatro horas algunos detalles se han desvanecido, pero la imagen general  de esa habitación de hotel que viste durante un breve parpadeo sigue presente. El papel de las paredes, monótono y repetitivo. La penumbra, mostrándote sólo el contorno de las cosas. La luz de la luna entrando por la ventana y dibujando para ti la esquina de un puzzle al que le faltaban demasiadas piezas como para que cobrase sentido. Repasar la imagen una y otra vez no te ayuda a comprenderla. Y aunque en aquel momento no viste a nadie más con ella, siempre tuviste la certeza de que no estaba sola.

Todo fue algo confuso después. La mujer emitió un largo suspiro mirándote directamente a los ojos. Tus pupilas y las suyas parecían unidas por un hilo fino e invisible, como si fueran dos vasos de yogur y vuestros cerebros las usasen para comunicarse de una forma que no comprendías. Luego abrió la boca como si hablara con alguien, pero no te llegó su voz. Y entonces... Entonces un sonido rompió el ambiente tanto en la calle como en aquel hotel. El estruendo de la pólvora estallando, detonando una bala y una vida. Con el sobresalto inicial no llegaste a ver el agujero que atravesaba su cabeza, pero no te hizo falta para saber que estaba ahí. Y pudiste sentir cómo todo se apagaba mientras ella caía hacia atrás, rebotando en el colchón. En el último instante en que miraste al frente pudiste ver la salpicadura que aquel disparo había dejado en la pared. Casi parecía una flor. Un lirio oscuro, sombrío y cargado de muerte.

Apenas transcurrió un pestañeo antes de que la calle volviera a ser la misma. Aquella cama había desaparecido llevándose a la mujer que descansaba en ella. Los últimos ecos de aquel disparo aún resonaban en tu cabeza, y no se apagaron hasta que no dejaste de ver aquella habitación de hotel. A tu alrededor nadie parecía haber notado nada, y aún ahora resulta complicado decir si no fue todo una broma de tu imaginación. Un sueño estando despierta.

Ha pasado un día entero desde entonces, y no has vuelto a ver nada fuera de lugar. Y es ahora, en la cama, cuando todo parece tener menos sentido que nunca. Aunque algo interrumpe tus pensamientos: el sonido de la puerta. Con toda seguridad, Ino volviendo del trabajo. Ojalá traiga comida.

Cargando editor
10/10/2015, 23:56
Ino Abukara

La puerta de la habitación abriéndose te saca del ensimismamiento. Por ella entra Ino, con una sonrisa en la cara y una bolsa de comida rápida en la mano. Recuerdas en el mismo instante en que la ves que ella sólo tenía que trabajar por la mañana y habíais quedado para comer juntas hoy. Deja el casco de la moto encima de una silla y se acerca para besarte en los labios. 

- Buenos días, dormilona -saluda con un humor que parece inmejorable-. Espero que tengas hambre, porque yo estoy famélica.

Se sube contigo a la cama y te acerca un bol de wok de cartón y unos palillos de madera de usar y tirar. Ella separa los suyos con un chasquido al romper la madera y cruza las piernas en la postura del loto. 

- Tallarines Udon con Shitake y salsa Saigón -informa señalando tu bol con los palillos antes de empezar a abrir el suyo-. Les he pedido que te pusieran también anacardos. 

Empieza a comer rápido y no es hasta que ha masticado y tragado un par de veces que suelta los palillos y aprovecha para hablar mientras saca de la bolsa un par de latas de Coca-cola y abre una. - El reportaje sobre la compañía farmacéutica que te conté va sobre ruedas, aunque puede que tenga que viajar pronto a África. - Explica con naturalidad y un brillo ilusionado en la mirada. Te ha hablado antes de ese reportaje y sabes que si sale como ella espera puede ser la bomba que termine de lanzar su carrera. - ¿Y a ti? ¿Cómo te ha ido la mañana? 

Cargando editor
14/10/2015, 22:53
Rena Hiyane

Me he pasado toda la mañana y parte de la noche despierta buscando respuestas a las preguntas que rondan mi cabeza desde que ayer vi a aquella mujer occidental. Por más que pienso en ello no puedo evitar pensar que algo en todo aquello era demasiado real. No es nada en particular, sino más bien todos aquellos sentimientos que me embargaron, esa conexión con la mujer... No puedo explicarlo con claridad porque no estoy acostumbrada a ellos, pero lo que sí sé es que eso no es algo que yo experimente con una mirada. No de una desconocida al menos.

He estado buscando en la red sobre ello y todo lo que he encontrado ha sido una larga lista de trastornos mentales y ninguna respuesta. O tal vez esa es precisamente la respuesta, pero me niego a verla. Aparto esa idea de mi cabeza en el momento en el que aparece y evito pensar en esa posibilidad. A parte de eso, también he encontrado artículo de dudoso valor científico sobre conexiones espirituales, el destino de las personas; como la historia del hilo rojo; deja vu, vidas pasadas... Incluso conjuros de invocación y visiones mágicas. Toda una sarta de tonterías.

Sigo estando tan perdida como al principio cuando Ino entra en la habitación, desenchufandome de mi ensimismamiento. Le devuelvo el beso y aprovecho para cerrar el el portátil abierto en una página sobre los secretos del inconsciente y sus variadas formas de hablarnos. Otra sarta de chorradas pseudocientíficas escritas por una tipa con un diploma que certificaba que era psicóloga. 

Buenos días. Respondo, incorporándome con lentitud de la cama y tomando una pose algo más erguida que ella. Ni siquiera me molesto por las pintas que debo tener, no es algo que nos importe lo más mínimo. Ino me ha visto después de haber estado más de dos días sin salir de mi sala de estudio, como me gustaba llamarla. 

A veces me pregunto si no me conoces demasiado bien. Digo, mientras cojo mi plato preferido del restaurante y separo los palillos. La miro casi evaluándola, preguntándome hasta que punto me conocía, antes de llevarme empezar a mezclar con cuidad casi clínico el plato. No es hasta que me aseguro de que todo está bien mezclado cuando me llevo el primer bocado a la boca.

Vaya, eso son unas noticias geniales. Alabo, sin llegar a expresar el entusiasmo que otra persona mostraría. No es que no me alegre, todo lo contrario, son noticias increíbles y me siento genial por ella, pero simplemente no soy una persona que acostumbre a exhaltarse y a mostrar júbilo. Sin embargo, Ino sabe leer mis sentimientos mejor que nadie, lo que es una suerte. ¿A qué parte de África será? Ni siquiera me digno en poner en duda que acabará yendo a África. No me muestro preocupada como lo harían muchas parejas, y no porque me de igual lo que le pase, sino porque confío en ella y en sus capacidades, al igual que ella confía en mí cuando me dedico a limpiar la red de pervertidos. Además, es lo que había estado esperando, su gran salto. 

Era cuestión de tiempo que saliese. Eres la mejor. Lo digo como dato, no como cumplido. Me gusta como escribe. Su toque personal, aunque algo agresivo, es rompedor y su insistencia se podría comparar a la mía. Siempre se asegura de tener todos los flancos cubiertos, toda la información recolectada y contrastada para no cometer ningún fallo y el esquema general (aunque de general no tiene nada) claro antes siquiera de empezar escribir sobre un tema. En realidad eso es lo que le lleva más tiempo, pero así se asegura de que lo que hace es bueno de verdad. Es algo que deberían hacer todos los periodistas. Deberían, pero no es el caso. Así es como sale tanta mierda después en la prensa. Normal que Ino se queje tanto.

¿Mañana? ¿Qué mañana? Pregunto, con cierto sarcasmo, dando a entender que no he hecho absolutamente nada. Para mí el día acaba de empezar y hablando de eso... Miro a ver si tengo algún mensaje de Haku en la tablet, aunque si no me había llamado no debe haber nada importante. Ayer me quedé hasta tarde revisando los errores de programación de Raising Hell. Le digo. El nuevo videojuego es un quebradero de cabeza y tengo que terminarlo antes del día cinco o tendremos que retrasar la fecha de lanzamiento, lo que no es una opción.

Cargando editor
17/10/2015, 02:17
Ino Abukara

Tus tallarines están deliciosos y todavía calientes. En ese restaurante los preparan exactamente como más te gustan. Mientras hablas vas comprobando la tablet, pero no tienes ningún mensaje nuevo, todo parece estar en orden en la oficina.

 Ino asiente con una sonrisa feliz a tus palabras sobre su trabajo, pero no responde hasta que termina de masticar y tragar una nueva porción. 

- A Kenia. Al parecer a la agencia le ha llegado una información de que hay movimientos extraños de la empresa por esa zona y vamos a investigarlo. - Detiene su conversación por un momento para seguir comiendo, aunque cada vez lo hace con menos prisa y enseguida sigue hablando. - No he estado nunca en África, tendré que informarme bien antes y...

Se detiene cuando tu teléfono móvil empieza a sonar y lo mira con curiosidad. Es el número de Haku el que aparece en la pantalla cuando lo coges.

Cargando editor
17/10/2015, 22:49
Teléfono

Es un Haku evidentemente alterado el que habla cuando descuelgas. Su voz suena un poco más aguda de lo habitual y puedes leer la preocupación en cada una de las sílabas que pronuncia.

- ¿Rena? -pregunta de forma retórica-.

En el silencio que hay tras su pregunta, escuchas el sonido residual del ambiente que le rodea y de fondo oyes un pitido que eriza todo el vello de tus brazos al reconocerlo, un sonido que programaste hace años y que no habías vuelto a oír desde entonces. Y de inmediato ya sabes lo que Haku te va a decir, incluso antes de que siga hablando.

- Rena, pasa algo aquí en tu despacho. Hay algo que está pitando como loco... No sé, ¿puede ser el bloqueo de seguridad? -pregunta, indeciso, como si tu primo realmente no pudiese concebir la posibilidad de que alguien hubiera vulnerado tus barreras-. No sé cómo se para, ni de dónde sale exactamente...

Mientras él empieza a hablar con alguien más allá del teléfono, escuchas cómo en tu propia casa, a un par de habitaciones más allá de la que compartes con Ino, en tu sala de estudio, empieza a sonar un pitido también. Bastante retardo ha tenido, aunque ya contabas con entre cinco y diez minutos de latencia cuando lo programaste.

Y apenas un segundo más tarde el mismo sonido comienza a repetirse una y otra vez en tu teléfono, aquella era la red que habías tendido por si aquello sucedía y no estabas en el trabajo ni en casa. No hay entonces ya lugar a ninguna duda, es el aviso de una alarma de seguridad que te manifiesta que, por primera vez desde que existe vuestra empresa, las barreras virtuales que colocaste han sido vulneradas y la información más sensible está ahora expuesta. 

Cargando editor
20/10/2015, 09:38
Rena Hiyane

Kenia. Me doy cuenta de que no sé demasiado sobre ese país. Por lo que tengo entendido están teniendo algunos problemas con el grupo terrorista Al Shabaab y me suena que es un país con extrema pobreza, pero tendré que contrastarlo mejor en la web. Le pasaré toda la información que encuentre relevante. Te echaré una mano con eso. Digo, antes de coger el móvil que ha empezado a sonar. Es extraño, casi nadie me llama al móvil salvo Ino, pero estoy con ella, o Haku para temas urgentes.

No. Niego categóricamente mientras me levanto de la cama con rapidez. Ni siquiera puedo de decirle nada a Ino. No puede ser. Digo, con voz grave, incapaz de creerme lo que las evidencias muestran. Corro hasta la sala de los ordenadores y la abro apresuradamente. El portazo se escucha por toda la casa. Ni siquiera me molesto en cerrarla, no me importa que Ino venga. Pongo el manos libres del móvil antes de sentarme en la cómoda silla y colocarme los cascos. ¿Hace cuanto ha empezado a sonar la alarma?

El tiempo es algo crucial en la informática, cuanto más tiempo permanezca el agresor dentro del sistema más contenido podrá descargar. Priorizo los archivos más importantes de la empresa y me dispongo a levantar nuevas barreras que entorpezcan el avance del agresor mientras intento dar con él para expulsarlo del sistema. Sé que esas barreras no van a hacer que el agresor desaparezca, pero me darán tiempo para preparar trampas, anzuelos, para atraparle. Dejo de lado los archivos menos importantes que a mi parecer requieren menos atención, el tiempo es oro.

La seguridad que siento normalmente cuando trabajo con los ordenadores parece haber desaparecido y en su lugar muestro una expresión de extrema concentración. Se puede ver sin dificultad que estoy tensa. Había programado la red de seguridad con minuciosidad para que nadie pudiera atravesarla. Me había llegado meses de trabajo y periodicamente la he estado revisando y mejorando. No me cabe en la cabeza que haya alguien capaz de penetrar en ella. Dudo incluso de que yo pudiera de no haberla creado yo, pero está claro que alguien está intentando entrar, o que ha entrado ya...

Mis manos vuelan incansables por los teclados creando un sonido al que estoy muy acostumbrada y mis ojos recorren las pantallas con rapidez mientras trato de sabotear al saboteador. Pese a la gravedad de lo que está ocurriendo, no puedo evitar tomarme esto como una especie de reto, como una competición. Hace mucho que no tengo un verdadero competidor, espero no haberme oxidado.

Además, preparo todo para destruirlo en caso de que el pirata consiga superarme. Preparo una vía de extracción segura hacia mi disco duro personal para que no se pierda el contenido si me veo en la necesidad de destruirlo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

P.D: no tengo ni idea de informática. Si he dicho algo horriblemente mal, comentádmelo XD

Supongo que esto serán tiradas extendidas o no sé. Yo de momento tiro una vez y ya me comentáis ^^ (6 éxitos).

Cargando editor
21/10/2015, 01:52
Teléfono

A pesar de escuchar tu respuesta Ino no llega a responder todavía. En lugar de eso te observa mientras coges el teléfono, y por su rostro parece darse cuenta de que algo sucede en el mismo momento en que Haku te cuenta lo que está pasando. En cuanto te levantas ella cambia de postura y parece a punto de hacer lo mismo, aunque toda tu atención esté puesta en las palabras de tu primo.

- Debe hacer algo más de cinco minutos -expone él por teléfono, y en el silencio posterior casi te da la sensación de que teme tu respuesta-. Yo estaba en una reunión y han tardado en avisarme, lo siento -se excusa-.

Un par de segundos más tarde, sin embargo, ya está haciendo la pregunta que tanto debe haber temido. - ¿Es muy grave? ¿Puedo hacer algo desde aquí? -pregunta claramente agobiado.

Cargando editor
21/10/2015, 02:01
Ino Abukara

Mientras tanto Ino ha dejado la comida y te ha seguido a la sala de ordenadores. Su rostro denota preocupación, y mientras entra la ves mirando a uno y otro lado, alternando sus ojos entre los tuyos y el origen de aquel sonido. Parece a punto de hablar, pero debe conocerte lo suficiente como para saber que no va a obtener demasiado de ti ahora mismo, porque en lugar de eso simplemente acerca una silla y se sienta a observarte. Parece inquieta, aunque sería difícil no estarlo en aquella situación.

Tras un par de minutos acaba por levantarse y volver con las latas de Coca-cola y un par de posavasos y poner una cerca de ti, lista para recargarte las pilas cuando tú lo consideres necesario.

Cargando editor
21/10/2015, 02:12
ASH

Es en el momento en que tus manos empiezan a volar por el teclado cuando todo lo que te rodea desaparece y en tus ojos hay lugar prácticamente sólo para tus pantallas. En tu mente te has enfrentado a estos problemas una y mil veces, y ahora es sencillo hacer las cosas del modo más rápido y operativo. Tu cabeza de informática tiene más que estructurada la prioridad de qué cosas salvar y qué cosas dejar atrás.

Los primeros minutos son frenéticos, y aquello no tarda en convertirse en algo parecido a una carrera de obstáculos virtual. Donde tú pones paredes tu saboteador parece rodearlas, y cuando tú excavas un foso al otro lado él trata de agarrarse. Las veces que consigues hacerle caer son casi las peores, porque es difícil saber dónde aparecerá a continuación, dispuesto a atacar de nuevo. En ese momento puedes poner la mano en el fuego a que aquello no es un reto sólo para ti, y que esté donde esté esa persona tecleando a tu mismo ritmo, se está divirtiendo. Una y otra vez localizas las puertas traseras que esa persona ha dejado abiertas para penetrar en el futuro, y no tardas en cerrar cada una de ellas. Y cada vez que eso sucede te encuentras las mismas tres letras repitiéndose una y otra vez, incrustadas en tu código. ASH. ASH. ASH.

De haber sido más descuidada en el pasado o de no haber mejorado tu red de seguridad periódicamente ya estarías perdida. De no ser una de las mejores del mundo, también. Pero cada vez que un bit es tocado sólo tienes que desearlo para llegar hasta él, y al final aquello acaba siendo casi un baile. Uno en el que sabes que te juegas millones, pero eso ni siquiera es lo más importante.

Y de repente todo se detiene. Es en el mismo momento en que sabes que todos los archivos importantes de la compañía están a salvo - o, al menos, todos los que aún no han sido copiados por el intruso - cuando tus pantallas parecen quedarse congeladas por un instante. Tu código se encuentra ante tus ojos y, por increíble que parezca, algo más comienza a aparecer. Unos caracteres de un color diferente a los que tú sueles usar y que no son tecleados por ti. El juego parece haber terminado. O, más bien, parece haber llegado a una especie de tiempo muerto con un saludo inesperado.

 

Cargando editor
21/10/2015, 11:16
Rena Hiyane

Tirada para reconocer el nombre (o lo que sea) Ash.

- Tiradas (1)
Cargando editor
21/10/2015, 23:18
Narrador

Ash. No tardas en darte cuenta de que el nick te suena. No es alguien muy famoso, ni que conozcas muy a fondo, pero sí que sabes que es el nick de un hacker del que has oído hablar en algún foro. Nunca te has cruzado directamente con él, pero sabes que sus servicios están a la disposición del mejor postor.

Cargando editor
22/10/2015, 22:14
Rena Hiyane

Cuando todo acaba relajo un poco la postura, pero me mantengo alerta aún así. Si ha sido capaz de entrar es que es alguien realmente bueno en eso, incluso de mi nivel, tal vez incluso mejor. Tal vez todo eso sea una trampa montada por él para que muerda el anzuelo, me confíe y  que él gane tiempo para entrar por otra puerta que haya podido quedar desprotegida después de su violación.

Soy consciente de la presencia de Ino, pero no me molesta en absoluta. No perjudica mi concentración lo más mínimo. No cojo la lata que me ha tendido por miedo a perder una centésima segundo. Una centésima de segundo que podría ser crucial. Me doy cuenta de que tengo la mandíbula tan apretada que inluso me duele. probablemente lleve así desde la llamada de Haku. Relajo la presión y espero, expectante.

El código no tarda en aparecer ante mis ojos y lo miro, entre sorprendida y cabreada. Voy a tener que cambiar el jodido código y rearmar el sistema. Musito, más para mí misma que para Ino. Me va a llevar semanas, tal vez meses, pero no puedo permitir que esto vuelva a pasar.

Han entrado. Digo, percatándome de pronto que el manos libres sigue activo y que Haku puede escucharnos. No se como lo han hecho pero han conseguido entrar. Ya estamos fuera de peligro, pero no sé lo que han podido sacar. Mientras hablo trato de averiguar que archivos han sido copiados o extraídos, si falta alguno o si hay algún archivo que no debería estar ahí.

Veo que Ash me ha transmitido un mensaje en mi propio código. Este no sabe donde se ha metido. Sé que es como lanzar un disparo a ciegas pero intento rastrearle, seguir el hilo hasta llegar a una ubicación. Soy consciente de que puede incluso no ser la que esté utilizando, pero si lo hago bien podré seguir tirando del hilo. Solo tengo que saber buscar y tener suerte.

Ash. Espero que te hayan pagado bien.

 Escribo eso con una frialdad infinita y espero que el mensaje llegue igual. Que haya entrado en mi sistema es una violación. Sí, yo también lo hago, pero con gente que se lo merece. Solo se me ocurren dos razones por las que se haya tomado tantas molestias en entrar. La competencia le ha contratado o alguien al que toqué mucho las pelotas le ha contratado.

- Tiradas (2)

Notas de juego

He puesto la dificultad 6 de base, pero no sé cual sería en ambas tiradas, corregidme si eso.

(recordad que tengo -2 a dif. ^^)

Cargando editor
23/10/2015, 22:56
Teléfono

El sonido de tus dedos sobre el teclado llena la habitación, acompañado sólo de tu voz cuando te diriges a tu primo. Al otro lado de la línea él escucha tus conclusiones, y casi puedes oírle agobiarse desde tu casa.

- ¿Y qué vamos a hacer, Rena? -pregunta entonces, con la voz teñida de preocupación- ¿Llamo a la policía? -continúa, aunque una vez más parece estar guardándose la pregunta que de verdad le inquieta- ¿Va a ser sólo este ataque, o esto es sólo el principio? -dice luego, y a través de su tono se nota que teme aquella respuesta más que la propia pregunta-.

Pasan un par de segundos más antes de que Haku vuelva a hablar, y cada vez que lo hace se le nota más inquieto que la anterior. - ¿Puedo hacer algo? -enuncia una vez más- No... No podemos trabajar sin internet, pero si me lo dices desenchufo todo ahora mismo -propone, a pesar de que eso te desconectaría a ti también de la conexión con el servidor de la empresa-.

Cargando editor
23/10/2015, 22:57
Ino Abukara

Es en el momento en que la voz de tu primo vuelve cuando Ino te dedica una sonrisa, casi pidiéndote que le disculpes. Sin embargo no llega a decir nada. Se mantiene apartada, viéndote teclear como loca y observando cómo tus ojos viajan a través de la pantalla. En el momento en que tus ojos captan aquel mensaje que el tal Ash ha dejado para ti, sin embargo, ella debe notar algo, pues se pone en pie y rodea la mesa para echar un vistazo a la pantalla.

Aún en silencio observa vuestro escueto diálogo, y en el momento en que dejas de responder ella tuerce la boca antes de permitirse un breve comentario.

- Qué gilipollas -dice, quedándose detrás de ti-. Vamos, nena, dale duro. Patéale del sistema y cierra la puerta después.

Cargando editor
23/10/2015, 23:15
ASH

Durante los segundos posteriores a leer aquel mensaje tus dedos vuelan tendiéndole a aquel intruso una respuesta. Y una vez tu contestación ha llegado la suya no tarda en aparecer en tu pantalla. Sin embargo, al mismo tiempo recibes una tras otra las alertas de los lugares a los que trata de acceder ahora. No parece que únicamente esté hablando contigo. Si tuvieras que apostar dirías más bien que intenta distraerte y que, incluso, se está divirtiendo con ello.

Es difícil saber qué archivos puede haber descargado, copiado o corrompido. Sin embargo no tardas en dar con la clave para hacerlo: analizar los paquetes de datos que han sido subidos y bajados del servidor durante la última media hora. Los que sean del mismo tamaño que alguno de vuestros archivos habrán sido descargados. A la velocidad que te permiten tus dedos programas los filtros de búsqueda para encontrar ese tipo de archivos. Al mismo tiempo repites aquel proceso evitando que se te muestren los que han sido consultados desde la sede de la empresa. Si la diferencia es pequeña, significará que está accediendo desde algún ordenador de allí, lo cual sería una perspectiva terrible. Si es grande, en cambio... Quién sabe. Podría estar haciendo ambas cosas perfectamente.

Mientras tanto vuestra conversación prosigue, hasta que parece que llega a una especie de punto muerto.

Y mientras tu búsqueda da sus primeros resultados tratas ahora de localizar al atacante. Acceder al servidor proxy desde el que está conectado es sencillo, basta con revisar la dirección IP que ha manipulado aquellos archivos. Incluso llegas a conseguir una lista de todas las conexiones activas en ese servidor en aquel momento, pero la lista supera la centena de usuarios. Te llevará al menos unos minutos dar con quién es el adecuado, y probablemente aquello sólo te lleve a otro proxy. Pero tú eres realmente buena, y sabes que con el tiempo suficiente deberías ser capaz de encontrar a cualquiera. Sólo puedes esperar ser capaz de entretenerlo el rato que sea necesario.

Por otro lado, en otra de las ventanas, empieza a estar claro qué ficheros ha descargado y vuelto a subir. En otras palabras, cuáles ha manipulado, guardándose una copia. Hay de todo, desde archivos de contabilidad de la empresa hasta escenarios y demás del Raising Hell. Es imposible que le haya dado tiempo de hacer modificaciones en todos esos archivos, pero probablemente los ha descargado y vuelto a subir sólo para que no sepas cuáles ha toqueteado. En otras palabras: está claro que no sólo quiere obtener información, sino también ponerte las cosas difíciles.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Así es como haremos lo de localizar a ASH: como una tirada extendida y enfrentada. En otras palabras, en cada turno que lo intentes tirarás Inteligencia o Astucia + Informática, lo que prefieras, y nosotros lo haremos en su nombre. Necesitarás acumular un número de éxitos por encima de los suyos para conseguir tu objetivo. Si en algún momento la comunicación se cortase no tendrás más que lo que hayas conseguido hasta el momento. :)

Cargando editor
27/10/2015, 17:50
Rena Hiyane

Tuve que reprimir un comentario cínico cuando Haku propuso lo de quitar el internet. La mirada que me dedicó Ino lo aplacó. El hombre debía estar al borde de un ataque de un ataque de nervios. No hace falta que hagas nada, yo me encargo. Dije, sin parar de teclear.

Ino tenía razón, Ash era un gilipollas y no pensaba permitir que entrase a mi sistema sin consecuencias. Respondí a su mensaje, en parte para tenerle entretenido y en parte por curiosidad, antes de seguir tecleando a una velocidad vertiginosa. 

Haku, necesito que mandes inmediatamente a todo el personal disponible a revisar de nuevo los archivos que acabo de mandarte. Que lo revisen todo con detalle cuanto antes. Máxima prioridad. Copié los nombres de los archivos del Rising Hell y se los envié para que pudieran ponerse a ello. Íbamos a tener que analizarlos uno a uno de nuevo en busca de las alteraciones, no podíamos arriesgarnos a que el juego estuviese lleno de bugs o sencillamente se hubiese vuelto inutilizable. Sería un trabajo arduo, pero aquello podría esperar por el momento. Ella tenía una prioridad muy clara.

Iba tirando del hilo, buscando a Ash entre aquellos nombres, siguiendo su huella digital. Si lograba entretenerlo el tiempo suficiente podría dar con él con relativa facilidad, solo tenía que evitar que se fuese. Después le daría un poco de su propia medicina, como él había hecho conmigo, en realidad.

- Tiradas (1)
Cargando editor
28/10/2015, 02:34
Teléfono

Tras tus primeras palabras puedes oír un suspiro al otro lado del teléfono. De alivio, probablemente. Escucharte decir que tú te encargabas es probablemente la mejor garantía para Haku. Sin embargo un instante más tarde, tras recibir aquella lista de cientos de nombres de archivos y mientras tú sigues trabajando, puedes sentir aún desde la distancia su agobio crecer de nuevo.

- Ya... Ya vamos -enuncia, claramente turbado-. Máxima prioridad -repite después-.

De inmediato puedes oír a través del manos libres cómo da aquellas órdenes a alguien, para acto seguido volver a dirigirse a ti. - Voy a ponerme con ello yo también, Rena -te informa-. Tú... Tú... -comienza después, y no parece encontrar las palabras-. Sigue haciendo tu magia. Y avísame de cualquier cosa.

Cargando editor
28/10/2015, 02:45
Ino Abukara

Ino, mientras tanto, ha seguido observándote trabajar desde detrás de ti. Al dejar de lado la conversación con Ash y pasar a otras cosas ella cambia su postura, como si ver una cantidad enorme de código incomprensible le resultase menos interesante que leer vuestra conversación, y cuando Haku vuelve a hablar ella toma el teléfono, haciéndote un gesto para indicarte que ella se encarga.

- Tranquilo, marido mío -le dice dedicándoos a ambos un gesto cómplice que probablemente pasa desapercibido para los dos-. Rena salva el mundo, y te avisamos cuando acabe -asegura antes de colgar el teléfono y volver a su posición anterior con una sonrisa-.

Cargando editor
28/10/2015, 02:51
ASH

La batalla con Ash continúa al mismo tiempo de manera encarnizada. Puedes sentir su lapso de respuesta aumentar al incluir nuevos proxies. Debe saber que le estás buscando. Mandar esa lista de archivos a tu primo apenas te toma un instante, y en ese tiempo tu ordenador termina de aislar el usuario del que se trata, permitiéndote seguirle hasta un servidor en Dinamarca. Probablemente también será falso, pero ahora sólo puedes repetir el proceso. Con la suerte, eso sí, de que con los datos que has recabado sobre él ya te será más fácil filtrar todos los usuarios a descartar.

Sin embargo algo interrumpe tu labor, y te resulta imposible encontrar cómo puede haber pasado algo así. Quizá has subestimado sus habilidades, aunque realmente no tienes ni idea de cómo podría haber hecho algo como eso. Tu pantalla de repente ya no muestra el editor de código ni ninguno de los otros programas que tenías abiertos. Ahora sólo te enseña una pantalla de búsqueda de Google, y abierta en un sistema operativo que ni siquiera tienes instalado. Incluso el ratón ha dejado de funcionar, y parece obrar de manera independiente a tus movimientos, deteniéndose sobre una u otra búsqueda, como dudando sobre cuál clicar. Pero más escalofriante es lo que hay en esa búsqueda. Cinco palabras en inglés que hasta el día anterior para ti no habrían significado nada: chica joven muere en hotel.

- Tiradas (1)
Cargando editor
30/10/2015, 22:44
Rena Hiyane

Apenas era consciente de la conversación que mantenían Ino y Haku. No era importante. Lo importante era dar con él para que se le quitasen las ganas de volver a intentar entrar en mi sistema. Todo parecía ir bien, había conseguido pasar el primer filtro, solo tenía que entretenerle, pero no iba a ser tan fácil.

Al ver que las ventanas desaparecían de la pantalla para ser reemplazadas por una ventana de un sistema operativo que ni siquiera era el mío abrí los ojos, sorprendida. ¿Pero qué? Me dispuse a cerrar aquella ventana con rapidez, pero ni el ratón ni el teclado me respondían. Era como si hubiese tomado el control de mi ordenador. Pero aquello no era lo más extraño. Lo más extraño era que ahora mismo, si lo que me comunicaba la pantalla era cierto, el sistema operativo no correspondía con el que yo usaba. Aquello era sencillamente imposible.

Pensé con rapidez algo que pudiera hacer para recuperar el control de mi ordenador cuando leí de pasada la primera noticia que me mostraba el buscador. Mi rostro no mostró signo alguno de sorpresa, solo apreté un poco los labios. Aquello no podía ser una coincidencia, las fechas coincidían. El día anterior había tenido una especie de visión de una caucásica siendo asesinada en una habitación y Ash me enseñaba una pantalla donde aparecía la noticia de la muerte de una joven.

*Sin perder un instante fui a por mi portatil, que se encontraba en la habitación de al lado. Tenía que comprobar si se trataba de ella. Era una locura, no podía ser cierto. Estaba en medio de la calle y probablemente había tenido una especie de alucinación o algo. Pero Ash no podía saber eso... ¿Quién coño eres?

Apenas era consciente de la presencia de Ino en aquel momento. No le había contado nada sobre lo  que había pasado porque primero quería estar segura de lo que había visto.

- Tiradas (2)

Notas de juego

La tirada es para ver si sé lo que está pasando. Era dif -2, no lo he aplicado, aunque tampoco sabía la dif base ^^'

*A partir de aquí solo si no tengo ni idea de como recuperar el control del ordenador, sino, se pondría a ello.