Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 0: Resonancia (Wamai)

Cargando editor
09/10/2015, 21:13
Narrador

Capítulo 0: Resonancia

Es mi hermano. Y no por algo tan accidental como la sangre, sino por algo más fuerte... por elección.

Nairobi, 30 de Junio de 2015.

09:05 horas.

Han pasado veinticuatro horas y todavía no has encontrado nada en tu mente que pueda explicar lo que viste. Tus pensamientos vuelven una y otra vez a las enseñanzas de tu abuela, sin que puedas recordar nada que sirva de ayuda. A tu alrededor el cafetal hierve de actividad, con trabajadores recogiendo de manera mecánica granos y granos mientras el capataz lanza su voz y sus miradas una y otra vez, como si así fuerais a recoger más o mejor. La falta de humor de la gente que te rodea te es ajena, y menos mal: de otra manera soportar aquello día tras día no sería posible. Pero las cosas no son tan malas como parecen. Además, quién sabe qué podría pasar que hiciera que el destino cambiase de un día para otro.

Inevitablemente buscas con los ojos entre las plantas una y otra vez con una sonrisa inquieta. Ayer, más o menos a esta hora, fue cuando todo sucedió. Y hay un momento en que sientes un cosquilleo en la espalda y de alguna manera sabes que acaba de cumplirse un día desde aquella visión. Pero no importa lo que busques: el tiempo ha pasado y no has vuelto a verla. Aunque tampoco es que lo necesites para recordar.

Ni siquiera estás seguro de qué fue lo que viste. Estabas junto a Jimiyu bromeando mientras descansabais de manera furtiva. El sol pegaba fuerte, y tu hermano te mostraba una especie de arandela de metal que había encontrado mientras decía estar convencido de que le daría suerte. Y fue entonces cuando la viste. De repente y aparecida de la nada, había una mujer. Estaba allí, en medio del cafetal, sentada sobre una cama tan incongruente como su presencia. Y sin embargo ella parecía sentirse tranquila con su visita. Gloriosa. Su piel era la más blanca que habías visto desde que tenías memoria, y su cabello rubio parecía algo por lo que varias mujeres de la comunidad pagarían, al menos, dos gallinas. Vestía un camisón arrugado y su piel estaba cubierta por una capa de sudor. Sus ojos enormes y desorbitados se cruzaron con los tuyos y sentiste una extraña conexión con ella. Sentiste su dolor y su emoción. Su sonrisa te envolvió, y a pesar de que durante un instante una sensación de peligro te invadió, los segundos pasaron y esta fue disipándose en el aire tal y como hacían los gritos del capataz.

Después de veinticuatro horas algunos detalles se han desvanecido, pero la imagen general de esa extraña habitación que viste durante un breve parpadeo sigue presente. Las paredes parecían cubiertas de un papel monótono y repetitivo. La penumbra te mostraba sólo el contorno de las cosas. La luz de la luna entraba por la ventana y dibujaba para ti la esquina de un puzzle al que le faltaban demasiadas piezas como para que cobrase sentido. Pero eso lo hacía mucho más interesante. Después de todo las verdaderas historias no se resuelven en cinco minutos. Repasar la imagen una y otra vez no te ayuda a comprenderla. Y aunque en aquel momento no viste a nadie más con ella, siempre tuviste la certeza de que no estaba sola. 

Todo fue algo confuso después. La mujer emitió un largo suspiro mirándote directamente a los ojos. Tus pupilas y las suyas parecían unidas por un hilo fino e invisible, como si fueran dos vasos de yogur y vuestras cabezas las usasen para comunicarse de una forma que no comprendías. Luego abrió la boca como si hablara con alguien, pero no te llegó su voz. Y entonces... Entonces un sonido rompió el ambiente tanto en el cafetal como en aquel hotel. Un sonido que conocías bien y que te hizo reaccionar de inmediato: el estruendo de la pólvora estallando, detonando una bala y una vida. Con el sobresalto inicial no llegaste a ver el agujero que atravesaba su cabeza, pero no te hizo falta para saber que estaba ahí. Y pudiste sentir cómo todo se apagaba mientras ella caía hacia atrás, rebotando en el colchón. En el último instante en que miraste al frente pudiste ver la salpicadura que aquel disparo había dejado en la pared. Casi parecía una flor. Una flor oscura, sombría y cargada de muerte. 

Apenas transcurrió un pestañeo antes de que el cafetal volviera a ser el mismo. Aquella cama había desaparecido llevándose a la mujer que descansaba en ella. Los últimos ecos de aquel disparo aún resonaban en tu cabeza, y no se apagaron hasta que no dejaste de ver aquella habitación de hotel. Y si faltaba algo para terminar de romper el ambiente esto fue el grito del capataz. Ni siquiera eras consciente de cuándo había llegado a tu lado, pero gritaba a menos de un palmo de ti y te dedicaba una mirada más que recriminatoria. Igual que ahora.

Cargando editor
10/10/2015, 23:47
Muthengi "el que se mueve alrededor"

- ¡Wamai! - El grito, directo en tu oído, te hace dar un respingo y el grano de café que tenías en la mano se te cae al suelo. El capataz está tan cerca de tu rostro que incluso podrías contar los pelos que le salen de la nariz. Sus ojos están entrecerrados para cortar el paso de la luz del sol que ya ha ido ascendiendo y su ceño fruncido te hace pensar que no está demasiado contento esta mañana. Más o menos igual que las cien últimas, por otro lado. 

- ¡Como te vuelva a ver mirando al infinito te descontaré parte de la paga de este mes! - Exclama, señalándote desde abajo con un flaco dedo amenazador. - Ya estoy harto de vagos y maleantes en esta comunidad. 

Y parece dispuesto a seguir increpándote, pero entonces un ruido al final del surco atrae su atención y su mirada. Suerte para ti, ya que te olvida en cuanto ve el cesto en el suelo y los granos rodando. Mala suerte para Jumaane, que mira desolado hacia sus pies para después verse obligado a soportar el chaparrón de Muthengi.

Cargando editor
10/10/2015, 23:47
Montu búh "Jimiyu"

En cuanto el capataz se aleja, Jimiyu se acerca a ti y te da un codazo. - ¿Qué te pasa, hermano? Estás distraído como ayer. No podemos enfadar a Muthengi tantos días seguidos o terminará metiéndose con nosotros.

Tu hermano mira a ambos lados y hace un gesto con la cabeza, señalando a una de las trabajadoras del campo, Nyah. - ¿Has visto esa? No te ha quitado ojo en toda la mañana. - Su boca se ensancha en una amplia sonrisa divertida. - Creo que quiere darte muchos bebés. Aunque no sé si le gustaría saber que te quedas dormido mirando la nada.

Cargando editor
11/10/2015, 19:31
Wamai Saád ú

Recojo grano por grano, lo de siempre... pero hoy, busco musarañas en el tema de ayer, casi de manera inconsciente, intento ahondar un poco, recordar, no puedo evitar pensar que habrá sido ese extraño parpadeo que tuve, o si lo tendré de nuevo. Le echaría la culpa al cansancio, pero en el fondo me niego un poco, y me pregunto que hubiera interpretado Mukuru de todo esto. La experiencia de miradas me ha dejado un sabor agridulce.

Pienso en el disparo entonces, en la sangre, cuando los berridos de Muthengi azotan mis oídos devolviendome a la realidad – Genial...- Agarro mi cesto con fuerza. - ...Lo-Lo siento – digo automáticamente antes de darme cuenta de que lo tengo básicamente encima. Escucho sus palabras, imposible no escucharlas, tan cordiales como siempre, bajo mi mirada para no tensarla con la suya y me dispongo disculparme de nuevo, pero la suerte me sonríe quitandomelo de encima. Respiro aliviado. 

Fiu... suerte con el viejo – pienso en cuanto al vecino, cuando noto un codazo que no esperaba, Jimiyu, la verdad es que estoy en las nubes... me sobo la nuca con sus palabras - Lo sé, lo sé... no nos conviene que se fije en nosotros, en ningún sentido. Creo que me está pegando mucho el sol estos días, solo eso... - me excuso, y quiero preguntarle si todavía guarda la arandela de la que hablaba ayer, pero no lo hago. Cuando ensancha una sonrisa no puedo evitar sonreír a su par - No me gusta cuando sonríes así... – bromeo mientras sigo su gesto hacia la trabajadora – ¿Quien es ella, hermano? ¿lleva mucho aquí? - le pregunto.

Cargando editor
13/10/2015, 23:56
Montu búh "Jimiyu"

La sonrisa de tu hermano aún se mantiene en su rostro cuando le preguntas por la muchacha. Antes de responder asiente exageradamente con la cabeza, como tomándose un tiempo para que recibas sus palabras con más ganas.

- Es Nyah, Wawa -te dice llamándote de aquella forma que sólo él usa contigo, aún asintiendo, como si no hubiera acabado de hablar-. Y creo que su propósito es darte muchos bebés* -completa antes de echar a reír y hacer un gesto a la chica, llamando su atención-.

Luego te señala a ti y posteriormente a sí mismo, antes de encogerse de hombros en su dirección. Puedes ver entonces, a través de las plantas del cafetal, cómo ella ríe y asiente con la cabeza. Es en ese momento cuando tu hermano golpea tu pecho y te mira con los ojos brillantes.

- Y tiene una hermana -te informa como si aquella fuera la mejor noticia que pudiera haber, y hubiera entendido todo eso a través de los gestos de la chica. Entonces lleva su mano al bolsillo, sacando aquella arandela, y te la señala mientras vuelve a asentir, dejándote claro de quien es obra aquel milagro-.

- Lleva aquí desde siempre, Wawa -te informa entonces, como si  acabase de retomar el hilo de vuestra conversación ahora que lo importante se había solucionado-. Pero no te habías fijado porque la semana pasada era una niña. Ha crecido estas noches porque le han dado habichuelas del huerto de Jumanee -te dice mientras lleva su mano de nuevo a seguir recogiendo grano, ahora con la sonrisa imborrable en el rostro-.

Aquella mujer, Jumanee, siempre decía que los frutos de su huerto servían para ayudar a las mujeres a desarrollarse más y mejor. Sin embargo en aquella ocasión o bien tu hermano se equivocaba o bien se habían pasado con las habichuelas, pues la chica aparentaba unos veinticinco años.

Notas de juego

* Nyah significa propósito.

Cargando editor
15/10/2015, 23:04
Wamai Saád ú

Espero tener bebés algún día... al menos, antes de que se me pase el arroz. Y aún si no tengo, será por que el equilibrio de la sabana africana así lo tenia escrito para mi. No obstante, por el momento, no puedo evitar pensar que las ganas que mi hermano muestra por ser el tío de mis retoños, no son ni un grano de café al lado del cesto que simbolizaría su anhelo por tocar una nalga tersa.

Así que Nyah. Sonrío - Parece joven... – digo, apartando algunas ramas para visualizar mejor, me extraña no haberla visto. Me aparto y levanto mi cesto cuando veo que Jimiyu gesticula recogiendo la sonrisa de la joven. Me golpea el pecho entonces, pues tiene una hermana – ¿Y tiene una hermana, eh? - ladeo una sonrisa con el chiste que le voy a soltar... pero se me desvanece siguiendo de manera un tanto hipnótica esa arandela de la suerte. Justo me recuerda a alguna historia de Mukuru sobre el oeste africano, que ni recuerdo realmente... con símbolos redondos de Adinkra... y se me ha vuelto a pasar la mujer blanca por la cabeza...

Me sacudo, intento no perder de oído los berridos de Muthengi, no quisiera que vuelva a cazarme observando como las moscas se frotan hábilmente las manos - ¿Sabes, Jimiyu? - respondo mientras sigo con la recolecta – Tendríamos que preguntarle a Jumanee si tiene algún tipo de frijol en su huerto que deje afónico a Muthengi – lanzo un grano con ligera fuerza a mi hermano - Pero yo diría que, a esa hembra... – aparto algunas las ramitas para observar a la muchacha de nuevo* – ...no le han crecido las ubres producto de las habichuelas de Jumanee en unos días/noches – me dispongo a seguir con el trabajo, pero pregunto - ¿ya has hablado con ella? - y arqueo ambas cejas con curiosidad. 

Notas de juego

* Que aspecto tiene Nyah?

Cargando editor
17/10/2015, 02:17
Montu búh "Jimiyu"

Tu hermano recibe el impacto del grano en la cabeza y el sobresalto hace que su mirada se aparte de la moza en cuestión para mirarte a ti mientras se frota el lugar con la mano. 

- ¡Ay! -Entrecierra los ojos al mirarte con una mirada de falsa molestia por el golpe que no le dura más de un instante, en lo que recupera la sonrisa. - Acabo de hablar con ella, Wawa. ¿No lo has visto? Ha asentido cuando me he señalado. Tiene una hermana, está clarísimo. 

Lanza la arandela al aire empujándola sobre su puño con el dedo pulgar y la recoge con la mano abierta. - No me voy a separar de ella nunca -afirma, mostrando sus blancos dientes al ampliar la sonrisa un poco más y refiriéndose a su nuevo amuleto. Aunque si le dura más de la semana que tardó en perder la piedra azulada que ocupaba ese lugar hace un mes, ya será toda una sorpresa-. 

Cuando atisbas entre las ramas de la planta de café tus ojos se cruzan con los de la chica en cuestión durante un instante, antes de que ella aparte la mirada con timidez y es en este momento cuando puedes observarla con más atención. Es joven, aunque no tanto como Jimiyu parecía creer. Tendrá alrededor de veinticinco años. Su piel todavía está tersa y su rostro es bonito, con una nariz proporcionada, ojos grandes y labios carnosos. Tiene algunas pequeñas cicatrices en las mejillas, con aspecto de ser ya antiguas. Es menuda para la estatura media de la zona y no demasiado curvilínea, quizá eso la haya hecho pasar desapercibida para tus ojos hasta ahora. Desde luego no se puede decir de ninguna manera que sea voluptuosa, pero sus pechos parecen firmes bajo el kaftan de colores tierra que viste. Sus cabellos, cortos y trenzados asoman por debajo del pañuelo que usa para protegerse la cabeza del sol. 

- Si Mwatuangi se porta como debe con nosotros, esta noche no nos acostaremos pronto, hermano. - Continúa hablando Jimiyu, lanzándote ahora él a ti un grano de café que te pasa rozando la oreja sin llegar a tocarte. - Y si él no nos escucha, nos queda el amuleto. - Y con esa afirmación y un brillo esperanzado en los ojos, guarda el pequeño objeto de nuevo en el bolsillo de su pantalón.

Y como si ese pequeño gesto de guardar la arandela fuese una señal para que el mundo enloqueciese de repente, en el mismo momento en que sus dedos la sueltan dentro del bolsillo un estruendo suena a tu alrededor. Los sonidos de las cigarras y las pequeñas charlas entre los trabajadores, incluso los gritos que Muthengi sigue dedicándole a aquel hombre, todo desaparece cuando la primera explosión tiene lugar. 

Y tras ella, otra y otra más, seguidas por disparos que parecen detonar nuevas explosiones sin que ni siquiera seas capaz de atisbar dónde están teniendo lugar. Suenan como si las tuvieras encima, pero no hay fogonazos que tus ojos puedan percibir. Tan solo el ruido de las detonaciones, una tras otra.

Notas de juego

Edit porque se había caído la foto, ningún otro cambio.

Cargando editor
20/10/2015, 01:48
Wamai Saád ú

Realmente... no sé lo que me interesa mas ahora mismo. Si el amuleto de mi hermano, mi raro golpe de sol... o la bella hembra que acaban de mostrarme. Sonrío de oreja a oreja con la respuesta que obtengo, ¿el – yo – solos?, algo siempre es algo, padre siempre lo dice.. aunque tengamos que competir 5 por el mismo hueso - Puede tener una hermana, como puede tener 3 hermanos y 1 padre con un palo - Sonrío metiéndome con él, y prosigo.

Me doy un palmazo seco en el cuello, pues noto posarse un mosquito, y me muevo en acto reflejo cuando noto un grano pasar por mi oreja, mbuzi. Cuando mi hermano menciona la posibilidad de que nos escuchen... me recorre un mal repelús por la espalda, repelús que me obliga a frenar de nuevo – Nadie nos va a escuchar, hermano – le aseguro, equilibrando sus palabras, mientras girándome hacia las plantas del café, veo como guarda su arandela de la suerte...

Aprieto los parpados con fuerza con la primera explosión, me quedo parado por dos eternos segundos, no tengo tiempo ni de dedicarle una mirada a Jimiyu sin escuchar la consiguiente detonación, ¿pero que pasa?!!, tiro mi cesto por los aires con los sonidos de disparo, y me cubro la cabeza con ambos brazos. Empiezo a dar pasos rápidos hacia mi hermano, pero mirando al cielo en todas las direcciones - ¿DE DONDE VIENE!!? - grito, quizá una vez, quizá dos, quizá tres... quizá ninguna – ¡DONDE ESTÁ PAPÁ?! - apenas escucho mi voz entre las explosiones, pero no encuentro el origen, y el campo parece en orden, no consigo encajar el sonido, pero lo tenemos encima ahora mismo! – ¡¿DE DONDE VIENE?! - aprieto la mandíbula con mucha fuerza, creo que me estoy desmayando...

Notas de juego

mbuzi = cabra

Cargando editor
21/10/2015, 01:12
Montu búh "Jimiyu"

Jimiyu responde a tus palabras con una primera risotada. Lo que has dicho debe parecerle tan imposible como que el suelo se de la vuelta y se convierta en cielo sin previo aviso, pues su voz cuando te contesta está cargada de un optimismo casi tan contagioso como suele ser el tuyo.

- Ooooh, no, Wawa -responde tu hermano sin perder la sonrisa-. Tiene una hermana, estoy seguro -expone antes de palmear por fuera del pantalón ese lugar en su bolsillo donde debe estar aquel objeto de propiedades mágicas-. Y guapa -añade después, antes de hacer un gesto que casi parece como si se estuviera felicitando a sí mismo por cosas que aún no han sucedido-.

En el momento en que te quedas parado, mirándole, él te dedica una sonrisa aún más grande. O bien no ha oído aquella explosión, o bien está tan loco como para creer que su amuleto le protegerá también de ella. Sin embargo su gesto se vuelve de alarma un instante más tarde, aunque sus ojos siguen tu cesto y los granos que vuelan de él en todas direcciones. Tus preguntas se pierden entre el repetitivo sonido de las explosiones mientras el rostro de tu hermano se mantiene fijo en el tuyo. Finalmente sus manos caminan hasta tus hombros y comienza a agitarte, visiblemente asustado.

- ¿De dónde viene qué? -pregunta, claramente asustado- ¿De dónde viene qué? -repite una vez más. Él no ha llegado a arrojar su cesto como tú, en lugar de eso lo ha posado en el suelo-.

Cargando editor
21/10/2015, 01:28
Muthengi "el que se mueve alrededor"

Hay pocas cosas que temer más que aquellos disparos y explosiones. No es la primera vez que oyes los primeros: a menudo algunos hombres con poco espíritu y mucha rabia asaltan caravanas o furgonetas de camino a la capital y pegan algunos tiros al aire para asustar. Sin embargo sí es la primera vez que escuchas tantas detonaciones seguidas. Y, sobre todo, tan cerca.

Sin embargo aquel momento pasó, y los sonidos parecen desaparecer con él. Tu hermano sigue asustado, mirándote a los ojos, y por detrás de él llega algo que si bien no puede temerse tanto como las bombas sí os ha ocasionado problemas en el pasado: Muthengi. Su caminar es decidido, y en su rostro tiene una mueca de enfado como pocas veces has visto. La última vez fue cuando alguien se dedicó a tirarle granos de lejos, entre las ramas, y se él se volvió loco buscándolo sin llegar a encontrar al culpable. Al final todos os habíais visto castigados y dos habían sido despedidos. Y de no ser por eso, habría merecido la pena.

- ¡Wamai! -dice , y poco antes de llegar a tu altura te lanza un golpe con su vara que te cruza una mejilla-.

Puedes sentir el calor de la herida que deja tras de sí, devolviéndote a la realidad. - ¡Qué estás haciendo! ¡Vago! ¡Loco! -te insulta antes de escupir al suelo, al lado de tus pies-.

- ¡Maleante! -exclama después- ¿Te has quedado dormido mientras caminabas, y has tenido una pesadilla? -pregunta-.

Y sin esperar respuesta escruta en tus ojos. Por un momento parece no tener muy claro cómo actuar: es evidente que nadie suele atreverse a hacer algo como lanzar su cesto.

Cargando editor
21/10/2015, 01:42
Nyah Baddhu

A vuestro alrededor algunos parecen haber detenido su trabajo desde que el momento en que te pusiste a gritar. Ahora que el propio Muthengi se ha acercado a ti hay quien hace lo mismo lentamente, de una manera discreta, queriendo enterarse de qué sucede esta vez. Algunos curiosos se colocan detrás de él, con una mano aún cerca de las plantas de café, dispuestos a fingir trabajar en cuanto el capataz se de la vuelta para mirarlos. Más lejos puedes ver el rostro de Nyah, que te dedica una mirada entre dulce y preocupada. No llega a acercarse como los demás, pero sus grandes ojos oscuros parecen pendientes de lo que os pueda pasar a ti y a tu hermano.

Cargando editor
23/10/2015, 08:43
Wamai Saád ú

De donde viene...? 

Aprieto los parpados de nuevo, quiero mantenerme en pie mientras noto como las explosiones van cesando de mi cabeza. Entre balanceos, se me acaban de pasar montones de desastres intrusivos por la mente, pero parece que mis oídos vuelven a encontrar la voz de mi hermano poco a poco, al menos - ...Espera, espera, Jimiyu – me agarra los hombros, y detengo el meneo sosteniéndome a sus antebrazos, medio-abro los ojos entonces - Espera... se me estaba yendo – No quiero asustarlo, ni asustarme yo... pero menudo mareo tengo. Trato de respirar tranquilo, algo que se me hace dificil, y una larga gota de sudor bajando desde mi cabeza por todo mi cuello me incomoda el incomodo... ¿incomodo? ¿aliviador? ¿extraño? ...instante en el que me doy cuenta de que todo el cafetal está en orden. Huele como siempre, no hay gritos, ni rastro de detonación alguna, todo intacto, todo... excepto mi cesto. Genial Wamai!

Me suelto despacio de mi hermano y doy dos pasos atrás, cuando finalmente, noto llegar a Muthengi por su espalda... me quedo en blanco, esta vez no tengo, supongo, derecho a quejarme, y aunque miro al cielo con pura desconfianza, tan solo me faltó un cencerro para terminar de llamar su atención como una autentica cabra desbocada. 

Escucho mi nombre, pero nada mas... pues me tuerce la cara con su varita. No digo nada, me aguanto, bajo las manos lentamente en gesto de calma mientras escucho como me reprocha... ese escupitajo no creo que sea un cortés saludo masai. Empiezo a notar el ardor entonces – Todo está en orden... creo que he descansado mal. Si, solo es eso. Estoo, escuchaba sonidos... - entrecierro un ojo, por dolorcillo – ...estruendos, cosas, y... bueno, no importa. - respondo, e intento dejarlo ahí... creo que es una buena manera de darle la razón sin explicar que estaba escuchando explosiones de ¿dinamita? ¿granadas? sería absurdo.

Tengo algún tembleque nervioso, así que miro a mi al rededor viendo a la gente observarme, incluso Nyah, en la cercana lejanía. No puedo evitar sentirme estúpido en este momento, con lo cual vuelvo automáticamente a los castigadores ojos de Muthengi. Gesticulo con una mano - Disculpa, msamaha, Muthengi. Todo está bien. Lo recogeré, rápido, haraka-haraka. – Le pido disculpas diciéndole que lo recogeré todo muy rápido, y aprovecho el dolorcillo que me hace parpadear un ojo, para guiñárselo disimuladamente a Jimiyu en gesto de "todo va bien" 

Cargando editor
24/10/2015, 00:10
Muthengi "el que se mueve alrededor"

El rostro de Muthengi comienza a arrugarse mientras te escucha hablar. Primero es su ceño, que se encoge tanto que uno pensaría que se le puede llegar a juntar el poco pelo que le queda con la nariz. Después su barbilla y su boca, convirtiéndose en algo parecido a un fruto reseco. Y cuando parece que su cara ya no puede arrugarse más empieza a agitar aquella vara en el aire, sin llegar a amenazarte por el momento.

- ¡Wamai! -te llama de nuevo, a pesar de estar a tu lado, demostrando que tu nombre no ha desaparecido de su memoria por el momento- ¿Que has descansado mal, Wamai? -pregunta de manera retórica- ¿No duermes bien mientras caminas? ¡Le diré al patrón que te traiga una cama! -exclama, agitando ahora ambos brazos- ¡Para que pueda descansar bien el señorito mientras trabaja! ¡Una cama con ruedas y pedales! ¡Y que recoja el café que el señorito tira por los aires antes de que un minyoo se lo coma!

Entonces detiene sus palabras para mirarte durante un instante con una expresión que es mezcla de amenaza e indecisión. La gente te quiere en el cafetal, y él lo sabe. Probablemente igual que sabe que si te echase ahora, a continuación le costaría más trabajo hacer que volvieran al trabajo que volver a hacer que las cosas marchasen bien tal y como están ahora. Finalmente acaba por mirarte durante algunos segundos más, y al volver a hablar lo hace con el mismo enfado que suele cargar.

- Que no quede ni uno solo por el suelo -enuncia al final-.

Y como no parece gustarle la idea de ceder, añade algo más. - Y el tiempo que tardes en recogerlos te lo descontaré tres veces de la paga -añade con un carraspeo-.

Es ese el primer momento en que separa su vista de ti y, fijándola en tu hermano, vuelve a agitar aquella vara.

- ¡Dejad de mirar su cara de vaca y a trabajar! -exclama antes de marcharse, dedicando miradas a unos y a otros para que se den prisa-.

- Tiradas (1)

Notas de juego

*minyoo: gusano.

Cargando editor
24/10/2015, 00:31
Montu búh "Jimiyu"

Durante todo el tiempo que Muthengi pasó gritándote pudiste ver cómo el rostro de tu hermano pasaba de la preocupación a la contención. Conocías aquella expresión: era cuando intentaba no reírse de algo. Y no es hasta que el capataz se marcha que tu hermano dibuja una media sonrisa tranquila, como si aquello no hubiera sido más que un contratiempo pasajero.

- Te ha llamado cara de vaca -dice entonces, señalando lo que ambos ya sabéis-.

Palmea su pantalón una vez más, dejando claro que aquella situación no ha ido a mayores gracias a su amuleto. En ese momento el propio Muthengi vuelve a mirar en vuestra dirección y tu hermano no tarda en hacer como que trabaja, avanzando un poco entre las plantas.

- Date prisa, Wawa -te pide, y sabes que de no estar el otro mirando se quedaría a ayudarte a recoger-. Tenemos que planear lo de esta noche -afirma, ya dando por hecho que tendréis una cita-.

Cargando editor
24/10/2015, 00:38
Narrador

Las siguientes horas avanzan con rapidez. Tu hermano trata de quedar una y otra vez cerca de aquella chica durante el trabajo para cruzar algunas palabras, pero sólo en un par de ocasiones lo consigue. Y tras la segunda le puedes ver sonreír abiertamente y hacerte un gesto indicándote que lo ha conseguido.

Es una vez fuera, ya lejos de la mirada de Muthengi, cuando te explica que habéis quedado para aquella misma tarde, en el Pozo Nuevo.

El Pozo Nuevo es un lugar al que todos llaman así porque en su momento hubo pozo  que fue construido después de que se secase el que se rebautizó como el Pozo Viejo. Sin embargo a día de hoy ni uno ni otro dan ya agua, aunque eso no hace que ninguno de ellos perdiera el nombre. Con el tiempo se ha convertido en un lugar frecuente para quedar tanto entre jóvenes como entre adultos.

Cerca de la hora acordada, las cinco de la tarde, las veis llegar. Es difícil asegurar que sean hermanas, aunque desde luego Nyah viene acompañada de otra muchacha más joven. Sin embargo tus ojos no se centran demasiado en ella, pues hay otra cosa que captura tu atención: el rostro de la propia Nyah está surcado de golpes mal disimulados que no poseía aquella mañana. Es evidente que ha intentado taparlos con algo de maquillaje, y a pesar del calor un pañuelo rodea su cuello.

Cargando editor
26/10/2015, 05:50
Wamai Saád ú

No creo que el viejo Muthengi me descuente nada, o por lo menos mucho, o al menos... eso espero. Pero voy a tener que buscarme mi propio amuleto redondo, creo yo, tal vez me hubiera librado del remazo, que aun escocerá mas en frío. Y... cara de vaca? Imagino una pastando, no voy a negar que encerraría a Muthengi con unos cuantos babuinos hostiles en alguno de los pozos, a ver que hacía con la varita entonces... pero si todos nos dedicásemos a fumar pajitas secas y escuchar cigarras al sol, esto no funcionaría. O en fin, al menos, así logro pensar para no crisparme con la hez arrugada y gritona que nos hostiga día a día. Parece que me libro de esta.

---

Las siguientes horas pasan rápido, y un par de horas antes del atardecer me veo en el Pozo Nuevo esperando una cita. De estar en casa, tendría una hoja de lechuga y mis propias babas untadas en mi mejilla, si no las de padre. Y de cuando en cuando, lanzo vistazos al cielo. Explosiones... madre tierra ¿que intentas decirme? sigo sin entender mis alucinaciones, pero decido guardarme mis raros delirios, esta vez bien profundos, una vez mas.

Hablo con mi hermano, y le doy un alegre codazo cuando veo acercarse a las chicas, sin dejar de observarlas – Si, si que tiene una hermana, o lo que sea, Jimiyu...! – le afirmo por lo bajo - Cuidado, o Wawa se lleva a las 2 - a mi tambien me gusta meterme con el. Contemplo a Nyah, paso a paso, y cuando están a nuestra altura, asiento y agarro apretando ambas manos de una, y repito el gesto con la otra. Todo depende de las costumbres de cada quien por aquí, las hay bien inusuales y muy variadas, pero yo... enseño mi blanca dentadura, deslizando mis pupilas hacia/entre las cautivadoras cicatrices, y grandes ojos de esta hembra. Se que tengo los dientes limpios, pues me he comido al menos 3 manzanas antes de venir. Y mantengo la sonrisa, pero caigo en el detalle de que no soy el único que ha tenido un día complicado - Llevo 2... - alzo indice y corazón, haciendo que no noto nada, pero miro el pañuelo - ...lunas, un poco raro. Mimi kuwa na akili. Mucho calor. Soy Wamai - Me presento, aunque gracias a Muthengi seguro que todas las mujeres del campo conocen mi nombre. Aprieto una sonrisa dejando caer un poco de lado mi cabeza.

Notas de juego

Mimi kuwa na akili = no lo tengais en cuenta

Cargando editor
28/10/2015, 03:23
Montu búh "Jimiyu"

Tu hermano siente tu codazo, pero no llega a dirigirte ni una mirada. Sus ojos están fijos en las dos chicas que se acercan, y una sonrisa embobada se ha fijado en su rostro como si la hubieran clavado con un par de anzuelos. Esa expresión de alegría se ensancha un poco al escuchar tu comentario posterior, pero no tarda en negar con la cabeza, convencido.

- Otro día quizá, Wawa -te dice, antes de hacer un gesto hacia su bolsillo, donde ya sabes de sobra lo que hay-. Pero hoy Jimiyu va a ver más piel que la de Jimiyu -asegura complacido-.

Luego, cuando las chicas llegan y las saludas de aquella manera, tu hermano no tarda en imitarte, haciendo de aquel gesto algo aún más solemne de lo que tú ya lo haces. Es en ese instante cuando puedes notar cómo él también se da cuenta de las marcas que Nyah trae consigo. Y aunque por un momento no parece saber cómo reaccionar un instante más tarde se lanza a completar tu frase con una sonrisa.

- Pero podéis llamarle ng'ombe -les dice con complicidad, haciendo referencia a lo que Muthengi había dicho de ti. Luego saca pecho. Él es menos corpulento que tú, pero parece querer compensarlo a ojos de ellas-. Montu búh -se presenta, antes de alzar repetidas veces las cejas de manera exagerada antes de añadir algo de su invención-. Significa buen amante -asegura, y por si aquello fuera poco se apresura a añadir algo más-. Y dedos ágiles -miente de manera descarada-.

Notas de juego

Ng'ombe: vaca.

Cargando editor
28/10/2015, 03:51
Subira Baddhu

La chica que acompaña a Nyah es más joven que ella, y sus ojos parecen los de alguien que ha conocido la tristeza y la alegría a partes iguales. Al recibir vuestro saludo os dedica una pequeña sonrisa, y al escuchar tu presentación no tarda en inclinar la cabeza un instante en vuestra dirección.

- Subira -os dice con tranquilidad. Acto seguido, al escuchar las palabras y ver los gestos de tu hermano, una risa escapa de su garganta. Parece que realmente serán capaces de congeniar-.

- Y mi nombre significa Cazadora de mentiras -bromea, dejando claro que no se ha creído una sola palabra. Luego observa durante un instante a Nyah, como si le estuviera pidiendo algo en silencio-.

Cargando editor
28/10/2015, 04:00
Nyah Baddhu

Nyah, por su parte, parece más apagada que esta mañana. No son sólo los golpes, sino algo en el fondo de su mirada que la hace parecer un poco más ausente. Sus ojos se cruzan con los tuyos un segundo después de que observes su pañuelo, y por un instante parece avergonzada. Sin embargo ese momento pasa, como si el viento se lo llevase igual que hace con los malos olores.

Ante tu presentación, tu excusa y tu sonrisa la chica te dedica una mirada que parece comprensiva, y al hablar su voz suena tan ondulante como debe sonar el mar. - Espero que no sea nada -te dice antes de que aclares que se trata del calor, para luego asentir con la cabeza-.

Después de eso dibuja una pequeña sonrisa con los comentarios de tu hermano y la respuesta de su acompañante, y no es hasta la mirada de ella que decide presentarse también. - Nyah -os dice, a pesar de que ambos sabéis ya su nombre-. - Encantada de conoceros -añade después-.

Acto seguido sus ojos se desvían hacia los tuyos, y por un instante parece avergonzarse. Los aparta rápidamente, dirigiéndolos a uno de los caminos que llevan al Pozo Nuevo, y no tarda en haceros un gesto, invitándoos a caminar.

Han pasado sólo unos minutos y tu hermano ya se ha encargado de apretar un poco el paso, adelantándose con Subira lo suficiente para no ser escuchados por vosotros. Nyah, por su parte, caminara a tu lado sin prisa.

- Siento lo de Muthengi -te dice entonces, examinando el rastro que su vara ha dejado en tu rostro-. Espero que no te haya hecho mucho daño -comenta-. Mi madre lo llamaba fimbo filimbi porque ya en su época se pasaba el rato amenazando con ella y dándole a todo el mundo -explica antes de sonreír-. Ella decía que Muthengi había nacido con la vara en la mano y el grito en la garganta, pero que si sabíamos mirar al suelo no nos daría nunca -expone, hablando como si te estuviera contando un pequeño truco que sabía que nunca llegaría a usar-.

Notas de juego

Fimbo filimbi: Vara que silba.

Cargando editor
30/10/2015, 20:06
Wamai Saád ú

Mis pupilas bailan con extrañeza entre mi hermano y las dos leonas. Trago saliva, aun con la sonrisa dibujada en mi cara, pues noto los gestos de Jimiyu sobre Nyah. Son un par de segundos incomodos... es evidente que lleva golpes, pero no sabemos la causa. No obstante, dedos intrépidos -que no rápidos- actúa tal cual yo, se nota que somos hermanos - Los ricos pujan con vacas. Son valiosas, al menos... mas que las cabras locas, pequeña mbuzi – achino mis ojos estirando una sonrisa hacia Jimiyu, o dicho de otro modo, siguiendo su disimulo con pura complicidad.

Las palabras de la joven oscura, Subira, amenizan el momento, noto los gestos entre ambas, y no tardo en escuchar el tono de Nyah, mas cálido, o quizá... el que me viene interesando escuchar desde esta mañana. Asiento a sus palabras de forma agradable, ya conocía su nombre, y me pongo en marcha hacia los caminitos que llevan al Pozo Nuevo, a su lado.

Primero camino observándola, casi de arriba abajo, incluso mientras me habla. La segunda hembra no llama mucho mi atención, Subira. Parece mas joven, es oscura como la noche... yo diría que su nombre significa `pantera negra´. Puede llevarse muy bien con Jimiyu. Primera impresión. De hecho... ya van unos pasos mas adelantados.

Me veo caminando la par de Nyah – Oh, no es nada – respondo casi interrumpiéndole mientras habla - Casi no me duele. Soy fuerte. – Miento, me escuece mucho. Río entre dientes después, manteniendo una sonrisa de lado - fimbo filimbi – arqueo las cejas, e inclino un poco mi cabeza hacia ella mientras caminamos - Para nosotros Muthengi es "aquel que se mueve al rededor" – Miro a nuestras espaldas... no vaya a estar justo detrás, y nos llevemos 4 varazos a traición – Padre siempre nos advirtió que puede llegar hasta tu nuca sin que te des cuenta, serpentea con veneno, cual nyoka, escandaloso cual jabalí en campo de maíz – Y tanto, intento que se sienta cómoda... pero me rasco la cabeza pensando en lo de esta mañana, y en mi mismo. Intercalo un par de miradas entre frente (mi hermano y Subira) y el terreno por el que caminamos.

¿Tu y ella, sois hermanas? - apunto con la cabeza a Subira, y entrecierro un ojo mirando a Nyah - El campo es grande, por filas. La gente va y viene. No te había visto antes - Deslizo la mirada desde los ojos de esta chica, hasta sus cicatrices. ¿Significan algo? - pregunto, trazando una linea por debajo de mis ojos con el dedo pulgar.

Notas de juego

Mbuzi - cabra

nyoka - serpiente