Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú (Ruth)

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23/04/2016, 01:25
Narrador

Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú

Así que hoy marcho y marcharé para recordar que no soy solo yo. Sino también un nosotros. 

Sydney, 1 de Julio de 2015.

La noche se desliza por encima de ti y por dentro de tus párpados, más como una serpiente que como un pañuelo de seda. En algún momento sientes a Dan levantarte y llevarte a la cama, pero lo hace con tanto cuidado y mimo que casi da pena demostrar que te has dado cuenta. Desde fuera te llega el familiar sonido del mar, siempre testigo y refugio, y el aroma familiar de tu amigo se instala sobre el colchón después de dejarte con suavidad.

Para cuando te despiertas es por la mañana temprano. El sol entra por la ventana ya que Dan no llegó a bajar la persiana, y a tu lado descansa él con aspecto de estar profundamente dormido. Es un despertar suave, tranquilo, al menos durante el tiempo que pasa hasta que los recuerdos y el temor se hagan presentes en tu pecho. Y durante ese breve lapso puedes sentir un aroma que se te antoja al mismo tiempo conocido y desconocido: el del café en bruto, intenso y fuerte como sólo puede serlo en el propio lugar donde se recoge. Esa sensación te trae a la cabeza a Wamai, y por un momento todo parece un poco mejor. Pero el inesperado sonido de un coche pitando fuera se lleva tu atención, disipando ese olor más rápido de lo que ha venido.

El par de horas siguientes pasa lento. Dan acaba por despertarse y ofrecerse a preparar lo que él llama el «desayuno de campeones», algo que reserva exclusivamente para días en que tú o él necesitáis verdadera energía u ocasiones especiales. Durante el tiempo que estáis comiendo él parece animado ante la idea de ir a esa especie de convención, como si el hecho de que estuvierais haciendo algo para ayudarte ya fuera estar en el camino adecuado.

De modo que un café, dos tortitas, un huevo, una bola de helado de chocolate y una limpieza de cocina más tarde os encontráis en el coche de Dan de camino a Sydney.

El hotel Radisson Blu Plaza se encuentra cerca de la costa, a sólo unos minutos del enorme puente del puerto. Es un edificio grande, que no sólo hace esquina sino que en las dos calles a las que da — O'Connell y  Pitt Street— ocupa buena parte de la manzana. Es un sitio de lujo, al alcance sólo de los turistas más pudientes o aquellas empresas que quieren únicamente lo que se considera mejor por tener más estilo o ser más caro. Sin duda organizar un evento así en un sitio como este ha tenido que costar un dineral.

La piedra que está a la vista en el recibidor es sin duda mármol. Las paredes están pintadas de un amarillo claro y una alfombra roja separa la entrada de la zona posterior, donde probablemente estará el acceso a las distintas partes del hotel. Es una estructura diferente a la habitual, pero probablemente tenga que ver con su forma de hacer esquina.

Allí dentro hay un mostrador que parece habilitado sólo para los participantes del evento, y un chico amable os da un par de tarjetas de identificación en cuanto le dais vuestros nombres. Después os indica que no falta mucho para empezar, y os da las señas para acceder al auditorio, donde al parecer se desarrollará la mayoría del encuentro.

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24/04/2016, 01:18
Roger Graham

En cuanto atravesáis esas puertas os encontráis en un hall mucho grande, con sillas, mesas y sillones que parecen tan caros como cómodos repartidos por la zona. A mano izquierda unas escaleras se dirigen a los pisos superiores, al frente está la ampla entrada al restaurante del hotel y a la derecha el auditorio. Repartidas por la estancia hay una veintena de personas que parecen ser asistentes, y aunque Dan trata de hacer un chiste sobre el tipo de gente que acude a ese tipo de cosas este muere a medias al darse cuenta de que vosotros también estáis ahí, por más que los motivos sean diferentes.

De entre todas esas caras extrañas acaba por surgir una conocida. Es Roger Graham, uno de los que pueden considerarse tus mejores clientes. Va vestido con un traje formal, lo que resulta un poco chocante teniendo en cuenta que estás mucho más acostumbrada a verle con bañador o neopreno. Sin embargo él parece reconocerte sin problemas. Se acerca con resolución a vosotros, y cuando llega a vuestra altura te dedica una sonrisa natural y encantadora, que probablemente le haya valido para conquistar a muchas mujeres a lo largo de los años.

—Vaya, qué sorpresa —te dice como si veros fuera realmente una buena noticia. Con Dan no tiene el mismo trato que contigo, ni mucho menos, pero ambos se conocen desde que le vendiste aquella segunda tabla—. La verdad es que sois las últimas personas que esperaba ver hoy, y creo que acabáis de salvar mi día de ser un auténtico coñazo —su trato es cercano, y al hablaros mira alrededor, como si de alguna forma no estuviera bien que alguien le oyese decir aquello.

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24/04/2016, 19:30
Ruth Williams

Una noche de sueño reparador y un desayuno que despertaría a un muerto, o que mataría a cualquier vivo. Dan a veces se cuidaba en exceso con lo que comía y otras simplemente decidía que debíamos morir por sobredosis de colesterol y azúcar. A mí no me molestaba, solía desayunar fuerte en caso de que por olvido acabara olvidando alguna otra comida a lo largo del día. si trasnochaba hasta olvidaba el desayuno, pero eso eran solo los días excepcionales en los que tenía una tabla a punto o cuando había empezado una nueva y comenzaba a tener forma. Visto así no eran tan excepcionales esos días.

Si no fuera porque Sidney tiene decenas de locales a los que salir y el hotel un bar donde tomarnos una copa...
Menuda locura, aún no sé por qué me dejo llevar, maldito Dan.

Pienso, bajando la ventanilla del coche y mirando el camino mientras mi amigo conduce. Es entonces cuando suena una canción de las que me gustan, de esas que estaban ahora tan de moda en la radio y le doy volumen. Solo el punteo inicial de guitarras me hace mover la cabeza de un lado a otro, marcando el ritmo.

¿Hace cuánto que no cogemos el coche para dar una vuelta sin más?
Creo que la última vez fue aquel concierto en Byron Bay, no, era un festival... 

-Splendour in the grass...- musito para mí absorta y luego me dejo llevar de nuevo por la música. -Nananananana Thunder...- tarareo emocionada, tratando de que el viaje en coche se hiciera rápido. Odiaba los atascos para entrar a la ciudad y a la gente pitando frenética por nada... Como si pudiera compararse toda aquella contaminación acústica con el agradable sonido de las olas. 

La gente que vive en las ciudades están locas...
Mi hermana está loca, vive aquí y es loquera, eso explica todo.

Por fin aparcamos, llegamos al hotel y no puedo sino mirar todo. Aquello era demasiado... demasiado pijo. Me miro a mí misma, que no me había esforzado por arreglarme lo más mínimo: shorts vaqueros, camiseta de tirantes y sandalias planas. Puede que llamáramos demasiado la atención, hasta que veo que el resto parece gente normal y dejo de darle importancia a ello. O todo lo normal que puede ser un loco que viene a creerse estas patrañas, ni yo sé por qué estamos aquí. Miro de reojo a Dan cuando hace una broma al respecto de todos aquellos frikis, hasta que se da cuenta dónde está y que él es uno de ellos. Le sonrío ampliamente ante la evidencia.

¿Roger con traje? ¿Eso es posible?
Le sienta bien, eso se lo reconozco.

Me río sin más cuando habla como lo hace. -Un coñazo que has organizado tú, ¿no? Yo vengo por el bar del hotel- bromeo levantando ambas manos en gesto inocente. -Menudo... emmm... cosa que os habéis montado- sonrío un poco, de forma algo forzada. Es por eso que dejo de hacerlo y mi interés pasa a los alrededores que nos rodean.

Al menos el hotel está limpio, si volvemos a Sidney hay que dormir aquí.

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27/04/2016, 03:10
Roger Graham

Tu cliente —si es que ahora de alguna forma no eres tú el suyo— ríe de buena gana con tus primeras palabras. Opta entonces por encogerse de hombros en un gesto que es más natural que cualquiera de las actitudes que se ven a grandes rasgos por ahí y os dedica una sonrisa, pero finalmente niega con la cabeza.

—La verdad es que no he tenido nada que ver —afirma con seguridad antes de dedicar una mirada a vuestro entorno—. Así que ya sabéis: cualquier cosa que veáis y no os guste, no habrá sido cosa mía—asegura en lo que parece algo a medio camino entre la broma y el perfeccionismo absoluto. Probablemente por eso se ha hecho ya con tres de tus tablas.

—¿Y vosotros cómo habéis acabado aquí? Si me hubierais avisado antes os habría invitado, no pensé que os interesasen estas cosas —enuncia antes de dibujar una pequeña sonrisa—. La verdad es que ni yo sé por qué le interesan a nuestra empresa.

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27/04/2016, 03:17
Daniel Thomas

—Eh, Roger —saluda Dan, sin que parezca plantearse demasiado qué hace ese hombre aquí. Quizá, como tú, ha dado por hecho que forma parte de la organización. Le dedica entonces una sonrisa y luego a ti una mirada cómplice, la misma que ponía de pequeños cada vez que trataba de asumir las culpas de ambos después de una trastada.

—En realidad venimos porque yo llevo un tiempo rayado con las cosas raras. Ya sabes, con eso de que mi abuela sea aborigen y todo eso... —asegura antes de encogerse de hombros—. Nunca se sabe, y he pensado que estaría bien al menos informarme un poco.

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04/05/2016, 09:40
Ruth Williams

No tiene nada que ver, eso me suena al “yo no he sido” de mi sobrino con la boca llena de chocolate…

-Si no nos gusta no ha sido cosa tuya, ¿y si nos gusta a quién tengo que culpar?- esbozo media sonrisa, mirando aún de reojo la pulcritud del lugar. De momento era lo único que me gustaba, el resto tendría que comprobarlo por mí misma. Así como lo limpias que estén las copas y las jarras donde nos sirvan las cervezas que pienso tomarme. Mi control de calidad era yo misma, la gente no sabía la de cosas que les parecían bien y estaban llenas de entropía y suciedad.

Aprieto levemente los labios cuando pregunta qué hacemos allí, desde luego la mejor idea no era nunca la verdad. Es cuando Dan salta una vez más en mi defensa, echándose las culpas encima y dejo salir el aire que llevo conteniendo durante un par de segundos de reflexión. Se podría decir que casi he llegado a saborear el pánico tratando de dar vagas explicaciones, pero algo dentro de mí es indiferente a la opinión de esa persona. Aun siendo cliente mío.

¿Y por qué me iba a importar qué piense? Mejor eso a que confirme que soy el bicho raro que soy de últimas…

-Venimos a escuchar y quizás a saquear el bar, no mucho más. Si Dan se deja secuestrar hasta podríamos salir a tomar unas cervezas más esta noche- le guiño un ojo a mi amigo, no por las cervezas sino por cubrirme una vez más.

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06/05/2016, 23:57
Roger Graham

No recuerdas ningún momento en que Roger haya sido desagradable en el pasado. Es alguien que sabe lo que quiere y que no duda en estirar la mano y cogerlo, pero también un animal social, que sabe divertirse en cualquier situación. Y eso es lo que parece estar haciendo ahora, cuando vuelve a reír con tu pregunta. Su risa es cómoda y natural, nada exagerada, y cuando esta se disipa levanta las manos como si así demostrase de alguna forma su inocencia.

—Intuyo que las cosas que os gusten serán casualmente aquellas con las que sí he tenido algo que ver —bromea, aunque no parece decirlo en serio. Y cuando llega la explicación de tu amigo asiente con aparente interés y a pesar del «ya sabes» de Dan queda claro en su expresión que no, que no tenía ni idea.

—Pues seguro que a esta gente le encantaría conocer a tu abuela. Están siempre hablando de cosas espirituales, hilos plateados que unen el universo y cosas así —asegura antes de dirigirse a ti—. Yo la verdad es que soy más de tu plan. Ahora estoy currando, pero si os animáis esta noche puedo enseñaros un par de sitios nuevos que os van a gustar. Y... Bueno, si Dan no se deja secuestrar —dice mirándole por un instante con completo buen rollo— siempre puedes pegarme un toque. Siempre habrá sitio para una más en los planes.

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07/05/2016, 00:59
Caroline Kingshaw

Pero antes de que puedas responder a Roger o Dan pueda elegir entre apuntarse a esas cervezas o apartarse a un lado, una mujer se acerca, interrumpiendo vuestra conversación.

Es joven y atractiva, con cabellos oscuros y los ojos verdes como las aceitunas. Va vestida con un traje negro hasta las rodillas, al mismo tiempo elegante pero de aspecto cómodo, y lleva unos tacones que en realidad no necesita, pues ya es bastante alta por sí misma. Sus piernas son largas y estilizadas y sus curvas discretas pero presentes. Su voz cuando habla es suave y bien modulada, cargada de un magnetismo especial, una de esas voces radiofónicas, que regalan los oídos de quien las escucha.

—Señor Graham, ¿sabe si finalmente el micrófono será de mano o de diadema? No encuentro a la chica del sonido por ningún lado —pregunta, antes de girar su rostro hacia ti y tu amigo y hacer una breve inclinación de cabeza—. Disculpen que les haya interrumpido. Falta poco para la conferencia y estamos comprobando los últimos detalles. —Tiende una mano hacia Dan primero y hacia ti después. —Caroline Kingshaw, es un placer conocerles. ¿Son asistentes del congreso?

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07/05/2016, 10:22
Ruth Williams

¿Está diciendo que quiere una cita? ¿Qué?

Entrecierro con cierta confusión los ojos, sin saber bien si Rogert me tiraba los trastos o no. La verdad es que me costaba discernir cuando los hombres me pedían salir para hablar de cosas de surf o para ligar conmigo. Siempre me pareció mucho más sencilla la relación con Daniel por eso, si había ganas de un polvo se dice directamente y ya, al menos eso nos funcionaba. Simplificar las cosas era lo mejor, siempre lo había pensado. Es cuando voy a abrir la boca para preguntarle a bocajarro si lo que quiere es un polvo que aparece aquella mujer interrumpiendo.

¿Vería Dan en internet quién daba la charla y por eso insistió? Porque la tía está buena…

…encantada…- miro de reojo a Dan con sospecha, pensándome lo evidente. Puede que la intención de mi amigo fuera todo lo buena que cabía esperar, pero quizás el atractivo de la tal Caroline había inclinado la balanza a venir. –Soy Ruth, ¿eres tú la que hablas entonces? Ya sabes, la que viene a dar la chapa y eso- pregunto con mi falta de tacto y de modales. No podía tratar de usted a alguien que parecía más joven que yo, ese trato era para gente vieja… Más vieja que mis padres evidentemente, porque ni mis padres ni los de Dan tenían ese trato.

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11/05/2016, 04:43
Roger Graham

Si Roger se ha dado cuenta de tu incertidumbre lo cierto es que no lo muestra en absoluto. En lugar de eso sigue mostrándose tranquilo y cómodo, y cuando esa mujer se acerca a vosotros, aplazando tu respuesta, él no parece dar importancia al detalle.

Mientras ella habla él no cambia en absoluto su actitud. No parece acostumbrado a ella, y por la forma que tiene de dirigirse a él parece que su relación es estrictamente profesional.

—De diadema —responde sin que pase siquiera un instante, con la seguridad de quien controla cada detalle. Se te hace claro que lo de la chica de sonido no le ha gustado, pero sólo una leve arruga en su entrecejo lo demuestra. Sin embargo ese punto perfeccionista de Roger te resulta tan familiar que es difícil no entenderle en eso—. Le diré a Paula que la busque enseguida —promete mientras saca el teléfono y os dedica una breve mirada.

—Ya veis, chicos, la dura vida del empresario —comenta con un tono que es realmente encantador y una sonrisa cómplice—. Uno nunca sabe cuándo va a poder descansar.

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11/05/2016, 05:11
Daniel Thomas

Cuando tus ojos buscan a Dan lo encuentran con las cejas levemente enarcadas al repasar sin demasiado disimulo a la mujer de arriba a abajo. Tu amigo estrecha su mano durante un instante de más y después busca tu mirada para intercambiar contigo uno de los gestos que sólo los años de entendimiento os han proporcionado, con el que tu amigo te deja claro que no había visto a Caroline antes, pero que para él ya se ha compensado el viaje.

—Yo soy Daniel —añade en el momento de las presentaciones—. Y sí, hemos venido a ver de qué va un poco esto —responde, haciendo un gesto vago con la mano después—. Por mi abuela y eso.

Parece un poco distraído al hablar, pero termina por arreglarlo mostrando una sonrisa blanca y encantadora a la joven. Te da la impresión también de que está a punto de añadir algo más, pero con tu pregunta se calla y asiente con la cabeza, como si eso fuese exactamente lo mismo que él iba a decir.

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11/05/2016, 05:06
Caroline Kingshaw

Vuestra nueva interlocutora no dedica a Roger más que un breve asentimiento antes de estrechar vuestras manos. Recibe ese repaso de Dan sin inmutarse, como quien ya está más que acostumbrada a que la miren de esa forma y ha aprendido a vivir con ello, pero no te da la sensación de que el sentimiento sea recíproco. Sin embargo sí le mira un instante adicional cuando él dice eso sobre su abuela, como si esperase algún tipo de explicación más al respecto. Pero esta no llega y ella termina por estrechar tu mano.

Es en ese instante cuando te das cuenta de que sus ojos, que un instante atrás habían parecido de color aceituna, tienen en la parte interior medio universo hecho de marrones. Sus pupilas se fijan en las tuyas y hay algo en ti que reacciona. Sientes un escalofrío nacer en tus manos y extenderse por tus brazos hasta morir en tu cuello. Notas cómo un frío intenso comienza a reptar por tu cerebro, inundándolo, y de repente te sientes por un instante como si estuvieras a punto de desmayarte. Aunque ese pequeño vahído se atenúa cuando Caroline suelta tu mano y tus ojos.

Al separaros la mujer ha dibujado una breve sonrisa, como si acabase de suceder algo inesperado pero no hubiera nada que comentar al respecto.

—Soy una de las ponentes, sí —dice respondiendo a tu pregunta. Entonces os vuelve a mirar a ambos: primero Dan, luego tú, y notas en su actitud como parece querer decir algo que calla—. Es la primera vez que estáis en algo como esto, ¿verdad?

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11/05/2016, 09:52
Ruth Williams

La mirada de Daniel me hace entender que no sabía que venía aquella mujer, pero que ahora le parece ideal que sea ella quien habla. Él debe notar mi confusión respecto a Roger y su invitación/no-invitación a él, de no saber si quería un polvo o quizás pedirme una tabla nueva en la intimidad.

Dan se zumbaba a la morena y no sabía que estaría aquí, todo claro.
Lo que yo digo, que está buena...

Estrecho la mano de aquella mujer y lo que pasa hace que la cabeza me dé vueltas. Cierro fuerte los ojos durante unos segundos para no perder el conocimiento de aquella sensación de mareo y cierto repelús. Si el apretón de Dan ha sido más largo de lo estipulado, el mío ha sido al contrario. Esa sensación fría hace que aparte la mano casi de inmediato, como si de una valla electrificada se tratara. 

¿Qué coño...?

Mi mirada de confusión ahora se la brindo a la morena, aunque no por las mismas razones. No sabía que mierda acababa de pasar y no sabía si quería que se repitiera, seguramente no. Trato de calmarme, respirar y esbozar una sonrisa forzada demasiado evidente. -La primera vez...- confirmo y entrecierro los ojos mirándole con sospecha. De mi boca quieren salir preguntas y tacos hacia su persona, todo a la vez. Opto por callar como lo hace ella. -Creo que necesito la primera cerveza ya, para empezar bien la mañana- le digo a Dan. Si nos quedábamos solos se lo contaría y si venía Roger... Bueno, averiguaría si quería que me lo tirara o no. No todo estaba perdido, o algo.

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13/05/2016, 14:34
Caroline Kingshaw

Roger se ha separado un par de pasos para hablar por teléfono y, aunque parece estar a medias pendiente de vosotros, lo cierto es que la mayor parte de su atención parece llevársela el aparato.

La mujer te mantiene la mirada mientras entrecierras los ojos y no parece afectarle lo más mínimo o, tal vez, ni siquiera nota tu recelo. Asiente levemente con cierta comprensión cuando confirmas que es vuestra primera vez y cuando te diriges a Dan, asiente de nuevo.

—Os dejo entonces. Iré a comprobar que todo está en su lugar —y por cómo dice esas palabras te da la impresión de que ya ha debido comprobarlo unas cinco veces como mínimo—. Espero que disfrutéis del congreso y las conferencias.

De nuevo te parece que quiere añadir algo más y su mirada se dirige a Dan primero y luego a ti para terminar mirándote con cierta intensidad al seguir hablando.

—Si te apetece podemos hablar de nuevo en algún receso y así me cuentas qué tal la experiencia.

Con esas palabras hace un gesto de despedida con la cabeza hacia tu amigo y se da la vuelta para marcharse, dedicando un gesto similar a Roger al pasar junto a él.

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13/05/2016, 15:27
Daniel Thomas

Dan parece dispuesto a empezar ya a visitar el bar, aunque también te da la impresión por cómo mira a Caroline de que él preferiría que os acompañase ella también. Sin embargo, parece haber notado que algo raro ha pasado entre vosotras y frunce el ceño ligeramente alternando su mirada entre ambas para terminar enarcando las cejas cuando Caroline se dirige exclusivamente a ti en sus últimas palabras.

La contempla mientras se va y casi puedes imaginar los engranajes de su cerebro debatiéndose entre el impulso de mirarle el culo y la intriga de saber qué se está perdiendo. Finalmente hace un gesto con la cabeza hacia una puerta señalizada como cafetería.

—Vamos, debe ser ahí —dice y antes de empezar a caminar hace un gesto con la mano hacia Roger, señalando el bar y luego como despedida.

—¿Qué ha sido eso, rubia? —pregunta entonces, mirándote curioso—. No me digas que la maciza te estaba tirando los trastos a ti.

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16/05/2016, 11:00
Ruth Williams

Miro a la mujer marcharse y sigo de inmediato a Dan, con paso ligero. Tenía ganas de alejarme de aquella rara sensación que no había sido agradable. Todas mis experiencias raras habían sido muy gratificantes, a excepción de esta. Roger se queda al teléfono y yo me pego al brazo de mi amigo, buscando algún tipo de comprensión, que él no iba a entender hasta que le explicara.

Ha sido tan jodidamente raro...

-No, joder... Nada de eso- susurro y comienzo a hablar acelerada en un tono entre nosotros. -Es que cuando me ha dado la mano, he sentido algo raro. No sé como explicarte, me ha dado así mal rollo, tío. Es como...- finjo un escalofrío con un gesto exagerado, tratando de abarcar lo que con palabras no podía. -Una puta locura, no es como las otras cosas, era algo raro mal. No me daba buen rollo. No sé si quiero hablar con ella, porque también se ha dado cuenta. Muy chungo todo.

Acelero el paso para el bar, tirando del brazo de Daniel para poder sentarnos y tomarnos una copa. Había pensado que fuera una cerveza antes de que pasara todo, pero ahora necesitaba un whiskazo o algo así que me ayudara a digerir un poco aquello. Hago un gesto al camarero, alzando el brazo entero para que se acerque.

-No estaba ligando conmigo...- aclaro, ya después de soltar aquel montón de palabras atropelladas. -El que creo que sí lo hacía era Roger, ¿verdad? ¿O estoy flipando? ¿Me estaba invitando a tomar algo sin ti, no?- entrecierro los ojos mirando a Dan, para que me sacara de dudas de mis sospechas.

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17/05/2016, 16:14
Daniel Thomas

Los ojos de Dan se abren con curiosidad cuando empiezas a explicarte y mientras te escucha, gira la cabeza para mirar hacia atrás, presumiblemente hacia la mujer que debe estar ya entrando en la sala de conferencias. No pierde el paso y te sigue hasta el bar, impresionado.

—Joder, rubia —murmura mientras el camarero recibe tu gesto y empieza a acercarse—. Yo no he sentido nada... Pero esto debe estar lleno de gente con cosas paranormales, así como tú. A lo mejor Carol-la-maciza estaba intentando comunicarse contigo extrasensorialmente o vete a saber. A lo mejor has percibido su rastro ectoplasmático o alguna mierda de esas. Qué pasada.

Tu amigo ni siquiera duda de la verosimilitud de lo que le has contado, asumiendo que si tú lo dices, así debe haber sido. Pero sí que mira hacia fuera de nuevo, con los ojos entrecerrados, como si quisiera analizar a todo el que pase por el hall del hotel en busca de algún rastro paranormal.

Sin embargo, tus últimas palabras le sacan una sonora carcajada y vuelve a girarse para mirarte a ti mientras asiente con la cabeza.

—Y tanto que lo estaba haciendo, tía. El señor Sonrisa Perfecta quiere darte lo tuyo esta noche. —Sabes que Dan suele poner motes a la gente, pero sobre todo lo hace cuando está inquieto. —Después de invitarte a unas copas, como un buen caballero —añade, riendo—. Si te mola no te lo pienses porque vamos, sólo le ha faltado ponerse un neón encima de la cabeza.

En ese momento llega el camarero y Dan le mira un momento.

Cerveza, por favor —dice, sin prestarle demasiada atención antes de volver a ti—. Yo creo que deberías hablar con ella, si sabe hacer yuyus místicos a lo mejor sabe algo de verdad. Pero mejor que no sea a solas-solas. Por si acaso yo me quedo cerca y si en algún momento quieres que te rescate me haces una señal. —En ese momento enarca las cejas con una iluminación. —O ya sé... Podrías intentar emborracharla, para que hable más fácilmente —añade y no te cuesta mucho darte cuenta de quién se encargará de cuidar de ella si se te va la mano al emborracharla.

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18/05/2016, 15:56
Ruth Williams

Asiento repetidamente a todo lo que dice de mierda ectoplásmica, no es que yo pudiera explicar todo lo que había pasado mejor. Lo que para mí eran sensaciones, Dan le ponía algún tipo de palabra que entendía a la perfección, al menos en nuestra jerga. Seguramente que si alguien nos oía hablar desde fuera solo éramos dos surferos flipándolo en su idioma.

Yo no diría que eso ha sido una pasada... Ha sido raro mal, pero sí.

-Whisky doble con hielo- pido yo al camarero para anestesiarme, más cuando Dan me dice que mis sospechas no tan sospechas son ciertas. -Está bueno... Pero es algo raro, ya sabes. Como si te da por tirarte a una de tus maduritas de la clase de yoga o algo, luego tienes que volver a verla y tal... Vamos, que por mí me lo tiraba sin tanta tontería de las copas, aunque parezca un estirado y eso, pero ya me entiendes- hago un gesto con la mano, como que quiero que salgan más palabras para explicarlo y es innecesario entre nosotros. -Lo he visto en neopreno y marca bien, pero quizás sería raro, ¿no? No sé...

No es tampoco que el tío que parezca que pide guerra, aunque me haya invitado a copas a mí solo...
Oh... ¿Y si lo único que quiere es un puto descuento para otra tabla? ¿O hacerme un pedido especial?

Frunzo el ceño, valorando la situación de Roger. ¿Por qué era tan complicado? Follar era tan simple como decir me apetece y que la otra parte estuviera de acuerdo, no veía razones para dar rodeos. No es que estuviéramos hablando aquí de sentimientos ni ninguna de esas mierdas comecocos complicadas, que era un polvo. Te quitas la ropa, te revuelcas y después si te he visto no me acuerdo.

-No sé si quiero hablar con ella, me da mal rollo. Al menos estoy segura que no quiero tocarla...- escucho su idea de emborracharla, esbozando media sonrisa. Ya sabía cómo acababa aquello, con un paseo matutino de la vergüenza de aquella chica a su casa y yo con las mismas dudas. -Podemos probar... Mira, le dices a Roger que me llevas a tomar una copa a... No sé, donde coño quieras. Él se lleva a Carol-la-maciza con él para ti y tú me llevas para él, algo así. Luego veremos como acaba la noche, ¿trato?- le pongo el puño cerrado delante para que choque si está de acuerdo, saludo de colegas, nada de estrecharse manos.

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21/05/2016, 17:29
Daniel Thomas

Dan enarca las cejas impresionado cuando pides el whisky y puedes ver perfectamente cómo, por un momento, pasa la idea por su mente de darle él también a algo así de fuerte. Igual que puedes ver cómo descarta la idea al volver a mirarte y no te cuesta ni un segundo comprender cuál es su lógica para quedarse con la cerveza: alguien tiene que estar sobrio para enterarse de toda la mierda mística esta.

Asiente después comprensivo con tus dudas sobre Roger, aunque tu mención a sus maduritas le saca una carcajada. Te empuja levemente en el hombro mientras se ríe.

—Eh, eh, a las yayas ni tocarlas —asegura, negando con la cabeza para seguir escuchándote con una complicidad ganada durante tantos años que ya no necesita que las frases sean terminadas para ser comprendidas.

Tu plan parece entusiasmarle, pues asiente con la cabeza repetidamente según lo vas poniendo en voz alta y finalmente choca su puño con el tuyo.

—Trato. Es un plan cojonudo. Haremos que parezca una doble cita, pero aprovechamos para sonsacarlos. Y lo mismo hasta follamos con un par de macizos. —Se encoge de hombros. —No podría ser mejor.

El camarero mientras tanto ha puesto una botella de cerveza delante de él y un vaso ancho con el whisky delante de ti. También os acerca una bandeja de canapés de esos pijos con caviar, salmón y esas mierdas, que estaba sobre la barra un poco más allá. Hay varias repartidas por la cafetería, disponibles para que cualquier asistente al congreso se sirva por sí mismo.

Tu amigo no se corta un pelo en coger uno cualquiera de ellos con los dedos y metérselo en la boca. Mastica un par de veces y luego da un buen trago de su cerveza.

—Bueno, al menos nos vamos a poner las botas aquí, rubia. Esto está que te cagas.

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21/05/2016, 17:30
Roger Graham

En el hall se va reuniendo gente, la mayoría de ellos vestidos de forma elegante, aunque también hay personas con atuendos más informales. Desde la cafetería, en la que por el momento estáis solos con el camarero, puedes ver cómo algunos parecen conocerse y se reúnen en pequeños grupos. Otros permanecen solos y no tarda en aparecer Roger por la puerta de la cafetería dirigiéndose hacia vosotros con algo en la mano.

Al llegar a vuestra altura os tiende un par de acreditaciones, con vuestros nombres inscritos en ellas.

—Para que podáis acceder a cualquier parte del congreso —explica—. Las tenían en la recepción. —Mira entonces hacia fuera un momento y añade algo más, dedicándote una sonrisa encantadora. —En diez minutos empieza la charla de la señorita Kingshaw, si queréis estar en primera fila puedo encargarme de conseguiros buenos asientos.