Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 2: Tarde o temprano, todos tenemos que pagar (Hyun)

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11/02/2017, 04:00
Narrador

Capítulo 2: Tarde o temprano, todos tenemos que pagar

Es cierto que crecimos en mundos separados, pero en el único donde quiero vivir... es en donde podamos estar juntos.

London, 1 de Julio de 2015.

 

Tu respiración aún está alterada, pero no tardas en tomar control sobre ella, en doblegarla. En tu mente continúan los últimos espasmos de ese orgasmo compartido y sientes tu sangre cálida corriendo por tus venas y la humedad en tu ropa interior. La sinfonía de los jadeos compartidos aún está presente en tus oídos, como si fuera el sonido más delicioso del mundo... Pero no es el único. Hay otro que se cuela con fuerza hasta tu cerebro, el del bullicio de la ciudad: estás de vuelta.

Te encuentras en el asiento trasero de aquel Uber. A tu lado el asiento está vacío. Rena se ha ido. La música ahora suena con un volumen un poco mayor que antes, pero es difícil saber si el conductor la ha subido por tu silencio o justamente para no escuchar lo que quiera que saliera de tu garganta.

Os encontráis ya cerca de la filarmónica. Aunque a través del retrovisor no identificas que aquel tipo parezca excesivamente incómodo puedes ver tus pantalones manchados.

Aún así es imposible pensar que algo de lo que ha pasado esté mal. Con esos siete desconocidos es todo tan natural que nada parece malo, sólo hermoso y perfecto.

 

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14/02/2017, 10:20
Park Hyun-jin

"¿Qué me está sucediendo?" la frase aparece en mi cabeza mientras mi sueño húmedo lentamente va desvaneciéndose para darle paso a la realidad. Observo atentamente, intentando ubicarme en medio de la realidad de la que había saltado durante unos instantes. Intento forzarme a sentir vergüenza, pudor, o algún sentimiento que refuerce mi humanidad, mi sentido de racionalidad, pero sólo encuentro ecos imperfectos y tranquilidad. Demasiada tranquilidad y satisfacción. Supongo que así se siente perder la razón, llega tan de repente, que ni siquiera te molesta saber que tu cabeza no funciona igual que antes. Suspiro y miro por la ventana.

Me siento mal por el conductor, imaginando que en algún nivel, pudo haber sido consciente de mi momento de éxtasis. No me atrevo a preguntarle nada, pero tampoco quiero cancelar la ruta. No tenía sentido volver a la filarmónica... y una punzada de remordimiento palpita dentro de mí. Siempre podría pedir otro desde allí. La ciudad me recuerda de los peligros que acechan allá afuera. Observo a través del retrovisor y finalmente empiezo a palpar la paranoia, el nerviosismo de estar tan campantemente fuera de casa cuando debería estar bajo buen resguardo.

Pero necesitaba saber. Necesitaba preguntar por las flores. Abro la aplicación de mi móvil y vuelvo a cambiar la dirección. -D...disculpe. Me han dicho que ya no tengo que ir a la filarmónica. Así que puse la dirección original- siento el color de mis mejillas. Espero que no le moleste, espero no tener que lidiar con agresividad y por sobretodo, espero no tener que dar más explicaciones. Finalmente reviso los mensajes en mi móvil, a la búsqueda de alguna respuesta de mi hermano.

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15/02/2017, 00:13
Conductor Uber

El hombre lleva sus ojos al retrovisor para mirarte cuando hablas y simplemente asiente con la cabeza. 

Claro, no hay problema —dice, antes de consultar la nueva dirección por un instante—. No nos tendremos que desviar demasiado.

Con esas palabras sus ojos vuelven a la carretera y su atención parece regresar a la música que sale de los altavoces. 

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15/02/2017, 00:53
Narrador

Mientras el vehículo sigue su camino, revisas tu teléfono para comprobar que no hay en él ningún mensaje de tu hermano. Tal vez no haya leído el tuyo, o puede que esté ocupado o durmiendo, o quizás le haya pasado algo desde que se fue de tu casa unas horas atrás. Al fin y al cabo anoche estaba contigo cuando la persona que te enviaba mensajes te acechaba, podrían haberle visto contigo... Tal vez ahora él esté en peligro también sólo por acompañarte o... Tus ojos caen sobre un mensaje nuevo, de hace apenas un par de minutos. Sólo que no es de tu hermano sino de ese «número desconocido» que ya te empieza a resultar familiar:

Espero que no estés haciendo más tonterías. No puedo estar pendiente de ti todo el día.

No tardáis más que unos minutos más en llegar a tu destino, el exterior de Westminder Bussiness Square. Se trata de un centro de negocios donde se encuentran los Vox Studios, entre otros comercios y oficinas de menor envergadura. El lugar está bordeado por una pared y en su interior hay varios edificios. El coche se detiene cerca de la entrada que se abre en el muro de la calle dando paso a una plaza interior. Es la única entrada abierta al público, aunque al pasar has visto otra que parece de esas usadas para introducir o sacar mercancías. Al otro lado del centro de negocios hay un colegio, así que no hay más formas de entrar. Sabes por haberlo visto en el mapa que la floristería que buscas está al otro lado del edificio de los estudios, rodeándolo hasta llegar a la fachada contraria. 

El conductor te dedica entonces otra mirada y un leve asentimiento con la cabeza, como si esperase con ese gesto indicarte que ya habéis llegado y que puedes bajarte cuando quieras.

Notas de juego

Lugar

Plano

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15/02/2017, 21:35
Park Hyun-jin

Leo el mensaje y me petrifico unos instantes. Un recordatorio rudo y repentino de mi situación más allá de mi cabeza. Un escalofrío recorre mi espalda, bajando a través de mi columna como una gota helada de sudor, y extendiéndose hacia mis extremidades. Puedo sentir un malestar en mi estómago de inmediato, reactivando todas las antiguas señales de miedo que todo aquello me provocaba. Primero pienso en Ji-Hoon y luego pienso en mi propia seguridad. ¿Me está siguiendo todavía? ¿Estoy en peligro? ¿La policía estaba cerca también?. Me invade un sentimiento de impotencia, con la incertidumbre propia de no saber si las fuerzas de la ley se habían tomado seriamente el denuncio anoche. 

"A lo mejor lo que hice ayer le asustó" pienso durante un momento, tratando de cambiar el caudal general de mis pensamientos. Releo el mensaje. Transmite un reclamo, como si le hubiese puesto en aprietos. Quizás lo correcto era insistir con tener a un oficial cercano en todo momento. Trato de respirar y dejarme invadir por la sensación de alivio, pero el miedo que siento ante aquel obsesionado maniático es demasiado fuerte. Modulo mi respiración, agradezco al conductor y desciendo del vehículo observando muy atentamente a mi alrededor. Comienzo a caminar, inspiro, verifico si hay vehículos cerca de donde se baje alguien hacia mí, espiro, camino apresuradamente hacia la florería, inspiro, reviso a mi espalda y a mi alrededor si alguien camina hacia donde voy, espiro, miro hacia adelante y examino que nadie camine hacia mí, inspiro, trato de no escuchar los latidos de mi corazón, espiro, miro de nuevo hacia atrás mientras aprieto el paso.

Busco "The flower Shop" con la mirada, sondeo a mi alrededor una enésima vez, y tomo aire profundamente, conteniéndolo, sosteniendo la respiración mientras me preparo para entrar. Necesito saber, necesito saber quien está vigilándome, siguiéndome, quien está obsesionado conmigo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejé una tirada de alerta, a dif estandar con 1 FdV. :)

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17/02/2017, 23:01
Narrador

Esos segundos que pasas petrificado son largos y finalizan abruptamente, cortados por el fantasma de la vida que sucede fuera de tu cabeza rodeándote. El conductor apenas responde a tu agradecimiento con unas palabras deseándote un buen día y cuando desciendes no tarda en ponerse en marcha, dejándote solo.

Observas tu alrededor, y aunque hay algunos estímulos que llaman tu atención ninguno de esos te parece más peligroso que los demás. Detrás de ti la circulación continúa, pero no ves ninguna moto como la de la noche anterior, ni ningún coche que se pare más de lo debido. Algunos están aparcados, sí, pero ya lo estaban antes de que llegases. Y en cuanto a los transeúntes, todos parecen estar haciendo sus vidas sin reparar en ti más de lo habitual.

A simple vista no ves la floristería, tendrás que acceder a la plaza interior y rodear el edificio de Vox Studios para llegar allí.

- Tiradas (1)
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17/02/2017, 23:54
Dependiente The Flower Shop

El paseo apenas dura un par de minutos. En el camino te cruzas con un par de personas, pero no parece que haya nadie que se dirija adonde te encaminas tú. En cuanto te acercas un poco te das cuenta de que no es la típica floristería, sino que tiene más pinta de almacén que de comercio. No hay flores expuestas en macetas, ni mucho menos. Debe ser más bien un local al que va la gente con grandes encargos, como bodas o eventos, y que saben específicamente que quieren que sea ese negocio el que se encargue.

Una vez dentro dentro no es sólo la vista, sino también el aroma el que delata a qué se dedican. La fragancia de cientos —quizá miles— de flores llena tus fosas nasales, tapando los olores de la ciudad con gracia. El ambiente se nota aún más húmedo que en la calle y aunque el sitio no es muy grande puedes ver estanterías y estanterías llenas de todo tipo de confecciones florales. Los clientes pueden caminar entre ellas y aunque ves a un par de trabajadores dedicándoles su tiempo no parece que sean del tipo que atiende a la gente.

En cambio, en un mostrador cercano a la puerta, un hombre entrado en años está hablando con una pareja. Deben estar ultimando detalles, porque estos últimos no tardan en marcharse. De inmediato el dependiente se dirige a ti. Su constitución es ancha y por encima de la ropa lleva un mandil de color verde que parece totalmente limpio para cubrir su pecho con el nombre del establecimiento.

—Buenos días —te saluda con expresión afable—. ¿Qué desea?

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18/02/2017, 16:01
Park Hyun-jin

"Exagero, exagero" me repito mientras entro a la tienda. No había razones para temer, no había nada de qué preocuparse. Tomo aire, lo dejo salir y siento la pesadez en mi pecho retroceder un poco, dándome la posibilidad de respirar algo mejor. A lo mejor todo estaba en mi cabeza, y con cada momento que pasaba, no me extrañaba que esa fuese la respuesta con mayor lógica.

Espero a que el dependiente me salude para comenzar a hablar. Hacía muchos años que no compraba flores, la última vez había sido para un San Valentín cuando estaba con Marcus. Había ido a una tienda no muy lejos de la filarmónica y había comprado un enorme Girasol, amarillo y brillante. Había sido difícil desviarme de mi rutina, pero igual que ahora, había una razón de peso. Su rostro al verme entrar con la enorme flor había sido increíble. Suspiro y me fuerzo a alejar esos pensamientos nostálgicos de mi cabeza. Estoy aquí y ahora.

-Buenos días, quisiera saber...- digo mientras me acerco y sonrío tímidamente. -... alguien me envió ayer unos...- hago memoria unos instantes -... tulipanes amarillos. Me los envió al Royal Festival Hall en la tarde, junto con esta tarjeta- digo mientras saco la tarjeta que había guardado* el día anterior. -¿Podría describirme cómo era la persona que encargó las flores?- formulo con ingenuidad. No estoy seguro de si funcionará, pero al menos tenía que intentarlo, necesitaba saber y necesitaba poder reportar de mejor manera al obsesivo perseguidor que parecía ensañado en perturbar la escasa tranquilidad de mi cabeza.

Notas de juego

* :D De hecho, sí!. Gracias Dara del pasado xD

La idea es parecer amable e inofensivo. Y si me reconoce (soy algo famoso) aprovechar eso :P

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21/02/2017, 22:16
Dependiente The Flower Shop

El hombre te escucha con atención y sus ojos sólo te abandonan para examinar la tarjeta que le tiendes. Sonríe al verla, con cierta familiaridad, y al levantar de nuevo la vista te la devuelve. 

—Sí, recuerdo ese pedido porque lo recogí yo mismo. Esa es mi letra, de hecho —señala, haciendo un gesto hacia la tarjeta—. Pero me temo que no puedo darle muchos datos sobre su admiradora, señor ¿Perk, era? —duda por un instante haciendo memoria—. Hizo el pedido por teléfono, ¿sabe? La mayoría de los encargos que distribuimos se reciben así, aunque no solemos enviar flores a la filarmónica.

El tipo parece sentirse cómodo contigo, porque entonces su sonrisa se estira con cierta picardía y se inclina un poco sobre el mostrador para hablar en un tono algo más bajo y cómplice.

—Supongo que está intrigado por la identidad de su admiradora secreta, ¿no es así? Tiene suerte de tener una. Bueno, por su voz puedo decirle que seguro que era una chica joven y seguro que es muy bonita. 

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22/02/2017, 23:54
Park Hyun-jin

Admiradora. Al menos sé que se trata de una chica. El conocer el sexo de mi persecutora no me aporta demasiada tranquilidad. Continúo escuchando atentamente. -Park.- corrijo con amabilidad y sonriendo. No le doy mayor importancia, pero la descripción de la remitente atrae mi atención, al menos temporalmente. Una mujer joven mandó a pedir las fotos por teléfono allí. Leer el por qué quizás sería intentar ir demasiado más allá. Suspiro abatido sintiendo como me acerco a un callejón sin salida.

"Mi admiradora", pienso de manera irónica. En mi cabeza, es más una obsesiva en busca de angustiarme a través de mensajes de texto y obsequios inoportunos. Pero quizás pudiese descubrir más. -Eh sí, claro. Eh... es algo difícil no sentir curiosidad cuando una admiradora se toma el trabajo de... bueno- miento. -¿De verdad lo cree? Quisiera poder verla en persona- digo fingiendo interés y atracción. Y a pesar de que se trata de una mera construcción para obtener algo más de información, no puedo dejar de sentirme incómodo pretendiendo que me atrae una chica. Siempre he logrado dar la impresión de no tener interés por una pareja, tratando de... disminuir las verdades que rondan en mi interior. Pero pretender que una mujer me despierta interés romántico se siente... inadecuado. 

-¿No dejó ni siquiera un nombre o una dirección?- pregunto tratando de mantener la ilusión. Me fuerzo a suspirar, usando inspiración de la frustración por no tener nada sólido aún. -Espero no ser entrometido con la pregunta pero... ¿normalmente como le pagan los clientes al hacer los pedidos por teléfono?- comento con algo de esperanza.

- Tiradas (1)
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25/02/2017, 00:20
Dependiente The Flower Shop

El hombre asiente con naturalidad cuando corriges tu apellido, sin darle más importancia que esa. Después, cuando respondes a sus palabras admitiendo esa curiosidad encuentras en los ojos del dependiente un brillo cómplice y divertido, como si aquel juego le pareciera una de las mejores cosas de su trabajo.

—Por supuesto que quiere verla en persona —asegura, dándote la razón y hablando por un momento como podría hacer una abuelo sentado ante la chimenea—, ¿quién no querría?

Después niega con la cabeza, ante tu primera pregunta, y cuando sigues hablando te hace un gesto, como si te estuviera pidiendo al mismo tiempo que le esperases y que le acompañaras. Él se dirige al ordenador que hay al otro lado del mostrador, manteniendo eso sí las distancias. No da lugar a pensar que te está invitando a traspasar esa barrera y ver lo que consulta.

—Puedo decirle, eso sí, que parecía una mujer de esas que saben lo que quieren. Además de guapa, inteligente —halaga antes de volver a mirarte con su mejor expresión de celestino. Es evidente no sólo que ha creído tu fingido interés, sino también que ya está imaginando el amor flotando en el aire.

Acto seguido mueve el ratón del ordenador y luego teclea algo. Sin embargo mientras tanto prosigue hablando.

—La mayor parte de nuestros encargos son grandes y la gente quiere verlos antes de llegar al final —asegura—. Cuando es así, normalmente generamos una factura como si hubieran comprado en la web y enviamos un enlace para que puedan pagar desde sus casas con tarjeta o Paypal. —En ese momento se inclina un poco y busca con sus manos en la mesa hasta alcanzar un par de lentes—. También admitimos transferencia, pero esos ya son los menos.

—Aquí está, efectivamente —enuncia mientras una sonrisa crece en su rostro. Sin embargo hay algo que parece retener su completa felicidad. Se saca y pliega las gafas con un gesto de disculpa—. Por desgracia no puedo darle el correo electrónico que tenemos, ni nada más —comenta con lástima—. Eso iría en contra de la ley. —Entonces te vuelve a observar como un abuelo miraría a un nieto que habla por primera vez de chicas—. Pero sí le puedo asegurar, señor Park, que le haremos un buen precio cada vez que necesite flores para cortejar a esta señorita.

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25/02/2017, 11:22
Park Hyun-jin

"Yo" respondo mentalmente a la primera pregunta del dependiente. Me cuesta un poco ocultar la incomodidad, pero parece que no la nota o que estoy haciendo un buen trabajo. Parece proyectarse un poco en mí, y aquello sólo aumenta mi sensación de desagrado ante toda la situación. Debo tratar de calmarme y recordar que no se trata más que de una ficción, nada va a cambiar cuando acabe la conversación y salga de nuevo a la calle. Y muy probablemente, no volviese a ver a aquel dependiente. Su siguiente descripción de la mujer parece activar algo en mi memoria, un recuerdo almacenado y dejado de lado por mucho tiempo. Recuerdo una charla similar, recuerdo las palabras en mi mente, recuerdo haber comenzado recientemente a ir al conservatorio para obtener su título oficial como músico. Por aquellos tiempos intercalaba varios cursos de finanzas para satisfacer a su padre.

 


 

Recuerdo que aquel día estaba fatigado. Me había levantado a las 4 de la mañana y tras más de 15 horas de estudios, transporte y más estudio, había llegado a casa con los deseos más irrefrenables de pasar las próximas horas en cama. En esa época era ajeno a los temores y precauciones que habría de aprender de la más manera más dura posteriormente, y por lo tanto tenía más libertad y más riesgo en como vivía mi día tras día. Si pudiese decirme algo a mí mismo a esa edad, me advertiría de los constantes peligros de los que era ignorante.

Madre me estaba esperando en la sala. Había hecho preparar unos pastelillos de arroz tostado y tenía té caliente de manzanilla para acompañarlos. Haciendo memoria, creo que es entonces cuando empecé a tomarle gusto a aquella bebida. Estaba seria y sus ojos parecían algo irritados, y con el paso de los años había entendido que esas eran las señales de otra de las continúas discusiones con Ji-Hoon. Sabía que no debía tocar el tema entonces y pretender que no notaba las pistas de las discusiones y reproches.

-Bienvenido, Hyun-Jin. ¿Cómo ha estado tu día hoy?- preguntaba mi madre en inglés. Su pronunciación no era perfecta, y hablaba de forma inconexa muchas veces, pero poder expresarse en este idioma era un punto de orgullo para ella, y no perdía oportunidad de practicar conmigo o, cuando estaban en buenos términos, con mi hermano. Respondí con honestidad un resumen cuidadosamente pensado de lo que había sucedido, mientras me sentaba con ella a degustar lo que sería la cena. Siempre hacía un esfuerzo entre la rígida etiqueta que me habían enseñado y la familiaridad que sentía debía existir entre mis padres y yo. El resultado era una suerte de charla en la que, pensándolo bien, parecía más un robot aprendiendo a comportarse como humano.

-Ye-Jin ha pasado a visitarte hace unas horas. Le dijimos que estarías hasta tarde por fuera.- comenta finalmente mi madre. Sonríe y espera a que yo sonría también. Hago un esfuerzo por ser sincero, pero estoy seguro que el resultado es una mueca mecánica e insincera. Para entonces ya tenía una idea más clara de que me atraían los chicos, aunque seguía negándomelo vehementemente, y trataba de no tocar el tema con mis padres ni con nadie. Como consecuencia, evitaba a las chicas y rehuía ante cualquier intento de relación. Y mis padres, contra-alineados, habían empezado a sacar el tema con mayor frecuencia cada vez, sin ocultar su interés en que comenzase a cimentar una familia desde temprana edad. -Deberías llamarla. Es una chica tan gentil... parecía algo preocupada por todo lo que estudias ultimamente- comenta mi madre y sigue evaluándome. Ye-Jin es hija de amigos de la familia y vecinos, y Padre aprobaba su cercanía con un interés más que evidente. Madre hacía eco de dicho interés a cada oportunidad.

-...Ye-Jin una mujer de esas que saben lo que quieren. Además de guapa, inteligente. ¿No te lo parece?- había dicho, fingiendo que compartía un pensamiento espontáneo, cuando en realidad habría practicado exactamente que decir. Su rítmica ensayada y su buena pronunciación delataba que había puesto especial esfuerzo en aquel comentario específico. Recuerdo haberme sentido irritado. Recuerdo haber pretendido que estaba de acuerdo y prometer falsamente que la llamaría más tarde. Aquella tarde no sería más que el inicio de una sucesión de incómodas sesiones con falsa espontaneidad por parte de mis padres, mientras intentaban introducir el tema y sondear mi interés en pensar en encontrar una pareja.

Con los años sus esfuerzos habían disminuido, dando paso a una decepción tras cada oportunidad de reencuentro familiar. Padre, con su temperamento orgulloso, había optado por dejar de hablar del todo de aquello, no por respeto, sino por mera vergüenza, como si tan sólo recordarlo avivase la deshonra que mi soltería seguía trayendo sobre nuestra familia.

 


 

-Entiendo- respondo decepcionado a la explicación. Significa que todo se había manejado por correo y la posibilidad de acceder a la información era más bien escasa. -Sí, claro, no querría que tuviese problemas. Es una verdadera lástima- menciono tratando de fingirme abatido. Fuerzo un suspiro y una mirada abatida, recordando aquellas charlas con mi madre.

-Le agradezco mucho.- digo imitando una sonrisa mecánica -Pero sin tener siquiera su dirección, será muy difícil. Creo que tendré que esperar a que quiera aparecer personalmente. Muchas gracias por su ayuda- repito y me dirijo hacia la salida de la florería. Quería pensar que había sido una pérdida de tiempo pero al menos podría usar la información para insistirle a la policía. Suponiendo que quisiesen investigar el sitio. Por ahora era momento de volver a casa... finalmente.

Notas de juego

Quisiera intentar darle algo de lástima por si puede ayudarme de alguna forma. Si no, pues, simplemente me iré.

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28/02/2017, 20:42
Dependiente The Flower Shop

El hombre te mira con ese mismo aire paternalista que parece haber adoptado contigo y, mientras te empiezas a poner en marcha hacia la salida, puedes notar en su rostro cómo se debate entre los deseos por ayudarte a encontrar el amor y su deber. Finalmente carraspea y extiende una mano en tu dirección.

—Espere, señor Park —dice, recuperando esa sonrisa cómplice—. No puedo darle a usted los datos de la señorita, pero sí puedo ofrecerme a transmitirle a ella los suyos, o un mensaje, si usted quiere. Así al menos ella sabrá que ha despertado su curiosidad y tal vez se decida a dejar la timidez de lado. ¿Qué le parece?

Notas de juego

Si decides abandonar la tienda eres libre de llegar hasta tu casa en tu post.

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01/03/2017, 09:47
Park Hyun-jin

Observo al dependiente y trato, con todo lo que tengo, de aparentar felicidad. Irónicamente siento escalofríos mientras abre la puerta a un encuentro personal con mi acosadora. Por lo que sabía, me había estado siguiendo toda la noche y había estado mortificándome con sus bromas crueles. ¿Aceptaría verme en persona para llevar todo más lejos? ¿O se escondería sabiendo que la reconocería fácilmente, si era parte de mis compañeras de la filarmónica? ¿Tendría el valor para esperarla? De tan sólo pensarlo, siento un vacío y un temor constante. 

¿Qué tal si había otra posibilidad? ¿Y sí era una acosadora con tendencias obsesivas? ¿Llevaría alguien una broma hasta el punto de seguirme toda la noche si no tuviese un interés?. El dependiente espera mi respuesta y he estado en silencio, pensativo, durante unos instantes. Tengo que hablar, tengo que responder, tengo que tomar una decisión pronto. Tengo... miedo.

-Eh... sí, puede... puede que funcione...- repito de manera casi automática. Doy un paso de regreso. ¿Ponerle una cita? ¿En dónde? Podría avisarle a la policía. -... Puede escribirle que... me gustaría verla en persona. Esta tarde si puede...- ¿En dónde? Necesito un sitio, seguro, necesito saber que no me va a suceder nada. Una idea aparece clara en mi mente. Espero no arrepentirme. -The Yellow Hornet, 116 Wardour Street, en Soho. A partir de las 7, la... la estaré esperando- digo de memoria. El bar de Ji-Hoon. Era una idea apresurada y probablemente estúpida, pero podía funcionar. -Muchas... muchas gracias. Yo... ha sido usted tan amable, y no conozco su nombre.- digo tratando de relajarme, de disimular mi nerviosismo. -Mucho gusto, Hyun-Jin Park- me presento esbozando la mejor sonrisa a mi disposición.

Notas de juego

El bar no existe en la vida real, así que he tomado la ubicación del The Ship en Soho. 

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04/03/2017, 01:24
Dependiente The Flower Shop

Tras la espera los ojos del dependiente brillan con lo que parece felicidad cuando ya empiezas tu respuesta de manera afirmativa. Se mueve inquieto, y conforme continúas hablando parece más contento.

En el momento en que empiezas a dar aquella dirección te hace un gesto, como pidiéndote un instante, y coge uno de esos tacos de papel que sirven para tomar notas y un bolígrafo. Acto seguido asiente, invitándote a seguir, y para cuando has acabado de dar las señas subraya la dirección y deja el boli sobre el mostrador.

—Me llamo Decker —dice mientras se incorpora, con una sonrisa creciente antes de tenderte la mano—. Ismael Decker. Es un placer.

Después de eso lleva la mano libre hacia su pelo, echándolo hacia atrás. Parece satisfecho.

—Señor Park, voy a decirle algo. Uno nunca puede estar seguro de cuándo nacerá algo que dure para siempre, pero no podemos vivir preocupándonos por eso. Y créame, la mayor parte de bodas que nosotros atendemos no tienen historias tan especiales como la suya.

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04/03/2017, 20:19
Park Hyun-jin

-Entonces, le agradezco nuevamente, señor Decker- respondo con una sonrisa, mientras inclino la cabeza de manera respetuosa, con un gesto reminiscente de una reverencia. A veces me sorprendo cuando algunas de las lecciones de etiqueta y buenos modales que recibí cuando era pequeño se asoma en mi día a día. Había sido algo automático, y disimulé mis propios pensamientos observando y asintiendo. En mi cabeza no cabían más reflexiones y definitivamente ésta no era una de las cosas que deseaba analizar en profundidad.

Me siento mal por Ismael, cuando me transmite su emoción y su optimismo. Me cuesta mantener un poco mi máscara, en particular, cuando me hace recordar por qué prefiero guardar secretos a mentir explícitamente en estos asuntos. Me pregunté como reaccionaría de saber que en realidad no buscaba a la chica por un interés romántico, sino para confrontar su retorcido sentido del humor y su mortificante obsesión conmigo. Trato de ignorar el vacío en el estómago, la carga de adrenalina por saber que puedo ser descubierto, e intento concentrarme en el mensaje detrás de sus palabras. No, no podía concentrarme en preocuparme por algo así, cuando había cosas más importantes, más peligrosas, más urgentes todo el tiempo. Cosas que me ponían en peligro todo el día, todos los días. Mi mano tiembla, y decido llevarla al bolsillo con rapidez.

-Debo irme. Quiero prepararme para esta noche- deslizo otra sonrisa en mi diálogo -Pero si las cosas salen bien, me aseguraré de llamarle para hacerle un regalo florar a ella- continúo mintiendo. No puedo evitarlo, no puedo contemplar siquiera el darle la impresión de que no estaba hablando en serio. Necesito salir de la tienda y pronto. -Tenga buen día- digo y salgo con rapidez, sin esperar una réplica, acelerando el paso hasta que estoy de vuelta al sitio en donde me había dejado el Uber. Tomo aire a bocanadas, y me apoyo sobre la pared. Trato de concentrarme en mi respiración unos instantes. Necesito poner mis ideas en orden, necesito llamar a Ji-Hoon. Saco mi móvil, verifico que no haya mensajes nuevos y busco en el directorio del aparato el nombre de mi hermano, para establecer la llamada.

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07/03/2017, 22:42
Dependiente The Flower Shop

La sonrisa del hombre se amplía con tus palabras, como si ni siquiera pudiese imaginar que para ti todo es una fachada. 

—No hay mejor regalo que unas bonitas flores para una bonita joven —responde a tus palabras mientras hace un leve asentimiento de cabeza—. Que tenga usted también un buen día, señor Park —se despide, comenzando a recoger sus gafas de nuevo. Sin embargo, antes de que salgas del establecimiento lleva su mirada hacia ti y alza un poco la voz, de buen humor—. ¡Y suerte para esta noche!

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07/03/2017, 23:35
Teléfono

No has recibido ningún mensaje nuevo desde la última vez que comprobaste la pantalla de tu teléfono. Cuando llamas a tu hermano no tardas en escuchar los tonos al otro lado. Uno, dos, tres... Y cuando el cuarto ya está sonando descuelgan y la voz de Ji-Hoon suena totalmente adormilada.

—¿Diga? ¿Hyun? —pregunta con un tono que te hace pensar que está tumbado y que ni siquiera ha llegado a abrir los ojos. 

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07/03/2017, 23:38
Narrador

De pronto una imagen acude a tu mente, como en un flash que dura apenas un instante.

Ves una calle de lo que parece una gran ciudad, con rascacielos y carteles luminosos. Allí está Rena, de pie sobre la acera, sola. De inmediato sientes que algo va mal con ella, una angustia intensa encoge su pecho y llega hasta el tuyo a través de ese hilo que une vuestras almas.

Se siente en peligro. Se siente atemorizada y hundida. Y sobre todo se siente sola en la gran ciudad.

Y tal como vino, la imagen se va. 

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08/03/2017, 20:22
Park Hyun-jin

"Suerte es lo que voy a necesitar" es el último pensamiento que atraviesa mi cabeza. Al menos ya estoy lejos del opresivo ambiente que mi propia máscara hacía pesar sobre mí. Y mientras llamo a mi hermano, trato simplemente de ignorar el cargo de consciencia que mis mentiras han dejado en mí. Es por una buena causa, me repito, pero incluso tratar de justificar mi egoísmo sólo logra que el vacío en mi estómago parezca crecer dos o tres tallas incluso. Definitivamente era mejor omitir que mentir. 

Mi hermano contesta. Su voz exhausta me hace sentirme aún peor. "¿Le he despertado?" es ahora lo primero que pienso, y quisiera tratar de formular una respuesta medianamente rápida. Abro la boca y una imagen me asalta de repente. La mujer oriental que había aparecido durante la sesión con la doctora Flanagan, la misma que había aparecido durante aquella experiencia húmeda en el Uber, la misma que parecía urgida de hacer algo. Está sola, tiene miedo, está en medio de la calle. Sé lo que siente, sé por lo que está pasando, sé lo que es estar afuera y tener la impresión de que el mundo se va a derrumbar en cualquier momento. A pesar de lo misterioso y extraño, a pesar de que no se trate más que de una porción de mi imaginación, quizás la misma que aviva mis miedos y me recuerda la fragilidad de mi vida, quisiera decirle algo. Desearía poder decirle que conozco muy bien lo que está sintiendo. Que yo mismo experimento eso todos los días, y que estar afuera es un desafío más grande del que habría imaginado.

Cierro los ojos y trato de concentrarme. Debo responderle a mi hermano, quiero darle una palabra de ánimo a la mujer, y quiero estar lejos de la calle. Mi cabeza palpita con fuerza y me concentro, tratando de resolver una tras otra las tres alternativas. -Sé lo que sientes- repito en voz baja, sintiéndome estúpido, incrédulo ante la posibilidad de que una escena en mi cabeza fuese a reaccionar tan fácilmente con una frase que menciono en voz baja.