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Historias secretas: A cova da Serpe

A cova da Serpe. Escena de Juego

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06/11/2016, 18:12
Director

I. EL EXTRAÑO CASO
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Año de 146...
Vila Baixa, frontera entre A Coruña y Lugo.

Que vos, subido en los lomos del tuyo caballo llamado Kamiño de manera cariñosa, que pareciera que hacías el mismísmo camino de Santiago (como esos peregrinos que tanto fervor tienen al Santo Apóstol). Con una tarea en mente digna de no ser contada pero posteriormente seguro que retratada, te hallabas inmerso en un duro viaje hacia Betanzos, localidad casi costera. Era invierno, y los inviernos en Galicia duros eran. Muy cerca del destino que te esperaba (que éste hallábase ya a un par de días a buen paso tranquilo) que era ya media tarde y el sol comenzaba a oscurecer (y lo hacía rápido en aquellas tierras de Dios), que tu caballo pisó por primera vez la pequeña aldea de Vila Baixa, al oeste de la ciudad de Lugo. Habías preguntado horas antes por algún refugio, y te habían indicado una aldea no muy lejos de tu posición, la cual, aunque no recordabas muy bien cómo te dijeron, debía ser aquesta.

Vila Baixa se trataba de una veintena de casas esparcidas por un claro en la base de un monte. Poseía, y nada más había que verlo, un pequeña iglesia con un campanario bastante alto en el medio de una plaza embarrada. Nada más acercarte por allí (que no había "ni Dios" en la calle, como se suele decir), pues los fríos abundan y las heladas queman la sangre, que fue cuando te diste cuenta. Oíste enseguida, también visible por la luz de las antorchas o el fuego de chimiena seguramnete, que un jolgorio pronunciado y muy concreto era procedente de una de las viviendas: una posada en uno de los extremos de la aldea. Miraste a Kamiño, algo cansado y relinchante por el frío, y tal vez pasar allí la noche no fuera mala idea, al fin y al cabo.

Notas de juego

Comenzamos.

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06/11/2016, 18:47
Breixo, Señor de Cualedro

A priori ir de Cualedro a Verín y de Verín a Lugo no debería llevar más de unos pocos días de viaje, pero lo cierto era que en pleno invierno y lloviendo sin parar, los caminos se habían convertido en un verdadero infierno. Salí de Verín con buenas raciones de cecina y queso, los odres hasta arriba y las alforjas llenas de castañas y Kamiño trotaba alegre pese a la lluvia. A los dos días de dormir al raso me dolían los huesos, atrás quedaba mi juventud de campaña en la que raras veces dormíamos a cubierto. Recuerdo que podía dormir agachado unas pocas horas y levantarme más fresco que una flor. Sin embargo los años pasaban y además de mis condiciones físicas, mi mano de menos y la maldita lluvia que no paraba, me habían hecho sufrir lo indecible. El odre que llevaba de aguardiente se me había acabado unas decenas de varas antes de preguntar por refugio, pues además de necesitar cobijo, mi caballo ser almohazado, sobre todo necesitaba beber algo, me temblaba todo el cuerpo y no sólo era por el frío.

Por fin a poca distancia de la aldea dejó de llover y aclaró un poco la tarde, pese a que el frío era del que calaba los malditos huesos. Paré un momento para verla bien y me sorprendió el contraste de una iglesia como aquella en aquel cuchitril. Miré hacia lo alto del campanario cuando ya estaba muy cerca menudo trompazo caerse desde ahí

continué caminando hasta que escuché la juerga. A mí no hacía falta convencerme más... ¡esos cabrones están bebiendo! y descabalgando cogí a Kamiño por la brida y literalmente corrí hasta el establecimiento.

- ha de la casa!

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06/11/2016, 19:45
Aldeanos

Corriste hacia lo que debía ser posada o taberna con las bridas del caballo en la mano, y éste trotaba tras de tí. Comenzaban a caer unas primeras gotas y poco a poco se hacía cada vez más oscuro. Metiste al caballo en una especie de pequeño establo improvisado junto a la puerta de entrada (que poseía un pequeño redil adosado a la pared y un tejadillo). Aquello olía fatal, pero era mejor que quedar a Kamiño bajo la lluvia. Sin pensarlo dos veces, entraste pues en el lugar.

Nada más cruzar la puerta, el calor interno se notaba sobremanera. Un hogar encendido en lo que debía ser el fondo de la posada calentaba el lugar. Y decimos el fondo, por que allí había tanta gente que no se lograba divisar ni la barra. El jolgorio no era procedente de una reunión normal de cuantos pudieran allí parar a descansar; que allí dentro había congregación de personas, y por el aspecto de casi todos ellos la reunión atañía a todos los vecinos varones de Vila Baixa. En tí no reparó nadie (ni siquiera el tabernero, en la otra punta del establecimiento), y supiste que todos ellos estaban debatiendo a "voz limpia" sobre algún tema. ¿Qué pasaba allí?

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07/11/2016, 10:58
Breixo, Señor de Cualedro

Eran apremiantes las ganas de echar un trago y el maldito tabernero a tomar por culo de donde estaba pero la curiosidad pudo más que las ganas de beber - raro en mí por supuesto -y dejé estarlo. Más me iba enterarme de lo que pasaba por allí. Precisamente me hallaba en aquel viaje para enterarme de qué se cocía en las ciudades y villas precisamente, así que no estaría de más saber qué les pasaba a los varones de aquella aldea.

Me quedé en un rincón y agucé el oído para ver qué hablaban aquellas gentes, si pasaba desapercibido de momento, pues mejor que mejor. Crucé los brazos y esperé.

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07/11/2016, 13:10
Aldeanos

Tras colocar el oído en lugar preciso (que no hacía falta mucho para ello), supiste que aquellos eran todos vecinos de la aldea y que discutían con gran preocupación.

-Si es que esto no puede ser, ¡debemos hacer algo! -decía un vecino-.

-Hacer una batida y no más -proponía otro-: ¿qué será lo siguiente que aparecerá muerto? ¿Nuestro ganado?

-O alguno de nosotros. Los nobles de Lugo nos ahogan con los impuestos... ¿no habrán sido ellos?

-No creo -decía el cura, allí presente, y supiste que era el cura por sus hábitos negros y cerrados-, suficiente tienen con la lucha contra el obispo, con el que están enemistados, como para buscar bronca con nosotros... No creo que les apetezca mucho capturar lobos y... bueno, dejarlos ahí como los han dejado...

-Ahí fuera hay una alimaña... y hay que hacerse con ella antes de que llegue a nuestra aldea -añadió un tercero-. ¿Pero quién de nosotros lo hará? -tras lo cual se miran todos, bajando la mirada, como evitando pronunciarse-.

 

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07/11/2016, 21:09
Breixo, Señor de Cualedro

Parecía que los campesinos tenían problemas con algún tipo de animal. No era desde luego problema de Breixo, pero dadas las circunstancias, que no tenía nada mejor que hacer, que el hecho de ayudar allí le podía beneficiar en un futuro cercano o que incluso podía recabar información sobre el estado de las aldeas y villas vecinas... fueron motivos más que de sobra para que Breixo carraspease -siento importunar...soy viajero camino de Betanzos. No he podido evitar escuchar que tenéis problemas. ¿Puedo saber a qué se deben? soy ducho con las armas y podría ayudar. Soy un buen cristiano y trato de ayudar a mi prójimo en todo lo que puedo.

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07/11/2016, 21:54
Camiño

La gente salió de su ensimismamiento. Las caras largas e hipócritas dejaron de mirar al suelo y el único que pareció querer afrontar el problema (al menos interesarse de veras) no fue sino tu pregunta. Ante eso, uno de los tipos, que tenía pelo largo y portaba barbas, decidió hablarte y allí te respondió:

Buen hombre, pues ocurre una terrible desgracia -informó, y el resto escucharon pacientes-. Mi nombre es Camiño -tus ojos se abrieron, pues aquel tipos e llamaba como tu caballo*- y soy el cazador de esta aldea. Hace una semana salí a cazar por la sierra, como de costumbre. Tras atrapar varias piezas, me encontré en medio del camino con un lobo muerto, abierto en canal, como si lo hubieran devorado por dentro... Me pareció extraño, aunque no le dí mayor importancia. Hace tres días volví a salir de caza... Alrededor de esa misma zona encontré hasta siete lobos muertos en las mismas circunstancias... Aquello no era normal, y asustado, salí corriendo hacia la aldea. No sabemos quien o qué ha podido hacer eso, y así estamos, temiéndonos que esto siga así y sin respuesta...

Notas de juego

*No ha sido a posta, lo juro, se llama así.

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07/11/2016, 22:03
Breixo, Señor de Cualedro

Escuché con atención las palabras del cazador y me mesé la barba de días que llevaba mientras asentía mirando a mi interlocutor para animarle a que continuara. Cuando terminó, suspiré y dije -no es para menos asustarse ante tal atrocidad. Un lobo muerto puede ser obra de algún animal grande, quizás un oso. Pero siete... ¿había marcas de garras o de dientes en los cuerpos? ¿no había más rastros? ¿tenéis osos en estos parajes? ¿alguna bestia que haya podido hacer eso? ¿había marcas de alguna partida de guerra? ¿flechas? ¿huellas?

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07/11/2016, 22:35
Camiño

Señor, que a tanto no me fijé, como le dijo -respondió-. Que hallé al primer lobo allí abierto, y no me fijé mucho; pero luego el día que encontré los siete similares, que ni me atreví a mirarlos de cerca... ¿Osos? Alguno que otro, pero ahora en invierno estarán todos de madriguera... Aunque los osos son rápidos, un lobo lo es más, y no apostaría que el autor fuera alguno de ellos -algunos de los presente asintieron-. No sé qué esta ocurriendo. ¿Y vos quienes sois? -cayó en la cuenta-. ¿Habéis venido a indagar sobre el asunto? -puso cara de extrañeza, torciendo el mentón y entrecerrando los ojos como escudriñando tu gesto-. ¿La Iglesia? ¿o sois cazador también?

Camiño podía suponer que ni lo uno ni lo otro (por tu vestimenta), pero había de preguntar, pues en Vila Baixa se conocían todos y tú eras forastero.

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07/11/2016, 22:45
Breixo, Señor de Cualedro

- Soy Caballero. Breixo es mi nombre si queréis saberlo -no tenía sentido ocultar lo obvio. Su caballo, armas, ropas, todas sus pertenencias denotaban su noble posición, desde luego -voy a Betanzos a ver a un familiar. Soy Señor de la aldea de Cualedro, muy al sur. Y aunque cazo mi oficio son las armas, batallo por mi Señorío y por mi Rey. Decidme, ¿podéis guiarme hasta el lugar en cuestión? si me dáis un rastreador puedo acabar con la alimaña con gusto. Ahora... - dice mirando al tabernero allí al fondo -servidme vino.

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07/11/2016, 23:29
Director

El cazador hizo reverencia al oir el nombre, y otra al saber que érais señor de tal aldea que andábase más al sur. Ello emocionó a los presentes, y vieron en tí una oportunidad para desbaratar todo aquel misterio. Cuando pediste vino tras haberte ofrecido a tal acto, que la gente comenzó a dispersarse, e incluso te arrimaron una mesa y una silla para que te sentaras. El posadero, allí presente, te sirvió jarra de buen líquido, y viandas que no eran sino cecina y queso y algunas almendas y frutos de la zona. Había oído también tus referencias y no quería ser menos. Las caras de los allí reunidos, que poco a poco volvían a los vinos y las chanzas por separado, tornábase ahora más alegre, y parecía hasta que la gran chimenea del fondo brillaba más. Camiño seguía a tu lado, y se sentó contigo a hablarte. Algunos quedaron alrededor de tu mesa para saber más de todo este embrollo.

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07/11/2016, 23:36
Camiño

Yo puedo ir con vos, señor -se ofreció Camiño-. Mi oficio me obliga andurrear por todos los caminos de esta zona, y, ciertamente, aquí son todos ganaderos o campesinos de la tierra... -añadió-.

El posadero añadió entonces que tendrías cama gratis para esa noche, en las habitaciones superiores, y que tu a tu caballo (pues se había corrido la voz rápidamente que había un caballo ensillado afuera) se le dispondría de paja y acomodo de igual forma.

Mañana, en cuanto amanezca y si vos parece bien, señor Breixo, puedo venir a esperarle a la puerta de la posada -se ofreció el joven, que era mucho más lozano que tú en edad-. Hay que aprovechar bien la luz -y no le faltaba razón, que enseguida, a media tarde, por esos parajes gallegos el Astro iba escondiéndose sin dilación alguna-.

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08/11/2016, 12:13
Breixo, Señor de Cualedro

En cuanto el líquido etílico se introdujo en su torrente, las náuseas, las penurias, los temblores, desaparecieron de inmediato. -bendito vino, sin duda que nuestro Señor debio inventarlo para hacernos olvidar todas las penurias y males que asolan nuestro mundo -la primera copa prácticamente se la bebió de un trago y una segunda le duró apenas tres mientras probaba la comida-menos es nada...-dijo siendo un poco soez-bien entonces mañana al amanecer en la puerta . Perdona si mañana amanezco algo tactiturno. El vino algunas veces me da dolor de cabeza -decía mientras hacía un gesto para que le sirviesen otra jarra -¿sabes? esta mano la perdí luchando. ¡Menudos cabrones testarudos! bueno... pues contigo habré de conformarme. Mañana al amanecer pues -dijo repitiéndose -ahora me calentaré con el vino y la lumbre-ay y si alguna moza le calentase la cama ya sería la maravilla. Bueno mejor no abusar.

Decidió no emborracharse demasiado y subió como pudo las escaleras hasta su habitación y se acostó tal cual, con la ropa que llevaba del camino.

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08/11/2016, 16:18
Director

Bebiste demasiado, y comiste de menos. No es que cenaras mal, pero con respecto a tu consumo de vino, era relativamente poco para preparar al estómago y la sesera. Cuando todos los parroquianos de Vila Baixa hubiéronse marchado (incluido Camiño con la cita para el día siguiente), que el posadero te invitó a subir a dormir, que era tarde. Y así lo hiciste, dando tumbos por las escaleras que había junto a la chimenea. Aquel sitio resguardaba bastante bien del frío, y arriba encontraste una habitación sobria pero seca y con cierta comodidad: velas, palanganas con agua junto al tiro de chimenea y un camastro de paja, pero bien henchido y acolchado. Había alguna que otra sábana para utilizar, junto con una manta. Y así que pasaste la noche, sin más preámbulos ni más historias que contar en ese día.

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08/11/2016, 16:23
Director

II. LA BÚSQUEDA
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Al día siguiente te despertaste con dolor de cabeza. Aquel vino no debía ser el mejor, y pese a que tú estabas acostumbrado a catar la sangre de Cristo hasta de los floreros de cualquier convento o taberna, sucumbiste al dolor de la resaca. La cabeza te daba aún cierta vuelta y los oídos te pitaban. Y tras lavarte la cara en las palanganas y ponerte las armaduas sobre las ropas, que bajaste a desayunar. Unos huevos cocidos con leche y queso y algo de miel, traída de lejos, amenizaron tu amanecer. El posadero era un tipo amable, pero se le notaba preocupado (como al resto de aldeanos la noche anterior) por el tema de los lobos. Cuando saliste al exterior ojeaste a izquierda y derecha, y nostaste, ahora sí, que Vila Baixa era una aldea bonita, amenizada ese día por el sol (que quizá durara poco). Camiño estaba charlando con varios vecinos no muy lejos, esperándote (pero sin darse aún cuenta de tu presencia). Oíste rebuznar a tu caballo tras de la posada y vístes al cazador que iba provisto de un arco, un carcaj a rebosar de flechas y un cuchillo en su cinturón.

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08/11/2016, 17:44
Breixo, Señor de Cualedro

Me costaba enfocar la vista y los cuchicheos de los aldeanos me molestaban como si gritando estuviesen. Una de las pocas ventajas de ser un borracho es que sabía perfectamente cómo combatir la resaca. Lo primero de todo era desayunar en abundancia, no era fácil pues normalmente el mal beber viene acompañado de ganas de vomitar y demás,  sabía que desayundando fuerte se tenía la mitad hecho. La leche venía bien para proteger el estómago y para sorpresa del posadero me tomé un vasito de vino.

En un rato estaría del todo recuperado. Sin duda. Me acerqué a los aldeanos decidido aunque aún jodido y hablé sin más preámbulo -buenos días. Os veo bien pertrechado. Eso está bien. Espero que seas bueno con los rastros. ¡partamos pues!

Notas de juego

¿la foto qué es? warhammer? xDD

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08/11/2016, 21:40
Camiño

Buenos días, señor Breixo -respondió, dándose la vuelta-. Sí, aquí me veis vos, listo para mostrarle el camino. Espero que no nos encontremos con más sorpresas de las esperadas. Aún recuerdo esos siete lobos abiertos en canal mientras corría hacia aquí -decía como avergonzado-. He visto que tenéis caballo vos... ¿lo llevaréis? No es bueno meter a las bestias por donde vamos a ir -señaló el monte con el dedo, bien visible, pues Vila Baixa se erguía en la falda del mismo-. ¿Marcháis a pie*, señor? -te dijo antes de partir inminentemente-.

Notas de juego

*Necesito saber eso.

¿la foto qué es? warhammer? xDD

Ni idea, sólo Google :)

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09/11/2016, 11:45
Breixo, Señor de Cualedro

No le hacía mucha gracia ir a pie y no sólo porque quisiese ir montado y cansarse menos, sino porque la larga lanza que llevaba era para usarla a caballo, no le quedaría más remedio que dejarla. Se encoge de hombros -si no queda más remedio, pero entonces dejadme que deje aquí mi lanza. Espero que con mi espada y vuestro arco sea suficiente. -la larga lanza la depositó de nuevo en el pequeño establo de la taberna apilándola en un rincón. Cuando hubo terminado volvió al mismo luegar y dijo - adelante, iré a pie con mi caballo.

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10/11/2016, 14:39
Director

Por fín conocíanse Camiño y Kamiño, y que cuando hubiste de decirle al cazador cómo se llamaba, que éste levantó las cejas en señal de sorpresa, pero no dijo nada. Viendo que ya estabas preparado, que salísteis entonces de la aldea, marchando hacia el oeste (es decir, flanqueando la falda del moente, ni subiendo más ni bajando más (de momento). Camiño apuntó que tomaríais la ruta hacia la "Sierra de la Serpe”.

Tras diez minutos avanzando en fila (Camiño, Breixo y Kamiño), vísteis que aparecía entre la vegetación, a un lado del camino, una cabaña, y en su puerta una anciana andábase barriendo la entrada y barruntando con la vista el cielo (que ese día había salido soleado y no era de hacer ascos a aquello). Al ver al grupo pasar por delante de su pequeña choza a unas quince o veinte varas, os hizo una señal con la mano, repetidas veces, para que se acerquen. Camiño la miró y luego siguió avanzando hacia delante, mostrando en su rostro indiferencia.

- Tiradas (1)
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10/11/2016, 14:47
Camiño

No la hagáis ni caso, señor Breixo -habló el cazador, como refiriendose a alguien a quien le imbuía un auténtico aburrimiento y desdén o tal vez indiferencia-. Es Tareixa, una vieja loca conocida en la Vila Baixa y las aldeas de alrededor -detalló-. Dicen que habla sola y otras cosas extrañas. Será mejor seguir.

Notas de juego

La mujer, con una mano en una escoba, os sigue haciendo señas para que os acerquéis.