Partida Rol por web

Iniciativas:

Gabriel: 26
Xacome: 19
Rodrigo: 18
Ginés: 14

Ginés y Rodrigo no pueden esquivar (por "Emboscada"). De momento no hacen nada (ni incluso atacar u otras acciones, ya que están completamente sorprendidos).

Xacome Ataca y Ataca a Ginés con daga.

Resumen turno 1:

Gabriel, sin mediar palabra, salió del escondite y le dio a Rodrigo dos cuchilladas por detrás. La primera la dirigió hacia el brazo derecho de éste, mientras que la segunda, más acertada, se la hindió por la rabadilla, justo por encima de las nalgas. El grito de dolor del tipo fue horrible:

Daño1: 5 (-3 por Gambesón) (/2 por brazo): 1 punto de daño.
Daño2: 10 (-3 por Gambesón): 7 puntos de daño.

Acto seguido, no sin demasiado miramiento (et como si ahora clavara la daga a conciencia y no como a don Bernal), Xacome de Tui fuése contra el otro, contra Ginés, y dióle también con su pequeño acero en el abdomen de éste y luego en su brazo izquierdo, al igual que hizo su amo Gabriel:

Daño1: 9 (-3 por Gambesón): 6 punto de daño.
Daño2: 7 (-3 por Gambesón) (/2 por brazo): 4 puntos de daño.

Tras ambos embistes, Rodrigo se desmaya por las heridas...

 Le dije a mi compañero, mientras luchaba contra Ginés:

 - Vigila a Rodrigo, pero no le ataque a menos que sea una amenaza...

Iniciativas:

Gabriel: 23
Ginés: 19

Gines ataca y esquiva

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Xacome asintió ante el mandato de su señor de Torrenegra. El muchacho sabía que ese tal Rodrigo no supondría amenaza alguna, puesto que estaba desmayado y tirado en el suelo. No obstante, el de Tui se agachó y le mantuvo la daga en el cuello, por si despertaba en cualesquier momento.

 Me dispuse a despachar al villano con prestreza:

 - ¡Asesinos blasfemos!. ¡Si hay algo que me poner realmente enfermo son aquellos malnacidos que asesinan en nombre de Dios, cuando él no tiene nada que ver con sus actos!.

Resumen turno 2:

En estando ese tal Rodrigo inconsciente y vigilado por Xacome, el duque de Torrenegra le lanzó un zarpazo con su espada al tal Ginés (el otro) que nada pudo hacer para pararlo, et el acero dirigióse al brazo izquierdo del mesmo. Et que antes ya había dádolo en el mesmo sitio, y que se dolió de él el Gines...:

Daño: (máximo por crítico): 9 (-3 por Gambesón) (/2 por brazo): 3 puntos de daño.

El brutal corte le propinó un desgarro de tendones en el brazo*. Tras el embiste y por la pérdida de sangre, Ginés se desmayó igual que su compañero.

Los dos miembros de la Vera Lvcis tumbados en medio del la falda de la loma estaban. Ambos eran desmayados, a vuestra merced, y andaban desangrándose. La criatura de cuernos, entonces, al ver que ya no eran amenaza aquellos dos, desapareció entre los árboles, no sin antes hacerte una reverencia de agradecimiento. Sin volver la vista atrás, el ente despareció entre los árboles por los que habíais venido.

 Miré a mi escudero:

 - Xacome, quítales todo lo que lleven encima y luego mira a ver si puedes hacer algo por sus heridas, después de atarlos. Debemos de estar seguros de que no vuelvan a ser una amenaza, pero tampoco quiero matarlos a sangre fría...

 A continuación me dirigí a la mujer, a la que grité, con tono tranquilizador:

 - ¡Podéis bajar, somos amigos!.

Claro, mi señor, así lo haré -Xacome, entonces, comenzó a rebuscar entre sus pertencias tras quitarles las sus armas, las cuáles eran las más visibles-. Mi señor Gabriel... -dijo segundos después el de Tui cuando acabó de registrarlos...-. Estos hombres están muertos...

Efectivamente, ambos habíanse desangrado. Quizá los humores dentro su cuerpo habriánse mezclado con la sangre propiciada de las heridas, y en su inconsiencia habían fallecido.

¿Qué querédeis? -gritó la muje desde lo alto de la loma con un gran canto apuntándote la cabeza-. ¡No deis un paso más! ¡No me arrebatarás a mi hijo!

 - Queremos ayudaros, os doy mi palabra de que no queremos haceros daño a vos y a vuestro hijo... - Le respondí, tratando de convencerla, mientras, tras limpiar mi arma, la envainé, indicando a mi escudero que hiciera lo mismo. - ... Por favor, debéis de creernos...

La mujer, no creyéndose palabra alguna (pese a que eran verdad), no hizo sino que lanzar la piedra que en su mano tenía (et con su siniestra sujetando al niño), y pareció tener bastante buena puntería...

 El ataque me toma por sorpresa, y trato de protegerme con el escudo...

 - ¡A cubierto, Xacome!.

Una piedra impactó en la pierna de Gabriel; la "jodia" mujer tenía puntería, y eso que llevaba el crío sobre su otro brazo. La piedra impactó en la cota de placas del de Torrenegra, y salió rebotada hacia un lado, sin causarle más daño al duque que la propia sorpresa del ataque... Una vez subiste a por ella, apretó con fuerza a su hijo, arrullándolo con ansia ya que creía que se lo ibas a quitar...

Nooo... -te suplicó-, no he hecho nada malo, es mi hijo, ¡es sólo un niño!