Partida Rol por web

Tras tu agonía, llegaste a este lugar. Te encontrabas en un lugar lleno de desolación y muerte, donde lo único que te quedaba era un cuerpo de muñeca, marchito, despedazado y sin ojos. No por eso, no podías ver, es solo que ahora eras una muñeca sin alma. Tapices rosas calcinados podían observarse en las paredes, junto con lo que antaño debió ser una hermosa casa de muñecas. Ahora, no era más que un lugar lleno de muerte, desolación y tristeza.

Aún se escuchaban los ecos de aquellos que alguna vez habían morado este lugar, quienes transmitían mensajes de lo que antaño acabó con sus vidas. Ahora, hacías parte de la colección de muñecas maltrechas, donde solo una muñeca se encontraba en pie, entera, en buen estado. Esa muñeca recordaba altamente a Sasha, una de las mujeres que habían ido a la expedición.

Un terror intenso y puro, me embargó y no pude controlar la forma en la que las voces me inundaban, entonces pude concetrar mi atención en una voz que destacaba por encima de las demás. Aquel hombre me miró y luego se marchitó. No lo entendía bien, pero me dio la impresión de que había estado esperando a alguien que tomara su lugar. Tal vez por fin podría descansar tranquilo, aun sin estar segura de ello sonreí. Si en algún momento de mi vida busqué una prueba, ahí estaba. Me hubiera gustado que alguien me pudiera explicar si estaba en lo cierto. Cuando aparecí en aquel lugar no supe por qué estaba allí, solo que era como si pudiera estar en dos los lugares a la vez. Aquel sitio pudo ser en algún momento un lugar hermoso, pero algo terrible sucedió que lo destruyó por completo. Ahora era una muñeca que formaba parte de ese lugar y quisiera poder arreglarlo.

Con la llegada del amanecer, dos nuevas muñecas se materializaban allí, confundidas y sin saber muy bien dónde estaban: se trataba de Luis y Salvatore, quienes habían abandonado el mundo de los vivos y se encontraban ahora allí. Sus muñecas no tenían ojos, pero lograban ver.

A pesar de eso, se toparon con una muñeca en perfecto estado, la cual era muy similar a la joven investigadora que habían calificado de erudita: Sasha.

Y así como había llegado, la muñeca de Salvatore se desvanece, dejando en ese lugar solo a Sasha y a Luis.

La mañana trajo al lugar donde estaba a dos personas, cuando aparecieron les mire con pesar pues era consciente de que, la aparición de aquellas muñecas, significaban que habían muerto. Darles la bienvenida, no me parecía adecuado pero la realidad era que estaban allí y también. No me dio tiempo a decirle nada a Salvatore, observé con una sonrisa como su muñeca desaparecía. Eso era bueno para él pero aún quedaba Luis.

-Hola, Luis. Preferiría seguir estando sola aquí. Eso significaría que estás vivo y a salvo, lamentablemente no está en mi poder hacer eso. Como puedes ver este lugar no es muy agradable, me gustaría que fuera un poco más… acogedor. Sin embargo, haré lo que pueda para que estés lo más cómodo posible y te informaré de lo que está pasando. Haré todo lo posible por encontrar a quién te ha hecho esto. ¿Sabes qué te ha pasado? ¿Has visto algo o a alguien? Hemos encontrado tu cuerpo como si hubieras muerto mientras fumabas, sin heridas evidentes. ¿Tienes alguna idea al respecto?

Luis no se lo podía creer. Primero lo que sucedió en las ruinas, luego lo que sucedió por la noche, aquel dolor punzante en la espalda. No, esto tenía que ser una broma. Eleguá se había ensañado con él, solo por haber recitado mal una oración. Su suerte y espanto era tal que cuando se vio en aquel lugar, con la forma de una muñeca, solo pudo desmayarse, o al menos, quedar paralizado.

Solo las palabras de Sasha le hicieron reaccionar. El tono de voz de Luis, horrorizado al verse como muñeca, dejaban notar su nerviosismo y miedo.- Yo... yo... - Su cuerpo de muñeca tiritaba completamente.- Ay Madre Santa... - La verdad es que estaba sorprendido, ¿como Sasha podía estar tan tranquila en aquella situación?

- Anoche, cuando salimos... No podía dormir... no es que no quisiera, de verdad quería... pero no tenía sueño... Así que cuando todos se fueron a dormir, me quede fuera de mi tienda, fumando mi habanito y... - Al nerviosismo de su voz, se suma un tono de vergüenza.- bebiendo de una botella de ron que me traje... - Era difícil recordar todo, y su sentimiento de pánico creciente al no poder comprender la situación no ayudaba en nada.- Al rato escuche ruidos, así que salí a ver... vi a gente rodeando la tienda del tipo ese con la hermana pequeña... ¿Salvatore dices que se llama? ... Y... Y cuando fui a acercarme, alguien me cogió por la espalda, y sentí un dolor punzante, o un ardor, no sabría describirlo bien... en la espalda... y luego aparecí aquí... No entiendo nada chica... ¿dices que estoy muerto? ...

Luis estaba asustado y era lógico, no debía de ser fácil pasar por algo así y no debería haber sucedido. No entendía qué estaba pasando y por qué, pero tenía que afrontar esto lo mejor que pudiera.

-Lo siento, sé que esto no es fácil. Después de lo sucedido en los túneles aparecí aquí, de alguna forma supe que podía estar entre los vivos y entre los muertos a la vez. Cuando nos despertamos por la mañana Salvatore y tú estabais muertos y él ha vuelto a la vida. No entiendo nada y ya he pasado por mi momento de terror, pero sé que tengo que ser un puente entre vivos y muertos. Estoy tratando de mantener la calma todo lo que puedo.- Me acerqué a Luis para tratar de tranquilizarle todo lo que pudiera. -Puedes confiar en mí. Aquí está sucediendo algo que aun no comprendo, pero haré lo que pueda por descubrirlo.

Sasha le tranquilizaba un poco, sus palabras parecían ser algo adecuadas, o quizá simplemente era que Luis necesitaba apoyarse en algo.

- Si... Te entiendo... Fue raro, todo muy raro allá abajo en las ruinas... ¿Qué fue lo que viste? Yo... no podía dormir... - Luego se dio cuenta de que en su relato había pasado por alto algo.- ¡Tienen que tener cuidado! Me mataron porque descubrí lo que le hicieron a Salvatore... Creo que otro estaba vigilando, porque me vinieron por la espalda... Tienen que tener cuidado, por favor chica, si puedes avísales que los asesinos están entre ellos... - 

Al igual que Salvatore antes de él, la muñeca de Luis fue desapareciendo de a poco de esa sala donde solo la muerte habitaba, dejando a Sasha sola de nuevo en ese lugar.

Una voz melancólica parecía resonar desde las paredes, levantada por el polvo. Una voz distante y triste.

- Todo ha vuelto a comenzar. Ella solo quiere saciar su sed de venganza - parecía venir de una muñeca de cabellera larga con un largo vestido blanco, sin ojos como las demás pero con la voz más presente de todas.

Después de sus palabras, múltiples llantos se escuchaban salir de los despojos de muñecas quemadas que quedaban en el interior.

Cuando Luis desapareció me quedé sola allí de nuevo. Sin embargo tras el ataque a Mona algo sucedió que me puso alerta. Si estar allí no era suficientemente extraño, una muñeca me hablo y no era similar a ninguno de los presentes. Debía pertenecer al pasado. Me acerqué con cuidado sin saber si podían atacarme en aquel lugar paralelo, mientras los restos de las demás muñecas gemían. Aquello me ponía los pelos de punta.

-Hola soy Sasha.- No sabía si solo era un eco, una advertencia o uno de esos entes inteligentes de los que siempre hablaban los chicos durante el programa. Sinceramente esperaba que me contestase y me aclarase lo que sucedía. - ¿Qué es lo que ha vuelto a comenzar y quién es ella?¿Por qué está pasando esto?

Sus cuencas vacías se giraron hacia ti para decir - Ya la has visto, fue quien comenzó todo... Antes y ahora, es la misma... - su voz se apagó.

Y como antes habían desaparecido, ahora se hacían corpóreas las figuras de tres muñecas: Janko, Andrea y Luis, mientras la macabra escena se daba a conocer en el nuevo día que aparecía.

Solo una muñeca de los presentes conservaba sus ojos, se trata de Sasha, la cual observa a los recién llegados.

Lo que le sucedió no fue un misterio para Luis, no como la noche anterior. Incluso parecía saber que tras el ataque sufrido, despertaría en ese lugar. 

Miró a todos lados, nuevos acompañantes se sumaban a aquel lugar. No importaba, tenia información que comunicar.

- ¡SASHA! ¡SASHA! ¡CHICA HE VISTO A UNO DE LOS ASESINOS! - Que estaba emocionando por su descubrimiento era poco, ¿feliz? claro que no, pero si había gente en el lugar cazandoles de noche, entonces le sería imposible contenerse.

- ¡Tengo que volver al otro lado! ¡El resto tiene que saber quien es el asesino!

Andrea tardó varios segundos en comprender lo sucedido. O, más que en comprenderlo, dado que lo había esperado, en asimilarlo y empezar a acostumbrarse a ese nuevo cuerpo. Cuando su consciencia llegó a ese lugar empezó a moverse, despacio, examinando sus manos y luego el resto de su anatomía. Se sentía rígida, carente de movilidad y acartonada. Reprimió un suspiro mientras alzaba los ojos, justo para descubrir con quién se encontraba.

- Joder... - Murmuró al posar su vista en los otros. - Lo siento, Janko. - Enunció, dando unos segundos al hombre para reponerse mientras la figura de aquel cubano empezaba a hablar histérica.

- Eh, eh, espera. - Le dijo al hombre, antes de dirigirse a Sasha. - Ahora entiendo por qué mi hermano se fiaba de ti. - Murmuró, mientras trataba de formar una sonrisa. - Yo también he visto a uno de esos asesinos. Pero no te preocupes: - Dijo, desviando durante un instante la mirada hacia Luis. - si no vuelvo para contarlo allí fuera, no tengo problema en decírtelo a ti.

- No voy a pedirte que le des ningún recado a Salva, aunque me gustaría. - Dijo entonces. - No voy a ponerte en riesgo. - Explicó, conteniendo todas sus emociones, antes de añadir algo más en voz más baja, como si fuera un favor. - Pero cuida de él, por favor. Dile que estoy bien de alguna forma que él te entienda, o lo que sea.

La llegada de la mañana me sorprendió con las muertes de dos de las personas con las que más me había relacionado. Andrea y Janko. También volvió Luis, sentí mucho que hubiera tenido que volver tan pronto y esperaba poder ser de ayuda tanto para ellos como para los que estaban vivos.

-Luis, Luis, tranquilo, dame un minuto, por favor.- Me dirigí a Andrea y a Janko. –Como podéis comprobar, estoy en este lugar para ser un enlace con los vivos. Lamentablemente esto no hace que sepa más de lo que está pasando, pero haré todo lo posible para informaros de lo que sucede. Cuando Luis estuvo aquí con Salvatore por primera vez, no me di cuenta de pedirles que, por favor, no mencionaran mi presencia aquí. Afortunadamente no fue necesario. Os pediría que si volvéis no se lo contéis a los demás.

Una vez expliqué más o menos mi papel en aquel lugar me dirigí a Andrea.-Cuando Salvatore estuvo aquí me vio, no tuve oportunidad de hablar con él porque su regreso fue muy rápido. Cuidaré de él todo lo que pueda y, sabiendo que estoy aquí, seguro que entenderá el mensaje. – Le dediqué una sonrisa a la chica que pretendía ser reconfortante, aunque que eso fuera posible con una muerte como la suya.

-Lo siento, no os puedo hacer volver, pero creo que el hecho de estar aquí es una manera de poder mantener contacto con los muertos y poder comunicar lo que saben. ¿A quién visteis? Es importante aclararlo, ahora mismo Salvatore está furioso y dispuesto a matar a Jessie porque está convencido de que es el culpable de tu muerte. El chico se ha defendido diciendo que no te hizo nada a ti pero…- Miré a Luis con expresión triste.- Ha dicho que te ha matado las dos veces porque te vio la primera noche rondando las tiendas y quiso proteger a Andrea. Todo lo que hayáis visto será importante.

Luis escucha indignado a Sasha.- ¡Miente! Ese hijo de puta miente.- Estaba molesto, más que molesto.- Eso es mentira, lo vi cuando me ataco. Nunca ronde a Andrea.- Se giro a mirar a la chica.- Te juro que eso no es verdad, yo vi la noche anterior como iban hacía la tienda de tu hermano, pero me atacaron por la espalda antes de ver a quien sea.- Luego se giro hacía Sasha, nervioso.- No pueden confiar en él, no pueden hacerlo... - 

Moví la cabeza en un giro imposible para mi anterior cuerpo. Observé a los demás con mis ojos vacuos.

- ¿Una casa de muñecas? Si esto es el Infierno, te aseguro que me parto de risa. - Dije en clara alusión a la muerte sufrida, aunque mis palabras escondían una acritud importante. Busqué tabaco en mis bolsillos, pero eran de tela cosida. - ¿Cómo? ¿La eternidad sin tabaco? ¡Joder!

Tras un rato de acomodarme a la nueva "realidad", me centré un poco y escuché lo que los demás tenían que decir de todo aquello.

- Yo no he visto quién ha acabado conmigo, pero te aseguro que si hay oportunidad de volver, y tuviéramos voz y voto, deberíamos discutir largamente el asunto.

Escuché a Sasha.

- Así que el porreta va por ahí matando a la gente por merodear sospechosamente por las noches. Es un dato interesante. Luis, tío, ¿qué hacías a esas horas? - Negué con la cabeza y sonreí de medio lado a Sasha. - Te diría que le dieras recuerdos a Salva de mi parte, pero no vale la pena. Mejor dáselos a tu amigo el moreno. - Le guiñé el ojo a la médium (o eso intenté, si es que conservaba el párpado). Luego recuperé la seriedad. - Suerte, Sasha.