Partida Rol por web

El nuevo día se alzaba y la inquietud reinaba en sus almas, como cada mañana. Era increíble pensar en todo lo que había sucedido en cuestión de cuatro días y cómo todo lo que concebían como normal había cambiado drásticamente en ese tan corto tiempo. Sin la voz de Tifu para que se les alertara, la alarmante escena tardó en ser detectada, al menos un poco más que días anteriores.

Al levantarse, fueron notando que algunos parecían no haberse levantado. Aquel que notaron de primero fue a Nicolaj, al fueron a buscar con rapidez y le encontraron tendido en su tienda con el rostro destrozado a golpes y su tienda ensangrentada. Sus lentes estaban rotos y tenía señales de tratar de alcanzar algo en sus manos, aunque la radioactividad había alcanzado su cuerpo antes de que pudiera hacerlo.

A continuación, buscaron a Cossette, aquella que había tratado de ser siempre tranquila y reflexiva, la cual estaba atada a un poste de luz y amordazada. Sus muñecas estaban maltratadas, al igual que sus mejillas, señas de que había luchado por soltarse para escapar de su destino hasta el último momento. Sus pies estaban atados igualmente y además de las quemaduras de radiación, tenía sus ropas algo sucias. Tal vez por haber sido arrastrada hasta allí.

Por último, buscaron a la callada Alessandra, la cual tampoco se había levantado y entonces la vieron. Ella estaba en su tienda, pálida, rígida y con sus ojos bien abiertos. Lo único que pudieron ver en su cuerpo fue una marca de una inyección en su cuello. La postura de su cuerpo mostraba que había sido acomodada tras su ataque.

Todos miraban con inquietud a las víctimas y la pregunta general era: ¿Cómo había sucedido? Tardaron un poco de tiempo en mirar a su alrededor y ver un poco más del Parque de diversiones. No muy lejos de allí, había un carrusel en terribles condiciones.

Un cementerio, sin duda. Cementerio de sueños e ilusiones de esos pequeños que recurrían a él en busca de diversión pero ahora, era solo el cadáver de todo esto. A pesar del desolador paisaje, hubo algo que les sorprendió aún más. Sentada en una de las atracciones abandonadas, había una joven de cabello rubio y una sonrisa que reconocían bien. Se trataba de Irina. De todos los elegidos y dejados a morir, era la única que había regresado. Al menos hasta ahora.

En otras circunstancias apreciaría hasta el entorno, pero tras levantarme busco las nuevas huellas del programa, aún recogiéndome el pelo, son tres, y no siendo agradable por dentro me casi-alegro de no ser una de ellas. Me ajusto guantes y chaleco entre que reviso entre una y otra estampa... 

- Puedo imaginar que ayer no gustó el tono de protesta de Alessandra. El absoluto relax de Nicolaj, puede, o fijación, pues le han vuelto a destrozar la cara. O poco después las apreciaciones interrogantes de la científica francesa, a quién han amordazado – Niego ligeramente, una mujer interesante... - Por lo demás ayer no se dio tiempo de respuesta para Inadra. En particular me quedé bastante asombrada con el cuadro de muertes diurnas, pero me hubiese gustado escuchar la respuesta del agente – y tanto... 

Dicho esto giro la cintura buscando la posición de Irina, allí donde esté, o se deje ver – No sé que haces aquí, pero tengo la ligera impresión de que ayer tu postura hizo más que descarrilar un poco – cruzo brazos y me apoyo en algún lugar, observándola...

- ¿Por qué unos vuelven de la muerte como si tal cosa y otros se van de forma extraña y masiva?
Cada día ocurren más cosas y a cual más rara. Ya no puedo discernir quién nos está matando y reviviendo, y mucho menos el porqué. ¿Acaso se trata de un juego? ¿De un concurso televisivo...?

Por favor, si alguien sabe algo más, creo que es un buen momento para ponerlo en común.

Leinad se acercaba a los otros con prudencia. Tenía en mente que recelarían de él. Era como si hubiera vuelto de entre los muertos, y no sabía ni como ni por qué. Él mismo también sospecharía que pasa algo raro.

Levantó la mano con prudencia y bastante despacio. No quería asustar a nadie. Y con su gesto saludó: - Hola gente. Hablaba despacio. Temeroso de que se fuera a desmontar. - No os asustéis. Y reconoció: - Estoy tan preocupado y sorprendido como el que más, pero tengo la sensación de que un animal del bosque vive en mi. Como un ser totémico o algo así. Miró hacia abajo un momento, negando con la cabeza y enseguida miró al resto: - No se explicarlo, pero ... es lo que siento.

Levanté la cabeza dejando que el pelo destapara mi cara cuando escuché las primeras voces en aquel sitio. Mostré mi cara de desconcierto a los presentes. Había sido condenada y, a pesar de eso, ahí estaba con ellos de nuevo, un nuevo día. Estaba claro que eso iba a traer consigo la necesidad de explicar cantidad de cosas, muchas fuera de mi alcance, y la llegada de la "sargento" me dio la primera prueba de ello.

- ¿Descarrilar? - pregunté con una leve mueca de asco ante el tono de aquella mujer - ¿Soy un tren ahora? - No había entendido lo que había querido decir y el modo en el que se había acercado no me hizo nada de gracia - Si estoy aquí es porque alguien me soltó anoche después de que me dejaran como una bruja atada a aquel poste - dije con rencor pues ella había sido una de las que me había condenado. Me levanté y sacudí mis piernas limpiándolas de la suciedad que el lugar me había contagiado.

Mariano se enteró de quién le había votado y no lo entendía. ¿Por qué? ¿Qué les he hecho?

Tatianna... Yevtsye... ¿tenéis algo que decirme?

Pero sus palabras quedaron por el momento sin respuesta pues al ver a Irina regresar, la atención de Mariano cambió completamente. Pareció liberarse de un gran peso que le oprimía el pecho.

Uffff...

Él había colaborado tanto con su voto como con su fuerza a maniatarla y dejarla abandonada la noche anterior.

Irina....

Su primera sensación fue de alivio. Que volviese viva le amortiguaba la culpa que sentía al saberse responsable de su muerte. Pero algo más turbio ocupaba su mente. Se daba cuenta de que no sentía alivio sólo por el hecho de que Irina estuviese viva sino por que, esa misma noche, no tendría que pasar por el duro trance de elegir a quién votar.

Irina.

Ver de nuevo estas escenas me produce escalofrios.

Pero ver a Irina aun me da mas miedo. Gruño para mis adentros. En mi larga vida he visto muchas cosas, muchos relojes estropeados. Y como todos, siempre hay alguna pieza que no encaja con el mecanismo. E Irina era la pieza mas podrida de todo lo que había a nuestro alrededor.

-No te quiere ni la muerte, ¿verdad, querida? Eso te hace valiosa para mi. Pero no te hace inocente. Eres como un faro para las desgracias...- Dije apoyando mi mano cayosa en su hombro y riendo de forma irónica.

Quise decirla algo mas pero Leinar habló.

- ¿Porque ahora, montañés? ¿Que has visto? Que podemos hacer...- Susurré apartándome de el como si temiera algún contagio.

Las muertes ya no la sorprendieron tanto... Solo agradeció no haber sido ella quien murió esta vez. No tenía claro qué era lo que la mantenía viva allí, pero viendo que quien fuera culpable de todo esto no paraba, supuso que solo era cuestión de tiempo. Las resurrecciones, algo más, pero ya se estaban convirtiendo en una habitualidad también.

Lo que sí llamó poderosamente su atención fue la presencia de Irina, sentada en una de las atracciones con ese aire desafiante suyo.

—¿Y quién te soltó, si se puede saber? —la increpó.

Taylor, se quedó anonada tras todas las muertes del día anterior. Sin palabras totalmente. Y sin muchas ganas de decir nada. Así que vio en silencio como votaban a Irina y como luego en silencio como se desplazaban de nuevo. ¿Otra vez? ¿En algún momento nos quedaremos quietos en el mismo sitio? Durmió, pero incomoda, era obvio, sabía que había gente fuera dispuesta a matarla por unas malditas inyecciones. Esto es absurdo. Si lo llego a saber no firmo esa mierda y me quedo en la carcel, joder.

Ahora, ya es de día, pero se queda un rato más en su tienda. No quiero salir, no quiero ver morir a nadie más. Pero no le queda otro remedio, no se va a quedar ahí encerrada todo el día. Y, obviamente, ve a más muertos.

-Joder... Esto no acabará nunca. Además de que no sabemos si estamos votando bien o mal, no tenemos ni idea... - mira los cuerpos en silencio y luego ve a Irina. Luego asiente ante lo que dice Tatianna- No tengo ni idea de porque vuelven unos u otros, es absurdo la verdad. Además, es como dices, unos simplemente mueren por una inyección, y otros acaban apalizados. No se, me da la sensación de como si hubieran dos grupos. Uno que simplemente mata con una inyección y ya está, y otro grupo que se dedica a matar apaleando a su presa primero. No lo entiendo. -mira de reojo a Leinad. Vaya, por fin a hablado, aunque eso del totem... no se... Pero en seguida oye a Irina.- ¿Qué alguien te soltó? Digo lo mismo... -asiente ante Shahrzad- ¿Quién fue?

Leinad estaba desorientado. No sabía lo que había sucedido en su ausencia, y todo le parecía cada vez más raro.

¿Por qué han atado a la tipa, tal cual bruja? Que cosas más rara. ¿Y lo de soltarla?

No sabía lo que sucedía, pero era hora de escuchar, a ver si encontraba algo o escuchaba algo que le diera lucidez a este caos de ideas que tenía por su mente.

Moore desayuno Zoom en su tienda antes de salir, por suerte las latas que llevaba con él aun se conservaban frescas, gracias al envase creado por la propia empresa.

Se estaba preparando para salir al y ver de nuevo el espectáculo que cada día se hacia mas retorcido y como ya esperaba las sorpresas no se hacían esperar. Se dijeron muchas cosas, mas que el día anterior y eso en parte le gusto, por alguna extraña razón.

-Perfecto, al menos Leinad ya tiene lengua para hablar. Hola Irina... -Se sentía un tanto mal, que ella regresara mas que anda por que voto por ella, el día anterior. -E igualmente al resto. -Busco un trozo de taza rota para darle la vuelta y sentarse en ella.

-Vale, vale... Creo que va siendo hora de empezar a hablar ¿No? quiero decir... llevamos 3 días dando palos de ciego, personalmente no entiendo una mierda, la gente viene y va y nosotros no parece que sepamos mucho mas de: a quien atamos y donde despertaremos. -Se toco la nariz intentando poner en orden las cosas. -Irina que estés aquí, nos viene... bien. Ademas de responder a ella. -Señalo a la profesora de universidad, pues no recordaba su nombre completo. -De paso: ¿Que fue eso de patear el cuerpo de la chica manca? -Dejo un segundo para dirigirse a Leinad.

-Por favor, no te calles, sigue hablando de eso del totem, a decir verdad ahora nos vale cualquier cosa, cualquiera, estamos tan perdidos como tu, ¿Porque vuelves siempre? Porque te quieren muerto, porque te ha dado por hablar ahora y no antes, has tu también preguntas e intentaremos responderlas. -Cogió aire con fuerza y quiso decir una ultima cosa.

-El resto tal vez podríamos empezar a decir nuestras razones de porque votar a uno u a otro, porque como no empecemos a colaborar, seguiremos como el primer día. -A pesar de que ayer fuera mucho peor, pero deseaba olvidar esas cuatro muertes simultaneas y rezar porque fuera algo puntual.

Las preguntas sobre mi regreso se amontonaban a mi alrededor - Eh eh eh, caalma... - dije ante el resto agitando mis manos señalando al resto que pararan un poco con tantas preguntas - No sé quién me ha desatado, simplemente alguien se acercó por mi espalda y deshizo las ataduras que vosotros mismos me apretasteis - expliqué con cierta quemazón hacia el resto de mis compañeros.

- Para los que han vuelto de la muerte y los que no les quedó claro lo sucedido ayer, voy a explicarme. Me volví loca escupiendo aquella sarta de mentiras, pero era eso mismo...locura. Si hubiese estado en mi sano juicio no hubiese soltado tantas imbecilidades juntas y es que como dije, alguien me inyectó algo mientras dormía que me obligó a decir todas esas cosas y a defender a la asquerosa de la coja sobre cualquier cosa - Suponía que a esta altura todos estarían flipando y sin entender una mierda todavía, por eso seguí explicándome a la vez que daba vueltas en círculos alrededor de donde estaba - Al menos supongo que fuese ella, porque de no ser así no hubiera defendido a esa puta. Desde que estoy aquí duermo muy poco, por no decir nada y he visto cosas durante ambas noches... - No sabía si diciendo esto ante todos conseguiría salvarme o apretarme más la horca, pues no solo tendría a todos los que me votaron ayer en mi contra, sino que se sumarían todos los traidores a ellos por miedo, pero aún así, seguí - La primera noche no pude ver bien la escena, pero aprecié una gran sombra al lado del cuerpo de Leinad - dije mirando al zombie - Por eso voté por Shahrzad... - añadí mirándola ahora a ella - no podréis negar que la mujer ocupa un volumen importante...Sin embargo, por miedo a ser descubierta y que fueran a por mí la siguiente noche, y como no estaba segura del todo de lo que había visto, callé, pero la segunda noche fue todo más claro. Ahí sí que pude ver cómo Camille asesinaba al psicólogo y rápido me metí en la tienda asustada por lo que acababa de ver. Por eso, supongo que, o por mi certeza en ambas votaciones o porque la coja me hubiese visto aquel día, alguien vino a por mí la tercera noche y me drogó para forzar mi voluntad y declararme culpable. De esa manera mataba dos pájaros de un tiro, os pondría a todos en mi contra...venga, lo sabéis, saldré elegida esta noche otra vez - dije abriendo los brazos en cruz resignada ante aquella situación que me había tocado vivir - y a la vez, haría que nadie tuviera en cuenta mis votos y que Camille pareciera inocente, pero pensad en todo lo que ocurrió, recordad la postura de Camille durante todo el día de ayer...Nada es lo que parece en este sitio... - terminé por añadir sentándome de nuevo en una de las atracciones consumidas por el paso de los años y el abandono.

El ver que ni Tatianna ni Yevtsye se dignaban en contestarle al tiempo que la ayer ajusticiada daba explicaciones, la intención de Mariano de volver a votar a Irina se difuminaba en pos de la posibilidad de votar a una de las otras dos. 

¿Nada que decirme?

Después de las horribles muertes del día anterior me había quedado bastante callada. La situación se había descontrolado y un cierto miedo y sentimientos encontrados atenazaban mi pecho. Miré el cadáver de Alessandra, la chica con la que había entablado conversación el primer día. Parecía que había tenido mucha más suerte que los demás, cuyas muertes habían sido mucho más violentos.

Miré a todos, observando sus reacciones. Era difícil saber quien los estaba matando. Tras oír a Irina medité un poco.

- Si fue Camille, debe haber alguien más, porque esta mañana hemos tenido más muertos. Matar y revivir, qué locura. Está claro que hay muchos misterios y mucho que no se dice. Pero como dice Irina, hablar significa poner una diana en sí mismo, aunque no hayas hecho nada.

El cazador estaba extrañado: - ¿Y por qué atamos a alguien? ¿Qué es lo que nos obliga a hacer eso?

Se había perdido muchas cosas en su ausencia, y estaba tan extrañado, que no llegaba a entender.

Los males que pasaba seguían colmando a Yevtsye, los dolores abdominales y las náuseas no ayudaban mas con la ola de muertes y homicidios solo la hacían sentir peor. La Arqueóloga salio de su tienda con la cara verde, no había tenido la mejor de las noches y el sólo ver a los muertos le género un asco vomitivo haciendo que fuera a vomitar a una esquina.

Ya habiéndose desahogado Yevtsye respiró a marchas forzadas, jamás se había sentido tan mal. Como si no tuviera suficiente llegó el Señor Valuo y le recriminó las acusaciones a su persona. Intentando defenderse se puso de pie solo para vaciar lo que quedara en su estómago si es que quedaba algo, -Cielo santo, las náuseas son lo peor-Pensó Molesta. Ya sintiéndose un poco repuesta tomo aire, bebió agua y sentándose en una roca en la tierra dijo:

-Yo vote por ti....-se le salio un pequeño erupto maloliente de la boca-Por que no habías dicho nada relevante, solo unas palabras y ya. Ni siquiera parecías mostrar interés en estos horrendos incidentes.

Dicho esto tomo aire, los malestares la seguían acechando. Repentinamente algo se le hizo raro, miro con suspicacia al hombre y le preguntó:

-Oye ¿Por que te molesta que votaramos por ti? Si eres inocente y no tienes nada que temer no debería preocuparte el ser votado. ¿No sera que te sientes amenazado por algo o me equívoco?

Al ver que por fin alguien de quien le señalaba con el dedo se dignaba a abrir la boca Mariano se alegró. No tanto al escuchar sus palabras. 

- ¿No debería preocuparme que con vuestros votos me atéis y dejéis que muera por la radiación? ¿Estás loca?  Claro que me siento amenazado, me siento amenazado por dos votos que vinieron de la nada. Sin haberme dirigido siquiera la palabra antes. Sin dar ninguna justificación. 

Mariano se lleva las manos a la cabeza, se toca el pelo, respira hondo e intenta calmarse. 

Las decisiones que tomamos en grupo tienen consecuencias. Yo he votado y explicado mi voto en todo momento.  Lo único que pedía era que hicieseis lo mismo y en el fondo te agradezco que lo hayas hecho, aunque no tenga ningún sentido que pienses que no me ha de molestar que me voten por ser inocente. 

Leinad se estaba empezando a mosquear.

Con una pizca de ironía y conteniendo su humor preguntó seriamente y dejando notar los sentimientos que corrían por su alma: - ¿Votar por qué? ¿Culpables de qué? ¿Justificación de qué?

- ¿Me puede alguien hacer el favor de explicarme que ha sucedido y qué está pasando?

Leinad había vuelto varias veces de la vida, pero nunca había hablado hasta ahora. Lydia se alegraba de oírlo esperando que lo hiciera para participar y no por temor a que le volvieran a votar por no hablar.

-Sí, hay que votar- ¿donde había estado- nos obligan a hacerlo. Alguien comete crímenes y aunque no estoy del todo segura que sea la mejor forma de pararlos parece la única forma.

Pero había dicho algo que nadie había percatado o no les pareció importante de señalar.

-¿Qué es eso del animal que va a por ti? ¿Quieres decir que quieren matarte? 

Cada vez todo se volvía más raro. Al menos eso hacía que no volviera a pensar en el hombre que la había dejado. Lydia hacía unos días habría deseado cualquier cosa con tal de no pensar en Viktor. Ten cuidado con lo que deseas, solían decir.

¿Y quién nos obliga a legir?

Cada vez estaba más ansioso. Era como que veía desde fuera. Igual el haber entendido su cuerpo y visto este desde lejos, como fantasma, igual le estaba dando mayor prespectiva.

- Me da la sensación que no hay asesino dentro. Es todo desde fuera y si hay asesino, no creo que seamos de los voluntarios para el experimento. Los conejillos de indias no los matan otros conejillos de indias sino los experimentadores con sus pifias.

El cazador había sido soldado y tenía un espíritu de lucha que estaba labrado en lo más profundo.

- No pienso permitir que me aten ni nada por el estilo. Y entonces pienso defenderme ... y no sería mi primera víctima. Ya he visto guerras. Realmente siempre había vivido en guerra. Siempre había estado combatiendo, desde niño, y no se pensaba ni rendir ni dejar humillar a estas alturas. Prefería escapar de aquello si era necesario.