Partida Rol por web

Como cada mes, se estaba dando lugar una magnífica cena en casa de los Makister. Todo, como siempre, estaba siendo perfecto. La comida, el servicio, los anfitriones...

En esta cena no sólo estaba la familia Makister. También se encontraban sus amigos y gente que estaba a su servicio.

Todo estaba siendo perfecto, hasta que la luz se apaga. Gritos de sorpresa, incluso algunas risas por esta pequeña contrariedad. Pero todo se quedó en silencio cuando un grito rompió la sala.

La luz volvió sin más y en el centro de la sala está el mayordomo tirado en el suelo en medio de un gran charco de sangre.

Y, clavado en su espalda, un gran cuchillo

Estaba con mi libreta apuntando algunas cosa... Y disfrutado de la ocasión cuando se paga la luz sin esperarse...
Se escucho un grito y risas en la oscuridad y tras ese suceso de susto... Cuando miro hacia un lado veo el mayordomo tirado en el suelo con un cuchillo clavado en la espalda.

Me tapo la boca con la mano y pego un grito : DIOS MIO PERO QUE ES ESTO... COMO PUEDE SER QUE EL MAYORDOMO ESTE MUERTO!!
Del impacto tan grande me levante de mi asiento estaba asombrada con el suceso...

Tenemos que llamar a la policía, pues el asesino esta entre nosotros... pensé.

*Me habia puesto elegante para esta noche, su padre le habia dicho que seria una cena especial, y ademas iba la chica que le gustaba, mejor ocasion para arreglarme y peinarme, y por suspuesto me habia echado ese perfume caro que me trajo mi padre de paris en uno de sus viajes, cuando me doy el visto bueno en el espejo me dispongo a salir de mi habitacion, y con una sonrisa bajo las escaleras, saludo a algunos invitados, y alli estaba Miriam, con esa mirada perdida pensando en sus cosas y con la libreta en las manos, me sonroje un poco y se me escapo la tipica risa tonta del momento, luego me ajuste un poco la corbata, y cuando la iba a saludar... Se apago la luz, se escucho alguna sonrisa de fondo, un momento inquietante y cuando se encendio de nuevo vi aquella imagen horrible, era nuestro mayordomo, hay tirado en el suelo con un cuchillo en la espalda...

Que ha pasado aqui, todo el servicio que venga inmediatamente vamos!!!

*Un poco alterado miro alrededor, y vi a Miriam un poco asustada, entonces me dirigo a ella, y con una mano en su hombro intento tranquilizarla, aunque es dificil...

Esto... tranquila señorita Miriam, no se preocupe que no le pasara nada, ahora vendra el servicio y se sabra quien a sido...

Me encontraba comiendo tranquilamente unas empanadas de copetin, cuando se fue la luz, como eso es común en las casas viejas y de campo no me sobresalte (y de las visitas que les hice a mis tíos estoy más que acostumbrado) y con ello una misteriosa risa. Al volver la luz y ver al hombre tirado en el suelo quede duro y la empanada cayo de mi mano.

Al escuchar el grito de Miriam volví a la realidad, no por quedarme quieto el cadáver iba a desaparecer. Mi primer reacción fue ver a mi padre, pero parecía estar bien, por lo que mis sustos fueron infundados.

De nuevo miré a Miriam y le di la razón, hay que llamar a la policía, pero estando nosotros solos el asesino debía ser uno de nosotros, por eso los empecé a mirar a todos y les dije si el asesino es uno de nosotros no estamos a salvo hasta que se lo descubra. Si bien estas palabras surgieron de mi boca, en mi mente ya estaba sospechando de la morocha, al parecer reacciono demasiado rápido, si bien estaba asustada no estaba seguro de que fuera un susto.

Lo otro que me molestaba era la risa que se escuchó, ¿que clase de enfermo se reiría de un acto tan atroz?

miro a Miriam... y digo.. MAMI MAMI TENGO MIEDO QUE A PASADO.. BBUUUAAAA BBUUUAAAA porque el sr. ese tiene un cuchillo en la espalda? porque no llora? porque no se mueve? porque no dice nada? Mama no le duele mama... Que pasa mama...

Federick Von Bach es un coronel connotado de la milicia, amigo de la familia por años, se encontraba en la casa cenando junto a la familia amiga de sus padres desde siempre y por sobre todo Amanda, su amor de toda la vida. Todo iba bien hasta que se cortó la luz y se escuchó un grito. Fedrick mira a los presentes horrorizado. Se acerca al cuerpo y lo analiza viendo como fue clavado y quien pudo hacerlo. - Que diablos! No toquen el cuerpo señores alguna prueba tuvo que haber dejado el asesino!!... Oh por Dios!.

Estaba arreglando el coche cuando de repente oigo un grito proveniente del comedor de la casa.

- Esa parece Myriam, la secretaria de Sr. Makiste. - pienso.

A continuación oigo a Gerald, el hijo del Sr. Makiste llamando a todo el servicio así que tras limpiarme las manos de la grasa del motor me encamino al comedor.

Al llegar veo al mayordomo asesinado con un cuchillo clavado en su espalda.

- ¿Qué ha pasado? - pregunto extrañado y sin poder articular más palabras.

Una aburrida fiesta mas, estaba hasta las narices de las fiestas de sociedad de su familia, risas tontas, charlas suprefluas y miradas enviciadas; aun así había elegido uno de sus mejores vestidos, le quedaba realmente bien, llevaba el peinado a la moda, total eso se supone que tienen que hacer las mujeres en las fiestas, exhibirse y reir las cursiladas a los hombres, lo malo es que ella ya no tenía a quien reir se le había pasado el momento, ahora era el momento de Amanda su preciosa sobrina...

Por eso había decidido acercar una copa a su niña,   le hara falta tiene un montón de moscones esta noche alrededor, cuando de repente se apago la luz, no le extraño eso pasaba a menudo fue el grito lo que le helo la sangre y al ver el cuerpo, las copas se le calleron de las manos, tubo que apoyarse en la mesa para no caerse, le parece oir hablar a una mujer a un niño llorar, pero solo árticulo a decir : Porque??si ha dado media vida por esta familia...

-Buen dia para fiestas - pensaba mientras miraba por la ventana , un poco aburrido recorria la casa de arriba para abajo con una copa en la manos encontrandome amigos propios y de los makister con ninguno me entretuve mucho , solo una sonrisa salio en mi cara al ver pasar al mayordomo, luego vuelvo mi cara a la ventana.

Nunca pense que me iba a cansar de este tipo de reuniones , cuando llegue a la casa hace ya varios años me parecia magnifico todo lo que sucedia en medio de estas celebraciones , la elegancia de los hombres, el glamour de las mujeres, la comida , el vino y la afectuosidad entre todos , sin embargo a medida que yo iba creciendo la magia se iba acabando mientras descubria de apoco que la mayoria de estos asistentes frecuentes solo actuaba su papel en esta enorme obra teatral que se montaba casi cada mes.

el apagon me saco de mis pensamientos , oi algunas risas y pequeños gritos de voces conocidas , un momento despues las lamparas se encienden tan repetinamente como se apagaron y me hacen pestañear por el cambio de luz, oigo un grito agudo y me fijo en quien grita , es Miriam, miro la alfombra y como se empieza a empapar con sangre  , sangre de un cuerpo tirado en la mitad de la sala con un gran puñal clavado , al principio no le reconosco , es algo extraña la situacion,sin embargo una punzada de dolor da en mi estomago al reconocer la cara del muerto ... es el mayordomo .

en el piso habia caido muerta una de las pocas personas a las que realmente queria en el mundo , fue el primero en esa enorme casa que me habia mostrado afecto , mi cuerpo no responde, quiero gritar , quiero amenazar a todos por haberle hecho esto , quiero buscar al culpable y clavarle ese cuchillo en los ojos , pero solo consigo caer de rodillas y llorar con las manos en la cara.

Maldito trozo de carne. Esta tan duro como las nalgas de una estatua. Mis pobres dientes. Lo que quieren es acabar conmigo, seguro que lo hacen a propósito y me han reservado el peor trozo. No voy a dejar que os riáis de mi, me lo voy a comer, aunque tenga que tragármelo entero. No habéis pasado el hambre que yo, y no sabéis lo que soy capaz.

!Por mis galones! ¿Y ahora que ha sido eso? ¿Me he quedado ciego o se ha ido la luz? Seguro que lo primero. Demonios, lo que me faltaba. Seguro que lo aprovechan para tirarme por la escalera.

No, veo otra vez. Menos mal. A ver si la carne encima esta envenenada, maldita Nani. A parte de ponerse como una foca comiéndose lo mejor de la despensa, luego me echa matarratas en los restos que me prepara. Pues ahora no me lo como, soy demasiado listo para ella.

¿Y ahora que pasa? ¿Porque se levanta todo el mundo? ¿Y que hace ahí tirado el mayordomo? Como está el servicio. Vaya casa de locos, en mis tiempos ya los hubiese azotado y puestos firmes. Pero este hijo mio es un blandengue.

Ambrosio, déjate de bromas, y levántate del suelo ahora mismo. Que ya no sabes que escusa poner para holgazanear. Y tráeme un trozo de tarta de arándanos que los callos de mis pies están más blandos que este filete. No se como consientes esto, hijo.

Las fiestas en casa de los Makister eran siempre surrealistas. Más que ir la clase alta de la ciudad se podría decir que iban todos los locos y los borrachos. Cada vez que nos llegaba una invitación para una fiesta allí me daban ganas de tirarme por la ventana. Porque claro, como mis padres se pasaban el día viajando por el mundo, era mi deber ocuparme de sus relaciones sociales, y además, nunca dejaría a Amanda sola en una fiesta. Ya había visto por allí a un soldadito que había demostrado en varias ocasiones su amor por ella, y seguro que no tardaría tampoco en llegar el exnovio. Bueno, ése decía que tenía novia, pero la había visto y no era gran cosa, nada comparable a Amanda, por lo que no sería de extrañar que hiciera un doble juego entre las dos.

Medito sobre esto en un sillón, bebiendo un whisky de importación bastante bueno (eso sí, si lo que querías era alcohol, estas fiestas eran como ninguna), y esperando que apareciese ése ángel de hija de los Makister cuando oigo gritos en la sala contigua. Diez pavos a que alguien se acaba de desmayar de borracho.

¿Un momento, el mayordomo? A lo mejor hace que la velada sea algo interesante para variar... Pienso mientras bebo un sorbo del vaso.

Por fin había vuelto a llegar la cena en casa de los Makister. Anne estaba encantada de que repitieran esta especie de tradición tan amenudo,la joven se había casado con un amigo de la familia Makister, y desde ese momento no había faltado nunca a sus reuniones, mucho menos desde que enviudó, quedándose sola en el mundo acompañada de ña fortuna y los amigos de su difunto esposo.
Se arregló con sus mejores galas, como siempre, aún era joven y hermosa y en casa de los Makister siempre había hombres solteros, y algunos bastante ebrios, con los que pasar un buen rato.
Estaba sentada a la mesa disfrutando del asado y de una copa de vino blanco cuando se fue la luz, que fiasco,ya no podría intercambiar miradas con el cuñado Ludoviq ni con el doctor de la familia. Pensaba en sus cosas cuando volvió la luz y se descubrió en medio de la estamcia el cadáver del mayordomo,
- Oh!, Por Dios que desgracia, pero como alguien puede hacer algo así...dijo bastante alterada mientras se secaba las incipientes lágrimas con el reverso de la servilleta intentando no estropearse el maquillaje...

Cojo mi hijo, le tapo los ojos y le abrazo... no mires, y estate a mi lado vale Charles..

El señor Gerald se preocupa por mi para que no me asuste...

Tranquilo yo estoy bien, por quien me preocupo es de mi hijo es muy pequeño para ver estas cosa, aunque seamos adultos estas situaciones no asustan y no superan...

Me preocupaba esta situación... esto no debería de verlo un niño normal... Mire a mi hijo

No te asuste si escucha barbaridades o ves escena violenta... ojala estas cosa nunca lo hubieras visto Charles, pero no puedo falta a mi trabajo y lo sabes.

Mire la escena de nuevo... y por lo visto nadie tuvo aun el detalle de ponerle una manta o una sabanas para que no se viera el cadáver, claro ninguno de ellos tenia un hijo como yo...

Señores hacer el favor de coger una sabana no quiero que me hijo tenga un trauma y crezca con el...Y no hablen con palabras desagradable recordar que hay un niño entre nosotros.

Se que no podía estar nerviosa, pero jamas me había pasado esto...

Big Nani no sentía sus pies, iba de un lado para otro. Siempre que se daba una fiesta en la casa Mallister todo era: Big Nany, limpia la cocina, cuide de  los niños de los invitados y encárguese de que no molesten al resto o antes de que vengan los invitados prepare la bañera y ponga a calentar la chimenea. Pero ya estaba acostumbrada y lo hacía como siempre solía hacer. Pero aquella noche la fiesta había sido más salvaje que nunca. Cuando oyó los gritos, fue corriendo a ver qué pasaba.

-Oh, no, ¿qué la pasao al Anbrosio?- dijo al verlo tumbado y con un cuchillo que se sostenía en el cuerpo por sí solo, señal de que estaba incrustado profundamente. Se santiguó antes de volver a hablar- Esto no pue estar pasando de verdá, ¿que ha hecho el pobrecico pa que le claven un cuchillo?

Fue buscando con la mirada a su hermano, en momentos difíciles Sam siempre conseguía calmarla. Aunque aquello era demasiado.

Otra fiesta en casa de los Makister, una familia un tanto disipada, pero precisamente es en estas familias donde mas falta hace la palabra del señor, el viejo Ronald sigue invitándome puntualmente, aunque luego me da la impresión de que no recuerda quien soy.

La fiesta transcurría entre banalidades levemente pecamitosas cuando se hizo la oscuridad y alguien cometio uno de los pecados mas deleznables, el homicidio

-¡Por amor de Dios! ¿quien en nombre de todo lo sagrado a cometido esta barbaridad?- pregunto a voz en grito mientras me dirijo al difunto, nadie responde claro y me agacho sobre el cuerpo para asegurarme de que esta muerto, no soy médico, pero alguien tiene que hacer estas cosas

-totalmente muerto, recemos por su alma-

La fiesta transcurría sin mayores incidentes. La comida era buena, la bebida mejor y la compañía variaba: desde gente insustancial hasta otra con conversación interesante. 
Edward estaba tomando una copa de whisky -magnífico whisky por otro lado- cuando de repente las luces se apagaron en un instante.

Vaya, ¿alguien no paga las facturas?- piensa irónico, mientras espera en su sitio a que la situación se resuelva. Cual fue su sorpresa cuando, nada mas volver la luz, vio horrorizado al mayordomo tirado en el suelo con un cuchillo en la espalda. 

Será mejor que nadie se acerque al cadáver- dice- y nadie toque nada- habría una investigación al respecto, y era mejor dejar todo como estaba.

A Zack siempre le gustaban las fiestas de los Makister. Llegó un punto que le llegaron a aburrir un poco cuando aún salía con Amanda, pero tras cortar se volvieron mucho más disfrutables. Porque aunque ya no era el novio de su hija, al Sr.Makister le seguía cayendo bien, y había fuertes vínculos de amistad en sus respectivas familias. De tanto en cuando sus padres le acompañaban, aunque por lo general venía solo.

El problema, es que pese a tener novia había venido solo. Decía que no se encontraba bien, y con una hermana mayor médico y marimandona, no pudo arrastrarla a la fiesta. Una lástima, por lo general Zack era discreto con sus relaciones pero le encantaba ser cariñoso con su novia cuando su ex estaba presente. Lo malo que no hubiera venido es que la fiesta estaba a rebosar. Lo bueno, lo mismo.

Estaban los pelmazos del Coronel y de Mark, desvelándose por su querida Amanda. Pero al estar sin pareja, podía mirar sin muchos pudores a la amiga viuda de la familia. O a la tía Amy, que quien tuvo retuvo. Aunque para Zack, a diferencia de los que otros pomposos engreídos decían, aún no había dejado de tener ni de lejos.

De pronto se fue la luz y tras unos momentos de desconcierto, la luz volvió... y el mayordomo estaba muerto con un cuchillo en la espalda! Zack quedó totalmente atónito y le costó un poco reaccionar. No entiendo nada, ¿que demonios ha pasado? El primogénito de los Equinox no esperaba que ocurriera algo así en una fiesta de los Makister.

Por regla general, adoro las fiestas. El alcohol, los invitados, las conversaciones insustanciales... Todo, hasta el más mínimo detalle, se convertía durante los cócteles en algo a festejar. Incluso el hecho de que el sinvergüenza de Zack Equinox venga solo, sin su pequeña y preciosa ricura (oronda y con el peor gusto de la historia). 

Así que, con una copa de soda (porque el médico insiste en que no debo tomar alcohol, no por preferencia), me paseo entre los invitados, charlando. Cuando, todo se vuelve oscuro. 

Generalmente, si hubiera estado con el insustancial de Zack Equinox (que, por cierto, ¿qué clase de apellido es ese?), habría gritado y buscado su abrazo, en busca de algún mimo. Pero estando sola y sosteniendo la copa como si contuviera un wisky añejo, no me siento con la fuerza para hacerlo, así que aguanto estoicamente a que vuelva la luz.

¡Oh, dios mío! Farfullo dejando caer la copa, que se rompe en miles de pequeños trozos. ¿Qué ha pasado? 

No soy muy dado a las fiestas. El ambiente, el ruido, la música... esas cosas no me van. Y las fiestas de la familia Makister siempre han sido particularmente ruidosas, puesto que se reúnen amigos y no tan amigos, familiares lejanos... y claro, suelen haber discusiones. Pero, ¿qué clase de caballero sería yo si rechazase una invitación de la familia que me ha contratado como su médico privado durante el resto de mi vida?

Todo estaba muy calmado hasta hace unos minutos, las discusiones apenas habían empezado y confiaba en poder retirarme discretamente a un rincón a tomarme una copa tranquilamente pensando en mis cosas, hasta que un grito rompió el ambiente y, con él, mis esperanzas de pasar una noche agradable. El mayordomo de los Makister, aquel pobre hombre, siempre amable y servicial, estaba muerto.

La gente grita, exclama, se sorprende. Un hombre, que creo recordar que se trata del Reverendo Tatcher, ya que lo he visto algunas veces en la residencia Makister, se acerca al cuerpo del pobre mayordomo y confirma su muerte. Yo también me acerco al supuesto cadáver, le tomo el pulso, observo que no respira y compruebo la gravedad de la herida.

-Efectivamente, el mayordomo ha fallecido. No hay nada que hacer. - comento, disgustado, subiéndome la manga de la chaqueta para comprobar mi reloj. - Hora de la defunción...

Pasan los minutos aunque el tiempo parece que no pasa y entre frases incoherentes, hay pobre papa, solo dos personas aciertan a decir algo con lucidez, Miriam y Edward, no sabe cual de los dos tiene razón pero al mirar al pobre Charles comprende a Miriam perfectamente y ya que su hermano y su cuñada parecen estar petrificados decide tomar ella la decisión:

Nani reacciona y haz caso a la señorita Miriam, trae algo para cubrirlo por el amor de Dios...

Me incorporo y aparto con los pies los cristales de las copas que se me calleron, mientras saco un cigarrillo para intentar pensar con claridad...