- Estoy de acuerdo. - Dije mientras me ajustaba las gafas con una mano y toqueteaba la pistola con otra.
Después de hacer la ronda, se acercó de nuevo por las oficinas para ver si la cosa estaba más calmada. Sorprendentemente, así era.
Tiró el chicle a una papelera y, dando vueltas a su porra, se acercó a la máquina de café. Era una suerte que la cafeína no fuese considerada un estimulante, desgraciadamente su sabor era una soberana mierda.
Metió una moneda.
Solo...
Y esperó mientras la máquina preparaba un café con leche y sacarina.
Cagonsuputamadre...
-son 50 céntimos por favor- suena servicial la voz metalizada del robot-maquina dispensadora de cafe
Después de que Meyer haya pedido su cafe solo le sirve un cafe con leche y sacarina
-buen provecho señor-
Eeeh segurata... tu sabes lo que cuesta despegar los chicles de la papelera? joder, me paso todo el puto día currando por culpa de unos guarros como vosotros..
Las hojas pasaban y entonces su lápiz perdió su punta.
-SAnto dios bendito del berebere africano, ahora que hago yo... por suerte el Servicial androide estaba por alli, ¿Solo daba cafe? mentira, era simplemente que era un vago.
-Servicial androide, quiero un lapiz nuevo o en su defecto un boli. No, espero un boli no, no hay que ser avariciosos, esta en el reglamento, me conformo con que le saques punta a este.-Alzo el lápiz delante de su ojo opaco.
-por supuesto señor, inserte cincuenta céntimos-
-Que manera de robarnos los cent, mas vale que le lo merezcan.-Inserta monedas de 1 hasta llegar a 50.
Josephine se levanta esperando a que Ed termine de insertar sus monedas.
Por favor, ¿Puedes darte un poco de prisa...? Si no tomo mi aspirina posiblemente me desmaye.
El androide espera con imperturbable paciencia a que Ed inserte todas las monedas
-señora, el dispensador de tranquilizantes y analgésicos sigue funcional, y uno al dí es gratuito-
Servicial androide, quiero un sindicato... Por favor
Ursula te quieres callar un poquito me tienes negro, eres peor que el androide este tan estridente
-Señora, que yo soy una cafetera-
Parker despertó de su siesta (la cabeza apoyada en su mesa de trabajo) y se dirigió a la máquina de café, lo necesitaba para volver a ser el hiperactivo de siempre. Además, no sabía por qué, no había podido descansar como siempre, como si el ambiente no hubiese estado tranquilo...
- A ver Servianne, ponme uno cargadito - hacía tiempo que le puso el apodo al Servicial androide. Le hubiera quedado bien a una linda camarera, pero tenía que conformarse con "eso".
Hmmm... Todos reunidos alrededor de la máquina de café, sin trabajar, con los baños aquí al lado y con una cámara que no deja de grabar todo lo que hacemos. No sé por qué, pero esto me recuerda a algo.
Sostiene el café casi terminado en una mano mientras juguetea con las esposas con la otra.
Pues bueno, parece que todo está más tranquilo, ¿no? ¿qué os contáis?
Tenía que seguir haciendo la ronda, pero se aburría. Prefería soportar a aquellos blanquitos de mierda que soportar el aburrimiento de un paseo por las zonas vacías de la empresa.
-serán cincuenta centimos señor- responde mientras cae un vaso de papel listo para ser llenado
- Gracias Servianne, ya sé, ahí van tus 50 céntimos, como todos los días - digo mientras meto la moneda y le doy unas palmaditas a la máquina
Luego respondo al segurata:
-Pues no sé, no hay mucho que contar. Echo de menos el instituto, quién lo iba a decir.
Quiero un café irlandez, por favor. le pongo la moneda
El servicial androide va sirviendo los cafes conforme los pagan, el brebaje no está mal del todo, casi no se nota que es cafe sintético, aunque desde luego la opción irlandesa es la mejor, el alcohol de remolacha disimula muy bien el sabor de los radicales libres
Josephine se acerca a la máquina de calmantes con la intención de agarrar el diario, el cual es gratis... Pero tiene una fortuna en monedas en ambos bolsillos porque uno nunca es suficiente para ella.
¿Y esto como iba...? Ufff, la amnesia nuevamente... *cof*