Partida Rol por web

[HLdCN] 2x Diez Negritos

Exteriores: Embarcadero

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26/02/2015, 09:34
'Director

Bajas las escaleras que dan a la parte de la cocina y comedor, al lado mismo de la salida lateral por donde accedisteis a la mansión cuando llegasteis.

Te pones el abrigo antes de salir al exterior y abres el acceso a la terraza que os dio la bienvenida. La noche oscura es fresca, aunque no llueve. El viento sigue persistiendo y hace que la humedad marina inunde el aire. Una pequeña luz en el exterior ilumina lo justo para saber por dónde se pisa.

No ves a nadie más aquí, todavía.

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26/02/2015, 09:39
Sir Gustave Cavanough

Me quito el abrigo para dejar que la brisa marina me refresque. En realidad, es mejor así: no traje el abrigo pensando en mi.

Me pongo de espaldas a la casa mirando al mar. La luna ilumina suficiente para hacer destacar la oscuridad del Profundo.

Respiro aliviado de haber salido de esa casa y espero.

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26/02/2015, 13:43
'Director

Bajas las escaleras que dan a la parte de la cocina y comedor, al lado mismo de la salida lateral por donde accedisteis a la mansión cuando llegasteis.

Abres el acceso a la terraza que os dio la bienvenida. La noche oscura es fresca, aunque no llueve. El viento sigue persistiendo y hace que la humedad marina inunde el aire. Una pequeña luz en el exterior ilumina lo justo para saber por dónde se pisa.

Ves la figura de un hombre bien vestido que, aunque la luz no te deja distinguirlo con claridad, supones que es Sir Gustave.

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26/02/2015, 13:45
'Director

No tienes que esperar demasiado para ver como la puerta que da acceso a la terraza se abre y por ella aparece Penny Barrow.

Gracias a la luz exterior, la distingues correctamente, aunque ella achina los ojos mirando en tu dirección, quizá en tu paseo estás en un lugar sombrío y le cuesta distinguirte.

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26/02/2015, 14:25
Penny Barrow

Penny salió cuidadosamente de la casa, mirando a su alrededor una y otra vez para asegurarse de que nadie la estaba siguiendo. Se había puesto un chal azul sobre el vestido, cubriéndole los hombros y durante un instante se detuvo en el umbral de la puerta, respirando profundamente y dejando que la frescura de la noche acariciase sus mejillas. 

Tras ese breve momento cerró la puerta tras de sí y avanzó cuidadosamente hacia el embarcadero. Cada pocos pasos volvía a mirar a su alrededor y se sujetaba el chal con la mano antes de seguir avanzando.

Cuando por fin vislumbró una silueta, una sonrisa bailó en sus labios. No llegó a plantearse que quien la esperaba no fuese el hombre con el que se había citado. Era un lugar suficientemente raro como para esperar que nadie más decidiese ir hasta allí en medio de la noche. Se detuvo a un par de pasos del caballero y dudó un instante, mirando hacia la casa por encima de su hombro. Pero enderezó su espalda con seguridad y volvió a dirigir sus ojos y sus pasos hacia delante, deshaciendo el breve espacio que faltaba. 

- ¿Señor Cavanough? - Preguntó con tono tenue, con una sombra de diversión en el fondo de la voz, esperando que sus palabras sirviesen al mismo tiempo de saludo y como confirmación. No podía evitar sentir una leve excitación al encontrarse a solas con el hombre en ese lugar oscuro y abierto, como la de un niño cuando se cuela en la alacena mientras la criada no mira. 

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26/02/2015, 17:03
Sir Gustave Cavanough

Al ver aparecer a Penny avanzo hacia donde está ella invitándole a unirse a mi.

Cuando llego junto a ella no olvido mis modales y le ofrezco el abrigo que llevo colgado en el brazo ayudándole a ponérselo si lo acepta. La noche es fresca y no quisiera que ella se sintiese incómoda por culpa de haber aceptado venir. También llevo un paraguas, aunque por suerte este no parece ser necesario.

Señorita Barrow, no sabe lo dichso que me siento de que haya comprendido mi tosca invitación - digo mientras la guio hacia el embarcadero, dónde no habrá oidos indiscretos.

Quise reunirme con usted en un lugar donde nadie pueda interrumpirnos, y ya que algunas personas inestables se empeñan en señalar que las paredes tienen oidos, pensé que este sería un lugar más acogedor

Al llegar, vuelvo a detenerme mirando al mar.

El mar me transmite tranquilidad. Incluso en una noche como esta, donde la escasa luz de la luna apenas da para iluminar sus bellos rasgos, solo pensar que el azul profundo nos acompaña me transmite seguridad.

Hago una pequeña pausa. Un cómodo silencio que es ocupado por el suave rumor de las olas contra el muelle. Reanudo la conversación sin más rodeos, afrontando lo que he venido a decir.

Ayer le transmití a su hermano la intención de cortejarla formalmente... Lo cierto es que él no tuvo tiempo de darme su consentimiento, pero los sucesos de anoche me han hecho darme cuenta de lo fútil de algunas esperas cuando el corazón te demanda algo superior.

Me giro hacia ella y la miro a sus intensos ojos azules. No permitiré que la ocasión se me escape.

Sé que no son las condiciones ideales, pero estos sentimientos no entienden de situaciones. Desde que la conocí, sentí una profunda envidia del hombre que creí era su marido. Su energía, su alegría, su hermosura. Estoy seguro de que usted es consciente de que irradia allí donde va. Incluso en las peores circunstancias su luz eclipsa el mundo a su alrededor.

No quisiera asustarla ni cegarme ante los asuntos que suceden a nuestro alrededor, pero creí que era justo que lo supiera

Termino refiriéndome a mi declaración

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27/02/2015, 01:42
Penny Barrow

Penny aceptó el abrigo del caballero sobre sus hombros con la naturalidad de quien está acostumbrada a ser agasajada y lo siguió hasta el embarcadero. Una vez allí su mirada recorrió el mar ondeante con un leve brillo soñador. El olor a salitre y el rumor de las olas siempre la habían hecho sentir bien y una suave sonrisa se instaló en sus labios. No pudo menos que asentir a las palabras del señor Cavanough sobre la tranquilidad que propiciaba la cercanía con el mar y disfrutó del silencio que siguió sin sentirse en absoluto incómoda.

Las siguientes palabras del caballero hicieron que girase su rostro hacia él y sus ojos azules buscaron el brillo de los suyos a pesar de la oscuridad de la noche. Y ciertamente esa oscuridad era de agradecer pues el rostro de la joven terminó por sonrojarse ante la sucesión de halagos. Durante un instante bajó la mirada, sintiendo las mejillas arreboladas, y cuando la levantó de nuevo, ladeó un poco la cabeza en un gesto gracioso. 

- Oh, vamos, Sir Cavanough. Es usted un exagerado. - Protestó suavemente mientras una sonrisa fácil se instalaba en sus labios. - ¡Y vaya si sabe usted cómo hacer que una señorita se sienta especial!

- ¿Sabe? Tenía toda la intención de informarle nada más llegar de que mi hermano sabe exactamente dónde y con quién estoy. Por si acaso. - Rió suavemente. - Pero le confieso que no me siento en peligro junto a usted. Desde que lo vi me pareció un hombre fuerte y seguro. Inteligente. No puedo soportar a esos hombres insulsos que no son capaces de mantener una conversación racional. Pero su mente, Gustave -continuó, pasando a tutearlo con naturalidad-, es ágil y está siempre un paso por delante. Creo que tardaría usted en aburrirme. - Bromeó, enarcando una ceja con un cierto aire juguetón.

Suspiró quedamente y se giró de nuevo hacia el mar, cogiendo al hombre del brazo al detener sus ojos sobre las olas. 

- El mar no sólo calma mi espíritu, también me emociona. Huele... a aventuras, a viajes, a sitios nuevos que descubrir. Suena diferente en cada lugar que he visitado. - Comentó, antes de hacer una pequeña pausa y volver a hablar, con tono divertido. - Aunque la aventura que estamos viviendo en esta isla creo que habría preferido ahorrármela.

Hizo una pausa y después miró de nuevo al hombre, todavía con la sonrisa bailando en sus labios.

- Por si no lo ha notado todavía, no me asustan sus intenciones, Sir. Me encantaría poder conocerlo un poco mejor. La situación no es la más propicia en verdad pero... Uno no puede elegir las circunstancias, ¿no es así? Sólo qué hace con ellas. 

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27/02/2015, 09:24
Sir Gustave Cavanough

Recibo con una sonrisa de felicidad en el rostro el brazo de Penny. Me siento correspondido y eso me infunde ánimos.

Estando aquí, contigo, a solas, nada me parece imposible. Estoy agradecido a este destino tan incontestable como caprichoso, por haberme traido a esta isla si, con eso, he tenido la oportunidad de conocerte.

Me giro hacia ella y le cojo ambas manos entre las mías.

Vine aquí buscando inspiración y te encontré a ti. ¡Melpomene: "la melodiosa"; Caliope: "la de bella voz"; Clio: "la que ofrece gloria"; Erato: "la amorosa"! ¡que se sonrojen las nueve hermanas! Pues en una sola mujer se han unido y esta simple mortal las supera. Este macabro ajedrez con la muerte cobra sentido ahora... Junto a ti siento que todo es posible. Si es posible que surja el amor en mitad de tanta muerte ¡¿como no creer en lo imposible?!

Mis ojos brillan por la fiereza del épico desafío.

¡Creo que existe una oportunodad de sobrevivir a esto y salir de aquí! ¡Las estatuas! ¡Ellas son la clave! Hay diez estatuas y 21 invitados. Algunas de las muertes se han correspondido con la desaparición de estatuas, otras no, pero en cualquier caso hay 11 personas que no tienen correspondencia con su estatua. Eso me dio que pensar: ¿podría ser que acabadas las 10 estatuas saliesemos indemnes? La respuesta es necesariamente sí. Los asesinos buscan a los "propietarios" de cada estatua, luego ese es el tiempo del que disponemos para desmantelar su plan. Pero, ¿los "propietarios" de las estatuas saben que ellos son estatuas? Si la respuesta es sí, esa es nuestra salvación, pues yo no soy consciente de ser esa estatua. Supongamos que la respuesta es no, entonces.

Hablo rápido, soltando información y teorías por los codos, presa de la emoción.

Hay dos grupos de estatuas, ¿recuerdas? 6 y 4. Crowden y Predatore eran del grupo de 6. Si descubrimos qué tenían en común, podremos anticipar los movimientos de los asesinos. ¿Qué une a 6 estatuas y a su vez las diferencia de cuatro? He estado pensndo y hay varias posibilidades, ¡pero creo que tú has dado con la respuesta antes que nadie!. Podrían ser 6 hombres y 4 mujeres. Podrían ser 6 culpables y 4 inocentes de sus crimenes o al menos que sus crímenes tuviesen justificación, pero, como te digo, creo que la clave la encontraste tú. ¡Las banderas! ¿Recuerdas? ¿qué hacían las banderas de la Common Wealth y Norteamérica juntas? ¡Es parte del juego macabro! Un grupo de estatuas del nuevo mundo y otro de la vieja Europa. Hay que averiguar de donde eran Crowden y Predatore. Donde nacieron y donde vivieron. Con eso sabremos qué región les une y por tanto qué grupo es cada cual. Es una misión compleja, pero debemos convencer a los asesinos de que no formamos parte de esas estatuas el tiempo suficiente para desenmascararlos

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27/02/2015, 12:32
Sir Gustave Cavanough

Aun hay una cosa más... no tienes nada que temer, yo te protegere. Mientras yo siga con vida, tú estarás a salvo. A salvo de todos: asesinos o... votaciones

Un escalofrío me recorre la espalda cuando pienso en el mayordomo

Porque parece que están jugando con nosotros. Matan incluso a aquellos que señalamos con el dedo entre todos, sin distinguir amigos o enemigos. En cualquier caso, mientras yo viva no permitiré que nada te ocurra

Mis ojos muestran un total convencimiento. Por un instante parece que voy a ceder al impulso que lleva creciendo en mi interior toda la noche y hago ademán de abrazarla. Mi corazón me pide que la bese, pero la compostura me pide que me abstenga, en esa situación el abrazo parece un termino medio apropiado, pero, mi mirada está centrada y anhelante en sus labios.

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27/02/2015, 21:03
Penny Barrow

Una risa suave brotó de la garganta de Penny con naturalidad al presenciar la exaltación del señor Cavanough, permitió que la tomase de las manos y lo contempló con una sonrisa que se ampliaba con cada una de sus palabras. 

- Yo seré tu musa y tú... ¿me sacarás en uno de tus libros? Nunca nadie ha escrito para mí. - Respondió con diversión, dejándose llevar por las palabras del escritor. Se calló sin embargo, para escuchar su discurso posterior con atención.

El brillo en los ojos de Penny iba aumentando a medida que el caballero iba desgranando sus teorías e ideas. La joven asentía en ocasiones y en otras se quedaba pensativa durante algunos instantes. Hasta que la sorprendió con sus promesas de protección. Sintió sus ojos prendidos de sus labios y sus manos deseando abrazarla y su mirada se oscureció cuando sus pupilas se dilataron al cruzarse con las del hombre. 

- Oh, ya lo comprendo. - Susurró, permitiendo que los brazos de Gustave rodeasen su cintura. - Vos seréis mi caballero andante de brillante armadura. 

Titubeó tan sólo un breve instante antes de elevar un poco los talones apoyándose en la punta de sus pies. Y desde allí clavó sus ojos de un azul profundo en los del señor Cavanough.

- ¿Quién sabe qué será de nosotros mañana, Gustave? - Murmuró, tentadora, antes de depositar un suave beso en la mejilla del hombre, muy cerca de la comisura de sus labios, pero sin llegar a rozarlos. 

Con una sonrisa juguetona apoyó de nuevo el peso en los talones y suspiró quedamente, apartándose lo justo para poder seguir hablando, recuperando el tema de conversación. 

- Las banderas... Lo cierto es que me llamaron la atención en cuanto las vi, pero no lo había relacionado con las estatuas. Lo que parece evidente es que cada estatua simboliza a alguien y en eso estoy totalmente de acuerdo contigo. Pero yo tampoco tengo constancia de ser una de ellas, así que parece probable que quienes las tengan asignadas, no lo sepan. Aunque... ¿por qué descartas tan rápido que una de las estatuas fuese para la señora Stolness? En realidad todavía no sabemos qué pasó en esa habitación, quizá una de las estatuas se refería a ella y la otra al señor Predatore, por ejemplo. O al señor Crowden. La verdad es que yo los vi a ambos en la biblioteca y el señor Predatore no me dio muy buena espina. - Hizo una breve pausa y sus ojos brillaron con determinación.

- ¿Sabes? Wesley me estuvo contando todo eso de las voces que escucha en su mente. Él no está loco. Nunca lo ha estado. Y Dios sabe que yo no había creído nunca en historias espiritistas, pero... Wesley no mentiría con algo así. No a mí. Si alguien puede averiguar la procedencia de los que ya han muerto, ese es él. - Asintió firmemente. - Mañana podemos pedírselo en el desayuno. 

Pareció recordar algo entonces, pues su ceño se frunció levemente en una graciosa expresión pensativa. 

- Gustave, háblame más sobre lo que contaste esta mañana. ¿Por qué te amenazó el señor Crowden? ¿Crees que él tuvo algo que ver con la muerte del señor Predatore o la señora Stolness?

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27/02/2015, 23:44
Sir Gustave Cavanough

Me sonrojo ante la provocación de Penny. Desde luego sabe como seducir.

Qué será de nosotros mañana... - Repito estúpidamente y sin palabras sorprendido y extasiado a partes iguales por el beso de Penny.

Después del beso, en contraste, el tema de conversación es como un jarro de agua fría. Tanto, que por un momento el escritor se queda descolocado por la pregunta y balbucea una respuesta sin tener en cuenta que él lleva todo el día rastreando cada detalle pero ella no.

¿que por qué descarto a la senorita Stonless?

Se da cuenta de que está balbuceando estúpidamente y se recupera con la mayor elegancia que puede.

Tjum, tjum. Querida, debes disculpar mi falta de concentración, cuando me miras así, el mundo entero se detiene a mi alrededor... Quiero decir, mi dulce Penny, que vivo de los misterios, y en los misterios los detalles lo son todo. Recuerda que había unos mensajes junto a las estatuas: Un negrito muerto por asfixia y otro mientras dormía, eso encaja con las muertes de los dos hombres, pero no había un negrito muerto por una caida al vacio.

Creo en tu hermano. No es la primera vez que tropiezo con alguien que tiene poderes inexplicables para la ciencia. Últimamente personas que dicen poseer estos dones son frecuentes en las ferias, y si descartamos a los embaucadores, es posible encontrar personas con el don de tu hermano. Aunque hubiese sido más seguro que él guardase su capacidad más en secreto... - divago en un pensamiento en voz alta - Pero tienes razón, seguro que tienes razón en que él es el más apropiado para contarnos la historia de estos caballeros.

Cuando Penny menciona a Crowden mi gesto se tuerce al recordarlo.

Por supuesto, querida. Déjame empezar diciendo que no creo que Crowden tuviese algo que ver en la muerte de Stonless y Predatore. Principalmente porque al verle por última vez en el salón me insinuó con una sonrisa maliciosa que quizás uno de nosotros no llegase a ver el día siguiente. Confieso que me tome en serio su amenaza, más sabiendo que venía de alguien que ya había matado una vez, tan en serio como para que cuando Wesley llegó al salón, yo estaba nervioso e incluso llegué a creer que no vería la luz del sol. Advertí a tu hermano de que desconfiase de Crowden si eso ocurría. Paradojicamente, la amenaza de Crowden cobró un significado muy distinto al amanecer el día siguiente.

La verdad, no sé por qué el señor Crowden no toleraba mi presencia, pero el hecho es que no congeniamos precisamente. Quizás no le sentó bien que yo insinuase que el iba a reunirse con alguien en la biblioteca, pero creo que lo que le ofendió fue que yo estuviese en lo cierto y fuese un paso por delante de él. Hay personas que no llevan bien medirse con personas que les igualen o superen en inteligencia

Pero, por favor, no enturbiemos una noche tan maravillosa con el recuerdo de los difuntos. En cualquier caso, no tengo secretos para ti, así que no dudes en preguntarme cuanto desees al respecto, siempre y cuando me reserves algo de tiempo antes de volver al interior de la casa, para dejar que me sumerja en tu belleza

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28/02/2015, 02:08
Penny Barrow

Penny río con ligereza al ver la turbación que había causado en el señor Cavanough para terminar sonriendo divertida mientras él se recuperaba y centraba de nuevo.

- Pero en realidad el señor Predatore murió estrangulado, ¿no? Entre los tiros y el golpe en la cabeza el doctor... - Penny hizo una mueca al recordar la imagen del italiano y tuvo que sacudir levemente la cabeza para apartar esa idea de su mente. - ¿Fue el doctor? O la enfermera, ya no estoy segura, pero dijeron que la causa de la muerte había sido estrangulamiento, ¿no? Así que tampoco termina de encajar con los versos sobre el negrito que dormía. - Se quedó pensativa un instante. - A no ser que él estuviese durmiendo cuando todo eso sucedió, pero entonces, ¿qué hacía allí la señorita Stolness? No consigo entender cómo pudo pasar todo eso en el mismo dormitorio sin que nadie se diese cuenta de nada. Sin embargo -meditó-, los versos de la otra estatua parecen mucho más claros. Asfixia, como el señor Crowden. ¿Pero por qué estatuas de indígenas? Eso no lo comprendo.

- Oh, y yo también creo que Wesley no debería haber dicho eso tan pronto, delante de toda esa gente. Temo que ahora las personas que cometieron esos asesinatos puedan hacerle daño por miedo a que las voces de los muertos les delaten a través de Wesley. - Hizo una mueca con la boca y suspiró, rodando los ojos con cierto aire resignado. - Pero él es así. Es honesto y puro como una roca. Es parte de su encanto, supongo. - Terminó, suavizando su expresión con una sonrisa de medio lado.

Escuchó después de nuevo el relato sobre el señor Crowden y ladeó levemente la cabeza, pensando en ello.

- ¿Alguien llegó a decir esta mañana con quién se había citado el señor Crowden? Con tanto batiburrillo nocturno lo cierto es que terminé por perder el hilo. Pero en todo caso, si llegó a amenazarlo, debía ser algo importante o tal vez muy secreto. No parecía un hombre que se moviese por el orgullo... Ojalá le cuente a Wesley algo más, al fin y al cabo, él ya está muerto, no tiene nada que perder. 

Durante un instante Penny se asombró de la facilidad con la que había terminado por hablar de esa extraña capacidad que había descubierto Wesley para escuchar las voces de los fallecidos. Le había costado asimilarlo, pero una vez había conseguido abrir su mente lo suficiente le resultaba más sencillo de lo que esperaba pensar en ello.

Pestañeó, apartando esa idea de su mente y centrándose en el momento que tenía entre manos. Su sonrisa adquirió una mezcla entre dulzura y diversión y buscó con la mirada algún lugar donde pudieran sentarse. 

- Todavía es pronto y puedo permanecer a tu lado un rato más. Sentémonos y contemplemos el mar, ¿quieres? - Dijo, mientras tomaba la mano del hombre con la suya para llevarlo hacia algún banco o similar. - Olvidemos por unos minutos toda la situación que nos rodea y conozcámonos mejor. Me encantaría saber más de ti, Gustave. De dónde eres, cómo te convertiste en escritor... ¿Cuál es tu libro favorito? 

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28/02/2015, 08:13
Sir Gustave Cavanough

Lo cierto es que yo lo había entendido justo al revés: El estrangulamiento mató a Predatore al no permitirle entrar aire en los pulmones, luego también podría encajar la descripción de asfixia con él, y el veneno pudo actuar sin que Crowden llegara a despertarse... pero es cierto que podía ser exactamente al revés. Respecto a la señora Stonless, la teoría del suicidio me parece plausible, pero creo que Wesley debería preguntarle también directamente qué le ocurrió. Quizás se nos escape algún detalle de su muerte que la identifique como negrito. Quizás fuese sonámbula por ejemplo y muriese dormida

Después, ante lainvitación de Penny, sonrío entusiasmado de poder conocernos mejor y abstraernos de lo que nos rodea.

Por supuesto, querida - digo entusiasmado por la idea. Acompaño a la mujer hasta un lugar donde sentarnos y ina vez allí, afirmo ante las preguntas de Penny.

Sueño de una noche de verano. Creo que ese es el motivo por el que me hice dramaturgo y también por el que soy un romántico empedernido en busca de un amor verdadero en el sueño de otra noche de verano. - exploro jugando con el concepto y nuestro entorno actual - Incluso debe ser el origen de mi pasión por los misterios. Aunque eso merece una explicación mayor: Cuando leí esta obra de Shakespeare siendo niño, creí con tal entusiasmo en lo que leía que me pasé mi infancia buscando la entrada a Faerie... Es sorprendente la cantidad de leyendas al respecto que nos sobrevivien hasta estos tiempos modernos. Por supuesto, no encontré nada, pero si miles de misterios de la naturaleza. Era un niño de una familia poco pudiente, pero tuve la suerte de crecer junto a una biblioteca. Allí pasaba las horas muertas devorando libros sobre mitología y su relación con el mundo real. Fantasías, casi todo, pero a veces lanzaban fascinantes preguntas sin respuesta... Hasta que llegó Sherlock. Las narraciones del señor Doyle, sin particularizar en ninguna, fueron las que me dieron el empujón final. Por ese entonces ya era adolescente y ya casi había perdido el interés por la lectura. Estos escritos me devolvieron a la biblioteca, pero esta vez con un firme propósito: sería escritor. Estudié medicina, comencé a escribir relatos cortos de intriga, y conseguí que publicaran algunos. La crítica fue despiadada: "no aporta nada nuevo", dijeron y comprendí que debía ser más ambicioso. En aquel entonces ya me rondaba la cabeza la idea de mezclar mis dos grandes inspiradores: el teatro clásico de Shakespeare y la intriga de feroz actualidad del señor Doyle. Había descartado la idea pensando que no podia funcionar, pero los insultos de la crítica me espolearon y comencé a escribir tan ambicioso proyecto. Inesperadamente, a medida que escribía, vi que funcionaba, pero en el teatro los héroes son trágicos e incluso dudosos, así surgió Du Chevalier.

Gustave no era un enamorado de si mismo, pero si se tenía en alta estima, y el hecho de que alguien se interesara por su vida más allá de lo conocido públicamente le dio rienda suelta y, de pronto, se encontró con que había contado muchs de sus intimidades.

A partir de ahí, es terreno conocido. La obra tuvo una repercusión inesperada. Esto no se lo he dicho a nadie nunca, y mi editor me mataría, pero contigo me siento en comunión, así que allá va... a día de hoy - dijo a modo de confesión - no alcanzo a comprender cómo pueden haberme otorgado la distinción de Sir... es claramente un halago, pero a veces estoy seguro de no estar a la altura de tal reconocimiento.

Eso resumía su vida, al menos la parte luminosa de la misma. Ahora le tocaba a ella.

Pero, ¿qué hay de ti? ¿cuál es tu historia? Sigo sin explicarme como una dama de alta sociedad con todas tus virtudes puede haber permanecido fiel a si misma sin que la decadencia de esta sociedad la haya arrastrado a una sima, o, en el mejor de los casos a un matrimonio con alguien que no la merezca. En mi experiencia, las personas tan valiosas son acosadas por la vulgaridad y es un hecho extraordinario que demuestra una gran voluntad y pureza el hecho de que haya conseguido no sucumbir.

Gran parte de la formalidad había desaparecido. Gustave se mostraba tal y como era y admitía sin tapujos admirar a la mujer que tenía delante. No había tenido demasiado margen para evaluarla, pero Gustave se enorgullecía de saber calar a las personas de un vistazo. Por eso el señor Crowden se había ganado su acritud.

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28/02/2015, 21:41
Penny Barrow

Penny escuchó verdaderamente atenta cada frase de la narración del señor Cavanough, con una sonrisa expectante, hasta que él terminó y le devolvió la pregunta. Entonces suspiró quedamente y desvió su mirada hacia el mar. Sus ojos perdieron por un instante la vivacidad que solían reflejar y se apagaron un poco, adquiriendo un tenue matiz grisáceo. 

- Mi historia no es precisamente romántica o hermosa. - Confesó. - Supongo que por eso valoro tanto cada pequeño momento de felicidad y trato de exprimir el presente. - Añadió, con una sonrisa de circunstancias. 

- Mi madre murió cuando yo era pequeña y mi padre se volvió a casar. Con la madre de Wesley. Ella no era de la misma clase social que mi padre, pero ya sabe, el amor no entiende de esas cosas. Wesley era un poco más mayor que yo, pero congeniamos desde el principio. Supongo que ambos necesitábamos alguien en quien poder confiar y no nos hacía falta ser de la misma sangre para sentirnos hermanos de verdad. - Hizo una pequeña pausa y sus ojos se volvieron soñadores.

- Yo era un verdadero desastre, Gustave, le aseguro que siempre estaba metiéndome en líos. Trepaba a los tejados con los niños, me caía de los árboles o escondía gatos enfermos en la casa. Wesley siempre estaba ahí para protegerme o ayudarme a curar mis magulladuras a escondidas. - Penny rió suavemente. - Creo que debía darle una gran cantidad de trabajo, pero nunca le importó cuidar de mí. En fin... Todo fue bien, hasta que mi padre murió. Katherine, mi madrastra, no pudo soportarlo y perdió el norte. - Llegado ese punto, hizo una mueca con la boca y permaneció en silencio varios segundos antes de seguir hablando. 

- Aquella noche me desperté de una pesadilla horrible. Me levanté para buscar a Wesley. Esperaba que me consolara y me velase hasta que pudiera conciliar el sueño, como había hecho siempre que no podía dormir. Pero no estaba en su cuarto. - Suspiró y bajó la mirada hacia sus manos. - Empecé a buscarlo por toda la casa, incluso salí al jardín. Y entonces escuché golpes en el cobertizo. Pensé que tal vez sería un ladrón así que cogí la pistola de mi padre antes de ir a mirar. - Pestañeó varias veces mientras sus ojos se humedecían y sus dedos arrugaron la tela de la falda de su vestido. Suspiró y con delicadeza se pasó las yemas de los dedos por el borde del ojo, apretando un poco en el lacrimal. 

- Te ahorraré la descripción de lo que vi allí. Nunca he vuelto a ver nada tan terrible, lo que esa mujer estaba haciéndole al pobre Wesley... Lo tenía atado, ¿sabes? Apestaba a alcohol y gritaba... Había sangre por todas partes y luego descubrí que no había sido la primera vez, el pobre tenía toda la espalda marcada y no se había quejado, nunca había dicho nada... - Hizo una pausa, dejando la frase en el aire y sus ojos volvieron a perderse en el mar. - Perdí la cabeza. Me lancé contra ella y empezamos a pelear. Ni siquiera estoy segura de en qué momento se disparó la pistola, pero ahí acabó todo. O mejor dicho, todo comenzó. 

- Huimos. - Resumió tras un par de segundos. - Estábamos asustados y no sabíamos qué hacer, así que cogimos algunas cosas de valor y nos fuimos lo más lejos que pudimos. Cambiamos nuestros nombres y tratamos de dejar atrás todo lo que había sucedido. - Se encogió de hombros.

Fue difícil, pero con el tiempo lo conseguimos. Wesley tuvo que trabajar mucho para sacarnos a los dos adelante, pero nunca se quejó por ello. Y bueno... - Miró a Gustave y esbozó una pequeña sonrisa. - Respondiendo a su pregunta... Algunos años después terminé por casarme. Era un hombre demasiado mayor, pero muy rico. Pensé que podía sacrificar mi libertad para terminar de dejar todo aquello atrás. Creí que un hombre así tan sólo querría una esposa joven a su lado como un florero y que podría hacer lo que se me antojara. Era muy joven y no tenía ni idea de las perversiones que puede llegar a albergar la mente humana. A Gregory le gustaba leer novelas prohibidas, no sé si sabes a lo que me refiero, tenía una gran colección. Lo primero que hizo fue obligarme a leer aquellas aberraciones que exaltaban sus ánimos. Pero por desgracia también le gustaba recrear las escenas que leía en ellas. Al principio eran pequeños detalles, pero no tardó en terminar por hacerme daño. - Suspiró largamente.

- Se lo conté a Wesley. No me importaba estar casada con un hombre que podía ser mi padre, pero no estaba dispuesta a que me humillase cada noche. Tenía miedo, no sabía hasta dónde podría llegar... Wesley me ayudó a... - Sacudió la cabeza. - Bueno, a estas alturas no tiene sentido ocultarlo, me ayudó a librarme de él. - Rodó los ojos ante el eufemismo y volvió a mirar a su acompañante, con una sonrisa un tanto forzada. - Que sepas que si cuentas esto ante un tribunal lo negaré absolutamente y te acusaré de enajenación mental. - Bromeó, señalándolo con el dedo índice, intentando quitarle algo de tensión al asunto. 

- Tardé un tiempo en reponerme de aquello, pero puedo decir que lo había conseguido. Soy fuerte. Pero en parte por eso esta invitación era tan maravillosa, unas vacaciones en un lugar diferente, conocer gente nueva, dejar el luto atrás... Iba a ser un punto de inflexión, de renovación. - Se encogió de hombros. - Pero me he encontrado en esta isla con todos mis fantasmas. - Sonrió. - Aunque no todo ha sido malo. Y cuando salgamos de aquí tendremos una maravillosa aventura que contar, habremos vivido un verdadero misterio, como los de las novelas. - Su sonrisa se volvió juguetona y el brillo de su mirada volvió a aparecer. -  Y te he conocido a ti.

- Aparte de todo esto... Mi color favorito es el naranja. Me gustan las novelas de misterio, pero adoro a Oscar Wilde. Y mi comida preferida es el pudding de cerezas. - Con una risa suave estiró la mano para entrelazarla con la del señor Cavanough. 

- Supongo que es por esta sensación de estar en peligro. De que mañana podría no levantarme. Pero no le había contado todo esto nunca a nadie, salvo a Wesley. - Lo miró directamente a los ojos. - Sienta bien soltar todo el lastre, ¿no? Al menos si me matan esta noche, no me habré ido sin liberarme. - Hizo una pausa y relajó la tensión de su espalda antes de añadir algo más, cambiando de tema por completo. 

- Tengo algo que preguntarte, Gustave. Supongo que después de contarte todo esto sabrás que no te culparía por ello, al fin y al cabo estamos en una situación de vida o muerte. Y por supuesto que no se lo contaría a ninguno de los otros. Pero...  - Lo miró con cierta curiosidad y dudó tan sólo un instante antes de continuar decidida. - ¿Mataste tú al señor Crowden después de que te amenazase? 

 

Notas de juego

Perdón por el tocho, me lié a escribir y creo que se me fue de las manos XD. Además nos quedaba poco tiempo, así que adelanté un poco, si hice demasiadas cosas y querías intervenir antes, avísame y recorto lo que sea necesario :).

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01/03/2015, 11:17
Sir Gustave Cavanough

Gustave permanece en silencio durante toda la historia de la mujer. Ciertamente no se había equivocado con ella: había conseguido resistir los avatares de un destino cruel y recomponerse.

Esa mujer era tan fuerte como él se había imaginado. E incluso ahora que conocía la historia de su casamiento, encajaban mejor las piezas. Tal y como le había dicho antes, en este mísero mundo hubiera sido un milagro que una mujer así no acabase casada con alguien que no la merecía.

Había devorado su historia como la lectura de un libro, pero su pregunta directa le trajo de vuelta al presente. Él habia omitido el crimen cometido en su historia, ella no. También en eso ella le aventajaba. Se lo debía. Respiro profundamente, dejo de mirarla a los ojos, avergonzado y contestó en un susurro apenas audible.

Si cualquier otro me hubiese hecho esa misma pregunta, le habría respondido indignado. Pero viniendo de ti... No me enorgullezco de ello. Si llego a pensar por un instante que su única capacidad de amenaza era su lengua y la difamación, jamás hubiera actuado, pero la grabación me había puesto de los nervios, no podía mirarle sin sentir el odio amargo de un asesino respondiendo a mi mirada. Actué creyendo que estaba en juego mi vida. Como te dije durante mi historia, estudié medicina. Siempre viajo con un maletín de curas. El veneno, en fin, en pequeñas dosis es un medicamento frecuente... Respondiendo a tu pregunta: Sí. Fui yo. Pensé estar en peligro y actué. Desde entonces el remordimiento me hace dar pistas inconscientes sobre mi crimen. Es mi conciencia la que me acusa desde mi interior. Para una mente rápida como la tuya, no ha sido ningún misterio enlazar los cabos.

Y así el sueño se esfumó, tan rápido como había llegado. Este crimen no tiene justificación, ella me dará la espalda asustada y del recuerdo de este amor sólo me quedará un cosquilleo en la mejilla, donde este ángel posó sus labios.

Hago una pausa y prosigo.

No sólo era inocente. Sino que, esto te sonará extraño, pero, de alguna forma... por algún motivo, el odio nos unía hasta el punto en que ahora yo siento que tengo ahora sus capacidades y las mías propias...

Por fin acabo casi sin voz.

Entiendo que este es el fin de lo que nos ha unido... No soy un hombre peligroso, pero sí uno capaz de matar por defender lo suyo... o a los suyos. Eso es lo que soy

Añado con intención de recuperar su confianza

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01/03/2015, 13:36
Sir Gustave Cavanough

Notas de juego

No te preocupes por los tochopost, que los míos son inmensos xD.

Hablamos todos como si no hubiera mañana xD.

Además he tenido que reescribirlo varias veces XDDD.

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01/03/2015, 15:11
Penny Barrow

Penny asintió comprensiva a la confesión del señor Cavanough y apretó su mano con suavidad mientras sacudía la cabeza.

- Oh, Gustave, tu confirmación no es el fin de nada. Te acabo de decir que no te culparía. Llevo pensando en esa posibilidad desde esta mañana y bueno... Aquí estoy, ¿no? - Suspiró quedamente. - En esta isla todos tenemos nuestros pecados. No tengo intención de hacerme la digna y considerar que los tuyos son peores que los míos. Tuviste miedo y te defendiste antes de que te atacasen. Creo que yo habría hecho lo mismo si pudiera. Y además... Apestas a arrepentimiento. - Terminó bromeando, con una pequeña sonrisa de ánimo. - Con saber que no estás participando de este juego morboso y macabro y que simplemente te has visto envuelto en las circunstancias, es suficiente para mí.

- He leído suficientes novelas de misterio como para saber que cuando uno se apresura a justificarse aún sin necesidad... Bueno, tiene muchas papeletas para ser el culpable. Además, los asesinos tienden a explicar la escena del crimen, tal vez en un intento por parecer inocentes. - Buscó los ojos del caballero con los suyos y se encogió de hombros. - No tienes que preocuparte por mí. - Aseguró. - No les diré nada. 

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01/03/2015, 18:04
Sir Gustave Cavanough

Me siento tremendamente agradecido de que la mujer sea tan comprensiva, y eso se refleja claramente en la sonrisa que poco a poco se dibuja en mi rostro.

Habiendo recibido el perdón de Penny, nada me hace dudar de que el perdón divino también me ha sido concedido. Entre risas me levanto y sujetando a la chica con un brazo por detrás de las rodillas y con el otro detrás del cuello la levanto en vilo cogiéndole por sorpresa y no permitiéndole reaccionar.

Con ella colgada de mi cuello, empiezo a girar sobre mi mismo haciéndola girar a ella de pura alegría.

El movimiento repentino pilla a la mujer por sorpresa, ya que Sir Cavanough siempre se había comportado de manera comedida, sin embargo, pese a la sorpresa inicial, en seguida queda claro que solo está manifestando su felicidad.

¡Desde luego que soy un hombre afortunado! ¡Me parece impensable haber coincidido con una mujer así! - Digo entre risas.

Después de dar un par de vueltas con ella en brazos me detengo y me inclino ofreciéndole de nuevo el suelo firme bajo sus pies.

Tienes mi palabra de caballero de que nada tengo que ver con este juego macabro. Soy tan peon como cualquiera de los presentes - Le digo con una sonrisa después del estallido triunfal.

En cuanto a mi preocupación... Para nada me preocupa lo que puedas decir. Poco me importa lo que las personas del interior de esa casa puedan juzgar sobre mi. Mi único temor era respecto a la opinión de la hermosa mujer que tengo frente a mi.

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02/03/2015, 00:30
'Director

Tras el emocionante encuentro, decidís regresar a la casa, pues el cansancio y la fría brisa comienzan a hacer mella.

Notas de juego

Se acabó la reunión.

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05/03/2015, 01:18
'Director

Llegas al embarcadero en esta nueva noche. EL mar parece más en calma que cuando rescataron el cuerpo de Frederick. Estando allí, revives tanto el rescate de su cuerpo como lo vivido junto a Prudence y la satisfacción de acabar con esa alimaña.

Después de todo, el trabajo no estaba tan mal.

No hay nadie aún.