Partida Rol por web

Normandía, día 189 de misión.

Después de estar bastante anonadados por las imágenes que habéis visto, todos os quedáis mirando la pantalla, decidiendo si actuar o no... pero nadie rompe el silencio, es todo demasiado extraño.

Esta vez os parece todo bastante tranquilo, tanto que ni siquiera os dais cuenta de que pase nada hasta que la cola del Alien atraviesa la espalda de Margaret.

Os dais todos la vuelta y lo veis ahí, ¿cómo ha podido llegar ahí sin que nadie lo vierais?

Antes de que podáis reaccionar, la puerta se abre y la mujer entra ahí con su lanzallamas.

-¡Apartaos! - Grito nada más entrar con el lanzallamas en las manos, y espero a que la gente se retire, de modo que disparo esa bocanada de fuego contra la criatura. El problema es que he tardado demasiado en disparar, y la criatura huye antes de que me de tiempo a acabar con él, eso sí, carbonizo la pantalla.

-Mierda...

Veo caer a Margaret sin que me impresione demasiado. Era la más débil del grupo en estos momentos, dado el shock en que se encontraba. Lo que me acobarda es la facilidad con que el alien ha aparecido entre nosotros sin que nos percatemos. Y entonces llega ella.

Cuando el alien huye, es hora de las presentaciones, sin perder mucho tiempo claro está.

- Hola, está claro que sabes lo que haces. ¿Quién eres y cómo podemos ayudarte a acabar con esas cosas?

Abro el depósito de mi lanzallamas para comprobar la carga.
- Soy la teniente Ripley, Ellen Ripley, oficial al cargo de la Nostromo por efecto de la cadena de mando. No voy a preguntar quienes son ni por qué están aquí, pero tenemos que acabar con ese hijo de puta antes de que se reproduzca más.

Ni siquiera veo venir al alien. Tan solo veo cadáver que deja atrás y entonces me aparto de aquella criatura como puedo para que la misteriosa mujer pueda matar al último ser que queda vivo en la nave, peor no lo consigue y escapa.

En mi intento por evitar al alien acabo en el suelo. Me incorporo, un poco afectado por la muerte de la mujer. Está claro que no estaba bien, la situación la había superado por mucho y no ha sido capaz de reaccionar... Pero tampoco se merecía aquel final.

Me giro a la reciñen llegada.-Y cómo lo hacemos? Hasta ahora las cosas no nos han ido muy bien... Éramos unos veinte y ahora...-Dejo las palabras en el aire. Si ha estado en la Nostromo me imagino que sabrá lo que ha pasado con los demás.

Aún impresionado por el devenir de los acontecimientos, el sacerdote se acercó a George, interponiéndose entre él y aquella extraña, tranquilizándose al ver que no parecía ser hostil con la tripulación de la Normandía. 

- Alabado sea el Señor- dijo, al saber quién era aquella mujer, quitándose de delante del muchacho- ¿Se encuentra usted bien? 

- Estaría mejor si esa cerda no se hubiese hecho con mi nave. - respondo al tipo que parece un sacerdote antes de girarme hacia el oriental.
- Yo pienso ir a buscar a ese hijo de puta - Respondo volviendo a colocar el depósito - Ustedes deciden como morir: de frente, peleando o de rodillas, suplicando - dicho esto compruebo que el lanzallamas está listo.

Cuando veo aparecer a la mujer, una chispa de esperanza aparece en mis ojos. Miro a Fran y luego a la mujer.

- ¿Vamos a salir de aquí?

Nuevamente todo sucedía con una rapidez que no daba mucho tiempo a reaccionar, pero tal como la mujer, estaba decidido a acabar con esas criaturas.

- Nos vamos de cacería entonces... solo debería de quedar uno de los alien. ¿Quién se apunta?

-Contad conmigo. Hasta ahora no he demostrado valentía cuando esa cosa estaba cerca... No he hecho más que quedarme rezagado y asustarme, pero creo que es mejor permanecer unidos.-Y bueno, siendo sincero, no quiero alejarme de aquella mujer que parece estar preparadísima para acabar con el alien.

-Yo también creo que debemos ir todos. George, mantente entre el cura y yo.

Me pongo al otro lado del peque y me preparo para seguir a la tal Ripley, mientras me pregunto si habrá sido Claude quien robó su nave.

- ¿Nos habrá abandonado Claude?- susurro a mis compañeros- No esperaba eso de ella...

Me encojo de hombros ante aquello. La verdad, a estas alturas, ya daba igual. Aunque quisiera intentar mantener el orden, no podría, así que lo mejor es acabar aquello rápidamente y volver a casa cuanto antes. 

-¿Quién dice que se hizo con su nave?

Me giro hacia el último en hablar.
- Una de esas putas, una reina que empezó a engendrar a más de ellos.

-¿Reina? Ésas cosas... ¿Tienen la capacidad de sacar más bichos sin más?-pregunto, sintiéndome de repente bastante más inseguro. Sólo habían salido tres, sí... Pero, ¿y si uno era una reina? ¿Y si no paraba de sacar más y más de estas cosas?

Asiento a la doctora.

- ¿Ves, Fran? La doctora es la mejor para ser capitana... - Susurro. - Aunque esta señora Ripley también parece muy competente... - Aunque parezco tranquilo, me aferro al sacerdote con fuerza. - Dios está con nosotros, ¿verdad? 

Al escuchar lo de la reina, me acuerdo de lo que decían en clase sobre las abejas.

- ¿Esa reina sigue por aquí? Apuesto a que es enorme, ¡a que sí!

- Grande, asquerosa y una fábrica de esos malnacidos. No sé cómo lo hace, pero la reina está en la Nostromo, espero que aquí no haya ninguna o tendremos que destruir la nave.

Sonrío al oir el comentario del enano. Si al final me va a enternecer y todo, juas. Lo que no me gusta nada es enterarme de la existencia de un alien reina. Mierda.

- Movámonos pues. Los lanzallamas, lo mejor sería que fuesen uno en cabeza y otro cerrando el grupo. Espero que al tuyo le quede carga todavía Nikolai. Tú eras de mantenimiento: ¿algún espacio enorme que se te ocurra para una ponedora de huevos? Tendremos que asegurarnos de no tener una de esas aquí.

- Por cierto, Ripley. Rescatamos a William de la Nostromo. ¿Qué puedes contarnos de él? Estaba amnésico y aunque recordó algunas cosas, me gustaría saber algo más.

- ¿William? Era nuestro piloto, fue uno de los que bajó al planetoide y subió con uno de esos hijos de puta a bordo. No dejó que se lo quitásemos.

Dicho eso, salgo de la sala para ir a cazar.

Me sorprende enterarme de lo que ha dicho.

- ¿Will era malo? ¿Will quería llenar la Tierra de esos bichos? - Miro a Ripley, pálido, luego a la doctora Alonso y finalmente a Fran. - Yo... yo confiaba en él.

Me agarro a Fran y miro a María. Tengo que quedarme entre ellos, así que me coloco correctamente y miro cómo Ripley se va.

- ¿Vamos?