Partida Rol por web

HLdCN - Amalgama Planar

Final - Un Perfecto Kaos

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14/05/2013, 21:00
Zyba

El tiempo vuelve a tomar su curso, mientras los pedazos caídos forman nuevas siluetas... Y todo puede continuar nuevamente.

Las miradas se cruzan, la cara superioridad numérica de los seguidores de Zyba no merma en absoluto la fortaleza de los seguidores de Cell, quienes empeñan en luchar más allá de su muerte inclusive, conocedores de lo que el Kaos esconde en sí.

Los primeros esfuerzos se centran en tumbar a Arya, quien ha sido considerada el pilar principal. No obstante todos los ataques en su contra fallan una y otra vez... Incluso siendo una simple llama, Delos protege a quien prometió frente a cualquier ataque que pudiese recibir.

Ferriel es quien dirige los ataques de los seguidores de Cell, centrándolos entonces en terminar con The Shadow, y tras herirla de muerte, It'bure grita, se enfada, los elementos responden a su ira... Y la condena recae sobre Sneav. Nuraus y Sheph se miran, una decisión clara debe de ser tomada. Su mirada se dirige hacia las sombras que The Shadow representan.

La batalla continúa, los siervos de Cell deciden renunciar a todo su poder para cedérselo a Ferriel, quien se llama a sí mismo la Espada de Cell, cuando el poder está en sus manos, las mira. Mira a Ehalli y ella sonríe, con sus ojos brillando como si se tratase de algo realmente deseado, codiciado.

Neheri comienza a avanzar a un ritmo tranquilo y confiado hacia Ferriel, Nuraus corre a impedirlo, ahora mismo Ferriel está cargado en poder, pero es Sheph quien apoya su mano en el hombro de Nuraus y niega con la cabeza, éste se muerde el labio, intranquilo de ver a su amada elfa caminar hacia el poderoso Ferriel.

Arrepiéntete, camina del lado de la Luz y de la Vida. Detesto al Dragón del Kaos, pero es necesario.

Entonces... Ferriel lo comprende, comprende su error, siendo el último de los seguidores de Cell que aún mantiene poder no le cuesta demasiado terminar con los que antaño fueron sus compañeros. Ehalli, a su lado, asiente, comprendiendo la decisión final de su amado.

Entonces un latido.

El entorno cambia por completo, aquel lugar donde en su día el Guardián fué restaurado, ahora una silueta se alzaba.

Sin que prácticamente nadie la reconozca físicamente, su risa demencial le delata: Rakedus, más humano que nunca, más loco que nunca... Extiende sus manos para tomar la Amalgama.

Una nube de zarcillos de sombras os apresan antes de siquiera moveros, su fuerza es abismal, estos cercenan vuestra vitalidad y la reconducen hacia vuestro enemigo... ¿En qué maldito momento Rakedus había vuelto a la vida?

Y una risa... Desquiciada de puro placer.

Tus armas son las mías.

La voz resuena desde Sheph, su túnica se desquebraja mientras los tentáculos le liberan, su rostro es idéntico al de Rakedus y una lucha comienza entre ambos, usando poderes símiles, aunque uno usa más magias oscuras y siniestras para un duelo mágico directo mientras el otro lo usa como apoyo para blandir su enorme espadón. Los aceros chocan, las chispas saltan, no tardáis demasiado en no saber quién es quién.

Uno de ellos atraviesa el bazo del otro, mientras éste exuda un icor por la boca... Y deja escapar su último aliento. El poder vuelve a los héroes... pero el poder del derrotado es transmitido hacia el vencedor.

Con total serenidad se gira hacia todos los demás. Isar'i decide que no debe de ser así y se abalanza contra él, resultando una muerte prácticamente instantánea e indolora. El vencedor mira sus manos, sonriente de tal poder. It'bure intenta hacerle frente con sus hechizos, pero resultan en vano. Y entonces se escucha un rugido.

The Shadow ha vuelto a la vida, y abre sus fauces, capaces de derrotar al vencedor, en un combinado ataque It'bure. Entonces él niega con la cabeza.

El juego ha terminado... Chicos. Soy Sheph.

Esas palabras son suficientes para detenerles a todos, que se miren confusos, y resulta Rienott quien asiente, confirmando a todos que se trata de él, quien se ha hecho con el poder que antaño ostentase Rakedus. Camina hacia Rienott, única independiente viva, mientras las llamas que protegen a la mujer se desvanecen en la nada.

Tus aguas han cambiado. Me dijiste que decidiese... Pero no has jugado. No... Te has convertido en todo lo que odias. En todo lo que odio.

Escupe en el rostro del hombre, entonces el rostro de Sheph se enciende, siendo aún incapaz de controlarlo, decenas de tentáculos se abalanzan contra Rienott y la atraviesan.

Cuando recobra el conocimiento, él toma el cuerpo... Y llora. Y ríe. Ríe comenzando a enloquecer. Y las sombras lo engullen, alejándolo de cuanto existe, ocultándole a él su propia vergüenza.

Una nube de humo que se disipa mientras un Dragón se alza entre todos.

Todos le miran, comprendiendo que es Zyba, una forma un poco más cercana a lo que se espera de un Dragón del Kaos.

Entonces todo comienza a quebrarse lentamente, salvo los supervivientes, amparados por el poder de su patrón... Y una explosión.

La maravilla de la Creación puede ser observada por todos: las estrellas se desplazan hacia su lugar, los planetas buscan por donde danzar, el agua habita donde se hace hueco... Aún faltan eones para que esté perfecto, pero será como debe de ser: una nueva realidad.

Mei Tseng, que ha permanecido oculta y en un discreto segundo plano, tiembla ante la maravilla que se puede apreciar, algo que sólo los dioses más antiguos pueden ver: el nacimiento del universo.

Cuando los supervivientes se giran para mirarla, ella se encoge sobre sí misma, sabiéndose prácticamente condenada. Y entonces, una silueta.

La silueta os mira, y en ese momento los planetas ensombrecen.

Me habéis llamado Darya, tomé la forma oscura de una antigua luchadora, antes del nacimiento de la Amalgama, tomé su nombre y le añadí una parte de Oscuridad, pues eso es lo que soy en verdad: la Oscuridad de la Amalgama, todos los sentimientos de rencor, odio,  y maldad en su más puro estado. Pero también soy alguien de palabra...

Dicho esto, se gira hacia Mei Tseng y le alza la tez para que le mire a los ojos.

Te uniste a mí a la fuerza, y me has defendido a pesar de todos los bastardos desertores. Tenías el corazón de un Dragón y renunciaste a él para seguir a mi lado. Ahora, en esta realidad, existirán las criaturas que conoces como Arpías, y todas ellas seguirán la lealtad entre ellas, inspirada por su diosa. Tú, Mei Tseng, Viento Negro, serás su Diosa. Ahora, ven conmigo.

Y la oscuridad las engulle a ambas, con unas últimas palabras de ella.

Gracias por defender la Amalgama... Aunque hubiese preferido destruiros también.

Los que aún viven se miran, miran a Zyba en busca de alguna respuesta, y él se limita a asentir con la cabeza, consintiendo el resultado. Ahora que os encontráis a salvo, su cuerpo comienza a menguar, volviéndose el ya conocido rostro humano.

Antes de hacer nada, M toma a It'bure de la mano, le besa la frente... Y ambos se desvanecen.

The Shadow mira a Zyba, inclina su cabeza con respeto y se aparta a un segundo plano.

Ehalli y Ferriel se toman las manos con fuerzas, y Neheri interviene extendiendo los brazos delante de ambos... Nuraus se pone del lado de Neheri, aunque su rostro indica un profundo rencor que nadie podría discernir, y una lágrima silenciosa por haber perdido a la única persona que podría llamar amiga. Sólo entonces una mano en su hombro.

Tranquilo, mi fiel contramaestre... Siempre estaré a tu lado.

Rienott vive, en su cabeza un sombrero de pirata, su chaqueta llena de agujeros... ¿Qué clase de brujería habría usado para evadir de tal modo la muerte? Ella sonríe y mira a Zyba, abriendo un bombón y comiéndoselo. Las dos llamas que devolvió a la vida brillan a su lado.

Entonces Zyba habla.

Esta creación es parte de vosotros... Podéis formar parte de ella, o marcharos por donde deseéis.

Entonces extiende su mano y en ésta, aparece un pequeño huevo que se quiebra. Zyba se inclina hacia Naysha.

Llévatelo bien lejos. Corre.

Antes de que nadie responda, Naysha desaparece, mezcla de pavor y de obediencia absoluta.

Ahora, ya tienes lo que deseabas, Arya, es mi turno de tomar lo que deseo.

Ella retrocede, presa del miedo, mientras él se dirige hacia ella con calma, ella poco a poco deja de retrocer, sabiéndolo inevitable. Él la besa.

N-no... Nunca... Ningún hombre... ¡No podrás c...!

Sin terminar la frase, ella asiente. Todos le miran.

Es mi turno de marcharme. Volveré a mi prisión... Agradecería que no me la rompiéseis de nuevo. No sé si podré volver a encerrarme. El pequeño dragón que Naysha se ha llevado será la simiente del Kaos, y su misión será reestablecer todo lo que la simiente de la Destrucción ha provocado... Y antes de que lo digas, Ferriel, no me encargaré de la simiente del Orden... De eso se encarga bien él sólo. Y esto...

En sus manos un nuevo huevo que comienza a abrirse.

En esta Amalgama han nacido dos. Éste Dragón, hijo de todos los que habéis participado, será mi nuevo Guardián, sustituirá al Dragón de las Estrellas que destruísteis en la batalla del Caos.

Y así Zyba se desvanece junto con Arya, el rugido de un nuevo Guardián, y una despedida... ¿Para siempre?

Neheri, diosa de la Luz, se marcharía con Nuraus, el Oso Negro, ambos ascenderían al panteón del Nuevo Mundo, pues además, el Oso Negro era una deidad de la Inmortalidad, y todos los dioses de la Luz deberían de recibir la aprobación de la pareja.

Rienott acompañaría a Nuraus en sus aventuras, siendo una heroína recordada por siempre, capaz de ir mano a mano con un dios, pero jamás aceptó el cargo por mucho que se lo ofrecieron varias veces, en su lugar, prefirió vivir un sinfín de aventuras en busca de lo más temido de las profundidades.

Mei Tseng sería alzada como la diosa de las Arpías, diosa de la Lealtad, admitida incluso por los seguidores de la Luz, pues su lealtad rivalizaba con la del propio Oso Negro.

Nadie sabe qué sería de The Shadow, conocedor del miedo y de la esperanza a partes iguales... Defensor del Kaos, pero dicen los rumores que dormiría hasta que el mundo volviese a necesitarle.

Sheph se alzaría años después contra el Dragón de la Destrucción, buscando su propio fin por la tración hacia la única persona que había amado... Y esa misma destrucción le permitió alzarse como el nuevo Dragón de la Destrucción... O quizá siempre fuese él, aún sin saberlo.

Delos y Lianne, ahora almas conectadas a la naturaleza, recibirían su libertad completa por parte de Rienott y, dejando el pasado atrás, ambos decidirían unirse a la naturaleza del nuevo mundo, convirtiéndose así en dos fuerzas elementales enormes, fuego ella y agua él, siendo complementarios y opuestos a la vez, para mantener el equilibrio en el lugar.

Arya quedaría encerrada para siempre en la Jaula entre Todo y Nada, en mitad del Vacío, con Zyba, el Dragón del Kaos, sin poder escapar del dueño de su Deseo, concibiendo nuevos mundos, Lilith, quien se decía libre eternamente, había caído presa de sí misma durante toda la eternidad.

Ferriel y Ehalli quedaron sólos, mirándose... No habían conseguido ninguna energía adicional, pero al menos estaban vivos, se tenían el uno al otro. Fundidos en un abrazo, él limpia unas lágrimas de impotencia por parte de ella. Entonces él le besa, le sonríe. Unas alas surgen en su espalda. Entonces él lo comprende: la energía del Bien y del Destino fluían por sus venas, incluso antes de ser Ferriel. Sin comprenderlo mucho, encontraron una fuente de energía alternativa... Eterna, debía de ser. Y ambos se marcharon a cumplir su Objetivo.

Y sobre It'bure, se marcharía con su hermano al futuro, habiendo aprendido mucho en esta época, se convertiría en una pieza clave para salvar su tiempo junto a su hermano, siendo ahora mucho más fuertes que cuando todo comenzó... Y sobre todo, mucho más sabios. Lo que nadie sabría nunca es que, en secreto, ella siempre le amaría a él.

Un nuevo mundo. Unos nuevos destinos. Un nuevo comienzo...

El Kaos se había alzado de nuevo.

Y sus consecuencias sólo podían ser... Perfectas.

Pero ahí estaba la Gran Pregunta... ¿Qué es Perfecto?