Partida Rol por web

Love Paradise (S01-Ep.02): Show de Talento

^{_{[Segundo Día, Segundo Reto]}}

En el episodio anterior...

[Se ven las imágenes según las relata una voz en off.]

Empiezan los retos en la Isla Paradise. Los participantes tienen que elegir a tres de sus compañeros para darles un beso, un anillo, o un tartazo.

[Se ven los distintos momentos en que se van entregando anillos y besos, enfocando especialmente los besos de Johnny y Thomas, y de Kiki y Stephanie. Se ve como Liza y Paul se dan anillos recíprocamente, a Erick de rodillas frente a Diana, y a Tara dándole un anillo a William. Luego pasan a la serie de tartazos, destacando el tartazo sorpresa de Ulrich contra Donald, y acaba en el tartazo final de William a Kiki con el gritito de esta última.]

Llega la hora de la primera votación. Por mayoría de votos, William es el elegido para dejar la isla...

Inicia el segundo día. Con mayor o menor humor, los participantes se reúnen para desayunar y descubrir que sólo hay diez de ellos en la mesa. Donald no aparece por ninguna parte.

Al poco se les acerca Laura con su sonrisa de siempre.

-Antes de comenzar, tengo que hacer un par de anuncios importantes. Primero, anoche se encontraron un teléfono móvil con llamadas realizadas el día de ayer dentro del equipaje de Donald Walsh, incumpliendo las normas del Contrato, por lo que queda descalificado de la competencia.- Deja unos segundos de silencio para que pasen las murmuraciones, luego continúa. -Segundo, para animar la sana competencia entre los participantes, la producción ha implementado premios secretos para cada día. Aquel que reciba menos votos el dia anterior se lleva el premio del día. En esta oportunidad, los participantes que no recibieron votos fueron Diana, Erick, Johnny, Stephanie, Thomas, y Ulrich. Se eligió uno de los nombres al azar y el ganador es: ¡Erick!-

Da unos aplausos mirando al rubio. -Erick, por el día de hoy, tu voto vale por dos. Pero tienes que anunciar de forma pública a quien votarás antes de hacerlo.- Termina de explicar, y vuelve a dirigirse al resto de los presentes. -Las votaciones de hoy quedan oficialmente abiertas. Recuerden votar en el transcurso del día. Al atardecer daremos los resultados, y sabremos quien no continuará participando por encontrar el amor y llevarse a casa los $10.000.-

Otro momento de silencio. -Bien, seguimos entonces. El segundo reto es: Show de Talento. Tienen dos horas para preparar una presentación de sus habilidades artísticas, sean tan creativos como quieran. Si necesitan utilería de cualquier tipo pueden pedirla al equipo de producción en ese tiempo. ¡Nos vemos en dos horas junto a la piscina!-

***

Dos horas más tarde, se puede ver un pequeño escenario improvisado y diez sillas ubicadas a modo de público enfrente. Laura espera de pie a los participantes. -No puedo esperar a ver que han preparado. ¿Empezamos?-

Kiki se levantó esa mañana un poco así como de bajoncillo. Veía con cierto reparo que su ímpetu y descarada honestidad se veía con cierta suspicacia, miedo, y desagrado. Le estaba dando un poquito de agobio. No desayunó nada, no le entraba nada en el cuerpo, sentía dolor en las tetas e hinchazón en el estómago. Vaya, lo que me faltaba es que me baje la regla. 

Cuando Laura empezó a hablar y pronunció el nombre de Donald y su descalificación. Pues me parece normal, ese tipo era un Yoyo, yoyo para acá, yoyo para allá. Buah, tampoco le interesaba lo más mínimo ese niñito de papá así que ni se preocupó. En esos momentos estaba más preocupada por que la gordibueni le hubiera confesado anoche que ella le había dejado claro que no le interesaba. Porque eso no era así, cari. Pero bueno, ella intentó dejárselo claro y continuar el día como pudiera. Aunque las palabras de Laura sobre la prueba la descolocaron un poco al principio porque ella ese día no tenía ganitas de nada, sonrió decidida y dio unos pasos hacia la presentadora -Laurita cari, muamua oye, sí mira... dile a los chicos fuertes ñam de producción que me pongan una barra de pole. Dile que la agarren bien, eh? no vaya a ser que se me aflojen los tornillos y me de una ostia, que bastante jijijaja ya hay conmigo como para darme encima un carajazo, ¿Vale chiqui? Loviuuuu... 

Y se sentó a esperar ver el talento que había en la isla. Ella era una auténtica enamorada del arte. Por eso le gustó el comentario que hizo Ulrich la primera noche que lo vio aparecer por el bar. También le gustaba mucho el talento de Stephanie porque se había leído nosecuantitas veces "Balas, besos y un JabberWocky". También le molaba Thomas, porque le ponía su bigote y su varonil figura. Ella estaba en esa isla para buscar amor y no sexo o dinero. El sexo para ella era lo más fácil, nada más llegar Donald ya le había propuesto irse a un lugar apartado y lo rechazó elegantemente, bueno elegantemente, y anoche Paul también se le puso tigretón. Si que es verdad que ese chico tenía talento para el dibujo ¿Dibujará algo? pero no se la iba a ganar a través de un calentón. A lo mejor me enamoro de algún talentito culto... a ver esos chiquis.

Y amanecía otro día en isla paraíso, un día que iba a ser trepidante y que acabaría con la expulsión de otra persona de aquel lugar soñado. Todo sería perfecto y maravilloso si su profecía no se hubiera cumplido a rajatabla. Algo había ocurrido en la isla, algo malvado y maligno, algo que debía haber venido de alguien que la odiaba. Se miró al espejo sin querer creérselo y se puso agua un par de veces para despertarse de esa pesadilla, pero no, todo era real, no había ni medio cambio en tal malignidad y no tenía herramientas para luchar contra el destino y el mal de ojo.

- ¡Joder!, ¡Joder!, ¡Joder!. Ya sabía yo que algo horrible iba a pasar, lo sentía hasta en los dedos del pie. Parezco un puto narval, ni siquiera un unicornio gracioso, no, un puto narval - dijo Diana mientras el espejo le devolvía un reflejo del que resaltaba un enorme grano rojo en medio de  la frente, sin pus, pero aun así visible. - Mal de ojo, seguro que todo esto es obra de alguien malvado con acceso a las artes oscuras. Un narval, tengo que salir fuera a las cámaras como un narval. Necesito ayuda, ¿quien puede tener maquillaje para tapar esto?. Tranquila, si casi no se ve, y el agua del mar lo cura todo. Me pondré el pelo un poquito así, en plan emo, para que me tape la cara y ya está. Sí, y me pondré una tirita, así puedo decir que me he dado un golpe con la mesita de noche. ¡Que gran idea!

Salió donde estaban todos y saludó con la misma alegría y desparpajo de siempre. Hello, hello, que la madre tierra te dé un día precioso, larga vida y prosperidad y entonces la presentadora del aura negra con pintitas rosa chicle les dijo que Donald había sido descalificado por tramposo. Diana miró de reojo a Liza, que parecía haberle cogido cariño al pimpollo y le dijo

- ¿Estás bien cariño?. No te preocupes, estoy seguro que te está esperando a la salida y si quieres me puedo tomar una cerveza esta noche y le mando un besito de tu parte con mi forma astral, pero no te pongas triste, por favor, que yo es que veo a una persona triste y me deprimo por solidaridad. - Le dio un corto abrazo y prestó atención a lo del sorteo. ¡Le había tocado algo!, ¡sí!, ¡que emoción!, pero resultó que la fuerza le resultó esquiva y el afortunado fue su galante caballero, Erick. Aplaudió entusiasmada y dijo - El poder te sienta bien caballero mío, te hace más sexy de lo normal, ten cuidado que hoy te van a salir amigos de debajo de las piedras.

Entonces vino lo del show de talentos, y ella no tenía muchos talentos. Vale sí, podía jugar a strip poker con soltura, sabía tirar las cartas del tarot y bueno, sabía partir nueces con el trasero, eso también, pero algo así, enseñable, no tenía. No era buena cantando, bailar, bueno, regular, y no podía ir a la barra de stripper como Kiki, así que tendría que tirar de lo que había aprendido en el instituto, cuando hacía de animadora de los Toros de Wichita. Sonrió y le dijo a Laura

- Yo necesitaré un par de mazas, o trozos de madera, artefactos pirotécnicos, y en su defecto trapos y alcohol, y creo que con eso ya estará. No es que tenga muchos talentos.

Ya estaba, pero necesitaba alguien que le pudiera ayudar con su Everest particular. Alguien que entendiera de belleza, de cautivar hombres y de ocultar los días como aquellos que se tenían a final de mes y donde las hormonas te jugaban malas pasadas. Tara hubiera podido ser la adecuada, que seguro que estaba acostumbrada a hacer magia con los potingues, pero no tenía la confianza todavía y Liza, bueno, la pobre bastante tenía con que su novio fuera un tramposo así que se dirigió hacia Kiki y le dijo

- Kiki, queen, necesito de una intervención milagrosa y solo tu me puedes ayudar. Es que me he dado un golpe con la mesita de noche y me preguntaba si tenías algo de maquillaje para tapar esto. ¿Tienes?.

Soy un narval, soy un puto narval...

Otro día había llegado a la isla, Erick se levantó, se arregló y se reunió con los otros, Buenos días fue el saludo que el rubio dió, luego Laura les da la noticia de que descalificaron a Donald y antes de que terminara de asimilar lo sucedido, la hermosa presentadora menso que producción decidió poner premios sorpresa y que el había ganado que su votó fuera doble,  las palabras de la rubia florista hicieron que se sonrojara un poco y dijo Gracias Diana, tienes razón tendré cuidado 

Cuando mencionaron que la prueba del día sería de talento Erick no sabía que podría presentar, canto no la última vez que lo hizo su voz aún no había cambiado, una sonrisa brillante no esto no es un comercial de pasta de dientes, suspiro creo que lo único que me queda es cocinar, se acercó a Laura y le dijo Disculpa yo necesitaré una plancha, unos ingredientes, unas espátulas, unos cuchillos y un tazón

Comenzaba el segundo día con los comentarios de Laura, los cuáles impactaron a Tara, pues uno de los concursantes del programa estaba haciendo trampas, escondiendo un teléfono móvil con el que podía tener contacto con el exterior.

- ¡Qué fuerte me parece!... - expresó la oronda mujer, sorprendida por la noticia y lamentando que habría un chico menos al que conocer -...¡Premios secretos que genial... - uno de los que no recibió votos salió elegido por azar, consistiendo su premio en poder tener un voto que valiera por dos y para un programa de esa categoría, era un poder considerable. Estaba claro que todo el mundo adoraría a Erick a lo largo de la jornada.

La prueba siguiente era un show de talentos, así que Harpers no tuvo la menor duda de lo que iba a pedir a la producción para desarrollar ante todos sus capacidades.

- Necesitaría 75 perritos calientes... - pidió la mujer con la mejor de sus sonrisas -... y un litro de agua... - Tara era firme seguidora de los concursos de engullir comida, el record guiness de comer perritos calientes lo tenía Joey "Jaws" Chestnut que engulló 70 perritos en 10 minutos y ella quería llegar a superarle, su entrenamiento diario en ingesta la hacían el perfil adecuado para poder conseguir sus objetivos, así que la mujer espero a que le trajeran el material mientras observaba a sus compañeros.

Diana había pedido artefactos pirotécnicos, ¿Acaso pensaba prenderle fuego a la isla?... Le habría preguntado al respecto si no fuera porque la vidente tenía en la frente una marca más que notable, pidiéndole ayuda a Kiki para ayudarle a maquillarse -... Uys, si quieres mi consejo, debemos usar una base más clara para que no parezcas un....¿unicornio?... Si queréis os ayudo... - se ofreció la monumental mujer -... A no ser que prefiráis apañárosla solas.... - intentaba ser amable, a Tara no le iba crear malos rollos con nadie, tendiendo la mano acorde a sus capacidades.

Erick por su parte parecía que iba a elaborar una receta de cocina, y es que habían hombres que sabían ser atractivos por sí mismos, después de los perritos, intentaría probar la especialidad del chef.

Liza amaneció fresca y tranquila, y salió a la luz del sol de la isla con una sonrisa serena, había dormido bien. Sola, por si alguien se lo preguntaba, pero bien. La noche había acabado con una postal romántica para ella, y le había gustado, además de que había abierto puertas a su imaginación. No había acabado en revolcón, no era una mujer que se dejara llevar por sus deseos, aunque los tuviera. Prefería esperar, y hacer las cosas poco a poco.

Y todo fue bien, hasta que llegó a la zona del desayuno. Le buscó con la mirada, pero no estaba allí. ¿Se habría dormido? o... frunció el ceño, un punto pensativa... ¿quizá habría buscado en otra parte lo que no había obtenido con ella?

Hasta que supo la verdad. ¡Descalificado! ¡Un móvil con llamadas al exterior! ¿¿En serio?? 

Apretó los labios. Lo cierto, y malo, es que cuadraba con el tipo de persona egocéntrica que Donald parecía, pero ¡ella le había dado una oportunidad, y el muchacho no la había decepcionado! Era incomprensible...

Así estaba, entre triste y enfadada cuando Diana la abrazó.

-¿Qué...? ¿...a la salida?

La rubia estaba diciendo algo de una cerveza, de una forma astral, de que no se pusiera triste... ¿solidaridad?

La miró de hito en hito, y sin rabia pero con firmeza se soltó de su abrazo. Se fue, se dirigió a una punta del lugar y se sentó, sola. Así se estuvo unos buenos diez minutos, digiriendo, procesando. Después se repuso, se levantó y se fue a hablar con Laura.

-Yo necesitaré cubos de Rubik. Uno para cada uno de nosotros, por favor.

Dormí como un lirón, profundamente, sin sueños a recordar y rememorar durante el día, ni pesadillas que olvidar y enterrar en una profunda cueva. Ni siquiera me acordé de los nefastos presagios de la dulce y singular Diana. Ni me disuadieron de un tibio sueño las dos féminas que rechazaron bailar conmigo. A fin de cuentas, no entraba en el guión que lo hiciesen, ni era yo hombre de exigencias frívolas.

Aunque visto lo visto, las opciones de encontrar el amor se desvanecían ya en este segundo día. Stephie debía verme como su nieto; para Kiki era un pasatiempo entre el crucigrama y la sopa de letras; Diana la vidente tenía un millar de pretendientes; Liza se fugó con Donald. Y Tara me daba la impresión que su único amor era la comida por mucho que ella suspirase por un buen trozo de carne de los participantes, mejor le sentaría un bistec de ternera.

Así iban mal las cosas. Que el terreno varonil era mundo inexplorado y así debía permanecer. Bueno. Me encaminé hacia la sala común pensando que lo mismo debería probar suerte con alguien del staff. Pero eso significaría expulsión directa. Y hablando de patadas en el trasero, resultó que a Donald lo pillaron con maldades y lo enviaron a su casita. Sin pena ni gloria.  Dejando atrás a una desconsolada Liza. Confiaba en que no embarazada. ¿Fue ese el apocalipsis que anunciaba Diana La Zíngara? 

Otra prueba. Vaya, me dije, con las manos en los bolsillos. Y qué coño hago yo. Por lo pronto me hubiera gustado charlar con las féminas, sin embargo me daba un corte tremendo entablar conversación con cualquiera de ellas. El “éxito” del primer día se esfumó. Hum…sí, fue por mis dibujos, que no yo. Pues tendría que ponerme al lío con algo que se me diera bien.

Pillé un micro. Sonrisa de oreja a oreja y mirada tristemente entusiasmada–Hola, hola. Hola. Yo necesito vuestra colaboración. Soy dibujante y guionista, que cada uno diga una palabra, veré si puedo montar un micro relato con ellas, y haré un dibujo evocador. Y ya.

Salí del escenario y me fui a tomarme una cerveza, mi fiel enamorada que no me fallaba nunca.

Cuando Paul anuncio su prueba Kiki puso toda su atención, una sonrisilla picarona y lo aplaudió -¡Dale, artista! Te voy a decir la palabra… hummm… ah…humm… eh… “Mono”- Si hubiera sido por la noche le habría dicho Unicornio, porque Kiki era así, pero como estaba más bien tranqui prefirió una palabra juguetona con muchas connotaciones muy interesantes todas.

Y hablando de Unicornio. Kiki se estaba poniendo un conjunto deportivo y unos calentadores para prepararse de cara al Talent Show cuando Diana apareció en su puerta -Eh! Que me estoy cambiando… esta isla y sus camaritas por todos lados… ichh Diana, Cari ¿qué quieres? -Cuando se acercó a mirarla vio claro el motivo por el que estaba allí oyoyoyoy porfavorrr lo que tienes ahí en medio –Pero, cari, que he visto cosas más pequeñas bajando pantalones… A ver qué hacemos con eso. La vio de lejos mientras se anunciaba la prueba y se le escapó una o dos risillas pero no hizo ningún comentario al respecto. Pobrecilla.

Sacó base de maquillaje y una brochita y se puso manos a la obra toque, toque, toque… brochita en la mejilla, toque, toque, toque, brochita en la frente, toque, toque, toque… -Oye guapis ya que estamos en confianza… ¿Porque lo estamos? Que anoche me dejaste un poquito con la palabra en la boquita y te fuiste a dancing in the dark con el rubiales guapo… bueno, vamos al grano… ups… Que estuviste diciendo no se que del William, ¿Qué hablaste con él? Pero pienso yo… que suerte…porque no habló con nothing nothing en la isla y ahora resulta que fuera sí que habla… ¿O es qué lo conocías de antes y erais amiguis? Porque en ese caso… haberle ayudado a integrarse al mongolito –Toque, toque, toque, nada que no hay forma de tapar el cuerno…

-Y digo yo… que no soy curiosa… ¿Tú para qué querías que William se quedara en la isla, le veías posibilidades al muchacho…oichs de verdad es que tú tienes unos gustos… pero eso le pones un anillito, un besito, y el chiqui se viene arribita porque los demás entendimos que a nadie le interesaba. Bueno a Tara… pero Tara, ains me pone tierna pero la veo un poco From lost to the river… un día me dice que quiere jijijaja conmigo…otro día me dice que no hay jijijaja…no sé, quiero darle un poquito de love… pero no será hoy porque es que burrgh su prueba…ayaya yo eso no puedo verlo.

Un poquito de colorete para realzar esos pómulos y…-No sé, cari… estoy un poquito… flipin contigo, it´s true… porque te di el besito en la prueba, cuando me lo pediste, y desde entonces estas masss descocá que la kiki y yo es que soy así de serie pero a ti… pues te veo hot hot ¿tú me entiendes? Cómo si quisieras estar con todos y con ninguno -dar cera, pulir cera, colorete, colorete -y yo creo que ya… Mírate, ahora pareces Daenerys de la Tormenta –Le dio dos toquecitos en el hombro con una sonrisita y un guiñito –Venga chati, que estoy deseando ver a los talentitos ocultos de la isla…

La revelación de que Donald había hecho trampa, entrando con un móvil en la isla no le sorprendió demasiado. El chico parecía bastante egocéntrico y era posible que hubiera querido informarse de cómo le veía el público en general. Un error que había pagado caro. Sin embargo, algo le sonaba raro en todo este asunto. Le picaba el bigote, y eso era señal de que podía estar sucediendo algo extraño en la isla.

Laura les presentó el siguiente reto y Thomas se planteó qué podría hacer. A lo largo de su vida había trabajado en un sinfín de lugares, realizando las actividades más insólitas. Pero no sabía cuál podría ser más vistosa a la hora de presentarla a una prueba de talentos. 

Al fin, se le ocurrió algo. Arriesgado. -Disculpa, Laura, ¿podemos hablar un momento? Tengo una idea, pero quizá lo tenga que aprobar alguien de producción- Dicho lo cual, se acercó a ella y le susurró unas palabras. Lo que fuera que le hubiera dicho sorprendió a la señorita Berryhill que, efectivamente, se marchó a hablar con los productores.

Después, se acercó a hablar con Stephanie. Mientras lo hacía observó cómo Paul pedía la colaboración de todos y, después de hablar con la escritora, se acercó a Paul y le dijo que su palabra sería "Avioneta". 

***

Dos horas más tarde, todos estaban ante el pequeño escenario. Thomas se levantó de nuevo el primero; parece que al hombretón del bigote no le importaba romper el hielo. Estaba vestido con unos pantalones cortos y una de sus camisas hawaianas de colores chillones. -Laura, ¿podría empezar yo?- Cuando la mujer asintió, Thomas se volvió hacia sus compañeros. -Para este show necesitaré un voluntario- Miró a Stephanie, la mujer con la que había hablado anteriormente y sonrió -¿Señorita Roodepoort, podría usted ayudarme?- Los dos subieron al escenario y Thomas indicó a Stephanie que se pusiera de pie delante de una gran tabla de madera en la que había pintada una diana.

-Stephanie, es muy importante que todo el tiempo estés muy quieta, ¿de acuerdo?- Thomas hablaba con seriedad y se acercó a la escritora para hablarle, en un tono más bajito, pero con seguridad. -No te preocupes, todo saldrá bien- Después se alejó unos cuantos metros y se puso al lado de un pequeña mesa que la gente de producción había colocado en el escenario.

Sobre la mesa había una maleta. Thomas la abrió y sacó de ella cuatro afilados cuchillos. Avanzó hasta ponerse a una distancia no demasiado lejana de Stephanie. Después, miró al público con rostro grave. -Os ruego que nadie haga ningún ruido que pueda distraerme-

Cogió uno de los cuchillos, lo sopesó, calibrando su peso y equilibrio. Después, lo levantó en un movimiento rápido y lo lanzó hacia Stephanie. El cuchillo se quedó clavado en la madera, a un palmo de la pierna derecha de la escritora. 

Sin esperar demasiado, Thomas cogió otro de los cuchillos y lo lanzó contra el tablón de madera. Esta vez se clavó como a palmo y medio de la pierna izquierda de la señorita Roodepoort.

Para el siguiente lanzamiento, el hombre se tomó unos segundos más, apuntando con algo más de cuidado. El cuchillo salió volando y se clavó cerca del costado izquierdo de Stephanie.

Quedaba solo un cuchillo. Thomas respiró hondo. Se podía cortar el silencio. Y entonces, con un rápido movimiento, el cuchillo salió volando, y se quedó clavado en la madera, cerca del costado derecho de la escritora.

Thomas levantó los brazos con una gran sonrisa y se acercó a su ayudante, a la que dio un gran abrazo, antes de volverse al escenario, cogiendo la mano de Stephanie con una de las suyas y haciendo una reverencia. 

La noche anterior Ulrich había explicado al señor Burke que su empresa consistía en ofrecer a los dolientes la concreción de unas exequias "fuera de la norma", ¿Qué quería decir esto? Que podía organizar un funeral vikingo, uno wiccano, uno bajo los preceptos budistas, etc. Su equipo asesoraba a los contratantes y organizaba todo según los pedidos del difunto, hasta tenía un equipo de abogados para lidiar con el papeleo y leyes de los diferentes Estados.

Por supuesto que el mismo Ulrich no oficiaba los rituales, salvo los egipcios pero no explicó por qué. Tenía en su planta también sacerdotes y sacerdotisas que se encargaban de ello y de verificar la fidelidad a los ritos y costumbres que se evocaban. Hubiera seguido hablando con el hombre pero no estaba seguro de si lo estaba aburriendo y como ya estaba lleno de cerveza se había ido a dormir luego de despedirse amistosamente de él y agradecido por la conversación.

Al levantarse se enteró de la descalificación de Donald y del concurso de talentos. Quedó en shock por la noticia ya que no se lo imaginaba, no hubiera adivinado nunca que el muchacho fuera tan tonto de arriesgar perder el juego por una llamada de teléfono... A menos que la llamada fuera por algo realmente necesario o grave.

Quedó pensativo el resto de la tarde y mientras tanto fue a pedir a la producción lo que necesitaba para su actuación. Al pasar dijo la palabra a Paul que necesitaba para su prueba: -Globo.

El acto de Thomas y la señorita Roodepoort le había parecido impresionante y así se los hizo saber con sus chiflidos, vítores y aplausos desde la barra. Esperó a que bajaran del escenario y notó que la banda ya se estaba acomodando para su acto. Aprovechó que los tenía cerca para expresarles verbalmente su admiración -¡Vaya! ¡Eso estuvo increíble! Son un par de osados, el uno para el otro diría yo -y les guiñó un ojo. Luego miró hacia el escenario -Ahora, si me disculpan... -dijo subiendo la tarima.

Tomó el micrófono -Buenas noches, será difícil captar su atención después de la audaz presentación de mis compañeros pero lo intentaré, lo único que les pido es que no me tiren bebidas, intentaré no hacerles sangrar los oídos -se rió pero sus palabras parecían un poco en broma, un poco en serio.

Se dio vuelta dándoles un par de indicaciones a las chicas del coro y a los músicos y luego comenzó a cantar.

Al terminar de cantar les agradeció a los músicos y les aplaudió a ellos y a sus compañeros, luego bajó del escenario y fue derecho a pedirse un trago.

El staff rápidamente instalo una plancha eléctrica y coloco varias mesas, en una había un juego de cuchillas y espátulas en otra había bols y cacerolas, en otra pusieron varios ingredientes y dejaron dos mas libres, Erick paso tras la cocina improvisada, se coloco un delantal y saludo al publico, tomo una col y la lanza al aire, con unos movimientos rápidos de un cuchillo las pico antes de que callera en la plancha, tomo un bol, coloco algunos ingredientes dentro de un bol y empezó a batir, hacer girar y rotar un par de espátulas de manera acrobática en sus manos y en el aire antes de usarlas para mover la col, añadió zanahoria rallada y papa en trozos muy finos, procedió a rociarlos un poco con aceite, sal y salsa de soya para empezar a hacerlos volar, moviéndolos y revolviéndolos a la vez, tras unos minutos de otras acrobacias con las espátulas separo la mezcla de verduras en diez montículos que cubrió con una parte de masa cada uno, coloco un trozo de lomo de atún, cuatro camarones, dos trozos de tentáculos de calamar, dos huevos y unas tiras de tocino, haciendo malabares con la sal y pimienta los aderezo, los movió dividió en dos y cubrió cada par con una de las mezclas de masa y verdura, cubrió con una salsa esas capas, y las tapo, tras unos malabares mas, destapo los 10 platillos les puso queso, los aderezó con mayonesa japonesa, mientras agradecía mentalmente al chef Wohan por enseñarle esto y emplato las 10 porciones, para que los que quisieran pudieran probarlas y dijo adelante pueden servirse

"Mono". Já. Saludé con un ligero asentimiento de cabeza a Kiki.-Gracias. -Igualmente fui agradeciendo a mis compañeros que me trasladaban sus palabras. En realidad no tenía idea de qué iba a escribir o recitar, pero ahí estaba yo, con mi birra, saludando y sonriendo, aparentemente confiado. Já.

Tomé el cuadernillo que llevaba siempre conmigo y anoté las palabras. Empecé también a realizar un esbozo de la imagen actual, con los concursantes aplaudiendo, charlando o tomando algo, pero lo dejé al iniciarse las actuaciones. Wuaoo...Thomas fue increíble, y no menos la serenidad y valentía de la pelirroja Stephanie. Luego Ulrich cantó muy bien, como para dedicarse profesionalmente. Y el siguiente fue el rubio Erick...No tenía idea de que se podía cocinar con esos malabares, equilibrios y juegos de muñeca. Fascinante. Fui el primero en pedirme uno de aquellos bols, antes incluso de que Tara arrasase con todos ellos.

Me dolían las manos de aplaudir a los tres primeros artistazos. No era bueno para continuar dibujando. -Riquísimo, Erick, buenísimo, en serio, tío. Gracias. Y gracias a vosotros tres también -señaló a Thomas, Stephie y Ulrich.-Sois absolutamente geniales. Qué nivelazo. A ver los demás, estoy deseándolo.

Paul había pedido palabras al público, una cada uno, para formar algo con ellas, una historia que pensaba plasmar en forma de cómic, o algo así. Para Liza eso era un milagro, su don plástico era más bien nulo, así que esperaba con curiosidad lo que el muchacho iba a realizar. Se dirigió a él, pensativa y sonriente.

- Ey, hola, buenos días. Ayer noche me dejaste ir con Donald, ¿eh?, nuestro compromiso mútuo, ¿está roto? -El tono de la chica era un poco solemne, dentro de lo claramente bromista.- Por mi parte, ya me he arrepentido, la verdad. Cuando empezó el día no me imaginaba que la cosa acabaría así... en fin, aparcado. Vengo para decirte mi palabra, y firmar un tratado de paz, si no estás muy enfadado conmigo. La palabra sería... -Levantó las cejas, detrás de sus gafas, para enfatizar el suspense. - ...¡Anillo! Será una especie de homenaje, jejeje.

Después se fijó en Kiki, y su arte con la brocha y el maquillaje. Había dejado a la rubia como una artista de cine, ella dijo Daenerys, pero a Liza le pareció más la Luna de Harry Potter, así que lo de la frente quizá era una marca mágica. Habría que irse con cuidado, no fuera que sus predicciones funestas tuvieran fundamento.

No tuvo ocasión de hablarlo, porque llegó la actuación de Thomas, ayudado, por decirlo de algún modo, de Stephany. ¡Santo Cielo! Siempre había creído que había truco en la mayoría de números de lanzadores de cuchillos. ¡Pero era real! 

Se quedó durante toda la actuación con los ojos semientornados, aterrada por mirar, y sin embargo no pudiendo dejar de hacerlo. Boquiabierta, a cada lanzamiento no podía evitar un estremecimiento. ¡Qué sangre fría y qué control el lanzador! ¡Y Stephany! ¡Qué aguante!

Cuando acabaron gritó, y aplaudió a rabiar.

-¡BRAVO! ¡BRAVO! 

Se acercó a los dos.

-Ha sido impresionante. Y qué contención, qué dominio. Oíd, en serio, como os han dicho, si no os lo habéis planteado... hacedlo. ¡Hacéis una excelente pareja!

Y siguió el show. Ulrich. No sabía qué habría esperado de él, pero no se lo había imaginado. Y, sin embargo, era lógico. Era un maestro de ceremonias, aunque fueran fúnebres, y por tanto, de las puestas en escena. Aún así, cantar era algo, una gracia,  que uno no elegía, se tenía o no se tenía. ¡Y vaya si tenía el don! Arropado por los músicos interpretó su canción con una voz rasgada, que pulsaba una fibra en las entrañas, y el contenido de la letra se hacía más pujante pronunciado por esa voz.

Le aplaudió también, y le siguió al bar.

-Enhorabuena, no te veía con ese talento, pero lo tienes. Y la elección del tema ha sido perfecta. Muy simbólico, ahora mismo, para según qué participantes. -Le sonrió, asintiendo.- No sé si ha sido a propósito, pero en cualquier caso, vaya, lo has clavado.

Mientras pedía una copa de martini con hielo, en la tarima habían colocado los enseres para la demostración del guapo Erick. Él ya había dicho que se le daba bien la cocina, así que no parecía extraño que su talento fuera ése. Lo que no esperó fue la performance que desplegó. Una verdadera exhibición de acrobacias culinarias, con todo el arsenal de útiles de cocina. Y, al parecer, el resultado, encima de ser vistoso, era sabroso.

-¡Wow! ¡Bien! 

Aplaudió y se acercó a coger su platillo, que degustó con deleite.

-Mmmmm... delicioso, chico. Está delicioso...

Y bien, ya le tocaba a ella, porque de producción estaban repartiendo los cubos de Rubick que había pedido.

Dejó su copa, que le había ido de perlas para perder el punto de vergüenza que le daba actuar delante de todo el mundo, y subió al escenario con uno de los cubos. Había tenido claro qué quería hacer, no era buena en demasiadas cosas, en ninguna artística, de hecho, pero tenía cerebro, y el Rubik era lo que necesitaba. Y sí, lo dominaba.

-Por favor, coged el cubo que os están dando, y desordenad las caras tanto como queráis, para que quede muy caótico. Así...

Ella hizo eso, dar vueltas a las caras del dado hasta que los puntos de colores estuvieron completamente mezclados, y de nuevo lo manipuló hasta volver a dejarlo como estaba al principio, las seis caras iguales. En deshacer y hacer, apenas tardó segundos, fue visto y no visto.

Entonces dejó su cubo y se acercó a cada uno de los participantes, según iban desordenando su cubos. Los fue cogiendo, uno a uno, y los manipuló también a toda velocidad, para devolverlos a cada uno de ellos con una figura diferente pero simétrica, un patrón, nueve en total, que devolvió a cada uno de ellos con una sonrisa tímida.

Su demostración no había durado más que un par de minutos en total.

-Espero que os haya gustado, es muy relajante practicar, podéis probar cuando estéis agobiados.

Luego volvió a su sitio rápidamente.

Me reí con la broma de Liza -Es un mundo libre, ya sabes. Puedes pasear con quien te apetezca. -volví a reír despreocupado con el siguiente comentario- No estoy enfadado para nada. ¿Por qué iba a estarlo? Dont worry. Lo que sí me sabe mal es que te sientas frustrada. No se cómo te estaba saliendo con Donald -torcí la boca componiendo una mueca de cierta desilusión- Lo siento por ti. 

Me sonrojé un poco- Bueno...podrías invitarme a cenar, o a un helado y admirar conmigo la puesta de sol y te perdono del todo -continué con la broma, sonriendo así en plan párvulos como mencionó Kiki, y anotando su palabra en mi cuaderno- Anillo, ¿eh? Vale.

Después asistí al espectáculo de la amazing Liza. Me quedé completamente embobado. Yo tardaría una vida en descifrar el cubo. De hecho, nunca lo había logrado y desistí de tamaña empresa.

-Buah. Estoy pasmado. ¿hay truco?  -aplaudí- Tienes que explicarme como lo haces. O mejor no, que me dará dolor de cabeza. Pon tu firma en el mío, así tengo un recuerdo tuyo.

Johnny observó con admiración las actuaciones que se iban sucediendo. La pericia con Thomas y los cuchillos podría ser preocupante en caso de que le hubiera sentado mal el beso y tuviera sentimientos ocultos contra el rockero.

La voz de Ulrich después. Profunda, encandiladora, una auténtica delicia para los oídos... en cierto punto era... mágica. Salió del éxtasis de la canción para deleitarse con la exhibición de cocina y seguidamente saborear la deliciosa comida que Erick les había preparado. Johnny era más de comida mediterránea, pero desde luego sabía bien.

Finalmente Liza y sus cubos de rubick lo dejaron alucinado. Nunca había entendido como era posible hacerlos a esa velocidad, y esta chica parecía ser capaz de hacer uno detrás de otro como si nada.

Antes de seguir le dijo a Paul su palabra... RockandRoll.

— Bien creo que es mi turno. — Johnny subió al escenario de un salto y agarró el micrófono que Ulrich había dejado

Sacó su peine una vez subido el escenario, mirando a todos los participantes uno por uno, a los ojos mientras se daba un repaso. rebosaba confianza, estaba claro que fuera lo que fuera a hacer no era la primera vez que lo hacía delante de gente. Guardó el peine en un bolsillo y agarró el micrófono.

[Empieza en el segundo 48]

Comenzó a cantar, contoneando sus caderas claramente como Elvis lo hizo en su día, así como otros muchos roqueros que claramente habían influenciado al muchacho. Resultó tener una magnífica voz, pero algo parecía indicar que ese no era el verdadero espectáculo.

Después de un par de estrofas dejó el micro de pie mientras seguía cantando y comenzó a quitarse su chupa, lentamente y ciertamente de forma seductora para seguir por la camiseta. Un torso trabajado apareció para sorpresa de pocos, ya había estado sin camiseta antes, sin embargo la forma en que se movía y se desvestía. Las pocas dudas que quedaban desaparecieron. Este tío no era la primera vez que hacía eso.

Dos patadas y las botas salieron volando a un lado del escenario. Alargó un poco la canción antes de la siguiente parte. Venía preparado. Un tirón y los pantalones salieron volando; mostrando un tanga con un micrófono dibujado en el mismo. Un par de vueltas y como si de un disparo se tratase apuntó a Ulrich primero, a Kiki, a Tara.

Dos vueltas y tres líneas después le tocó el turno a Thomas primero y a Erick después y finalmente a Lisa.

No se olvidó de nadie, y todos los que faltaban fueron "disparados" por su "micrófono" en la siguiente ronda, justo antes de que terminara la canción mostrando el filo hilo del tanga que dejaba poco a la imaginación de su trasero...

La primera noche estaba siendo tan interesante o más de lo que imaginaba. Las divertidas e ingeniosas conversaciones de unos y otros, las atenciones de un atrevido Johnny y media docena de Gin&Tonic, uno tras otro, todo se había combinado para hacerme sentirme como en una nube. Había decidido quedarme un rato más hablando, disfrutando de la cálida sensación, pero finalmente decido retirarme tras un par de abrazos más que casuales y un beso que acaba sin pretenderlo en la comisura de los labios del rockero. 'Creo que debería irme', 'Quizá me haya pasado con la bebida, deberíamos repetirlo mañana ' Dedico grandes sonrisas para todos y todas antes de retirarme a descansar.

                                             ***

El día siguiente nos recibe con la descalificación de Donald por el uso no autorizado de dispositivos móviles.—Si, estaba claro que Donald ocultaba algo. ¡Qué lástima! - exclamo antes de ver a Liza aparecer.  Esperaba su reacción con inquieta anticipación —Cuanto lo siento, Liza. —estrecho su mano y le doy un abrazo. Qué poquito consuelo por mi parte para una jovencita enamorada, pero de parte de otros no le faltarían intentos. Ni uno.

Las actuaciones son fantásticas.  El genio de Liza, el carisma de Ulrich, la destreza de Erick, la desvergüenza de Johnny que me hizo reír a carcajadas y la calmada habilidad de Thomas, que transmitía oleadas de confianza. Imposible sentirse insegura en su presencia, por muchos cuchillos que volasen.

—He valorado muchas opciones - digo mientras bajo la altura del micrófono un palmo, parece que voy a seguir en el escenario —Improvisar algún poema, contar un cuento, recitar a Shakespeare..—  sonrío, enigmática y hago un gesto al joven que controla el alumbrado del escenario, tras lo cual la luz se vuelve roja —Pero no quería aburrirles, son gente joven.. así que.....

Allí estaba Kiki en la que sin duda era su prueba favorita. Le encantaba todo lo que tenía que ver con el talento y miraba ilusionada al escenario. Reaccionó tarde sin duda mientras Thomas pedía un voluntario y Stephanie no tardo un segundo en hacerse valer. Observó al hombretón calibrar sus cuchillos y lanzar el primero de ellos. Ufff. La adrenalina le subía por el cuerpo, le hubiera gustado tanto, tanto estar en el lugar de la escritora. Con cada lanzamiento a Kiki se le revolvía el cuerpo entero. No sabía que tenía el peligro que la ponía a tono a pesar del diita que tenía hoy. Aplaudió rabiosa el final de la representación y los ojitos se le pusieron vidriosas al ver a la parejita. Estos dos... hummm acaban juntitos...sisisi

Luego se subió Ulrich, con ese guapo subido que dios le había dado. Le gustaba a rabiar su aire enigmático y todo lo que salía de su boca. Pero en cuanto empezó a sonar la música. OMG me muero. ¿Pero cómo me haces esto pajarito azul? Si un hombre quería seducir a una mujer como ella sin duda Bowie era el camino. Los ojos se le humedecieron un poquito y trató de contenerlos con un parpadeo rápido. En cuanto finalizó no pudo aplaudir más y las palabras no le salían de la emoción- Buff, guapo... loviuuuu...- Pero nada más. 

Lo de Erick, madre mía madre mía, de ese chico no se esperaba mucho pero sin duda el manejo de los elementos de cocina la dejó flipando. Cogió uno de los tazones y probó un poquito, y no estaba nada mal, pero no se lo terminó porque no tenía tampoco mucha hambre -Disculpa Erick guapo, me encanta lo que has hecho así en plan wi-wo-wa, parecías el maestro miyagui... pero igual es un poquito picantín para mí. Pero bravo- Y le guiñó un ojito.

Después llegó la cerebrito a flipar en colores, pero en colores que los ponía todos en su sitio más rápido de lo que ella se cambiaba de bragas. Cuando tomó el cubito en sus manos lo desordenó con ansias, Te vas a enterar tú. Y al tomarlo la tipa en cuatro giritos le devolvió un cubito con crucecitas que dejó a la bailarina embobada fucking bitch, demasiado lista para mí. No puedo con ella.

Y entonces llegó una sorpresa que no se esparaba paranadaparanadaparanada. El Macarroni se puso en plan Elvis. What??? y cuando lanzó las botas a un lado y a otro se le escapó un gritito que le encendió un regustillo en el pecho. Luego se quitó los pantalones y Kiki se tapó una manita y siguió viendo entre los dedos con una risita picarona mientras miraba el contoneo del ñam ñam micrófono. Que rico, ¿No? Y la última parte de la canción no pudo evitar levantarse de la silla y dar unos bailecitos tontorrones hasta el final en el que chifló como una posesa -fiiiuuu fiiiuuuuu fiiiiuuuuuuuuuuuuuuuuu... loviuuuuuu. Que sorpresa el Macarroni. A ver si iban a tener más cosas en común de lo que ella creía. Tengo que hablar con él.

¿Y stephanie? La mujer de rojó demostró con creces que era toda una superstar, pero ella ya la conocía, la adoraba, le encantaba, incluso se sabía la canción. Así que no pudo dejar de tararear en voz bajita, porque a ella el cante no mucho pero... With your hook and line, I still blow away... Make a mockery of your fears... Tattoo it in the clouds above you... uf, le encantaba esa frase...

Cuanto terminó estaba flotandito, tant que no fue capaz de decirle nada a Stephanie... pero decidió que quería dedicarle su actuación. La tarde estaba siendo espectacular tan Llena de talento, belleza, sensibilidad, ains, Anorther day in paradise... Miró a un lado y a otro por si alguno más quería subir así que levantó la manita para acceder al escenario...

Iba vestida con unos calentadores y una braguita y top de entrenamiento. No llevaba su peluca rosa, iba con su melena de bucles marrones oscuros casi negros haciendo una catarata sobre sus hombros. Subió las escaleras y se agarró a la barra. Le hizo una seña el DJ y empezó a sonar "Dance Monkey". Kiki dio un saltito, dos giritos y se bajó. Caminó hacia el DJ de nuevo y le dijo que parara. Tomó el micrófono y caminó hasta las escaleras y se sentó antes de hablar -Bueno, chiquis... me encantan los talentitos que habéis enseñado esta tarde, me habéis hecho, it´s true, very happy... y yo os correspondería con un sexy dance que tenía preparado pero...- Suspiró -creo que he abusado de mi talento mientras vosotros lo guardabais para ocasiones especiales... así que he decidido... contaros una historia y enseñaros un poquito... La forma de mi corazón...- Se levantó y fue hacia el DJ que pinchó una nueva canción mientras ella empezaba a contar...

Mientras iba desgranando la historia al ritmo de la música se bajó del escenario. Se dirigió a Ulrich y le puso el dedito en el hoyuelo sexy de la barbilla... Si quieres love love... solo tienes que dejarme que presente mis respetos a tu Annubis. Yo puedo ayudarte a maquillar muertos y tú podrías terminar de estudiar Curaduría de Museos y hacerme la mujer más feliz del mundo. Lo demás... no tiene por qué ser convencional. Le dedicó un guiño emocionada por lo que estaba compartiendo y por lo que estaba sintiendo.

Luego lanzó una miradita a la escritora y andó lentamente hasta que se plantó delante de Stephanie y le tocó uno de sus mechones pelirrojos Si quieres una historia de love love con un pasado... aquí me tienes mi lady. Y luego fue describiendo describiendo la historia de su vida dando tantos detalles como si pudieran verla. Hasta que bajó la música. Agachó la cabeza y se fue a su sitio con el rimel marcando sus mejillas.