Partida Rol por web

[HLdCn] Asesinato en el Orient Express

Compartimento 10

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20/10/2014, 00:27
-Revisor-

- Su compartimento, señor y señora Lansbury. Cualquier cosa que necesiten, no duden en pedírmelo.

Os encontráis en un compartimento lujoso y amplio. Por la ventana veis el paisaje que ha comenzado a transitar inexorable al otro lado del cristal. Estáis en marcha, os espera un viaje largo.

Notas de juego

Lo que habléis aquí sólo lo leéis vosotros dos.

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20/10/2014, 09:14
Phineas Poirot Lansbury

Notas de juego

Querida, me ha tocado Poirot. Estoy redifiniendo por completo el personaje, quizás sea medio francés-medio americano, medio poirot- medio holmes, medio inventado-medio guiño. Cuando lo tenga te lo extenderé para que podamos rolear sin sonar... discordantes. Te aviso para que sepas que no estoy silencioso, sino trabajando en las horas que pueda.  :P

Espero que puedas ser mi Watson-Adler. XDDDDDD ¿Y mi cronista quizás? XDDDD

Ya rolearemos en 3...2...1... cuando lo tenga listo :P a no mucho tardar.

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20/10/2014, 12:45
Abbey Lansbury de Kent

Notas de juego

XDXDXDXDXDXD

Me imaginaba que te iba a tocar algo así, no sé por qué :P Yo ya he modificado la historia para que sea más coherente con tu nueva condición :)

Léela cuando puedas/quieras ^^ En cuanto a lo demás, Abbey será tu Watson/Hastings :) 

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20/10/2014, 18:43
Phineas Poirot Lansbury

Notas de juego

Tu historia es perfecta, y lo mejor el perfil psicológico (que me deja algo atrás XDDDDD, he hecho lo que podido para ponerme un poco al nivel). 

Ya me he adaptado a las nuevas "circunstancias" y a mi pareja. Excepto aspectos de mi carácter, que iré definiendo a postiori, ya lo tengo más o menos definido y preparado para leer la escena y rodar. Espero que guste (pues me ha costado el punto intermedio en el que hallarme cómodo). Cómo véreis al final quedó bastante más Holmes que Poirot, vuelta a los orígenes, que personalmente (y cómo Abbey ya sabe) me gustan infinitamente más.

Cuando pueda roleo aquí y ahí. ^^

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21/10/2014, 09:04
Phineas Poirot Lansbury

-Todo está perfecto, gracias.- Despachó escuetamente al revisor a la vez que extendía una generosa propina para a él y otra para el porta-equipajes.

-¿Lo ves, Bey? Este pasaje de segunda no será tan grave.- Apreció en un intento de animarla sabiendo que su ademán era inúltil. -Disponemos de cualquier cosa que pudiésemos necesitar.

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21/10/2014, 14:54
Abbey Lansbury de Kent

Contemplé a Phineas con una ceja enarcada, sin poder creerme que aquellas palabras salieran de su boca. No, más bien no me creía que lo que salía por su boca se lo creyera él mismo.

—Phineas, querido— dije sonriendo de forma forzada—. Esto es más pequeño que el cuarto de escobas de la casa de mis padres— evalué, sarcástica—. No puedo creerme que llegáramos tan tarde como para no poder comprar billetes de primera.

Suspiré, pensando en los que tendrían un maravilloso compartimento de primera, y me dejé caer en el sillón.

Miré las maletas con pereza y puse los ojos en blanco, preguntándome si después de darme un paseo por el tren, las maletas estarían en su sitio.

—Phineas, vida, ¿qué tal fue el caso en Estambul?— pregunté, mirándolo, mientras sacaba la boquilla y encendía un cigarro en la punta—. Por más que te preguntaba, te quedabas mirando la pared del hotel, pegándole tiros— dije con un gesto de la mano, perezoso.

Miré por la ventana el paisaje, y bufé.

—Espero que no sea muy largo este viaje— mascullé, masajeándome las sienes—. Tengo muchas ganas de llegar a Londres. 

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21/10/2014, 20:26
Phineas Poirot Lansbury

-Bey, querida.- Phineas en su estado aburrimiento y de palpable hastío solía ser conformista e incluso indiferente sobre las cosas que le traía la realidad. -El cuarto de escobas de la mansión de tus padres no viaja por toda Europa. ¿No era ese el interés que te llevó a empujarnos en este viaje a la vuelta? ¿Aspirar los aires, y gozar del paisaje?

Husmeó un poco y se acercó peligrosamente al mueble bar cuando escuchó su pregunta.

-¿Estambul?- Resopló sonoramente antes de contestar escuetamente. -Como un médico especialista que lo reclaman a medio mundo de distancia por un sencillo resfriado.- Le costó un esfuerzo recordar como distraídamente había dibujado a tiros el signo del dolar con una flecha descendiente a su lado a la gruesa pared del hotel. Su única defensa fue encogerse de hombros y cambiar el tema sin darle más importancia, y sin prestar mucha atención a más objeciones de Abbey respeto al viaje. -No hay periódicos. Esto si parece deplorable. ¿Crees que si se los pido al revisor podrá hacer algo al respecto?

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22/10/2014, 15:05
Abbey Lansbury de Kent

—¿Aspirar los aires, y gozar del paisaje?— repetí, mirándolo con incredulidad, mientras suspiraba—. Phineas, ¿de qué paisaje voy a gozar a través de esa ventana que parece una triste parodia de pecera?— señalé con un gesto vago el cristal pulcro, y exhalé todo el aire que había en mis pulmones—. Somos peces de colores en un mundo gris.

Contemplé los gestos de mi marido, y enarqué una ceja acusatoria. Cuanto más lejos estuviera la bebida de él, más tranquila sería mi vida y la suya.

—Phineas, querido, si le pides al revisor que te lama los zapatos, lo hará— respondí, encogiéndome de hombros—. Eso si estuviéramos en primera clase. En segunda— hice una pausa, volviendo a mirar el aspecto del compartimento—, dudo que tengan el periódico de hace una semana.

Me encogí de hombros, y sonreí.

—Phineas, ven, siéntate, y deja de pensar en las botellas que encontrarás ahí dentro— dije, señalando con el mentón el mueble bar—. ¿Cómo van tus inversiones?— pregunté de manera distraída, dando una calada a la boquilla—. Si ganas mucho dinero, siempre podemos restregárselo a mis hermanas ante las narices de sus maridos ricachones— reí, divertida. 

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22/10/2014, 16:50
Phineas Poirot Lansbury

La metáfora de los peces le hizo reírse de forma impulsiva a la vez que modesta y algo comedida, como si se frenase de mostrarse abiertamente divertido. Su insipidez aun pesaba palpablemente en su ánimo.

Se sentó a la vera de Abbey cuando esta se lo pidió, aunque no dejaba de pensar en como le aliviaría de su sopor intelectual un buen trago, tras otro, en aquél momento.

-Nunca te ha faltado de nada, y puedes comprar cuanto quieras o desees en una vida entera lo suficientemente larga. Y todo ello sin otear el fondo de nuestras arcas... ¿No te basta con eso?- No le gustaba esa faceta de su esposa. Le incomodaba y la hacía ver vanidosa. Alardear, compararse o restregar su suerte a sus hermanas no la hacía más agraciada. Entendía que ella se había criado teniendo hermanas mayores, que por costumbres de cuna irían siempre por delante. Por ello había sido la última en todo. Con fin de tener una baza con la qué jugar, Abbey respondió eligiendo ser más inteligente, y más astuta. Buscó la forma de procurar su propia suerte. Debería solo por ello enorgullocerse. Por si eso fuera poco, con los años había crecido y se la había bendecido con la belleza de una afrodita. Como mujer adulta eclipsaba a cualquier otra que estuviese o ocupase la misma habitación que ella. Lo tenía todo. Mente excellens in corpore excellente. Un astro luminoso y cegador que no tenía fronteras para sus ambiciones. Claro que, en la nobleza donde la posición y el estatus lo eran todo, eso no servía de nada. Sin embargo, algo que sí había aprendido el detective, es que eso en aquellos tiempos tampoco era algo tan definitivo puesto que incluso eso se podía comprar con dinero, y de eso, no les faltaba. Alguna vez Phineas había ocupado y ejercitado su mente, a fin de no beber, calculando la fortuna que debían de poseer cada uno de su cuñados. Por lo que él sabía él, y no solía errar en sus cálculos, él y su esposa, entre lo recaudado caso tras caso y con el valor total de sus terrenos y acciones, y negocios, de vendérselo todo ipso facto su propia fortuna sería, a lo bajo, tres veces superior a cualquiera de ellos. Cuando él muriese, puesto que le avantejaba en años, Abbey sería una aristócrata muy rica. No obstante, él prefería que ella valorase la vida por sí misma y no por lo dorada que podía ser. -El gobierno turco...- Le anunció tranquila y distraídamente tamborilleando con los dedos al marco de la ventana. -...nos acaba de ingresar 970.000 dolares americanos a nuestras cuentas por los papeles que recuperé.- Soltó la cifra sin pestañear y sin darle ningún valor, bastante insatisfecho aún por haber tenido que desplazarse por tan poco. -Creo que es una modesta suma para que olvides tus hermanas unos días.

Hizo un chasquido con la lengua y se levantó de nuevo de un salto, nervioso como un león enjaulado. Abrió la puerta y asomó tan solo la cabeza por ella mirando el pasillo. -¿Debería preguntarle al revisor?- Volvió al tema de los periódicos como si no lo hubiesen hablado y con la esperanza de verlo pasar.

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22/10/2014, 17:47
-Revisor-

Saliendo de un compartimento, lo vio asomando y se dirigió con presteza y diligencia hacia él. La sonrisa impertérrita.

- ¿Puedo ayudarle en algo, señor Poirot?

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22/10/2014, 17:53
Phineas Poirot Lansbury

-SSSSssssssshhh...- Chistó raudo. Miró a uno y otro lado del pasillo como para constatar que nadie les había oído. -Lansbury.- Le rectificó recolocándose los mechones de pelo que le caían por delante el rostro por la momentánea agitación. -Por favor. Señor Lansbury.- Era obvio que Phineas Poirot no quería llamar demasiado la atención de quienes pudieran reconocerle como el gran detective.

-Sí, así es. Puede usted serme de enorme ayuda.- Afirmó olvidándose rápidamente del asunto. -Me preguntaba... si podríamos disponer de los periódicos del día.- Aclaró. -Si usted fuese tan amable...- Le instigó con una sonrisa. Iba a girar la cabeza quizás para adentrarse cuando de pronto recordó una cosa que le pareció esencial. -¡¡Oh!! ¡No olvide el Wall Street Journal!- Nada le aliviaría mejor la pesadez del día que comprobar los vaivenes que movían el mundo.

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22/10/2014, 18:31
-Revisor-

- Por supuesto señor Po... Lansbury. Por supuesto. Ahora mismo le traigo la prensa, un ejemplar de cada de los que subimos a bordo en última estación. Mañana, cuando nos detengamos en Belgrado, también subiremos prensa. Lo apuntaré para que sea uno de los primeros en recibir un ejemplar de cada, si ese es su deseo.

Al cabo de un par de minutos, llamó a la puerta del camarote y entregó al señor un fardo de periódicos, todos ellos impresos en inglés.

- Si no desean nada más...

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22/10/2014, 18:42
Abbey Lansbury de Kent

Exhalé el humo muy lentamente cuando escuché la respuesta de Phineas. Alcé las cejas, totalmente anonadada, sin creerme del todo lo que decía. Tragué saliva con dificultad y me pregunté por qué demonios no había allí un vaso de agua bien fría para ayudarme a tragar aquella noticia.

—¿Có…cómo?— logré articular, pestañeando varias veces, sin dar crédito a lo que mis oídos acaban de escuchar—. No bromees conmigo, Phineas— advertí—. Yo puedo soportar tus bromas acerca del dinero, pero tú no puedes aguantar ni un solo día sin alcohol— entorné la mirada y volví a dar una calada a la boquilla.

Cuando prosiguió tras su eterna pausa, aspiré mal el humo, y me atraganté. Con los ojos llorosos, tosí, como si hubiera estado fumando toda mi vida, y traté de recuperar el aliento tras la noticia.

Con el corazón agitado, golpeándome el pecho, y con la mirada vidriosa, quité el cigarro de la boquilla, y lo aplasté con ira en el primer recipiente que encontré a modo de cenicero.

No deberían dejar fumar— mascullé, malhumorada.

Me giré hacia Phineas, y lo miré, sonriente, de forma ladina.

—¿970.000 dólares?— repetí. Necesitaba decirlo en voz alta para que se convirtiera en realidad. No me lo podía creer—. ¡¿970.000 dólares?!

Me llevé las manos al rostro, sonriente, feliz, y aún soñadora. Tenía ganas de dar saltos, de bailar, de enviar un telegrama a mis hermanas y decirles que sus maridos terminarían trabajando para el mío.

—Pero, ¿qué es lo que hiciste?— pregunté, aunque no me escuchaba. Asomaba su cabeza por la puerta, como la de una tortuga a través de su concha—. Oh— dije, mirando al competente revisor, enarcando una ceja—. Qué diligente— murmuré.

Me dirigí de nuevo a mi asiento al lado de la ventana, mientras Phineas pedía su periódico, y me metí la boquilla en la boca, sin darme cuenta de que no tenía el cigarro en la punta.

Dios mío— mascullé. 

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22/10/2014, 19:38
Phineas Poirot Lansbury

Correspondió el asombro de su esposa con una sonrisa resignada y un mudo respingo con los labios.

En cuanto a la acusación de que aquello pudiese tratarse de una broma, hizo lo mismo que hacía siempre con temas monetarios, encogerse de hombros desviar la mirada del paisaje para verla un momento a ella, lo que no descartaba que fuese una broma pero tampoco lo afirmaba, y volver a perder su atención entre los árboles y pardos cada vez más frecuentes según abandonaban la ciudad que se transformaba en efímeras manchas según recogían velocidad.

Ante la exclamación que debió de oírse hasta el compartimiento contiguo, se rió brevemente... -Ja, ja.- Y pensó que era mejor no contarle cuanto habían llegado a cobrar por el asunto en el Vaticano, no obstante, el dinero no fue nada con la satisfacción de aquél caso.

-¡Excelente!- Sin oír las preguntas de su esposa, respondió enormemente complacido al revisor de saber que periódicos, noticias y las novedades de Wall Street no le faltarían.

Phineas casi se dejó caer sobre el asiento de nuevo. -Aaaahhh...- Y tamborilleó otra vez nervioso sobre el marco de la ventana, hasta que hubo conseguido sus periódicos y pudo sumergirse en ellos.

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23/10/2014, 14:20
Abbey Lansbury de Kent

Contemplé a Phineas con sus periódicos, y vi que podía despedirme de él hasta que terminara de leerlos.

Suspiré con la boquilla en la boca, y pestañeé varias veces, mirando por la ventana, contemplando el paisaje que aquel cristal me mostraba.

No me lo puedo creer— musitaba de vez en cuando, mirando a los periódicos de Phineas, mientras, tranquilamente los leía. A veces me preguntaba si buscaba mensajes secretos en ellos—. ¿Tanto dinero?

Fue en ese momento cuando me di cuenta de que no tenía ningún cigarro en la boquilla. Miré a Phineas, pensando que debería de habérmelo dicho después de la repentina noticia, y busqué en mi bolso un cigarro nuevo.

Lo encendí con una cerilla, y lo puse en la boquilla después. Inspiré y me senté en el asiento de nuevo, mirando cómo el paisaje cambiaba poco a pesar de ir a toda velocidad. Parecía que, en realidad, no nos movíamos.

Exhalé el humo, formando una nube azulada a mi alrededor. Miraba de soslayo a Phineas, y sonreí.

—¿Qué, querido?— dije, inclinándome hacia delante, apoyando mis codos sobre las rodillas—. ¿Has encontrado ya el mensaje secreto que Scotland Yard te ha dejado en el periódico?— pregunté, sonriendo, divertida. 

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23/10/2014, 19:09
Phineas Poirot Lansbury

Habían pasado los minutos, no muchos, hay que aplaudir, hasta que el revisor había vuelto con los periódicos y Phineas pudo hundir su nariz en ellos. De vez en cuando, trazaba un círculo aquí y allí, leyendo, a un ritmo frenético.

Cada vez que Abbey musitaba una exclamación, se detenía, levantaba la vista por encima del papel para verla, preguntándose si había hecho bien en contárselo, y volvía a entregarse a sus lecturas, hasta que al final dejó de oírla, aunque no había podido evitar reírse interiormente un par de veces o tres.

Pasó rápida y tranquilamente media hora o quizás más, cuando el detective notó la nube de humo llenando la habitación. Cuando la voz de su esposa quebró el silencio. -Uhummm... - Musitó, sin apartar su interés de las letras impresas como si no le prestase atención. -No me preocupan los mensajes secretos de los incompetentes de Scotland Yard, querida.- Contestó demostrando que no era así, y había escuchado su broma. Cerró de golpe el último periódico, olvidándolo bruscamente a un lado como si hubiese terminado con ellos.

Se estiró y se reclinó en su asiento a la vez que sacaba su pipa, la cargaba y se la encendía. -Me preocupan más los mensajes secretos del mundo criminal que van desde los pequeños atracos, los contratos a asesinos a sueldo o, los graves delitos internacionales que se esconden tras los títulares incluso a veces en portadas.- Aclaró sin dejar entrever si hablaba en serio, le seguía la broma, o, sencillamente, lo hacía en partes iguales. -Además, claro está, de ver en ellos como oscila el mundo y donde nos llevan todos los hechos. Desde los pequeños que caen como piedras en aguas tranquilas, pero que terminan agitando todo el estanque, como aquellos que parecen bombarderos cayendo en el mismísimo pentágono. Incluso hasta en el Wall Street Journal se atisban notícias que llenarán las portadas en poco más de un par de años. "Tres días" y todas esas letras que han pasado desapercibidas por las rotativas causaran una terrible catástrofe mundial. Sin ir más lejos, la especulación creciente e insostenible que terminará llevando la economía yankee a la bancarrota, y, en consecuencia, a mayor o menor medida, pero de forma irresoluble, a nivel mundial.- Afirmó como si fuera una sentencia y aquello no le afectase en absoluto a nivel personal.

-¿Qué hora es, Bey?

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23/10/2014, 19:31
Phineas Poirot Lansbury

Notas de juego

Querida, quizás deberíamos ir cerrando esta escena, con tal de que no se nos junte con la noche.

Así que, si puedes, en los próximos posts, propongo encaminarnos hasta el punto que describimos ir al vagón restaurante. ^^

 

P.d.: Me lo estoy pasando Pepa. Como un m@l&!7# crío. X'DDDDDDDDDD

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24/10/2014, 14:58
Director

Tras su convivencia matrimonial a bordo del tren, los señores Lansbury dejaron transcurrir la tarde y noche en el vagón restaurante, para volver luego al compartimento casi de madrugada. Cansados por la intensidad emocional del día y acunados por el suave traqueteo del tren.

Notas de juego

A dormir. Ya avisaré cuando despertéis.

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24/10/2014, 16:55
Abbey Lansbury de Kent

Las horas pasaron sin que me diera cuenta contra todo pronóstico. Me había convencido de que iba a estar pensando en elaborar una exquisita queja para presentarla ante el que fuera necesario para que nos concedieran un cambio de compartimento, aunque fuera totalmente inútil. Pero, a veces, me divertía molestar a los trabajadores de las compañías. Mi padre, orondo como un tonel también lo hacía: iba a la tienda a pedir un traje nuevo, y esperaba a que el trabajador tuviera el valor suficiente para decirle que en esa tienda no hacían trajes de su talla, ni para gente tan corpulenta para él. Los ponía en un verdadero apuro. Y a mí me encantaba cuando me lo decía.

Por ello, quería poner en un compromiso igual al primer empleado que me encontrara, pero se me pasaron las horas tan rápidas que, cuando quise darme cuenta la noche nos envolvía.

Seguí a Phineas de vuelta al compartimento y me dejé caer en el asiento, totalmente cansada. La comida me había llenado de manera altamente satisfactoria, y me recordé una vez más por qué no debía de cenar pasta a la noche.

—He de reconocer que la comida está buena— dije, mirando de manera distraída por la ventana—. Bueno, la comida de verdad— añadí, poniendo los ojos en blanco al recordar las ostras.

Miré a Phineas y lo sonreí.

—Estoy muerta de sueño—bostecé, y pestañeé de manera perezosa—. No hagas nada raro, Phineas— lo advertí, mientras lo señalaba, divertida—. Tú, a dormir, y se acabó.

No llegué a saber cuándo me dormí. 

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26/10/2014, 22:47
Director
Sólo para el director
- Tiradas (3)

Motivo: ¿Oye algo Abbey?

Tirada: 1d100

Dificultad: 30-

Resultado: 14 (Exito)

Motivo: ¿Toma conciencia Abbey?

Tirada: 1d100

Dificultad: 40-

Resultado: 2 (Exito)

Motivo: ¿Oye algo Phineas?

Tirada: 1d100

Dificultad: 30-

Resultado: 94 (Fracaso)

Notas de juego

Hay una posibilidad pequeña que oyera a su vecino de compartimento, el del número 11, salir de él de madrugada. Un 30% que lo oyese. Si lo oye, un 40% que lo despierte lo suficiente como para recordarlo al día siguiente.

Primero tiro por Abbey.
Ella oye algo, y toma conciencia de ello a la perfección (segunda tirada: 02). Está segura que un vecino del compartimento número 11 ha abandonado su habitación de madrugada.

Luego tiro por Phineas.
Duerme como un tronco. No duerme, está en coma (resultado del primer dado: 94).