Partida Rol por web

[HLdCN] Conjura en el Olimpo

El Final de la Conjura

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06/06/2018, 18:50
Temis

Temis se preparaba para introducir como cada noche su mano en la Llama del Olimpo, pero aquella noche fue algo diferente, pues la llama comenzó a crecer y a arder con fuerza, imposibilitando que la Diosa introdujese su mano sin quemarse para sacar el veredicto de aquella noche:

- ¿Pero qué...? - preguntó desconcertada mas para sí misma que para que nadie le diese una respuesta.

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06/06/2018, 19:07
Némesis

La Sagrada Llama del Olimpo siguió creciendo y tiñendo de colores cobrizos el lugar, amenazante y decidida, hasta que de pronto algo pareció brotar de ella y caer junto a Temis.  Se trataba de la figura traslúcida de una mujer que se irguió y llevando una de sus manos hasta la otra, se despojó de un anillo, para acto seguido ser completamente visible.

Se trataba de Némesis, la Diosa de la Venganza y del Equilibrio, temida tanto por castigar el orgullo como el exceso de felicidad...  si es que a eso podía llamársele pecar.

- La Conjura ha terminado, - sentenció decidida - y estoy aquí para devolver el equilibrio al mundo y castigar a los traidores.

Sus palabras no podían más que tranquilizar a los leales, pues por fín todo había terminando.

La ya conocida por todos nube que precedía a la barca de Caronte comenzó a surgir a sus espaldas, aunque esta vez parecía mucho más grande de lo habitual:

- He estado contemplando vuestro esfuerzo desde las sombras, desde la invisibilidad que el anillo de Giges me proporciona, esperando vuestra buena fortuna y el éxito de vuestra misión, y por fin lo habéis logrado.  Han sido necesarias muchas noches, muchas vidas mortales, muchas guerras...  ahora debéis ganaros nuevamente el derecho a gobernar a lo mortales, pues las estúpidas disputas familiares les afectan a ellos más que a nadie.

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06/06/2018, 19:19
Caronte

Mientras hablaba, la nube tomó una forma más densa y visible, dejando ver en este caso no una barca, sino un régio y un tanto envejecido barco, pues todos los que habían sido enviados al Olimpo se encontraban en su interior:

- Muchos son los viajes que me debéis Dioses, tanto ir y venir no es mi labor... - dijo Caronte desde lo alto de la embarcación, - y ahora decidme, ¿cuáles son los que realmente deben estar en eterno castigo en el Inframundo?

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06/06/2018, 19:24
Némesis

- Los Conjurados, los traidores que se dejaron engañar por Poseidón fueron 5...  ¡y a punto estuvieron de ser 6! - comenzó Némesis - los conjurados fueron:

- Apolo, furioso con Zeus por ser obligado a ser esclavo de un mortal como castigo a sus pecados.

- Gamínedes, furioso con Zeus por se obligado a ser su amante y tratado como mercancía.

- Atenea, furiosa consigo misma por no ser ella la que lidera el Olimpo creyendo ser mejor que Zeus, el cuál devoró a su propia madre para evitar que naciese, aunque sin éxito.

- Perséfone, tratada como mercancía por sus propios padres y desposada contra su voluntad con Hades, condenándola así a vivir en el Tártaro.

- Y Thanatos, que indeciso desde el principio fue convencido por Atenea de que lo mejor para todos, era suplir a Zeus en el trono.

Acto seguido se giró y alzando las manos elevó un ligero viento que venía del Océano, haciendo con este volver a todas las víctimas de los Conjurados e incluso al mismísimo Poseidón.

- ¡Venid todos al Olimpo! ¡Némesis os reclama! ¡el equilibrio os reclama!

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07/06/2018, 00:02
Poseidón

Arrancados de las profundidades oceánicas y del propio Tártaro, nuevamente estábais todos juntos, aunque Némesis se había encargado de posicionaros a todos en torno a los Conjurados y por supuesto de su líder, que se irguió orgulloso y comenzó a señalaros con su tridente:

- ¿De verdad creéis que este es el final? ¿qué comeréis perdices? ¡mi hermano ha sembrado demasiado odio con sus acciones y si no ha sido hoy, será la próxima vez, o la siguiente...  o las que sean necesarias para que ese loco abandone su trono.

- ¡Y si creéis que voy a quedarme aquí por las buenas a esperar mi castigo es que no sabéis nada de mí!

Acto seguido utilizando su tridente se alzó sobre vosotros, al fin y al cabo era uno de los Dioses más poderosos y seguramente nadie o prácticamente nadie pudiese detenerlo.

Sin embargo, el mismo águila de trueno que os había recibido salió en su busca, placándole y cayéndo ambos monte abajo en una pelea que ya era demasiado larga...  rayos, tormentas, tempestades...  ¿acabaría alguna vez todo aquello? todos conocíais muy bien la respuesta aunque esperábais equivocaros...

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07/06/2018, 00:08
Némesis

Entonces ignorando la lucha de los hermanos, Némesis prosiguió... 

- Lo único que me tiene confusa y que me hace temer por el Equilibrio, es el motivo por el que las Moiras por primera y única vez, han intercedido...  un hecho sin precedentes que no deja entreveer nada bueno...  algo las ha perturbado.

Pensativa entonces volvió su mirada hacia los Conjurados:

- Y ahora Conjurados, id con Caronte a vuestro encierro en el Tártaro, pues uno de los Hectónquiros os espera, ansioso por guardar vuestra existencia por toda la eternidad. 

- Recibiréis un castigo apropiado a vuestra osadía...  mientras el resto de Dioses nos repartimos vuestras labores...

Notas de juego

¡Y así termina la partida! Podñeis seguir roleando si así lo queréis, dejaré la partida abierta aún unos días y después la cerraré para que podáis ojear y leer todo lo que queráis.

Tenéis una escena de resumen donde están todo el uso de poderes y lo que érais cada uno ¡disfrutad! ¡espero que os hayáis divertido!

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08/06/2018, 16:22
Hebe [INFRAMUNDO]

Hebe se encontró de repente en la barca de Caronte, solo que no era su barca habitual si no una mucho más grande. La diosa de la juventud estaba acompañada por todos los que habían sido expulsados al Inframundo, fuesen leales o conjurados, y su gesto se endureció mientras se cruzaba de brazos.

Escuchó las palabras del barquero y sus ojos hicieron un repaso por quienes la acompañaban, acusando con ellos a quienes sabía culpables y mesurando si sus sospechas habían sido acertadas con los otros. Entonces escuchó una voz que no había oído en mucho tiempo y se giró rauda, la inconfundible figura de Némesis se alzaba cerca de Temis y la diosa de la vengaza despejó todas las dudas hablando con firmeza y poder.

Asintió al saber que en ninguna ocasión había votado a un leal y le agradó escuchar que Thanatos era un conjurado y su sacrificio de permanecer en el Tártaro había sido correcto, aunque haber sospechado de Perséfone y haber tardado tanto en reconocer su traición le puso de nuevo los pies en el suelo. No debía dejarse llevar por la soberbia como le había pasado a Atenea, no se podía permitir los pensamientos de creerse mejor que los otros dioses. Cada uno era como era y todos eran necesarios.

Entonces llegó el momento de volver a ver a los encerrados en el Océano, un torbellino de agua la envolvió y cuando se retiró los leales estaban alrededor de los conjurados. Los ojos de Hebe buscaron a su esposo y a su madre por el círculo, preocupada por su bienestar, pero antes de poder encontrarlos la voz cavernosa de Poseidón se levantó furiosa atrapando la atención de la joven. Aunque le pesase sabía que su tío tenía razón y que su padre no había sido un buen gobernante, pero ¿quien podía estar seguro de serlo una vez llegase al trono?

Los dos hermanos desaparecieron de la vista cuando rodaron por la ladera, Hebe avanzó preocupada un paso hacia el borde antes que la voz de Némesis la detuviera, la encaró y asintió. Tenía razón. Las Moiras se habían involucrado y eso no presagiaba nada bueno. Pero la nueva crisis tendría que esperar hasta que los dioses pudiesen poner orden en el caos que se había producido en su ausencia.

La joven se acercó a Hera y a Heracles, abrazó cálida y largamente a la primera, y besó al segundo, su mano se entretuvo en la mejilla rasposa del dios y luego se deslizó hasta entrelazar sus dedos con una sonrisa en los labios.

-Deberíamos volver a nuestras obligaciones, aunque Zeus sea quien se sienta en el trono, cada uno de nosotros podemos hacer que todo vaya bien y esto no se vuelva a repetir. De nosotros depende no volver a llegar a este extremo.

La sonrisa ilumina su cara, sus ojos miraban a su familia con confianza y amor, quizás fuese su juventud pero ella tenía fe.

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08/06/2018, 17:55
Afrodita [INFRAMUNDO]

Parecía que el tiempo de espera encerrada en el Hades había llegado por fin a su fin. La barca de Caronte hizo acto de presencia por última vez para transportar a aquellos encerrados en las profundidades, sin saber a saber a ciencia cierta qué había pasado.

No fue hasta que llegó arriba cuando comprobó ante sus ojos el papel de cada uno, conjurados y leales, errores y aciertos cometidos en intensos días donde la duda primaba más que la razón. Sonrió a los presentes, sobre todo a aquellos con los que más tiempo llevaba sin ver, posando sus ojos, por último, en su afamado guerrero.

Tras tantos días suspirando su nombre tenerlo tan cerca encendía sus adentros y secaba sus labios, queriendo jugar una última vez. No se acercó, aletargando ese tan esperando encuentro aunque le lanzara discretas miradas como si de una niña traviesa tratase, escuchando la explicación de Némesis y la extraña intervención de las Moiras, viviendo ella misma ese encuentro.

Mientras tanto seguía con su juego, paseándose para saludar al resto de dioses con largos y cálidos abrazos, felicitándolos por su labor y el arduo trabajo, aunque seguía mirando al guerrero. Sólo tenía ojos para él.

A medida que los dioses iban congregándose, y el círculo achicando, la figura de Ares era más cercana y lo aprovechó para pasar al siguiente nivel, rozando el bajo de su espalda de manera consciente con la yema de sus dedos o moviendo el cabello, dejando que su perfume natural le embriagara, teniendo ella misma que resistir el del hombre.

El juego terminaría cuando uno de los dos cediera al contacto, fundiéndose en un pasional beso.

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08/06/2018, 18:12
Eris [INFRAMUNDO]

Bueno, había sido divertido mientras duró. La conjura había terminado antes de tiempo, pero había aguantado bastante. Lo suficiente como para hacer divertida la experiencia. Por supuesto, ella había ayudado a que la conjura se prolongase, pero tampoco la hubiera dejado vencer. ¿Quién quería otra guerra entre Dioses? ¿Poseidón y padre peleándose por el trono? No gracias. Ver a los dioses sufrir y el mundo arder. Aquello era lo divertido, pero tan solo durante un tiempo. Si el mundo se consumía ardiendo o los dioses se hundían sufriendo su patio de juego desaparecería. El equilibrio era importante. Sin equilibrio no había nada que desequilibrar.

Asistió con algo de aburrimiento a la caída de las máscaras. Debía reconocer que perdía su gracia cuando ya sabías quién estaba debajo desde el primer momento.

Se acercó a Hestia.

Oye tita. Buen trabajo. La verdad que no había quien remara en dirección contrario contigo marcando el ritmo a los galeotes. - Le dice como si todo no hubiese sido más que un chiste.

Después se acercó a su hermano preferido y le dio un cariñoso beso en la mejilla.

Ares, cariño. Que tozudo eres. Mira que desconfiar de tu propia hermana... es cierto que podía haber parado esto hace mucho, pero ya me conoces. Solo era un poco de diversión. No iba a dejar que nada grave de verdad ocurriese. Por cierto, que tienes que vigilar a tu querida, me tiene un poquito de ojeriza insana.

Y así, como si nada, Eris continuó su labor en el Olimpo donde la había dejado. Helios y Pan seguramente se repartieran las labores de Apolo, Hebe recuperaría su condición de copera, Perséfone simplemente volvería a casa sin necesidad de sustituto, de las labores de Thanatos se podría ocupar el mismísimo Hades y eso sólo restaba Atenea.

Te encargarás tú de suplir a Atenea, ¿hermanito? Si es así y en algún momento necesitas alguna ayudita con el tema de la estrategia avísame, ya sabes que estaré encantada de ayudar. Como siempre

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08/06/2018, 19:08
Hestia [OCÉANOS]

Cuando terminó la conjura Hestia suspiró aliviada y rápidamente volvió a presentarse, está vez de forma permanente, en el Olimpo. El resto de dioses empezaban a llegar y los conjurados se veían abatidos...eran conscientes de que pasarían bastantes penurias de ahora en adelante. La diosa del hogar no tardó en servir la mesa para que todos comieran en condiciones y se alegró de los encuentros de algunos de los presentes...

Era hermoso ver a Heracles y Hebe reunirse, ver a su hermana rodeada de la mayoría de sus hijos, no pudo evitar sonreír cuando Afrodita volvió a flirtear con Ares...pero torció el gesto cuando Eris se le acercó y habló.

Con una parsimonía asombrosa, Hestia acarició el cabello sedoso de la diosa de la discordia...le recolocó el cabello encima de su oreja derecha y deslizando las yemas de sus dedos por sus mejillas, recorrió su rostro hasta posarlos en su barbilla y la levantó, manteniendo un firme contacto visual.

- Eris, querida. Me conoces muy bien y deberías saber que no dejaré pasar por alto tus jueguecitos. Puede que no fueses una conjurada pero hablaré con mi hermano seriamente por tu forma de actuar. Ríe ahora que puedes,... me encargaré de que te den una buena reprimenda por tu forma de obrar estos días. Su voz había sido dulce y tierna a los oídos del resto pero sus palabras estaban cargadas de convicción. A Eris le caería una buena, de eso estaba segura.

- Y por lo de Atenea no te preocupes, puede que deba volver a ejercer algunos cargos que en su día deposité en Dionisos y Apolo...todos sabéis que no me he inmiscuído en las disputas y discusiones ya fuese de dioses o mortales, pero dadas las circunstancias, y después de haberme forzado a intervenir estos días...creo que la que más ha cambiado he sido yo. Me parece que si van a cambiar muchas cosas a partir de ahora...

Efectivamente, muchas cosas preocupaban a la diosa del hogar y la armonía...entre ellas las palabras de Némesis hablando de las Moiras. Aquello traería muchos problemas, de eso estaba segura. Si alguien había cambiado más que el resto en estos días, esa era Hestia.

- Vamos a darles una reprimenda a Zeus y Neptuno. Hera, Démeter...sería conveniente que fuésemos juntas...los pequeños que se queden, hay mucho que hacer hasta alcanzar el equilibrio.

 

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08/06/2018, 19:45
Ares

El dios de la guerra se encontraba eufórico.

Habían vencido. Poseidón había fracasado de nuevo, y ahora los conjurados permanecerían largo tiempo en el Inframundo. Conociendo a su Padre como lo conocía, suponía que no iba a ser en absoluto agradable para ellos. Sonrió con malicia imaginando qué ocurrente tortura sería la que Zeus idearía para su ojito derecho, Atenea, o para Ganímedes, aquel efebo insolente que había insultado a su hermosa Afrodita antes de que la democracia olímpica le enviase con el barquero. Pensó en Apolo, cuyo final había provocado la atroz partida al Tártaro de la diosa del amor, todo a causa de las flechas de Eros. No obstante, lo que más regocijo le daba era saber que Perséfone también pagaría por su traición. Nadie conspiraba para enviarle al Inframundo y salía indemne. Sólo lo lamentaba por Thanatos, quien siempre le había caído bien. "¿Tendré que volver a sacarte de los infiernos, compañero?" se preguntó, con amargura.

-Buena puntería, hermana -felicitó a Ártemis, palmeándola en el hombro con gesto de camaradería. La arquera se había ganado todo su respeto.

Se fijó entonces en Selene y Pan, conocedores de sus secretos desde el comienzo y que habían permanecido juntos hasta el final. Hacían buena pareja, sin lugar a dudas.

-Bien hecho, camaradas -añadió, con una sonrisa-. Y sobre lo de esa habitación, Pan... Espero que la oferta siga en pie. -Tampoco quiso entrar en detalles, por si Hefesto estaba escuchando con uno de sus pájaros mecánicos. Esperaba que el sátiro captara a lo que se refería.

Divisó entonces a Hermes, el último leal en pie. Más de una vez, sus eternos silencios habían enervado a Ares, que a punto había estado de agarrar al mensajero y lanzarlo él mismo al Océano, pero en la recta final de la conjura Hermes había despertado y había sacado a Artemis del Inframundo, proporcionándoles la victoria.

-Te estás poniendo rocoso -aduló Ares a su atlético hermano, apretándole los músculos del brazo.

Para cuando terminó de felicitar a sus compañeros victoriosos, Caronte ya había llevado a todos los dioses leales al Olimpo. Habían caído muchos a lo largo de los días, aunque en esos instantes el dios de la guerra sólo tenía ojos para alguien: la diosa del amor. Por una semana habían estado separados, pero para él había sido tan doloroso como si fuera un milenio. La vio, con su cabello rojizo cayendo en bucle por su cuerpo y sus preciosos ojos azules, ya observándolo. "¿Es esto lo que sienten los mortales tras reencontrarse con sus esposas tras una larga guerra?" se preguntó para sus adentros, sintiendo un cosquilleo en el estómago.

Se abrió paso entre los numerosos dioses que ahora se extendían por toda sala, con la mirada puesta en Afrodita. Puede que los saludara, pero en esos instantes no podían parecerle menos importantes. A los dioses menores, como Iris, Asclepio o Himeneo directamente los apartaba a empujones. Volvía a haber demasiada gente en el Olimpo para su gusto.

-Hola, Mamá -saludó a Hera, escurriéndose a su lado.

-Ey, Hebe. Me alegro de verte -le dijo a su joven hermana, orgulloso de que la ex-copera y sus habilidades hubieran sido una pieza clave para exponer la traición de Ganímedes e indirectamente las de Atenea y Thanatos.

-Heracles, a ver cuándo quedamos para ir a matar monstruos juntos. ¿Cuál prefieres? ¿Equidna o Escila? -le preguntó a su fortachón hermano, por pura cortesía, palmeándole en aquellos enormes brazos que parecían jamones, mientras seguía avanzando.

-Siento lo de Ariadna, Dioni -le dijo a su alcoholizado hermano, que ya parecía estar ebrio de nuevo.

-Bien hecho, tía Hestia -añadió, posando una mano sobre el hombro de su tía favorita-. Sin ti, no lo habríamos logrado.

Entonces apareció Eris, quien acababa de darle un beso en la mejilla. Ares ni siquiera la miró a la cara. Sus ojos no se habían desviado de la pelirroja. Conjurada o no, la Discordia había sido una traidora y había impedido que Afrodita pudiera regresar al Olimpo. Pero también era la única con la que podía disfrutar del caos o reírse de sus estoicos hermanos. Aun así, le costaría mucho volver a convertirse en su hermana favorita, puesto que se había ganado Ártemis.

-Tú búscame dos polis griegas y siembra la Discordia entre ellas -le respondió el dios de la guerra, lacónico-. Después, estaremos en paz.

Para cuando por fin llegó hasta Afrodita, esbozó una sonrisa, mientras sentía cómo ella rozaba con sus dedos el bajo de su espalda o agitaba sus cabelloa para que el guerrero percibiese su fragancia. Y en aquellos momentos de júbilo, a Ares no le importó lo más mínimo que Hefesto andase cerca o que la pelirroja no fuera su espada. Se aproximó hasta ella y, posando sus grandes manos en las caderas de la diosa, la miró a los ojos con un amor que nadie había visto nunca en el colérico dios de la guerra.

-No hay conjura que pueda separarme de ti, Dita -le dijo, con una inesperada ternura, apartando un mechón del cabello de la diosa del amor para poder admirar su hermoso rostro.

Y acercando sus labios a los de ella, ambos se fundieron en un pasional beso.

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08/06/2018, 22:25
Heracles [OCÉANOS]

Finalmente todo había terminado, Los leales a Zeus en el Olimpo hicieron caer al último perjuro y todo al fin había terminado. Al volver al Olimpo me encontré con Hebe y le di un apasionado beso, luego fui a ver a mis pequeños hijos para abrazarlos también. A diferencia de mi historia en la tierra esta había terminado bien.
- Cuando gustes iremos a matar monstruos hermano, sin lugar a duda mi elección es Escila.- Dije en respuesta a Ares.
-Hestia tu ayuda en el océano ha sido un faro en la eterna oscuridad, siempre me tendrás de Amigo y no dudes en solicitar mi ayuda si alguna vez la necesitas.-
 Todo parecía volver lentamente a la calma, luego de tantos días por fin podríamos descansar tranquilos.

 Antes de retirarme con mi familia pare frente a Eris -Maldita mujer, no me equivoque con tigo. Te tendré un ojo encima y te juro que algún día te hare pagar por todo lo que nos hiciste pasar.- tras decir eso me aleje de la diosa de la discordia.
 Durante todo el tiempo que estuvimos en el Olimpo deliberando no había tomado una sola gota de vino, ahora por fin podría brindar y despejarme un rato y luego de pasar un tiempo con los otros dioses visitaría a mi padre.

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09/06/2018, 09:24
Eris [INFRAMUNDO]

Eris mira a Heracles y sonríe con malicia.

Qué difícil es guardar rencor a Eris. Honroso y valeroso. Siempre demuestras tu nobleza Heracles. La solución fácil y rastrera sería guardar rencor y prometer venganza sobre el débil y frágil Poseidón. Tú siempre vas un paso más allá y ves la verdadera naturaleza de las cosas (aunque te la chive padre) y sabes que a quien hay que hacer pagar no es a Poseidón ni a los conjurados, sino a una vil diosa cuya presencia entre vosotros hoy es prueba más que suficiente de que no tuvo nada que ver en todo esto.

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09/06/2018, 10:17
Hebe [INFRAMUNDO]

Hebe vio a su esposo y a su hermana hablando y se acercó, parecía que cuando la animosidad entre Heracles y Hera se suavizaba otra parte de su querida familia entraba para rellenar el hueco. Con pasos decididos se interpuso en medio de los dos y elevó el mentón mirándolos alternativamente.

-Eris déjalo estar, ya te has divertido por unos días, ¿no? Y tú Her no le sigas el juego, contra más te enfadas mejor se lo pasa. -puso una mano en su brazo para reclamar sus ojos y continuó -Es la diosa de la discordia, es así, está en su esencia, y como cualquiera de nosotros no lo puede evitar, sólo retrasarlo. Tú que fuiste humano no tienes esa pulsación en tu interior. Pero debiste sentir el toque de Eris para llegar a convertirte en quien eres ahora, sin ella te hubieses rendido al primer obstáculo... y no nos hubiésemos encontrado.

Sus ojos chispeaban y le instaban a su marido a dejar a todos atrás y celebrar la vuelta a la "normalidad".

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09/06/2018, 22:59
Artemis

Ártemis sonríe abiertamente ante el desenlace de toda esa historia. Las idas y venidas de unos y otros dejaban claro que aquella conjura había llegado a su fin. No sería ella la que se lamentara por los traidores, precisamente. Ni siquiera por su querido hermano.

 

Cuando Ares se acerca a ella a felicitarla, le devuelve el saludo .

 

-Gracias, hermano, tú tampoco has estado mal- responde guiñándole el ojo.
 

Los reencuentros comienzan a sucederse a su alrededor: Afrodita y Ares, Heracles y Hebe... La diosa de la caza se mantiene en un segundo plano mirándolos a todos con el orgullo reflejado en el rostro. Finalmente, se cuelga el carcaj y el arco a las espaldas, en un claro gesto de que da por terminada aquella disputa y que de momento no sería preciso hacer uso de ellos.

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10/06/2018, 03:26
Selene

Después de recibir la flecha y la espera a ver qué ocurría, Selene se había olvidado casi de respirar. Cuando apareció Némesis su sorpresa inicial dio paso a una tranquilidad de la que no gozaba en más de una semana, y más cuando vio cómo el resto de dioses volvían al Olimpo. 

De entre todos sus ojos se posaron en el dios más brillante. Nada más ver a su hermano, la diosa lunar corrió a abrazarlo. La tensión de los últimos días hizo mella en ella y dejó que su peso se cargara sobre los hombros del dios durante unos segundos. Después, se separó y le sonrió.

- Me alegro de que estés de vuelta, hermano - sus ojos se volvieron hacia el resto de dioses - también me alegro de vuestra vuelta, aunque de algunos más que de otros - miró sin disimular a la diosa de la discordia - ya hablaremos tu y yo - dijo con cierto rencor.

Mientras lo hacía, escuchó las palabras de Ares y no pudo evitar sonreír al dios de la guerra.

- Buen trabajo tu también, pero respecto a la habitación creo que tendrás que esperar un poco - se acercó al sátiro y le plantó un apasionado beso para luego girar hacia Ares y guiñarle el ojo de forma pícara - Pan y yo tenemos algo pendiente antes de que deje libre esa habitación para el disfrute de otros.

Luego, su mirada se posó en Artemis y guió sus pasos hacia ella. Se quedó a un par de pasos de la diosa de la caza y la sonrió.

- Bien jugado, Artemis, un excelente trabajo con tus flechas - dijo acercando su mano para que se la estrechara.

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10/06/2018, 04:15
Hera [OCÉANOS]

Volvió por fin de las profundidades del basto océano, los conjurados abandonaron la estancia, se alegró que no fuera ninguno de sus preciosísimos hijos y bueno, Hefesto tampoco se había ido...

Se sentó en su trono, lo había echado infinidad de menos, vio al resto de Dioses de celebración y no pudo evitar alzar la voz - Quiero dar mi más sincera enhorabuena Dioses y Diosas, pues hemos logrado entre todos dejar atrás las rencillas del pasado y juntos, vencer a un enemigo común, pero esta lucha no ha terminado aún, pues Poseidón antes o después volverá a encontrar la forma de alzarse de nuevo contra mi esposo. Pido también que en cuanto acabe la celebración, todo aquél que no resida aquí y no tenga asuntos pendientes en el Olimpo, abandone la estancia con la mayor brevedad posible. - pero alzó los brazos y con una sonrisa, la primera desde que todos se habían reunido allí - ¡Ahora celebremos! - estaba eufórica, pues seguiría siendo reina de todos los dioses y además la rencilla que ahora disputaban Zeus y Poseidón, seguramente dejaría alguna herida en el dios del trueno ¡se lo tiene bien merecido por dudar de su maravillosa esposa!

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10/06/2018, 12:38
Pan

La aparición o revelación de Némesis, añadiéndole el hecho de que habían terminado, hace que el sátiro sonría con amplitud.

Un trabajo bien hecho.

Concluye, sacudiendo sus manos con fuerza y comenzando a estirar su cuello. La aparición del dios de los océanos provoca que se ponga en tensión por un momento. Estaba dispuesto a darlo todo, aunque no fuese demasiado, por detenerlo... pero no, es el águila quien se abalanza sobre él para llevar más guerra al mundo. Sus ojos se ponen en blanco, ya sabía cómo se las gastaba el viejo gruñón y sería imposible detenerlo. La intervención de las moiras no mejoraba la cosa, pero tampoco iba a hacer un drama ahora. No le apetecía demasiado pensar, de modo que su intervención es relativamente breve.

Yo no quiero hacer el trabajo de ninguno de ellos.

Declara, más trabajo serían más responsabilidades, y todos sabían que eso era algo que precisamente hastiaba al pícaro dios.

Los extremos son cosa de nuestra naturaleza.

Responde con una ligera sonrisa a la eterna joven. En la llegada de Afrodita el dios no desaprovechó para responder con la misma calidez a su abrazo y, quizá, un poco más de cercanía a su cadera de la que sería decente para cualquiera, pero ey, nadie podía negar que era cosa de su naturaleza. O de la de ambos, realmente.

A las provocaciones de Eris, sencillamente se encogió de hombros, no le apetecía demasiado en ese instante entrar en el juego de la discordia, de modo que le sonríe plácido, y nada más. Sin nada que añadir a Hestia, es Ares el siguiente que le habla y el sátiro ríe abiertamente, tanto que resuena en todo el lugar.

Claro, Ares, soy un dios de palabra. Pero ya sabes que no puedo desaparecer de ella.

Le recuerda, aunque no creía que le fuese a importar demasiado, era mejor prevenir. Además, quizá podría ser realmente divertido. Camina hacia Heracles y apoya su mano en su hombro.

Ey ¿sin rencores? Bien sabe Hestia que apoyé tu regreso sobre el de muchos otros.

Le sonríe plácido, sabía que aquel dios era particularmente mortal, con toda la inestabilidad que ello implica. Pero precisamente Pan no era el más indicado para recriminar nada.

Observa claramente cómo Artemis se aleja a un discreto segundo plano, justo antes de que Selene recuerde que tenían algo pendiente. Sonríe a ambas, sin darse cuenta de cuán similares eran, cuán lunares. Con un par de saltos, mientras interactúan, se coloca detrás de la arquera y, desde la espalda, echa el cabello a un lado para, con gran descaro, posar un suave y sutil beso en el cuello de la diosa. Se ríe y se aleja nuevamente, permitiéndole recuperar su espacio.

Celebremos.

Asiente a la afirmación de Hera, algo razonable tras todo lo que estaba sucediendo. Pero antes, sacó un dado y lo lanzó al aire, y mientras éste daba vueltas, explicó.

Hice una promesa conmigo mismo, debo cumplirla.

El dado muestra un cinco, se encoge de hombros, como si no tuviese más importancia, y se encamina hacia Hestia, directo, con la intención de tomar su rostro con ambas manos y plantarle un beso de esos que podrían paralizar el rumbo del universo por un segundo. Si ella no se apartaba, claro estaba.*

- Tiradas (1)

Notas de juego

He incluído sólo diosas activas (excluyendo a Hera, que no quiero un rayo de Zeus en mi culete)

*Hestia, te ha tocado, puedes apartarte si lo deseas. ;)

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10/06/2018, 21:24
Hestia [OCÉANOS]

Hestia no quería que la pelea entre Zeus y Poseidón se alargase, aquello solo traía sufrimiento en el mundo terrenal y desconcierto en el resto de dioses. Aún tratando de  convencer a Hera y a Démeter de que le acompañasen y ayudasen a frenar aquel enfrentamiento, no se esperó los ágiles y elegantes movimientos del sátiro que se posicionó frente a ella e hizo ademán de querer besarla. 

Hestia sonrió por el atrevimiento y colocando su dedo índice en los labios de Pan, le susurró con descaro.

- ¿Sabes que mis labios fueron codiciados tanto por Poseidón como por Apolo, y que por ello, casi se inició una guerra olímpica? ¿Serías tan insensato de hacer algo así?

Por su mirada, creyó que Pan había reconocido de inmediato su error y observó cómo éste agachaba la cabeza y se disponía a alejarse de la diosa del hogar,... pero esta, lejos de permitirlo, lo acercó hacia ella y le depositó con calidez, un suave y húmedo beso en los labios que trató de prolongar en el tiempo. Cuando se retiró, sonrió con ternura, guiñó un ojo y le dijo cómplice al oído...

- Que no se entere nadie...

Después buscó con la mirada a Afrodita y levantando el pulgar le comentó indecisa.

- ¿Aprobada, querida?

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10/06/2018, 21:52
Artemis

Ártemis, aún sonriente, ve cómo la diosa lunar se acerca a ella y se para a un par de pases de distancia tendiéndole la mano. En lugar de limitarse a estrechársela, se acerca a Selene y le da un cálido abrazo.

 

-Bien hecho tú también -le responde en cuanto se separa de ella.

No ha hecho más que volver a su posición tras felicitar a la hermosa Selene, cuando siente cómo alguien se acerca por su espalda. Antes de tener tiempo siquiera a reaccionar, puede notar cómo retiran su cabello exponiendo su cuello para depositar un suave y delicado beso en él. En un acto reflejo se vuelve para buscar el origen, pero al ver a Pan decide simplemente dejarlo estar, aunque le observa con los ojos entrecerrados fingiendo algo más de indignación de la que verdaderamente sentía.

En ese momento, escucha a Hera celebrar también la victoria llevada por la euforia.

- ¡Celebremos! -responde con una carcajada.