Partida Rol por web

Welcome to Hope Peak's Academy!

Ahí la tienes, frente a ti por fin. ¡Hope Peak's Academy!

Contemplas la fachada del edificio principal de la Academia de arriba a abajo, y tu corazón se llena de esperanza. No eres más que un alumno del Curso de Reserva de Hope Peak's, con talento pero lejos de ser un Ultimate como los que estudian en el curso principal, pero hoy es un día especial para ti y para muchos otros. Hoy, tú y unos cuantos alumnos elegidos al azar tenéis el privilegio de visitar el edificio principal de la Academia, ¡el lugar donde estudian los Ultimates! ¿Significa esto que estás un paso más cerca de que te admitan en el curso principal? Quién sabe.

Parece que has llegado pronto, pero tras unos minutos de esperar en la entrada te das cuenta de que nadie más parece llegar, así que decides entrar por tu cuenta. No querrás llegar tarde a esta visita tan especial, ¿no?

Das un paso hacia el interior de la Academia, y solo la apariencia del hall ya empieza a maravillarte. Es todo tan... ¡Ultimate! Es tan maravilloso que sientes que la cabeza te da vueltas. No, espera... te está dando vueltas de verdad. ¿Qué ocurre? Te estás mareando, tal vez sea mejor que te sientes un rato. No querrás que...

Abres los ojos, y te encuentras en un rincón de lo que parece ser un pasillo de Hope Peak's Academy. No puede ser... ¿es posible que te desmayases al entrar? Qué vergüenza... ¡menuda impresión debes haber causado!

Te levantas del suelo donde alguien te tiene que haber sentado, o tal vez simplemente caíste de esa forma, y cuando te pones en pie te das cuenta de que tienes una nota en la mano en la que pone "Gimnasio". Allí es probablemente donde debes dirigirte, ¿verdad? ¿Habrá empezado ya la visita guiada? ¿Qué hora es?

No llevas teléfono ni ninguna otra cosa que pueda darte la hora, así que tendrás que fiarte de los relojes de la Academia. El reloj del pasillo señala que queda todavía una media hora para que comience la visita guiada... ¡menos mal! Así que te pones en camino hacia el gimnasio, esperando encontrarte con otros miembros del Curso de Reserva allí...

Por fin estoy aquí, en la academia kibougamine. 

Miro a mi alrededor y parece que no hay nadie, así que decido entrar, pero en ese momento todo empieza a distorsionarse y a volverse negro. 

Me despierto en mitad de un pasillo sola 

Espero que nadie haya visto esto, que vergüenza desmayarme mi primer día, lo que necesito para crear buena impresión. Maldita sea.

Veo que mi mano hay una nota que antes no estaba ahí.

Eso quiere decir que alguien sí que lo ha visto. Podrían haberme ayudado por lo menos, en fin, será mejor que llegue al gimnasio.

Tras perderme un poco por los pasillos logre encontrar el gimnasio, lo raro fue no cruzarme con nadie en los pasillos y al parecer en el gimnasio tampoco había nadie. Me quedo a la espera de que llegará alguien más. 

​​​​​​Que raro todo.

Era evidente que quizás la mejor forma de empezar no era quedarse desmayado frente al refrigerador de la cocina... ¿Qué le había pasado al bueno de Yoru Bochi?. Eso no lo sabría decir ni él... ¡Pero por si las moscas este tenía un plan!. Abriendo la nevera, sacó un par de cartones pequeños de leche y se lo llevó consigo... ¿Qué cosa no puede curar la leche?. Mientras marchaba hacia el gimnasio iba bebiendo uno de esos cartones...

¡Menuda leche me llevé contra la nevera!

¡Quedé inconsciente y todo!

¡Vi las estrellas! ¡La vía láctea enterita!

Comentó el muchacho al ver a la muchacha mientras con una mano sujetaba el pack de ahora 5 cartones y con la mano restante se buscaba el chichón y por tanto posible causa de haber quedado K.O.

Enarco una ceja mirando al recién llegado, era un tanto extravagante y... ¿Adicto a la leche? ¿Que hacía con 6 bricks de leche entre las manos? Bueno 5 y uno a medio beber. 

¿Estás bien? Espera un momento, ¿Tu también te desmayaste? Y yo creía que esto solo podía pasarme a mi.

Veo que con la mano libre se toca la frente en busca de algo. 

¿Estás herido o algo por el golpe? A todo esto no me he presentado soy kumiko Sakurai, encantada. ¿Cómo te llamas? 

El chico era raro pero parecía simpático.

Por su parte el bueno de Bochi respondió a aquella muchacha mientras este buscaba en su cabeza por aquel chichón que el muchacho decía tener y por tanto ser la causa de que este cayera inconsciente. A fin de cuentas, no había de otra.

¡Me llamo Yoru Bochi!

¡Que extraño! ¡No me encuentro nada!

¡Esto huele mal... leche agriada!

Comentó mientras este dejaba de buscar su cabeza, en verdad el muchacho parecía bastante afectado mientras trataba de pensar en un motivo por el cual ambos estuvieran ahí.

¡Pues blanco y en botella!

¡LECHE!

¡Si tu también te desmayaste y yo también!

¡Eso es porque alguien con muy mala leche nos atacó!

Por suerte él tenía una respuesta.

¡Fueron los Intolerantes! ¡La Intolerancia es mala!

¡Fueron unos adoradores de la leche de soja!

¡Nunca hay que fiarse de ellos!

Kazuhi se había despertado en un lugar completamente aleatorio de la escuela justo después de desmayarse. Se estiró un poco y miró para todas partes, al no encontrar lo que buscaba se echó una mano a la barbilla, pensativo y extrañado. Tras pensar algunos segundos, decidió levantarse y explorar un poco, después de todo allí en mitad de la nada no iba a saber que demonios le había pasado para desmayarse. ¡Quizá debería haber desayunado algo más!

Caminó y caminó hasta finalmente escuchar dos voces procedentes de una habitación bastante amplia, aunque él no solía pisar dicho lugar con demasiada frecuencia, pues se trataba de un gimnasio. Se decidió a entrar, pues los dos chicos que habían allí parecían igual o más perdidos que él.

No pudo evitar observar que había un tipo con unos cuantos bricks de leche... Entendía que hubiera traído uno, para almorzar... ¿Pero todo un paquete de bricks de leche? Era extraño cuanto menos. La otra chica que allí se encontraba, sin embargo, parecía menos extraña a primera vista, al menos menos extraña que aquél chico.

Lamento haber puesto la oreja. - comentaba mientras hacía aparición en el gimnasio. - Pero no he podido evitar oíros mientras abría la puerta. Es bastante curioso que conmigo ya van tres personas que se desmayan. Dos puede ser casualidad, tres ya... Son demasiados. - tenía la cara bastante seria y pensativa, aunque pronto la cambió a una sonrisa al darse cuenta de que no se había presentado. - Perdonad mis modales, pero es que son extrañas las circunstancias en las que nos conocemos.

Mi nombre es Kazuki Uehara.

      Lo cierto es que Miguel llevaba un rato despierto, pero al llegar a la instancia y ver a los presentes el mismo no parecía estar demasiado interesado en abrir su boca de momento... en su lugar, cogiendo su libreta y un bolígrafo comenzaba a anotar poniendo su total atención a esto .

       Una vez termino, levanto la vista y pensando sus palabras, tomo un poco mas de aire para dejar escapar un simple...

¡¡ Hi !!

mientras una rosa desde la punta del bolígrafo se comenzaba a manifestar.

Akihiro alzó los párpados lentamente, emitiendo un pequeño quejidito antes de empezar a incorporarse, intentando recordar exactamente qué le había pasado para terminar así. ¿De verdad se había desmayado justo en ese momento de ese día? ¡La vida no podía ser tan injusta! Y para hacerlo peor, algún desalmado tenía que haberlo visto, porque se dio cuenta de que le habían dejado una nota en la mano en vez de intentar ayudarlo... Aunque, por lo menos, ya sabía dónde tenía que ir.

Tragó saliva frente a la entrada gimnasio, esperando encontrarse con una habitación repleta de gente que, segurísimo, se giraría hacia la entrada según escucharan las puertas abrirse, pero nada más lejos de la realidad. Cuando abrió las puertas, se encontró con que solo había otras cuatro personas allí. ¿Y se lo parecía, o tenían cara de estar tan confundidos como él? Titubeó largamente, como si se hubiera quedado congelado allí, pero al final se decidió a acercarse a ellos.

─ Hola ─ Saludó perezosamente, mirando determinadamente a todos y a la vez a ninguno ─ Esto... ¿Sabéis qué hora es? Juraría que antes llevaba el teléfono encima... ─ Alzó una mano con la que jugueteó con los cordones de la sudadera y siguió hablando, aunque casi parecía que le costaba. Estaba poco acostumbrado a tener que pronunciar tantas cosas de golpe ─ Cuando estaba llegando me he mareado y al despertarme tenía esto en la mano.

Hurgó un poquito en el bolsillo del pantalón y sacó una nota ya algo arrugada en la que ponía "Gimnasio", enseñándosela al resto.

─ Pensaba que llegaba tarde, pero... ─ Dejó caer un poquito los hombros. Allí solo estaban ellos cinco, de modo que o no llegaba tarde, o llegaba tardísimo.

 Aquel día comienza diferente, no por nada siento que los nervios me consumen entera y ni siquiera he pisado un pie allí aún. La verdad es que no puedo creer lo que está pasando, al recibir la invitación para visitar aquel Instituto, algo en mi cambió y sé que es para siempre. Dudo que quede como una alumna Ultimate pese a que mi rendimiento es demasiado bueno, el asunto pasa por ser poco... Sociable. 

Ya cuando la hora es la indicada y tras desayunar con mi hermano mayor, es quien me lleva al punto de encuentro y al ver que se encuentran varios allí, muero de ganas por ponerme los auriculares y aislarme un rato del mundo. Es que las multitudes son... intensas para mi y esto de encajar con los demás, es como exponerse demasiado a ser rechazado. 

Con un poco de timidez me despido de Koru y camino hacia la entrada del Instituto. Mis mejillas están rojas y un mechón de cabello rosa chicle, cae sobre mi rostro, cubriendo ligeramente esa expresión donde todo es muy fuerte de tolerar. Casi hago un amago para ponerme los auriculares, pero inhalo profundo y descubro que nadie está allí. ¿He llegado demasiado temprano? Posiblemente. 

La situación es mala, pero al menos servirá. Ataviada con una chaqueta lila, blusa azul, falda y medias largas, aguardo en un rincón la llegada del resto. De momento sólo una débil sonrisa surge brevemente y poco más mientras camino hacia el interior del lugar, el asunto es que de repente comienzo a sentirme muy mal. Hasta que veo todo demasiado oscuro...

Y cuando quiero acordar despierto con un papel que dice: Gimnasio. Captando aquello me levanto bastante perdida y camino directamente hacia el lugar. Cada vez entiendo menos, es raro que tenga desmayos repentinos, es el primero. Posiblemente sean los nervios, sí. 

Una vez llego al gimnasio, veo a todos los presentes y busco mis auriculares de nuevo, es la necesidad de aislarme. Pero no, debo hacer un esfuerzo e intentaré relacionarme. 

- ¡Hola! Soy ... Kukiko. - me acerco al chico que habla último (Arisaka). - Sabes... me sucedió lo mismo. ¿Cómo puede ser?

Chiyoko se despertó en uno de los pasillos. Tirada como una marioneta sin hilos... Interesante. Se crujió el cuello girándolo al lado contrario al que había caído su cabeza y esbozó una sonrisa extraña al ver la nota en su mano. Vaya, vaya. Nunca había oído nada de este estilo, pero parece... humano. Casi con movimientos mecánicos, como si de verdad fuera una muñeca intentando reanimarse, se levantó y echó a andar a zancadas hacia donde podría suponer que estaba el "Gimnasio".

- Vaya, vaya. Aquí hay un montón de gente. - comentó acercándose al grupo cuando les vio. 

Pasó escudriñando a unos y a otros, como si fueran auténticos extraterrestres, dando vueltas y saltos mientras les rodeaba y finalmente enganchó con su manga caída la nota que había sacado Arisaka. Antes de que pudiera quejarse, enseñó la suya propia que llevaba en la otra manga, poniendo una al lado de otra. 

- Esto es interesante. Es bastante interesante, de hecho. Alguien se ha tomado la molestia de escribirnos adónde ir. ¿Y también de desmayarnos? Quién sabe, quién sabe... - ladeó la cabeza, dejando la nota en manos de Arisaka otra vez y mirando al resto - ¿Pero todos tienen una nota? ¿O sólo nosotros? Sea como sea... - se cruzó de brazos y sonrió más ampliamente - Soy Chiyoko Inoue. Un placer. O eso espero.

-¿Qué... qué hago aquí? ¿Dónde estoy? -murmuro mientras me incorporo con lentitud saliendo de mi estado de duermevela. Recuerdo haber llegado al edificio principal de la Academia e ingresar al hall pero después todo en mi mente era borroso, como un fundido a negro típico de las películas o series de la televisión. Por lo menos las gafas las tengo intactas y no se me han roto en la más que probable caída tras desvanecerme. Me las quito un momento para limpiar los cristales y miro a mi alrededor por si encuentro una pista de mi paradero. "Desde luego, una imagen muy poco favorecedora para mí si ante una gran oportunidad como esta me han entrado los nervios y me he mareado inconscientemente... O quizá es una prueba por parte de los gerentes para comprobar si somos capaces de acceder a las deseadas plazas como alumnos Ultimate" -elucubro, con gesto reflexivo y extrañado.

En ese instante descubro una nota en mi mano con una única palabra escrita en ella y que me indica el lugar al que debo acudir. Lanzando una rápida mirada a lo largo del pasillo, comienzo a caminar, al principio cauteloso y dubitativo pero finalmente aprieto el paso, hasta hallar la puerta del gimnasio y lo que me sorprende es escuchar las voces de varios chicos y chicas dentro. La sorpresa viene porque ellos tampoco saben lo que ha ocurrido ni por qué se han desmayado. Me acerco un tanto cohibido, pues al ser gente desconocida nunca sé cómo abordar una conversación. Pero en este caso concreto, creo que todos estamos en la misma situación.

-Hola -saludo alzando una mano con timidez-. Me llamo Kenji; Ken para los amigos -sonrío levemente-. ¿Alguno sabe qué ha pasado o si es que nos querían gastar una broma? -pregunto manteniendo una posición corporal estática y firme.

Lo dicho un rarito, con adicción a la leche, pero que sea raro no quiere decir nada, es diver. ¿Que es el ultimate lácteo o algo similar?

Algo me dice que puedo adivinar una de tus aficiones. ¿Siempre usas ese tipo de frases? Hay que admitir que eres la leche. En el buen sentido, eres divertido

No soy de la que se le da bien hacer bromas y seguro que ha sido horrible, pero me cae bien.

Cada vez llegaba mas y mas compañeros, parecía una clase interesante, Había ¿Un par de niños?

Mmmm ¿No sois un poco pequeños para venir a la academia?

Todos parecíamos llegar en las mismas circunstancias, desmayo, con una nota, con los aparatos electrónicos... ¿Qué esta pasando aquí? 

Creo que todos llegamos igual, inconscientes. Muestro mi propia nota. Con una nota y móviles desaparecidos.  ¿Alguien sabe que pasa? Todo esto me inquieta.

Como otros iKuyurah, Iku por abreviar, llego al gimnasio sin tener muy claro que había pasado instantes antes, pero cuando llego ya había varios compañeros reunidos y discutiendo, raro teniendo en cuenta que cuando entro estaba solo y pensaba que era el primero. ¿Cuanto tiempo llevaba durmiendo? Según el reloj no mucho así que... ¿Cuando le habían adelantado tanta gente? ¡QUE IMPORTA! Por fin estaba en la Academia y eso era lo único que le importaba en ese momento, eso y presentarse al resto.

-¡Hola! -Se levanto todo lo que pudo, acentuando se barriga y demostrando que la altura no era su mejor virtud. -Ikuyurah Atira, encantado. -Se inclino tal y como había ensañado esa misma mañana delante del espejo.

Cuando volvió a la verticalidad miro a los que serian sus nuevos compañeros y se dio cuenta que no veía a ningún adulto por ningún lado. -Y... ¿Donde están los profesores?

─ ¡Ah! Casi se me pasa... Akihiro ─ Se presentó, mirando primero a Kukiko y después al resto de los que estaban allí, frunciéndo un poquitín el ceño y llevándose un nudillo a los labios ─ Pero entonces... ¿De verdad nos ha pasado ha todos?

Y según dejaba la pregunta en el aire, Chiyoko le arrebató la nota de las manos. Le lanzó una miradita acusatoria con los ojos entornados, pero no protestó más que hinchando un poquitín los carrillos, porque tampoco es que la tuviera demasiado cariño a la nota. Y aún así, la poca molestia que pudo causarle se evaporó cuando le enseñó que ella también tenía una exactamente igual.

─ ... Esto sí que es raro ─ Musitó mientras volvía a meter la nota en el bolsillo después de que la devolviera ─ ¿Alguno de vosotros ha visto a alguien fuera del gimnasio? Ya fuera... dormido o despierto.

Negó levemente con la cabeza a la pregunta de Ikuruyah. Si lo que empezaba a pensar era cierto, y todos habían despertado en lugares diferentes, no habían visto a nadie más y todos tenían una nota citándolos allí... Empezaba a parecer algo demasiado planeado.

Mediante un suceso de acontecimientos que muchos otros habrían recapitulado en sus propias mentes, habían acabado luego de desmayarse en un pasillo random de la academia con una nota que les indicaba "Gimnasio".

—Tranquilos —dijo intentando calmar a algunos de sus compañeros los cuales al parecer compartían cierta inquietud con respecto a su situación—, recordemos que la Hopeak —abreviación por la cual llamaba a la academia, por alguna razón— no es precisamente conocida por ser la más normal de las academias. No me extrañaría que nos estuviesen poniendo a prueba de alguna forma que aún desconocemos o algo así.

—Mi nombre es Bim, vengo de Helve... —Bim se aclaró la garganta—. Ehm, de Suiza —corrigió presentándose, aún a sabiendas de que cuál era su país de origen era información que dejaría indiferente a más de uno—. Supongo que toca esperar —dijo a sus compañeros, entre ellos encontrándose el niño leche y el gemelo del otro gemelo, antes de tomar asiento.

 Monka, el apasionado chico vencedor implacable en numerosos juegos de cartas, tuvo la oportunidad de visitar el edificio principal de la Hope's Peak Academy. Algo que un estudiante de reserva como él apenas podría soñar en sus noches más profundas en los brazos de Morfeos, o en las mesas de rol más extravagantes e irreales que pudiese haber. Sin embargo, al cruzar el umbral para conocer aquel mausoleo de la excelencia, cae desmayado y despierta Dios sabe donde.

 Siguiendo las indicaciones de la nota que encontró al despertar, Monka se dirige al gimnasio y se encuentra con un grupo de personas que describían una experiencia similar a la que a él le había sucedido. Entusiasmado más que asustado, el muchacho saluda fervientemente a los demás.

¡Sugoi sugoi! ¡Excalibur, saludos a todos! ¡Supongo que todos estamos en el mismo calabozo! ¿Eh? ¡Quest time!

Estaba afrente de la puerta de la Hope Peak's Academy, uno de los lugares donde la gente que trabaja duramente y con un talento definitivo, eran aceptados. Mama, papa. mi esfuerzo puede dar frutos y este puede ser un ejemplo, !¡Por fin mi esfuerzo no sera desperdiciado en vano!!. Doy mis primeros pasos en la academia y tal solo estar por unos breves momentos, siento como mi pansa inicia a llenarse de mariposas y como mi mente inicia a dar vuelta, vueltas tras vueltas... Para al final perder la conciencia de la emoción.

A despertar, lo único que pienso es que no haya dado mucha pena por haberme desmañado, le seguro a mas de uno de habla dado risa, pero creo que ese era uno de los pocos problemas que debo preocuparme ya que cuando abro mi mano, Noto la nota en ella.

Gimnasio

Sin alguna duda un compañero o un profesor lo habrá dejado para que fuera al lugar. Me paro y me acomodo mi elegante ropa, para ir a asistir a reunirme con quien fuera que estuviera. 

A llegar, noto que hay varios compañeros y que estos, están hablando. Con mucha presentación en mi compostura y elegancia, me acerco a este grupo para presentarme.

Buenos días o noches caballeros y damas, soy un estudiante de reserva con el talento de ser un gran servidor, mayordomo, Miyamoto Aoyama. Así que si pasa algo y necesitan ayuda, no duden el  pedírmelo. Claro de la forma mas respetuosa posible.

Estaba afrente del edificio principal del simbolo de la esperanza, "Hope Peak's Academy", al parecer ser un experto en los video juegos puede ayudar a dar un paso para ser alguien definitivo o especial, sin algunas dudas esto puede alegrar a cualquiera, pero a mi no tanto... solo quiero acabar los altos estudios y jugar hasta reventar... pero al parecer la suerte te sonríe cuando menos te lo esperes.

Apenas doy unos cuantos pasos dentro de las instalaciones, me desmayo.

...

Poco después de recuperar la conciencia, veo la nota en mi mano. ¿Acaso me desmaye por la emoción?... ¡YO DESMAYARME POR LA EMOCIÓN! ni yo me lo podía creer. Acaso el aire de la escuela es tal SUPER, ¿Para desmayar a alguien como yo? ¡Un flojimo!

Sin mas darle vueltas al asunto, me propongo ir al Gimnasio, para ver que me esperaba de todo esto. apenas a llegar, noto que algunos ya se han presentado. y ahora algunos cuantos ya se están presentando.

 ¿Hola? ammm.... ¿Llego demasiado tarde?