Partida Rol por web

Kazuki ya había respondido a cuantas veces podía usar su monotool en varias ocasiones. Además aquél tipo lo estaba grabando como si fuera su mono de feria personal. Kazuki decidió no contestar otra vez a una pregunta que ya había respondido como tres veces antes y por ende, solo miró mal al tipo. Le habían preguntado algo a el tipo de la cámara y su respuesta había sido usar a Kazuki para ignorar la pregunta. Eso es de maleducados.

Y en cuestión de minutos, el pensamiento de que estamos siendo los blancos de una broma pesada, cambia por el de ser partícipes involuntarios de un juego mortal. Si nos negamos, morimos. Si aceptamos las normas y jugamos, también existe la posibilidad de morir. ¿Quién nos asegura la salvación? Desde luego no cometería la misma imprudencia que el chico que había sido tiroteado a sangre fría por revelarse y golpear a aquel oso. Toda la escena se había desarrollado de una manera más propia de un espectáculo o número televisivo. Si hasta el oso podría ser la mascota de un programa de éxito...

Empiezo a temblar ligeramente desde mi posición mientras mis ojos bailan entre los presentes. La situación es extrema y habrá que andarse con mucho cuidado. Si por naturaleza he sido a veces desconfiado con la gente de mi entorno, ahora es que siento que no puedo fiarme ni de mí mismo. Hay uno que, pese a que es un niño, habla con mucha certeza en su discurso, presentando su punto de vista con una tranquilidad y aplomo pasmosos. Pero habla tanto que lo único que está consiguiendo es convertirse en el foco de atención y no sé si eso le conviene pese a la utilidad de su Monotool.

-Esto... Supongo que con "el otro de las gafas" te refieres a mí -doy un paso al frente, fijando mi vista en Yoru-. Tengo nombre, por si no lo sabías. Me llamo Kenji -añado antes de dirigir una mirada al resto-. ¿Cómo vamos a saber a quién votar si aún no nos conocemos ni hemos comprobado un verdadero cambio en la personalidad o en el comportamiento? Si hay varios osos como se ha comentado, se encargarán de pasar desapercibidos o de llevar la voz cantante para despistarnos. No será tarea fácil descubrirles...

Ya habían hablado dos de los que este jovial muchacho había señalado, lo cual era de agradecer, pues cuanto más se hablase, más información se tendría de todos los presentes, en particular de quienes podían caer en mentiras o en contradicciones en un futuro más cercano que lejano.

-Así que eres Kenji-chan. -Comentó con cierto rintintín y un brillo especial en su mirada mientras decía estas palabras- ¡Pues yo soy Yoru Bochi, el Ultimate Milkman!. ¿Sabes que es importante beber un vaso de leche al día?. ¡Seguro que sí que lo sabes!. Tienes pinta de ser alguien listo...

Ágil y veloz, Yoru Bochi se encaramó al brazo de Kenji y le miró sonriente.

-¡Ey! ¡Ey! -Exclamó con alegría- ¡Vamos a jugar a un juego!. ¡Yo te cuento un secreto y tu me cuentas uno tuyo!. ¿De acuerdo?. -Sin esperar respuesta, Yoru se acercó al oído de Kenji y le comentó:- Las vacas marrones NO dan leche con chocolate. ¡Solo dan leche normal y se le añade el cacao después!. -Ya habiendo revelado el secreto, este muchacho preguntó- ¿Quién es el que va a desaparecer esta noche?.

Miré durante un rato a la chica que hablaba; por fin alguien que parecía ir en serio y no se ponía a acusar a alguien sin pruebas.

Antes de contestar miré a todos los presentes; recordé quienes habían hablado y qué habían dicho, a ver si podía aclararme y sacar algo de información.

Alguien debería encargarse de los que están nerviosos; intentar explicarles la situación y ayudarles a recuperarse.

Dije, mirando a la chica del pelo azul, al chico bajito y al de los cálculos; los tres que parecían estar pasándolo peor.

Nosotras, mientras, creo que iremos a hablar con ella.

Me dirigí hacia la chica de pelo rosa, aprovechando que no parecía creerse que todo aquello era serio.

Quizás tenía razón, pero no quería confiarme, no cuando me podía estar jugando la vida.

Abrí los ojos al ver que la chica empezó a hablarme.

– Ese es un buen punto a tener en cuenta, cuan dispuestos estáis de salir de aquí. Y es cierto que desde el punto moderno es difícil, pero la cosa no mejora... Y respecto a salir, no voy a negar que tienes razón, por las palabras de Monokuma, allí fuera no parece ser lo mejor, pero quizás sería mejor opinar una vez lo veamos con nuestros propios ojos – dirigue la mirada hacía Ayaki – Respecto a la investigación me gustaría unirme, no crea que puedan acabar con 3 a la vez –.

Retrocedo de manera instintiva un par de pasos al ver la efusividad del chico obseso de la leche quien se permite la confianza de incluso agarrarse de mi brazo. 

-Vaya... qué interesante lo que comentas -digo en un tono que denota cierta ironía-. ¿Quieres saber una cosa? Mucha gente se piensa que el piano es un instrumento de percusión... pero en realidad ¡es de la familia de la cuerda! Aunque eso una mente tan espabilada y despierta como la tuya ya lo sabía, ¿no es así? -pregunto en un susurro, mirándolo con una media sonrisa empática, antes de hacer un último comentario-. ¿A cuento de qué viene preguntarme quién va a desaparecer? No lo sé, por desgracia no he desarrollado el don de la adivinación. Tendremos que esperar a ver qué ocurre...

El hecho de que Kenji se apartara parecía haber molestado al muchacho obsesionado con la leche, pese a ello, no parecía del todo triste, tan solo sonrió levemente antes de continuar hablando con cierta falsedad en sus palabras.

-Oh... Kenji-chan... -Comentó apenado por un instante- ¿Enserio prefieres alejarte de alguien que amablemente te ofrece su caliente lechita desde el corazón?. -Tras decir esto, Yoru Bochi muestra sacando de su ancha manga uno de los cartones pequeños.- ¡Como tu veas, Kenji-Chan!. ¡No habrá una segunda oportunidad si la vuelves a rechazar!.

Llevando un dedo a la comisura de sus labios el muchacho volvió a insistir.

-Kenji-Chan... eres un tipo muy listo... ¿Quién desaparecerá durante la noche?. Seguro que eres capaz de adivinar quien... di un nombre, el que tu quieras... ¿O acaso crees que serás tu mismo?. ¿Quieres ser tu mismo?. Mi pobre Kenji-chan...

Ignorando el rechazo del muchacho, Yoru volvió a acercarse mientras esperaba.

Cuando vi al chico de la cámara, intenté llamar su atención inmediatamente.

—¡Eh! ¡Aquí! ¡Grábame! ¿Has visto qué disfraz tan chulo? —exclamé al tiempo que posaba con entusiasmo.

Los demás todavía seguían empeñados en que todo aquello era real.

—Pero ¿no estaréis creyéndoos que todo esto es verdad? ¿De verdad os creéis que nos han alterado la memoria y que está pasando algo ahí fuera? —dije a los demás, y solté una risotada.

A todo esto, noté que alguien acercaba a mí.

—Hola. Sí. Claro que podéis echaros fotos conmigo si queréis —exclamé antes de que pudieran decirme nada. Puse mis brazos sobre los hombros de las chicas y miré hacia el chico de la cámara, esbozando mi mejor sonrisa.

Bim observó algo extrañado la conversación entre Niño Leche y Niño Piano, aunque decidió finalmente restarle importancia. Las palabras de Sleepy —apodo que había decidido dar a Ayaki Ito— hacían cierto sentido: mientrás más alumnos aterrorizados y llorando en posición fetal hubiesen menos mentes pensantes podrían ayudar a alcanzar cualquier tipo de conclusiones útiles. En el otro extremo de la balanza se encontraban alumnas como Happy —Yuki Ishida— que tampoco parecía que fuesen a ser de demasiada utilidad tomándose todo como una broma, pero sin duda acabaría entendiendo el lío en el que se encontraban por sí misma.

—Niño Bola —le dijo a Ikuyurah Atira, quién si de por sí parecía una bola, hecho una bola parecía aún más bola—, cálmate —lo intentó tranquilizar, mostrando una pequeña sonrisa—. Si todos nos vamos a un rincón de la sala a temblar de miedo los servidores de Oso Maloso —Monokuma— acabarán asesinándonos uno por uno. Entiendo tu miedo, pero debemos trabajar juntos si queremos salir de esto —le aseguró, tendiéndole la mano para ayudarlo a levantarse.

—Quizás algunos lo pasaron por alto, pero Ojeras —Kibou Kobayashi— dijo algo muy cierto: hasta la primera víctima nada es seguro. De hecho, es totalmente probable que incluso luego de la primera víctima nada sea seguro, pero al menos tendremos algo. Ahora mismo sólo podemos hacer especulaciones en gran medida infundadas, y honestamente dudo que nada bueno salga de ello.

Le lancé una pequeña sonrisa al amenazante chico que se nos acercaba, Hitoshi Kurosawa, quien parece querer ayudar con la investigación. No confiaba en él, sobretodo porque parecía alguien fuerte que podría matar a cualquiera, pero no iba a juzgar al libro por la portada, y siempre era de agradecer una mano más.

La sonrisa se esfumó al notar los brazos de mi compañera sobre mis hombros. 
La miré, seria. Me irritaba que no se lo tomara en serio; no nos iba a servir de nada así, pero pensé que seguirle el rollo sería lo óptimo. 

Me estoy metiendo en el papel, creo que es más entretenido así. Además, si no me lo tomo en serio, no ganaré. Y quiero ganar. 

Esperaba que, tras el primer muerto, se diera cuenta de la seriedad del asunto. Mientras tanto seguiría actuando, no me era ningún problema si me aseguraba algún tipo de información.  

Me llamo Ayaki Ito, encantada. 
Dime, ¿Qué opinas sobre la situación? ¿Y sobre los roles que nos han tocado? Los osos, los neutrales, y los alumnos...

Sonreí de nuevo, esta vez abriendo los ojos, intentando parecer amigable a los ojos de la pelirrosa. Quizás así la chica confiaría más en mí.

Shiina era por lo general muy solitaria, callada y reservada, aparentemente siempre en su propio mundo. A diferencia de muchos de los presentes, tenía serias dificultades para empatizar y entablar conversaciones que fuesen mucho más allá de monosílabos o frases cortas, por lo que cuando observó que su esfuerzo por interactuar con la pelirroja de ojos azules y auriculares inhalámbricos colgándole del cuello obtuvo su fruto, sonrió alegremente, entregándole la mitad del dulce que estaba comiendo.

- Gracias...- fue toda respuesta que Mashiro logró expresar inicialmente en un susurro, ante el cumplido que Kukiko le realizó tras dibujar la escena. Y advirtiendo que la joven alumna se le había presentado, aunque tardase en reaccionar más que el promedio, si fue capaz de entender que lo correcto era hacer lo propia. Mashiro... Me llamo Mashiro Shiina. ¿De qué color eres? - le preguntó mirándola a los ojos.

Fue entonces que, entre el cúmulo de opiniones intercambiadas y los sentimientos variados que los distintos alumnos compartían entre sí o sobrellevaban en soledad, una joven alegre y risueña le solicitó una fotografía al chico de la cámara, yendo de inmediato a abrazarlas en grupo. Aquello fue realmente sorprendente para Shiina, la cual no supo inicialmente como reaccionar al sentir el cálido abrazo, pero acostumbrada a que le fotografiasen, no tardó en dejar una imagen para el recuerdo, una pose perfecta que estaba habituada a ofrecer al público tras muchísimos eventos y galas a las que la habían invitado como reconocida artista. Finalmente, después de aquel momento que mantendría en el recuerdo, Mashiro volvió a empezar a dejar trazos para una nueva obra que tenía en mente empezar a dibujar. 

Aki espera paciente de Kazoku a que este hable. "Igual es tímido, o se está pensando bien que decir" se le pasa por la cabeza, sin darse cuenta de que el chico no pensaba abrir la boca. En ese momento, una chica pelirrosa empieza a hacerle gestos y a gritar en su dirección. A pedirle que le grabe.

Aki se mueve a su lado tan rápido que perfectamente podría haber dejado una marca en el suelo. Su entusiasmo y su energía se transmiten muy bien en cámara, pero lo mejor de todo es que piensa que nada de lo que está pasando es real. ¡Oro puro! Acabe siendo así o no, la mente de Aki ya está soñando con las posibilidades... y entonces, la chica le pide que le haga una foto mientras mete en el plano a más chicas.

—Pero esto no es una cámara de fotos...—murmura totalmente desconcertado, la cámara todavía apuntando hacía las chicas que ya están posando y sonriendo.

Levantando una ceja, dejé mis crucigramas a un lado y aparté la mano de de Kazuki de mi moflete.

- ¡Ha ha ha!

Una divertida y alegre risa resonó en el lugar. Mi hermano nunca dejaba de sorprenderme, sus palabras sinceras y llamativas habían despertado en mi el interés por un nuevo reto. Mirándolo con ojos curiosos, me crucé de brazos en actitud engreída.

- Interesante, hermanito, yo también te quiero mucho... pero estoy segura de que te has dado cuenta de que acabas de ponerme una diana sobre la cabeza, a pesar de tener las intenciones de protegerme - un gesto taimado apareció en mi rostro mientras observaba cada jugada de Kazuki, no estaba molesta con él, era simplemente un juego de palabras entre hermanos - sé que eres lo suficientemente listo para haber elaborado estrategias que no nos hayas contado, por lo que también estoy deseando ver qué tienes planeado.

Lo cierto era que al ser parte de la secundaria de Hope's Academy, aunque fuera el curso de reserva, me esperaba un nivel más alto de intelectualidad. Estaba claro que sus talentos nada tenían que ver con las mentes de varios de aquellos elementos. Tras escuchar a la pelirrosa, el tipo sombrío de gafas y la siniestra de la sonrisa rara, con algunos "agudos" y "perspicaces" comentarios que hicieron que pusiera los ojos en blanco, lancé un hondo suspiro y aplaudí.

- Braco, chicos, me habéis impresionado, tenéis unas mentes privilegiadas - solté con un marcado tono de sarcasmo.

Después, me dediqué a mirar a todos en general y a nadie en particular. Como si de una cámara grabando se tratara, observé al resto como evaluándolos.

- Viendo que las palabras de mi hermano han generado mucha expectación que heredé sin proponérmelo, yo también haré mi pequeña aportación. Todavía no tenemos mucha información para poder condenar a alguien y, desde luego, no creo que mi hermano esté mintiendo. Al menos, no del todo. Llamar así la atención sólo hace recaer sobre él las investigaciones, sólo un tonto se expondría así y Kazuki no lo es.

Hay gente que habla mucho sin decir absolutamente nada, acusando a los demás y señalando al primero que resulta más fácil de votar, como ha sido Kazuki en este momento. Desconfío completamente de la gente que señala sin pruebas sólo porque es lo más sencillo... o lo más conveniente - dije mirando por el rabillo del ojo a algunos de los presentes que habían tratado de inclinar la balanza de los votos hacia mi hermano.

La chica rubia me responde y sonrío, lo cual me atrevo a responder a su pregunta. 

- Azul. - digo. 

Una vez respondo, viene una chica a sacarse una foto al lado nuestro así que pongo cara de nada mientras espero que hagan la foto. Finalmente cuando se retira, mi atención se centra en la hermana del chico de gafas y noto que no dice mucho. Digamos que lo esperable. 

Lo bueno es que se da cuenta esto de que tiene una diana en la cabeza por su hermano, aunque no comprendo en demasía al chico. Eso sí, se ha callado un poco y es de agradecer. 

- ¿Y que es? - pregunto al chico de la cámara. 

Me estaba presentando de una forma muy educada, pero fue interrumpido por un oso que había salido del escenario. ¿Formara parte de Show de los estudiantes de la academia? pero a escucharlo y ver como este oso quería hacer un juego donde no podíamos negarnos, me quede algo confuso y con muchas preguntas, acompañado de un fuerte dolor en el estomago, como si este se hubiera detenido por las emociones del momento, pero para empeorar. Uno de nuestros compañeros, había sido asesinado frente nuestra. ¿¡Que clase de locura es esta!?. trago aire y me relajo un poco, cuando ya estoy tranquilo, veo lo que decía mi papel.  Mmmm, ya veo.

A escuchar a mis compañeros hablar sobre quien puede ser oso y como el chico de las gafas, había puesto sus intenciones desde un inicio. Así que me paro afrente de los presentes, trago saliva ya hablo. 

Compañeros, a pesar de todo esta locura. No voy a dejar mi profesión, así que ya sea inocente o no, puede venir conmigo y pedirme ayuda, mientras yo sin problema, voy aceptar ayudarlos. 

En otras palabras, en primero que se me acerque en el día, y pide un favor, comooo... no se... ¿votar por alguien?, sin alguna duda votare por la persona que me ha dicho que votara. No lo tomen a pecho, soy un mayordomo, y no me importa si sean inocentes o no. Solo seguiré las ordenes de la primera persona.

Kazuki se alegró de ver hablar a su hermana y ver como se tomaba todo aquello, incluso el exponerla protegiéndola como un desafío. No iba a comentar nada sobre ella, pero si que le dedicó una sonrísa osada.

Los comentarios de la mayoría eran... Poco reveladores, con la excepción de dos personas, siendo una de ellas el mayordomo, al que decidió contestarle. - Dices que servirás a la primera persona que te lo pida durante el día. Bueno, es de día y yo soy una persona, así que te voy a pedir.

Sírveme votando y usando tu Monotool en quien sientas que debas hacerlo, durante todos los días. - comentó señalándole. No le hacía gracia que alguien tan sumiso fuera usado por cualquiera, sobretodo si eso significaba que el primero que le hablara le dijera "Vota a Kazuki".

Tras esa pequeña intervención que consideró necesaria, volvió a guardar silencio, observando nuevamente a los demás.

Lo que dice el chico de leche tiene sentido. Claro que sería más fácil ver cambios si conociéramos a la persona de antes... Chiyoko asintió a lo que había decidido Ayaki y le dio la bienvenida a su grupo de investigación a Hitoshi saludando con su manga. Justo después, la pelirrosa se les echó encima y la cabeza de Chiyoko se sacudió como la de esos muñecos que se suelen poner en el coche. 

- Vaya, vaya. Qué entusiasmo. Si nos sacan una foto podremos demostrar que no somos vampiros. - comentó con su sonrisa ya habitual, consiguiendo dejar su cabeza quieta de nuevo. Miró a su nueva compañera investigadora y soltó un pequeño "ahhh" al verla abrir los ojos. ¿Y quién no quiere ganar? O por lo menos no perder... - Eso, eso. Por supuesto, no te vamos a preguntar tu estrategia ya que nosotras también jugamos, ¿pero cuál crees que tiene más posibilidades de ganar? ¿Y no te ha parecido hiperrealista la "muerte" de ese chico de ahí? - sacudió las mangas como si estuviera haciendo el gesto de las comillas y luego señaló con la cabeza el cadáver del pobre chaval que seguía en el suelo.

Miró un momento a la hermana de Katsuki-kun mientras hablaba, encogiéndose de hombros como si nada. Sigue siendo un oso de Schrödinger. Y es normal desconfiar de todo el mundo. Lo que sí le hizo torcer un poco el gesto fue lo dicho por el señor mayordomo. Si hace caso a Kazuki-kun, puede ser una buena opción... Pero tendríamos que controlar quién habla con él al principio del día.

El comportamiento de Yoru me desconcierta cada vez más, provocando que me ponga un pelín nervioso entre sus comentarios y sus impulsos por acercarse. "¿Por qué se comporta así? ¿Por qué le interesa tanto quién pienso que va a desaparecer?" -me digo mientras me coloco bien las gafas en un rápido movimiento y vuelvo a retroceder tras su avance. Me incomoda que intente invadir mi espacio personal con tanta familiaridad cuando hace unos diez minutos que nos conocemos. Raro. 

-Yoru-chan, no pienso decir el nombre de na-nadie. Hasta que no pasen las horas y suceda algo, no veremos si de verdad todo lo que ha comentado el oso va... en serio -comento en un tono dubitativo-. Además, parece que quisieras confundirnos. Tanto que te gusta preguntar, ¿quién dices tú que desaparecerá? -cuestiono clavando mis ojos azules en los suyos.

Lo que me sigue sorprendiendo es la frialdad de algunos alumnos ante lo acontecido y la predisposición de otros por tomarse esto como un simple juego de detectives, sin pensar que hay fuerzas mayores detrás de este "experimento social" tan macabro.

 Kadogemu estaba perdido en su propio mundo, dejando de lado la preocupación y el pánico para volver a meterse en sus propios intereses. Ahora mismo estaba ideando una estrategia espectacular para ganar en menos de tres rondas una partida de The Gathering, mientras que con los dedos contaba cuantos peones necesitaría para hacerle jaque a un rey luego de un total de 10 jugadas. Era evidente la capacidad analítica de aquel muchacho con los juegos de mesa.

 Por lo bajo, además, seguía murmurando palabras que eran puras referencias a la cultura popular, como si tuvieran algún significado especial para él.

- Mmm... _{The Twilight Zone...} ^{Dragon Ball...} _{Battlestar Galactica...}

El muchacho seguía sin responder al muchacho de la leche, pese a ello, este pequeñín no dejó que los comentarios de Kenji le cortaran la leche, por el contrario, continuó insistiendo nuevamente al muchacho.

¡Kenji-chan! ¡Vamos! ¡Di un nombre!

¿Quien crees que desaparecerá?

¡Seguro que tu sabrías decirlo!

¡Pareces un tipo listo! ¡Di un nombre!

¡Si me respondes diré yo el mío!

Al parecer, el muchacho seguía insistiendo en lo mismo y también parecía que no iba a parar hasta conseguir un nombre de los presentes. Pese a ello y aún con todo. Su expresión cambió a algo más molesta, aún manteniendo aquel entusiasmo e hiperactividad que le resaltaba.

¡Escoge a uno!

¡Te aseguro que será la leche!