Partida Rol por web

Miró a su amigo Mike con una sonrisa. - No pidas perdón, ni me mires en busca de mi aprobación Mike-kun. Desde que entramos aquí, me has demostrado que eres una gran persona y siempre nos hemos cubierto las espaldas el uno al otro ¡incluso has cuidado de mi hermana cuando no has tenido por qué hacerlo! - se acercó y se abrió de brazos, ofreciéndole el máximo gesto de amistad y confianza que el pequeño podía ofrecerle. - Aunque nuestras opiniones sean diferentes o votemos cosas contrarias, eso no va a cambiar la amistad que hemos forjado a lo largo de estos diez días tan intensos.

¡Para mi eres un hermano más!

Cuando terminó de hablar con Mike, escuchó a Chiyoko. Era muy chocante volver a escucharla, sobretodo porque había pensado no volver a oírla nunca más. - Chiyoko-chan... - comentaba ciertamente desganado el chico, acercándose a la pantalla y poniendo una mano encima de esta. Miró al suelo. - Lo siento. De verdad que intenté salvarte, por tu forma de ser, por tus tan increíbles y acertadas deducciones ¡incluso intenté llevarte al límite para que confesaras tu monotool por completo y dejaran de verte como una amenaza Kukiko-chan y los osos! - se mordió el labio inferior, aunque dado que miraba al suelo esto no era apreciable. - Pero entonces llegó el fatídico día en el que te encerraron, esperaba que quien te hubiera bloqueado durante el día fuera solo Kat-kun y que sobrevivieras al ataque nocturno, por eso salté el día siguiente, para que aunque te hubieran atacado, no pudieran colgarte durante el día y tu habilidad se hubiera recargado. - suspiró con gran pena. - Pero nos mintieron a mi y a mi hermana... No pude salvarte por mucho que me esforcé...

Lo siento...

Bim abrió los ojos y segundos más tarde los entrecerró. ¿Que le habían mentido a su hermana? Habían hablado largo y tendido sobre asesinar a Niña Rosa para que se llevase a Creepy, pues los osos la habían bloqueado. Aquello no había sido ningún secreto, con lo cual o Cuatro Ojos mentía o su querida hermana se lo había ocultado. A poco y nada estuvo Bim de comentar todo aquello, pero una fugaz y casi imperceptible ojeada a una de la las pantallas le hizo suspirar con cierta desgana aderezada, quizás, con un minúsculo ápice de nostalgia o alguna emoción similar, por algún motivo, haciendo que desistiese a último momento de arruinar esa escena, aparentemente emotiva aunque estructurada en mentiras e hipocresía. Permaneció en silencio mientras observaba la puerta a medio abrir que los separaba de la libertad.

Aunque seguía con una sonrisa más bien ácida, Chiyoko la bajó ligeramente al ver a Kazuki hablarle a ella. Avanzó un par de pasos hasta estar frente a la pantalla que los separaba, observándole desde arriba. Parte de ella sentía aquellas palabras como una burda excusa, como una forma de intentar sentirse mejor consigo mismo del chico, como una despedida más bien justificada... Y otra parte sabía que lo decía de forma sincera. De todas formas, se quedó en silencio unos instantes hasta que terminó, momento en el cual, Chiyoko soltó una ligera risa contenida, burlona. 

- Nada de eso iba a servir, Kazuki-kun. Mi MonoTool sólo servía contra ataques de osos, no contra muertes producidas por otras MonoTools. O por lo menos eso es lo que tenía entendido. - se encogió de hombros, todavía medio riéndose - Estaba condenada desde que Kukiko había decidido fijarse en mí. Si hubieseis querido salvarme, había dos formas "fáciles" de hacerlo: Que Kumiko-chan me investigara y me declarase como inocente para que Kukiko cambiase de objetivo por fin... O que fuera la MonoTool de Kukiko la que estuviese bloqueada cuando ella murió. Esto incluso os habría venido bien, ya que os arriesgabais a que Kukiko pudiera tirar también de Bim-kun al morir, pero... ¡Ja! - sonrió de forma sarcástica de nuevo - Vaya, vaya, ¡ni siquiera sabíais si se podrían crear bandos neutrales por entonces! Kazuki-kun, te creía más listo... Mi muerte iba a ser tarde o temprano y la decisión final ni siquiera dependía de ti. Así que no tienes nada de qué disculparte. 

Terminó con un suspiro y negando con la cabeza, aunque algo había cambiado ligeramente. Se acuclilló frente a él y puso un dedo en la pantalla, a la misma altura que su mano. Aunque seguía sonriendo, su mirada era algo más apenada. 

- Lo has hecho bien. Has sobrevivido y has hecho lo que seguramente habría hecho yo si hubiese estado en tu bando. Por supuesto, no quita que hayas traicionado a los de la esperanza que confiaban en tu "neutralidad buena", pero has conseguido salvar a tu hermana. ¡Y me has ganado! Yo lo consideraría un éxito... No tienes nada de qué disculparte. - repitió, como si estuviera intentando empujar esa idea en su cabeza - Pero... - todo el tiempo se había mantenido mirando la unión entre su dedo y su mano, pero en ese momento clavó sus oscuros ojos en los de Kazuki, esperando a que levantara la cabeza. Por una vez, su rostro mostraba una decisión absoluta - Kazuki-kun, si se borra Alter Ego, no habrá vuelta atrás. Sin embargo, esa puerta puede abrirse con nosotros aquí. Sólo necesito más tiempo.

Se mantuvo un buen rato mirándole fijamente, esperando su decisión. Hasta que finalmente apartó la mano y restregó la cabeza contra la pantalla, donde estaba la mano de Kazuki, de forma que parecía que por un momento la había acariciado. Con su sonrisa habitual, se levantó de un brinco y dio un par de pasitos para atrás. 

- Ah, sí, si de todas formas quieres irte... Creo que tu pajarita sigue en mi habitación, Kazuki-kun. Con suerte, no tendrá manchas de sangre... No muchas. - le guiñó un ojo.

De pronto, Monokuma aparece en las pantallas junto al resto de habitantes de Alter Ego. Pero no es Monokuma tal y como los vivos lo conocen, sino que parece una versión simplificada del mismo. Una que aquellos que han sucumbido a la muerte ya conocen.

- Si Alter Ego desaparece... yo también... desapareceré. - en cuanto Cyber Monokuma comienza a hablar, su cuerpo se distorsiona, y su voz suena también amortiguada y distorsionada. - No sé por qué... mi padre... querría borrarme. Ese no... era... mi padre. - declara el ser virtual. - Si Alter Ego... va a... borrarse... antes de eso... desbloquearé... recuerdos...

Cyber Monokuma se gira para mirar a Chiyoko y, tras asentir con una animación totalmente distorsionada, empieza a disolverse rápidamente en forma de píxeles.

Segundos después de que Cyber Monokuma desaparezca, aquellos que se encuentran en Alter Ego sienten que su mente ha recibido de golpe nueva información. No, en realidad no es nueva información. Siempre estuvo ahí, pero bloqueada. Lo mismo les sucede a aquellos que estuvieron en Alter Ego anteriormente: Arisaka, Atira y Yuki.

A continuación, una luz azulada surge de un dispositivo colocado sobre los Monitores de la Academia y cubre todo el territorio de la misma. Al encontrarse su mirada con esta luz, aquellos alumnos que todavía quedan vivos y no tienen un cuerpo robótico no pueden sino llevarse las manos a la cabeza, pues es como si un sonoro y agudo pitido les cruzase el cerebro durante varios segundos. Cuando este pitido termina y la luz se desvanece, apagándose el dispositivo... todos recordáis ya vuestra vida en la Hope's Peak Academy.

¡La Hope's Peak Academy!

Solo con contemplar la fachada del edificio principal os ponía nerviosos, y al mismo tiempo os llenaba por completo de esperanza. Todos vosotros habíais recibido una invitación de este lugar, la Academia entre Academias, la más prestigiosa de todas, para estudiar aquí. Dicen que cualquiera que estudie en la Hope's Peak Academy no solo tiene el futuro asegurado, sino que también desarrollará sus talentos hasta límites insospechados. ¿Estaríais vosotros entre los afortunados estudiantes de esta excelente escuela?

Resultó que no.

Teníais talento, eso nadie podía dudarlo, pero fallasteis la selección inicial. Vuestro talento no era suficiente, no era comparable al talento Definitivo de los alumnos de la Hope's Peak Academy. Pero no toda la esperanza estaba perdida.

- ¡Os doy la bienvenida al Curso de Reserva de la Hope's Peak Academy! - dijo un entusiasmado profesor durante el primer día de clase. Aunque no habíais sido aceptados en el Curso Principal, resultaba que la Academia había instaurado un Curso de Reserva para estimular el talento de aquellos que tenían potencial, pero que no llegaban a un nivel definitivo. Este curso era bastante más caro que el Curso Principal, y se rumoreaba que solo existía para que la Hope's Peak Academy pudiera recaudar fondos, pero... - Si pasáis vuestros exámenes con buenas notas y seguís mejorando vuestros talentos día a día, ¡estoy seguro de que conseguiremos que esta clase pase al Curso Principal! - os aseguró vuestro profesor. - ¡Animaos! - os decía al veros tristes por no haber entrado en el Curso Principal. - ¡Pondré todo mi empeño en ayudaros, ya lo veréis! ¡De ahora en adelante sois mis queridos alumnos!

Vuestros primeros días como alumnos del Curso de Reserva de la Hope's Peak Academy fueron duros. Las clases eran bastante complicadas, y en todo momento ese ambiente de haber fracasado al intentar en el Curso Principal inundaba vuestro entorno.

Pero poco a poco, comenzasteis a conoceros. Comenzasteis a intercambiar impresiones, ideas, anécdotas, sueños y ambiciones. El espíritu de esperanza de la Academia se os estaba contagiando. Poco a poco, dejasteis de ser simples compañeros de clase y os convertisteis, todos vosotros, en amigos. Las clases seguían siendo duras, pero os apoyabais los unos en los otros para continuar, y hablabais continuamente de lo que haríais tras convertiros en Ultimates, los alumnos Definitivos de la Hope's Peak. Y lo cierto es que vuestro profesor también ponía mucho empeño en enseñaros, y no lo hacía nada mal.

Pero, pese a todo, era duro. Los miembros del Curso Principal de la Academia no se relacionaban con los del Curso de Reserva, y el resto de clases de Reserva no se relacionaban entre ellas pues, al fin y al cabo, competían las unas con las otras por las plazas del Curso Principal. De alguna forma estabais aislados del resto del mundo... hasta que la conocisteis a ella.

Mukuro Ikusaba era una alumna del Curso Principal, apenas un año mayor que vosotros. No sabíais demasiado de ella, nada más que al parecer había pasado bastante tiempo fuera del país y estaba un poco perdida en la Hope's Peak Academy. No se relacionaba demasiado con otros alumnos Definitivos, al menos no en público, pero vosotros debisteis caerle en gracia, tal vez por ayudarla desinteresadamente en su primer día de vuelta en la Academia.

A partir de entonces, Mukuro os "permitió" pedirle ayuda de vez en cuando para vuestros estudios, y hacía todo lo que estaba en su mano para ayudaros. Tras su apariencia de soldado impasible, Mukuro tenía un lado blando que sacaba a relucir muy poco, al menos de forma aparente, pero que vosotros conseguíais adivinar bajo su fachada.

Incluso un día os dijo que esperaba que lograseis convertiros en miembros del Curso Principal para poder veros más a menudo... e incluso os pareció verla sonreir, aunque puede que fuese solo un malentendido.

La ayuda de Mukuro se sumó a la de vuestro profesor, y al entusiasmo que poníais en vuestros estudios. El curso avanzaba, y poco a poco vuestros talentos se desarrollaban y vuestra esperanza por entrar en el Curso Principal crecía. Cualquiera que os viese en ese momento no dudaría que erais Ultimates, los alumnos Definitivos de Hope's Peak. Y puede que pronto consiguierais serlo.

Y así fue como llegó el periodo de exámenes de la Academia, un momento totalmente clave en el curso escolar de la Hope's Peak. Las clases del Curso Principal competían entre ellas para ver cual era la mejor; mientras que las clases del Curso de Reserva competían para ganarse un puesto en el Curso Principal. Aquellos que mejor lo hicieran tendrían la posibilidad de ascender, mientras que los que lo hicieran peor serían...

- Expulsados. - anunció vuestro profesor con voz severa, golpeando su mesa al colocar violentamente la hoja de vuestros resultados sobre el tablero. - A partir de este momento, ya no sois alumnos de la Hope's Peak Academy. - anunció.

Fue un momento muy duro para vosotros. Os habíais esforzado tanto... Pero resulta que, a veces, el esfuerzo y la esperanza no lo son todo en la vida. El fracaso es siempre una posibilidad, siempre presente, aunque a nadie le guste. Vuestros resultados no eran nada malos... para una persona normal. Pero al parecer no cumplían con los estándares de la Hope's Peak Academy, y habían decidido deshacerse de vosotros para dejar hueco para gente más cualificada.

- Espero que esta vez me toquen unos alumnos competentes. - gruñó vuestro ahora ex-profesor, minutos después de daros la terrible noticia. Su actitud, su forma de hablaros y su mirada hacia vosotros habían cambiado completamente. Ahora rebosaba desprecio. - He gastado mi esfuerzo en vosotros durante meses... para esto. Debí imaginar que sucedería algo así cuando me asignaron a la clase con peores resultados de toda la historia de la Academia - dijo cruzándose de brazos y con el ceño fruncido. - pero pensé que tal vez había algo en vosotros que valiera la pena. Veo que me equivocaba. - la rabia se le notaba en la voz, probablemente él también estaría en problemas por ser el responsable de una clase que había sido expulsada. - Que os quede claro, ¡todos vosotros estáis acabados! ¡Sois unos deshechos! Nadie querrá hacerse cargo de unos inútiles como vosotros.

No volvisteis a ver a vuestro profesor.

Aún así, resultó que vuestro ex-profesor tenía razón.

Tras el momento de desesperación inicial, todos vosotros decidisteis que era momento de dejar de lamentarse y comenzar a pensar en vuestro futuro. Buscar otro lugar de estudios, uno bueno, en el que poder graduaros y aprender para desarrollar cada uno vuestros talentos. Que hubieseis sido expulsados de la Hope's Peak Academy no significaba que vuestra vida debiese acabarse...

... Pero resulta que otras Academias opinaban lo contrario. "No queremos los deshechos de la Hope's Peak", decían unas. "Si no sois lo bastante buenos para ellos, no lo sois para nosotros", decían otras. "No queremos dar la imagen de ser una Academia de tercera, por debajo del Curso de Reserva de la Hope's Peak", coincidían todas. Vuestro futuro, incluso vuestro presente, parecía apagarse poco a poco.

¿Era aquella la esperanza que vendía la Hope's Peak Academy? ¿Triunfar bajo sus estrictas condiciones, o ser un fracasado durante el resto de tus días? Aquello no era esperanza, para nada. Y si de verdad aquello era esperanza... vosotros no queríais tener nada que ver con ello.

Os habíais quedado completamente sin opciones. Vuestro futuro estaba marcado por el fracaso y no había nada que pudierais hacer para solucionarlo. Al menos no por vuestra cuenta.

- Conozco a alguien que puede ayudaros. - a pesar de que el mundo entero os había dado la espalda, de alguna forma  Mukuro Ikusaba se presentó ante vosotros de nuevo. Cuando ya pensabais que no le importabais a nadie, que la sociedad os había abandonado por completo, ella volvió para ofreceros su ayuda. Había algo cambiado en ella, o eso os parecía, pero debían ser los nervios. Pese a todo lo sucedido, Mukuro quiso llevaros a ver a alguien que os pudiera ayudar. Pensaba que podíais ser salvados. - Su nombre es Junko Enoshima.

No teníais demasiado claro cual era la relación entre Junko Enoshima y Mukuro, pero debía ser bastante cercana. Aunque Mukuro normalmente se mostraba seria y estoica, con Junko cerca vuestra amiga y protectora se volvía una persona obediente, que sonreía a Junko sin parar e incluso se ruborizaba de vez en cuando con sus palabras. También os disteis cuenta de que, por alguna razón, era Junko la persona que le había pedido a Mukuro que os trajera ante ella tras vuestro fracaso al intentar entrar en el Curso Principal.

En apariencia, y más allá de ser una estudiante Definitiva del Curso Principal, Junko parecía ser una chica adolescente normal. Carismática, de apariencia cuidada y siempre sonriente. Pero en su mente se escondían unos pensamientos mucho más profundos de lo que jamás os pudierais imaginar.

- La Esperanza es... armonía. - os dijo Junko. - Un corazón justo, moviéndose en línea recta hacia la luz. Eso es todo. - dijo, acompañando sus palabras con gestos de sus manos de lo más exagerados. - La Desesperación es todo lo contrario. - su sonrisa se ensanchó en ese momento. - Es... confusa e impredecible. La Desesperación se traga el amor, el odio y todo lo demás. Porque no saber lo que te aguarda es Desesperación. La Desesperación es lo que ni siquiera tú mismo puedes predecir. Solo la imprevisibilidad de la desesperación puede salvaros de un futuro horrible y aburrido.

¿Quién sabe? Tal vez en circunstancias normales no hubierais hecho caso a las palabras de Junko Enoshima. Pero en ese momento os encontrabais totalmente desesperados, con un futuro incierto por delante, con ninguna expectativa de vida. Traicionados por vuestra Academia, por vuestro profesor, por el resto de Academias, por el resto de alumnos que se negaban a reconocer vuestra existencia.

- El mundo no sabe verlo, ¡pero vosotros tenéis un gran talento! ¡Un gran potencial! - por si todo lo anterior fuera poco, Junko Enoshima tenía un carisma especial, un magnetismo que pocas veces se encuentra en la sociedad. Sus palabras... tenían un gran efecto en vosotros. - ¡El mundo es totalmente injusto! ¡Este mundo está lleno de gente inútil incapaz de ver lo que de verdad importa! ¡Y yo planeo cambiar este mundo! - Junko Enoshima os miró a todos y pronunció las palabras que tal vez estabais deseando que pronunciara. - Yo... ¡voy a convertiros en Alumnos Definitivos!

Vuestros recuerdos después de ese encuentro no están demasiado claros en vuestras mentes. Aceptasteis desesperadamente la propuesta de Junko Enoshima, y accedisteis a ayudarla en cualquier cosa que ella necesitase.

Cierto día apareció ante vosotros con una extraña propuesta: un juego que tendría lugar en el interior de la Hope's Peak Academy. Un juego mortal, con unos objetivos y unas normas que ninguna persona normal que estuviera bien de la cabeza podría aceptar. Pero en aquel momento ya estabais bajo el embrujo de Junko Enoshima, vuestra única oportunidad de salvación. Estabais tan sumidos en la desesperación que aceptasteis inmediatamente cuando escuchasteis el premio que recibiríais.

"Los que sobrevivan al Juego de la Desesperación se convertirán en Alumnos Definitivos"

...

"Acepto."                    "Acepto las normas..."

"Leído, acepto"

                    "Acepto!"                                                                         "Estoy de acuerdo con las reglas..."

  "¡Estoy de acuerdo!"

Vuestros recién recuperados recuerdos terminan ahí, pero hay algo nuevo que también aparece en vuestra mente. De alguna forma todos sabéis que ese recuerdo no os pertenece... y estáis bastante seguros de que ese recuerdo lo estáis viendo desde el punto de vista de Mukuro Ikusaba.

Junko Enoshima se encuentra sentada en lo que parece ser algún tipo de sala de control, con un montón de cámaras delante de ella. Mientras que Junko está bien acomodada en su silla acolchada, comiendo galletas de una caja que ha dejado sobre el panel de control mientras observa las cámaras, el recuerdo os indica que Mukuro está de pie a su lado, observándola a ella más que a los monitores.

Escucháis entonces la voz de Mukuro, y las palabras parecen salir de vuestro punto de vista. Mukuro menciona que ha sido muy amable por su parte ayudar a esa ex-clase del Curso de Reserva, aunque se pregunta si es verdad que sobrevivir al juego los convertirá en Ultimates.

- Por supuesto que sí. - responde Junko, con la boca llena de galleta, mientras la mastica. No aparta la vista de la pantalla, y parece algo molesta por la pregunta de Mukuro. - ¿Crees que asistir a la Hope's Peak es la única forma de volverse Ultimate? - Junko ríe, y lanza el resto de su galleta hacia Mukuro claramente con intención de acertarle en la cara, pero la chica alza su mano con una rapidez casi instantánea y la atrapa antes de que la golpee. - ¡Este mundo va a cambiar! ¡Y los supervivientes del Juego de la Desesperación van a convertirse en alumnos Definitivos! - le dice a Mukuro, sonriente.

Después se gira hacia los monitores, observando cómo el juego da comienzo.

- Atrapados en la Academia de sus sueños, sin poder salir, teniendo que matarse los unos a los otros... ¡La desesperación los llenará por completo! ¡Y cuando se den cuenta de que todos eran amigos desde el principio, y que ellos mismos aceptaron entrar en este juego... oh, estoy deseando verlo! - dice Junko. - Son solo unos deshechos, y solo es mi primera prueba, pero si todo sale bien ellos serán... ¡La Desesperación Definitiva!

Vuestros recuerdos recién recuperados, y el recuerdo nuevo que habéis adquirido, termina... Seguís en la Hope's Peak Academy, frente a la compuerta sin abrir.

El discurso de Chiyoko le había dado una nueva esperanza. Si habían convertido ya a varios alumnos en robots, existía el método de poder recuperarlos eventualmente, solo era cuestión de tiempo. El pequeñín había dejado elegir a los muertos si castigarlos con el horrible mundo exterior que había permitido aquél atroz juego o si por otra parte decidían perdonarlos y vivir en armonía. Pero se sentía en deuda con Chiyoko. - Confío en tus palabras, Chiyoko-chan. Tienes mi voto para cumplir tu palabra. - sonrió, con el nivel de engreído que era habitual en él.

Pero tendrás que volver, cueste lo que cueste.

También iba a contestarle algo respecto a la pajarita... Pero los recuerdos invadieron a todos los alumnos y los dejaron en shock unos cuantos minutos. Cuando volvieron en sí, Kazuki estaba sudando. - El fracaso... La desesperación... Mi hermana y yo estamos acostumbrados a ganar. Siempre. Pero aún así, veo un poco excesivo haber aceptado este macabro juego solo por eso. Algo más se nos oculta, Junko-sama nos veía solo como juguetes. - se paró un momento en seco. ¿Realmente acababa de llamar a esa chica Junko-sama? Si que es cierto que había tenido fe ciega en ella. - Y si nos ha convencido a todos nosotros de participar en esto... ¿Os podéis imaginar el mundo que puede haber fuera?

Junko-san debe haber creado un mundo lleno de desesperación y debe estar esperándonos fuera con una sonrisa en la cara, preparada para reclutarnos a sus filas. Después de todos hemos sucumbido a la desesperación y hemos matado a nuestros compañeros, con tal de sobrevivir. - negó con la cabeza. - Pero ya lo ha dicho Monokuma, el juego ha terminado, ya no tenemos que seguir sus normas nunca más y somos los dueños de nuestro destino. ¿Qué cara se le pondría a Junko-san si conseguimos reconciliarnos y pasamos la consciencia de los presentes a un robot? Una vez hecho eso, podríamos borrar lo que quedara de Alter Ego y abrir las puertas. Todos juntos. - sonrió y miró a los demás. - Así que, os invito a pensarlo más ¿realmente queréis darle la satisfacción a Junko-san de ganar este juego? ¿O queréis darle en los morros con una buena dosis de esperanza? Si colaboramos, si nos perdonamos, aunque nos lleve años, podemos lograrlo y podremos llegar a ser quien acabe con los malvados planes de Junko-san, la cual nos considera una panda de inútiles bajo sus pies.

Una bala de esperanza que atraviese su desesperado corazón.

En eso nuestras memorias o por lo menos parte de ellas habían regresado, no me esperaba algo así... acaso el gran Kibou era un perdedor y acepte un juego de la muerte por la desesperación. Me quede con la boca abierta

Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhh

Pero en eso recuerdo el gran libro llamado "El Príncipe" en especial, en la parte donde vienen del berdugo.

¡¡MALDITA SEAN  MUKURO Y JUNKO!!

Caímos en una malvada y asquerosa trampa planeada por la mente maestra Junko, cada vez que nos ayudaba Junko, no era poder aprobar, era para poder reprobar y caer en la desesperación, en ese momento fue que apareció nuestra supuesta salvadora ofreciendo una alternativa... es mas posible que no somos un fracaso, hablamos que entre nosotros hubo gente que jugo bien el Juego, Yoru, Kazuki, Bim, Atira y etc... y eso con las memorias del primer día.. es claro que hubo una trampa aquí...

Y aun así nos dices que somos lo peor de lo peor, yo no estaba un inicio interesado en entrar a los definitivos, pero considero que la mayoría presente quería con todas las ganas entrar si o si...

Al final  su futuro estaba en juego, no los puedo juzgar.

En eso escucho a Kazuki y me parece interesante su propuesta.

Es interesante tu propuesta Kazuki, pero no será posible, aun que el mundo sea un caos, aun que el mundo que conocemos ya no este entre nosotros, sinos quedamos también es ganar para Junko, si nos quedamos atrapados, solo dios sabe que cosas nos hará una persona llega de caos y aburrida, pero afuera necesita ahora a gente que sabe mejor que nadie los términos de esperanza y desesperanza, necesitamos darle esperanza al mundo...

Ya perdimos una batalla contra Junko, pero no vamos a dejar que sigue pasando los mismo afuera, necesitamos actuar, o por lo menos ustedes...

La gente que se ha unido a las filas de Junko, son personas que nunca van a sentir arrepentimiento y remordimiento por sus acciones, por eso ustedes valen mas que todos ellos juntos... han caido en la desperanza para luego levantarse en la esperanza... menos Bim. Pero si se quedan se van a quedar atormentados por su propia desesperanza, pero si aceptan salir, van a tomar este dolor para poder avanzar... se llama crecer.

Y ¿qué pasa si somos los últimos con conciencia y algo de esperanza?

Y no todos en este lugar soportan estar un día mas, si se quedan 

Los malos ganan cuando los buenos no hacen.

Aparte que podremos borrar el Alter Ego de Monokuma.

El chico se quedó callado justo después de decirlo. ¿Tenía sentido lo que decía Kibou? Sí. Pero había algo que no acababa de cuadrar para el pequeñajo. - Kibou-kun... Lo que dices tendría sentido, si no fuera por el recuerdo extra de Mukuro-san, en dicho recuerdo dice que somos los primeros, con los que espera demostrar la máxima desesperación. Después de matarnos entre nosotros y descubrir que somos amigos desde hace tiempo, nos sentiríamos muy desesperados, eso está claro. La pregunta es ¿por qué Junko-san nos está haciendo elegir ahora si borrar Alter Ego o no? Lo hace por un claro motivo, para que volvamos a matar a nuestros amigos.

Puede que me equivoque, eso está claro, pero pensadlo bien. Junko-san dijo que somos la primera prueba, que quería transformarnos en la desesperación definitiva. Hay que pensar como lo haría ella y hacer justo lo contrario. - asentía el chico. - Si fuera ella, os haría tomar esta decisión para demostrar que es tal nuestra desesperación que estamos dispuestos a eliminar el último resquicio de los compañeros que han perdido la vida. Sería como matarlos una vez más, en masa, de golpe, solo por salir de aquí sin pensar en nadie más, de forma egoísta. - cerró el puño y miró serio a sus compañeros.

Pero si nos quedamos aquí, si luchamos por traerlos de vuelta aunque sea como robots, demostraremos que no perdimos la Esperanza de salir todos juntos de aquí, a pesar de las malas decisiones que hemos tomado y que nos han traído a participar en este juego. Junko-san quiere demostrar al mundo que somos juguetes rotos con los que puede jugar a su antojo. ¡Pero si perdemos la Esperanza renunciamos a la posibilidad de salvar a todos los que están en Alter Ego! - suspiró y miró a sus compañeros. - Sé que es difícil arriesgarlo todo, pero si existe Alter Ego y la opción de borrarlo... Debe ser por algo. Además de que creo que es absurdo que haga falta borrar todo Alter Ego para abrir una simple puerta...

Si eliminas lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, será la verdad.

Ante mis ojos se sucedieron multitud de recuerdos en cuestión de segundos. Recordé mi alegría al ser admitido en la Hope’s Peak Academy, los buenos momentos que pasé junto a mis compañeros, todo el esfuerzo que puse para dar lo mejor de mí en el curso… Fue un tiempo de alegría y esperanza, en el que estaba rodeado de estupendos amigos y me aguardaba un futuro prometedor.

Pero llegó un momento en que toda mi ilusión se esfumó de un plumazo. Habíamos sido todos expulsados. Nunca había sentido una decepción tan grande en toda mi vida. Todo el empeño que había puesto no había servido para nada. Aún así, no lo habíamos perdido todo, pues aún nos teníamos los unos a los otros. Mientras estuviésemos juntos, nuestra esperanza perduraría.

Sin embargo, aquello no debía de ser suficiente, pues hiciésemos lo que hiciésemos, no lográbamos que nos admitieran en ninguna parte. Cada vez estaba más claro que estábamos destinados a ser unos fracasados. Pero cuando todo parecía estar perdido, hubo una persona que acudió a nuestro rescate. Todos nosotros acabamos cautivados por Junko. Sus palabras podrían parecer una locura, pero por aquel entonces tenían mucho sentido, y nos ofrecían una escapatoria a nuestro ominoso futuro.

Los recuerdos posteriores fueron muy difusos. Pero estaba claro que habíamos aceptado voluntariamente participar en el espantoso juego. No podía creerlo. Por muy desesperados que estuviésemos, ¿cómo íbamos a aceptar matarnos entre nosotros? ¡Era una auténtica locura!

Finalmente vi un recuerdo que no me pertenecía, y que explicaba cuál era el objetivo del juego: Convertirnos en la Desesperación Definitiva… Solo habíamos sido unos títeres de Junko.

Me quedé completamente aturdido durante un rato, mientras procesaba todos los recuerdos que había recuperado. La academia de nuestros sueños se había convertido en el origen de nuestra desesperación, por partida doble. Miré hacia los monitores, donde aún aparecían nuestros amigos y compañeros. Había ocurrido justo lo que Junko quería: nos habíamos matado unos a otros con tal de sobrevivir. Habíamos discutido y nos habíamos insultado entre nosotros. Yo incluso había llegado a golpear a la que una vez consideré mi amiga. Y ahora, varios de nosotros estaban dispuestos a eliminar todo rastro de nuestros amigos con tal de salir de allí.

Me apoyé contra la pared, abatido. Incluso si salíamos de allí, ¿qué nos esperaba? Parecía que toda esperanza había desaparecido. Pero entonces recordé aquellos días que pasé en Alter Ego. Al principio aguanté, pese a haber sido ejecutado injustamente y haber quedado aislado. Pero llegó un momento en que perdí toda esperanza de salir de allí, y la desesperación me invadió. Sin embargo, gracias a Iku-kun, logré volver al mundo real, y me traje a Arisaka-kun conmigo. Aquello demostró que nunca debería haber dejado llevarme por la desesperación.

Con fuerzas renovadas, fui al centro de la habitación y hablé a todos los demás.

—¡Chicos… Kazuki-kun tiene razón! ¡Si borramos Alter Ego, estaremos haciendo justo lo que Junko quiere! ¡Recordad los momentos que pasamos juntos! ¿De verdad queréis que desaparezca todo rastro de nuestros amigos? Además, si Arisaka-kun, Iku-kun y yo hemos logrado volver, ¡tiene que existir una posibilidad de que los demás también! Mientras esa posibilidad exista, por pequeña que sea, no debemos renunciar a ella. Tenemos que unirnos todos, y derrotar a Junko. Juntos podemos conseguir que vuelvan nuestros amigos, y salir de aquí.

» Kibou-kun, Azura-chan… ¡No os rindáis! Yo estuve donde estáis vosotros ahora, y logré regresar. ¡No perdáis la esperanza! ¡Seguro que juntos podemos encontrar una forma de haceros volver! —Con esto, intentaba hacer recuperar la esperanza a aquellos que parecían haber sucumbido a la desesperación, como hice yo.

Cuando pensé que podíamos salir de este lugar, resulto todo lo contrario, ahora teníamos que volver a matar a todos nuestros compañeros de nuevo. Cuando Kibou menciono que tenía el voto libre, verdad lo pensé por un rato, pero tras recordar mis recuerdos inicie a considerar en salir, si la tan Junko su plan es que nos matemos, creo que prefiero quedarme atrapado adentro que formar parte de un ejercito de osos. Señor Kibou, creo que Kazuki tiene razón, salir hará darle la razón a Junko aparte que me gustaría quedarme mas tiempo con mis compañeros.

-Miyamoto. -Comentó Yoru con una sonrisa- Te ordeno que votes por borrar a Alter Ego. Ahora que tenemos nuestros recuerdos de vuelta, no necesitamos a Alter Ego por ningún motivo. Además; es "Monokuma-chibi", tranquilamente este puede borrar a nuestros compañeros si les place... Además... ¡Tengo algo que decir!.

¡Si los Osos de Monokuma os hubiéramos matado a todos!

¿Vosotros estaríais dispuestos a dejarnos marchar o nos encerraríais por siempre?

¡Eso es lo que quiere Monokuma! ¡Que no haya vencedores!

¡Es por eso que la RESPUESTA CORRECTA es abrir la puerta!

 Kadogemu estaba colgado a la puerta de entrada de la academia, esperando que en cualquier momento se abriese para poder disfrutar (o padecer) de la vida en el exterior. Pero parecía que todavía había decisiones que se debían tomar en el interior. Para el muchacho de las referencias y los juegos de cartas ya estaba claro lo que se debía hacer, pero los demás estaban teniendo un debate más complicado. Solo para que la opción de "borrar" no fuese dejada de lado por los inocentes de la partida, Kadogemu apoyó las palabras de Yoru debido a que eran el argumento más apelativo que había escuchado hasta el momento.

- ¡Apoyo lo que dice Yoru! ¡Tiene que haber perdedores, para que haya ganadores! ¡ABRAN-LA-PUERTA! ¡ABRAN-LA-PUERTA!

La luz en los ojos de Arisaka se apagó cuando los recuerdos lo golpearon con tanta rapidez que los días pasaron como si fueran segundos, y se repitieron tantas veces que aún así resultaron eternos.

Era todo verdad. Había tocado el sueño de entrar en Hope's Peak con la punta de sus dedos. ¿Cómo de contenta debía haber estado su familia? ¿Cuánto se habrían alegrado sus amigos? ¿Cuánta envidia habrían tenido sus enemigos? Jamás se había sentido más feliz. Jamás se había sentido más válido. Por primera vez, tuvo razones para creer con todo su corazón que había algo en él que podía hacerle especial.

Pero tanto la felicidad como los sueños son fugaces, y el dolor de perderlos es mucho más intenso que la alegría de tenerlos. Pese a todo, el esfuerzo no había sido suficiente. Como un castillo de naipes, toda sus aspiraciones se desmoronaron con una sola palabra, «Expulsados». El desprecio en la voz de aquel profesor que hasta el momento tanto los había ayudado y apoyado resultó ser profético. Eran unos inútiles. Deshechos. Escoria. Fracasados. Sin un lugar en el mundo. Se habían convertido en incluso menos de lo que eran cuando habían empezado.

Y entonces los guíaron hasta ella. Junko Enoshima. Nuestra única oportunidad. Irónicamente, aquella que hablaba de desperanza les había dado una última esperanza. Una última esperanza de convertirse en Definitivos. Con sus palabras, les había revelado la verdadera naturaleza del mundo. Y todos, todos ellos la habían aceptado.

El color volvió a los ojos de Arisaka. Pero era un color diferente al que habían tenido antes. Sabía todo lo que tenía que saber. En un momento, todo había cambiado. Él había cambiado.

—Bim tenía razón —escupió las palabras— panda de hipócritas. Voy a decirlo bien claro.

Arisaka Akihiro está muerto.

Ayaki Ito está muerta.

Azura Aqua está muerta.

Chiyoko Inoue está muerta.

Ikuyurah Atira está muerto.

Ito Mauren está muerta.

Kenji Miyaichi está muerto.

Kibou Koboyasahi Kat está muerto.

Kukiko Batsuda está muerta.

Mashiro Shiina está muerta.

Miguel O'hara está muerto.

Sato Tatsuhiro está muerto.

Yuki Ishida está muerto.

—Lo que quedan... Lo que quedamos no somos más que copias. ¿Vais a mostrar compasión por un puñado de datos después de haber asesinado a las personas de carne y hueso? No me hagáis reir. No me habléis de esperanza. Lo único que ha importado desde el principio es sobrevivir, sobrevivir a cualquier costa, sobrevivir con los que te importan, y el resto podía arder en el infierno.

» ¿O no, Kazuki? ¿Te importaría tanto el Alter Ego si tu querida Chiyoko estuviera viva? ¡Y qué fácil es decir que no vas a seguir el juego de Junko ahora que ha terminado y sigues aquí! Qué fácil es pretender que todos somos amigos cuando desde el principio hemos estado mintiéndonos y matándonos unos a otros.

Apretó la mandíbula con rabia.

—¡Y lo hemos hecho porque aceptamos hacerlo! Porque Junko nos brindó una última oportunidad para escapar de nuestras vidas aburridas, monótonas, inconsecuentes y despreciables. Negad la realidad todo lo que queráis. La Esperanza no se detiene por gente como nosotros. La 'Esperanza' está más que dispuesta a pisotearnos y abandonarnos a nuestra suerte. Reniego de la Esperanza. Reniego de ese mundo.