Partida Rol por web

Hace tiempo que la mañana se alza entre vosotros, pero de nuevo aquel obligado sueño hizo caer… Entonces un pequeño replicar os hace despertar, como una gota no dejase de caer constantemente en un recipiente de metal….

 Al abrir los ojos, dirigís vuestra mirada a ese lugar, y es entonces que os dais cuenta que no es ninguna que aquello que parece un balde, no es más que el suelo, atenazado entre cristales, que poco a poco recogen la sangre que lenta va cayendo desde lo alto del lugar, alzáis la mirada, y lo veis como aún se sigue meciendo atenazado entre cadenas que oprimen su cuerpo, incapaces de tapar aquella herida dibujada en su torso desnudo, donde la estrella de cinco puntas se encerraba tras un circulo, dejando de ser un mero símbolo, sino una firma, que rompía la carne, y dejaba una vida escapar.

Bajo su cuello, una profunda herida que seguramente había callado sus gritos antes de que aquella tortura llegara a empezar. La vida de Nil había acabado, tendida sobre vuestras cabezas, balanceada por un aliento perdido, nada más…

Juliette miraba aquella escena mientras relamía sus dedos, enmarcados en sangre, solo pudo miraros y reírse mientras se alejaba del lugar, apuntillando sus pasos, con una fugaz mirada al lugar, antes de desaparecer… Y es siguiendo esos pasos cuando descubrís un cuerpo recostado cerca de la salida, sus muñecas y tobillos esta aferrados a lo que sería su último lugar, una ventana abierta al exterior.

Su piel blanquecina, estaba manchada de lágrimas y sal, perlada de motas de sangre, pero exenta de cualquier rastro de vida ya.

Su costado, revestía miles de cortes y hendiduras que habían sido capaces de dejar una ventana a sus vísceras, con las cuales había sido atada, antes de comenzar a dislocar sus articulaciones, una y otra vez.

Sus muslos lacerados, con los restos de un rosal…. Y su pecho ensangrentado, era el lecho donde su fiel compañero había decido dejar de volar. Marceline, había sido astillada, y quebrada, y con ella su pequeño halcón…

La Muerte volaba hacía ya tiempo entre su pecho, pero ella ya no lo haría más…

Algunos os disponéis a avanzar unos pasos más, hacía ella cuando os percatáis de que cerca de ella ronda Mêredy, mientras la mira torciendo la cabeza hasta encontrar una figura que se asemeje a la posición de Marceline. Al hacerlo sonríe y comienza a morder los intestinos con los que sus muñecas se apresaban al marco del ventanal. Sin poder evitarlo, uno de sus brazos se estrella contra el suelo y por el movimiento, Fionna vence su soporte, y caer rodando hasta los pies de Mêredy.

Sin pensarlo abre el tórax del ave, y comienza a devorar, mientras desaparece en una lluvia de arena mirándoos en silencio… Acatando la decisión de Juliette.

Parece que en un solo día la muerte ha podido vencer la barrera que encerraba la tortura, y el sadismo que toda criatura del averno debía poseer…

Se notaban que estaban cerca de aquel sitio, pues en sus mentes, miles de formas se presentaban, con las que buscaban… vengar aquellos actos que seguirían sucediendo hasta el final.

Pero no solo la sangre y la muerte les recordarían su posición, sino también aquellos tatuajes a fuego que parecían ahora hervir sobre su piel.

Uno de los símbolos parecía inmerso en un halo de destrucción, dispuesto a dejar rastro de su paso, con tortura, y dolor….

No sería un dolor, demasiado intenso, pero si saltante y crepitante como para, a veces limitaros vuestros pasos, sin querer… Pasos que dejaban aquella mañana un cuerpo sobrevolando vuestras testas, y un ángel menos que volar. Cadenas y espinas que entrelazan sus destinos y rompen sin fuerza un adiós.

Un sonido rítmico, insistente, es lo que me hizo abrir los ojos, saliendo de ese extraño e intenso sopor que me asaltó incluso cuando me esforzaba por mantenerme despierta. Sin embargo, al ver la imagen que esperaba que despertásemos para recibirnos a un nuevo día casi deseé volver a caer en el sueño inducido en el que nos obligaban a permanecer. Era un espectáculo sencillamente terrible. Pero lo peor no era la sangre, ni las vísceras. Era la vulnerabilidad que sentía, el saber que podían hacerme eso también a mí, mientras dormía y sin que pudiese defenderme o luchar por mi vida. 

Este pensamiento provocó una intensa rabia en mi despertar y poco a poco me incorporé, esforzándome por ignorar el escozor de mi tobillo, donde una marca despertaba. Probé a dar varios pasos, comprobando que era molesto, pero no me impedía caminar y giré alrededor de los dos cuerpos, observándolos en silencio, apretando los dientes. Me obligaba a mí misma a llenarme los ojos de ese horror para endurecerme, para que dejase de importarme cuanto antes. La visión de Marceline no me impactó demasiado. No la conocía y no había cruzado ni una palabra con ella desde que llegamos. En cambio ver a Nil colgado de esa manera me produjo una sensación extraña. Era un amigo de mi madre, un superviviente de la batalla anterior, una pieza imprescindible en aquellos tiempos. Lo vi como una especie de símbolo, una prueba de fuerza. Un mensaje claro de lo que estaban dispuestos a hacer. Querían que fuésemos conscientes de su alcance.

Apreté los dientes mientras me daba la vuelta, abandonando esa visión, para contemplar cómo poco a poco todos iban despertando al igual que yo. Buscaba en sus expresiones alguna pista, alguien que no se sorprendiese por el hecho de que hubiese dos víctimas y no sólo una. Alguien que no se inmutase al ver de quiénes se trataba. Pero no vi nada concluyente y cojeando levemente me aparté de los dos cadáveres.

Busqué con la mirada a Seele, antes de hablar en alto, intentando eliminar la rabia que había sentido al despertar de mi voz y esforzándome por adoptar un tono neutro, informativo. Decidida a ir al grano, empecé a hablar. Si íbamos a erigirnos como jueces y dictar sentencia, al menos lo más justo me parecía hacérselo saber a los acusados. - Ahora mismo, tienes mi voto de hoy. Voy a explicarte mis motivos, y tendrás hasta el atardecer para convencerme de que me equivoco. Si me convences, lo votaré a él. - Dije, señalando a Gabriel. - Es mi siguiente sospechoso. Si no me convences... Ya sabes. - Terminé, dejándolo en el aire. - Por favor, no me interrumpas hasta que termine. - Pedí entonces, antes de coger aire y comenzar a hablar.

- El primer motivo por el que desconfío de ti, ya lo conoces. Es tu extraño acercamiento a Gabriel. Y su intento por hacernos creer que estáis vinculados, para después negar haberlo insinuado. Pero a pesar de que muchos se han centrado sólo en eso, hay muchos otros pequeños detalles que me han parecido mucho más reveladores. - Hice una pausa antes de respirar profundamente y continuar hablando. - No desconfío de ti por no tener recuerdos, pues si fuese cierto, eso no sería culpa tuya. Pero sí me parece curioso que los recuerdos vengan y vayan según te conviene en cada momento. Tu actitud en general me ha parecido bastante llamativa desde el principio. Por ejemplo, cuando te dedicaste a atravesar a la gente sólo para demostrar que podías hacerlo. O tu intento de desviar la atención desesperadamente de ti y Gabriel justo antes de las anteriores votaciones, pretendiendo que la gente se fijase en los que sabíamos algo de lo que sucedió aquí.

Me crucé de brazos y suspiré antes de seguir. No me gustaba soltar discursos, ni la idea de señalar a nadie. Pero me parecía más justo que simplemente votarla en silencio. - Pero lo que más ha llamado mi atención fue cómo saltaste en cuanto Gabriel me pidió explicaciones sobre el voto que te di ayer. Como si prefirieses comerte el voto en silencio antes de que todos escucharan mis motivos para votarte. ¿Qué razones podías tener para no querer escucharlos más que el temor de que demostrasen que no me equivocaba? Después, tu actitud cuando los ojos se posaban en ti, reaccionando a la defensiva, parecías desesperada por apartar las miradas de ti, diría que incluso aliviada cuando se posaron en Gabriel. Y finalmente... Esa forma de escudarte en tu ausencia de recuerdos para justificar todos tus actos. Yo no te voté por tener amnesia, ni por hacer un amigo. Te voté por tu actitud, pero te empeñas en justificarlo basándote en eso, en lugar de explicar otras cosas. 

Una vez terminé, relajé un poco mi postura, más aliviada después de haberlo soltado todo. - Ahora, adelante. Creo que esos son los motivos más importantes por los que desconfío de ti. Si eres inocente estoy segura de que podrás explicarte y convencerme antes de que llegue el momento. Sigo pensando que es necesario que hablemos para poder encontrar a los traidores entre nosotros.

Megan se levanta después de aquel obligado sueño y comienza a observar, uno a uno, aquellos que parecen estar bien. Ahí, puede ver la terrible escena. Nil yacía en el suelo desecho y Marceline era el bocadillo de la tenebrosa niña.

Era una situación que ni en sus peores pesadillas pudo haber imaginado, ni aquellas personas terribles a las que ella ajusticiaba, eran capaces de tal perversión. Megan no puede evitar poner las manos en su boca para no decir una palabra e intenta tranquilizarse.

Luego, se tranquiliza y nota algo que puede decir mucho sobre sus atacantes. En una voz neutra pero adolorida, dice - Pueden matar a más de uno de nosotros - como si hubiera descubierto algo increíble, Megan permanece perpleja por un momento y mira hacia el horizonte mientras los hechos del día anterior se repiten una y otra vez en su cabeza.

Zyllah comienza a hablar en contra de Seele y Megan escucha sus palabras, aunque no comparte del todo la idea, pues hay un sospechoso que le parece importante resaltar. Cuando Zyllah finaliza, Megan la mira y dice - Creo que hay algo a tener en cuenta. Marceline señaló a Syd directamente después de las votaciones y dijo que él tenía su atención. El día anterior lo voté sólo por su silencio, pero es un poco casual que ella sea la ajusticiada después de esto. Si tienes algo que expresar, puedes hacerlo. Te escucharé - mira a Syd con seriedad, mientras mira nuevamente a Marceline. Pobre y pobre Fionna. En manos de semejante engendro.

Escuché a Megan cuando se dirigió a mí, pero me encogí de hombros tras echar un breve vistazo a Syd. - Creo que eso sería demasiado evidente. Pero quizá intentaban incriminarlo teniendo en cuenta que nos habríamos fijado en ello.

Rabia sentia al mirar a Meredy como ave de carroña, queria con todas mis fuerzas alcanzarla, pero este lugar lo impedia, al ver a Nil, senti tristeza...pero era curioso que a él no le atacasen las pequeñas diablas...pero Zyllah capto toda mi atención, la escuche mientras exponia su opinión y justificaba su futuro voto hacia a mi...

Creo que he explicado ya por que actuo asi con Gabriel, ha sido el unico que se ha mostrado amable conmigo, desde que juntos nos acercamos a Cameron, despues fue Alexia y Nil, pero en el camino hacia aqui, Gabriel se mantuvo a mi lado, no puedo decirte que tipo de relación es, pues ni yo la se, amor no es, pero la idea de hacernos compañia, como dice él, me gusta, me gusta Gabriel, es de mi legado y hasta el momento creo que tenemos cosas en comun, ademas no he intentado mostrar o hacer parecer que tengo un vinculo con él, pues no lo hay...esto es empatia Zyllah, unos te caen mejor que otros y generas interes por quien mas es afin contigo...los ejemplos que di nombrando a los demas, es lo mismo, solo tu ves una mala intención en eso...dime...la actitud o amistad si se puede llamar asi...que tienen Yormund y Vanna ¿no te parece sospechosa? si la analizas de la misma forma que la mia...es lo mismo, pero con otros colores...

Tome aire y continue tan calmada...Ahora respecto a saber o no tus motivos de haberme votado...mi niña, no soy quien para juzgar a nadie y asi como di un nombre al igual que tu, tu hiciste lo mismo...no tengo por que pedirte explicaciones de eso, ¿para que?...¿para que te moleste?...¿para que los demas piensen que me molesta y crean que tomare alguna represaria contra ti?...respete tu desición y no la cuestione, no por temor a que explicaras tus sospechas...Zyllah, me conoces desde hace dos dias, dime ¿como iba a pensar que mis acciones te parecian sospechosas? si apenas hemos hablado las dos...es asi de simple...

Respecto a mis recuerdo...ya he explicado como funciona mi mente...¿quieres pruebas?, no las tengo Zyllah...como quieres que pruebe que recuerdos albergo o no...creo que me juzgas sin darte el tiempo de conocerme...para explicar por que cuando avance lo hice traspasando a los demas, en esa forma me muevo mas rapido y queria alcanzar a Gabriel...solo es eso, no pense que le podia molestar a alguien, ademas solo les roce en areas muy pequeñas...los Eve´s muestra a sus hermanos animales, los Grovenh´s exhiben sus armas...¿Por que los Melknhar´s no podemos mostrar nuestros poderes?...

Insisto me juzgais sin conocerme, dos dias y pensais que soy la peor persona que puede haber aqui...es tu desición Zyllah, no la mia...si quieres me crees, si no, ¿que quieres que haga? si no podre convencerte de lo contrario...mejor dejo que el tiempo...mire sonriendo amablemente a Gabriel...que el tiempo haga todo el trabajo...y tranquila que por tu sinceridad no ire contra ti en las votaciones...peor me parece las acciones de otros, que lanzan una piedra y esconden la mano o que critican una acción y luego realizan la misma...eso si me parece inconsecuente...

Me acerque a Gabriel, no ocultaria que me agradaba y si a alguien le molesta eso, era su problema no el nuestro, no dejare que las opiniones del resto me hagan cambiar de idea respecto a Gabriel, el me gusta y de momento confio en él y creo que ambos sabemos bien cuales son los limites de esto...

Plic... Plic... Plic....

Perezosamente, Ivhone fue abriendo los ojos. ¿Qué era aquel sonido...? Se irguió y buscó su origen con mirada somnolienta... Fue entonces cuando sus pupilas tropezaron con la visión de Nil colgando del techo de una forma grotesca. El rostro de la joven palideció... La sangre goteaba sobre trozos de cristal que se esparcían por el suelo, recreando el sonido que había roto su sueño...

Escuchó la voz de Zyllah acusando abiertamente a Seele... Ivhone se iba a levantar, con la intención de moverse... Sentía sus músculos atenazados y su cabeza ligeramente embotada... Pero en aquel momento, su mirada tropezó con la visión de Marceline...

- ¿Dos...? - Su voz sonó débil, presa del pánico. Tuvo que aclararse la garganta para poder seguir hablando. - ¿Qué está ocurriendo...? Si son capaces de matar a más de uno, ¿cómo vamos a encontrarles a tiempo...? - La joven se levantó del suelo. Se sentía débil y trastabilló, teniendo que apoyar una mano en la cristalera que tenía detrás. 

Alzó la mirada, dirigiéndola hacia Seele, cuando sintió un dolor agudo en el tobillo. Apretó con fuerza los dientes y cerró los ojos. Poco a poco los volvió a abrir mientras una mueca se formaba en sus labios. Megan acusaba abiertamente a Syd y entonces Seele empezó a defenderse de las palabras de Zyllah. Ivhone recorrió con la mirada el rostro de la joven... La desesperación teñía sus palabras y la usaba para intentar centrar la atención de la Grovehn en otras personas. 

- No intentes confundirnos... - Empezó a decirle mirándola directamente. Su voz poco a poco fue recuperando su fuerza y su cuerpo se irguió. - Nuestros animales nos acompañan, están vinculados a nosotros. Si ellos sufren, lo sentimos, se nos desgarra el alma... ¿Cómo pretendes que los ocultemos...? Te intentas justificar atacando a los demás. Tus palabras son vacuas... Además... Tu actuación del otro día no fue más que una burda interpretación. Me fijé en ti cuando empezaste a pavonearte, yendo hacia los primeros, sólo para mostrar lo que hacías y volviendo después hacia atrás para juntarte con Gabriel... Defiéndete demostrando que eres inocente, no intentando llamar nuestra atención en otras personas, como ya te han dicho... Eso no hace más que remarcar tu propia culpabilidad... -

Esa noche me asaltó un extraño sueño, en el me encontraba tumbado sobre un pentagrama, y varias figuras se encontraban sobre mí, devorando ansiosamente mi cuerpo, no podía ver sus rostros, una sombra parecía ocultarlos, y al mismo tiempo me sentía incapaz de defenderme, de usar mis poderes... sólo podía contemplar aquel festín de vísceras, y escuchar el sonido de la carne al separarse de los huesos. Terminad de una vez. -Era el único pensamiento que venía a mi mente. Entonces otra figura aparecía, atacaba a los demás y los obligaba a huir. Su rostro si podía verlo, era el de Seele, me sonreía. Entonces hundió sus manos en mi estómago para sacar un puñado de intestinos, y comenzó a comerlos mientras la sangre chorreaba por su boca. Me miró sorprendida, y simplemente añadió: ¿Quieres?...

Al despertarme, seco con un pañuelo las pequeñas gotas de sudor frío que perlaban mi frente, era consciente de que aquello no era más que una ficción, una irrealidad,  si algo había aprendido es que el futuro no se encuentra en los sueños, podía vislumbrar distintos caminos mientras estaba despierto, pero dormido era mi subconsciente el que controlaba mi mente, mezclando temores, deseos e ideas irracionales. 

Me acerco a contemplar el cuerpo de Marceline, y la orgía de sangre que habían realizado con su cuerpo inocente y de apariencia virginal, había indicios de daño con armas de filo, pero no caería en la simplicidad de culpar por ello a los Grovehn, el mismo Yormund mostró unas garras capaz de lacerar del mismo modo que lo haría una hoja, y los que pertenecían a mi legado también podían usar sus poderes para causar heridas semejantes... En cualquier caso parecía obra de varias personas, el objetivo de aquellos que algunos se habían aventurado a denominar como traidores.

Después observo a Nil, aquello era distinto, un corte limpio en la garganta, no parecía haber disfrute ni regocijo con su muerte, parecía la obra de alguien que quiso acabar con él por algo personal, o por que temiera que pudiera estar en el otro bando y tuvo la oportunidad de tomarse la justicia por su mano.  

-Creo que ellos son culpables de una única muerte, me aventuraría a decir que la de Marceline. Lo de Nil parece más bien obra de un justiciero solitario, alguien que piensa que puede resolver esto por sí mismo. -Mis ojos se posan fugazmente en Tetsuo, daba el perfil pero sin embargo era imposible saberlo a ciencia cierta. Las apariencias no servirían.

Me acerco hasta Alexia, dejando que Saskia pudiera olfatear mi brazo, que se familiarizara conmigo, muchas veces había escuchado que los animales eran capaz de intuir la verdadera naturaleza de las personas. Ojalá sea cierto, así al menos habría alguien que no me juzgaría. Acaricio al animal con suavidad, sin temor a un posible ataque. 

-Te comprendo.-Dije retomando aquella conversación sobre su aldea.-Como tú, yo también decidí vivir entre humanos. Esos enclaves de gente como nosotros que mencionan algunos, nunca me gustaron, demasiados egos, demasiadas luchas de poder. Me gustaba estar con aquellos que muchos de vosotros consideráis como inferiores, o peor aún, como alimento. Pero la ilusión de una vida normal era algo que no tardaba demasiado en desvanecerse.-Añado con cierta nostalgia, y entonces poso mi mirada en Ivhone, aquella que había pensado en matarme no era en el fondo tan distinta a mí. Simplemente asentí con la cabeza ante sus palabras, sin añadir nada más, pero agradecido por que hubiera decidido compartirlas. No era el único que había pasado por eso... quizá sea cierto, y sólo soy un Melknhar más.

Escucho las palabras de Seele, y correspondo sus muestras de afecto, hace tiempo que había renunciado a entregar mi corazón a nadie, pero su compañía amable y sus gestos me reconfortaban, puede que no todos lo entendieran... ¿pero quien querría estar solo en un lugar como éste?. Al menos sentía su apoyo entre grupo de gente que conspiraban en las sombras y creaban coaliciones para acusar a supuestos culpables. Estar solo, era lo mismo que estar muerto.

-Volviendo a las evidencias. Cuatro personas pensaron en acabar con el gato, dos de ellas han muerto hoy. Y por más que deteste a este individuo, creo que simplemente tratan de implicarlo para que vayamos a por él. 

Tuerzo la cabeza mirando a Yormund, si él quería atacarme lo estaría esperando, pero yo no iría a por él, mis objetivos iban más allá de los odios infundados, debía concentrarme en encontrar a los verdaderos responsables, acabar con esto, dejar que el tiempo pudiera seguir su curso. 

Me coloco junto a Seele, y acaricio su mano con suavidad, haciéndole saber que estaba junto a ella. Debía encontrar por sí misma la forma de que confiaran en ella, en eso no podía ayudarla. -Las personas no siempre somos justas, el tiempo siempre lo es. Estoy seguro de algún día podrás hacer que los demás te vean de la misma forma en que te veo yo. 

Flexionando las rodillas sobre el pecho me pongo en pie de un salto. Me acerco con curiosidad al cuerpo de Marceline, y luego, procurando no mancharme con las gotas de sangre contemplo el cuerpo de Nil.

-No es por extender el pánico, pero... si estamos asumiendo que los traidores actúan de forma sincronizada, hay al menos otra fuerza con la potencia necesaria para matar por las noches. Me explico, ese asesinato...-miro el cuerpo de mi compañera de legado.-... es como el que le pretendieron aplicar a Alice, una paliza brutal y sanguinolienta. Si os fijáis no tiene heridas en el cuello, lo que significa que el grupo que la mató, confiaba en su fuerza y su superioridad numérica para mantenerla acallada. Supongo que uno le mantendría la boca callada y los demás harían el resto del trabajo. Por otro lado, Nil...- Señalo la estrella de cinco puntas y la herida en la garganta.-... ha sido utilizado en un sacrificio ritual y asesinado por un único sujeto. Le atacó a la garganta primero para que no pudiese alertar a los demás mientras le hacía...eso. Es todo lo que puedo deducir...-comento mientras me doy unos golpecitos en la nariz con un dedo.

-Tengo que decir que por mucho que odie admitirlo, estoy de acuerdo con Gabriel. A simple vista, parece que me intentan cargarme el muerto. Lo que no quita que siga pensando que justamente alguien capaz de algo así seas tú, o Selee. al fin y al cabo ya he declarado lo que pretendo haceros y de hecho ella me ha votado anteriormente. 

Pronto las risas dejan paso a la oscuridad... y ésta a nuevas muertes.

El replicar incesante de la sangre es lo primero que llama mi atención, pero después es el cuerpo de Marceline y aparto la mirada, cerrando los ojos y tragando saliva. Lo que está pasando es realmente duro y apenas tengo tiempo de asimilarlo cuando las palabras de Selee dejan atrás cualquier otra cosa que quisiera decir, al menos de momento.

-¡Qué buena memoria!

Le sonrío amablemente y pongo ambas manos tras mi espalda, entornando la mirada.

-No tengo nada en contra tuya, por ahora.

Estiro mis brazos hacia atrás mientras tomo las muñecas y luego comienzo a frotar mis tobillos, aunque desde mi posición no pierdo a nadie de vista, comenzando por Eko.

-El asesino era varón y sólo usaba un arma, por eso descarté a Megan, aunque tienes razón, lo tomaré en consideración.

Termino volteando la cabeza hacia Yormund y poniéndome completamente erguida con un pequeño saltito.

-Oh ¿de veras crees que me has ofendido? En absoluto.

Río suavemente y pongo mi mano en su hombro.

-Disfruta mientras puedas.

Y me alejo unos metros de todos para apoyar mi espalda contra la pared, un último vistazo a ambos cadáveres para poder recordar lo que puede suceder en caso de no conseguir acertar entre todos y suspiro resignada.

Andrew despierta y mira al instante a su alrededor. Tras descubrir que Poron y Alexia se incorpora y se acerca al cuerpo de Marceline. La escena le revuelve el estómago. Ni siquiera en los suburbios donde se había visto obligado a sobrevivir había visto semejante atrocidad. Un escalofrío le recorre la espalda al imaginarse el sufrimiento de la mujer y el animal antes de morir.

Incapaz de seguir mirando el cuerpo atado a sus propios intestinos Andrew aparta la mirada de ella para centrarla en Nil. Un sentimiento de pena inunda a Andrew al instante cuando observa a Nil colgado de aquella forma con la garganta sajada y la inscripción grabada en el pecho. Aprieta el puño con fuerza para contener la rabia.-Él... Él salvó a muchos hace muchos años. Salvó a Nybras, salvó a Yannick... E intento salvar a Valfar. El que haya hecho lo pagará caro. No se irá impune.

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Los ojos de Andrew parecen calmarse un poco y se gira hacia Alexia a tiempo para ver como el Melknhar se acerca a ella para intentar ganarse su confianza. La mirada de Andrew se nubla al momento y la sonrisa que le iba a esbozar a la Eve para agradecer la técnica para controlarse se le congela en el rostro. En su mente se imagina a Saskia mordiendo la mano de Gabriel y a este gritando de dolor. Definitivamente eso le encantaría al Grovehn.

-Te contradices, Gabriel. Primero dices que los que mataron a Nil y a Marceline fueron de bandos contrarios y luego dices que la finalidad de las dos muertes era incriminar a Yormund. No sé que lógica le ves tú a eso. Además, en tu eterna sabiduría-dice Andrew, imitando de forma burlona el tono que usa a veces Gabriel para referirse a términos temporales-afirmas que fue un justiciero, sin tener ni idea al respecto. Bueno, que sepas que Azhariel me contó que a Valfar lo mataron por capricho, únicamente porque querían su poder. Lo convirtieron en piedra, una forma bastante diferente de matar, por cierto. Además, un hombre mayor cayó muerto presa de una maldición por parte de un aliado de los asesinos. El propio Azhariel cuando el mal nubló su juicio se encargó de matar a un hombre atacando a la garganta y él no formaba parte de la banda de los asesinos, pero quería romper el sello como ellos.

Se queda mirando fijamente a Gabriel y da unos pasos hacia él.-Así que dime, oh ser todopoderoso, en que te basas para sacar esa conclusión? Sacas las conclusiones que te interesan inventándote cosas y tergiversando los hechos y las palabras de los demás a tu favor. Eres peligroso, Gabriel, y me caes mal, no es ningún secreto. Te votaré a ti y cuando tú mueras la siguiente será Seele. Podréis haceros compañía en el infierno o mataros las veces que queráis para saciar vuestra sed asesina, a mí me da igual. Pero no permitiré que sigáis matando.

Esperé pacientemente la respuesta por parte de Eko, no me importaba que se acabara el tiempo. Finalmente llegó, y tenía que admitir que la espera mereció la pena. Desde luego que sí, eso tenía que admitirlo. Me encontré realmente satisfecho por ello y le dediqué una mediasonrisa. Solo faltaba que el resto también adquiera la misma posición al respecto, algo necesario para salir de ésta…vivos.

No tenía evidentes señales de fatiga, ni siquiera mentales, pero fui vencido, derrotado por el poder de Morfeo interrumpiendo todo lo que estaba haciendo, mi inquietud fue en vano. Así que sin poder evitarlo mis ojos se cerraron durante la noche. Recuerdo que tuve un sueño, aunque los detalles se me escapaban,  ¿o era más bien un recuerdo remoto que tenía enterrado? No sabría decirlo con exactitud.

Aquel sueño, recuerdo, pesadilla provocó que me despertara sobresaltado y con cierta angustia, un par de gotas de sudor empapaban mi frente, la respiración acelerada por el nerviosismo, un regusto amarga en la boca. Necesitaba recomponerme, con la mano me limpié el sudor, quería hacer desaparecer aquellas delatoras y furtivas gotas, y recuperar mi respiración, porque aquel ritmo no era mío.

Me incorporo y el paisaje no podía ser más desagradable, perplejo abrí los ojos,  no había un cadáver sino dos. Nils y Marceline, o más bien sus restos, yacían en el frío suelo de aquel lugar. La primera anoche se quedó en un intento, y Alice salió con vida pero no indemne, sus heridas eran bastante claras, pero por lo visto los dos mencionados no habían tenido la suerte de su lado. De un intento a dos cadáveres, hay una diferencia bestial y poco esperanzadora. La cuestión ya era bastante clara, ya no era un juego, había pasado a mayores, el peligro era mayor de lo que al menos yo supuse en un principio.

A mis oídos llegaron las conversaciones del resto, buscando culpables, intentando explicar que les pasó exactamente, pero eran solo eso, teorías, nada que se pudiera probar. Hablaban de ritos, ambas muertes eran muy dispares, Marceline sufrió una dolorosa paliza, su mascota compartía su destino, en cambo Nils, su muerte era distinta en todos los sentidos, más parecida a un sacrificio ritualista más que un asesinato en sí, pero, ¿para qué y por qué él?

- Joder, ¿dos? – Pregunté lo evidente con el ceño fruncido, visiblemente preocupado- Ahora dos cadáveres, ¿pero por qué ellos? Nils parecía saber mucho, quizás querían quitarle de en medio por eso mismo creyendo que era peligroso para sus planes. ¿Y qué hay de ella? – Me encontraba confuso, no entendía el motivo de este sinsentido donde la sangre era protagonista. La duda era si la habían atacado para inculpar a Yormund o Gabriel, o si existía otra razón de la cuál desconocíamos.

No entendía nada, así que mi siguiente pregunta iban para aquellos parecían saber más, Andrew/Azhariel, Eko o Zyllah, cualquier de los tres podría decirme lo que necesitaba para sacar conclusiones.  -  ¿Había pasado antes? Me refiero a las dos muertes. A ella parece que le atacaron los mismos que Alice, pero está claro que no la protegieron. Pero la de Nils es diferente, ¿entonces hay otros aparte de los traidores que pueden hacer esto?

Miraba los dos cadáveres, era difícil verlos así cuando apenas unas horas estaban compartiendo opiniones e ideas con el resto. No podía sentir lástima por ellos, me era incapaz derramar alguna lágrima por su ausencia ya que ni llegué a dirigirles la palabra en ningún momento.

Vi como Zyllah acusaba a Seele, le exigía ciertas explicaciones,  yo me pregunté si una chica como ella de apariencia tan frágil debido a su legado que le impedía beber sangre podría hacer tal cosa. Poco después caí en la cuenta que todos los pertenecientes al primer legado tenían cierto intelecto, muy hábiles en  artes como  manipulaciones y argucias en suplencia de su débil cuerpo.

Por momento mi intervención acaba, quería esperar escuchar al resto, quizás tengan algo que aportar. Eso sí, no pensaba perder de vista a nadie. Cualquiera podría formar parte de este oscuro propósito y estar ocultos bajo máscaras de inocencia y debilidad.

Miro con tranquilidad a Andrew, tratando de no entrar en su juego, tratando de mantener la calma.

-No dije que las muertes estuvieran relacionadas entre sí. Pero me reafirmo en que al menos una de esas muertes, o puede que las dos, estaban orientadas a inculpar a Yormund. No poseo la eterna sabiduría de la que te mofas, ojalá la tuviera, simplemente saco conclusiones y teorías, igual que hacéis vosotros, pueden ser correctas o no.

Me doy la vuelta dando la espalda al muchacho que constantemente trataba de provocarme, y que incluso había querido atacarme el día anterior. 

-Tú también eres peligroso, Andrew, por más que quieras ocultar tu verdadera cara con lloriqueos de niña. Ohh... Valfar... mi amor...-Repito con sorna -Y voy aún más lejos, de todos nosotros eres el más inestable mentalmente. ¿Mataste tú a esas personas? ¿Lo hizo Azhariel? ¿Las voces en tu mente te dijeron que lo hicieras?. Que imagen tan tierna llorando al llegar aquí... me pregunto si no era un subterfugio.

Si no te caigo bien, mejor para ti. Como he dicho antes, el tiempo siempre es justo... veremos lo que nos depara.

Escuché la respuesta de Seele, y las intervenciones de otros después. Sin embargo, no pude evitar asentir con la cabeza ante las palabras de la chica de la araña. 

- Ella tiene razón, Seele. Continuamente para justificarte intentas inculpar a otros. Si fueses inocente no necesitarías hacer algo así. Y ni los Eve, ni los Grovehn, ni ningún otro Melknhar, salvo Gabriel y tú hemos necesitado alardear de nuestras habilidades de forma gratuita ante los demás. - Suspiré, antes de seguir respondiendo a la mujer fantasmal. - ¿Quién te ha dicho que no sospecho de Yormund y Vanna también? ¿O de otros? De hecho, lo hago, aunque su acercamiento me parece más aplicable a un calentón... Pero también están en mi lista por ese y por otros motivos que expondré si llega el momento, igual que hago ahora contigo. Que desconfíe más de ti no quiere decir que confíe en todos los demás. 

- Tampoco he hablado de que tú me pidieras o no explicaciones, sino de que una vez pedidas, por quien fuese, intentaste impedir que las diera. Es bastante diferente. Sí, te conozco desde hace dos días, igual que al resto. Y sin embargo, vamos a juzgar y ajusticiar a alguien, así que no podemos sentarnos a tomar un té mientras nos conocemos mejor. Tenemos que juzgar con lo que tenemos. Podemos equivocarnos o no, pero debemos arriesgarnos. Y me parece curioso que alegues que en dos días no he podido conocerte lo suficiente como para sospechar de ti, pero consideres que has tenido tiempo suficiente para sentir afecto, cariño, o lo que sea que sientes por Gabriel. ¿Tú eres la única que puede vivir al día? Es el mismo tiempo que has tenido tú para sospechar y señalar a otros.

La miré durante varios segundos, antes de terminar. - No consideres esto  un ataque. Te estoy dando la oportunidad de explicarte antes de votarte, incluso de convencerme de tu inocencia, es lo que me parece más justo... A mí me gustaría que me dieran esta oportunidad si sospecharan de mí. - Me encogí de hombros, arrugando la nariz. - Pero por ahora sigues teniendo mi voto.

Después me giré hacia Liam para responder a su pregunta. - Andrew te acaba de enumerar un montón de situaciones de la batalla anterior en las que murió gente sin ser a manos de los traidores directamente. Creo que eso responde a tu pregunta. Hay muchas maneras de hacerlo. Muchos poderes se han desatado en este lugar. Incluso una podría ser una muerte simulada y no real. Por lo que me contaron, en aquel entonces eso también sucedió en una ocasión.

Me desperté de mi pesadilla. Las horribles imágenes de la noche anterior acudieron a mi cabeza mientras dormía y me retorcía, seguramente entre gritos de terror. Dos nuevas muertes me sobrecogieron al abrir los ojos.

Me llevé las manos a la cabeza, mientras deshacía la maraña de mi despeinado pelo rosa. Poco a poco fui consciente de que todo había sido un sueño, y que esta vez nadie me había atacado a mí. Me alegré por una parte de seguir viva, aunque por otro lado, aumentó mi temor: estaba casi segura de que las dos muertes eran de gente inocente, pues teníamos (sobre todo yo) constancia de que los traidores atacaban por las noches.

Me uní rápidamente al hilo de la conversación, escuchando a unos y a otros cruzarse acusaciones.

-¿Qué más nos podéis contar sobre la otra reunión?

Me sentía estúpida y cada vez más lejos del resto del grupo. Yo no había estado en la anterior ocasión, ninguno de los que estuvieron habitaba dentro de mí ni nadie me había contado nada. ¿Una muerte falsa? ¿Qué clase de poderes escondía realmente nuestra sangre de semidemonios?

Los ojos de Andrew brillan, llenos de ira por un momento. Parece que vaya a ir tras Gabriel, pero en el último momento esa ira desaparece y una expresión de sorna aparece en el rostro de Andrew.

-Puedes atacar a Azhariel todo lo que quieras, pero no vas a poder conmigo. Serás capaz de hacerle enfurecer si sigues atacando a Valfar y faltando a su memoria, pero no te equivoques, no es a él a quien debes temer. Puedes intentar hacerme quedar como un perturbado, pero mi salud mental es perfecta y respecto a "las voces" de mi cabeza, es Azhariel, que me habla. Aunque tú eso ya lo sabes, es solo una táctica más para intentar escabullirte y ganar aliados porque ves que si sigues con Seele tienes los días contados, verdad?-Se queda mirando la espalda del Melknhar alejarse.-Azhariel os señaló a ti y a Seele y vosotros no hacéis más que confirmar sus sospechas. No he matado a nadie... Aún. Pero ten por seguro que si tengo la oportunidad de acabar con vosotros dos lo haré sin dudarlo y creo que no voy a tener que esperar mucho. Tic, tac, tic, tac. Escuchas eso? Es el sonido de tu tiempo que se agota.

Poco tiempo pasaba de las primeras horas de sol, cuando a vuestras espaldas, un continuo crujir, envolvía el lugar… Algunos os girasteis a mirar, otros permanecisteis quietos, esperando que nada de lo que esperabais fuese a pasar.

Pero antes de que nadie pudiera alzar ni siquiera la voz, visteis como el cuerpo de Marceline se alzaba, contracturando todo su cuerpo una vez más, las heridas desaparecían ocultas tras un leve plumaje que poco a poco pardearía su piel…

Sus manos buscarían sus labios, y entonces os percatasteis de lo que alguno había cambiado en su ser, ya no era aquella niña indefensa, cuyos ojos buscaban sin cesar. Ahora parecía mucho más madura, y su mirada se perfilaba entre ojos de un color miel…

Sus manos convertidas ahora en garras, apreciaban el tacto de su piel, adornada de un plumaje marrón que aderezaba sus brazos con pequeñas alas unidas a su torso.

Convertida en una harpía de dulce mirada, convertida en toda una mujer, entonces os miró, y con paso decidido volvía a aquel lugar, que le correspondía… Su ida había sido corta, pero las heridas ahora cicatrizadas, servían para dar poder, apoyo, y sobre todo, para dar la fuerza que en su inocencia no supiera demostrar.

Tan solo una lágrima corría por sus mejillas, la cual murió entre las plumas, que ocultaban su pecho y su corazón.

Syd se habia quedado mirando el terrible estado en el que habia quedado el cadaver de Marceline. Recordando lo poco que habia hablado con ella la noche antetior y el arreglo que habian hecho. Miro a Megan cuando le recordo sobre la amenaza que Marceline habia hecho sobre él.

Con su cara poco expresiba se acerco a ella hasta una distancia segura para no invadir su espacio personal, ni estar a distancia de sus espadas. No habia ido con la intencion de intimidar, sino porque no creia correcto que se estuvieran gritando de un rincon al otro como hacian otras personas. Creo que no escuchaste el resto de nuestra conversacion. Me señalo luego de la votacion porque fui el unico en votar por ella, aunque le comente que no tenia una razon especial porque hacerlo y terminamos haciendo una especie de paz entre nosotros. le fue explicando mientras sacaba un cigarrillo. Por lo que entendi ninguno de los dos votaria hoy al otro, porque no habia razon de hacerlo.

Se preparaba a ensender su cigarrillo habiando concluido su conversacion con Megan, cuando noto el movimiento del cadaver de Marceline. Se quedo quieto observando el proseso hasta que este termino y se acerco a ella. Marceline? pregunto con el tono desinteresado de siempre.

Después de tanto tiempo, al final había lograr encontrarlo. No tenía claro si había durado un instante o una eternidad, pero había vuelto a ser verdaderamente feliz. Ya no estaría más sola, y no lo pensaba únicamente porque sentía también a Fionna con ella. Miró a los presentes, y soltó un suspiro de frustración.

Que no se lo tome mal quien me haya resucitado, puesto que le agradezco volver a la vida, pero ya podía habérselo tomado con más calma la verdad. - entonces Marceline miró a Syd - Ayer no pillabas indirectas, así que te lo diré bien claro: quiero un puto cigarillo. - Marceline sonrió a la vez que hacía un gesto de parar - Pero no ahora, me lo fumaré cuando haya dado con uno de los cabrones que me han matado esta noche.

Marceline volvió a mirar al resto - Decidme que tenéis una jodida pista. Incluso me valdría si es para vengar a Nil, que vi que también lo habían matado esta noche. Pero quiero fumarme un jodido cigarillo hoy...

Mientras todo aquello pasaba, el aire enrarecido sobre vuestras cabezas comenzó a oscilar, como si fuese en cualquier momento a estallar.

No era posible aquello… No, no los dos a la vez…. Algo raro estaba pasando… Los que tenían información de otras reuniones se miraban una y otra vez. Todo era tan parecido, y tan distinto a la vez…

Las heridas de Nil, hervían en fuego, como lamidas por un ascua ardiendo, y mientras se tildaban de luz, se cerraban poco a poco, tornado la cicatriz por carne sana, otra vez.

El cuerpo de Nil se desdibujaba y se volvía más fornido, como si hubiese recuperado la juventud que el tiempo poco a poco le borró. Su barba menguaba, mientras sus ojos parecían relucir en vida, abriéndolos con fuerza entre llamas.

Llamas que envolvieron su cuerpo, y derritieron aquellas cadenas, que al instante solo fueron meros trozos de aceite hirviendo a sus pies.

Así… entre llamas, recobró un aire más seguro y más certero, como aquella primera vez.

Con un gesto rudo, junto sus manos y de entre las llamas sacó un arma que enfundaría entre sus puños, como habituado a sus peso sin querer… Una gran maza de hierro, típica de un herrero, pero de gran mástil.

Nil estaba de nuevo en pie… y ahora con nuevas armas que usar para defender su cuerpo, sus ideales y su fe.