Partida Rol por web

El frío de la mañana rozaba entre los cristales rotos de la mañana anterior, donde Poron observó una ciudad inmersa en la más profunda muerte, callada, y silente, como si no hubiera despertado de un trance envuelto en sangre, herrumbre, oxido y destrucción…

Los mismos sentimientos que os inundaban al ver, las tres figuras que colonizaban el centro de la sala, tres imágenes que parecían juzgarse una a la otra, ante un nudo de muerte y dolor, que llevaba hasta la desolación…

La posición más elevada la contenía un cuerpo fustigado a fuerza de filos y golpes, que dejaban ante vosotros un cuerpo desvencijado, que se dejaba caer en su propio peso y apenas dejaba un apoyo ante la planta de sus pies, rozando el suelo con sus dedos, mientras su hombros luxados hasta tomar una posición anormal se acodaba a ambos lados de su rostro, que dejado caer hasta el frente asumía la muerte.

Un poco más arriba, se encontraba su compañero, abierto en canal, aquel lobo que tanto tiempo la defendió y cuidó, que ahora parecía querer calmar el dolor de su dueña, mientras la muerte se apropiaba de las dos… Saskia, bañaba el cuerpo de su amiga con la poca sangre que quedaba en su interior… mientras que el cuerpo de Alexia estaba lacerado por mil sitios, cortado y punzado cual mártir de un faquir. Sendas heridas a ambos costados dejaban ver que la asfixia se había apresurado a llenar su cuerpo, mientras sus pulmones desgarrados nada podían hacer.

A sus pies, la sangre y lágrimas, corrían confundiéndose hasta llegar como un rio, hasta la sombra del siguiente, que cayó al amanecer….

Sus manos aún se aferraban a un alambre espinado que derramaba sangre entre miles de llagas en sus dedos, que indefensos no pudieron evitar que su cuello fuera sesgados por aquel fino hilo de acero dejando que miles de púas se ensartasen cerca de su nuez… Dejando caer de los labios de aquel pobre, una mezcla de sangre y hiel…

Yormund permanecía colgado al igual que Alexia, aunque la primera había sido con cuerdas y de sus manos, este lo hacía como cualquier ahorcado. Aquellos que decidieran acabar con su vida se habían encargado que su muerte fuese aquella y que no pudiera escapar… pues los tendones de sus talones habían sido sajados y con las rodillas semiflexionadas estaba colgando del mínimo soporte que proporcionaba su cuello herido.

Lejos de él… Naica estaba bajo la sombra de la pared, su rostro sangrante dejaba ver, que un simple golpe pero certero había acabado con ella, dejándola en un sitio donde la muerte de su dueño era expectante del lugar de la pequeña felina… como un lugar privilegiado ante él.

Pero no era el único lugar privilegiado que había sido elegido en aquella noche… Pues  como en vértice entre los dos cuerpos anteriores se hallaba la tercera víctima. Sentada sobre una vieja pero robusta silla de madera… sus extremidades atadas a sus brazos y patas. Y su cuello amarrado al espaldar…

Su cuerpo estaba cubierto de heridas, por la que manaba la sangre, aunque el lugar más señalado era el rostro, donde miles de golpes hacían irreconocible aquel rostro de mujer, si no fuera porque apostillando su espalda se presentaban dos espadas gemelas que revelaban su identidad.

Aquel cuerpo magullado, era el de Megan… atrapada en un lugar donde la muerte había sido el teatro a escenificar, siendo ella una de los actos principales en aquel amanecer de muerte y tortura que dejaba en los labios de aquellas infantes una sonrisa imposible de borrar mientras jugaban con sus dedos nerviosas de poder disfrutar de aquella fiesta de sangre y dolor.

La mañana se alzaba y con ella un nuevo símbolo en vuestra piel, un símbolo de dolor y herrumbre, que os hacía pensar miles de sentimientos, que se confundían con el resto de vuestro ser.

Abre sus ojos sorprendido esta noche. De verdad era esta aquella en la que esperaba despertar al otro lado, aquel lugar donde Marceline compartía su mente con los muertos. Suspiró aliviado un segundo, para luego buscar a su lado la figura de Megan. Pero no la encontró. 

Asustado se levanto de prisa, buscando con su mirada, hasta que encontró aquel retorcido monumento hecho de los cadáveres. Una lágrima escapo de su mejilla al ver el cuerpo de en medio. Lentamente avanzó hacía ella, mientras su respiración se agitaba. No quería creer lo que veía, puesto aún con las heridas y los golpes que no dejaban ver quién era con claridad, sabía por las armas a su espalda que se trataba de Megan, su compañera. Cerró con fuerza sus ojos para no llorar, no quería mostrarse débil, no debía hacerlo, por ella. 

Lentamente se giró hacía a todos, mientras pronuncia con la voz entrecortada, pero con un tono de voz claro y perfectamente escuchable por todos.- A-aquellos... que me han hecho esto... van a arrepentirse.- Su mirada no daba más de furia. Estaba tan cabreado que no sabía como reaccionar, no sabía que hacer. Se sentía perdido, como si le hubiesen quitado algo demasiado importante para él. Pero debía mantenerse enfocado.

Tomó su katana y cortó las ataduras de Megan, para luego coger su cuerpo con cuidado. Despacio, dejo un beso en la frente de su cadáver, para luego llevarla a un lugar tranquilo, apartado de todos.

En su camino se aseguro de pasar cerca de Liam, a quién no miró directamente, pero le habló de forma clara, de forma que cualquiera escuchara. - Será mejor que confieses cuar es tu paper en esta reunión ahora, y que tu bando sea el correcto... O te juro que mir años de doror te parecerán pocos comparado a lo que te voy a hacer.- Su mirada estaba cargada de ira y de odio, al igual que su voz.

Recostó el cuerpo de Megan en el lugar donde habían pasado la noche, donde hablaron sobre sus armas, sobre el respeto a los caídos, donde ella apoyo la cabeza en su hombro. Acarició su mejilla y se aseguro de cerrar sus ojos, antes de ponerse de píe y dirigirse a Marceline.

- Por favor... dire que espere un día más... y diré que voy a vengarla. Y diré a Syd que si puede vorver por si mismo, que ro haga... no podemos permitirnos perder a tantos ariados.- Tras mencionar sus palabras, se dirigió hacía el cuerpo de Alexia, hasta quedar a su frente.

Miró el lacerado cuerpo de la mujer. Levantó su mano hacía ella e hizo lo que debía hacer. No iba a responder a ninguna palabra o comentario hasta que Alexia volviese a la vida.

Marceline se levantó agitada, notando algo distinto que en los otros despertares. No entendía porque ese cambio, dado que ella seguía con vida... hasta que empezó a ver los cadáveres. No había sido uno, ni dos... tres habían sido las víctimas esa noche. La llegada masiva en el otro lado era lo que la había agitado, aunque sus manos temblaban de horror y desesperación ante lo que estaban viendo sus ojos.

No sabía donde mirar, hasta que Tetsuo llamó su atención para que comunicase mensajes al más allá. - Así lo haré inmediatamente. - Tras ello, se acercó hasta el cadáver de Yormund - No era así como esperaba que despertaras... - le susurró, aunque la explicación se la daría en el otro lado, y se preguntaba como eso iba a afectar a su intento de "pitonisa".

Marceline se sacudió la cabeza, intentando dejar atrás todos esos sentimientos, y clavó una mirada de furia en Liam. - Tú tienes mucho que explicar en el día de hoy, me parece a mi.

Aquellos símbolos que se habían grabado en nuestra piel brillaron con más fuerza ese amanecer, tres habían muerto en un espectáculo dantesco, contemplé en silencio los cuerpos, se habían ensañado especialmente con Megan, quizá querían enviar un mensaje al oriental, Yormund había parecido sufrir una muerte más rápida, no lamentaba su pérdida, mejor él que cualquier otro de los que componían la reunión, aunque seguramente volveríamos a tener noticias suyas, es ese tipo de idiotas que no se cansa de molestar ni después de muerto. Negué con la cabeza observando a Alexia, hasta ahora había sido muy útil para descubrir a los traidores, y esperaba que Tetsuo pudiera traerla de vuelta.

-Espero que seas capaz de actuar con la cabeza, y no con el corazón. -Dije en voz baja a Tetsuo, traer a Alexia era la prioridad ahora mismo.

Me quedo mirando a Liam, torciendo la cabeza para observarle mientras Tetsuo le increpaba, estaba dolido por la pérdida de Megan y quería buscar un culpable cuanto antes, una muerte que fuera capaz de aliviar su fracaso.

-Os he observado durante mucho tiempo -Comienzo a hablar con tono pausado sin mirar a nadie en concreto, una sonrisa afilada se dibuja en mis labios. -He detenido el tiempo, para fijarme en cada detalle. 

Ivhone. Lennish. Liam.

Los tres escondéis algo, bajo máscaras distintas. Liam, haciéndote el borracho y actuando como un gilipollas, pero no estás borracho no, cada palabra, cada gesto, cada improperio... todo está bien calculado.

Ivhone, con tu sutil defensa a Poron... pero demasiado cobarde para defenderlo tú, esperaste a que hablara el gato, y te uniste a su discurso, ahora el está muerto, y la arañita sonríe después de haber devorado al macho. Primero defendiendo a Liam, después dándole una caricia con tu araña, ¿para desviar la atención, quizá?. ¿Para que pensemos que no estáis juntos en esto?

Lennish... tú eres la más sospechosa de todas, decías que el "silencio siempre oculta", y permaneces ahora callada, dejando que sea tu arco el que hable, casi siempre para ajusticiar inocentes. Te mantienes con el grupo y tratas de no llamar la atención. Pero yo observo, yo veo.

La próxima muerte debería salir de estos tres nombres. Decidiré al final.

Me quedo mirando a aquellas personas, y sonrío de forma afilada. Podéis venir a por mi ahora. 

Andrew despierta un día más, sonriente como cada mañana, pero poco le dura su sonrisa. Cuando mira a su alrededor no ve a Alexia por ninguna parte y debería estar a su lado, como siempre. Había perdido a Poron, no puede permitirse perder también a su amiga. Temiéndose lo peor la busca por toda la estancia y cuando la ve se le hace un nudo en el estómago. No...

Se levanta apresuradamente y corre hasta el cuerpo de la Eve. Alexia! No... Pese a que se intenta controlar, una lágrima humedece el rostro del joven. Baja el rostro y aprieta los puños bajo el cadáver de la Eve y su loba. Lo pagarán. Juro que lo pagarán. No permitiré que se salgan con la suya, Alexia.

Andrew levanta la mirada furioso y mira a Liam, Alice, Annie, Ira, Ivhone y Lennish. Su mirada se detiene en todos ellos antes de hablar. Quién de vosotros ha sido? QUIÉN!? Sufriréis en vuestras carnes el mismo dolor de Alexia y de Saskia. Lo juro. No permitiré que el que haya hecho esto salga con vida de aquí así que será mejor que os vayáis preparando.

Cuando ve que Tetsuo se acerca al lugar un brillo de esperanza aparece en los ojos del Grovehn.

Tetsuo se acercó ceremonial, como lo hiciera la vez anterior, y mientras sus labios se movían en un idioma anterior escribiendo versos que parecían repetirse en un eco sin fin, movió con rapidez su katana, y liberó de su posición a Alexia y a Saskia.

Ambas cayeron en un circulo de niebla blanca como la que un día existió en las mejores mañanas en Siberia. Un dulce aroma llegaba hasta vosotros, mientras el cuerpo de Alexia se alzaba entre las nieblas….

Su rostro serio aún se confundía entre heridas, que rasgaban su piel, pero al menos sus ojos volvían a tener aquel azul intenso, irreconocible en nadie más.

A su lado se alzaba también Saskia, renovada, con más fuerza en su mirada, pero menos salvaje, como si aquella muerte hubiera serenado todo aquello que antes estaba dentro de ella sin poderse refrenar.

Alexia se agachó y parecía coger un extremo de las cuerdas que las aferraban a aquella posición, pero cuando se alzó entre sus manos, se liberaba desenrollado un látigo, con puntas de acero. La chica miro su mano y luego miro a Tetsuo, asintió con gesto amable antes de mover su mirada hacía un lado de la sala, esta vez enseñando unos dientes afilados entre sus labios, como si ahora fuese ella la parte salvaje de aquella pareja sin par.

Sin más palabras lanzó su látigo hacia delante, y aferró el cuello de Alice….

La chica del pelo rosa solo pudo abrazar su garganta mientras en un olvidado susurro parecía pedir perdón.

Las lágrimas de Alice, fueron su lecho de muerte, pues un nuevo tirón del fuerte brazo de Alexia, el cuello de Alice se venció hasta matarla sin más.

Su cuerpo descansó con un sonido sordo sobre el suelo, mientras Alexia recogía su arma… había vuelto de la muerte, y no pensaba regresar…

Miró a Tetsuo y dijo: Gracias…. Una palabra tras toda una batalla, nada más…

No pude replicar, entre la pierna adormecida y la borrachera que tenía, me era imposible asimilar algunas cosas. Y de repente, el sueño me derrotó una vez más aunque ignoraba en que momento. Ahora solo quedaba despertar si es que no me llegaba el turno de morir como. Y no llegó, suerte la mía, o quizás no tanta.

Me costó horrores incorporarme, la pierna apenas me respondía, y el dolor de la cabeza me embotaba de mala manera,  era como si un jodido martillo me golpeara repetidamente. Seguro que así acabaría más tonto si es que eso era posible.  Paladee mi boca pastosa varias veces en busca de lubricar mi garganta. Las lagunas en mi mente existían impidiéndome acordarme de todo con precisión.

- Joder, mi cabeza. No debería beber tanto. – Me maldije a mí mismo por tener ese vicio que no conseguía dejar, aunque realmente no ponía mucho empeño en hacerlo.

Intenté ponerme de pie pero la extremidad afectada se resistía a cumplir mis órdenes, estaba rebelde por lo visto. Supongo que tarde o temprano podré moverla con normalidad. Pero eso pasó en un segundo plano, el ya conocido olor a sangre embriagaba el lugar, esta vez fue más notorio, más descarado.

Instintivamente giré mi cara para ver qué había pasado,  tres cadáveres cubiertos de heridas y sangre. Seguramente habían recibido tratos nada amigables. El rostro de horror no lo podía disimular aunque quisiera. – Joder, joder, joder. Me cago en la puta ostia. – Maldije por todo lo alto, estaba sorprendido, bueno, en realidad estaba incluso asustado, la palabra miedo empezaba a tener significado. - ¿Ahora tres? – No entendía porque, como, y porqué ellos. La duda se reflejaba en mi voz, la duda y el miedo. Ahora si estaba acojonado.

Miré con detenimiento la identidad de cada uno, y al enterarme, abrí los ojos de una forma bestia, ¿era ella? ¿Era posible? - ¿Alexia? – Inconscientemente la nombre, como si no terminara de creérmelo. Me acerqué alarmado, asustado, hasta ponerme a su altura, aún me costaba moverme pero no me importaba. – No, no puede ser, ella no. – Me repetí a mí mismo con voz temblorosa  como así pudiera autoconvencerme de que lo que estaba viendo no podía ser verdad.

Era la primera vez que desde estaba en aquel lugar, que tenía aquel extraño sentimiento, ¿era preocupación? ¿Angustia quizás? No sabía muy bien que podía significar pero desde luego no era nada agradable. Un sentimiento

Una vez hasta poder estar a su lado, pude notar que ella no respiraba, lo que veían mis ojos no era más que el cuerpo inerte de la morena, de la única que mostro mi apoyo. Sentí algo dentro de mí romperse con una vulgar y delicada figurita de cristal. Un grito desgarrador que no pude contener escapaba de mis labios.

Me llevé las manos a la cabeza, y caí de rodillas delante de ella, sentía impotencia, mucho dolor, demasiado. El dolor físico para mí era fácil de superar, pero no el emocional, eso sí que no. - ¿Por qué ella? ¿Por qué? –No paraba de preguntarme una y otra vez eso voz temblorosa.

Estaba reconociendo abiertamente que ella me importaba, aunque no sabía exactamente cuando albergaba ese sentimiento, ignoraba el momento en que se había infiltrado en mi dura coraza.

Me rendí ante la desesperación, estaba a punto de hundirme, me quité la chupa y se la puse encima del cuerpo de la Eve quedándome así en una camiseta de tirantes blanca revelando algunas cicatrices y como no tatuajes.

Revívela. – Por el contrario de lo que pudiera parecer era un ruego hacia aquel de nombre Tetsuo.

Después Marceline se dirigió a mí de una forma poco agradable que desde luego ahora mismo no me afectaba.

¿Explicar qué? ¿Eh? – Le devolví en su mismo tono, estaba dolido por lo de Alexia, así que si ya de por sí era poco agradable, ahora menos. – Has preguntado a la persona incorrecta, no entiendo una puta mierda de lo que está pasando, ¿por qué no lo explica alguien quién lo sepa? – Era un sarcasmo hiriente. – Ahora mismo me importa una mierda que me creáis o no. Me han arrebatado algo, pero a vosotros os da igual. -  Increpé bastante furioso.

Sin dudarlo saqué la última petaca que tenía, del licor más fuerte del que disponía, absenta.  Me lo llevé raudamente a la boca, un generoso trago era lo que me necesitaba para que todo fuera llevadero.

Y después Gabriel me nombró, pero es que ni me molesté, ahora me da igual, necesitaba un momento para lidiar con esto.

Lo único que sé que alguien perderá su piel,  pienso desollar vivo sea quien sea, y me beberé su sangre. Por esto, pagarán muy caro haber ido por Alexia. – Amenacé a cara descubierta a cualquiera, no podía saber la identidad de aquellos quienes lo habían hecho, era consciente que escondían su verdadera naturaleza tras los demás. Era muy frustrante saber que estaban allí y no poder hacer nada.

De repente el cuerpo de Alexia se movia de nuevo, cobraba vida, y sin previo aviso segó la vida de Alice sin vacilar. Fue tan rápido que ni pude reaccionar, y tampoco asimilar.

- Alexia. - La llamé por su nombre, me encontraba aliviado de su regreso.

Cuando Liam se acerca, y una vez Alexia estuvo de vuelta, desenvaino su katana tan velozmente que esta se encontraba en el cuello del sujeto. Su mirada estaba más cargada de rabia que de cualquier otra cosa.

- Arejate de ella... Y di cuar es tu poder en este rugar.- Movió ligeramente su mano, ejerciendo más presión en la punta del arma, para obligarlo a apartarse de ella.

- Que conveniente que reacciones de esta forma justo ahora... Di cuar es tu poder, mardito traidor.- Quería matarlo, iba a hacerlo, pero primero iba a obligarlo a confesar.

Andrew se da la vuelta despacio cuando ve que las miradas se centran en algún punto detrás suyo. Sus ojos se clavan en los de Alexia y la observan asombrado y maravillado. La nueva Alexia era aún más sorprendente que la anterior. Las manchas en su rostro eran contrarrestradas por la ferocidad de su rostro. No parecía para nada débil y frágil como los demás Melknhar.

Alexia... El movimiento de su amiga le pilla completamente desprevenido y ve caer de reojo el cuerpo sin vida de Alice, pero eso le da igual. Ni siquiera aparta los ojos de Alexia. Lo importante es que está de vuelta. Corre hacia ella y le da un abrazo largo. Intenta secarse las lágrimas que momentos antes habían corrido por su mejilla y, con cierto esfuerzo, se separa de ella para fijar sus ojos en los suyos. Pensaba que te había perdido... No vuelvas a darme un susto así.

Cuando Eko se despertó lo hizo despacio. Todo era más tranquilo desde que había vuelto de la muerte.

Al pasar la vista por la habitación fue fácil localizar a los muertos. Parecían literalmente expuestos, como si sus cadáveres estuvieran en venta.

Se puso en pie despacio y, tras dedicar una mirada a Zyllah comenzó a avanzar en dirección a los cadáveres. Sin embargo, la rápida vuelta de Alexia y la muerte de Alice le detuvieron. Una sonrisa se formó en su rostro al ver a la renovada Eve, acabando con tanta determinación con aquella a la que él había prometido no votar, aún a pesar de las ganas que tenía.

Entonces el discurso de Liam le hizo levantar una ceja. Todo en ese chico era tan... artificial.

- No. - Dijo entonces con voz firme, cuando Tetsuo terminó de hablar. - Podría inventar cualquier mentira. Que lo demuestre.

Me estremecí en sueños por el frío que se colaba por la ventana que había roto el pajarito el día anterior, abrí los ojos despacio, con una sonrisa somnolienta en los labios, y con un suspiro me incorporé, frotándome los brazos por encima del jersey para entrar en calor. 

El olor metálico de la sangre inundó mis fosas nasales y miré a mi alrededor, abriendo los ojos por la sorpresa al ver lo que nos deparaba la mañana. Mi mirada se paseó por cada uno de los tres cadáveres, asimilando sus identidades, para finalmente posarse en Eko, que se levantaba a mi lado, para asegurarme de que este amanecer estaba bien.

Escuché la lista de Gabriel y asentí levemente, mirando a cada uno de los que nombraba. Ivhone, Liam, Lennish. Sin embargo, mi mirada después continuó hacia Annie e Ira, deteniéndose un segundo en cada una de ellas. 

Las cosas empezaron a suceder a toda velocidad, mi mirada reflejó una pizca de esperanza al ver a Tetsuo acercarse al cuerpo de Alexia. Yo también la quería de vuelta entre nosotros. Y cuando la mujer volvió y de un rápido movimiento terminó con Alice, mis ojos se abrieron desmesuradamente. 

Sentimientos encontrados rebulleron en mi interior entonces. Desde luego no lamentaba ver a la usurpadora muerta. Era lo que se merecía, de eso estaba segura. Pero por otro lado, no pude evitar sentir una pizca de envidia hacia la hija de Eve. A Irad le habría encantado saborear la sangre de Alice. Casi tanto como a mí. Sin embargo, lo importante es que había caído y eso eliminaba un problema, no sólo de cara a las votaciones de este día, sino también de cara al futuro. 

Mis ojos se posaron en Andrew y Liam, que recibían a la mujer, cada uno a su manera. Sin embargo, no podía evitar pensar que Andrew era más sincero y natural. Desde luego si yo fuese ella tendría claro con quién me quedaría. 

Pero fue ver a Tetsuo desenvainar la katana y ponerla en el cuello de Liam lo que terminó de asombrarme. Estaba claro que los ánimos estaban cada vez más caldeados. Y sin embargo, me interesaba lo que el muchacho de las petacas tuviese que decir, así que me acerqué para escuchar su respuesta. - ¿No tienes frío? - Susurré hacia Eko, colocándome a su lado. Desde que la ventana se había roto el aire era cada vez más frío, y él seguía semidesnudo desde el día anterior.

Hacía mucho frío... Ivhone había dormido encogida, abrazada a su propio cuerpo mientras tiritaba en sueños... Abrió con pesadez los ojos, escuchaba voces a su alrededor, pero su cerebro todavía dormido era lento en encontrar las conexiones de aquellas conversaciones.

Se incorporó. Miró a su alrededor mientras sus pestañas aleteaban y sus pupilas poco a poco iban dilatándose. Primero detuvo su mirada en Alexia y tragó saliva... Un nuevo amanecer, una nueva muerte... Pero al ver a Yormund y a Megan, ahogó un gemido, llevándose una mano a los labios. 

Los traidores parecían estar fortaleciéndose poco a poco y ellos... - Vamos a morir todos... - Murmuró con voz temblorosa. Escuchó las palabras de Tetsuo y vio como se acercaba a Alexia. Liam despertó y empezó a despotricar, pero Gabriel... La joven se encogió y levantó la mirada, clavándola en la del hombre.

- Sabía que aprovecharíais cualquier palabra que pronunciase para señalarme. Y no os culpo por ello... Nunca he sabido empatizar... - Suspiró y abrazó su propio cuerpo, mientras su mirada de avellana continuaba clavada en la de Gabriel. - Yo nunca he sido capaz de hacer algo semejante... Es más, cuando he tenido que defenderme, siempre ha sido Shia quién ha intercedido por mi. Y te aseguro que ella es incapaz de hacer algo semejante... - La nombrada araña salió de su escote, como si confirmara sus palabras con su amenazadora presencia, y subió por su cabello, mirando también hacia Gabriel. -  Nunca había visto antes a Liam y te aseguro que nada me une a él. Ayer sólo dije que era un gilipollas, y que dudaba que fuera el causante de eso. Estaba deplorablemente borracho, joder... Y lo de Poron, ya os lo dije y lo repito... Sosteníais vuestra acusación en que no podían haber dos que vieran el interior de los corazones pertenecientes al mismo bando. Reconocí que me equivoqué y lo lamento. Pero también me equivoqué cuando te voté al seguir las palabras de los demás... - La joven se detuvo un momento. Su voz tenía un tinte amargo... Una lágrima se desprendió de sus pestañas y empezó a deslizarse por su marmóreo rostro. - Me dije a mi misma que a no ser que estuviera al cien por cien segura de la culpabilidad de alguien, no seguiría más al resto. Por eso, desde entonces, mis votos se han apartado y no he participado en más... Masacres... - Ivhone escuchó las voces amenazadoras de Tetsuo y de Eko, intentando sonsacar información a Liam. Ella tan sólo le miró y endureció el rostro. No le había perdonado el insulto del día anterior... Secó con el dorso de la mano su mejilla y guardó silencio. Estaba asustada, muy asustada... Siempre había querido parecer fuerte, pero por dentro todavía seguía siendo la niña que lloraba junto al lecho de su madre, preguntándole por qué eran tan diferentes...

Eko se encontraba pendiente de la respuesta de Liam. En otro tiempo se habría encontrado tenso, con los puños cerrados y las mandíbulas apretadas, quizá incluso con la mano en el arma. Sin embargo, ahora sabía que nada de eso era necesario realmente. Era superior en mil sentidos al Grovehn.

Entonces Zyllah se unió a ellos, y su pregunta le pilló por sorpresa. - No, tranquila. - Le dijo con una sonrisa divertida, sorprendido porque pensase en algo así en un momento como ese.

Aún así, no se le escaparon las palabras de Ivhone. Giró el rostro hacia ella, con el ceño levemente fruncido antes de hablar.

- Eh, eh. - Comenzó, haciendo un gesto con la mano, una señal para que aguardase. - Tampoco te pases, Viuda Negra. - Le dijo en tono seco. - Aquí la única acusación firme que hubo sobre Poron fue mía, y en ningún momento la basé en eso. Lo dije bien claro: confiar en mí o no era vuestra decisión, pero en ningún momento expuse ese tipo de razonamiento. Si vas a excusarte, al menos hazlo mejor.

- Tus palabras también hacen aguas por todas partes, sólo te estoy aplazando. - Aclara entonces. - ¿Que no te defiendes, sólo Shia intercede por ti? ¿Qué clase de chorrada es esa? Ella es una parte de ti. Cuando ella se acerca a alguien eres tu quien lo envenena. Deja de fingir algo que no eres.

- Y tú, Liam, - Dice después, dirigiéndose de nuevo al chico. - alguien que lleva tanto alcohol encima no se emborracha por una simple petaca. Ni por más de una tampoco. Así que deja de hacer el gilipollas. Estamos esperando.

"Hasta aquí" Dije para mí mientras sacaba mi fiel arma y la besé, lo mismo que hice el primer día cuando llegué a este maldito lugar. Sabía que me tocaba luchar, así que eso haría. Y mi lengua estaba cargada de veneno, mucho veneno.

- ¿Conveniente? ¿Cómo te atreves cabronazo? - Grité enfurecido al asiático. - Lo que me aprece conveniente es que primero me pidáis explicaciones y luego me digáis que soy un mentiroso. - Solté un bufido bastante cabreado.

- ¿Si no váis a creerme por qué me pedís explicaciones? ¿Eh? - Pregunté alzando la voz mientras seguía bebiendo aquel licor que era bastante fuerte, el más fuerte que tenía en mi mano, y debido a la situación no pensaba dejar la petaca llena, eso seguro. - Me tenéis hasta las pelotas de este jodido juego.

- Lo que no voy a permitir bajo NINGÚN concepto es que penséis que yo fui a por Alexia. Si queréis respuestas preguntarles a los "expertos". - Mi tono pasó a uno sarcástico mezclado con agresividad, que no tenía poca precisamente en este momento tenso.

- Si queréis ir a por mí adelante, os espero, estoy listo para llevarme por delante a quien sea necesario. - Amenacé descaradamente a cualquier que se atreviera ir a por mí. - Estoy harto de vuestra estúpida batalla del puto sello, destruido o no me importa una mierda. A mí ni me va ni me viene.

Y otro trago, notaba como bajaba con fuerza por mi garganta, desde luego era fuerte. Pero lo necesitaba. Estaba enfadado, cabreado, pero no iba suplicar mi vida, eso seguro. No tenía miedo. Si moría, moriría luchando.

-Bien Eko, ¿cómo voy a mostrar mi poder? ¿eh? ¿Sacó un conejo de la chistera o prefieres otra petaca? ¿Qué prefieres? ¿Whisky o vodka? - Juro que si tuviera que aclarar si era sarcasmo o no, la liaba.

- Hay una diferencia muy grande entre mostrar y demostrar. - Respondió Eko entonces con tono severo. - Yo te he pedido que lo demuestres. Y ni siquiera tienes que tomártelo como una exigencia.

- No es algo que vaya a pedirte dos veces, ni te voy a hacer ninguna amenaza vacía. Tampoco es algo que tenga por qué pedir a otros, pero tu actitud sólo me genera desconfianza desde hace días. Y la muerte de Alexia y tu sobrerreacción me lo han dejado aún más claro.

- Eres un mal actor, Liam. - Dice luego, mirándolo a los ojos con expresión seria. - Va siendo hora de que lo asumas.

- No me creo que alguien tan supuestamente impulsivo como nos quieres vender no se dirija a nadie de manera directa al encontrarse que le han arrebatado algo. - Cita - Tú decías tener una sospechosa clara, y las amenazas al aire son demasiado vacías y propias de una tragedia shakespeariana. Hasta ahora nunca has dicho nada de valor y tus mayores argumentos han sido tan pobres como acusar a alguien basándote en que era una zorra. Eso sí, han estado al mismo nivel que tus excusas.

- Así que te lo plantearé de otro modo: No me fío de ti. Tu actitud es artificial, y las peleas que provocas parecen estudiadas. Has intentado acercarte ya a más personas que Alexia de una forma totalmente forzada, y creo que sólo era para matarlas librándote de las acusaciones posteriores. De modo que, mientras no demuestres algún poder que me haga creer que eres útil, tienes mi voto.

Ivhone se volvió a mirar a Eko. Éste parecía haberse levantado con las pilas cargadas, iba de ella a Liam sin detenerse, ni tan siquiera se paraba a pensar.

La joven negó con la cabeza y se levantó del suelo. 

- Mi nombre es Ivhone... - Le recordó con la voz fría, aunque su tono distaba de estar tranquilo. - En ningún momento he dicho que lo expusieras tú, así que aprende a escuchar... Y no metas palabras en mi boca que no haya pronunciado... - Ese tío la estaba cansando. ¿Quién se creía que era...? Se cree que es un líder y que tiene la razón absoluta. Desde que estamos aquí lo ha estado demostrando. Es inútil gastar saliva con él, no sabe escuchar... Y cualquier cosa que diga lo utilizará en mi contra... - Estoy tan cansada... - Murmuró apartando la mirada. 

Caminó hasta un rincón, lejos de todos ellos. No quería verles, quería estar sola... Cuánto echaba de menos su hogar... Quién le mandaba haber acudido a aquel horrible lugar... 

Ante la respuesta de Ivhone Eko levantó una ceja, negando con la cabeza.

- Está bien. - Le dijo con una media sonrisa. - Pero sí has dicho que tu motivo para no votarle fue que la acusación se sostenía en que no podía haber dos del mismo bando. Teniendo en cuenta que la acusación fue mía, cualquiera pensaría que era a lo que te referías. - Explicó, abriendo los brazos. - Si ahora admites que yo no me basaba en eso, y fui el que le señaló de manera firme,- Expuso - ¿cuál fue entonces tu motivo? - Le preguntó mientras ella se alejaba.

- Por cierto, una buena forma de no estar tan cansada - Añadió al final, con una expresión maliciosa. - es dormir por las noches.

Aparezco junto a Ivhone, muy cerca de ella, acercándome para susurrarle una canción infantil.

-La pequeña araña en un tubo se subió... Llegó la tormenta y al suelo la arrastró...

Sonrío mirando a la mujer, a estas alturas ya debería saber que intentar dar pena no era una buena estrategia, no me creía su repentina muestra de fragilidad.

-Iré a por ti, Ivhone. Si tienes algo que pueda demostrar tu inocencia te aconsejo que lo utilices, quizá después sea tarde.

Me alejo de la mujer para dejarle tiempo para que reflexionara, miré fugazmente a Liam... lo dejaría en paz por hoy, después habría tiempo para ocuparnos de él.

Cuando desperté de nuevo, preferí no haberlo hecho, ante mi un atroz cuadro de tres cadáveres, Alexia y su loba, Yormund y su gata y Megan...observé como Tetsuo desataba a Megan y juraba venganza...uno a uno mostraba a su manera venganza...algunos se dedicaron a señalar posibles culpables de tal atrocidad...mi nombre era uno de ellos. Miré a Gabriel y dije:

- Mi silencio...unos hablan solo tonterias sin sentido y otros disfrazan con lloriqueos su supuesta pena- dije mirando a Liam-, siento no tener ese don de palabra que tu posees Gabriel, ni tener esa actitud de liderazgo como Eko- dije mirando a este- demostraré mi don en su preciso momento...-dije mirándolo con decisión- 

Alexia fue traída de nuevo entre nosotros gracias a Tetsuo, la miré y sonreía ante su llegada.