Partida Rol por web

La voz de aquellas niñas os hizo inquietaros, y como dispuestos los gladiadores a pie del ring, todos os mirabais unos a otros esperando saber quien debía ser el primero en actuar.

Vuestros ojos os registraban cada gesto de los demás, y entonces Tetsuo, comenzó a desenvainar su katana, mientras miraba fijamente a Lennish, la arquera se percató de su intención, pero a la misma vez, giro su mirada hacia la izquierda donde algo parecía comenzar a moverse.

Los ojos de Lennish se abrieron con fuerza, donde vieron como las manos de Zagam comenzaban a tintinear, entre destellos algo denso comenzaba a recubrir el lugar. Sin pensárselo, enmarco una de sus flechas en el arco y disparó… La flecha de Lennish iba directa a matar, pero un ligero movimiento de cabeza de Zagam, evito aquel certero tiro, aunque no pudo evitar que su punta de varias aristas abriera una herida en su mejilla, de la cual la sangre comenzó a correr.

Mêredy, aplaudía como ante un espectáculo más… parecía aquello le hacía bastante ilusión, aunque sus ojos no miraban la flecha sino la sangre que manaba de Zagam.

El Ilusionista limpio su rostro con el dorso de su mano, y fue directo con paso raudo hasta Lennish…. la cual, se defendió con brío golpeando el rostro de Zagam con el fuste de su arco de un certero revés.

Los labios de Zagam se pintaban entre sangre, mientras los aplausos de Mêredy llenaban el lugar…. Sin dudarlo, el mago apretó el semblante y aferro el cuello de Lennish, mientras su boca prefería un lenguaje extinto ya.

Lennish intentaba zafarse, pero algo iba mal. Sus manos parecían atadas, entre miles de enredaderas, las paredes empezaban a arder, y bajo sus pies, veía un rio de lava, que ascendía poco a poco, sintiendo a cada segundo, como el calor inundaba su piel.

Estaba a punto de gritar con aquel aliento efímero que ahogaba a cada segundo Zagam, entre llamas de fuego, pero algo quiso que poco a poco aquel fuego se rompiera en pedazos, como un trozo de cristal…

Ante los ojos de Lennish, se esbozaba Zagam, aún aferrado a su gaznate, y tras él se encontraba Annie, que con los ojos en blanco maldecía la sangre del mago una y otra vez… La sangre del ilusionista parecía arder, dejando blanquecina su mirada, cuarteando aún más su piel… Su carne se amorataba desde el interior, y sus garganta se secaba impidiendo cualquier sonido ante aquel dolor.

Con esfuerzo, una de las manos sobre Annie, aún en trance y las llamas volvieron a surgir… Ahora eran dos las presas en aquel mundo de llamas, que con esfuerzo Zagam intentaba dar forma, para defender su vida hasta el final.

Por suerte, el tiempo estaba de las manos de aquellas chicas, y en un segundo, para ellos… aunque en verdad fue algo más…. Zagam se encontraba solo, en el centro de la sala, mientras, que alejado, una esquina, estaba Gabriel, el cual aún asía por las muñecas a las dos mujeres.

Lennish, limpiaba sus labios, mientras que Annie, salía de aquel trance entre sudores y jadeos, aún creyéndose presa de aquel mundo infernal.

Zagam agonizaba solitario en medio de todos, ante la mirada de los demás… y entonces Poron se acercó y por la espalda, introdujo su mano en el cuerpo de Zagam. Como si de agua se tratase, y al segundo la saco, con un corazón aún latiendo entre sus dedos.

Ni siquiera él, merece un final así… y sin pensarlo Poron, apretó el puño, y a la vez el cuerpo de Zagam caía sin vida entre los demás.

El payaso sacudió sus dedos, y volvió entre los demás, limpiando su mano con su sudadera, mientras unos crujidos vaticinaban como aquella alma devoradora, se apresuraba a recoger aquel corazón como trofeo y como postre, algo dulce que comer.

La vida de Zagam había llegado a su culmen, mientras que en sus ojos opacos, aún relucía aquel infierno de cristal.

- Tsché. - Fue lo único que salio de sus labios una vez iba a comenzar la pelea. Había votado por Lennish, puesto que su razonamiento era sencillo: Era extraño que se formaran "amistades" tan de la nada en aquel lugar, como Andrew-Alexia-Poron, o él y Megan, pero más extraño era que de pronto y sin ninguna intención aparente otros se acercaran a estos "bloques". Por ello había elegido a Lennish, su acercamiento fue demasiado despreocupado, pero a su vez ella observó a Zagam, el cual había observado al nipón. Un triangulo que le resulto conveniente. 

Pero también se percato de las intenciones* de Ira, su segunda sospechosa, quién a la llegada a Oldland se mostraba demasiado auto-suficiente, como toda hija de Grovehn, pero que al llegar a la "entrada" al averno se mostrara tan débil. Aquella actitud tan cambiante era, cuanto menos, extraña.

Vanna también le había mirado, pero no comprendía del todo sus intenciones, de momento no sospechaba en ella, aunque su cercanía al chico gato fue también peculiar, lo cual no era excusa suficiente para verla como traidora considerando que el mismo tenía cierta simpatía por Megan. 

Mantuvo la katana desenvainada, observando el combate al que se enfrentaban los cuatro. Sin duda el poder de Zagam era increíble, pero no fue suficiente para luchar contra cuatro semidemonios. 

La contienda terminó con el corazón en el suelo del hijo de Melknhar, y entonces, una de las pequeñas demonios se tuvo que acercar a recoger su corazón en el centro de la sala, donde Zagam había caído, vio una apertura clara en la distancia que las "niñas" mantenían, y entonces se decidió a atacar a Meredy**, dando una veloz carrera hacía ella, mientras movía su brazo derecho, obligando a la hoja de su espada trazar una curva en diagonal ascendente, buscando decapitar a la niña. - Shine.- 

Al caer la hoja de Tetsuo, solo limpio un trazo de un pequeño torrente de arena que se dejaba caer hacía el suelo, pues la niñ, ya había traslocado su posición y se situaba junto a Juliette, mordiendo con una sonrisa aquel corazón.

Miro realmente sorprendido a Nil y a Marceline. Me sorprendía que me hubieran hecho objeto de sus sospechas. No me lo esperaba, menos aún de mi compañera de linaje. El asiático ya se había puesto en movimiento, demostrando una vez más que el enfrentamiento directo con las chiquillas demoníacas era fútil. 

-No te esfuerces en vano.

Me giro hacia Andrew, había apoyado mi idea, tal vez pudiera considerarlo un aliado.

- ¿Ahora es cuando nos hacen dormir?

Estuvo a punto de chasquear sus dedos mientas miraba con rabia a Yormund.

Pero Mêredy, freno sus dedos y le dijo con tono serio: Déjalos un rato, aún no es hora de dormir...

Tras el pequeño intercambio con el gato y las palabras de Zyllah todo se precipita. Las dos chicas comienzan la sentencia mientras la luz se pierde y las miradas acusatorias estallan. Mis mirada se clava en el oriental y noto cómo él me mira, pero la mayoría decide y mis dedos se preparan para lo peor. Las voces están dadas y tanto Yormund como Zagam son los objetivos principales pero esta vez el gato es cauto, Zagam se adelanta y el peso de la mayoría recae sobre él, sin ser capaz de evitarlo de ningún modo.

Cierro los ojos al ver cómo explota su corazón y mi sangre comienza a hervir un poco más e incluso aprieto los dientes. Entones ese latigazo vuelve a sacudir mi espalda intentando partirme en dos y clamo a la calma.

-¿Y ahora? Nos dejarán un rato más antes de dormir. Posiblemente intenten matar a otro, y si nos hemos equivocado, serán dos rivales menos mientras ellos se ríen y ellas comen.

Entrelazo mis dedos y retrocedo un paso para sentarme en el suelo, apartando la cadenas que pudieran haber. Mis ojos se fijan en los restos muertos de Cameron.

-¿Acaso la hemos condenado?

Pregunto volviéndome consciente de la propia pregunta conforme la formulo y entonces muestro ligeramente los dientes con un mohín de disgusto. Alzo lentamente mi mirada hacia Zyllah.

-Para la mayoría de semidemonios que he conocido, la sangre sí era importante.

Hablo despacio mientras trato de deshacerme de la imagen de Cameron siendo devorada sin haber visto siquiera en qué momento había muerto.

Poron parpadeo repetidas veces cuando observo como por su culpa aquel monstruo se estaba alimentando ahora del corazón de su victima, palpo su sudadera manchada con la sangre de Zagam y cerro los ojos. Parecía musitar unas palabras solemnes entre dientes.

Después se dejo caer al suelo para sentarse sobre sus piernas, quedando de rodillas.-No...- Parecia querer decir algo pero la pregunta de neko-chan le hizo alzar al voz preguntando.

-¿Como que irnos a dormir? No entiendo.-Pregunto mirando a Yormund, sin poder evitar mirar el cuerpo de Zagam.-Espero que no nos hayamos equivocado.

Aquella muestra de violencia hizo que me estremeciera. Cuando el cuerpo sin vida tocó el suelo, mi corazón se encogió. Sabía que no teníamos alternativa, que los traidores debían caer y que se escondían entre nosotros, pues mi apaleado cuerpo daba muestra de ello, pero no estaba segura de si habíamos tomado la decisión correcta...

-Descansa en paz-dije, casi en un susurro. No conocía a aquel chico, y aunque de veras deseaba que fuese culpable, en mi cabeza no pude más que ver a aquellas niñas del infierno devorando su carne muerta como hienas carroñeras.

Otro escalofrío recorrió mi espalda cuando se mencióno de nuevo lo de hacernos dormir. Aún me estaba recuperando de mis heridas tras el último "sueño"... Pero debía ser fuerte.

El chaval no me había intentado matar. Así que le dedique una sonrisa, y con paciencia le día la explicación que buscaba:

-Cuando atacaron a Alice, estas...adorables anfitrionas...-defino con ironía y una media sonrisa.- nos hicieron dormir. ¿No recuerdas el ruido y como nos despertamos aquí, estando antes en aquella ciudad? Así es como funciona, nos duermen, sus secuaces matan y nos despertamos con el desaguisado. Elegimos un sacrificio, y así sucesivamente...No tengo intención de pelearme con nadie más, ni de guardar rencor a los que pretendían matarme. Así que...supongo que el mundo seguirá girando.

Poron lo miro con la curiosidad de un niño, asintiendo a cada frase suya.
-A jo, yo pensaba que eso de quedarse dormido seria solo para empezar este maldito intercambio de muerte... ¿Así que ellas son capaces de dormimos a todos? Pues entonces creo que pueden matarnos también a todos, sigo sin entender muy bien porque no lo hacen de seguro ellas mismas conocen a los traidores...-Quiso buscarlas con la mirada y sus ojos se entornaron.

-Supongo que al igual que estamos jugando a esto, ellas juegan al suyo propio.-Por desgracia así es como veía él todo eso. Un juego de dominación.

Andrew, ¿Era así en los tiempos de Azhariel? Sin opción a hacer guardias, protegernos entre nosotros de la noche o ¿Simplemente mantenernos despiertos?-Pregunto con quien tenia mas confianza y sabia mas que muchos otros.

Como si la señal de aquellas niñas fuese el pistoletazo de salida me levanté, agarrando con fuerza la empuñadura de Irad y midiendo con la mirada al resto, esperando que alguien comenzase con el primer movimiento, manteniendo la mirada sobre la mujer fantasmal. 

Fue Tetsuo el primero en comenzar a desenvainar su katana, pero después todo sucedió muy rápidamente y tan sólo unos instantes después Zagam cayó al suelo. Poco a poco aflojé la presión de mis dedos y me aparté mientras finalizaba el combate. Lo cierto es que ese hombre no había llamado mi atención, pero esperaba que no se hubieran equivocado.

Miraba con rabia a los malditos engendros que nos tenían atrapados. Sabía que era incapaz de llegar a ellas y que intentarlo sólo serviría para vomitar arena, pero nada me impedía fulminarlas con los ojos mientras una de ellas daba cuenta del corazón del caído. Eran repugnantes.

Suspiré y me senté de nuevo en el mismo lugar, todavía mirando a las niñas cuando la voz de Vanna me sacó de mis pensamientos. Escuché su respuesta y me encogí de hombros. - Lo siento por ti entonces. - En mi voz no había lástima, no conocía a esa mujer lo suficiente como para eso, pero mi tono era amable. Nadie debería ser juzgado por su sangre. - Pero si sales, que sepas que hay colonias de nuestra estirpe por todo el mundo, donde nadie te mirará raro por algo tan banal.

Miré a los que habían participado en el combate. Lennish, Annie, Gabriel y Poron. - ¿Por qué Zagam? - Pregunté con curiosidad, sin rastro de acusación en mi voz. Tenían que haber visto algo en él que yo no.

Poron alzo la mirada ante la pregunta de la chica.
-¿Y porque tu elegido?-Se encogió de hombros.-Sinceramente no tenia claro a nadie, en un principio pensé en Gabriel, por su manera de actuar desde que llegamos aquí.-Se refería al lugar de la vidrieras -Pero en vista de que neko-chan lo acuso públicamente cambie de parecer para que no tuviera dos votos y ahora mírame, gracias a ese cambio a muerto Zagam...-Devolvió la mirada al suelo.

-Espero que fuera culpable.-Ahora mismo le era difícil mostrar una sonrisa.

Antes de que los sucesos se desencadenaran, una imagen pasó fugazmente por mi mente, una consecuencia, uno de aquellos posibles futuros, en ella Yormund daba el primer paso para atacarme, era rápido y ágil, con una gran capacidad que su legado le confería, pero sabía que no podría dañarme, en apenas un parpadeo mi cuerpo cambió de posición, dejándo que Yormund golpeara el aire. Pero entonces Andrew se abalanzó sobre mí desde mi espalda, llegando a impactarme y haciéndome perder el equilibrio, pero tampoco sería suficiente, de nuevo el tiempo jugaba a mi favor, y aunque caí al suelo, pude levantarme y alejarme del chico antes de que su percepción fuera tan siquiera consciente. Entonces supe que debía atacar, aparecer a la espalda de Yormund y quebrar su cuello era una de las opciones, pero noté un pinchazo en el tobillo, y pude ver como una pequeña araña corría para volver junto a Ivhone. Mis sentidos comenzaron a embotarse, me sentía mareado... y supe que la batalla ya estaba perdida.

Pero no fue así como ocurrió.

Zagam había muerto, lo que hacía que la arena dentro del reloj siguiera su curso. Alguien tenía que morir. Miré con decepción a Andrew, pensaba que al haberle dado la pulsera podía haber despertado cierta simpatía en el muchacho, pero más bien parecía todo lo contrario.

-Andrew, Ivhone. ¿Podría saber vuestras motivaciones? Yormund ya me las expresó con anterioridad. -Y aún así decidí no ir a por él... todo hubiera sido distinto de haberlo hecho. Saber como piensa la gente es el primer paso para esclarecer su verdadera naturaleza, yo mismo daría una explicación a Zagam si éste siguiera con vida.

¿Por qué Zagam?, pregunta Zyllah. Me detengo a escuchar la respuesta de Poron y después observo a la muchacha con curiosidad.

-Era una de las opciones que tenían mayor probabilidad de ocurrir. Simplemente escogí. 

Me acerco a Zyllah caminando, no podría argumentarle ninguna otra razón por que simplemente no la había.

-¿Por qué Seele? -Digo manteniendo fijos mis ojos en los suyos, preguntando con suspicacia. 

Decepcionante... - pensó Marceline al ver el resultado final de la primera votación. No entendía porque Zagam había recibido tanto voto, y lo peor es que por ello se había quedado con las ganas que hacer algo más que señalar a Yormund. Notó como, una vez había pasado todo, la mirada de otro del mismo linaje que ella. Inicialmente se limitó a devolverle una sonrisa, pero cuando intentó provocar a las niñas-demonio, tuvo que hacer un esfuerzo para no reírse.

Así que nuestro gatito está asustado. Es una pena ver que ya no queda nada del aguerrido felino que nada le importaba allí afuera y que era el primero en querer llegar hasta aquí. ¿Es este tu verdadero tú? Por saberlo, y seguir viendo o dejar de ver cambios de actitud sospechosos. Al menos era el motivo por el cual te voté. Pero tranquilo, al menos por mi parte, hay otro que tiene mi atención...  - Marceline termina la frase pasándose la mano por el pelo y soltándolo hacia un lado, mientras su mirada se ha puesto en Syd.

Gabriel, dejala...camine a su lado y le cogi la mano, la acaricie buscando su mirada...Yo no necesito explicaciones de nadie, es ley natural que no puedes agradarles a todos, si ella tuvo motivos, pues los respeto y no necesito saberlos...

Estaba preocupada por que Yormund influenciara en los demas el votar por Gabriel, el ver que no era él si no otro el que caia, senti algo de alivio, aunque no justificaba que debieramos matarnos entre nosotros...Esas niñas...gire a ver donde estaban las malditas crias...

Sin duda la muerte de Zagam habia sido una muestra de las habilidades de Legado de quienes le votaron, pero el detalle que tuvo Gabriel al no votar a Yormund le daba algo de nobleza...No votaste a Yormund...pense que lo harias...me acerque y le di un beso en su mejilla marcada...Esta es parte de la nobleza que guardas...me agrada...sonrei...

Ver como Meredy se alimentaba del corazon de Zagam me lleno de rabia...Mutuamente intocables...disfrutalo mientras puedas pequeña bruja...cuando salga de aqui correras...suplicando por tu vida...

La visita de las monstruitas no augura nada bueno. Me pongo en pie, en actitud alerta. Como la mayoría, no sé qué es lo que va a ocurrir a continuación pero sin evitarlo miro a Megan, sospechando que quizás ella sea una traidora. Esto es una mierda, ¿cómo saber si es verdad o no? Sin darme más tiempo a pensar, la acción estalla tras la cuenta atrás de las alimañas infantiles. Más miradas brotan con la presión y la tensión del momento, hasta que las armas salen a relucir, los poderes se desatan y la sangre cae. Me alejo del ajetreado combate, sin entender cómo hemos llegado a esto tan rápido.

Tras la muerte de Zagam, siento un peso sobre mí. No porque haya creído que él era culpable o inocente, sino porque realmente es verdad. Vamos a morir todos. Seamos traidores o no, siempre habrá una posibilidad de probar la amarga muerte de morir fuera de nuestro plano, lejos de nuestro hogar y cerca de estas cercenadoras de almas.

- Yo también espero que fuese un traidor para que su muerte no haya sido en vano... -respondo con cierto pesar a quien arrancó el corazón de Zagam para que no sufriera en una terrible muerte: Poron. Aún me cuesta creer que todo sea tan real.

Me paso las manos por la cabeza, observando el cadáver de Zagam y escuchando algunas justificaciones, posibles futuras situaciones recreadas por las monstruitas y en general un gran desánimo tras conocer que realmente todos estamos condenados, de una manera u otra.

- Sé que esto es una locura... Y que realmente estamos jodidos, pero no creo que sea una buena idea justificar nuestras sospechas. Si alguien le revela a un traidor por qué sospecha de esa persona, podrá enmendar su "problema" para que nunca más sea objeto de sospecha y poder así llegar hasta el final -hago una pausa, observando con horror cómo ha quedado la cabeza de Cameron para luego volver a la realidad- ¿Por qué hemos sospechado de quién hemos sospechado? ¿Acaso tenemos otra opción? Supongo que sí, la de sacrificarnos nosotros mismos, pero es normal que nadie quiera sacrificarse por un puñado de desconocidos. Por mi parte, pido disculpas de aquí en adelante a todos los que pueda ofender con mis sospechas. Obviamente no tengo nada personal en contra de nadie, no os conozco. Ojalá... Ojalá acertemos en nuestras sospechas -digo con resignación y niego levemente, sin creerme aún que esto sea tan cruel y sangriento.

Observé tranquilamente al hombre cuando se acercó a mí. Dos de cuatro habían expresado sus motivos y ninguno parecía tener una razón real. Me sentía como si estuviéramos jugando a la lotería con nuestras vidas. 

- No te preocupes, Seele. No tengo ningún problema en explicarme. - Dije, dirigiéndome a la mujer antes de volver mis ojos hacia el Melknhar.

- Seguí mi instinto. - Respondí sencillamente, manteniendo la mirada a Gabriel mientras explicaba mis motivos. - Como dijeron antes, yo también desconfío de los que se han acercado a otros sin motivo aparente, tratándose como si siempre hubiesen sido amigos. O algo más. - Maticé, haciendo un gesto con las cejas. - Tú también estabas en mi lista por ello. Pero ella... - Me encogí de hombros y desvié la mirada un instante para mirar a Seele antes de volver a mirar a Gabriel. - Hay muchos pequeños detalles en ella que despiertan mi instinto. Entre otras cosas, no me gustó la mirada que nos dedicó a mí y a otros, como tratando de desviar la atención de ti.  Y tampoco me gusta la gente que intenta dar pena a los demás para ganarse su simpatía. - Tras una pequeña pausa continué hablando. - Mi madre me dijo que una vez aquí dentro, Nyx y ella se quedaron solas con su instinto. Y eso las salvó. Puede que me haya equivocado, pero decidí hacerle caso.

Finalmente escuché la intervención de Jane. Podía tener parte de razón, pero necesitábamos trabajar juntos para encontrar a los traidores. Me giré hacia ella y negué suavemente con la cabeza. - Lo siento, pero no estoy de acuerdo contigo. Creo que es necesario compartir las sospechas. Quizá tú viste en Megan algo que a mí se me pasó por alto. Si no trabajamos en equipo no lograremos nada, porque ellos pueden ponerse de acuerdo para las votaciones y nosotros no podremos. Callarnos sólo los hará más fuertes.